Capitulo seis Intercambio

La Tía ladina y lista, de los guardias se perdía y por una puerta a la risueña Elisa veía, esta con cara de espanto se dio cuenta que no era Candy, pues todavía estaría llorando y a ella jamás la salvaría. En ese momento nerviosa y sonriendo por la confusión, buscaba ir a la cocina y por el servicio escapó.

Al mismo tiempo entraba una joven muy bonita, con marcas de haber llorado entraba Susanita. Pensando en su agonía pues a su amado perdía, la habían cambiado de pronto cuando a él solo amaría, pensaba en suicidarse desde el más alto balcón y que recordara Terry que con ella fue un… Desgraciado.

En Escocia con cautela observaba Candy a todos, y buscaba a su amado, sin embargo con una tela su cabeza y rostro había tapado, por fin averiguaba donde era su habitación y para no ser descubierta entraba sin precaución, ahí se encontraba su amado saliendo de bañarse y ella de espaldas con él fue a encontrarse. Al girar bruscamente la toalla de su cintura tumbo y el todo apenado a ella se abrazó

-Que haces aquí mi vida, si no debo verte todavía

- Vine a ver que otra vez al novio no me cambiarían.

- Es de mala suerte ver a la novia antes

- Pero no al novio y eso ya es bastante.

Candy sonreía y cubría su cabeza, pero sus ojos veían lo que descubrió en su torpeza. Albert sonrió y apenado reía, pues su futura esposa desnudo lo veía.

-Candy por favor me tienes loco

- Perdóname Albert tan solo vi un poco.

Salía corriendo y de inmediato se vestía, pues definitivamente del novio no escaparía.

Entre suspiros la novia era arreglada y el novio recordando lo que sucedió todavía se apenaba

- Sucede algo Tío, porque sonríes así

- Nada Archie recordaba cómo cambio a Candy por Elisa y como todos los Legan no estarán aquí.

- El más gustoso fue Niel, que salió de inmediato a confirmar la noticia, pues su lista hermana se casa muy de prisa.

En Inglaterra molesto Terry vio a Susana entrar, y ella con llanto le dijo

- Por una pelirroja me vas a cambiar. Terry notando su enfado, a ella se acercó

- Que has dicho Susy, no conoces a mi prometida, debo obedecer a mi Padre, lo siento yo no quería.

- Lo sé mí amado Terry pues nunca la vas a amar, ella es muy risueña pero a ti no te va a gustar, la vi mientras la vestían y sentí celos de ella, con su cara sonriente y su cabello encendido, parecía una serpiente saliendo de su nido. No te merece mi amado Terry, tu sabes cuánto siempre te he querido,

- Tal vez te confundiste un poco, pero la novia es más rubia que tú, si acaso tiene pecas y rizos, pero con todo y eso la acepto pues estoy seguro que tiene fuerte su carácter y con ella he de olvidarte.

- Terry yo no te engañé, fue todo un error, yo estaba con él, pero solo actuaba una obra de terror.

- Lo siento el mal está hecho y no acepto que digas que mi novia es un diablo, pues su cara es de un ángel y créeme con ella voy a casarme.

- Tal vez se pinto el pelo, pero no le vi ningún rizo, ni una peca solo risas efusivas, pero allá tu, estaba dispuesta a morir por ti, pero al ver por lo que me has cambiado, mejor he decidido vivir, al menos no estaré a tu lado pero de ti me he de reír.

Terry estaba confundido por lo que escuchaba de Susana, ella salió muy digna demostrando que era una gran dama, al salir se encontró con Niel y ambos se miraban, ella sonrió un poco y a Niel ya eso le gustaba, dejo su camino a ver a su hermana y tras de la joven se fue… si tras de Susana.

La boda en Inglaterra era todo un suceso, los padres de Elisa llegaron y con Richard se encontraron, que ellos estaban dispuestos aceptar el matrimonio, pero que fuera completamente legal, mientras Richard recordaba al jefe de Escocia y su Clan

- La joven accedió no aceptaré que venga ningún escocés, pues ya no hay nada de que hablar con ese hombre que quiso humillar nuestro nombre.

- Pues bien, usted necesita mi firma y necesito la suya, para saber que Elisa queda casada con su hijo

-Por supuesto que la dama acepto, hasta el anillo ya tomó, la Tía ha firmado y si no tiene validez, entonces aceptare sus firmas pero el compromiso jamás cancelaré

La boda en Escocia se llevaba a cabo, discreta y segura a puerta cerrada, con solo la familia más allegada.

La abuela entraba con el jefe del Clan Andrew y Anthony llevaba a Candy como si fuera su hermano. Había pocos presentes sin embargo todo Escocia conocía la razón y es que un Inglés intento robar a un Escocés su corazón, el país entero festejaba que la dama eligió a su Jefe y no al mentado Duque Inglés.

Terry por su parte veía a Susana a lo lejos sonriendo con un joven que le besaba la mano, el joven la abrazaba y al oído le hablaba, Terry con coraje pensó no que no me olvidaba.

Entraba por la iglesia cubierta de pies a cabeza, haciendo todo muy interesante, la boda se lucía radiante entraba una novia muy elegante, con un hombre muy serio, al que Terry desconoció y una hermosa dama lo esperaba, y no era la Tía de la dama.

Por fin se escuchó "Los declaro marido y mujer" en Escocia se besaban Albert y Candy muy al estilo escocés, el con falda elegante, ella sonriente y triunfante, pues ya conocía lo que estaba debajo de la falda, pero veía a sus ojos y ambos se ponían rojos.

- Candy vas a matarme de angustia

- No querido que sin ti no salgo de Escocia, a ni a ninguna parte jamás a mi no me cambian a mi esposo, así tenga que pelear por mi güero hermoso y aunque use falda, saque música de un costal sigue siendo precioso. Albert sonreía emocionado, definitivamente a esa joven era la que siempre había esperado.

Mientras en la iglesia en Inglaterra Terry levantaba el velo, para besar a su esposa ella le dijo

- ¡Aquí estoy mi cielo!

Los ojos de Terry estaban de espanto, donde quedo la pecosa a la que deseaba tanto, pues le dieron gato por liebre y la joven estaba bonita pero no era la jovencita que su cara había surcado, era otra la mujercita que estaba a su lado.