DERECHOS DE AUTOR:
los pongo para no tener problemas con nadie T T)
Como les dije en mi fic "Un viaje de Locos", comence un nuevo proyecto, la traduccion de Dead Famous, un Fanfics, de Inuyasha, les digo que tuvo mas de 9 mil reviews, asai que se los recomiendo.
La traduccion de los primeros 4 capitulos noson miasson de Némesis. Y todo los derechos de la traduccion son de ella. Del 5 capitulo es totalmente traducido por mi!
Y el fanfction original es de Rozefire, y unicamente de ella.
Y por otro lado la serie es de Rumiko Takahashi.
Dead Famous
(Famoso muerto)
Por Rozefire
Traducido por Némesis
Nota de la autora: Bien, ya es oficial, Inuyasha pierde el rosario en la tercera película, después de incontables interpretaciones de ese acontecimiento en incontables fanfics. El momento en que ocurre viene acompañado de una gran explosión (el pobre Shippo sale disparado) y de un grito melodramático de Kagome (forma de demostrar que confías bastante en que él no te rebanará cuando esté libre, Kag)... y aquí todos piensan que caen inconsciente al suelo.
Si deseas verlo por ti mismo, ve a este sitio:
http/inuyasha-info.virtue.nu/download.html
Descargad el trailer la tercera película puesto como '2(DivX 5.02)' y podréis ver vosotros mismo el trailer (Parece una buena película también )
Capítulo 3
El camino de vuelta...
Oh, dios... ella se desmayó. Inuyasha ocultó la pequeña sonrisa torcida que fue a formarse en su boca, fingiendo estar tan consternado y sorprendido como cada uno en aquel lugar. Varias persona habían saltado ya de sus asientos para ir a ayudar a la pobre chica abrumada.
Sabía que era cruel... pero no podía resistirse a la tentación de traumatizar a la colegiala aún más. Dejando su asiento en el frete de la sala, saltó abajo de la plataforma elevada y fue hacia el grupo de gente agrupada al rededor de la adolescente caída.
"Dejad que respire," bastante gente decía, y aún así nadie se alejaba de ella.
Quizás él era necesario después de todo, aunque fuera tan sólo para hacer que la gente retrocediera y nada más. "Disculpen." Pidió educadamente cuando llegó a la piña de reporteros. Tan inmediatamente como las palabras salieron de su boca todos volaban para apartarse de su camino, despejando un pasillo para que él llegara hasta la chica.
Sin nuevas dificultades se agachó junto a la joven y con suavidad tomó sus manos en las suyas, haciendo el papel de apuesto salvador del día. Casi le cogió desprevenido cuando la miró a la cara...
Podría ser la hermana de Kikyo perfectamente. Por lo menos una hermana pequeña o una prima...
Ahora entendía porqué Miroku había escogido a ésta en particular. Para cachondearse un poco seguramente.
Otra cosa que notó, un poco para su decepción, es que realmente no estaba inconsciente. Se desvaneció y cayó, porque en el momento que la gente retrocedió, dándole el aire fresco que necesitaba, se revolvió y abrió los ojos.
El parecido a Kikyo terminaba allí. Sus ojos eran únicos y cuando finalmente se centraron en los suyos, el recolectó de nuevo cada gramo de encanto que poseía con todo su poder y le dio la mejor sonrisa inocente que tenía - la que a menudo o más aún hacía que las admiradoras se desmayaran en todas direcciones. Sería el golpe de gracia para esta chica.
Pero en vez de chillar y desmayarse otra vez, simplemente le dio una mirada extraña y se llevó la mano a la cabeza, cerrando los ojos con agotamiento y no prestándole mayor atención que a cualquier otro de los extraños que la rodeaban... para su total decepción.
"Tal vez debería haber comido algo antes de salir..." dijo débil y comenzó a incorporarse.
Las manos llegaron de todas partes para ayudarla a levantarse o hacerla permanecer en el suelo. Abrió los ojos de golpe pareciendo recordar de repente la situación y echó un vistazo asustado a su alrededor. "Oh, no..."
