Hola gente bonita! Les traigo un nuevo capitulo, espero lo disfruten. Creo que el anterior fue algo corto así que espero que este les guste igual.
Capítulo 22: Caminos Cruzados
Inuyasha y Miroku llevaban semanas viajando desde su aldea hacia las montañas pico del norte. Todo esto debido a que el número de visitantes de su aldea había crecido más allá de lo usual.
Últimamente muchos campesinos de las regiones del norte iban a Edo a buscar al reconocido hanyo para solicitar su ayuda y también la del monje.
Comenzó un día que volvió a casa luego de hacer un trabajo con su amigo en una aldea cercana.
Flash-back
"¡Ya llegué ! ¿Kagome, cómo has estado? Te he traído algo que creo te gustará mu…" el hanyo con orejas de perro entraba contento en su cabaña, feliz de haber acabado su trabajo y volver con su querida esposa. Esperaba que le gustara lo que le había traído.
" ¡Inuyasha, estás en casa! " dijo con una amplia sonrisa la sacerdotisa del futuro quien había extrañado a su esposo aún cuando sólo habían dejado de verse en la mañana. " Ya es de noche, ¿tuviste buen viaje?"
"Kagome, ¿quiénes son estas personas?"
Preguntó con extrañez el peli plateado, pues ya era muy tarde para recibir visitas y además nunca había conocido a esos forasteros. Pues pudo notar que no eran de por aquí cerca.
"Inuyasha, estos son Shiro, Aya y Kotaro vienen de muy lejos y necesitan pedirte algo." los tres aludidos que estaban sentados frente a la pareja inclinaron sus rostros para saludar al chico mitad bestia.
"Soy Shiro" habló el mayor "y esta es mi hermana Aya y nuestro hermano menor Kotaro"
"Di de una vez a qué han venido." dijo el hanyo un poco impaciente, pues este no era su plan de regresar a casa.
"Mi señor" habló Aya está vez un poco desesperada "venimos de una pequeña aldea en camino al norte, huyendo de un mal terrible que está azotando esa región."
"Unas terribles bestias voladoras han destrozado pueblos aledaños y nosotros huimos días antes de que la nuestra también fuera exterminada. Cuando regresamos a ver el daño causado sólo hallamos dos sobrevivientes, que por desgracia perecieron días después debido a sus graves heridas." el rostro de Aya estaba compungido, y las lágrimas estaban a punto de salir de sólo recordar las atroces escenas que vio ese día.
Kagome le ofreció una taza de té a la joven y también un pañuelo tratando de apaciguarla.
" Lamento que eso haya pasado en su aldea." la voz del hanyo de ojos dorados ahora era más suave y condolente. Lamentaba con sinceridad lo sucedido. Entendía que fue una experiencia terrible para ellos.
"Pero eso no fue todo, nos movimos a otra aldea donde recomenzar nuestras vidas. Pero esa aldea también fue destruida por los mismos monstruos, según parecía se estaban extendiendo. Oímos que los exterminadores de demonios se enfrentaron con ellos y los acabaron. Sin embargo, ellos seguían apareciendo." continuó explicando el menor de los hermanos.
" Mucha gente ha abandonado sus aldeas, y se ha refugiado en ciudades más grandes, esperando que la presencia de guerreros les dé cierta estabilidad. Pero como sabe muchos de esos señores feudales son oportunistas y se aprovechan de nuestra situación." dijo con amargura el mayor, recordando cómo se han aprovechado de la toma de impuestos y los trabajos forzados.
" Mientras más nos alejábamos del norte, oímos historias sobre usted un hombre mitad bestia que combate monstruos. Por eso hemos venido, oímos que esta aldea es el lugar más seguro porque usted la custodia."
Oir esos cumplidos sin duda elevó el ego del hanyo y lo puso de mejor humor.
"No deben preocuparse, aquí estarán a salvo. Además para quedarse aquí no necesitan hablar conmigo, sería mejor que se presentaran a la anciana del pueblo." no pudo evitar decir esto con arrogancia.
"Inuyasha no seas creído."lo reprendió su esposa." Ellos ya han conocido a la anciana Kaede, y a ella le ha parecido bien que se queden aquí."
"¿Entonces porque están aquí?"
" Verá mi señor, yo quería pedirle…" Aya, ahora más calmada volvió a dirigirse con todo decoro al hombre frente a ella.
"Escucha niña, 'mi señor' suena muy bien y es bueno que seas respetuosa." una vez más su actitud arrogante se alzó, lo que hizo que su esposa rodara los ojos. "Pero creo que prefiero no oírlo, le quedaría mejor a un tipo pomposo y estirado." dijo esto con la clara imagen de su odioso hermano mayor.
"Claro, como si tú no fueras un egocéntrico" dijo entre dientes la sacerdotisa.
"Oye, habla más alto" habló apunto de tener una pelea infantil.
"Mejor escucha lo que Aya quiere decir." le reprendió.
