El maleficio

Capitulo 06: Ventura

Se despertó solo porque el sol le daba de lleno en la cara. Abrió los ojos con cuidado, preparado para cerrarlos rápidamente si la luz le hacia daño, pero lo que vio los hizo abrirlos mas todavía. Se encontró mirando el techo de la habitación que Misty le había proporcionado durante su estadía en Ciudad Celeste.

- ¿Qué hago aquí?- se preguntó sentándose. Estaba muy seguro de que nunca - nunca- había vuelto al gimnasio tras su encuentro con la gitana el día anterior. Sin embargo no podía acordarse de que era lo que había hecho, o como había acabado allí. Se masajeó la cabeza pensando que quizás era la resaca del alcohol, pero no había tomado nada - estaba muy seguro de ello-

Hasta ese dolor sofocante en su pecho había disminuido. En cierta forma se sentía con mayor libertad para respirar.

Saltó de la cama y abrió el placard. La ropa estaba acomodada en los lugares correspondientes y las maletas guardadas. Ni rastro de que en un rapto de locura había empacado todo y había huido escapándole a la pena.

Se bañó para terminar de despabilarse y no muy convencido descendió la escalera. Se peinó el cabello húmedo con los dedos y entró a caminar por el silencioso gimnasio. Agudizó el oído esperando oír las risas de Gary y Misty desde la cocina, o desde cualquier otro sector de la casa, pero nada. Silencio absoluto.

Y la verdad, era que esa calma era inquietante…

Empujó la pesada puerta de madera esperando hallarse solo como el día anterior, y por eso se mantuvo inmóvil en el umbral al ver a la joven pelirroja en la cocina - sola-, ocupada guardando comida en una enorme cesta de mimbre.

La miró casi sin querer, desde el ajustado jean celeste que se adaptaba a la perfección al contorno de sus piernas esbeltas, pasando por la blusa holgada que en nada ocultaba las líneas misteriosas que se adivinaban bajo esta; finalizando en el largo cabello color mandarina que suelto caía bajo la boina oscura que descansaba en su cabeza. Sonrió, feliz, sintiéndose algo tonto por conformarse con ese placer simple que experimentaba con solo estar ahí y verla.

Ella advirtió su presencia por fin, y se giró sonriéndole.

- Buenos días, Ash. Ya estaba por ir a despertarte-

Ignoró el comentario y el suave fulgor que ocupó sus ojos por un segundo. Se dirigió hacia la heladera, pasando junto a ella.

- ¿Y Gary?-

Misty se encogió de hombros –En su casa supongo-

- ¿Supones?-

- Hace mucho que no lo veo- pasó junto a él y analizó el contenido de la heladera abierta -¿Por qué lo preguntas?- sacó un par de manzanas y las sostuvo en las manos un momento.

Él la observó de soslayo a medida que hablaba -¿Hace mucho que no lo ves?-

Misty torció la cabeza, inclinándola a un lado, sosteniendo su aguda mirada –Si-

- ¿Si?-

- ¿Vas a repetir todo lo que yo digo?-

- ¿Acaso no estuvo aquí ayer?-

- Pues no que yo sepa-

Sonrió irónicamente, lanzándole una ojeada escéptica -¿Estas jugando conmigo?-

- Quizás debería ser yo quien dijera eso…- resopló molesta. Luego cesó su acción viéndolo apenada -¿Es lo que crees de mí?-

Para ser una broma estaba yendo demasiado lejos, y Misty nunca fue buena mintiendo. Por unos segundos lamentó el tono rudo y descortés que había usado para hablar. Ella se veía confundida y triste. Y había vuelto a darle la espalda ¿molesta quizás?

- ¿Y que es lo que haces tu?. ¿Vas a salir de picnic o que?- preguntó suavizando la voz en un tono mas amistoso.

Misty guardó unas servilletas y un mantel –Así es, saldré de picnic-

- ¿Sola o acompañada?-

- Acompañada-

- Oh…- él se apoyó contra la mesada presa de un visible malhumor –Que bien-

Misty terminó de guardar las cosas y bajó la cesta –Aún tengo que invitar a mi acompañante y… por los hechos recientes, tengo mis dudas de que acepte…- rió entre dientes –Esto pasa cuando uno se guía a través de los impulsos…- alisó los cabellos que caían en sus hombros -¿Cómo me veo?-

- Te ves bien- trató de restar importancia al tono de su voz y de mirar a otro lado mientras lo decía

Misty se miró en el reflejo metálico de la cocina y tras acomodar detalles inverosímiles de su persona, se dirigió hacia Ash sonriendo tímidamente.

