Dead Famous
Por Rozefire
Capítulo 10
Los Titulares
"Aquí está el tiempo estimado del proyecto Genji, del que te consulté ayer?"
"Sí, lo recuerdo." Naraku mordió pensativamente su bolígrafo mientras observaba a Sesshomaru al otro lado del escritorio. Sesshomaru podía ser el fundador de su corporación pero Naraku era gerente en la administración de la compañía de Sesshomaru. "Has trabajado en los detalles?"
"Por supuesto." Sesshomaru leyó de su planificador, siguiendo las líneas con su bolígrafo. "La actual fase de trabajo durará tres días…"
"Ya veo…"
"Luego pasaré dos o tres semanas reunido con representantes de nuestros proveedores porque tú eres muy perezoso para verlos." Sesshomaru cambió de página. "Luego pasaré una semana en Chipre para abordar la depresión nerviosa que vendrá justo entonces… regreso otra vez por seis semanas más tratando de recordarte de cosas que discutimos aquí hoy e intentando hacerte entender los asuntos complejos referentes a este proyecto. Luego por despecho porque mi secretaria es más bonita que la tuya, cortarás mis fondos, reorganizarás mi departamento y cancelarás el proyecto."
"Mm hm." Naraku asintió para mostrar que lo siguió (aunque si la verdad era sabida sus ojos habían mirado a otro lado en la palabra 'representantes').
"En cuyo punto saltaré hacia mi muerte desde la ventana de esta oficina, una amarga sombra del hombre que alguna vez fui." Sesshomaru cerró su planificador y miró a Naraku con ojos encapotados. No, particularmente no le gustaba su único jefe.
Naraku parpadeó. "Ahora debo dar algún discurso de motivación?"
Sesshomaru suspiró y abrió su planificador, haciendo unas pocas notas finales y cálculos. "Si calculo bien mi salto, estarás dejando el edificio…"
Hubo un golpe en la puerta y Naraku levantó la vista para ver a Rin la secretaria entrar corriendo, Sesshomaru no tuvo que mirar para saber que era ella. "Sr. Sesshomaru, señor, recibí una llamada de su PA- ella dice que es Agente."
"Urgente." Sesshomaru la corrigió sin levantar la mirada de su garabato de Naraku colgado del cuello en una horca con cruces por ojos.
"Oh - urgente, sí, urgente." Aceptó Rin apresuradamente. "Dice que se refiere a Fushira Hashimoto."
El bolígrafo de Sesshomaru se paralizó en su planificador. "Fushira… Hashimoto?"
"Sí, eso fue lo que dijo." Rin asintió duro.
"Estás segura?"
"Um…" Rin consultó su libreta. "Sí, sí, el Sr. Fushira Mashimoto… o podría ser Furry Honda Motors…"
Sesshomaru le ondeó una mano. "Gracias, Rin, eso será todo."
"De nada." Interpretó ella y salió por la puerta otra vez. Sesshomaru bajó su bolígrafo lentamente y miró a Naraku. "Puedo usar tu teléfono? Necesito llamar a la agente de mi hermano."
"Y cómo ha estado tu semana?"
"Bien, supongo." Kagome le habló por el teléfono a su madre mientras miraba los contenidos de su nuevo guardarropa. Tenía más ropa ahí que lo que sabía qué hacer con ella… decidir qué usar se estaba volviendo tremendamente difícil. "Aún estoy esperando por el sábado cuando pueda ir a casa otra vez."
"No seas tan apresurada. Tus amigas me dicen que Yuka está lista para matarte cuando regreses." Le dijo su madre riendo.
"Aún está molesta por poner mi nombre en el concurso?" Kagome bajó una par de jeans y un saco crema.
"Sólo un poco."
"Cómo está Souta?"
"Idolatrando a Inuyasha más que nunca."
Kagome suspiró, deseando que su hermano no se sintiera de esa manera. En realidad no había nada de Inuyasha que mereciera idolatrar… "Y el abuelo?"
"Todavía preguntando dónde estás y quién es Inuyasha." Su madre rió. "Pero cómo te llevas con Inuyasha? La última vez que hablamos dijiste que no podías soportarlo."
"Oh, él no es tan malo." Dijo Kagome, notando que era en serio lo que dijo. "Quiero decir… no es totalmente malo y cruel… sólo un poco perezoso, impredecible, volátil, ilegible y perturbado - muy, muy perturbado."
