Disclaimer: El mundo de HP me pertenece entero por que... yo soy JKR! Sí lo que pasa que mientras que ideo la continuación de HBP me aburro y me dedico a subiros historias que nunca contaré en los libros. Lo que no sabíais es que se me daba tan bien el español ¿verdad?
Jajajaja, bueno después de la chorrada de disclaimer que os he puesto esta vez, que más quisiera yo que llegarle a la suela el zapato, os respondo los rr y os dejo leer que para mí cada vez se pone más bueno, aunque cada vez también me es más dificil sorprenderos y hacer los capítulos igual de intensos. Allá vamos:
N17: Rehola! Qué bien que esta vez si ha salido enterito el rr, no como la otra vez. ¿de verdad se te olvido como se llamaba mi historia? (careto llorando) ¿Y dices que te gusta tanto? O eres más despistada que yo , que ya es un decir o no se que pensar. A ver un conseguito y no solo por mí sino por tí; hazte un "profile2 en ffnet, osea, abrete una cuenta aunque no escribas y publiques se puede hacer, eso te permite tener siempre un listado a mano de tus historias preferidas así como de los autores que te gustan, te avisa cuando actualizan con un mail y te deja ver todos los rr que has ido lanzando. ¿buena idea? tu verás yo solo te lo aconsejo, antes de escribir iba apuntando siempre en una libreta los fic que tenía empezados y los capi que había leído(ya te dije que soy muy despistada!) Pasemos a la historia... Sí Lucius es 6 años mayor que los merodeadores, en el capítulo al final creo que dejaba la referencia pero por si acaso te doy el dato, está en un artículo de El Profeta, creo que en OdF. Allí dicen algo así como "Lucius Malfoy, ... (le edad que tiene que ahora no recuerdo pero debe de ser 46 o cosa así), Willshire" Si lo buscas fijo que lo encuentras. Me gusta respetar los originales de JK hasta que puedo y enlazar mis historias con las suyas¿descubrirlos? UFF más les vale a los dos que no! pero tendrás que seguir leyendo para saber eso! Y sobre los padres... pues chica espera que salgan los mortifagos y ya veremos pero ten en cuenta que el fic está muy centrado en los personajes principales, así que no esperes mucho más allá de ellos. Yo por si acaso voy avisando. ¿todavía no sienten nada? De verdad piensas eso? Al menos uno de ellos ya deberías de tenerlo claro, no te olvides que esto es un slash aunque vaya lento, para mí la realidad ante todo y entre estos dos hay demasiadas cosas pasadas por que sigo la línea de JK así que, paciencia, "para todo hay un tiempo" Y no te preocupes que siempre respondo a los rr, como siempre digo vuestro reconocimiento a mi historia es lo unico que gano con ponerla en la red. Muchas gracias a tí por confirmar que sigues ahí y no te olvides del nombre plis! Nos vemos.
Rocio de Luna: Gracias por tu alabanza. Tienes mucha razón el Harry de mi historia intenta ser alguien profundo a su modo, es que supongo que incluso JKR tendrá que hacerlo madurar ya en el 6º curso ¿no? Con la cantidad de cosas que ya le han pasado tendrá que hacerse "responsable" y dejar un poco de lado la inconsciencia que a veces muestra. Bien aquí os dejo otro capi espero que lo disfrutes tanto como los anteriores ... o más. Besos.
Sheamoonie: Ains que buena filosofía la tuya respecto a la carrera, como se nota que no debes de llevar tantos años embarcada en ella como yo. Pero en fin, no quiero ni pensar en ellos hasta que lleguen y arrasen con la musa, el animo y con todo. Mientras pueda intentaré disfrutar de la magia que aún me queda para plasmarla en letras y que la podaís leer. Intenta darle fuerte a esos trabajillos que te quedan que a veces agobian mucho más que el estudiar. Jajaja ¿leíste atentamente? Jajaja Perdona que me da la risa pero es que creo que el capítulo 6 era de los que menos ocultaban, aunque en este fic está todo tan claro y tan "veraz" (comparado con el resto que he escrito, ya me conoces) que en fin... Todo lo que pueda pasar está ya casi contado. Menos mal que aún así parece que soy capaz de sorprender aunque sea en el modo intenso de narrarlo. Una que se decanta por Snape traidor! Lo anatoremos a ver si luego aciertas :D pero me gusta que hagais eso, casi todas estáis muy convencidas de que el amor de Draco es real y mira que desde el principio no dejo de preguntaros si os fiais o no (ya se que soy mala poniéndoos en duda a estas alturas, pero no puedo evitarlo) Por Snape no se me había ocurrido preguntaros aún pero... Ojo que aunque he dicho que todo lo que va a pasar en la historia está ya casi contado no es cierto, cuando hablo así es por que algo me guardaré aún en la manga¿no crees? ;) (Yo intento tomar ejemplo de JK en todo, en despistaros con las palabras ajenas al fic también) Esa escena con el centauro es que me encanta! Y verás más adelante que también enlazo con ella en otro momento; y sí Draco "se deja salvar" o visto de otro modo, se "somete a la autoridad de Harry por primera vez" dejándole hacer a él al tiempo que se puede decir está "apabullado" al oírle hablar así. Se supone que siente algo por él y el chico es la primera que lo llama "amigo" eso lo impacta demasiado. Pero me gusta mucho más la charla del final, cuando empiezan a hablar de otras 'cosas' y Harry invoca su patronus para él (esa escena es una de las más MIMADAS que tengo en este fic) ¿Te quedaste trabada con eso? Me alegro:D:D:D No te preocupes que "lo reconocerás, cuando te deje verlo, como a Harry" Esa va a ser otra gran escena pero... aún no llega y aunque la tengo clara en la mente estoy esperando el día idóneo para plasmarla en el papel, además de que por el curso de la historia os quedan muchas cosas antes que conocer que el patronus de Draco. Lo del hurón... Otro de mis guiños a JK igual que se lo hago a los fics de mis amigas aunque aquellos que no los conocen no pueden reconocer esos pequeños detalles y suele haber muchos en mis historias, en cada capítulo casi podía decir que meto alguno. Al igual que tú espero que NADIE supiera que lo que vas a leer a continuación pudiera ocurrir. Como os dije en otros rr en mi foro este capítulo creo una bomba! Aunque hija a mi me dio tanta lata de escribir que a pesar de que me encanta le tomé un poco de rabia por toda la "contradicción" que me causó; para lo bueno y para lo malo creo que salió tan intenso que a mí si que me trabó en todos los sentidos. Muchas gracias como siempre por tus palabras, y por pararte a escribir a pesar de tener poco tiempo. Espero que disfrutes y te relajes leyendo aunque te cause tensión sigue hasta el final!. Besos.