"Gracias, señorita sacerdotisa. Como decía, señor Inuyasha. Nuestro pedido no es precisamente quedarnos en su aldea. La verdad añoramos nuestro hogar es donde nos criamos. Por eso quería rogarle que se deshaga de esas aves monstruosas. Descubrimos que la razón de que sigan apareciendo es que tienen un poderoso nido en un risco muy elevado en las montañas Tsue. Usted es el único que podría completar tal proeza."
" Eso está muy lejos de aquí. Es un viaje demasiado largo." Inuyasha estaba receloso de hacer eso. No es que no pudiera, sería pan comido con su poderoso Colmillo de Acero, pero viajar por varias semanas no es algo que haría en esos momentos.
" Por favor señor Inuyasha, se lo rogamos"
Los tres hermanos hicieron una gran reverencia en el suelo esperando conmover al hombre bestia, pero su voluntad fue inamovible.
"Por favor, no insistan. No me alejaré por tanto tiempo. Ya es algo tarde, deberían ir a descansar."
Los hermanos ya no insistieron y se fueron apesadumbrados. Creyendo que si un tipo como él no quería enfrentar a esas bestias, entonces es que no había solución para el problema de las aldeas del norte.
" Inuyasha, ¿cómo puedes no ayudar a esa familia? Ellos te necesitan. Sé perfectamente que podrías acabar con esos monstruos muy rápido. Por lo que decían parecían ser aves del paraíso. Tú eres muy superior a ellos, no sería difícil." Ya solos en casa, la miko del futuro esperaba convencer a su esposo sobre lo que les solicitaron.
Kagome reprendió a su marido mientras recogía las tazas de té que había servido mientras el peliplateado preparaba el futón para dormir. No podía entender la actitud de su esposo, es verdad que se molestaba cuando tenía mucho trabajo que hacer, pero últimamente era más dócil y generoso, por eso no comprendió el comportamiento de hace un momento.
"¡Tonta! ¿Cómo puedes decir eso en serio Kagome?! ¿Acaso no ves la razón para negarme?" el hanyo se molestó un poco por lo que dijo su esposa. No por lo que creyera de él, sino porque ella no estaba viendo cuál era su única prioridad.
"Inuyasha acaso…" las palabras de la chica del futuro se cortaron cuando sintió el cálido abrazo de su gran amor, quien posaba sus manos sobre su abultado vientre.
"Kagome, ¿cómo puedes pedirme que te deje estando en este estado?" La voz suave y un poco triste del hanyo resonando cerca de su oído hizo temblar ligeramente a la mujer de cabello oscuro. "El viaje a Tsue es demasiado largo, y yo debo estar aquí para protegerte y velar por nuestro hijo. No me apartaré de tu lado."
Kagome se sintió invadida por un sentimiento de calidez y amor al tener la barbilla de su esposo apoyada en su hombro y escucharlo decir esas dulces palabras. El mitad demonio solía ser arisco, pero atesoraba esos momentos en que era especialmente afectuoso solo con ella.
Ella se volteó quedando frente a él, apoyando su cabeza en su pecho oyendo los latidos de su corazón, para luego mirar esos ojos salvajes que adoraba.
"Eres muy dulce al querer quedarte. Ahora te comprendo." luego de esto besó tiernamente su mejilla haciendo que el hombre se sonrojara profusamente. "Pero aún falta mucho para el alumbramiento, y yo estoy muy bien, además la anciana Kaede y Sango me cuidan. Te esperaremos." dijo poniendo una mano sobre su vientre.
"Kagome" dijo esta vez Inuyasha, tomando las manos de la bella chica. "Entiende, por favor. Me quedaré a tu lado." terminó esa charla besando su frente.
La sacerdotisa no quiso seguir insistiendo con el tema comprendiendo la devoción de su salvaje y adorable esposo.
Pero días después más extranjeros llegaban y las peticiones de ayuda no dejaron de presentarse. Finalmente, muy contra su voluntad, pero convencido por el talento manipulador de su querida esposa, él y su viejo amigo se encontraban camino al norte.
"Nos vemos pronto, los extrañaremos" se despidieron la sacerdotisa, y la ex exterminadores de demonios de sus respectivos maridos.
Fin de Flash-back
"¡Agh, maldición! Aún falta mucho?" el hanyo estaba impaciente porque ni siquiera llegaban al risco donde supuestamente estaba el nido y aún tenía un largo camino de regreso.
"Calma, Inuyasha. Según el sacerdote que nos encontramos hace unas horas, no deberíamos estar lejos del risco. Si seguimos este sendero llegaremos."
"Solo espero que lleguemos antes de que anochezca. Al principio pensé que debíamos obligar a ese zorrito a acompañarnos. Si quiere mejorar sus habilidades de yokai esta era su oportunidad. Pero es mejor que no esté aquí, solo nos retrasaría." dijo con burla.
" Shippo es un buen niño, y solo quiere mejorar sus técnicas." dijo con sabiduría el monje pervertido. " Pero es cierto, estaría llorando y escondiéndose detrás de la señorita Kagome por miedo."
Ambos hombres rieron a carcajadas.
" Vamos por aquí, su olor se hace más intenso. Es un grupo grande. Agh, apestan." el peli plateado dejó de reír y lideró el camino listo para enfrentarse a esas asquerosas aves.