"¿Estás ya bien?" Inuyasha se atrevió a preguntar, aún más perturbado por el hecho de que ahora ella no le daba ni un segundo vistazo.
"Bien, bien." dijo deprisa, mirándole al final y dándole una sonrisa avergonzada que bien habría podido dársela a cualquier otra persona y no sólo a la más famosa del mundo. "Una bajada de azúcar. No he comido nada desde el desayuno."
"Bien, puedes tomar algo de mi zumo de naranja, si quieres." ¿Por qué no se desmayaba de nuevo¿O por lo menos se ponía nerviosa?
"¡Oh, es muy amable de tu parte, gracias!" ella sonaba sorprendida.
Un poco débil aún, él la ayudó a levantarse y apartó a los demás. Fueron de nuevo hacia sus asientos e Inuyasha condujo a la colegiala hacia el frente de la sala de prensa y la sentó... que sin necesitar siquiera un gesto para animarla cogió el vaso de zumo. "Gracias." Dijo algo más dócil cuando bebió un sorbo.
Extraño... muy extraño...
Inuyasha le echó un vistazo a Kikyo que se sentaba al otro lado. La agente reclinó los codos sobre la mesa, sus dedos entrelazados, inclinándose hacia delante para levantar sus cejas en Kagome. "¿Estás lista?"
La chica llamada Kagome le dio a Kikyo una mirada curiosa, preguntándose obviamente sobre sus evidentes semejanzas, antes de asentir a medias. Estaba obviamente nerviosa por estar frente a tanta gente, cosa que Inuyasha no entendía en absoluto. Nunca le habían puesto nervioso esta clase de cosas, prácticamente eran segunda naturaleza para él. Se preguntaba cómo sería para alguien tan normal y poco importante como esta muchacha ser arrojada repentinamente dentro del candelero.
Kikyo les dio un cabeceo al público. "Adelante con las preguntas."
Un mar de manos se alzaron en el aire y todos comenzaron a hablar inmediatamente. Inuyasha comenzó discretamente a garabatear su nombre en la mesa. Su parte de la entrevista prácticamente había terminado, más siendo el turno de Kikyo para seleccionar a quién haría la primera pregunta.
"Usted, el de la camisa azul," Kikyo señaló a un hombre de la fila de delante. Todos se callaron cuando él se puso en pie.
"Eiichi Matsumoto, Prime Time News," se presentó el tipo antes de dirigirse a Kagome. "Srta. Higurashi¿se encuentra ya mejor?"
La chica soltó una risita nerviosa, pero contestó sin balbucear demasiado. De alguna forma espectacular... habría estado más que impresionado con que ella no se hubiera desmayado aún.
Kikyo se inclinó un poco hacia él, ocultando su boca con la mano de forma que pudiera hablarle en voz baja sin que nadie la escuchase aparte de él. "Está sin fuerzas. Se está consumiendo por momentos. Recuérdame que despida a Sango."
Siempre decía eso, pero nunca lo hacía. Él echó un vistazo al lado hacia la colegiala que ahora charlaba feliz sobre la tarde en que la anunciaron como la ganadora.
"Estaba en shock, no podía creer que de toda la gente del país hubiera sido yo... Quiero decir, creo que gané un oso de peluche en una rifa cuando tenía seis años¡pero esto es completamente distinto!"
Ella iba perdiendo los nervios y la ansiedad a medida que iba hablando. Era como si se estuviera olvidando de que el mundo entero la miraba, centrándose en la gente que le hacía las preguntas, como si tuviera una entrevista privada. Inuyasha reconoció eso como uno de los consejos de Miroku - ignorar al resto del mundo y sólo ver a la persona que te ha hecho la pregunta... e imaginarlo en ropa interior. Aunque Miroku prefería recomendar eso si era entrevistado por una mujer.