- ¿Quieres venir de día de campo conmigo?-

-¿QUE?-

- Te estoy invitando a un picnic…- susurró ofendida.

Ash parpadeó todavía anonadado -¿Estas invitándome en serio?-

- Bueno, si no quieres…-

- Es que creí que saldrías con Gary…-

Misty lo observó fijo, sus verdes ojos mas abiertos que nunca. Parecía tan cerca y vulnerable como aquella vez que observaba sus rasgos bajo la pálida luz de la noche.

- Otra vez Gary-

- ¿Qué acaso no es tu…?-

- ¿Mi?-

- No me obligues a decirlo…-

Ella le hizo un gesto, alargando un poco más sus ojos.

Suspiró –Prometido…-

- ¿QUE?- arqueó las cejas sorprendida, considerando aquello. Hizo un leve movimiento con su cabeza –Bien, oficialmente ahora creo que te has vuelto loco-

Ash dio un paso hacia atrás mordiéndose el labio. Negó frenéticamente, en tanto los recuerdos de esos días se hacían reales una y otra vez en su memoria.

- Ash- oyó su voz suave muy cerca, y luego sus manos rodearon su rostro -¿Te sientes bien?. Estas alarmándome en serio-

Abrió lentamente los ojos, y la vio allí frente a él. Su mirada entera reflejaba preocupación, ansiedad y…y… y algo más que no supo reconocer. No pudo evitar relajarse al sentir la suavidad de esos dedos en sus mejillas. Bajó la cabeza en tanto sus parpados se cerraban otra vez, inconscientemente disfrutando los agónicos segundos de esa caricia.

- Yo…-

- Hace días que te veo muy deprimido…. ¿Tienes algún problema?. ¿Alguien te ha hecho daño?-

Él la observó en silencio viendo como variaba la tonalidad en sus pupilas, creando un cristalino estanque azuloso en el que no tardaría en hundirse.

- No pasa nada- sonrió finalmente, poniendo una mano sobre la mas pequeña que descansaba en su mejilla -¿Entonces lo del picnic va en serio?-

- Si, pero…-

- Pero nada. Salgamos y punto- le dio un débil tirón a la boina de modo que esta le tapó los ojos. Recogió la cesta del suelo -¿Cocinaste tu?. Entonces lleva unos cuantos antiácidos-

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- ¿Y si estamos perdidos?- la observó desde su cómoda posición en la manta, mientras aspiraba una bocanada del perfumado aire de campo.

- Ya te he dicho que conozco el bosque verde como la palma de mi mano- abrazó sus rodillas y le dio una ojeada de reojo- A diferencia de algunos…-

Él se rió entrecerrando los ojos –Misty, la irónica-

Ella ocultó una mueca divertida y comenzó a guardar la comida en la canasta. Luego se incorporó tendiéndole una mano –Vamos a caminar-

- ¿Dejaremos las cosas aquí?-

- ¿Qué tiene de malo?- se sacudió el polvo de la ropa y se irguió –Si no vienes, me iré sola-

- Está bien, está bien…-

Anduvieron un buen trecho en completo silencio. El día era hermoso y los cálidos rayos del sol se filtraban acariciando las ramas de los árboles. A lo lejos se oía el canto de las aves y en todo el bosque se aspiraba un fuerte olor a pino y helechos silvestres.

Misty estudió el cielo a través de las frondosas ramas sintiendo el tibio calor en su rostro, cerró los ojos por un segundo y sonrió. Se giró al alto hombre a su lado, quien pateaba la gramilla del suelo. Él también la miró.

- ¿Soy yo o este lugar no ha cambiado en trece años?-

- Los que cambiamos somos nosotros- dijo ella –El bosque se mantiene siempre imperturbable-

Siguieron caminando en silencio por otro largo rato. Cada uno metido en sus pensamientos.

Ash observó el pequeño camino frente a si, y sonrió –Todo esto me trae muchos recuerdos-

- Hemos pasado por aquí muchísimas veces –lo miró devolviéndole la sonrisa –Este lugar es difícil de olvidar…-

La expresión de su rostro era tan dulce que Ash apretó los puños para evitar el súbito impulso de quebrar con una caricia, el hermoso momento que estaban compartiendo. Volteó la cabeza, dándose tiempo a tranquilizarse –Gracias a Dios y todavía recuerdas la forma de salir de aquí ¿verdad?-

Misty asintió soltando una pequeña risita. Aminoró la marcha.