"Oh." Su madre sonó ligeramente sorprendida. "Pero estás siendo tolerante, verdad, Kagome?"
"Qué se supone que significa eso?" Sonó como si su madre estuviera reprobándola.
"Bueno, usualmente cuando tienes fricción con la gente, lo cual agradecidamente no es muy frecuente, tiendes a golpear cabezas con ellos más que intentar comprometerte." Le dijo la Sra. Higurashi honestamente. "Estás intentando comprometerte como te dije, verdad?"
"Tú me dijiste cambiarlo!"
"Y has hecho algún progreso con eso?"
Kagome suspiró fuertemente. "Te lo dije. Su cráneo es muy grueso. Y estoy aprendiendo que golpear esa nuez no está llevándonos a ningún lado. Oh… a propósito he querido preguntar…"
"Sí, querida?"
Kagome sabía que era un disparo largo, un disparo muy largo largo, pero valía el intento. "Yuka ha sido una entusiasta de Inuyasha desde que lo vio de compras con su madre cuando era una niña, verdad?"
"Oh sí. Una historia que nunca se cansa de contarle a la gente." Aceptó su madre.
"Bueno, entonces puedes preguntarle si escuchó algo que pasó en 1992 involucrando a Inuyasha? Si hubiese una persona que recordaría cada año de su vida, sería ella." Le dijo Kagome. "Puedes preguntarle por mi?"
"Por qué no se lo preguntas tú?"
"Yo… uh…" ella no quería decir que estaba siendo rechazada deliberadamente del tema del 92 por la gente ahí en la villa. Si le decía a su madre, entonces no le preguntaría a Yuka pensando que Kagome estaba fisgoneando (lo cual estaba, pero la Sra. Higurashi no necesitaba saber eso). "Está ocupado." Mintió ella eventualmente.
"Le preguntaré. De cualquier forma… espero que estén alimentándote bien - pero lo veré por mi misma esta noche." Dijo su madre.
"Esta noche?" Qué era esta noche?
"Hoy es jueves - la noche de los premios? No vas a ir con Inuyasha?"
Kagome lo había olvidado completamente con los últimos tres días de excitación. "Tienes razón…"
"Sabías que la estudiante podía tocar piano?" Inuyasha le preguntó a Miroku distraídamente en la mesa. El mayor lo miró pensativamente, aún masticando su tostada.
"Seguro. La vi tocando en la sala clásica algunas noches atrás." Admitió Miroku antes de regresar a su crucigrama matutino en el periódico. "Lo cual me recuerda, Sango quiere que pongas micrófonos en cada habitación - no pudimos escuchar lo que estaba tocando. Qué te hace preguntar?"
"Ninguna razón en especial." Inuyasha giró las nueces que había sacado de su panecillo por su plato. "Sólo… la escuché tocar anoche."
"En verdad?" Miroku no levantó su mirada de su crucigrama. "Qué tocó?"
"No sé…" Inuyasha frunció el ceño mientras intentaba recordar la extraña melodía que había tocado la noche anterior, pero aún lo eludía. Él dejó de jugar con sus sobras mientras trataba de pensar en lo que había sentido. "Era extraña… como este humor que pasa sobre ti, me entristece y confunde… el sonido sólo te atraviesa…"
Miroku lo miró abiertamente. "Entonces es buena?"
Él se encogió y regresó a meterse con las migajas de panecillo. "Está bien, supongo…"
"Canta?"
Inuyasha movió su cabeza sin entusiasmo.
Miroku sonrió ligeramente y regresó a su crucigrama justo cuando Kikyo entraba. Como siempre, estaba saltándose el desayuno en favor de ser una adicta al trabajo. Inuyasha frunció el ceño cuando ella se detuvo detrás de su lugar en la mesa. "Qué?"
"Necesito hablar contigo…" ella miró brevemente a Miroku. "En privado."
Miroku le levantó sus cejas pero ella lo ignoró, observando de cerca a Inuyasha. Inuyasha simplemente le disparó a Miroku una disgustada mirada antes de levantarse y seguir a Kikyo al otro lado de la sala. Aunque había sido despreciado intencionalmente, no detuvo a Miroku de esforzarse por intentar captar lo que la agente susurraba en el oído de la superestrella, o intentar descifrar lo que ella estaba diciendo del cambio de expresión en el rostro de Inuyasha.