Kikyo seleccionó a alguien nuevo para preguntar, una ya familiar mujer atractiva a la que no le gustaba sonreír. "Nariko Watanabe, Sunday Telegram." Inuyasha gimió internamente pero la chica llamó a Kagome sonriéndole con interés. "¿Srta. Higurashi, cómo se siente sobre la idea de pasar una semana entera con el hombre más deseado de Japón?"
Inuyasha miró con interés cómo una sonrisa más bien forzada se formó en el rostro de la joven. Aquí había ahora o una chica muy, muy nerviosa, o una que detestaba la idea.
Prefería inclinarse por la opción de que ella estaba totalmente atontada por un espécimen tan maravilloso y que estaba preocupada por no poder mantener sus manos alejadas de él.
"Me siento realmente honrada," la chica contestó a la reportera, pareciendo haber optado por una respuesta agradable, pero de cualquier forma evasiva. Otro truco que indudablemente Miroku le había enseñado en su breve tiempo juntos. "Ésta es una oportunidad que pasa sólo una vez en la vida... ¡y estoy feliz porque estoy segura que voy a tener una semana realmente divertida!"
Eso es lo que ella cree... Inuyasha fingió mirar sus garras vanidosamente. Si Kikyo y los demás esperaban que lo dejara todo y le dedicara una semana entera de su vida a una bruja, podían esclavizarse a ellos mismo. No había forma de que Inuyasha fuera a aguantar esto...
La chica a su lado le echó un vistazo y él la honró con una sonrisa agradable, aún así una con poco sentido. La pobrecilla probablemente se arrastraría tras él adorándole durante los siguientes siete días... pero sólo si él no conseguía librarse de ella antes.
La entrevista fue asombrosamente como la seda después de aquellas primeras inseguridades. Después de un rato parecía que la chica disfrutaba de la atención. Algunas preguntas fueron para Inuyasha, pero puesto que ya le habían entrevistado en profundidad antes de que llegara la muchacha, la mayoría de las preguntas estaban dirigidas a la colegiala.
Kikyo puso fin a la pregunta con su modo habitual de nada de sandeces. Se levantó, hizo una declaración de cierre y entonces apresuró a Inuyasha y Kagome a salir de la sala de prensa. Los periodistas aún les llamaban, levantando sus manos para hacer otra pregunta, pero la dura prueba por fin había terminado.
En el momento que salieron al pasillo, la chica cayó contra la pared, abanicándose con la mano como si tuviera calor. "Dios... nunca he pasado tanta vergüenza en toda mi vida."
"Para mí has estado muy bien," le dijo con entusiasmo Inuyasha. De reojo vio la barbilla de Kikyo levantarse mientras que los observaba a ambos. Su agente aprobaba obviamente su comportamiento hasta ahora. Pero Kikyo le conocía demasiado bien para contar con una mala actitud por su parte.
Miroku y Sango llegaron hasta ellos. La expresión de Miroku estaba entre orgullo y 'oh, bien, olvídalo'. Sango parecía preocupada. "¿Estás bien?" le pregunto a la chica cuando llegó hasta ella. "Te vimos desmayarte - te marchitaste como una flor."
Buena analogía. Inuyasha miraba a la chica expectante esperando su respuesta.
"Lo siento," les dio una sonrisa tranquilizadora. "No sé qué ocurrió... De repente me sentí realmente fría, como si algo hubiera drenado de golpe mi energía y caí, no pude evitarlo."
Los tacones de Kikyo sonaron mientras ella pasó al grupo de largo. "Quizás alguien debería alimentarla de vez en cuando." Dijo suavemente sobre su hombro mientras se alejaba por el pasillo.
Los tres la miraron un momento antes de que Miroku le diera a Kagome un pequeño codazo. "Pensamos que te desmayaste ante la vista del Todopoderoso."
Ni todo el maquillaje del mundo habría podido ocultar el rubor que cubrió sus mejillas. Inuyasha tuvo que volverse y comenzar a caminar también por el pasillo para evitar que vieran la sonrisa afectada que se había formado en su propio rostro. "Vamos, niños." Les llamó sobre su hombro. "No queremos perder nuestro coche¿no?"