Inocent muggle: Espero impaciente que la vida muggle te deje un huequecito para leer y saber que piensas al respecto. Y suerte si estás liada de examenes.
Y ahora el capítulo... Pero antes saludos a todos esos que se que leéis ocultos sin dejar palabra o que simplemente no tenéis tiempo de darle al rr. Tambi´ñen a vosotros muchas gracias por acompañarme.
Que horror primero se me atrancó este capítulo y ni modo de sacarlo adelante, me estaba bloqueando en todos los fics. El caso es que sabía lo que quería contar, lo tenía claro y lo veía muy real, pero casi que me dolían algunas escenas así que no podía plasmarlo en palabras por más vueltas que le daba. Creo que el título es más el fiel reflejo de lo que me producía a mí que otra cosa (no es verdad, también define el capítulo y bastante bien, creo) Y después para colmo llevaba desde el sábado intentando subiroslo pero ffnet siempre me decía que estaba saturado el servidor. Apenas hoy es que logro por primera vez volver a entrar al profile, espero que no se "sature" de nuevo antes de lanzarlo por que este servidor es como mi musa, toma vacaciones cuando menos debe y te lo esperas y ni siquiera avisa de cuando piensa volver.
Espero que lo disfrutéis por que al final me encanta sin que sea mimado, y después de lo que me ha costado hacerlo ha sido uno de los que ha quedado más largo pero... no lo puedo partir, quedaría fatal, así que... a aburrirse (quien se aburra lleva premio¡vamos! que no creo que os deje ni respirar de toda la que os viene encima) Pero gracias a todas por seguir leyendo.
CAPÍTULO 8: CONTRADICCIÓN
No podía soportarlo. Apenas hacía diez días de su última estancia en el bosque, diez días desde que jurara no volver allí bajo la amenaza del centauro, algo que sabía bien nada podría contra su persona pero sí contra él; e intuía acertadamente que si volvía al lago Draco no dudaría en encaminar sus paso tras él, poniendo así su vida en peligro. Diez días que no acudía al lugar que tantas de sus angustias serenaba y, peor aún, el mismo tiempo en que cada una de ellas aumentaban.
No era solo el no poder ir, ahora era la angustia de su ausencia lo que más le acongojaba, y lo sabía…. Se había acostumbrado a su presencia, a su compañía y a su amistad, tan diferente a la de los demás. Y ahora, a pesar de verlo a diario, a pesar de que sus ojos se encontraban inesperadamente en medio de la nada cuando nadie más los observaba, ahora no podía conformarse con eso.
Su mente lo torturaba al pensamiento de cómo es que debía de sentirse el rubio cuando él mismo se sentía así. Él llevaba la marca, él luchaba ya contra sí mismo y contra todos los que le rodeaban aunque no diera esa impresión, pues bien sabía que su conciencia se debatía entre sus ideales y los actos que tenía que realizar. Pero eso era inevitable, los dos lo sabían, más el hecho de no poder demostrarle a diario que seguía junto a él torturaba sus pensamientos producto de ese deseo reprimido. "Haz lo que tengas que hacer" le había alentado, dando vía libre a que llevara a cabo el trabajo que todo Slytherin esperaba de él. Más aquel amanecer las palabras aún no estaban llenan de sentido, no al menos del sentido que tenían tan pocos días después.
La crudeza que Malfoy les mostrara en primer y quinto curso se le quedaba pequeña. Entonces sus acciones contra Gryffindor eran casi aisladas comparadas con los repetidos episodios que tenían ahora lugar a diario. El rubio se las ingeniaba para hallar el modo de rebajarles y hacerles quedar mal todas y cada una de las veces que se cruzaban sus pasos y como no, esa actitud era peor en clase de pociones, donde su Jefe de Casa aplaudía calladamente sus actos con una sonrisa exacerbarte que parecía no conformarse con quitar puntos a los leones, sino que demostraba las ganas retenidas de premiar a la serpiente que tan mal los hacía quedar.
Pero todo esto era algo que cabía esperar. Lo que no le cabía esperar, ni siquiera pensó al principio, es que se le hiciera tan duro de sobrellevar. Si tuviera el consuelo del lago, la presencia del amigo que allí encontraba y que debía ocultarse entre los muros del castillo, todo sería diferente; el Draco que allí se le habría mostrado habría paliado las penas que Malfoy le causaba sin querer. Pero ese Draco que él buscaba estaba bien oculto en las entrañas del chico al que tenía que enfrentarse cada día, el mismo que le hería profundamente cada vez que de sus labios oía brotar su apellido tildado de tanto desprecio como antaño. Y eso lo hacía consciente de lo mucho que deseaba escuchar del amigo su nombre, un simple 'Harry' lleno del cariño que su voz solía destilar al pronunciarlo.
El alba lo encontró despierto, exasperado ya de estar en cama sin cerrar los ojos nada más que para intentar eludir la verdad que le rodeaba. Se estaba cansando, su paciencia rayaba ya el límite pues lo que más le irritaba al fin y al cabo es que el rubio no atentara contre él directamente si no que lo hacía contra sus más allegados impidiéndole muchas veces poderlos defender ante el profesorado. La ira y la impotencia lo desbordaban y tomó la certera decisión de que no permitiría que aquello continuara como hasta ahora.