Mientras más corrían también el aura demoníaca se hacía más fuerte. Estaban cerca.
Inuyasha, quien había aprendido a controlar su yoki decidió limitarla para tomar a esos monstruos por sorpresa y acabar pronto con ellos. Hoy era noche de luna nueva y estaría vulnerable al convertirse en humano.
De pronto algo se sintió raro en el ambiente, en momentos el olor y la energía demoníaca de las aves se disipaba en el aire.
-¿Qué es esto? Esos monstruos son tan estúpidos que no podrían dominar una técnica así. -
"Inuyasha también lo notaste. El aura de las aves del paraíso se ha perdido, como si hubieran desaparecido."
"Maldición! No pudieron haber huido. Sigamos, puedo ver el risco, deberían estar en la cima. Hay que averiguar que es esta extraña situación."
Entre ratos el olor de las aves apareció y volvió a irse. Pero está vez pudo verlas. Era una gran bandada que volaban rodeando algo que no podía distinguir qué era.
" Ahí están, no sé qué pasa pero su yoki se ha desvanecido. Sin embargo lo sentí hace unos minutos. Es muy poderoso, debe ser porque están todos en grupo, incluso parece que tienen a un ave reina entre ellos, lo que les da más poder. Inuyasha podrías usar el bakuryuha, aunque no la sintamos su energía está latente." comentó el monje mirando el panorama espeluznante de las aves rodeando algo.
" Ja, no debes decirlo dos veces, aunque ahora no puedo oler ni sentir nada, parece que mi tessaiga sí lo percibe." Inuyasha había sacado su espada sintiéndola llamarlo lista para pelear. Aún estaban a una buena distancia de las aves, pero con su velocidad y un ágil movimiento de su espada todo sería destruido.
"Sí pero, ¿no te parece extraño su comportamiento? ¿Qué estarán rodeando?" preguntó el monje aún inquieto porque tenía un mal presentimiento de esto. Algo no estaba bien.
"Bueno, será mejor atacar primero y preguntar después. Te veo allá Miroku" gritó el hanyo de orejas de perro mientras corría a toda velocidad preparado para hacer el peligroso ataque.
"¡Oye, Inuyasha no, detente! ¡Espera!" pero ya fue muy tarde, su amigo estaba más cerca del lugar.
Tan pronto como lanzó el ataque que devolvía la energía de ataque a su contrincante se arrepintió.
El hanyo de ojos dorados pudo vislumbrar en medio del caos la figura de una mujer que estaba a pocos metros de ser golpeada por el mortal ataque. Todo pasó muy rápido. De un momento a otro, su hermano estaba ahí desviando el ataque de su espada.
-¿Qué hace Sesshomaru aquí? ¿Cómo diablos no pude notar su olor o yoki?
Eso no interesa, lo importante es la chica-
Ya que él estaba más cerca de ella creyó que no había forma de que hubiera sobrevivido cuando toda esa energía la golpeó, pero él pudo ver claramente cómo un chal la rodeó y creó un escudo protector de viento nevado que recibió y desvío el impacto, como un efecto rebote.
Cuando la protección se eliminó él la atrapó en el aire y la trajo de vuelta a tierra.
"Inuyasha" escuchó de los labios de la chica en una voz tenue. El rostro del chico era una verdadera sorpresa. ¿Quién era esa mujer y de dónde lo conocía?
Entonces unió los puntos, está debía ser la mujer de la cual les había hablado Totosai. La diosa, cuya energía, pudo percibir cerca de su hermano en aquella ocasión.
"¡Ama Korihana, gracias a los cielos está viva!" los kamaitachis de blanco pelaje corrieron extasiados al encuentro con su señora.
"¿Puedes ponerte de pie?" le preguntó el hombre con orejas de perro.
La ex deidad asintió como respuesta. Él la ayudó a pararse. Aunque al hacerlo casi pierde el equilibrio, por lo que la sujetó nuevamente hasta que pudo pararse correctamente.
Cuando la mujer estuvo estable la soltó dejándola al cuidado de quienes, él creyó eran sus acompañantes, y se aproximó a su hermano listo para interrogarlo.
"Oye, Sesshomaru me puedes explicar qué…" un contundente puño se atizó en la mejilla izquierda del hanyo.
El golpe fue sonoro y provocó que todos los espectadores voltearan a ver lo ocurrido. El gran demonio perro tenía una mirada totalmente amenazadora sobre su hermano, que recordaba los días cuando su relación era mucho menos sostenible de lo que era ahora. Sesshomaru estaba furioso por lo que el ataque de bakuryuha había provocado.
El golpe hizo que el peli plateado más joven cayera de espaldas.
"Inuyasha" llamó preocupado Miroku, quien había llegado a tiempo para ver a su amigo rescatar a la ninfa.
"Imbécil. ¿Ahora por qué has hecho esto?" Inuyasha se levantó pronto tocando el lugar que ahora estaba enrojecido por la fuerza con la que había sido golpeado.
"Cállate, Inuyasha." dijo con notoria ira.
