DERECHOS DE AUTOR:
los pongo para no tener problemas con nadie T T)
Como les dije en mi fic "Un viaje de Locos", comence un nuevo proyecto, la traduccion de Dead Famous, un Fanfics, de Inuyasha, les digo que tuvo mas de 9 mil reviews, asai que se los recomiendo.
La traduccion de los primeros 4 capitulos noson miasson de Némesis. Y todo los derechos de la traduccion son de ella. Del 5 capitulo es totalmente traducido por mi!
Y el fanfction original es de Rozefire, y unicamente de ella.
Y por otro lado la serie es de Rumiko Takahashi.
Dead Famous
Por Rozefire
Traducido por Némesis
Nota de la autora: Otra cosa rara sobre este fic es seguramente el presentar a Inuyasha como anti-héroe. Tampoco es tan extraño teniendo en cuenta que en el manga a Inuyasha lo representaron de anti-héroe al principio y no comenzó a parecer un héroe de verdad hasta el tomo 2 ó 3 (era un héroe absolutamente cuestionable en esos primeros tomos). Pero la verdad, me parece absolutamente insufrible en este fic...
Disclaimer: Nada más que para decir que no tengo nada en contra de los franceses. De hecho, para ser alguien que vive en Inglaterra, estoy anormalmente encariñada con Francia... He estado allí en varias ocasiones y no pienso que todo sea fascinante (pero el país es magnífico), no es que todos sean groseros pero tampoco son todos tan amables (al menos no donde fui). Tenía una amiga que tenía familia francesa e íbamos juntas al mismo colegio y, curiosamente, también era un poco lagarta. Hace poco le echaron la bronca ante su tutor por llevar la falda demasiado corta y su padre llegó y se quejó diciendo que no es que fuera una descarada, sino que era francesa... francamente, pasó mucha vergüenza.
Así que lo siento, Manon, modelé a Angelique Spagni en ti ;; (nunca lo sabrá...)
Capítulo 4
Desayuno en las Flores
"¡Hora de levantarse, dormilona!" Sango corrió las cortinas de la larga ventana de bahía, haciendo a Kagome poner muecas de dolor escondiéndose bajo las mantas de su cama. Sango se volvió para mirar a la chica. "Vamos, Kagome, tienes un día ocupado por delante. Dale la bienvenida al primer día de tu estancia en el-"
"¿Infierno?"
"-paraíso." Sango la miraba con curiosidad. "¿Qué pasa?"
"Urgh... Necesito volver a la inconsciencia." Gimió Kagome bajo la manta. "No conseguí pegar ojos en toda la noche... alguien en el cuarto de arriba del mío se la pasó haciendo esos sonidos de golpes siniestros. Me tobo despierta toda la noche..."
Sango resopló con furia yendo de nuevo para abrir las puertas de cristal del balcón, asomándose a la barandilla, mirando hacia arriba. "¡Inuyasha¡Sé que estás ahí arriba - saca a Angelique de aquí!"
Kagome abrió un ojo al escuchar el sonido de la voz que ladraba desde el balcón de encima. "¡Angelique no está aquí!" fue la respuesta incorpórea de Inuyasha.
"¡Entonces dile a Eiko que se pierda!"
"¡Eiko tampoco está aquí!"
"Entonces dile a Rochelle-"
"Rochelle no está-"
"La chica del tiempo - la limpiadora - Natsu - Natari - Hatsuyo - me da igual, dile a quien quiera que esté allí que se largue, no voy a tenerte-"
"¡Relájate!" fue su contestación precipitada. "No hay nadie aquí arriba a parte de mí. Sólo estoy practicando, eso es todo."
Sango parecía respirar más fácilmente. "De acuerdo. Hazlo en silencio." No esperó una respuesta antes de entrar de nuevo en el cuarto de Kagome y cerrar las puertas de cristal tras ella. "Llamaré a Kikyo para que le eche la bronca luego¿vale?"
"Mm." Kagome empujó las mantas los justo para poder sacar los brazos y frotarse los ojos. "¿Qué hora es?"
"Las seis de la mañana."
"¿Qué?" le preguntó Kagome con la boca abierta. "¡Pero si es domingo!"
"Un domingo ocupado." Convino Sango y se movió hacia la cama y cogió un paquete de ropas cuidadosamente presentadas que habían dejado al lado de los pies de Kagome. Mira, tengo ropas suficientes para componerte por unos días, conseguiré más después. El sastre aún trabaja en tu vestido para los premios, pero lo tendrás antes de la noche del jueves."
