Author's Notes: ¡Sí, eso era parte del repugnante suspenso repugnante - pero no se preocupe la conclusión está aquí!
Y por cierto el incidente de 1992 todavía no ha sido explicado, No piensen que lo que explique del primer intento de suicidio sea el incidente de 1992. Nope, eso paso en 97
Dead Famous
Por Rozefire
Traducido por Inuhanya y LR CHAN
Capítulo 8
Autostop
Tomó casi cinco minutos para que todos los pedazos de yeso y madera terminaran de llover a su alrededor. Kagome miró con espantado horror mientras las llamas ahora se enrollaban felizmente en las oscuras profundidades de la habitación donde había confrontado a Inuyasha apenas media hora atrás. Alguien había estado ahí? Alguien se había quedado atrapado en la explosión?
Sirenas comenzaron a sonar en la distancia y Kagome escuchó personas gritando por los extinguidores. Ella volteó lentamente hacia Inuyasha quien observaba pedazos de su habitación flotando en la piscina tras ellos. Pero de repente volteó hacia ella. "Tú lo hiciste, verdad?" Eso sonó más como una acusación que una pregunta cortés.
"Q-Qué!" Ella quedó boquiabierta y señaló su quemado y enrojecido balcón. "Una bomba estalló en tu habitación!"
"Tú la pusiste ahí esta mañana, no es así!"
"Aún estás elevado o algo! Tengo quince años - no sé cómo hacer bombas!"
"Y? Yo sabía cómo hacer bombas cuando tenía quince." Tal vez ahora era un buen momento para dejar de hablar, decidió él. Prontamente cerró su boca y volteó para regresar adentro. Kagome movió su cabeza incrédula mientras lo observaba subir descalzo los escalones, haciendo su recorrido alrededor de los escombros en el área.
"Esto es increíble…" respiró ella, pasando una mano por su cabello mientras miraba la habitación en llamas.
Fue sólo entonces que se dio cuenta de algo espantoso.
Alguien había intentado matar al chico más famoso del mundo.
"…Y justo estábamos sentados ahí hablando cuando hubo esta tremenda explosión - escuché las ventanas romperse y cuando miramos había masivas llamas saliendo de su habitación." Explicó Kagome mientras se tomaba su Coca-Cola dietética y luego la colocaba en el mesón en medio de la cocina. "Casi me da un infarto."
"La policía encontró una bomba, verdad?" preguntó la Cocinera mientras amasaba la mezcla para pastel que serviría en el desayuno de mañana en la mañana. La cocinera era alemana.
"Mm-hm." Asintió Kagome. "Estaba instalada justo debajo donde estaba el colchón que fue hecho añicos. No saben quién la plantó. Pero Inuyasha parece pensar que fui yo." Kagome no pudo evitar sonar un poco apagada ante eso. Y habían estado hablando medio-decentemente migo… sólo tenía que ir y arruinarlo así, verdad?
"La gente bombardea este lugar todo el tiempo." La cocinera se encogió de hombros mientras comenzaba a dividir la mezcla en moldes para hornear. "Inuyasha es tan popular con las damas, tanto que algunas veces no se hace nada popular con los hombres."
"De verdad?" Kagome le parpadeó. "Pensé que tenía esta atracción de ambos géneros."
"Mayormente. No siempre." La Cocinera arrugó su nariz. "Estarías sorprendida de cuántos enemigos se ha hecho con los años."
"No tan sorprendida." Kagome miró el trabajo de la Cocinera. "Puedo lamer el tazón?"
"Eso es muy insalubre." La reprendió Cocinera. "Pero me agradas." Ella dejó caer el tazón en frente de una sonriente Kagome y se lo dejó mientras comenzaba a tocar los botones del horno.
"Cocinera?"
"Ja?"
Kagome chupó la mezcla de chocolate de su dedo mientras imaginaba la mejor forma de obtener la información que quería. "Tú has estado aquí por… cuántos años?"
"Dieciséis." La Cocinera agarró los guantes para hornear y metió la mezcla en el calor.
"Entonces estuviste aquí cuando esa cosa pasó en 1992."
"Absolutamente."
Kagome asintió lentamente. "Eso fue malo, no es así?" dijo Kagome, tratando de dar la impresión de que ya sabía de lo que estaba hablando. "Para Inuyasha, quiero decir."