"No soy tu sirviente lamebotas que te obedece sin rechistar. Ahora mismo explica qué haces en este lugar y por qué no pude captar tu despreciable olor." le gritó furioso el chico mitad bestia.
Los ojos de Sesshomaru se entrecerraron y miraron con agudeza a su medio hermano.
-¿Entonces no sabía que estábamos aquí? -
Inuyasha tomó la actitud desafiante de su hermano como una señal para sacar su espada y empezar un combate cuando un suave toque sobre su hombro lo detuvo.
"Creo que eso es mi culpa" la voz suave y monótona de la chica que había rescatado antes lo detuvo.
Ria estaba sorprendida por lo que acababa de ocurrir entre los hermanos, la mirada de Sesshomaru era de temer. Ella sabía que no tenían una buena relación pero parecía que dentro de nada habría otra pelea que probablemente destrozaría el lugar. Y ella sabía que esto había sido provocado por su descuido. Debía intervenir por la seguridad de Inuyasha.
"Esto es lo que ha provocado esta situación" la ninfa mostró una bolsita que ocultaba entre sus ropas, la cual contenía los polvos que ocultaban el olor y la energía de quienes lo usaban. "era esto lo que impidió que pudieras percibir el olor de Sesshomaru y también detectar su yoki."
"Explícate" pidió ahora confundido el chico de las orejas de perro.
"Vine aquí a enfrentar a las aves del paraíso. Soy un ser espiritual y para no llamar la atención más de lo debido, usé esto para cubrir mi rastro. Pero eso molestó aún más a estas bestias." comentó mirando el mar de cadáveres que los rodeaba.
"Al moverme tanto de un lugar a otro durante la pelea, creo que provocó que el efecto del polvo nos rodeara a todos. Y por lo tanto los que estuvieran fuera de este espacio no nos percibirían. Fue un descuido de mi parte." el semblante de la mujer se mostraba impasible y si estaba intentando disculparse no lo parecía.
" Por eso de un momento a otro perdimos el rastro del yoki de las aves del paraíso." comentó Miroku acercándose a ellos." Nosotros también veníamos a luchar contra los monstruos. Jamás imaginamos que usted estaría en medio de ese grupo"
"¡Eres una tonta! El golpe de bakuryuha pudo matarte." Inuyasha estaba realmente furioso por lo que acababa de escuchar. Pero más allá de estar molesto con la mujer, estaba enojado consigo mismo. Estuvo a punto de matar a una persona inocente por error.
"Hn, ¿te haces llamar un guerrero, hermano?" la voz burlona de Sesshomaru captó la atención del chico mitad bestia. Aún podía ver un brillo asesino en sus ojos. "Culpas a otros de tu ineptitud en batalla. ¿No eres tú quien debería conocer a su adversario y no solo atacar como un perro salvaje?"
Los ojos dorados de ambos hermanos parecían sacar chispas por la intensidad de su choque.
La culpa hizo que el menor de los hijos del Gran Perro General desviara su rostro. Aunque lo detestara él tenía razón, estaba tan preocupado por terminar con todo el asunto de los monstruos antes de que caiga la noche y también por volver a casa que ignoró a su sentido común cuando percibió el raro ambiente y la extraña situación de la desaparición del olor y del yoki.
Su imprudencia estuvo a punto de costarle la vida de esa chica.
-Yo casi la… casi la… -
No podía ni terminar esa idea en su cabeza, se sintió culpable.
La ninfa miró con un deje de pena al hanyo. Ahora que ya estaba mejor después de lo sucedido, pudo concentrarse en su ambiente y sentir el aura de los recién llegados.
No fue difícil distinguir el aura espiritual del monje frente a ella, pero cuando analizó al hanyo había algo extraño.
-Su energía es diferente, se siente como hanyo pero a la vez pareciera que se perdiera poco a poco y sobresaliera su esencia humana.-
Es cierto que el hombre parecía ser impetuoso pero no parecía alguien que dejaría pasar la rareza de la situación.
-Entiendo, él tenía prisa- Ria miró hacia el horizonte y se dio cuenta que no faltaba mucho para que oscureciera.
"Inuyasha" lo llamó ella "gracias por salvarme." dijo inclinando ligeramente su cabeza. "Se que no tuviste intención de atacarme, y… que no tenías tiempo que perder."
-Acaso esa mujer sabe que hoy vuelvo a ser humano. ¿Cómo? Ni siquiera sé cómo sabe de mi. Esta mujer me debe muchas respuestas. Pero justo ahora- el hanyo miró de reojo al horizonte - no tengo tiempo para interrogarla.
"Olvídalo" respondió él secamente. "me alegra que estés bien. Adiós." su voz se oyó más apagada.
"Espera"
"No tengo tiempo." contestó con indiferencia.
-No cabe duda de que son hermanos - la actitud del chico divirtió internamente a la ninfa.
"Inuyasha será mejor que busques un lugar donde esconder tu debilidad. Tu despreciable naturaleza humana no tardará en aparecer." otro comentario malicioso salió del peli plateado mayor.