"Como si se fuera a ir alguna vez sin él." Dijo Miroku bajo su respiración, siguiéndole obedientemente.
Fuera la multitud seguía allí, tan apiñados como antes y dos veces más ruidosos. Las fans habían aumentado a lo largo de las vallas mientras estaban adentro, y en vez de ir directamente a la limusina como los famosos del montón, Inuyasha dedicó algunos minutos a firmar autógrafos, besar algunas mejillas y estrechar muchas manos.
"¿Queréis ver un truco?" les preguntó a un grupo de chicas cuando terminó de firmar otro autógrafo. Él lo entregó pero se quedó con el rotulador de tinta permanente. "Mirad lo que pasa cuando hago esto."
Bolígrafo en mano, levantó su muñeca y garabateó su nombre en la superficie bañada en plata de su reloj.
Sólo tuvo que lanzar el reloj y el bolígrafo en la muchedumbre y dar un paso atrás para ver la enloquecida marea de gente zambullirse unos sobre otros para alcanzar los artículos. Un poco después una chica triunfante (y afortunada) saltaba acunando en sus manos el reloj. "¡Es mío¡Es mío¡Conseguí el reloj de Inuyasha!"
"¡Conseguí su boli!" gritó otra chica, igualmente encantada.
Inuyasha sonrió y se giró para ver los progresos de la nueva muchacha. A su sorpresa ya le habían pedido algunos autógrafos. Sango y Miroku habían desaparecido en alguna parte. Inuyasha, siempre el depredador, llegó desapercibido detrás de la que se parecía a Kikyo y agarró su codo, sorprendiéndola, y la alejó de las vallas. La chica tuvo apenas tiempo de entregar el autógrafo a medias escrito.
"¿Dónde están los otros dos?" le preguntó con una voz deliberadamente baja, suave.
"Erm..." tragó visiblemente mirando a todas partes menos a él. "Dijeron que tengo que montarme contigo en tu limusina. Ellos irán juntos en la de atrás... si a ti te parece bien."
"Seguro. Perfecto." Sonrió amablemente y le hizo señas para que le siguiera a la limusina que esperaba aparcada junto a la acera. Abrió la puerta e hizo un gesto para que ella entrara, todo el rato otorgándole una sonrisa encantadora. Por supuesto eso la desconcertaba un poco y la hacía sentirse tímida y se zambulló rápidamente adentro y desapareció de la vista.
Inuyasha saludó por última vez a la muchedumbre allí reunida, que comenzó a rugir incluso más ruidosa ahora que era evidente que él se iba, antes de entrar en la limusina y cerrar la puerta tras él.
En el momento que la puerta se cerró, el sonido de la muchedumbre que rugía fue silenciado y la chica que ahora permanecía dócil en los asientos de cuero en frente de él soltó. "Tan sólo quiero decirte lo agradecida que estoy por esto - quiero decir - por que pierdas siquiera el tiempo con alguien como yo y -"
Él levantó la mano de repente cortando el flujo de sus palabras, y con una sonrisa alzó una mano a su hombro para presionar un botón que había junto a su cabeza. El cristal ahumado que dividía el coche como un taxi separando la parte del conductor de la trasera de la limusina, comenzó a subirse apenas mientras que el vehículo emprendía la marcha alejándose de la acera.
En el momento en que el hueco entra la luna y el techo desapareció... todo cambió.
Su sonrisa cayó como un torrente y todo su comportamiento agradable desapareció tan rápido como él podía. "Vale, ahora escucha," comenzó, rodando sus hombros como para aliviar algunas contracturas. "No me importa lo que crees que has oído de esos idiotas que llamo empleados, pero a parte de este paseo en limusina y los premios de la próxima noche, no te quiero molestándome."
La chica le miró fijamente, el comienzo de una mirada que comprendía apareciendo en su cara. Al menos no era totalmente lenta y tonta.