Las cosas entre ellos estaban bien definidas, insultos e injurias obligadas por la situación pronto serían olvidadas, perdonadas por la certeza de que el mal provocado era totalmente involuntario. Pero eso nunca lo comprenderían sus amigos, sus otros amigos, aquellos que le habían arropado siempre, permaneciendo junto a él incondicionales, aquellos que sabía darían incluso su vida por defenderlo, apoyándole en todo sin ni siquiera preguntar un por qué. Los mismos que esta vez le dejarían de lado incrédulos y reticentes a creer lo que él sabía una verdad más grande que el universo que les rodeaba. No podía pedirles que disculparan al rubio pero sí podía hacerle saber a él que no la tomara tanto con ellos. Y estaba dispuesto a hacerlo, a la primera oportunidad, y costase lo que costase.
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Apenas diez minutos antes del final de la clase un zumbido retumbó en el aula al explotar una poción. Por suerte Ron había reaccionado a tiempo, echándose a un lado antes de que el producto contenido en su caldero se derramase. Entre el barullo de sus compañeros Harry aprovechó el desconcierto para ir a ponerse delante de él.
-. Ésta vez te pasaste, Malfoy.- Le espetó enojado.
-¿Yo?- Replicó poniéndole una cara tan inocente que casi le hace sonreír, pero entonces la aridez volvió a su cara demostrándole con quién es que se las veía.- Ese Weasley no hace nada bien.
-Ron lo hacía bien- Le gritó más enfadado.- Has sido tú, te he visto.- Draco alzó una ceja dispuesto a responder cuando la voz del profesor resonó junto a ellos.
-¿Qué está pasando aquí?- Harry se encogió involuntariamente al escucharlo, pero no desvió la vista del rubio quien completamente sereno dirigió la mirada hacia su Jefe de Casa antes de responderle.
-Potter me acusa de la ineptitud de Weasley, señor.- La sonrisa se perfiló en la cara del hombre cuando lo miró.
-He visto como lanzaba un hechizo a su caldero… profesor.- Añadió intentando paliar la agresividad con la que le contestaba, acelerado, incontrolado por los nervios y la angustia. Snape entrecerró sus ojos para mirarlo.
-¿Y por qué haría algo así el señor Malfoy, Potter?- Descargó con desprecio su apellido.
-¿Por fastidiar?- Preguntó irónico.
-Acusar a un compañero sin pruebas le costará caro, señor Potter- Dijo con intención de continuar, más él se le adelantó cortándole.
-Podemos comprobarlo señor, si usted lo permite.- Snape lo miró intensamente y permaneció callado unos segundos antes de volverle a interpelar.
-¿Y piensa usted que Malfoy sería tan tonto de hacer algo así y… dejarse pillar?- El rubio sonrió abiertamente a las palabras del profesor, lo que sulfuró aún más a Harry que estaba convencido de lo que había visto.
-Si- Respondió seguro, alzando la cabeza y provocando que el profesor lo volviera a mirar esta vez con un brillo extraño en sus ojos.
-No sabe cuanto me divierte esto, Potter. Hagamos una apuesta.- Harry abrió los ojos sorprendido, pero se mantuvo silencioso a la espera de su propuesta.- Si demuestra que Malfoy hizo lo que dice… lo castigaré; - afirmó irónico e incrédulo- sino, serán 100 puntos menos de su Casa y limpiará el estropicio de Weasley a mano.
-Harry¡no!- gritó Hermione al otro lado, por encima del jaleo que comenzaban a armar el resto de Slytherin comparados con el silencio que mantenían los leones.
-Cállese Granger- Le ordenó enojado- ¿De acuerdo, Potter?- Preguntó inclinándose hacia él. Tan solo lo dudó un momento.
-De acuerdo.- Confirmó mirando fijamente a Draco que parecía desafiarle en silencio.
-Esto será divertido. Saque su varita señor Malfoy.- A la orden del profesor el chico tomó el arma de su bolsillo y esperó con ella en mano.- Solo hay un modo de descubrirlo Potter y, para que luego no me acuse de hacer trampas, será usted mismo quien lo lleve a cabo. Deje su varita en la mesa Malfoy, Potter es demasiado desconfiado.
Los ojos de Draco brillaron a sus últimas palabras, haciendo que por un momento Harry se perdiera inconscientemente en su mirada y en el gesto elegante con el que depositó la varita en el pupitre justo delante de él, los ojos fijos en los suyos sin atisbo alguno de miedo, deleitado casi podía decir en esa mirada a pesar de que él estaba realmente enfado.
El silencio llenó el aula al acecho de los acontecimientos, el único ruido producido el de los zapatos de sus compañeros tomando mejores posiciones para ver que ocurriría.
-. ¿A qué espera, Potter?- Le hizo reaccionar bruscamente.
Miró un momento desconfiado al profesor que, erguido y serio, mantenía una sonrisa irónica en su cara, más seguro al parecer de Malfoy que él mismo de lo que había visto. Su mano temblante tomó su varita y con una última mirada al azul reluciente del otro chico apuntó hacia el arma, los latidos de su acelerado corazón resonando en sus oídos amplificados por el silencio expectante que les rodeaba.
-. Priori incantatem- Pronunció con voz firme.
Todo sucedió muy rápido. El haz de luz de su hechizo impactó en la varita opuesta que, tras un leve temblor, dejó escapar una voluta de humo blanco que rápidamente permitió ver la imagen del último de los hechizos realizados. Un ejercicio de transformación al parecer.
Los sonidos y muestras de angustia de los Gryffindor fueron apagados por los vítores de las serpientes ante el resultado, pero eso fue algo que Harry no percibió pues, sorprendido y amilanado, miraba a Draco quien mantenía aún su mirada alzando una ceja al tiempo que le sonreía abiertamente. Una sonrisa tan sincera que le dolió más que los puntos y el orgullo perdido. Y no se contuvo, en tan solo unas décimas de segundo se apontocó en la mesa, acercando agresivamente la cara hacia la del rubio para espetarle.
-. Inmundo proyecto de mortífago¡atrévete conmigo si eres capaz!