Kagome se incorporó y pasó sus manos por la ropa que Sango le había enseñado. Todo de los mejores diseñadores. "¿Me las puedo quedar cuando me vuelva a casa?"
"No veo porqué no." Sango se encogió de hombros sonriente. "No vamos a encontrar a nadie a quienes dárselas, aparte de obras de caridad. Así que mejor que te los lleves."
"Guai..." Kagome cogió una chaqueta de antes con una etiqueta de diseñador en el cuello. "Para serte sincera este es un guardarropa mayor del que tengo en casa. Creo que tengo tres chalecos, alguna falda y pantalones vaqueros... y como setenta uniformes de la escuela."
Sango sonrió, obviamente satisfecha por ayudar a los 'menos afortunados'. "Bien, te daremos algo más en ese caso. De todas formas, vístete y vuelvo en veinte minutos para llevarte a desayunar, y luego si quieres podemos dar un paseo por el chalet."
"Suena bien." Kagome le sonrió y Sango se fue con un pequeño gesto de despedida.
Kagome examinó la ropa que le habían dado y suspiró un poco. Las marcas más caras de las tiendas estaban puestas sobre su cama... y parecían glamorosas y estupendas, sí, pero honestamente, no las hubiera escogido en una tienda si fueran a su gusto.
No obstante, la fama y la fortuna tenían sus cosas buenas. Aunque, pensó Kagome mirando al techo, también tiene sus imbéciles.
Cumpliendo su palabra, Sango regresó a los veinte minutos para encontrar a Kagome vestida y lista para salir. "¿Vas a dejarte el pelo así?" Le preguntó algo mordaz.
Kagome se giró para mirarse en el espejo que había en una de las paredes de su temporal dormitorio. Se lo había cepillado... ¿cuál era el problema? "¿Por qué?"
"Nada... sólo ven aquí." Kagome se acercó con cautela, preguntándose lo que le iba a hacer. en el momento en que estaba al alcance, Sango la hizo girar y rodó la gomilla que tenía en su muñeca hacia los dedos, colocando el cabello de Kagome en una cola alta. "Así." Dijo cuando el pelo de Kagome estaba convenientemente lejos de sus hombros. "Mucho más elegante. Ahora vamos, echaremos un vistazo antes del desayuno."
La casa era aún más grande de lo que había imaginado en un principio... era como la caja de policía del Dr. Who - de cuatro dimensiones. Desde fuera parecía grande - pero una vez dentro parecía extenderse más allá aún que esos jardines.
"Tenemos una piscina interior por aquí en alguna parte." Dijo Sango mientras vagaban por la planta, "para esto días fríos. Y hay una sauna al lado de esa. El cuarto de desayuno, el cuarto de juego, el cuarto de cine y el cuarto clásico."
"¿Qué es un cuarto clásico?"
"La habitación que enseñamos si los fotógrafos quieren entrar y hacer unas fotos del chalet." Sango le hizo señas para que continuaran. "Por aquí, vamos."
Kagome estaba un poco pasmada, pero no podía evitar sentir un cierto resentimiento mientras Sango la conducía por los pasillos. "Sinceramente¿qué ha hecho nunca Inuyasha para tener tanto?"
"¿Qué no ha hecho?" Contestó Sango con una sonrisa extraña, llegando hasta el cuarto clásico - una habitación de grandes puertas dobles. "Este sitio está insonorizado. Podrías seguramente matar a alguien aquí y nadie oiría el grito."
"A menos que la puerta estuviera abierta."
"Sí, entonces estarías en problemas." Sango abrió las puertas y la condijo adentro. "Pero no te preocupes, dudo que Inuyasha haya matado nunca a alguien aquí... o... por lo menos no he oído nada aún."
Kagome le dio una mirada cautelosa, preguntándose si quizás estaba hablando medio en serio. No consiguió una ocasión de aclarar el tema cuando su mirada se fijó en el brillante piano negro situado en el centro de la habitación opulentamente decorada. "Oh wow… qué magnífico piano..." se acercó por instinto. "¿Inuyasha toca?"
"Nah." Sango negó con la cabeza encogiéndose un poco. "Era de su padre. El hombre era un pianista asombroso... pero la verdad es que no se le pegó mucho a Inuyasha."