"¿Entendido?" repitió, dándole una mirada interrogativa. "Este plan entero de que una fan venga a pasar una semana aquí era idea de Kikyo, no mía. No te ilusiones de que este ha sido tu golpe de suerte o 'una oportunidad que se da sólo una vez en la vida', porque no lo es. Eres una herramienta para mi propia publicidad, nada más. Permanece sonriente por una semana y todos seremos felices¿si? Y si terminas con algunos comentarios dulces sobre esto incluso te daré un pequeño... regalo de despedida, como sea."
Probablemente estaba rompiendo todas sus ilusiones de fan, pero esto era lo que había. No iba a fastidiarse por pensar en los sentimientos de todos a costa suya. Si ella estaba en su camino, no tenía ningún problema en echarla a un lado.
Miró su expresión atento, esperándola para hacer cualquiera de las siguientes dos cosas. Uno: enfadarse y comenzar a chillar y berrear ultrajada (estas eren siempre las más silenciosas) o dos: estallar en un mar de lágrimas y lamentarse ininteligiblemente por los próximos siete días.
Para su sorpresa vio como la propia máscara de ella caía. Donde había estado sentada una fan dócil y amistosa, ahora estaba sentada una persona mucho más tranquila. Se sentó echándose hacia atrás lentamente hasta que su espalada se reclinó contra el respaldo y lo miró con una expresión como de 'ahora mira lo que has hecho'.
Después de un momento ella hizo un gesto irónico y miró lejos, llevándose una mano a la frente. "No me creo esto... Tenía razón desde el principio."
"¿Qué?" Entrecerró los ojos un poco.
Se volvió hacia a él con brusquedad. "Ya sabes, la gente famosa como tú llega a un ponto en que es tan famosa que se olvidan de cómo ser un ser humano - ¡y antes de que lo digas lo sé¡Eres técnicamente sólo a medias humano pero eso sigue siendo bastante ser humano! Comienzas a ver a tus fans como pequeñas hormigas que sólo ruegan y sonríen como tontas por todos tus caprichos."
Bien¿no? "¿Y tu punto es?" se encogió de hombros, algo cautivado de que ella no estaba particularmente enfadada por su 'traición' o afectada.
"Mi punto es que eres un caradura y un ególatra." Le dijo simplemente. "Supuse que lo eras." Giró su cabeza y miró fuera de la ventana. Fingió un suspiro levemente decepcionado. "Esto va a hacer el viaje de vuelta realmente embarazoso..."
"¿Pensabas que era un caradura y aún así participaste en el concurso?" le dedicó una sonrisa afectada. "Y todo esto viene de una chica que se desmayó en cuanto me puso el ojo encima."
"Supéralo." Lo dijo tan brusca que él casi sintió la necesidad de obedecer. "Para tu información fueron mis amigas las que me inscribieron en esta charada ridícula. Pensé que era una idea estúpida en el momento en que lo vi en un cartel. Y me desmayé porque resulta que los humanos tendemos a marearnos y desmayarnos si no comemos ni bebemos nada en más de doce horas y nos meten en un cuarto abarrotado con toda la gente del país."
"No te lo creas tanto." Le lanzó de vuelta. "No toda la gente de este país estaba tan interesada en verte presumir de un triunfo que aparentemente no querías." Iba a tener una pequeña charla con Miroku sobre sus candidatas de máxima categoría.
"Sabes, no tengo porqué sentarme aquí a mirar como intentas manipularme por los próximos siete días." Dijo molesta, su irritación hacia él creciendo ya lo suficientemente fuerte para superar su nerviosismo anterior.
Parecía que se olvidaba de quién era él...
"No te manipularé," le contestó suavemente, "incluso no tendré que mirarte hasta la gala de por la noche... y puede que quizás en el momento en que te vayas el próximo Sábado. Te guardaré bajo la alfombra hasta entonces."