Él también lo hizo.

- ¿Recuerdas ese juego que solíamos jugar aquí cuando éramos pequeños?-

- ¿Cuál?-

Se detuvo todavía sonriendo- Toque de queda-

- ¿Cómo olvidarlo?. Siempre me ganabas porque corrías mas rápido que yo, y Brock me regañaba. Era difícil atraparte…-

Misty volvió a reír, pero esta vez de un modo mas malicioso. Se acercó deliberadamente a él, quien detuvo su aliento por un momento, y luego extendió un dedo que presionó en su frente -¡La quedas!-

Y antes de que pudiera reaccionar o hacer algo, observó atónito como ella retrocedía poniendo cierta velocidad peligrosa a sus pasos -¡Ahora tienes que atraparme!-

- Pero Misty –rezongó –Hace años que no jugamos a esto-

- Tienes que atraparme- reiteró deteniéndose a medias en la maratón que había empezado, riéndose como si volviera a tener diez años de nuevo –Y es mi última palabra…- tomó mas velocidad y se internó definitivamente en la espesura.

- Pero…- murmuró al viento – Hasta olvidé como se corre…-

Después de varios segundos, en los que discutió consigo mismo por si debía seguirla o no, salió apresuradamente tras ella. Temeroso de que en un intento de asustarlo, acabara perdiendo la orientación y extraviándose.

Luego de varios rodeos, se detuvo en un claro rodeado de árboles más jóvenes. La descubrió varios metros mas adelante haciéndole señas desde tras de uno de ellos.

- Misty detente-

- ¡Dije que tienes que atraparme!- gritó apoyando su sonrojada mejilla en el tronco. Volvió a reír entrecortadamente y desapareció.

Por treinta eternos minutos corrió como loco tras ella…

Cuando parecía que al fin iba a alcanzarla, repentinamente se evaporaba frente a sus ojos. A lo lejos solo se oía su risa burlona, así como sus pisadas ligeras y volátiles. Su voz instándole a que continuara. ¿Sería aquel otro juego de esa gitana maldita?

Agotado se apoyó contra un pino tratando de recuperar el aliento, por sobre su hombro la vio caminar por el claro buscándolo. La boina había desaparecido de su cabeza, y su cabello lucia suelto y desordenado debido al viento. Sus mejillas rojas por la carrera y las manos reposando en su pecho que rítmicamente subía y bajaba a causa de la agitación. Ash sonrió para si apretando la espalda contra el tronco, tomó aire y saltó sobre ella cuando pasó a su lado, tomándola de la cintura. La joven prorrumpió en un agudo grito.

- Creo que… te atrapé - susurró en su oído.

- Déjame dudar de eso-

Misty empezó a tironear y a patalear para soltarse. El movimiento fue tan brusco que hizo que ambos perdieran el equilibrio y cayeran al suelo, envueltos en sus propios brazos y piernas. La risa fue instantánea a medida que rodaban sobre el pasto, ensuciando sus ropas con verdín.

- Está bien… creo que me atrapaste…- murmuró Misty entrecortadamente, minutos después y una vez que se hubieran detenido, y observaba el rostro encima del suyo.

- Eso me recuerda que…- él deslizó un dedo por su frente –La quedas-

Ambos se quedaron viéndose mientras de a poco dejaban de reír. Conscientes por fin de la posición en la estaban y el hecho de que sus cuerpos estaban prácticamente pegados, y era inevitable advertir ciertos cambios.

Sino ponía un alto, Ash sabia que volvería a caer y lo ocurrido esa tarde-noche se haría presente otra vez, y si sucedía, no estaba seguro de tener suficiente aplomo como para frenarse. Desvió la vista de ella y apoyó las manos en el suelo para levantarse. Misty lo detuvo sujetándolo del brazo. Aturdido la observó, tratando de leer algo en la expresión serena y vulnerable de su rostro.

- ¿Te hice daño?-

Ella asintió.

- ¿Dónde?- él intentó incorporarse otra vez, preocupado de que la abrupta caída o el peso deliberado de su cuerpo la hubieran lastimado de verdad.

- Aquí- su mano libre estaba a la altura de su corazón.