Él observó de cerca con un frunce cuando vio el frunce matutino de Inuyasha desaparecer lentamente a un vacío shock. Cuando Kikyo dejó de hablar y retrocedió, tratando de interpretar su reacción tanto como Miroku, él comenzó a verse enfadado…
"No… no… eso no puede pasar…" Aún Miroku podía escuchar a Inuyasha mientras su voz se elevaba en volumen. "No - ellos no pueden hacer eso!"
Kikyo sólo se encogió inútilmente. Parecía apologética. "No puedo hacer nada sobre eso, Inuyasha."
El frunce de Miroku se incrementó cuando Inuyasha comenzó a volverse frenético. "No pueden - no - no lo permitiré!" por un momento parecía que estaba por agarrar a Kikyo y sacudirla, pero de alguna forma consiguió contenerse y con una última mirada agonizante a Miroku, prácticamente huyó del comedor.
Kikyo aclaró ligeramente su garganta y acomodó su chaqueta antes de mirar a Miroku, notando que estaba mirándola con intenso escrutinio. "Qué?"
"Qué demonios le dijiste?" demandó él enojado, ligeramente sorprendido de atestiguar a Inuyasha perdiéndose tan rápido… aunque no hubiera sido la primera vez que ese tipo de cosas hubieran pasado.
Kikyo sólo se encogió ligeramente - su forma de decir que no era su asunto. "Mejor me aseguro que no haga algo de lo que se arrepentirá después." Dijo ella en voz baja y salió tras Inuyasha, a un paso ligeramente más apresurado.
Miroku suspiró profundamente y regresó a leer su periódico, preguntándose ligeramente qué había trepado en ambos de sus traseros. Fue sólo cuando regresó a la página frontal del periódico que encontró su respuesta…
"Ah…" dijo él.
Kagome descendió las escaleras esa mañana con un clic en sus tacones y una buena sensación. Estaba energizada, estaba feliz (ahora que había hablado con su amorosa madre) y estaba determinada a no dejar que Inuyasha la molestara hoy.
Eso fue hasta que se topó con él cuando volteó la esquina hacia el comedor. "Mira por dónde vas, perra!" le gritó él en la cara y la hizo a un lado para que pudiera continuar, dejando a Kagome tambaleándose con sólo la pared para detenerla de caer al piso.
"Cuál demonios es tu problema!" gritó ella furiosa tras él, con las manos cerradas y dedos apretados contra la pared. "SPM otra vez!" (Síndrome Pre-Menstrual)
De acuerdo. El pequeño voto de que Inuyasha no arruinaría su día fue rápidamente descartado. Su día oficialmente se había estropeado gracias al desgraciado subiendo enojado las escaleras de las que previamente había bajado. Ella hizo un sonido irritado en su garganta y se enderezó otra vez con un soplo. El descaro de ese chico…
Kikyo se tropezó con ella después - excepto que la agente fue ligeramente menos brutal y se disculpó distraídamente con ella. Kagome la observó desaparecer por las escaleras con creciente confusión antes de decidir que probablemente no era su problema (por primera vez) y continuó para desayunar.
Miroku era la única persona sentada en la mesa leyendo un artículo en el periódico, todos los demás habían comido y continuado con su trabajo. Ella, siendo una dormilona, ahora tenía que conseguir armar un desayuno decente de lo que quedaba. Eventualmente se preparó para medio tazón de fruta. Mientras comenzaba a comer sus trozos de melocotón, miró a Miroku quien parecía estar leyendo con mucha más concentración de lo que usualmente exigía en algo que hacía. "Qué estás leyendo?" preguntó ella.
"El hombre…" comenzó Miroku lentamente mientras bajaba el periódico y lo deslizaba hacia ella para que pudiera leer. "Al hombre que mató a los padres de Inuyasha le ha sido concedida una apelación que podría sacarlo de la cárcel veinticinco años antes."
Kagome tragó fuerte mientras dejaba caer su cuchara en el tazón y agarraba el periódico para leer el titular.
"Evidencia de la Muerte del Primer Ministro Merece Ser Re-Examinada…?" Kagome frunció confundida. "Fushira Hashimoto, de 43 años, que hace seis años recibió una sentencia de por vida de cárcel por el asesinato del antiguo Primer Ministro y su esposa… debe recibir una apelación en la corte la próxima semana…" Kagome leyó abajo en silencio por un momento o dos. "Está clamando que fue homicidio involuntario mientras conducía bajo la influencia del alcohol…" ella miró a Miroku. "Desde cuándo los padres de Inuyasha fueron asesinados? Pensé que murieron en un accidente de auto."