"¿Sus padres viven aquí?" Preguntó Kagome despreocupadamente pasando una mano por las teclas suave, ligeramente lo suficiente para no alterarlas.
"Sus padres están muertos."
Kagome se atiesó un poco y se volvió a mirar a Sango, contemplando su expresión seria. "Oh... No me di cuenta."
Sango le dio una sonrisa incrédula. "¿No ves las noticias? Murieron hace aproximadamente seis años es un accidente. Estuvo todo en los titulares como por un año."
"La verdad no prestaba demasiada atención a las noticias cuando tenía nueve años..." admitió Kagome, pero ahora se sentía algo mal. Realmente había intentado evitar cualquier cosa que tuviera que ver con Inuyasha durante casi toda su vida, sobre todo cuando era más pequeña. "Inuyasha debía tener unos... once ¿no?"
"Sí." Sango asintió. "Debió ser duro para él. No comencé a trabajar para él hasta hace tres años... La mayoría de lo que sé de él es lo que me ha contado Miroku. La verdad es que Inuyasha no habla conmigo."
"¿Entonces quién se ocupa de él?"
"Bien, su tía le cuidaba, pero se fue cuando cumplió dieciséis. Dijo que no podía más con él." Sango sacudió la cabeza como si hubiera recordado un acontecimiento divertido. "Inuyasha se cuida a sí mismo desde entonces."
Lo hizo bien para tener diecisiete años, pronto dieciocho. "Es por eso que es tan... tan..." Kagome se esforzó en encontrar las palabras.
"¿Imbécil?"
"Arrogante y atípica superestrella con más dinero que sentido." Asintió Kagome. "¿Es así porque está solo?" Y ahora ella comenzaba a sonar como su madre...
"Inuyasha está rodeado de gente las veinticuatro horas del día. No creo que tenga la oportunidad de sentirse solo." La sonrisa de Sango dudó levemente... hasta que se volvió claramente triste. "Pero supongo que cambió un poco después de esa dura experiencia de 1992."
Kagome parpadeó sorprendida. "¿Qué dura experiencia?" Frunció el ceño. "¿Hubo una dura experiencia en 1992?"
"Al parecer era completamente soportable antes de ese año." Sango no parecía oírla mientras sus ojos bajaron hasta el suelo. "Pero después de aquello su comportamiento fue cada vez a peor... la gente sólo le soportaba porque tenían que hacerlo. Eso fue cruel, supongo..."
"¿Qué¿De qué hablas?" le incitó a seguir Kagome.
"Y mientras la gente le permitía conseguir todo lo que deseaba, se acostumbró a ser de esa forma..." Sango sacudió su cabeza. "Verdaderamente triste..."
"¿Qué es triste¿Qué sucedió en 1992?" Kagome agitó su mano. "¿Hola¿Estoy hablando con un muro de hormigón?"
"¿Hm?" De repente Sango pareció recordar que no estaba sola. "Lo siento, se me fue la cabeza otra vez... De todas formas¿se te apetece ahora algo de desayunar? Le prometí a Kikyo que te alimentaría con frecuencia."
Aunque Kagome no había conseguido una respuesta, tenía bastante hambre. "Vale. ¿Por dónde se va a la cocina?"
"Oh, no vas a desayunar aquí," le contestó Sango mientras conducía a Kagome fuera del cuarto clásico, de nuevo hacia el pasillo. "Vas a desayunar en el Café Flor."
"¿En serio?" Kagome comenzó a notar como el nerviosismo comenzaba a crecer en su interior. "¿Quieres decir... el Café Flor, a donde todas las estrellas de televisión, los actores y cantantes van?"
"El mismo. Muy buena comida también." Dijo alegre Sango mientras se llevaba una mano al aparato en su oreja. "Miroku, envía una limo para que los recoja. Kagome está lista para ir a la Flor." Bajó su mano y miró a Kagome. "Aunque Inuyasha y tú habéis comenzado con mal pie estoy segura de que podemos arreglar las cosas... él realmente no es tan malo."
Díganle eso al orgullo ofendido de Kagome.
"¿Esta era mi sorpresa?" Le silbó Inuyasha a Kikyo mientras ésta le acompañaba abajo a la limusina que esperaba en la entrada de la casa.
"Es una sorpresa¿no?" dijo Kikyo llanamente, pero estaba claro que estaba disfrutando torturándole. "Vas a llevar a Kagome a desayunar, le vas a ser educado y a hacer que se sienta cómoda en tu presencia porque si no termina satisfecha eso sólo trabajará en tu contra. Se irá el sábado que viene y sus quejas estarán todas en los periódicos el domingo. ¿Te enteras?"