- Myst…- volvió a mirarla con desesperación rogándole silenciosamente que lo soltara –No quiero lastimarte ni hacer algo que arruine nuestra amistad…-

- Nuestra amistad ya está arruinada-

- No…-

Ella alzó la cabeza y se humedeció los labios. Todo su carácter de mujer se reflejó en aquella pequeña expresión.

- Lo que casi sucedió la otra noche no es algo que suelen hacer los amigos…-

- Yo…- la sangre acudió a sus mejillas al recordar parte de aquello.

- Cállate-

- Nunca fue mi intención faltarte el respeto de esa manera, yo…-

- Ash…- Misty susurró tapándole la boca con una mano, mientras con la otra le acariciaba la mejilla -¿Qué no te das cuenta que quiero que te calles y me beses de una vez?-

- ¿Qué?-

Lo próximo que supo fue que los brazos de Misty rodeaban su ancha espalda, y que su boca buscaba tímidamente la suya.

Fue como un acto reflejo. Ya no opuso resistencia y se dejó caer suavemente sobre ella. Sentía sus besos y las caricias de sus dedos como parte de una deliciosa persuasión a que respondiera.

Y temblando gimió su rendición.

Sus propias manos la estrecharon contra su cuerpo, mientras entreabría los labios sobre los suyos, y sus lenguas se unían en un beso muy placentero. La oyó suspirar y arquearse instintivamente enredando sus delgados brazos alrededor de su nuca, hasta que no quedó el más mínimo espacio libre entre ellos.

Había verdadero amor en sus caricias y en la forma en la que se abandonaba a él. Muy distinto a lo ocurrido aquella tarde en la piscina, donde la respuesta era el más bajo y puro acto de lujuria.

Ash fue el primero en separarse. Respiraba con dificultad. Los brazos en torno a su delgada cintura.

- Misty…- sus parpados todavía continuaban cerrados -¿Qué hice…?-

Las manos de ella seguían entrelazadas a su nuca. Le dio un rápido beso en la nariz en tanto abría los ojos –Lo que yo te pedí, tonto- le respondió sonriendo.

- Yo… pero…-

- Te amo- dijo de golpe, sin dejar de verlo con esa expresión que demostraba que no había lugar para dudas o preámbulos.

- ¿Q-que..?- de un movimiento convulso, él tomó el rostro de la joven entre sus manos- Repite eso-

- Te am…-

No la dejó terminar, e inclinado súbitamente la cabeza hacia la suya, dejó que sus labios buscaran los de Misty otra vez.

- Ash…- fue la débil respuesta hecha entre suspiros.

- También te amo, también te amo…- repetía él sin dejar de besarla una y otra vez. Dándose solo el tiempo suficiente para que ambos renovaran el aire de sus pulmones, antes de sumergirse nuevamente en otro beso apasionado y frenético –También te amo, Misty…-

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- ¿Has cambiado de opinión Ash Ketchum?-

Él sonrió al oír esa conocida voz resonando en su cabeza. No tenía idea de cómo podía hacerlo, pero estaba demasiado feliz como para ocuparse de eso.

- Gracias…-

- No me lo agradezcas, había una lección que aprender y lo has hecho maravillosamente-

- ¿Entonces?-

- A excepción de cierto acontecimiento ocurrido en una piscina…todo lo que viviste en estos treinta días no fue más que un fruto de tu imaginación. Esta es la verdadera realidad-

- Gracias otra vez- sonrojado, apoyó los labios en la frente de la joven pelirroja que yacía en sus brazos -De verdad muchas gracias-

- Espero no tener que aparecer de nuevo, Ash. La próxima vez no seré tan condescendiente contigo-

- Lo sé-

- …Y no soy una gitana, al contrario de lo que tú pienses-

- ¿Eh…?-

- Adiós y cuídate-

Ash emitió un suspiro de alivio mirando el cielo turquesa sobre su cabeza. Lentamente se volvió a Misty, que estaba con los ojos cerrados, con su rostro vuelto hacia el suyo –Gracias quien quiera que seas- con suavidad dejó caer la cabeza junto a la suya, sumiéndose en su misma posición, consciente de cada emoción que recorría su cuerpo –De verdad, muchas gracias por esta nueva oportunidad…-

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Apoyada contra el árbol admiraba el hermoso paisaje. Sus azules ojos permanecían fijos en la pareja que ahora descansaba bajo el calido sol del atardecer. Sonrió quitándose un mechón de cabello negro de la mejilla, mientras jugueteaba con la moneda dorada que colgaba de su cuello.