Dicho esto, Sesshomaru pasó de largo entre la pareja y desapareció entre los árboles.
" Amo bonito, espéreme" Jaken soltó las correas de Ah Un y se echó a correr detrás de su señor.
" Maldito, Sesshomaru. Yo no necesito esconderme de nada ni de nadie." gritó con fiereza, aunque su hermano ya no estaba a la vista. Él sabía que podía oírlo.
"Vámonos Miroku" le dijo al monje que hasta ahora se había mantenido discreto de todo.
El peli plateado estaba empezando a andar en otra dirección cuando, una vez más, la voz de la mujer lo detuvo.
"Es cuestión de minutos para que anochezca. No tiene sentido que vayas por ahí siendo humano. Deberías quedarte por esta noche. " aconsejó pacíficamente la mujer que conocía los casos especiales en que los mitad demonios se volvían simples mortales perdiendo sus poderes.
"No te creas con autoridad para decirme qué hacer, mujer. Además no me quedaré cerca de ese despreciable sujeto."
Lo último que necesitaba era la lástima de una desconocida y quedarse en el mismo lugar que su medio hermano.
"No creo que él vuelva. Y como te digo será más seguro si te quedas."
"Escucha, chica. Soy perfectamente capaz defenderme, como hanyo y como humano. No necesito cuidarme de nadie." contestó orgulloso.
"Inuyasha, escucha a la señorita, ella tiene razón." Miroku estaba seguro de que hacer lo que sugería la mujer era lo más sensato en esa situación.
"Si quieres quedarte puedes hacerlo. Yo me iré." el ceño del peli plateado se frunció ante la necedad de su amigo. No tenía tiempo para sus tonterías.
"Creí que tenías curiosidad sobre mí, pero quizás me equivoqué." Ria era una gran observadora y sabía que el hombre tenía mucha curiosidad. Ella haría que se quedara, necesitaba hablar con él, además era por su propia seguridad.
El muchacho de orbes doradas se detuvo por unos segundos, realmente sí tenía muchas preguntas sobre la mujer. Y según parecía sólo tendría esta oportunidad para hacerlas.
"El momento se aproxima, no te retendré más. Pero si deciden quedarse con gusto pueden unirse a nuestra cena."
Ria notó el brillo especial en las pupilas del chico perro.
-Puedo ser persuasiva cuando quiero-se felicitó la dama invernal.
La mención de comida fue el toque definitivo para que Inuyasha considerara la oferta de la mujer.
" Vamos Inuyasha, no seas un tonto." el monje puso su brazo sobre el cuello de su amigo y discretamente le hacía una llave. "Ayer no comimos nada, así que más te vale no despreciar la oferta de tan linda señorita." el joven ladino reía graciosamente mientras amenazaba a su amigo.
"De acuerdo, pero sólo un rato." gritó exasperado soltandose del agarre del peli negro.
El cielo nocturno ya se había oscurecido por completo, y la única luz que estaba sobre ellos era la de las estrellas. El viento soplaba moderadamente, pero la fogata que los kamaitachis habían encendido fue suficiente para mantener cálido al grupo.
Tal como prometió, la ninfa brindó comida a los viajeros, de hecho ella misma la preparó. Claro, sus sirvientes insistieron en que no lo hiciera pero ella dijo que era una forma de agradecer al hanyo.
Platillos de arroz, sopa y carne guisada fueron servidos frente a los hombres, cuyos ojos se iluminaron por el pequeño festín que desprendía un olor que realmente hacían bailar a sus papilas gustativas. Ria observó satisfecha de ver que los viajeros disfrutaban su comida.
En silencio ella miró detenidamente las facciones humanas de Inuyasha, quien ya se había transformado, y le parecieron fascinantes. Claro que era atractivo, pero no le llamaba la atención por ello, sino por el contraste que tenía con su versión hanyo. Su ojo artístico no pudo hacer otra cosa que llamarla a plasmar lo que veía.
Entonces, sutilmente y casi de forma mecánica ya tenía papel y carboncillo entre sus manos. Las líneas no demoraron en trazarse.
"Ahora, ¿me dirás de qué me conoces?"
El tono intrigante y un poco grosero de Inuyasha no se hizo esperar. Había estado incómodo de transformarse delante de la desconocida mujer, ella era muy enigmática y su desconfianza creció después de hablar con Totosai, cuando se lo encontraron camino a Tsue.
"Eres un poco contradictorio." a la ex divinidad le entretenía la personalidad del hanyo. "Actuaste a la defensiva desde el inicio,e incluso ahora. Pero cuando te invité a comer no tardaste nada en acomodarte." un ligero sonido que asemejaba a una risa se escapó de los labios de la mujer invernal.
"¿Crees que podría confiar en alguien que es aliado de Sesshomaru?" respondió groseramente.
" Y aún así sigues comiendo. ¿No crees que pude poner algo en los alimentos?"
Inuyasha detuvo sus palillos en el tazón. Parecía que lo pensaría otra vez antes de volver a tomar otro bocado.
" Estás mintiendo" dijo un poco tembloroso. "No pareces ese tipo de persona." agregó recuperando su seguridad y arrogancia.