Cocinera le dio una escéptica mirada. "Ja, de lo que escuché del antiguo primer ministro, fue malo."
Kagome todavía no tenía suficiente para sacarle la verdad. "Sí… Inuyasha me lo dijo todo."
"Lo hizo?" Cocinera le parpadeó. "Entonces debes agradarle mucho. Él no le habló de eso a nadie, ni a la policía o a sus padres… aún no habla."
"No?" Kagome parpadeó. "Por qué no?"
Cocinera se encogió. "Traumatizado, supongo…"
"Por qué?" se le salió antes de que Kagome pudiera detenerlo.
"Por qué?" Cocinera rió. "También estarías traumatizada si te pasara."
Pero qué pasó! Kagome trató de averiguar más. Hasta ahora esta cocinera de mediana edad era la única persona para hacerla hablar de eso sin mirar nerviosamente por indiscretos o micrófonos. "Sí… supongo que también lo estaría. Qué crees que hubieras hecho si te hubiese pasado a ti?"
"Con todo el-" Ella imitó sujetar un volante con sus manos y giró una esquina rechinando con efectos de sonido. Esa fue toda la pista que Kagome obtuvo mientras Cocinera ondeaba su guante de hornear despedidamente. "Nein. Sería igual a Inuyasha. Tal vez gritaría más."
Todo lo que Kagome pudo reunir hasta ahora era que había involucrado un auto de algún tipo… otro accidente tal vez? Uno que hubiera matado a alguien más querido para Inuyasha o casi a Inuyasha mismo? Kagome aún no estaba segura, pero por la forma como Cocinera fue a tratar con un pavo asado, Kagome decidió que la discusión estaba terminada y tendría que intentar en otro lado por su información.
"Será mejor que te alistes para la cama, Kagome." Le avisó Cocinera con una mordaz mirada al reloj en la pared sobre la estufa. "Es tarde y necesitas dormir, ja?"
"Mm. Espero que el techo no caiga sobre mi…" murmuró ella más para sí.
"Oh no…" Cocinera movió su cabeza. "Los techos son muy estables. La bomba era pequeña."
"De acuerdo. Buenas noches!" Kagome se despidió animadamente mientras abandonaba su lamido tazón y regresaba a su habitación. Ella decidió ahorrarse la subida por las escaleras al tomar el elevador. Cuando las puertas se abrieron se encontró encarando a una vieja y jorobada mujer. "Oh, hola." Dijo ella, preguntándose por qué nunca había notado antes a esta mujer en la villa.
"Ah, tú debes ser la supuesta Kagome Higurashi." Dijo la anciana con voz cavernosa.
Un bombillo se apagó en su cabeza. "Eres Kaede?" Cuando la anciana asintió, las sospechas de Kagome fueron confirmadas. Ésta era su tía, hermana del antiguo primer ministro y la mujer que había abandonado su obligación como guardiana de un niño muy perturbado. Aunque Kagome no tenía nada contra ella, después de todo, no era que hubiera dejado a Inuyasha para velar por sí mismo en las calles.
"Voy arriba, segundo piso." Kagome entró en el elevador al lado de la anciana que asintió otra vez y pulsó el botón.
Las puertas se cerraron y el elevador comenzó a subir a una velocidad inusualmente lenta. Kagome consideró que el peso de Kaede estaba atrancando el trabajo.
"Sólo por curiosidad," Kagome volteó hacia ella. "Dónde dormirá Inuyasha esta noche?"
"Si se saliera con la suya, dormiría en los escombros de su bombardeada cama." Respondió Kaede. "Pero creo que Kikyo lo hará dormir en la mejor habitación de la villa por una vez. Quién sabe. Tal vez se permita quedarse ahí definitivamente."
"Cuál habitación es esa?" Ella esperaba que fuera lejos de su propia habitación.
"Habitación 6."
Ah… muy malo. Justo la de abajo en vez de la de arriba. Kagome suspiró interiormente esperando que nadie dejara una bomba ahí abajo. No creía que su piso soportaría la misma presión como su techo.
Pero había algo más que Kagome necesitaba preguntar. "Sabes qué le pasó a Inuyasha en 1992?"
Kaede le dio una oblicua mirada con su único ojo. "Eres muy entrometida, niña." Cierto, cierto… pero a Kagome le gustaba pensar de eso como una saludable curiosidad. Entonces Kaede añadió. "La curiosidad mató al gato." También cierto.