- ¿Satisfecha?-

Se giró al oír esa voz que era extremadamente similar a la suya. Ella misma estaba parada frente a si. Como si se encontrara ante un espejo que la reflejaba de cuerpo entero. De no haber sido por el níveo vestido, diría que era su reflejo el que estaba allí.

- Pensé que nunca lo lograrías-

La recién llegada le dio un leve golpecito a la cristalina piedra que pendía de su garganta.

- Me ofenden tus palabras-

- Le eché una maldición, prácticamente estaba en mis manos. Deseaba la muerte y lo sabes-

- No fue tan así- se acomodó los pliegues de su vestido blanco –De otra manera estaría contigo, y no aquí con ella-

Ambas se giraron a Ash que ayudaba a Misty a levantarse. Con los brazos alrededor de ella, parecía renuente a dejarla ir pese a las risitas de ella que le aseguraban que no se desvanecería en el aire. Pero él volvió a negarse, besándola como si fueran las dos únicas personas en el mundo, y al parecer sin importarles de las dos extrañas espectadoras que sonreían felices ante toda esta escena.

- Bueno, supongo que ese es tu trabajo y por eso te eligió-

- El tuyo también, solo que en diferente manera…-

- ¿Quieres decir que soy tétrica, verdad?- la que vestía de negro echó su trenza hacia atrás con una mueca divertida –Como sea, me gusta mi trabajo-

La de blanco sonrió.

- Es bueno volver a verte, hermanita. Aunque sea de esta forma. Hacia mucho tiempo que un caso de estos no nos juntaba. Anteriormente la gente era mucho más fácil de convencer…-

- Pienso igual- la otra volvió a sonreír, y emitió un suspiro de tranquilidad viendo como los dos jóvenes tomaban la canasta, y abrazados retomaban el camino a casa- La próxima vez elije una victima mas común y menos complicada-

- Me gustan los desafíos, aunque esta vez me haya tocado perder-

- Bueno, tampoco ha sido un gran mérito; él solo necesitó un empujoncito…-

- Que casi acabó matándolo-

La de blanco sonrió dándole la espalda –No te preocupes, aún le restan muchos años antes de encontrase definitivamente contigo. Me ocupé de eso-

- Ya veo. ¿Qué me dices de ella?-

- Ni se te ocurra…-

- Está bien- apretó la moneda dorada en su cuello –Hay muchos lugares por visitar, tengo trabajo retrasado… este caso ha excedido los limites de mi paciencia…-

- Yo también debo irme- se rió.

- Cuídate-

- Es gracioso que me digas eso a mí…- de la cristalina piedra comenzaron a salir pequeños haces de luz que la rodearon –Adiós-

El reflejo plateado la hizo parpadear –Adiós hermanita…- un denso humo negro salió de sus pies y envolvió su figura haciendo que ella también despareciera en el aire.

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Observó a su diosa durmiendo placidamente a su lado.

Su cabello cobrizo desordenado sobre la almohada, sus mejillas teñidas de ese rosa natural que solo produce el sueño. Sus labios entreabiertos en un gesto provocativo e incitante. Sonrió mientras alargaba el brazo para apagar la lámpara, cuidando de no despertarla. Por un momento, sus ojos se detuvieron en la escritura de un papel que sabía nunca estuvo allí.

He aquí el poder de la vida y la muerte está en tus manos ¿Cuál camino vas elegir?

Ash volvió a mirar a Misty –La vida- apagó la luz y se acurrucó junto a su divinidad entrelazando los dedos a los suyos –Elijo la vida…-

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He aquí el poder de la vida y la muerte está en tus manos ¿Cuál camino vas elegir?

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Fin.

What to say, Lord? It's
You who gave me life and I
Can't explain just how
Much You mean to me now
That You have saved me,
I give all that I am to You
That everyday I can
Be a light that shines Your name

Everyday, it's You I live for
Everyday, I'll follow after You
Everyday, I'll walk with You, my Lord

Hillsong -United Live-

Nota:

Dedicado a cierta autora (Misato Psy n.n) rogando que le sirviera de inspiración:D

Gracias por seguir esta historia! –a todos! Muchas gracias n.n-

Y recuerden, por más problemas que tengan, elijan siempre la vida.

Nos vemos y cuídense mucho!

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Sumi chan