"Dale algo de dinero y haz que se calle." dijo Inuyasha de mal humor. "No tenemos porqué serle agradables."
"Se llama cortesía común y corriente. Debe presentarse un día." Kikyo le pasó su cartera cuando llegaron a la limusina y abrió la puerta para él. "Ahora, vamos, jovencito, y hazme sentir orgullosa."
"Muérdeme."
"No me tienes." Le señaló la limusina. "Ahora, adentro."
Con un suspiro malhumorado entró en el compartimiento acogedor y se encontró cara a cara con la colegiala. Los ojos de ella de estrecharon inmediatamente y se deslizó por el asiento un poco más lejos de él. Kikyo cerró la puerta tras el joven, casi pillándole una de sus orejas, forzando a Inuyasha a tomar asiento ahora que su vía de escape había sido cortada.
"Buenos días." Dijo Kagome cortésmente, mirando intencionalmente lejos de él.
"Buenos días." Contestó con sarcástica cortesía.
"Lo de buenos es un decir." Soltó ella girándose. "Sabes, esta no es precisamente mi idea de un desayuno agradable. Preferiría mucho más quedarme aquí y tomar unos cereales con Sango."
"Bien, yo preferiría estar comiendo en un McDonal con una pareja de cerdos que desayunar con una fan con dos dedos de frente."
"No soy fan tuya." Le contestó con los dientes apretados.
"Seguro que no lo eres." dijo con tono estudiado. Ella echó humo en silencio, pero no volvió a hacerle caso después de eso. No le dejaría estropearle la diversión... y la mejor forma de hacerlo era fingir que no estaba con ella. Maldita sea... realmente deseaba que sus amigas no la hubieran inscrito en ese estúpido concurso.
"¿Qué te ha pasado en el pelo?" preguntó Inuyasha de repente.
Kagome le lanzó una mirada mortal. "¿Qué?"
"¿Qué te ha pasado en el pelo?" repitió exactamente en el mismo tono.
Kagome levantó una mano tímidamente a su pelo. "Nada... ¿por qué?"
"Oh, por nada." dijo rápidamente y miró lejos.
Si eso era un truco para intentar conseguir volverla paranoica sobre su pelo... bien, funcionaba. Kagome buscó por algún tipo de espejo para saber qué parecía su pelo... a este ritmo ella misma se iba a convertir en una vanidosa como Inuyasha. Pero él era de la clase de vanidoso por el que se pagaban para conseguir sacarle una foto de paso... a Kagome le quedaba mucho para llegar a ese punto.
El Café Flor era mucho más de lo que Kagome esperaba. No era precisamente un sitio al que ella iría para 'un desayuno rápido'. Era como salir a alguna cena en un restaurante de lujo, sólo que a las siete de la mañana en vez de por la noche. Después de un rato estaban allí, justo cuando la tensión en el ambiente en la parte posterior de la limo estaba apunto de reventar - el punto en el que Kagome deseaba gritar y estrangular a Inuyasha ser un cabeza hueca tan pedante.
La limusina los dejó allí y se fue, dejando a Kagome siguiendo mosqueada a Inuyasha hacia dentro del café. Era básicamente como una cafetería normal, pero añadiéndole dos ceros a los precios. Y porque sólo la gente rica y las celebridades iban allí, casi no había admiradores que se levantaran de las mesas para pedir un autógrafo, o periodistas saliendo de detrás de un arbusto con sus cámaras.
"¿Qué quieres comer?" le preguntó Inuyasha cuando llegaron a la barra.
"No sé... ¿comida?" se encogió de hombros.
Él suspiró y rodó los ojos. "¿Puedes ser un poco más específica?" dijo en tono condescendiente.
"Vale..." Kagome miró a la camarera detrás de la barra que miraba a su vez a Inuyasha. "Voy a querer un vaso de agua y un bizcocho."
"¿Agua del grifo o mineral?" preguntó la camarera, aún con los ojos en Inuyasha que miraba algo en el menú, pero Kagome se percató de que en realidad lo que hacía era evitar a la camarera... sólo porque no estaba lo suficientemente buena. Kagome sintió otra onda de desprecio golpearla... el muy mocoso gilipollas...
"Um... del grifo estará bien." contestó.