"Si dices que no soy ese tipo de persona. Entonces no tiene sentido que seas tan receloso." Inuyasha no supo qué más decir, la chica elocuente le había ganado.
"La señorita es muy inteligente. Amigo, parece que te venció." dijo riendo el monje, mientras tomaba otro sorbo de su té. "Señorita…" hizo una pausa dándose cuenta de algo que parecía absolutamente ridículo y que hasta ahora no lo había pensado. "Oh, es verdad ni siquiera nos hemos presentado." una sonora risa envolvió el ambiente.
A Korihana le agradó el monje tan pronto lo conoció, claro había notado que su energía espiritual era algo turbia y no tan pura para ser un servidor espiritual, pero lo había dejado pasar porque a pesar de eso, no tenía mal corazón.
"Supongo que estaban realmente hambrientos. Mi nombre es Korihana. Estos son Shimo y Fubuki." la ex deidad presentó a sus acompañantes.
"Y cómo no?! Son un par de glotones" le susurró por lo bajo Shimo a su hermano gemelo. Ellos estaban muy sorprendidos de la velocidad a la que comían.
Shimo codeó discretamente al ojiazul para que pusiera atención y se presentarán adecuadamente.
"Somos los fieles servidores de nuestra Ama y Señora la diosa Korihana." los kamaitachis hicieron una reverencia sentados en sus rodillas. "Señor Inuyasha, queremos agradecerle por ayudar a nuestra querida dama."
"No se preocupen niños, Inuyasha lo hizo de buena voluntad, era lo correcto de hacer. Por cierto mi nombre es Miroku, soy un…"
"un monje. Lo notamos rápidamente, excelencia." respondió Fubuki.
"Es un gusto conocerla, señorita Korihana, quiero decir, Lady Korihana." se corrigió el hombre, considerando que debía tratarla con más respeto por su estatus.
"El título no es necesario. Por cierto, veo que no están sorprendidos al saber quien soy. Debo suponer que ya habían oído de mi."
Usualmente cuando alguien se enteraba que estaba frente a una deidad no podían ocultar sus gestos de asombro. Pero en este caso, tanto el hanyo como el monje actuaron como si el hecho no fuera una novedad.
" Supongo que estamos a mano, dado que tú ya me conoces y yo jamás te había visto." intervino el chico peli plateado.
-touché- pensó la ninfa
"No fue difícil deducir quién eras, cabello platinado y ojos dorados. No es algo que ves a menudo. Definitivamente eres hermano de Sesshomaru."
"Hn, ¿tan cercana eres a ese idiota, que te ha hablado de mi? No lo creo. Ese egocéntrico nunca lo haría." comentó groseramente.
"No somos cercanos. Un maestro herrero te mencionó. Así que cuando te vi, era obvio que eras tú."
"¿Un herrero? ¿Habla de Totosai? Fue él quien nos habló de usted." dijo Miroku
"Ya veo, no parece ser alguien que se distinga por su discreción" por alguna razón Ria no estuvo sorprendida por eso. Pero estaba intrigada por saber qué tanto habló el viejo demonio. "¿y qué fue lo que dijo? "
"Realmente no mucho, sólo mencionó que Sesshomaru estaba viajando con una deidad." comentó indiferente el hanyo.
"Dijo que Sesshomaru estaba acompañado de una bella dama con una energía pura y etérea. Muy encantadora aunque un poco fría." Miroku se acercó a la mujer y rápidamente tomó sus manos. "Y debo decir que no se equivocó, la señorita Korihana tiene los ojos más bell…"
"Excelencia, ¿qué hace?" gritó Shimo.
"Oye, ¿acaso quieres que Sango te asesine? " Inuyasha jaló las orejas de su amigo alejandolo de la mujer.
El monje río con nerviosismo.
"Calma no estoy haciendo nada malo, solo digo que nunca he visto ojos tan cristalinos como los de la señorita. Claro que es muy bonita, pero mi corazón es solo de mi querida Sango."
Ria no dijo nada, su rostro permaneció impasible, aunque internamente la situación fue muy cómica. Ella creía en las palabras del monje. Era un poco atrevido, pero reconocía a alguien enamorado cuando lo veía.
" Sí, sí, claro. Contrólate mañoso." bufó el chico de larga melena oscura. Pronto él dirigió la mirada a la mujer tratando de escudriñarla.
"Por cierto, tú energía se siente diferente de la de aquella vez." susurró
"¿De qué hablas?"
"Hace algún tiempo, Sesshomaru vino preguntado por algo muy extraño, él pensó que yo lo tenía."
-La gema divina?! - los claros y brillantes ojos de la mujer se agradaron por la sorpresa.
"Cuando apareció, un aura muy pura lo rodeaba, una que jamás había sentido. No era el de una sacerdotisa. Miroku dijo que era celestial. Y al saber que tenía que ver con algo sobrenatural, pues, no fue difícil de creer."