Todo el cuerpo se le tensó a sus palabras y los ojos se le velaron, totalmente apagados al dolor que aquello le provocaba. Más cuando empezaba a ser consciente de lo que le había llamado y de la reacción que le había provocado escuchó su replica airada.
-. Tú lo has querido, Potter- Le dijo con todo el veneno que solo él podía derramar en su voz- Así será desde ahora.
Ver la ira en sus ojos le dolió y estuvo a punto de soltar una disculpa inapropiada a la situación. Pero no llegó a saber si sus ojos le habían transmitido el arrepentimiento que sentía y que trataba de comunicarle, pues en ese momento Parkinson, apostada al lado del rubio, movía apenas los labios visiblemente orgullosa para hacerle saber la verdad de lo ocurrido.
-. Lo hizo con la mía…
-Bien, bien, bien.- Impuso silencio el profesor, acompañando su expresión con tres palmadas contundentes. – Así pues son ciento treinta puntos menos para Gryffindor.
-¿Ciento treinta?- Preguntó tan enfadado como sorprendido.
-¡Exacto!- Respondió sonriente.- Los que apostó, los veinte del señor Weasley por su ineptitud…,- recalcó las palabras de Malfoy- y diez más por su otra acusación infundada.
"¿Infundada?. ¡Y una mierda!" - exclamó para sí- "Sabe tan bien como yo que ya lo es." Pero la rabia de sus propios pensamientos desapareció rápidamente al volver a ser consciente de lo que ello implicaba para el amigo, aunque la ira ahora mismo no le permitiera verlo así.
-. Y límpiese las gafas señor Potter. No quiero que quede ni rastro de esa poción y parece que ni con cuatro ojos ve bien.
El color subió incontrolado a sus mejillas al tiempo que escuchaba las risas de los Slytherin, más calló apretando el puño sobre la varita que aún sostenía, conciente de que no podía replicarle so pena de perder aún más puntos y esta vez MC Gonagall lo reprendería seriamente, e incluso lo castigaría para ser realista.
-. La clase ha terminado.
A las palabras del profesor los alumnos se lanzaron rápidamente a recoger sus pertenencias al tiempo que comentaban lo ocurrido. Como si nada hubiese acontecido, Draco comenzó también a recoger con la misma elegancia de siempre, ignorando la mirada y la actitud que Harry mantenía aún hacia él, consciente de que todavía le quedaba bastante trabajo por hacer antes de abandonar el aula y tener que enfrentarse a la rabia que ahora mismo demostrarían sus compañeros contra él.
-. Todo Slytherin le agradece el gesto, señor Malfoy.- Dijo Snape junto al rubio que lo miró en silencio, aunque casi despreciativamente pensó Harry al ver sus ojos.- Y recuerde,- añadió aproximándose a él, pero hablándole lo suficientemente alto para que también el Gryffindor lo escuchara.- le ha prometido algo a Potter. Cúmplalo.
Se mantuvo en su sitio hasta que lo vio pasar junto a él, ignorándolo premeditadamente y acelerando el paso aparentemente orgulloso ante sus compañeros que le felicitaban mientras abandonaba el aula. No podía culparle de lo ocurrido y, a pesar de saber que había conseguido su objetivo, era consciente de cuanto le había costado a Gryffindor, cuyo reloj ahora era superado incluso por el de Hufflepuff.
-. Ya sabe lo que tiene que hacer.- Dijo el profesor visiblemente victorioso una vez retirado el resto de alumnos.- Y yo que usted no tentaría tanto mi suerte, a veces, no sale bien.- Le advirtió.
Completamente airado se dirigió al puesto que ocupara Ron y comenzó a limpiar en silencio todos los desperfectos ocasionados por la poción, deseando acabar lo más rápidamente posible para poder salir del aula y alejarse de la presencia de aquel odioso hombre.
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Los días siguientes fueron terribles. No podía ir a ningún lado sin que sus propios compañeros lo miraran mal, reprochándole aún sin palabras los puntos perdidos y esta vez fue peor que la primera. Sabía que de haber sido al contrario aquella noche su Casa hubiera organizado una gran fiesta, celebrando que uno de ellos hubiera logrado al fin que Snape castigara por primera vez a su adorado Malfoy. Pero el mundo era así de hipócrita olvidándose de que nada se gana nunca sin arriesgar antes otro tanto.Durantecinco días cumplió castigo con Mc Gonagall, llegando a su dormitorio tarde y tan rendido que apenas si tenía fuerzas para dejarse caer en la cama totalmente extenuado. Ni siquiera los castigos con Lockhart y Umbridge le resultaron tan duros en su tiempo, lo que indicaba al punto de enojo que había llevado a su Jefa de Casa.
Y mientras esto ocurría Hermione y Ron permanecían cual guarda espaldas junto a él, eso sí, la primera reprochándole todavía su osadía al apostar; el segundo culpándose de que eso hubiera pasado por haberlo querido defender. Pero a pesar de ello ambos seguían ahí, intentando paliar con su compañía y amistad el malestar que el resto de compañeros le causaban. Más lo que no podían paliar era lo que más le dolía, la actitud exacerbada que Malfoy mostrara para con él desde que lo desafiara a enfrentársele ante todos. Y sabía que había endurecido sus acciones debido también a sus palabras.
Soportaba estoico las embestidas contra él, conciente de que ahora mismo no podía perder más puntos y por ello se contenía sin responder a sus provocaciones, volcando todo su empeño en recuperar junto a Hermione lo apostado. Pero la rabia que el rubio le demostraba, la ira que inundaba sus ojos cuando lo miraba oculto de la vista de todos, eso se le clavaba en el pecho cual daga afilada al hacerle sabedor del dolor que sin querer le había provocado. Se había pasado, lo sabía, y arrastrado por la situación le había herido donde más le dolería, acción inconsciente que reflejaba el dolor que él le provocaba cada vez que atentaba contra sus amigos.