Inuyasha pagó y fueron a sentarse en una de las mesas de fuera al sol de la mañana. El aire era levemente caliente, pero indicio de que iría a peor a lo largo del día.
"Así que si no querías ganar este concurso¿entonces por qué lo aceptaste?" Preguntó Inuyasha, jugando con el salero que había en la mesa.
"¿Tenía la opción de rechazar?" le contestó Kagome, mirando con molestia como jugaba. "Si hubiera dicho que no toda la gente que conozco se me hubieran echado al cuello por dejar pasar esta oportunidad. Además, pensé que había la remota posibilidad de que fueras agradable y que una semana con un tipo tan 'perfecto' como tú sería divertida." Le dio una mirada fría. "Obviamente me equivoqué."
"Ohh... estamos amargados ¿eh?" le dio una sonrisa que ella sabía que era justo tan falsa como lo era él. "Simplemente estás celosa porque no eres rica y famosa."
"Estoy feliz de no ser una snob rica como tú." Le dijo con seriedad. "Ahora que he visto cómo puede corromperse una persona como tú, me volveré absolutamente feliz a mi pequeño santuario y seguiré adelante con mi insignificante y humilde vida, muchas gracias."
Inuyasha se encogió de hombros y comenzó a echar un vistazo a la cafetería. Kagome entendió que esperaba cruzarse con una cara bonita... igual que alguien mira las revistas en un estante antes de coger la que quiere llevarse a casa. Suspiró y miró hacia afuera, a la calle. Estaba tranquilo puesto que era tan temprano, aunque algunas personas en la calle habían notado a Inuyasha, pero eran demasiado tímidos o ricos para acercarse. Volvió la vista a su estrella con una mirada contrariada. "¿Así que qué mierda hiciste para merecer todo esto?"
"¿Merecer qué?" la miró aburrido.
"Por lo que me parece eres como esa modelo Jordan."
"¿Qué¿Rubio de tetas enormes?"
"No." le miró con fastido. "Famoso sólo por ser famoso. Tiene que haber algo más que eso. ¿Qué hiciste para conseguir ser tan famoso?"
"Es verdad que no eres una fan¿no?" le dio una auténtica mirada divertida, pero a costa de ella. "Has estado viviendo ciega todos estos años, pobrecita. ¿No lees los periódicos o revistas?"
"No soy mucho de interesarme por los cotilleos de los famosos. Son aburridos, estúpidos y solían ser buena gente hasta que se hacen famosos." Kagome se encogió de hombros. "No me interesan. Me aburrís."
"Un placer." Inuyasha se giró en su silla mirando de nuevo hacia otro lado.
"¿Y qué¿Por qué eres famoso?" insistió, quizás queriendo admitir que sentía cierta curiosidad. Inuyasha era un famoso un poco más interesante ahora le había conocido y comprobado lo falsa que era su imagen.
"Para el qué." Se encogió. "Al principio sólo era famoso porque cuando nací mi padre era el primer ministro y mi madre su esposa adorno."
"Era modelo de ropa interior¿no?" Kagome levantó la cabeza.
Inuyasha hizo un sonido indefinido. "También era modelo profesional, tú sabes, en pasarelas y todo eso. Duró siete años enteros, más que cualquiera en ese negocio porque que conservó su juventud y porque era algo exótica con su pelo, sus ojos y esas cosas," gesticuló señalando sus propias características para hacerle entender lo que quería decir.
"¿Y por qué al final sólo estuvo siente años?" Preguntó Kagome. ¿Mantener una carrera de modelo era tan difícil?
"Se mató¿no? En ese accidente de coche." La miro estrechado los ojos, y Kagome comprendió de golpe que había metido la pata hasta el fondo.
"Oh... lo siento..."
Perecía que la miraba con dureza antes de soltar una risa pequeña, sonreír y volver a apartar la mirada. No era una sonrisa de verdad sin embargo. ¿Pero había alguna vez una sonrisa de verdad? "Aún estría en las pasarelas si no hubiera muerto." Se frotó la coronilla. "Aunque sinceramente no quisiera ver a mi madre paseándose en ropa interior enseñándolo todo a diario."
Kagome intentó suprimir la sonrisa divertida por ese comentario. Con éxito, consiguió aplacarla. "¿Por qué más eres famoso? Tiene que haber más que eso."
"Bien, la fama se elevó bastante cuando los padres estiraron la pata." Admitió. "Voto por caridad, supongo... Y mientras que Kaede se ocupaba-"
"¿Quién es Kaede?"