"Sí." Miroku apuntó la foto del hombre al lado del artículo. "Pero adivina de quién era el camión que estrelló su auto contra el camión frente a ellos?"
"Eso es terrible…" ella miró al hombre en la foto con una mezcla de sentimientos. "Inuyasha sólo tenía once años y sus padres fueron asesinados por este - este tonto borracho?"
Miroku suspiró. "Fue asesinato, no conducir borracho. No dejes que alguien te diga lo contrario. Yo estuve en esa corte el día que lo declararon culpable… no hay forma que ese hombre no lo hiciera deliberadamente. No lo sentía."
Tal vez esto era por qué Inuyasha había estado tan molesto. Grandioso… ahora ella se sentía mal por atacarlo. De repente se sintió como el chico malo. "Posiblemente no puedan dejarlo salir de la cárcel por hacer algo como eso…"
"Podrían… ahora depende de la corte." Él se levantó y recogió el periódico. "Si dice que lo siente y actúa arrepentido entonces podrían decidir que seis años era todo lo que necesitaba y lo dejan libre."
Kagome suspiró profundo y tristemente empujó su babeada fruta en el tazón, de repente muy desanimada en lo que debió haber sido un buen día. Miroku le sonrió compasivamente y alcanzó para apretar su hombro. "Estoy seguro que Inuyasha se alegrará de saber que tú lo compartes."
"Él lo tomará como compasión y me odiará por eso." Le dijo ella tranquilamente.
"Entonces estás llegando a conocerlo mejor que yo." Dijo Miroku y la dejó para que desayunara en paz.
Kagome pasó unos minutos reflexionando sobre los titulares del periódico, involuntariamente comenzando a sentirse mal por Inuyasha. Ella trató de imaginar cómo se sentiría si sus padres hubieran sido asesinados por alguien a la tierna edad de once años. Once años era la edad suficiente para recordar de por vida, lo mayor suficiente para sentir la pérdida más profundamente que un niño más pequeño, pero también era una edad muy joven para poder manejar la pérdida solo como un adulto podría hacerlo.
Una vez ella había tenido un sueño en el que su madre había muerto al ser atrapada entre la puerta automática de un garaje… había despertado llorando y muy angustiada de que pasara en la vida real durante el resto de la semana. La había aterrorizado hasta que se había dado cuenta de que sólo había sido un sueño.
Para Inuyasha, el más grande temor de Kagome era una realidad. De lo que ya le había dicho, perder a sus padres casi lo había llevado al suicidio. Por qué estaría pasando ahora? Ahora que su presunto asesino estaba apelando por la libertad. Kagome no se había perdido la parte donde el artículo había señalado que esperaban que los hijos, Inuyasha y Sesshomaru, dieran testimonio en la apelación.
Ahí fue donde Kagome decidió que tenía que ir a hablar con él. Ella se retiró de la mesa y estableció un paso ligero hacia la habitación del primer piso, habitación 6, a donde Inuyasha había sido visto dirigirse. Nadie estaba alrededor cuando llegó ahí, y miró vacilante, esperando que Kikyo saltara de atrás de una caneca y le dijera que se fuera por molestar al todopoderoso Inuyasha. Pero nada pasó… así que cautelosamente golpeó la puerta.
Ella no obtuvo respuesta.
Golpeó otra vez, un poco más fuerte, preguntándose si estaba ahí.
Aún no obtuvo respuesta.
Entonces una vez más, golpeó. "Inuyasha, sé que estás ahí. Por favor abre la puerta." Si estaba ahí abriría la puerta, sabiendo que no la había engañado. Si no estaba… entonces nadie se daría cuenta de que le hablaba a una habitación vacía.
Afortunadamente su fanfarronada funcionó y escuchó pasos adentro. En un momento la puerta fue abierta e Inuyasha estaba mirándola expectante. No parecía molesto ahora. "Quieres algo?"
"Uh…" Kagome ahora estaba desconcertada… había venido a ver si… bueno… no sabía para qué había venido a verlo. Pero había esperado que estuviera molesto y enojado… pero evidentemente estaba bien. "Vi los titulares en el periódico…"
Él frunció, miró hacia arriba y luego a ella. "Y eso significa… qué, para mi?"