"Por que el sufrimiento es mayor cuando se infringe en el ser amado" le había dicho una de sus primeras noches en el lago y recordarlo solo le provocaba mayor dolor, pues ya no le martirizaba lo que el Slytherin hiciera contra sus amigos, si no lo que él mismo había hecho contra él. Tenía que encontrar el modo de pedirle perdón, de hacerle ver que no lo hizo adrede y de lo mucho que se arrepentía de haberle hablado así. "¿Pero cómo?" se repetía exasperado, sabiendo que todos sus movimientos eran observados atentamente hasta por los fantasmas que habitaban Hogwarts, mucho más desde aquel día.
Aunque extenuado y deseoso de meterse en cama, tomó en silencio capa y mapa y salió oculto a todos de su torre, sabiendo que el sueño no acudiría aún a él, que no sería Morfeo quien vendría en su ayuda pues nunca lo hacía ni lo había hecho.
Tras un ligero vistazo al mapa comprobó que no había nadie cerca y confiado, veló el pliego guardándolo en su bolsillo, avanzando despacio por los pasillos, con paso tan cansino como su propio estado de ánimo. La quietud del castillo a estas horas en las que muy pocos gozaban el privilegio de poderse mover de sus alcobas serenó un tanto su angustia, permitiendo a su mente evadirse en el recuerdo de un lago en el que desearía poder estar.
Pensaba intensamente la posibilidad de encaminar sus pasos hacia allí cuando el leve sonido procedente de un pasillo colateral lo hizo detenerse. No sabía cuanto rato llevaba caminando sin rumbo fijo, ni hacia donde se había dirigido. El sonido de los pasos era cada vez más cercano y, sin tiempo ya de comprobar en el mapa quién se acercaba, se pegó a la pared y permaneció estático, el corazón acelerado innecesariamente pues estaba protegido por la invisibilidad. Menos mal que el subconsciente había estado atento, pues de no poner cuidado se hubiera chocado al girar en la esquina.
La cadencia de los pasos ahora próximos le resultó conocida y maldijo internamente deseando que no fuera Snape, más en ese mismo instante la presencia giraba la esquina que daba a su corredor y Harry no pudo más que abrir los ojos desorbitados por la sorpresa. La silueta del Slytherin se perfiló ante sus ojos a la escasa luz del pasillo y retuvo el aire en el pecho para dejarlo salir aliviado. El chico avanzaba sereno, sus grises ojos perdidos en la oscuridad, pensativo… Ni siquiera se movió, permaneció pegado a la pared hasta que segundos después le pasó por delante y entonces… Las palabras salieron de sus labios incontenidas, impulsadas con fuerza por el ansia de su corazón al hallar tan inesperadamente la oportunidad anhelada.
-. Perdóname Draco.- El chico detuvo sus pasos al tiempo que pronunciaba interrogante su nombre.
-¿Harry?
La pregunta se perdió en el silencio de la noche pues, sobrecogido por el tono de su voz, dejó cerrar sus ojos disfrutando del calor transmitido al usar su nombre. El leve sonido del deslizar de sus pasos le hizo reaccionar. Draco avanzaba casi a centímetros, las manos extendidas hacia delante, intentando localizarle. Sin saber por qué, antes de que llegara a tocarlo, se retiró de él en silencio, como tantas otras veces eludía a algún profesor. El corazón sereno esta vez al descubrir el brillo en sus ojos.
Al no encontrarlo observó como el rubio permanecía estático, cerraba sus luceros de luna y apenas en un murmullo dejaba unas palabras escapar a la nada, negando al mismo tiempo con la cabeza.
-. Debo estar soñando.
E inmediatamente continuó su camino, esta vez con paso rápido, impulsado tal vez por la angustia de pensar que aquello no había ocurrido, a pesar de saber que tenía la capa y que era posible. Harry esperó a que se perdiera en la distancia y solo entonces, algo más conforme y sereno, también él se dirigió a su torre, pensando que quizás ahora si pudiera llegar a dormir.
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-. ¿Qué miras Malfoy?- Preguntó airado ante su insistente mirada al llegar al aula. Una risa sardónica apareció en su cara antes de responder.
-Me preguntaba qué nueva treta inventaréis hoy la sangre sucia y tú para intentar recuperar lo imposible.- Le respondió altivo y seguro.
-Eso no te importa- Respondió sereno, sin mirarlo ni responder a su provocación, su atención puesta en preparar sus cosas antes de que llegara la profesora.
-Sí que me importa- le afirmó contundente.- Este año la Copa de la Casa será para Slytherin.- Añadió orgulloso, creyendo que eso le picaría, que le haría reaccionar y con suerte podría aumentar la ventaja de su reloj.
Harry alzó la cabeza hacia él mirándolo fijamente un instante, su expresión simulando enojo para automáticamente tornarse en una sonrisa manifiesta al responder.
-. No deberías soñar despierto Malfoy, te aseguro que se acaba hablando solo.
No pudo evitar reflejarle la sorpresa en su cara y el brillo que inundó sus ojos le confirmó que había captado claramente el mensaje, lo que provocó que Harryle sonriera aún más. Anonadado Draco tardó un segundo en reaccionar, felizmente impactado a sus palabras, conocedor de que él realmente estuvo la noche anterior en el pasillo, de que aquello no había sido un espejismo nocturno provocado por su atormentada mente.
-. Ya se verá a final de curso.- Le respondió seguro antes de alejarse de él.
-Hasta entonces.- Contestó mientras se marchaba.
Desde ese momento ambos entablaron una especie de pacto callado. Las acciones contra ellos y sus Casas no cesaron, evidentemente, pero ahora los dos parecían jugar a un juego peligroso, tan peligroso como el hecho de que los descubrieran, pues forzaban al máximo el límite del otro, sin llegar nunca más allá. Podría decirse que resultaba divertido planear cada noche, junto a Ron, lo que harían al día siguiente contra él, pues eso le permitía expresar en voz alta al amigo parte de todo lo que retenía bullicioso dentro de sí mismo. "No funcionará Ron" le decía antes algunas de las ideas descabelladas del pelirrojo, sabiendo cual sería la replica exacta del rubio. Ron se sorprendía de que lo conociera tan bien y cuando le preguntaba el simplemente se limita a responder con un "demasiado tiempo hace ya que lo conozco y… lo sufro." Lo que añadía melancólico al significado totalmente opuesto de lo que quería expresar.