"La hermana de mi padre. Mi tía fue mi tutora por un tiempo." Kagome ya había oído esa historia, ahora se daba cuenta. "De todas formas, mientras la vieja 'se ocupaba' de mis pinitos."
"¿Cómo?"
"¿Cómo los niños modelos? Como mi hermano por un tiempo, pero eso también fue... uh... también fue temporal, supongo. Se dio por vencido al cabo del tiempo." Parecía concentrarse para recordar lo que hizo desde entonces. "Entonces... el año pasado Kikyo me metió en esa campaña de colonia para hombre, para lo que me convirtió en modelo de alto standing."
"¡Oh, sí!" Recordó Kagome. "Vi un documental sobre eso una vez... Dijeron que se vendía porque era Inuyasha embotellado... la gente se mataba por ellos. Pero no huele par nada como tú." Era un comentario ocasional, o esperaba que hubiera sonado como uno.
"Ninguno de los que compran esas cosas saben cómo huelo." Sonrió astuto. "Es lo único que ni la televisión, la radio o las revistan pueden dar - aroma."
Kagome sacudió la cabeza. "Es ridículo."
"Me volvió rico."
Gracias por recordarlo. Pero tenía que haber más. "¿Sólo eres famoso porque los hombres van por ahí pensando que huelen como tú?"
"No... está todo lo de la lucha."
Kagome entrecerró los ojos mirándole confundida. "¿El qué, eres una especie de artista marcial o algo?"
"No puedo creer que seas tan ignorante." Le dio una sonrisa afectada. "¡Todo el mundo sabe eso!"
"¡No!" se defendió.
"No soy artista marcial, nunca lo he sido ni tengo intención de serlo." Dijo cortante. "Lucho en un ring."
"Oh... ¿eres como un campeón de lucha?"
"La lucha en la que estás pensando es como un ballet para los enclenques que no quieren hacerse daño. Lo que yo hago es de verdad."
Kagome frunció el ceño. "¿Cómo de verdad?" Entonces cayó en la cuenta. "Ah. ¿Eres como una especie de boxeador?"
"En cierta forma." Se encogió de hombros. "¿Y quieres saber el secreto de mi éxito?"
"¿Qué es?" Ahora estaba intrigada de verdad.
"Mi nariz."
Ella le miró con incredulidad, observando su nariz cuidadosamente y preguntándose que tendría que ver con cualquier cosa. Tan sólo era una nariz. Situada en el centro de su cara y completó sus rasgos. Pero no era tan espectacular¿no? "Tu nariz..." repitió despacio.
"Sí. Rota veintisiete veces. Pero siempre se cura perfectamente."
Kagome ahora lo entendía. Las chicas no mirarían dos veces a un tipo con la nariz rota de varias ocasiones, aplastada. Porque tenía esa capacidad de curación seguía siendo guapo y encantador, aún practicando un deporte más duros que existían. "Sigues siendo un capullo." Le dijo aburrida, volviendo a apoyarse en el respaldar de la silla.
"Un capullo con una buena nariz." sonrió engreído y estuvo a punto de continuar cuando vio algo tras ella que le hizo vacilar. "Oh, mierda..."
"¿Qué?" Kagome se giró para ver que le había llamado la atención. Lo que vio fue una cara algo familiar caminando hacia él. Kagome observó por unos instante a la chica que se acercaba hasta que recordó dónde había visto esa cara - o mejor dicho - dónde había visto esos pechos antes.
Se giró de nuevo a Inuyasha rápidamente. "¡Es Angelique Spagni" silbó bajo su respiración.
"Lo sé." Dijo con voy normal. "Y no tienes que susurrar. Lo único que habla es francés."
"Oh." Kagome parpadeó sorprendida. Para más sorpresa aún de Kagome, la modelo no les pasó simplemente de largo... en lugar de eso, cuando vio a Inuyasha soltó un gritito francés lindo de sorpresa y fue directa a él para sentarse en su regazo. "Ma petite puce!"
"¡Ángel, cariño!" él parecía un poco confundido. "¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que estabas en un avión camino de Francia."
"Ma poulette!" La modelo francesa se pegó más a él, envolviendo su cuello con los brazos y acomodándose más en su regazo.