Las puertas del elevador se abrieron en el segundo piso y Kagome salió, aún no más sabia desde que había entrado. "Gracias de todas formas."
"Un placer." Dijo la anciana mientras las puertas se cerraban otra vez.
Kagome se apresuró a su propia habitación y deslizó la tarjeta por el cerrojo. Se debió haber roto o algo porque le tomó pocos intentos para que funcionara y abriera. Pero cuando tuvo éxito lo primero que hizo fue tirarse en la cama y dejar salir un gran suspiro de cansancio. Ella estaba cansada de tan rudo día. Había encontrado a Inuyasha en la playa esa tarde luego se había enterado de su ligeramente aterrorizante y desalentador hábito a la droga, sus tendencias suicidas (o falta de) y una bomba había estallado en la habitación arriba de ella, luego había tenido su interrogatorio con la policía por tres horas seguidas en el asunto. Agradecidamente nadie sospechaba de ella en lo más mínimo, lo cual fue una sorpresa ya que Inuyasha había estado por ahí esa noche diciéndole a todos cómo la loca estudiante había intentado matarlo. Kagome podía ver de dónde venía con eso, después de todo, ella era la única persona en la villa que lo odiaba.
"Qué hay de Kaede?" apuntó ella en voz alta. Esa mujer también tenía un problema con el chico… Ella y Kagome deberían unir fuerzas y formar un club anti-Inuyasha…
Kagome se cambió rápidamente en su pijama de seda y se dirigió a la ventana para abrir las puertas del balcón y permitir que algo del pesado aire escapara.
Ella fue asaltada por el olor a cigarrillo. Su mano voló a su nariz mientras luchaba con la nauseabunda sensación que se despertaba en su estómago con el nauseabundo humo. Salió, preguntándose por un momento si era humo de la habitación de arriba, hasta que sus ojos se voltearon al balcón de abajo y ubicó a la figura con cabello blanco recostada en el muro de piedra completo con el pitillo culpable.
"Tú!" vociferó ella, haciendo a Inuyasha mirar arriba y darle un saludo.
"Buenas noches!" respondió él con una especie de polo opuesto de alegría.
"Qué estás haciendo!" le siseó ella. "Para comenzar casi mueres de una sobredosis horas atrás y deberías estar descansando en la cama antes de que seas golpeado con esos síntomas de los que se mantiene hablando Kikyo – y por otra, cómo te atreves a fumar bajo mi balcón y llenar mi aire con tu nocivo humo."
"Sabes muchas palabras para una niña." Le dijo él, tomando otra pitada de su cigarrillo antes de botar la ceniza sobre el muro del balcón.
"Sólo parece de esa forma porque eres un retardado." Le dijo ella cortamente. "Ahora apaga eso antes de que tengas cáncer de pulmón."
"Oh, estoy temblando." Dijo él categóricamente, pero aún así estampó la colilla en el muro y lo tiró a la oscuridad bajo él. Justo cuando Kagome pensó que había ganado el argumento, él sacó otro, mucho para su molestia.
"Tu aliento apestará aún más de lo que ya apesta." Le advirtió ella.
"Cepillo mis dientes." Dijo él con una mirada hacia ella. "A diferencia de algunas personas."
"Tus dientes se pondrán amarillos sin importar lo mucho que los cepilles." Continuó ella. "Entonces veremos cuántas fans intransigentes se pegan a un perro con colmillos amarillentos y mal aliento."
"No cuesta mucho hacerse un trabajo de blanqueamiento en el dentista un par de años seguidos." Él encendió el cigarrillo y sopló el humo hacia ella.
Ella tosió deliberada y fuertemente. "Tendrás líneas alrededor de tu boca y tus dedos se volverán amarillos."
"No lo harán. Soy un Hanyou, recuerda."
"Piensa en todo el alquitrán atascando tus pulmones!" espetó ella.
"Piensa en la forma de que realmente no me importa." Dijo él con arrogancia.
"Estás cometiendo lento suicidio al hacer esto." Dijo ella tranquilamente.
"Oh, pero es un buen liberador de estrés."