No había leído el periódico? "Sobre Fushira Hashimoto apelando por-"
"Oh eso!" él rió de repente. "Sí, sé sobre eso. Kikyo me dijo."
Ella lo miró. "Estás bien… con eso, quiero decir?"
Él se encogió. "Seguro." Él le dio una vaga sacudida de cabeza. "No me preocupo más por eso. Digo, por qué me importaría que asesinara a mis padres a sangre fría porque la política de mi padre cortaría su sueldo por cien yenes al mes cuando él… ya…" él se desvaneció, pareciendo como si estuviera sintiendo un dolor de cabeza. "Y por qué te estoy diciendo estas cosas?" él le movió un dedo. "Eres buena, eres muy buena."
Él le tiró la puerta en la cara.
Kagome permaneció arraigada en el lugar, notando rápidamente que tal vez no estaba tan bien como parecía. Tentativamente levantó su mano otra vez y golpeó la puerta tranquilamente.
Ésta se abrió y él la miró expectante, una vez más usando esa fachada de 'todo está bien y normal conmigo.' "De regreso tan pronto?"
Su ceño se bajó ligeramente y ella cruzó sus brazos lentamente. "Eso no va a funcionar conmigo, sabes. Puedes sonreír y pretender que estás bien, pero sé que todo es una máscara."
Él la miró. "Oh, bien…" él asintió como si tomara lo que había dicho deliberadamente. "Y ahora qué quieres que haga? Comenzar a llorar como un bebé y decirte todos mis problemas en el mundo? Todos los problemas que escondo detrás de mi pequeña máscara?"
"No hay necesidad de ser sarcástico…" ella frunció. "Sólo vine a ver si querías hablar."
"Si quisiera hablar - si realmente quisiera hablar iría a hablar con alguien. Pero la última persona en el mundo a la que le hablaría serías tú." Él cruzó sus brazos, imitando su pose mientras se recostaba contra el marco de la puerta.
Kagome maldijo mentalmente su testarudez. Él podría querer no hablar, pero tal vez hablar lo ayudaría. Cocinera le había dicho que nunca le habló a nadie… bueno, no sobre lo que importaba. Lo que sea que había estado molestándolo desde que era un niño aún estaba ahí, y todavía estaba rehusándose a deshacerse de la carga, rehusándose a sacarlo de su pecho y hablar de eso.
Lo amargaría y pudriría por dentro por el resto de su vida, si lo mantenía escondido detrás de su expresión de 'no pasa nada'. Lo volvería malo desde adentro… de hecho ya lo era.
"Y cómo es la vista desde tu balcón?" ella se escabulló por el espacio entre él y la puerta más rápido de lo que pudo reaccionar. "Vaya, es muy grande aquí, mucho más grande que tu última habitación." Avanzó hacia la ventana y ladeó su cabeza. "Oh, muy agradable… no puedes ver la playa desde aquí, los acantilados bloquean a todas las personas y da la impresión de estar en el tranquilo campo."
"Qué estás haciendo?" dijo él con voz de cansancio desde el marco, habiendo volteando para seguir su progreso.
"Sólo… examino la vista…" ella movió sus ojos hacia su cama de cuatro postes. "Y… reviso tu colchón." Ella caminó, se sentó en la cama con un plop y sonrió ampliamente. "Vaya - este es uno de esos colchones diseñados por la NASA para evitarte problemas de espalda?"
"Plumas, en realidad." Él cerró la puerta con su pie y fue a recostarse en uno de los postes de la cama. Kagome trató de no preocuparse demasiado por haber cerrado la puerta… al menos no estaba echándola. Ella se abrazó en caso de que intentara algo con ella.
"Mm. Plumas. No es mi tipo." Ella movió su cabeza. "Creo que las plumas le pertenecen a las aves."
"No creo que a las aves les importe en verdad a dónde van sus plumas cuando se matan para ser puestas en un plato para la cena del domingo." Dijo Inuyasha de mala gana.
Kagome lo miró, tratando de descifrar lo que significaba su expresión, pero otra vez era ilegible y vacía. Ella volteó para mirar hacia la ventana. "Tuve este sueño una vez donde mi mamá moría y -"
"Déjame adivinar, despertaste llorando y ahora entiendes lo que es perder a tus padres?" él rió mordazmente mientras se movía para sentarse al lado opuesto de ella en la cama, sus espaldas hacia la otra. "Oh, por favor."