Su genio comenzaba a desbordarse, él lo detectó. Parecía que ella contaba hasta diez, pero llegó solamente a cuatro antes de que se levantara y golpeara el divisor de cristal. Golpeó una y otra vez con sus nudillos. "¡Pare la limusina¡Quiero bajarme, ahora!" gritó.
"¡Siéntate!" intentó ponerle una mano en el hombro para empujarla de nuevo dentro de su asiento, pero ella lo alejó con un espaviento y volvió a golpear en el cristal. "¡Pare y déjeme bajar o juro que os demandaré a todos, bastardos!"
"¡Suficiente!" Envolvió un brazo al rededor de su cintura y la lanzó literalmente hacia atrás sobre su asiento. Jadeó sorprendida, pero en el momento en que se sentó derecha le miro furiosa, enviándole puñales ardientes con los ojos. "De todas formas no pueden oírte."
"Eres más bastardo de lo que pensé en un principio." silbó.
"Y tú eres más ardiente de lo que te creía." Le contestó. Eso la tomó por sorpresa. Realmente. Y no era necesariamente algo bueno...
"Estaba dispuesta a darte el beneficio de la duda - darte una ocasión de redimirte, pero en el instante en que nos quedamos solos y no tienes al mundo entero mirándote¡te conviertes en un cerdo total! Espera hasta que diga-"
Como un relámpago llegó hasta ella y le tapó la boca con una mano. "¡No te precipites ahora, Kyoko."
Ella apartó la mano de su boca. "¡Es Kagome!"
"Lo que sea. De todas formas, no te precipites en ir lanzando por ahí pestes." Comenzaba a preocuparse de verdad... pero quizás podía aún darle la vuelta a esto. Tenía sus medios. "No piensas en serio que soy un bastardo¿no?"
"Me lo has demostrado bastante para estar totalmente segura." Le miró furiosa.
"Pero he de admitir que realmente me desconciertas. Tú sabes, siendo tan famoso como soy, la gente siempre mira lo que dice delante mía. Nunca quieren ofenderme o decir lo que de verdad se les pasa por la cabeza. Incluso si me odian me hacen la pelota-"
"Apuesto a que mucha gente hace eso." Dijo seca.
Inuyasha no iba a molestarse. "No es habitual que la gente se abra y digan que me aborrecen."
"Un mierda¿no?" le dio la espalda.
"Bien, pienso que eres una zorra." Le contesto burlón.
Se volvió otra vez hacia él de inmediato. "¡Es lo más hipócrita que he oído en mi vida!"
"Y falsa." Contraatacó. "¡Viniendo aquí fingiendo que eres una fan que me adora y después cambiando y yendo por mi cabeza!"
"¡Eso es porque tú cambiaste y fuiste por a mí primero!"
"¡No he ido a por nadie!"
"¡Eres un caradura y te encuentro detestable!" escupió.
"¡Eres una irrespetuosa y te encuentro absolutamente fascinante!" Sin aviso la cogió de la barbilla y la movió para delante tan deprisa que en un segundo sus labios estaban separado sólo una pulgada. "¿Estás tan caliente como yo ahora?"
Dio un pequeño chillido antes de lanzarse hacia atrás. "¡URGH¡NO!"
Ouch... ella no tenía por que ser tan rotunda ahí. "Perfecto." Se encogió de hombros y alcanzó la nevera para coger una cocacola, preguntándose al mismo tiempo porqué su táctica se calentar a una chica fría no había funcionado...
"Dios mío..." Kagome siguió alejándose de él hasta que estaba todo lo lejos que era materialmente posible en un espacio cerrado. "Eres incluso pero de lo que pensé..."
Inuyasha abrió contento la lata y dio un buche.
"¡Eres mucho peor que caradura!" balbuceó ofendida. "¡Eres un gigoló!"
"Bienvenida a la vida de los ricos y famosos."