"Y tienes mierda de qué estar estresado con todos tus lacayos que piensan por ti." Rugió ella, dejando a un más bien sorprendido Inuyasha de pie bajo ella ante su elección de vocabulario, antes de levantar su regadera (para sus flores plásticas) y tirar su contenido sobre su cabeza. Ella no se detuvo a escuchar su continua serie de expletivas mientras regresaba adentro a su habitación y cerraba la puerta del balcón, a pesar de cuán pesado estaba. Prefería tener una habitación pesada a una ahumada.
Se fue a la cama con una mente perturbada.
Él no tenía idea de por qué le había dicho lo que le había dicho esa tarde. Primero que todo absolutamente no era su asunto. Ella era una perra entrometida que era molesta y necesitaba ser alejada tan pronto como fuera posible si sólo Kikyo lo dejara. Decidió que deben haber sido los efectos de las drogas que lo habían detenido de preocuparse por lo que había dicho. Porque estaba casi seguro de que él no hablaría así de secretos y sentimientos que guardaba muy cerradamente cada día…
Bueno… tenía una pelea mañana. Tenía que descansar y comenzar a hacer sus calentamientos temprano en la mañana si quería llegar a algún lado. Y era contra Kouga de toda la gente…
Ese hombre le producía un hormigueo en la piel y lo hizo curvar su labio. Las semi-finales… todo lo que tenía que hacer era vencer a Kouga y lo haría en el último asalto… y si ganaba sería el campeón por tercer año – no el tercer año consecutivo, ya que el último año había perdido con esa bola de carne con el ombligo salido… tenía que derrotar a Kouga para enfrentar al hombre bola de carne otra vez.
Lo cual fue por qué la declaración de Kikyo la mañana siguiente lo había golpeado.
"Perdiste el encuentro con Kouga."
Prácticamente Inuyasha roció a la mitad de las personas en la mesa del desayuno con su cereal – mayormente a Kagome que estaba sentada opuesta a él… aunque no estaba completamente apenado por eso. Pero entonces estaba muy agraviado con Kikyo para importarle. "Qué!" gruñó él.
"No me des ese tono." Ella le dio una fría mirada. "Gracias a tus travesuras de ayer con la heroína, no puedes entrar."
"Por qué demonios no!"
"Porque hacen pruebas de drogas, tonto." Le dijo Kagome cortamente mientras se quitaba el chorro de cereal fresco de sus mangas.
"O lo olvidaste?" Kikyo cruzó sus brazos.
"Entonces no me haré la prueba." Declaró él fuertemente.
"Eso es tan malo como fallar la prueba." Le dijo Miroku sin quitar sus ojos de su periódico. "Tendrás que perder las finales este año y tomar parte el próximo año."
Él estaba por explotar otra vez cuando Sango dio su opinión. "Es tu culpa. Debiste haber sabido ser cuidadoso con las drogas sólo veinticuatro horas antes de una pelea. Si sales positivo entonces estarás perdido."
"Pero no son lo que yo llamaría drogas que incrementan el desempeño." Espetó él, notando cómo Kagome estaba irritándose rápidamente con el tema de conversación. Qué pena.
Kikyo frunció. "Lo sé, pero los resultados aún son publicados para que todos los vean y cuando alguien vea que el perfecto pequeño Inuyasha consumió heroína nunca escucharás el final y perderás todos tus patrocinadores y fans así." Ella chasqueó sus dedos para demostrar su punto.
"Esto es ridículo…" refunfuñó él.
Kikyo lo ignoró. "Y también la policía aún no ha encontrado el culpable que plantó la bomba en tu habitación. Ellos creen que fue un intento de asesinato pero no tienen más pistas en el asunto."
"Bueno, yo podría haberte dicho eso." Replicó Inuyasha otra vez. No podía soportar más su compañía. Tenía que salir de ahí y arreglar el pequeño problema con Kouga.
"Y nuestro nuevo slogan corporativo es… 'El poder de Internet está en convergir el futuro con el aquí y el ahora.' " Sesshomaru bajó sus papeles en la mesa y miró a su pequeño asociado verde. "Piel de gallina?"
"Soriasis." Respondió Jaken, rascándose su brazo.
"Oh encantador." Sesshomaru rodó su silla ligeramente.
"Sr. Sesshomaru, señor!" su nueva secretaria Rin llegó jadeando por la puerta de la reunión con una libreta en su mano. Él siempre se maravillaba de lo joven y saltarina que era. Y muy bonita, pero ligeramente torpe. Perfecta en ese caso. "Sr. Sesshomaru, su hermano llamó, necesita verlo ahora mismo."