"No… lo que quiero decir es que no entendería. No puedo imaginar lo que es tener a ambos de tus padres muertos y dejarte sin nadie en el mundo. No sabría lo que es… tener a alguien lo enojado suficiente para asesinar así a la gente que amas…"
Inuyasha estaba callado, pero ella sintió la cama rebotar ligeramente cuando cayó de espalda para acostarse en el edredón detrás de ella.
"Mira, sé que me encuentras molesta y muy franca, pero creo que necesitas escuchar a alguien por una vez." Ella volteó para mirarlo. "La Cocinera me dijo que nunca le dijiste a nadie lo que pasó en 1992… y aún estás cargando esos recuerdos y manteniéndolos para ti. No estoy pidiéndote derramar tu fuerza ni nada, pero puedes querer pensar en hablar con alguien de lo que pasó… alguien que conozcas y en quien confíes… Miroku? O Sango? Tal vez tu hermano?"
Él se encogió desapercibidamente. "Por qué debería decirles? Ellos ya saben lo que pasó."
"Quién les dijo?"
"Todos aquí lo saben. No obtuvieron sus jugosos detalles hasta que la policía se metió y le dijo a mis padres quienes fueron a decirle a todos."
Aún le molestaba que todavía no tuviera una idea de lo que había pasado entonces. "Bueno podrías sentirte mejor si les dices tú."
"No lo haré."
"De seguro no lo sabes porque nunca le has dicho a nadie."
"Kaede tenía esta maravillosa enseñanza." Le dijo él, su brazo aún puesto sobre su rostro. "Ella dijo que cuando te sientas enojado o triste o amargado o asustado debes poner todos tus sentimientos negativos en una pequeña esfera y forzarla hacia las plantas de tus pies."
Kagome volteó sus ojos. "Donde se pudrirá y te destruirá desde adentro."
"Eso fue lo que dijo también…" él sonrió ligeramente, pero su voz sonó extraña. "En realidad nunca le agradé."
Kagome se preguntó por qué Kaede le diría algo así mientras un momento de silencio pasaba en la habitación. Ella dejó su guardia baja ligeramente, segura de que ahora él estaba lejos de intentar hacer un movimiento sobre ella.
"La Cocinera te dijo lo que pasó en 1992?" dijo él en esa voz delgada y forzada.
Kagome lo miró curiosa, ahora con la desventaja de que no podía ver su rostro. "No… no es mi lugar saberlo."
"No puedo decirle a la Cocinera." Continuó Inuyasha. "Ella es muy vieja… muy cercana a la familia."
Esa era una excusa estúpida en opinión de Kagome.
"No podría hablarle a Miroku de eso. Él es mi amigo… pero no lo cercano suficiente para ser un amigo en quien confiar. Ni a Sango… ella toma órdenes muy fácilmente, muy cuidadosa de conservar su trabajo, supongo. Está tan frustrada conmigo como tú…"
Él iba a algún lado con esto?
"Ni a Sesshomaru… él es el peor hermano en el mundo. No se preocupa por mi bienestar - sólo por su imagen. Ni a Kaede porque me odia. Y no le diría a mis padres porque se mantendrían presionándome en qué hacer como tú me estás presionando ahora." Él dejó caer su brazo a su lado y le dio una derretidora sonrisa. "Lo cual significa que tampoco te lo diré, querida."
Maldición… había sonado como si estuviera dirigiéndose a la gran confesión. Kagome se aferró a su paciencia y tolerancia como su madre le había aconsejado. "No estoy obligándote a decirme…" Aunque deseo que lo soltaras por tu propia cordura tanto por la mía…
"Tú me dijiste escuchar… creo que escucharé a Kaede y mantendré mi boca cerrada." Él se sentó y se volteó para encararla, pareciendo apreciativo. "Pero admito, casi me tuviste ahí. Pero no pienses por un segundo que dudo que no irías corriendo a la prensa al instante en que supieras lo que pasó."
Kagome estaba genuinamente herida. "No espero que confíes en mi - pero no soy lo implacable suficiente para hacer ese tipo de cosas!"
"Tal ves lo eres, tal vez no. No te conozco realmente, así que no sé en realidad lo que harías. Además, en verdad no me importa lo suficiente como para decirte."