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Todo se mantuvo así durante los dos meses que quedaban de clases; sesenta días o más en los que batallaron entre ellos sin cesar, usando toda clase de tretas y artimañas que mostraran a todo el colegio su fingida enemistad. Hechizos y pociones eran usados y vertidos subversivamente entre ellos, provocando incluso alguna vez que acabaran en la enfermería. Y a todo esto… Parecía que sus Jefes de Casa hubieran establecido entre ellos un acuerdo tácito y callado, tan oculto como el suyo propio, para dejarles batallar a su antojo sin que eso afectara en demasía a sus respectivas Casas, conscientes ambos profesores de que esa actitud iba más allá de una simple rivalidad colegial, dejando que los futuros miembros de sus respectivos grupos sentaran ahora las bases de lo que creían marcarían sus destinos más adelante, sin saber ninguno de los dos cuan equivocados estaban al respecto.
Tras aquel inesperado encuentro, Harry tomó la costumbre de salir a merodeador a escondidas por el castillo. Su calidad de Premio Anual no le exigía el tener que esconderse, igual que a él, pero la capa le daba libertad de movimiento y ayudado por el mapa podía localizarlo cuando quería, acompañándolo en silencio en sus también frecuentes paseos nocturnos. A veces se sentía igual que en los primeros días en que él acudía al lago, cuando aún ni hablaban entre ellos, pero ambos eran conscientes de que el otro estaba allí. Y sabía que Draco conocía esta costumbre o intuía su presencia callada pues algunas veces musitaba para él su nombre o una sincera disculpa, como la vez que hizo que su pelo azabache se tornara melena de león provocando la risa entre sus compañeros los tres días que duró el espectáculo. "Sigo confiando en ti" era lo máximo que le decía en estos caso, antes de salir huyendo contra voluntad, sabiendo que lo que más deseaba era hablarle a solas, compartir con él algo más que el silencio de un paseo por los pasillos ya no tan desiertos de Hogwarts, siempre caminando invisible junto a él, cuando lo que realmente deseaba era estar con él.
Pero estos encuentros se hacían cada vez más difíciles. TIMOS y EXTASIS se acercaban y todos los alumnos de quinto y séptimo curso permanecían a diario estudiando hasta agotar al máximo el tiempo que se les permitía quedar en la biblioteca. La tensión por los exámenes provocó que sus ataques se redujeran, imbuidos como todos en la preocupación de pasar tan temidas pruebas. En las clases no se oía ni un ruido, más que el vuelo de alguna mosca despistada y las palabras de los profesores remarcando los temas más importantes a tener en cuenta de sus materias. Y en las horas de estudio sus ojos se cruzaban con gran frecuencia; unas veces intentando mostrar rabia para que el resto recordara su enemistad, otras veces velados de la tristeza que saber que acabado Hogwarts una nueva vida se abriría ante ellos, en la que ambos sabían les esperaba su más temida prueba.
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Por fin al día siguiente acabaría el suplicio. Tan solo quedaban dos exámenes por hacer y podrían descansar y relajar la mente durante la última semana de clases. Al menos en lo que a estudios se refería.
Hermione estaba nerviosa, casi más que en los primeros días de las pruebas, y hacía ya rato se movía inquieta sin dejar de mirar hacia atrás donde unas mesas más allá, él seguía aparentemente sumido en el estudio, pero Harry sabía que no era así. Llevaba rato demasiado erguido, garabateando apenas en un papel, mirando al frente hacia él aprovechando que Hermione le daba la espalda y que no quedaba nadie más en la sala excepto ellos tres, pues el resto de los alumnos se habían retirado rato antes, como Ron, agotados y vencidos por la presión de toda la semana. El mismo se hubiera marchado mucho antes de no ser por él, por su presencia, por permanecer un rato más observándole de reojo para no delatarse ante su amiga. Era un triste consuelo, lo sabía, pero lo era. Sin darse cuenta suspiró haciendo que ella alzara la cabeza de sus apuntes y lo mirara extrañada.
-. ¿Pasa algo Harry?- Preguntó en voz baja.
-Estoy agotado.- Dijo entristecido por sus pensamientos.- ¿Por qué no lo dejas ya? Superarás todas las expectativas, sin duda.
-Es que… bueno yo….- su amiga dudaba, Harry entrecerró los ojos esperando que decidiera hablarle- Tengo una duda y necesito consultar un libro- Terminó hablándole rápidamente.
-¿Y a qué esperas?
-A que se vaya Malfoy. No me fío de dejaros solos.- El tono endurecido de su voz le hizo sonreír tristemente.
-¡Vaya, me alegro de que sea eso. Por que con tanta 'miradita' ya pensaba que tú también habías caído en sus redes.- Dijo sorprendiéndose el mismo de la ironía que escuchó en sus palabras.
-Que gracioso- Le replicó ofendida y con cara de asco.- El caso es que no parece estar estudiando pero tampoco se va. A este paso nos echan de la sala y no podré mirar lo que preciso.- Añadió enojada.
-Solo trata de desconcentrarme.
-Ya¿y lo consigue?- Hablaban en susurros, pero aún así su amiga era capaz de reflejar toda la crudeza de su voz. Por un momento ladeó la cabeza y posó su vista en el rubio cuya expresión le hizo comprender que sabía que estaban hablando de él.
-Sí- respondió resignado, pasando del azul encendido de unos ojos que le llamaban al marrón oscurecido de su amiga que le reprochaban silenciosamente el dejarse influenciar así.- Vete a por el libro.- La alentó- Quiero volver a la torre y yo sí que no me fío de dejarte a solas con él.