"En verdad? Estoy en una reunión, Rin."
"Dijo que es urgente, algo sobre Urano?" Rin lucía como un cordero perdido. Qué cosita era ella.
"El planeta o mi ano?" sugirió él.
"No… no… oh! Orina! Lo siento! Mi caligrafía es terrible!" ella salió de la sala otra vez dejando a Sesshomaru con muchas, muchas caras perplejas mirándolo directo a él.
Él aclaró su garganta y salió de su silla. "Creo que mejor tomo esa llamada…"
Kagome sabía que Inuyasha estaba tramando algo al momento que se retiró de la mesa con el aire de un sabueso alejándose con su cola entre las piernas. Tal vez estaba entrometiéndose mucho, pero tenía la sensación de que esta vez estaba tramando algo más peligroso que las drogas.
Fue mientras estaba tomando un chapuzón en la piscina con Sango que notó un movimiento por el rabillo de su ojo. Cuando volteó y miró, ubicó a Inuyasha rodeando la esquina del edificio y desapareció de vista, obviamente con algún destino en mente. Se veía mortalmente serio.
"Um, Sango? Voy a ir a traer más bronceador." Ella se excusó con la otra joven mientras salía del agua.
"Pero tenemos algo aquí." Sango apuntó la botella en la mesa de la piscina.
"Um… tengo piel sensible así que creo que traeré uno de protección más alta de mi habitación." Ella envolvió la toalla alrededor de su cuerpo y corrió, descalza, detrás de Inuyasha.
Rodeó la esquina del edificio y se detuvo. No, a dónde había ido? Todo lo que podía ver ahora era el lado norte de la villa con el extenso hangar de autos a su otro lado. El camino conectaba al hangar/garaje y más allá estaban los jardines. A dónde se había escabullido la serpiente?
Entonces Kagome notó la puerta atrás de una fila de arbustos. Conducía al garaje y estaba moviéndose ligeramente como si hubiera sido abierta. Ah hah! Pensó y caminó silenciosamente hacia ella. Se asomó antes de entrar. No veía a Inuyasha, pero vio una estupenda cantidad de autos. De acuerdo a Miroku todos habían pertenecido a los padres de Inuyasha, mayormente a su madre ya que le gustaban sus accesorios desde sus pendientes a sus carteras y a su Porsche. Los autos eran de tipo deportivo y estaban parqueados en filas. Debían haber sido al menos sesenta en total.
Tal vez nadie notaría si Kagome llevaba uno a casa con ella? No es que pudiera conducir ni nada…
Se metió entre dos Ferrari rojos e hizo su camino hacia las abiertas puertas del hangar. Parecía como si alguien estuviera planeando ir de paseo. Si era Inuyasha entonces Kagome sabía de hecho que era muy joven para conducir.
Ella se detuvo al lado de la única furgoneta en el garaje cuando escuchó voces de algún lugar cercano. Sabiendo que no quería ser atrapa espiando se dio la vuelta inmediatamente por un lugar para esconderse. Intentó el Porsche plateado a su lado – cerrado. Así que intentó la camioneta Toyota. Afortunadamente, alguien le estaba sonriendo y la puerta trasera se abrió sin ruido o un chillido de alarma. Entró rápidamente y cerró la puerta tan silenciosamente como fue posible. Se asomó por la oscura ventana lo suficiente para ver a dos hombres de cabello plateado entrar al garaje por las puertas. En ese punto desapareció de vista, su corazón palpitaba.
"… las cosas que hago por un hermano necesitado." Dijo el extraño.
"Sólo es una pequeña prueba que debes tomar. Necesito a alguien con sangre de demonio perro de lo contrario sabrán que no fui yo quien se practicó la prueba." Kagome reconoció la voz de Inuyasha.
"Kikyo va a matarte."
"No estoy asustado de ella."
"Puedo ver tus manos temblando."
"Sí, bueno… eso es algo más."
"Estás seguro que deberías molestarte en la condición en la que estás. Un pollo con un ala rota probablemente podría noquearte en ese cuadrilátero."
"No lo haría."
Sus voces se acercaron más… y Kagome notó muy tarde de que estaban dirigiéndose directo al auto en el que estaba escondida.
"Mierda…" siseó ella y se acomodó más detrás de los asientos del frente, tratando de hacerse invisible.