"¡Te lo estoy diciendo, mamá, es un cerdo absoluto, un engreído!" Vociferó Kagome esa noche al teléfono. "¡Me llamó zorra y tuvo el descaro de decirme que me guardaría bajo la alfombra! Es decir¡vamos! Todo el mundo sabe que la gente rica van de divas pero esto es demasiado - ¡es un capullo!"
"Así que comenzasteis con mal pie, estoy segura de que os haréis amigos."
Esto venía de la mujer que seguramente pensaba que Hitler tenía en el fondo un lado tierno. Kagome sacudió su cabeza, "No, mamá, no quiero ni considerar el ser su amiga. Piensa que la gente humilde son bichos sobre los que puede andar y pisotear sin contemplaciones. A estado tanto tiempo subido en su pedestal que para él todos parecemos pequeños e insignificantes - ni siquiera le importo yo ni ninguna otra fan."
"Entonces cámbiale."
Kagome parpadeó sorprendida. "¿Qué?"
"Cámbiale. Vas a pasar una semana con él - y parece que eres probablemente la única persona que está dispuesta a dejarle saber lo que piensas de él." Razonó la Sra. Higurashi. "Ábrele los ojos y hazle madurar."
"Decirlo es fácil." Kagome se tiró sobre la cama extra-suave y miró al alto techo. "Creo que no quiero ni molestarme..."
"Haz lo que creas que es mejor, cariño." le dijo su madre afectuosamente. "Tan solo asegúrate de divertirte y de no dejarle arruinarte la semana."
Kagome sonrió un poco. "Gracias."
"Ya es tarde, Kagome. Duerme mejor un poco. Parece que has tenido un día largo."
"Cierto."
"¿Has cenado?"
"Sango prácticamente me metió la cena en la garganta en cuanto llegamos." Sonrió otra vez.
"Es bueno saber que alguien te está cuidando." La sonrisa de su madre podía notarse hasta oída al otro lado de la línea. "Buenas noches entonces, amor."
"Buenas noche, ma." Kagome le lanzó un beso y colgó.
Su pijama estaba ya en su cama - seda de la mejor calidad y del tamaño perfecto. Kagome se incorporó y pasó una mano por el delicado material suspirando feliz. Se preguntaba si podría quedarse con todas las ropas que le daban...
"Esto no me gusta." Inuyasha frunció el ceño husmeando por la cocina a medianoche. "Sería muy fácil largarla..."
"A mí ella me parece que está bien." Miroku se encogió de hombros desde el mostrador en isla en el centro de la cocina en el que estaba sentado, mirando a Inuyasha rebuscar en el frigorífico. "Pasamos toda una tarde dulce juntos."
"Haces que todo suene sucio."
"Hablo en serio." Miroku bostezó ampliamente. "Fue muy agradable con Sango y conmigo. Una principiante rápida y a pesar de haberse desmayado esa vez... lo hizo bastante bien y salió del paso como una jovencita encantadora, no como la adolescente mona sin cerebro que tú estás diciendo que es."
"En cuanto nos quedamos a solas la tomó conmigo - ¡me llamó cerdo y diva!" Inuyasha se enderezó. "¿Por qué no hay ni una mierda de comida en esta nevera?"
"Hay comida a rebosar ahí, Inuyasha. ¿Y estás seguro de que no la provocaste?"
"¡No hice nada parecido!" le contestó enfadado. "¡Fui un perfecto caballero, amable, servicial - ¡me viste! Confía en mí, Miroku, dale la espalda a una chica como esa y no te extrañes de encontrarte luego con un cuchillo clavado en ella."
"Te he dicho un millón de veces que no exageres, Inuyasha."
Inuyasha hizo un sonido irritado. "¿Dónde está el cocinero?"
"Durmiendo. Como el resto de gente cuerda de este sitio." Miroku se frotó los ojos cansados. "Y antes de que se te ocurra pedirlo, no pienso despertarle. O te preparas tu propia comida o te vas a la cama."
Inuyasha cerró la puerta del frigorífico de golpe. "Pues entonces me voy a la cama, muchas gracias." No había manera de que fuera a rebajarse a preparar su propia cena.