-No, si me voy… sé que intentará algo. ¿Es que no lo ves en su cara? Hace ya rato que luce esa sonrisa de cuando piensa algo contra ti.- Harry abrió los ojos sorprendido por que ella lo hubiera observado y era verdad, hacía rato que Malfoy parecía tramar algo, aunque estaba seguro de que no era lo que ella temía.- Y sé que tú no te resistirás Harry, mucho menos ahora que los relojes vuelven a estar casi igualados- Le reprochó recordándole indirectamente cuanto le había costado recuperar la puntuación. Harry suspiró profundamente y cerró los ojos un instante.
-Ve tranquila Hermione, te prometo que… me resistiré- Dijo resignado a saber que era su sino; no el resistirse a sus ataques, si no a acercársele, a hablarle, a mostrar al mundo entero la confianza que había puesto en él.- Venga ve- La impulsó, deseando intensamente que se marchara a buscar el libro dejándole así al menos la posibilidad de mirarle unos momentos a los ojos con toda sinceridad, sin tener que ocultar nada a nadie, ni siquiera a él.
-Me lo has prometido- Le recordó severamente levantándose de la silla.
Harry no la vio, solo le asintió en silencio antes de que ella marchara, mirando de reojo hacia atrás. Draco pareció tenso un momento, pero apenas ella le dio de nuevo la espalda alejándose de la mesa, comenzó a moverse nervioso en su silla, sus manos doblando compulsivamente el pequeño papel que había ante él bajo la atenta mirada de Harry que lo veía actuar sorprendido aunque no podía distinguir bien qué es lo que hacía. Unos segundos después observó como llevaba la mano al bolsillo de su túnica donde sabía guardaba su varita y no pudo evitar que sus párpados se entrecerraran pensando qué estaría tramando el Slytherin.
Sus ojos, brillantes ahora de gris, se alzaron hacia los suyos acompañados de una sonrisa que le hizo abrir los propios, las pupilas dilatadas de emoción ante aquella mirada y vio sus labios moverse en la distancia intuyéndole formular un hechizo bajo la mesa. Antes de poder siquiera reaccionar una pajarita de papel se alzó apenas unos centímetros sobre la mesa del rubio y salió disparada velozmente hacia él. Lo que tardó el papel en recorrer el espacio que separaba la mesa que distaba de sus respectivas, Harry lo miró sorprendido, el miedo presente en sus ojos, la cara tensa cuando quería sonreír, pero si él se arriesgaba a pasarle así una nota es por que era urgente, quizás había pasado algo importante.
El corazón latiéndole acelerado tomó la nota en sus manos, sin pensar acaso que procedía de él, atenazado por el miedo y la angustia que lo embargaba y deshizo veloz la paloma, ansioso por leer antes de que Hermione lo pillara en ello. Una imagen en movimiento lo sorprendió igual que allá en tercer curso, pero esta vez ninguna blugger golpeaba su cabeza. La figura de un chico avanzaba solitaria por el pasillo de la Bruja Tuerta y de pronto, una sombra aparecía tras él, engulléndolo bajo un manto que le ocultaba. El mensaje parecía claro.
Nervioso alzó la vista hacia él, los ojos apagados por la preocupación, esperando observar lo mismo al otro lado, más Draco no parecía preocupado, todo lo contrario, sus ojos brillaban intensamente y su cara sonreía ampliamente. No pudo evitar entrecerrar los ojos incrédulo a su actitud, a que se arriesgara así sin un motivo de peso, él, el astuto. Con toda la pena de su corazón, sabiendo como sabía la cantidad de noches que el mismo se había tenido que contener de realizar aquel gesto, le negó en silencio con la cabeza; tratando de transmitirle en su mirada toda la seriedad que era capaz de ponerle en ese momento, reprochándole así su falta de sentido común, algo muy impropio en el rubio.
Sus ojos lo taladraron con una súplica callada que lo impactó. Más si uno de ellos no encontraba lógica a sus actos el otro debía imponerla, aunque generalmente fuera siempre al revés, pues no era él quien se caracterizaba por seguir la lógica. Rápidamente tomó pluma y escribió algo en el papel, deformando su letra conscientemente todo lo que pudo, y dobló el papel guardándolo en su bolsillo justo en el instante en que ella reaparecía tras una de las estanterías con dos gruesos libros en sus brazos.
-. ¿Y bien?- Hermione parecía enojada.
-¿Bien qué?- Preguntó temeroso de que hubiera visto lo acontecido.
-¿Por qué esa mirada?. ¡Lo prometiste Harry!. ¿Qué fue esta vez?
-Nada Hermione, solo… Un pequeño duelo de miradas entre viejos rivales.- Replicó cansinamente. Hermione no pareció muy convencida de su explicación y se giró de nuevo hacia elSlytherin mirándolo recelosa.
-Será mejor que nos vayamos- Le dijo- Me voy a llevar estos para consultarlos antes de dormir.
Harry negó en silencio con la cabeza la persistencia de su amiga al estudio y se puso también en pie comenzando a recoger, sabiéndose observado en la distancia. Cuando se acercaron al mostrador de la Señora Prince, Harry aprovechó un momento de descuido de su amiga para dejar caer la nota al suelo desde su bolsillo. Él aún lo observaba, el mensaje llegaría a su destino.
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-. ¿Desea algo señor Malfoy?- Preguntó la bibliotecaria asomándose sobre su mostrador al verle agacharse ante él.
-¡No!- Respondió contundente al verse sorprendido.
-Entonces¿qué hace ahí?- Le preguntó ofendida la bibliotecaria. Malfoy se alzó en ese momento escondiendo el papel tomado del suelo en su mano y, con mirada sumamente fría, le respondió.
-Nada que le importe, señora Prince.- Y antes de escuchar su respuesta comenzó a andar, dejándola hablar sola acerca de las desvergüenzas de las nuevas generaciones.
Apenas se vio fuera de la sala y a solas abrió el papel esperanzado en su respuesta, deseando encontrar allí todo lo contrario a lo que sus ojos le habían mostrado. "Tan solo si es vital" leyó, y el corazón se le rompió en ese momento, fragmentando con él toda ilusión.