-¿Cuándo pudo ser eso? Seguramente fue antes de que me uniera a él en el viaje. Tal vez…-
La ninfa de la escarcha recordó la vez que se encontraron en las ramas de un árbol, el daiyokai fue inquisitivo respecto a la gema. E incluso ella le preguntó si no conocía a alguien que pudiera emanar un yoki similar al suyo.
-Tiene sentido, su hermano sería una opción obvia. Pero no hay duda de que Inuyasha nunca tuvo la joya.-
Ria tenía un laberinto de pensamientos en su mente que trataba de desenredar. Necesitaba respuestas de Sesshomaru.
"Pero… justo en este momento el aura que te rodea, no es la misma que la que percibí en él en esa ocasión." absorta cómo estaba en sus pensamientos, sólo volvió a prestar atención a su interlocutor luego de sentir que la miraba detenidamente. Ella vio que o como él olfateó el aire a su alrededor como buscando algo.
" ¿Qué ocurre?" le preguntó
" Es tu aroma. Es el mismo, pero tu esencia es como si fueras otro ser. Pero por ilógico que suene eres la misma persona."
Una pequeña línea se estiró en la comisura del labio de la ex diosa.
-Debe ser algo propio de la raza Inu-
Al parecer no tenían conocimiento ni de su viaje en el tiempo, ni de su estado de regresión. Únicamente, que buscaba esta gema.
-Afortunadamente es algo que se puede manejar.-
"Es un truco, debido a mi naturaleza debo evitar que mi esencia divina llame la atención, es por eso que mi aura adopta una esencia espiritual más común." Ria encontró necesaria esa mentira. Sus asuntos en este tiempo ya estaban más desordenados de lo que debían.
"Eso explica los polvos que usó contra las aves del paraíso." dijo el monje dubitativamente, tratando de dar sentido a lo que escuchaba.
"Así es, era una medida que estaba probando. Pero por lo visto, no es seguro usarlo delante del adversario si este puede verte." dijo ella recordando la ira de las aves del paraíso.
Shimo y Fubuki sirvieron más té a los invitados y a su señora, mientras comentaban lo terrible que fue ver esa escena.
" Como sea, esperaba que Totosai me dijera algo más sobre su peculiar unidad de viaje. Pero no parecía saber más, solo que estaban buscando algo."
-Al menos el herrero parece ser perspicaz-
Ria ignoró porqué el viejo demonio no contó sobre el asunto de tenseiga a Inuyasha, pero lo agradecía. Nadie más que ella y Sesshomaru sabían de esto. Y no hubiera sabido qué decir si el mitad demonio lo comentaba en frente de sus sirvientes.
"Supongo que has oído sobre la gema divina" dijo Ria como una pregunta indirecta para el travieso monje. Al oírla, este asintió puesto que estaba familiarizado con la leyenda.
"Esta joya es de un valor inestimable, sumamente peligrosa y poderosa, mucho más que la de Shikon. Fue robada y he venido a encontrarla."
"Sí, la historia la conozco. Lo que no entiendo es como tu camino y el de ese idiota se juntó." Inuyasha estaba bastante interesado en descubrir que narices tenía que ver todo esto con su hermano y por qué era importante para él. "Conozco bien a ese tonto, no le interesaría ese tipo de cosas, sea lo que sea."
"Tienes razón, el motivo por el que nuestros caminos se han cruzado es que, quien creo ha tomado la joya es alguien que tiene una deuda pendiente con tu hermano. Hemos venido hasta aquí a encontrarlo, pero se oculta. Ha disipado por completo su rastro, sin embargo, si tiene la joya yo podré percibirla y encontrarla."
Korihana reveló a breves rasgos su historia omitiendo claramente lo que no debía saberse de más.
" En ese caso, ese odioso tipo te será inútil ya que no podrá olfatearlo. Podrías encontrarlo tú misma."
"No es tan fácil como parece. La energía de la gema está muy diluida, así que sólo podría percibirla si realmente estuviera muy cerca." dijo ella en un suspiro. "Por eso me es conveniente seguir con tu hermano, de una forma u otra, es el tipo de yokai que no deja pasar una deuda."
"Eso no se puede negar." Inuayasha estuvo deacuerdo sobre la severidad y la naturaleza vengativa de su hermano, nada lo detendría si quería encontrar a alguien. "En fin, suerte con eso, dudo mucho que ese tipo sea una persona con la que quisieras viajar." comentó el ahora humano hanyo con picardía y diversión.
Después de un rato de hablar de cosas al azar sobre la ninfa, los viajeros dieron su curiosidad por satisfecha. Claro la ex diosa fue muy cuidadosa con lo que decía, pero en general tuvo un tiempo ameno con ellos.
Ayudados por la útil bolsa sin fondo de la ninfa, los kamaitachis dispusieron de mantas y otras cosas para preparar camas improvisadas para los invitados. Miroku no tardó en agradecer y acomodarse en el cálido lecho que le habían ofrecido.
"Inuyasha, deberías descansar un poco, estos días han sido extenuantes." aconsejó sabiamente su amigo.
"Sabes bien que no duermo en noches como estas. Si estás cansado duerme tú mejor. Yo estoy bien."