"Tú mismo." Miroku se encogió levemente de hombros. Entonces saltó de pronto animado. "Ey - oí que saliste con la modelo francesa."
"No, salí con la chica del tiempo del Canal 7." Le corrigió Inuyasha... aunque ni él mismo estaba muy seguro.
"No. Estoy seguro, Angelique Spanner… o Spanish… Spaghetti… o algo como eso... bien, ha hecho una declaración diciendo que lo vuestro ya es oficial."
"Oh, mierda... a Eiko no le va a gustar eso."
"¿Quién es Eiko?" preguntó Miroku.
"Um..." Inuyasha hizo un gesto con la mano para quitarle importancia. "Creo que la chica del tiempo... o la nueva limpiadora..."
"Joder... no nos dejes al resto de los hombres del planeta a alguna o algo." Miroku se bajó de un salto del mostrador de la cocina. "De todas formas, mi trabajo termina por hoy. Mejor que te acuestes también, mañana tienes que levantarte temprano."
"¿Por qué?" Inuyasha le miró con el ceño fruncido.
"No me hagas arruinar la sorpresa. Tan solo levántate¿vale?" Miroku sonrió secretamente yendo hacia la puerta de la cocina. Por el camino cogió una manzana de la cesta de la fruta y se la lanzó a Inuyasha sobre su hombro. El hanyou la cogió sin problemas. "Toma una manzana. Y si encuentro que falta alguna cerveza por la mañana," señaló con un dedo el frigorífico, "haré que Kikyo amplíe la estancia de Kagome aquí otra semana. ¿Entendido?"
Inuyasha miró con resignación la manzana... pero quizás no le serviría para sus propósitos después de todo. Miroku ya no estaba a la vista de todas formas. "¿Por qué les aguanto...?" Se lanzó la manzana de una mano a otra y se dirigió hacia su cuarto a paso lento.
Una Sango que parecía cansada le interceptó a mitad de camino en la escalera. "Hay una periodista aquí para verte, quiere una entrevista exclusiva."
"Si no sonríe y su nombre termina en Watanabe, échala." Inuyasha le dio un bocado a la manzana y sacudió su cabeza mientras seguía su camino. "Demasiada gente sabe dónde vivo..."
Por pura curiosidad (o eso de dijo) salió de su trayecto para pasarse por el cuarto de invitados donde se suponía que debía permanecer la colegiala. Se paró frente a la puerta y escuchó atento por cualquier sonido que viniera de dentro...
Todo lo que oyó era su respiración tranquila y constante. Estaba dormida.
Rodando un poco los ojos se encaminó de nuevo a su dormitorio - un piso más arriba y justo encima del de la chica. De verdad, esa niña le crispaba los nervios más de lo que le admitiría a Miroku, Kikyo o a quien sea. Era extraña - sobre todo porque debía ser la primera y única chica que había conocido que no le deseaba. También era rara porque tenía la cara de fingir como él y después de transformarse y ser tan grosera. Nadie le había hablado así antes... y si lo había hecho no había mantenido por mucho más tiempo su trabajo.
Una vez ya en su cuarto de tiró en la cama, bocabajo, aún preguntándose
"¿Qué he hecho para merecer esto...?"
FIN DEL CAPÍTULO
Nota de la autora:
Eso es lo que todos queremos saber. Y aquí va otra pregunta¿Por qué es exactamente famoso Inuyasha? La contestaré la próxima vez
Nota de la traductora:
ya me va gustando más esto y sip, este Inuyasha es un poco gilipollas, pero a mí me mola xDDD
En fin, que perdón por haber tardado en traducir este cap. U ¡Espero que os haya gustado!
El fic original en inglés podéis encontrarlo en:
http/ sugerencias de fics de Inu Yasha que deseéis que sean traducidos o cualquier otra cosa, podéis escribirme a:
nemficsyahoo.es
¡Muchos besos a todos!
Némesis
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