Kagome se quedó un poco con la boca abierta mirando a la parejita. Ella bien podría no estar allí por todas la atención que Angelique le prestaba. Eso era simplemente grosero. "Te das cuenta..." le dijo a Inuyasha. "que acaba de llamante 'su pulguita' y 'su pollito'?"
"¡Entiendes francés!" la miró sorprendido. "Bien - me puedes traducir."
"¡No voy a hacer nada para un playboy repugnante como tú!" le contestó enfadada, intentando no ruborizarse viendo el comportamiento de Angelique.
"No, sólo dile que aunque pienso que es magnífica, no creo que esto vaya a funcionar. Que creo que debemos ver a otra gente." Se alejó un poco cuando Angelique intentó darme un beso en la mejilla.
Kagome miro un momento de uno a otro hasta que al final se crujió lo dedos para llamar la atención de Angelique. "Él dice... Je pense que nous devrions voirs d'autres personnes… Moi même j'en vois depuis trois moins." Que se traduce más o menos como: Creo que debemos ver a otro gente... Lo he estado haciendo por los últimos tres meses.
La pobre Angelique se incorporó rápidamente, mirando a Inuyasha desconcertada.
"Perfecto," dijo Inuyasha, sin tener ni una pista de lo que Kagome había traducido para él. "Ahora dile que es hermosa y que cualquier hombre sería muy afortunado por tenerla - pero ese no soy yo."
Kagome se giró absolutamente ocasional hacia la modelo otra vez. "Il te quitte pour un humain." Te está dejando por una persona de verdad.
Angelique jadeó y se retiró aún más, mirando a Inuyasha con completo daño y disgusto. Inuyasha lo entendió totalmente mal, leyendo en su gesto el de una típica chica a la que dejan 'con delicadeza'. "Ahora dile 'gracias'."
"Il ne suis sorti avec toi que dans le cadre d'un pari." Sólo salió contigo por una apuesta. Inuyasha miro a Kagome algo extrañado... eso no le había sonado como un simple 'gracias'.
Pero eso era suficiente para el ángel francés. anzó su mano hacia atrás y la estrelló en la mejilla de Inuyasha en una contundente bofetada antes de levantarse de sus rodillas y marcharse. Kagome la miró irse con algo de diversión contenida y luego se volvió hacia Inuyasha. "Muy bien, Inuyasha."
"Fue bastante bien." Se frotó la mejilla atacada, pero le dio una mirada de sospecha. "¿Estás segura de que lo tradujiste bien?"
"Palabra por palabra." Dijo sinceramente mientras cruzaba los dedos bajo la mesa.
"Bien, con suerte esta será la última vez que tendré que cruzarme con esa bomba de relojería en particular."
Se sentó echado hacia adelante cuando llegó el desayuno.
Kagome cogió su bizcocho sin muchas ganas viendo a Inuyasha a través de la mesa. Sabía que era cuel, pero no podía evitar jugar un poco con él. "¿Inuyasha?"
"¿Sí, Kaguri?"
"Es Kagome."
"Lo que sea."
"Tienes lápiz de labios en la mejilla."
A partir de ese momento Inuyasha se pasó el resto del desayuno intentando quitarse el carmín imaginario que parecía resistirse a salir...
Kagome se dio cuenta de que si él realmente era así de tonto lo mismo su semana no sería una completa pérdida de tiempo después de todo...
FIN DEL CAPÍTULO
Nota de la autora:
Sí... Sé que él está siendo un capullo total ahora... pero juro que irá a mejor, con tiempo... quizás...
Nota de la traductora:
Va por wen camino, que lo digo yo... que lo he leído, claro U xDD
¡Espero que os haya gustado!
Weno, otra cosita... He quitado la traducción de título del fic Como ya he dicho más de una vez (y tendré que seguir diciendo una y otra vez U) yo de inglés sé bien poco y si ya hablamos de frases hechas, modismos... pos voy de culo xD Y por lo visto Dead Famous se refiere a alguien muyyy famoso, vamos, como cuando nosotros decimos ¡es famoso de la muerte! - ... oO ... xDDDD Y me niego a poner eso - :P Así que hecha la aclaración, pues se queda como Dead Famous a secas y punto ;) ¡Mil gracias a la chica que me escribió para aclarármelo!
El fic original en inglés podéis encontrarlo en:
http/ sugerencias de fics de Inu Yasha que deseéis que sean traducidos o cualquier otra cosa, podéis escribirme a:
nemficsyahoo.es
¡Muchos besos a todos!
Némesis
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