Aunque trató de aparentarlo, el monje conocía bien al hanyo, y era obvio para él que su amigo seguía sintiéndose vulnerable en su forma humana. Hace mucho tiempo que parecía que eso ya no le importaba, pero tiene sentido que ahora volviera a estar a la defensiva. Por su encuentro con su hermano y la deidad.
"Sólo dormiré unas horas, luego yo haré guardia y más te vale que duermas o te golpearé." amenazó el monje, aunque su voz no tenía nada de aterradora.
"Ja, quiero verte intentarlo." río presuntuosamente el pelinegro.
Después de esto el monje no tardó en dormirse, casi al mismo tiempo que los kamaitachis sobre Ah Un.
Ellos también le habían pedido a su señora que descansase para recuperar fuerzas de todo el día que había tenido, pero ella gentilmente les dijo que no se sentía cansada y que se quedaría despierta unos minutos más. Resignados buscaron su nuevo lugar de sueño, el lomo de la gran bestia, y durmieron.
La ninfa y el hanyo humano mantenían su distancia y no cruzaron palabras. La mujer aprovechó ese tiempo para retomar el trabajo que había querido hacer horas antes, pero que había sido interrumpido por una larga charla.
-Me preguntó si debería… Bueno, eso sería lo correcto.-
"Inuyasha" llamó inexpresivamente la mujer.
El ex hanyo, cuyos ojos habían abandonado el brillo dorado deslumbrante por una cálida oscuridad, la miró con curiosidad esperando saber qué era lo que ella quería decirle.
"¿Te importaría si te dibujo?" preguntó.
La solicitud había tomado por sorpresa al pelinegro. Sin duda lo vio como algo muy extraño.
"¿Por qué quieres hacer eso?"
"Es mi pasatiempo. Y encuentro interesante el contraste de tu apariencia hanyo y humana. Honestamente, ya había empezado a hacer algunos trazos, pero creo que sería más educado preguntarte antes de seguir." dijo la ninfa mostrando su libreta con lo que parecían unos rayones que el chico no pudo distinguir qué parte de él era eso.
" Hazlo si quieres." dijo con algo de recelo." Además, ya has empezado y creo que lo quiera o no lo harás. Así que, al menos quiero ver cómo se ve un retrato mío."
"Eres muy perceptivo" una risilla poco audible escapó de la ninfa. Eso sorprendió un poco al humano, porque para él no parecía una chica muy expresiva. Sin embargo no le desagradaba.
Pasaron algunas horas antes de que el dibujo estuviera terminado.
"¿Qué te parece?" la ninfa le mostró el papel al pelinegro esperando oír su crítica.
El hanyo se acercó rápidamente y tomó la hoja y sus ojos no dejaron de estudiar el dibujo que tenía en su delante.
Sin duda era impresionante, él estaba realmente impactado por el talento de la chica, ella había hecho un retrato frontal de su persona, sin embargo lo que le pareció fascinante fue que la mitad de su rostro era mitad demonio y la otra mitad humano.
Aunque sólo había hecho el dibujo a carboncillo pudo notar perfectamente sus rasgos distintivos. El profundo negro en su cabello humano o en sus ojos, las orejas que suelen estar sobre su cabeza cuando está en su forma original y las pequeñas que aparecen cuando es humano. Esa imagen lo captaba muy bien, incluso podía decir que la mitad hanyo lucía más feroz y salvaje que su lado humano.
"Eres una persona muy talentosa." dijo con sinceridad. "No sé mucho de estas cosas, pero no he conocido a nadie que pueda dibujar así. Supongo que es porque eres una diosa."
"Gracias. Tu cambio realmente me inspiró. Puedes quedártelo si lo deseas." sugirió cortésmente la mujer.
Inuyasha lo pensó, y terminó aceptando. No todos los días una diosa lo dibujaba en sus dos formas. Además de que sabía que esto era algo que a Kagome le encantaría ver. El hombre le agradeció y dobló el papel antes de guardarlo en su túnica.
Ria guardó todos sus materiales y parecía que iba a descansar, pero realmente se acomodó en el tronco en que se había estado recargando todo ese tiempo.
"Pensé que dormirías. ¿Los dioses no lo necesitan?"
"De la manera que los humanos lo requieren no. Pero si podemos hacerlo, y a veces es útil."
"Ya veo" murmuró con voz cansada el chico de la túnica roja.
"Tú por otra parte, hoy eres humano y se nota que estás muy cansado. Deberías dormir." aconsejó suavemente la mujer, su voz casi sonaba como una suave canción de cuna.
"Mi lado humano es muy débil, pero no puedo darme el lujo de bajar la guardia. Además solo será hasta el amanecer." comentó con dureza el chico quien siempre resentía de su condición humana.
"La vida de un mitad demonio es difícil, lo sé." la ninfa lo miró con ojos tristes y compasivos.
Al hanyo usualmente le molestaba que la gente le tuviera lástima,pero en esta ocasión, en ese momento, y con grato asombro no lo sintió de esta manera.
Gracias a todos los lectores de todas partes!
Por favor deja tu cometario. Anímame a seguir escribiendo!
XOXO