Es el colmo… Kagome endureció sus pensamientos y tomó un profundo respiro. "Bien… no tienes que decirme. Pero mejor te advierto que lo averiguaré eventualmente."
"Suena como una amenaza." Él le levantó una ceja.
"Sólo es una advertencia. Lo descubriré por mí misma, o puedes venir a mi y decirme fuera de tus horas de trabajo - lo cual creo que será lo mejor para nosotros a la larga."
"Siento como si quisieras que admitiera algún tipo de crimen."
"No mataste a nadie en el 92, verdad?" ella saltó en la indirecta de una vez, aunque sabía que estaba siendo sarcástico.
Visiblemente él hizo una mueca ante su sugerencia. "Nunca maté a nadie… en 1992…" Kagome lo miró abiertamente, observando su indefensa expresión deslizarse lentamente a una mirada distante. Qué significa eso ahora?
"Inuyasha…?" ella frunció ligeramente. "Luces como si fueras a llorar."
"Los niños buenos no lloran… no cuentan historias…" dijo él en una llana y monótona voz. Sus ojos se enfocaron de nuevo y le dio una fría mirada. "Estás satisfecha - o tengo que lanzarte fuera de mi habitación?"
"Puedo encontrar mi camino." Ella dio un fuerte suspiro y se levantó, dirigiéndose a la puerta. "Trata de no dejar que Hashimoto te perturbe demasiado."
"No es él lo que me perturba." Dijo Inuyasha sombrío. Kagome lo miró de nuevo cuando alcanzó la puerta. Medio quería regresar e intentar sacarle algo otra vez. No sabía por qué pero tenía la extraña sensación de que tal vez si Inuyasha sólo se abría un poco más a alguien… cualquiera, él no sería una persona tan difícil de tener alrededor. Estaba muy ocupado manteniéndose en ese pedestal lejos del resto del mundo que estaba teniendo problemas para comunicarse con él.
"Entonces te veré en los premios." Dijo ella tranquilamente y cerró la puerta con gentileza tras ella cuando se fue.
Inuyasha miró hacia la ventana malhumorado, su mentón estaba apretado fuertemente en una creciente irritación que estaba luchando por contener.
Estúpida niña… metiéndose en asuntos que simplemente no tenían nada que ver con ella! Ella lo había enojado esta vez… no, lo había asustado más, porque había estado al borde de decirle todo. Decirle desde el comienzo hasta el final y entonces… y entonces qué?
Podía ver que su disgusto en él estaba causándole el intentar cambiarlo… eso lo aterrorizaba porque no sabía en qué persona quería que cambiara? Aún no tenía idea de lo que quería, qué aguardaba su futuro… todavía no tenía idea de quién era. Quién debía ser?
Era extraño… su crisis de identidad había permanecido sobre su cabeza como una fría sombra, bloqueando el sol, desde que tenía seis años. Pero sólo en la última semana había sido llevado a un doloroso foco con el que no quería tratar… no podía tratar con eso. Era muy pronto.
Pero Kagome no iba a ser disuadida de salirse con la suya hasta el sábado…
"Entonces nada pasó en 1992?" Kagome frunció mientras pasaba sus dedos en una forma sobre la alfombra de su habitación. "Absolutamente nada?"
"Nada." Le dijo Yuka en el teléfono.
Kagome puso su mano sobre la cama y rodó sobre su espalda para mirar el techo. "Eso es imposible - algo grande pasó en 1992. Debe haber alguna mención de eso en algún lado."
"El 92 es oficialmente el año más tranquilo que Inuyasha haya tenido, aparentemente." Yuka sonó muy segura de sí misma cuando dijo esto. Kagome tuvo que creerle a la experta. "Absolutamente no hay noticias o chismes de él o la familia ese año. Su padre había terminado su período como primer ministro y estaba teniendo un período tranquilo - su madre salió del modelaje por unos meses. No hubo acción real de esos chicos hasta 1993 cuando Inuyasha anunció estar tomando lecciones en algún tipo de estilo violento de kickboxing."
"Entonces podías decir que el 92 fue un año sospechosamente tranquilo…" Dijo Kagome más para sí que para Yuka.
"Bueno, de todas formas - no olvides darnos un grito esta noche cuando estés en la tele! Y no olvides regresar con el autógrafo de Inuyasha - puede hacerlo para Yuka Sato."
Kagome sonrió y rió. "De acuerdo. No lo olvidaré. Es lo menos que puedo hacer por ti."