Tan solo quería hablarle, compartir con él un silencio o una mirada sincera pero más cercana, tener la oportunidad de olvidar una vez más que él era un Malfoy y que el otro era El-Niño-Que –Vivió. Tan solo deseaba un momento de paz junto a él, un instante que aliviara la carga insoportable de aquellos meses, el peso exacerbado que un tatuaje imponía sobre él.
"Tan solo si es vital" repitió mentalmente apenado. ¡Claro que era vital, al menos para él, y demasiado bien sabía cuanto. Pero no podía defraudarlo, no podía acudir allí y hacer que él se arriesgara tanto tan solo por su capricho. No debería de haberle mandado aquella nota y, por una vez, la razón del Gryffindor le ganaba a su desaparecida astucia, cuando había previsto que su arrojo lo llevara a aceptar el encuentro sin vacilar, impulsado por la inconsciencia que solía caracterizarle.
Despacio, para darle tiempo a llegar a su torre, librarse de Granger y volver bajo la capa, se encaminó hacia el pasillo acordado, sabiendo por sus palabras que él estaría allí, oculto por si en verdad era algo importante.
Llegó en silencio y sin mediar palabra miró hacia los lados, antes de dejar la nota en la base de la estatua y salir inmediatamente disparado con paso veloz, directo hacia las mazmorras, sin mirar atrás para comprobar que él tomaba el papel, pues si lo veía hacerlo, no sería capaz de resistirse.
"Solo te echo de menos" leyó sorprendido, quedándose clavado al suelo por la sinceridad que aún con un trazo tan desfigurado como el suyo era capaz de transmitirle. El corazón le dio un vuelco dentro del pecho y tardó tanto en reaccionar que cuando lo hizo él ya había desaparecido del pasillo. Rápidamente se dio la vuelta y corrió en dirección a un tapiz que sabía le conduciría hasta él. El atajo lo dejó bajo las escaleras del hall, casi a las puertas mismas de las mazmorras, donde esperaba que él aún no hubiera llegado.
Sus pasos cansinos resonaron en el silencio, marcando pesadamente cada escalón descendido e intentó aprovechar esos momentos para serenar su respiración, acelerada tanto por la carrera como por la angustia de ver reflejado en él su propio deseo.
Le vio llegar, cabeza gacha, ojos apagados y expresión entristecida. Cualquiera que lo hubiera visto así podría haber pensado que aquel chico era la viva imagen de un estudiante totalmente entregado a sus exámenes y agotado al límite por ello. Más él sabía que no era así. Él conocía el motivo que provocaba aquella expresión pues era como mirarse en un espejo de reversos que tornaba verde en azul, rubio en moreno, dorado por plata… Y sin embargo, lo que no cambiaba ni podía cambiar, era la tristeza, el sentimiento, la soledad que los embargaba pues estaba a ambos lado, igual que el deseo de encontrarse libres de toda atadura que los dos mantenían oculta. Cuando pasó a su lado no pudo ni quiso evitar alargar su mano hacia su brazo, al tiempo que dejaba un murmullo abandonar sus labios.
-. Yo también a ti.
El chico se sobresaltó a su roce y tembló al oír sus palabras a la misma vez que sorprendido giraba la cabeza hacia el supuesto vacío que ocupaba su invisibilidad. Los ojos ahora melancólicamente entristecidos, clavados allí dónde los suyos lo miraban aunque no aparentaran mirar. Muy despacio Draco se acercó a él, acortando el breve espacio que les separaba, casi como si lo pudiera ver y, acercando la cabeza a la suya le habló al oído.
. Que el corazón guíe tus sueños, Harry- le dijo con voz apagada pero sincera.
Un suspiro brotó de sus labios siendo retenido por la tela que lo cubría, haciéndole sentir la tibieza transmitida por el aire exhalado de su pecho. Apenas pudo reaccionar impactado por la calidez de sus palabras, por la profunda sinceridad de su deseo de buenas noches. Y solo al sentir retirársele volvió su conciencia a la realidad; alzó la vista y lo vio ya casi a la puerta de entrada de las mazmorras e intuyendo que le dirigiría una última mirada, levantó ligeramente la capa para mostrarle su cara. La sonrisa y el brillo en los ojos del rubio fue reflejo nítido de los suyos propios, hablándose entre ellos sin palabras, la felicidad manifiesta en ambos al poder compartir unos segundos en los que mostrarse su verdadero sentir.
Draco alzó la mano en la distancia a modo callado de despedida para al tiempo que el volvía a dejar caer la capa sobre él cerrar la puerta en silencio tras de sí.
N/A: Que el corazón guíe tus sueños, esta frase pertenece a una buena amiga, Missignni la conocen por aquí y por otros muchos foros donde también publica (escribe de muerte, así que si admitis sugerencias buscad su profile, tiene un "Desfio" que es increible.Quién bien me conoce sabe que no suelo recomendar nada que no sea bueno o excepcional). Es su despedida de buenas noches en el MSN y no pude evitar absorverla para mí historia. Me encanta la frase y es "muy filosofica" en la misma línea de Draco en este fic. Es uno de nuestros queridos "guiños" como los llamamos, aunque suelen ser referencias a cosas o situaciones de otros fics nuestros que nos gustaron esta vez son palabras propias las que les guiñé y no algo de su historia. De ella todo el mérito de tan bellas palabras, el mío solo fue buscarles el lugar indicado.
Bueno pues ahí está, en mi foro, las que casi me hacen de primera impresión a los fics, me dijeron que éste capítulo era de lo mejor. Personalmente me dio tanta lata escribirlo que creo que no es para tanto como ellas dijeron aunque me guste mucho. Además para mí hay capítulos más bonitos, como el 7, "cuando el tiempo se cumple". Vosotros diréis que os parece. Gracias a todos como siempre por seguir ahí y si aún no te decides a descubrirme que estas en la lectura quítate el miedo y pulsa el botón de rr aunque solo sea para decir "Hola" :) Como siempre digo es lo único que se gana escribiendo historias de HP, vuestro reconocimiento (y esto deberéis tenerlo en cuenta en cualquier otra historia que leáis, las autoras es lo único que ganamos, sabed si os gustó o no y toda opinión es igualmente válida)