"Espero que aprecies esto." La puerta del conductor se abrió y el extraño entró tras el volante. Kagome sólo tuvo un pequeño vistazo de él, pero lo reconoció instantáneamente. Él era Sesshomaru – estilo gurú y Rey de la pasarela y también fundador de E-Tech, la más renombrada compañía de Internet.
También pasaba a ser el hermano de Inuyasha.
Inuyasha entró en el lado del pasajero. Kagome no vio mucho de él ya que estaba encogida y ceñida contra el espaldar de su asiento. Aún más cuando útilmente empujó su asiento hacia atrás hasta donde más daba.
El motor vibró y las puertas se cerraron. Kagome agradeció mental y sarcásticamente su suerte. No podía creerlo. Estaba enganchada a un paseo con dos de los hombres más famosos en Japón… y quería salir?
Su principal preocupación era si la descubrían.
La segunda es lo que le harían si la descubrían. Y terceramente, cómo demonios iba a regresar a la villa. Pero sobre todo eso se dio cuenta que sólo estaba usando un bikini y una toalla azul… no era un vestuario apropiado para un día afuera.
"Aquí huele a cloro." Comentó Inuyasha.
Kagome se enderezó y contuvo su respiración.
"Mi esposa llevó a los niños a las piscinas ayer." Fue la explicación de su hermano.
"Así que dejaste que mis pequeños sobrinos vieran la Bruja de Blair anoche?" preguntó Inuyasha.
"Sí. Ella dijo que cosas más aterradoras han salido de mi nariz."
"Sólo dice la verdad."
Sesshomaru hizo un fuerte giro a la izquierda que hizo a Kagome abrazarse preocupada. "Planeamos alquilar Titanic esta noche."
"La vi. Era una basura." Dijo Inuyasha amargamente. "Azotó tanto mi inteligencia que a duras penas encontré la salida del cinema. Debí comer veinte bolsas de azúcar, al menos me hubiera hecho levantarme antes. Se hundió - ya - salvé 3 horas de tu vida."
"Estabas animando al iceberg, verdad?" Kagome colocó una mano sobre su boca, pero muy tarde. Ya había hablado. Los dos hombres al frente del vehículo voltearon de repente para localizar el origen de la voz. Sesshomaru fue quien la ubicó.
"Qué demonios…?" murmuró él.
"Ojos en el camino!" Inuyasha golpeó el brazo de su hermano mientras rápidamente saltaba sobre el asiento y caía en el de atrás con Kagome. Ella se encontró siendo levantada por sus brazos al momento que llegó.
"Habla!" espetó él justo con su nariz tocando la suya.
La cabeza de Kagome dio vueltas del repentino movimiento. "Hola…" fue todo lo que logró.
Él la sentó en el asiento. "Qué estás haciendo aquí!"
"Yo… yo pensé que vi un conejo aquí…" dijo ella con poca convicción.
"Tonterías."
"No, conejo." Insistió ella.
Inuyasha hizo un sonido irritado mientras volteaba hacia su hermano. "Para el auto, vamos a sacarla."
"No puedes hacer eso!" estalló ella. "Cómo voy a ir a casa!"
"Tal vez puedas escabullirte en el auto de alguien más." Espetó él. "Ahora detén el auto."
"Olvídalo, Inuyasha." Su hermano le dijo calmadamente. "Podríamos llevarla con nosotros."
Kagome los miró con preocupación. "Ustedes no tienen un cuerpo en el maletero envuelto en ensangrentadas sábanas y cabuya, verdad? Y no van a llevarlo a la cantera para tirarlo ahí y no están planeando lanzarme ahí con él, verdad?"
"Y qué si lo estamos?" La desafió Inuyasha con ojos fruncidos.
"Basta." Les dijo Sesshomaru a ambos autoritariamente. "Ella viene a la arena con nosotros. Puedes darle algo de ropa cuando lleguemos allá y un tiquete VIP. Es Kagome Higurashi, verdad?"
"Cómo lo saben todos?" quiso saber ella.
"Tu foto ha sido publicada por el país en los últimos días. Justo ahora la gente quiere verte más de lo que quieren ver a Inuyasha."
"De verdad?"
"No lo sabrías. La villa es muy aislada." Le dijo Inuyasha, sentándose en el asiento. Viendo que no iba a lanzarla por la ventana. Kagome imaginó que era seguro relajarse un poco.