Hubo un golpe en la puerta y Kagome levantó la vista. "Oh, mejor cuelgo, hay alguien en la puerta."
"Es Inuyasha!"
De alguna forma Kagome dudó eso. "No, probablemente es Sango. Adiós, Yuka."
"Adiós - y dile hola a Inuyasha por mi!"
"Lo haré." Kagome colgó antes de que ella pudiera hacer más peticiones. Colocó el teléfono de nuevo en su soporte y salió de la cama para ir a responder la puerta. Sus sospechas fueron correctas cuando Sango entró en la habitación sin invitación con una caja bajo su brazo.
"Adivina lo que traje!" Dijo Sango misteriosamente mientras bajaba la caja sobre la cama.
"Una bomba? Hace tic-tac? No quiero una repetición de lo que pasó arriba." Los ojos de Kagome miraron la caja escépticamente.
"No seas tonta, mira!" Sango retiró la tapa y sacó el vestido. "Es tu vestido para los premios!"
La respiración de Kagome se atascó en su garganta mientras miraba el vestido en shock. "Tú… tú quieres que use eso?"
"Mm hm." Sango sostuvo el vestido al lado de su propio cuerpo para dejar a Kagome ver su total extensión. "Nosotros sabemos que, porque sólo tienes quince años, no podemos tenerte caminando en la alfombra roja con un pequeño pañuelo de papel sobre cada pezón como la mayoría de mujeres harán. Miroku dijo que no te importaría, pero pensé que preferirías algo más sustancial que eso."
Era un hermoso vestido, Kagome tenía que darle eso. De hecho… lucía tan hermoso, tan intrincado en su diseño y costura para haber sido hecho en sólo unos días. "Ellos lo hicieron para mí?"
"Bueno…" Sango se encogió y forzadamente le pasó el vestido. "En realidad, le perteneció a la madre de Inuyasha. Sólo lo usó una vez, en un prestigioso evento - lo llevó por la pasarela y nunca lo usó otra vez. Ella era más o menos de tu talla… un poco más alta y estrecha en las caderas tal vez, pero el sastre hizo unos ajustes para que te quedara así que estará bien."
"Inuyasha estará bien conmigo usando esto?" Kagome pasó sus manos sobre el oscuro encaje velado rojo que servía como la cubierta para el vestido de seda rojo debajo. Sólo una manga se acampanaba en la muñeca, el otro lado sólo era una tira que rodeaba el brazo. Kagome estaba segura que nunca antes había usado algo tan extraño como eso.
"Probablemente no lo reconocería - su madre no lo haría." Sango sonrió. "Además, creo que el rojo te quedará. Y… es el color favorito de Inuyasha."
Aún… de alguna forma, Kagome tenía el presentimiento de que usar este vestido rojo que solía pertenecer a su madre simplemente serviría como la bandera roja del matador. Tenía la sensación de que él le daría una mirada y le daría un alegre infierno toda la noche.
Pero aún… era un hermoso vestido.
Continuará…
Nota de Inuhanya: Hola de nuevo, como siempre muy feliz de poder llevarles a todas una historia como esta (nn'… lo siento pero aún no sé si hay algún niño leyendo esto… je je… y si lo hay entonces este saludo también es para ellos… ). A ti LR-CHAN, no me cansaré de agradecerte todo esto y por supuesto a todos los lectores por sus lindos comentarios. Un saludo muy especial a todas las niñas con las que ya tuve el gusto de compartir y mil gracias por todo el ánimo y el apoyo que nos han brindado… … nos contenta saber que les está gustando la historia de esta maravillosa autora.
Como les dije antes, muchas sorpresas nos esperan… y si quieren saber qué pasó en 1992… (redoble de tambor)… no pueden perderse ni un sólo capítulo… je je…
Hasta una próxima entrega… besitos para todas y para ti LR-CHAN, mucha suerte en tus estudios…!
Nota de LRCHAN: en primer lugar gracias a todos los que han leído esta gran historia y a los que han dejado un review , no creo que estos lleguen ni a la novena parte de los que tiene el verdadero fic, pero aun así esto es una gran progreso .
El fic se empieza a poner cada vez mas interesante con cada capitulo que pasa non, así que sigan leyendo, que todos los domingos estaremos publicando otro capitulo.
Mil gracias a Inuhanya por todo loo que esta haciendo!
Así que hasta la próxima