De repente la golpeó. "Oh… vas a la pelea, no es así?" Ella le frunció. "Pero Kikyo dijo-"
"Kikyo dice muchas cosas. Todo es un montón de basura." Resopló Inuyasha.
"Pero qué hay de la prueba de drogas?"
Inuyasha sonrió y apuntó un pulgar hacia Sesshomaru. "Ahí es donde él entra. Él va a tomar la prueba por mí."
"Ya veo. Y tú vas a salirte con la tuya en esto?" ella cruzó sus brazos.
"Por supuesto. Siempre obtengo lo que quiero." Respondió él con arrogancia.
Todo podría haberse resuelto con el simple hecho de no usar drogas. Entonces no tendría que hacer nada más ilegal para continuar con su trabajo. Kagome ardía por esto mientras deseaba que nunca se hubiera molestado en involucrarse con las aventuras de Inuyasha. Estaba aprendiendo que él tenía más esqueletos en su clóset que la Parca…
Lo que ella no había notado era a Inuyasha escaneando su escasamente vestida figura. "Bueno, entonces," dijo él, sacándola de sus pensamientos. "Ahora que tenemos eso resuelto porqué no nos ponemos un poco más cómodos, sí?"
Su mano se movió más rápido que una cobra mientras se enganchaba detrás de su rodilla y la arrastraba hacia él. Ella repartió patadas mayormente porque la había alarmado, pero también porque su mano había rozado los cortes en la parte posterior de sus muslos. "Suelta!" ella plantó su pie en su costado, haciéndolo muequear y retroceder un poco.
Al frente, Sesshomaru rió ligeramente. "No tienes oportunidad contra Kouga si no aguantas una patadita de una pequeña niña."
Inuyasha regresó al frente al asiento del pasajero después de eso y Kagome se movió alegremente lo más lejos de su lado del auto como fuera posible. No podía confiar en Inuyasha en compañía de otras personas para no hacer hazañas como esas?
Kagome reconoció el campo deportivo cuando llegaron, era el lugar donde los más importantes eventos deportivos eran televisados… no es que usualmente tomara interés en los deportes. Estaban temprano y como usaron la entrada trasera nadie los vio llegar ni entrar. Kagome siguió al par de hermanos de cabello blanco por los corredores, pensando vagamente lo mucho que todo le recordaba a los pasillos del estadio de fútbol al que a veces llevaba a Souta para ir a ver con el abuelo. Estuvo por seguirlos al baño cuando Inuyasha levantó una mano con una sonrisa forzada. "Niñas no, lo siento."
"Quiero ropa." Dijo ella cortamente.
"Toma," él buscó en su bolsillo y le alcanzó su billetera. "Hay un tiquete VIP ahí y algo de dinero para comprarte algo de ropa."
"Ves alguna tienda de ropa por aquí?" apuntó ella.
"Saldrás con algo, chica interesante." Él la dejó y le dio una palmada en el trasero que la hizo arder de ira hacia él, pero había entrado al baño con su hermano antes de que pudiera ventilarlo.
En vez de eso, fue a buscar un lugar para encontrar algo de ropa. Como ella había dicho, ahí no había exactamente ningún almacén de alta costura… así que tuvo que improvisar. Estaba por resignarse a usar un par de limpias toallas blancas cuando se cruzó con un clóset lleno de ropa de tenis.
"Bingo." Ella escogió el más pequeño y miró alrededor para asegurarse de que nadie estuviera por ahí antes de meterse en él. No se ajustaba perfectamente, pero qué esperaba?
Ahora todo lo que tenía que hacer era averiguar dónde iba a tener lugar la pelea…
Su salvación entró en la forma de un joven de cabello oscuro con agudos ojos verdes. Algo de él la golpeó con familiaridad. Pero estaba segura que lo habría recordado si hubiera conocido antes a alguien con su descripción. Su cabello era casi tan largo como el de Inuyasha, pero negro obsidiano y recogido en una cola alta hacia la cima de su cabeza. También estaba por la edad de Inuyasha, y tan construido. Se preguntó si era un colega peleador.
Los ojos verdes cayeron sobre ella y pareció aplastarla por un momento mientras él se acercaba. "Tú lo harás. Ven conmigo."
Qué presuntuosa orden! Kagome plantó sus puños en sus caderas. "Qué quieres decir?" dijo ella contrariamente.
"Mi preparadora habitual no podía venir hoy, te importa reemplazarla?" él se detuvo y la consideró impacientemente.
Ah… él pensaba que era un miembro del personal. Kagome quedó perdida momentáneamente en qué decir.
"Entonces vamos." Él movió un dedo para llamarla mientras continuaba su camino. "Tengo un encuentro en una hora y quiero mi masaje."
Kouga? Fuera de pura curiosidad ella lo siguió. Estaba tomando un ligero interés en el deporte con el que Inuyasha estaba comprometido. Esos dos en realidad no parecían tener la constitución y el estilo de movimiento como los boxeadores normales que veía en televisión. Kagome siguió al peleador mientras la guiaba dentro de una de las salas laterales, ya estaba lleno con seis o más hombres cambiándose… Kagome tuvo que mantener desviados sus ojos o firmemente fijos en la parte posterior de la cabeza de Kouga. "Siempre tienes un masaje antes de pelear?" preguntó ella.
"Por supuesto. Relaja tus músculos. Te hace más flexible." Él le ofreció una explicación mientras la conducía a una habitación separada del área de cambio principal. Cuando ella cerró la puerta, él le dio una pequeña carcajada sarcástica. "No es que lo necesitaré para pelear hoy."
"Qué te hace decir eso?" preguntó ella distraída mientras se preocupaba de dónde estaba y cómo iba a regresar a Inuyasha o a alguien más que supiera qué hacer con ella.
"Mi oponente no vendrá hoy. Has escuchado de Inuyasha, verdad?" Kagome asintió mientras él depositaba su bolsa en una banca contra la pared y se sentaba en la mesa en el centro de la habitación. "Si tiene sentido común no vendrá hoy."
"Suenas muy seguro." Kagome no se sentía como para decirle que sus suposiciones eran incorrectas y que Inuyasha probablemente estaba recibiendo su propio masaje al otro lado del corredor.
"Por supuesto. Él no querría que nadie sepa que tiene un problema de drogas, o sí?"
Kagome se enderezó. Cómo sabía este joven? "Cómo lo…"
"Yo fui el que le dio esa cosa el otro día. Lo tomó alegremente." El peleador de cabello oscuro dijo con una sonrisa mientras comenzaba a desvestirse. Kagome lo observó con una creciente y fría rabia en su estómago. "Y sólo para asegurar que perdiera la pelea vacié otras dos bolsas en su cerveza."
Él se acostó bocabajo y descansó su mentón sobre sus brazos. "Puedes comenzar en los hombros, amor."
Kagome apretó sus dientes cuando una nueva rabia estallaba dentro de ella, eructando de ese frío nudo de rabia en su estómago. Este joven casi mata a Inuyasha. A Kagome no tenía que agradarle necesariamente Inuyasha para defenderlo en esta circunstancia. Este idiota se había aprovechado de una adicción, había jugado sucio, manipulado su debilidad – como sea que lo llamara, la hacía enfadar.
Y él pagaría.
Kagome, defensora del necesitado, arremangó sus mangas y traqueó sus nudillos. "Entonces vamos a relajarte." Dijo ella en una voz engañosamente almibarada que debió haber sabido era completamente falsa si miraba su tormentoso y malvado rostro.
Sus gritos podían ser escuchados por el corredor hacia los espectadores que llegaban.
Continuará…
Notas de LR CHAN: Como saben esto ha sido traducido por Inuhanya ˆˆ, a excepción de las notas de la autora del comienzo. Yo estoy aquí para publicarlo y corregir algunos errores de la traducción (solo verifico que todo este en orden), no son muchos errores ˆˆ, así que no e un graaan trabajo TT. Aquí los dejo con la continuación como se los prometí
Hasta el próximo capitulo y gracias por los reviews de apoyo!
Piri –chan.anti –Kikio
Ghia – Hikari
Keren
KaRiNa LaMaS
Linli-chann
Minue
Mijo- chan
Willnira
Lorena
Tomoeandikr
Elen-Ses.
oyuki-77
Dark-Cold-Gaby
Belglez
Keren
Yuris
Linli-chan
Mirecan
miho-chan (no se si tambien eres Mijo – Chan)
kamissInuxAomesiempre
Anyara
Kagome-SakuraSaku (el primer review fue tuyo! Gracias ˆˆ)
