Notas de la Autora: Se que mucha gente piensa que no lo hago, pero si, actualmente leo todos mis reviews, Y si se ponen a pensar por que no los respondo, es porque recibo alrededor de 100 por capitulo en solo un par de días, esa es la verdad. No estoy exactamente casada de los reviews y tampoco es difícil leer 20 por día- de verdad disfruto leyéndolos, así que no es un trabajo tan difícil! No se precupen de molestarme xon largos reviews- Amo los de ese tipo ˆˆ

Dead Famous

Por Rozefire

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Capítulo 11

Por el mejor desempeño.

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"Inuyasha ha sido nominado para cuántos premios?"

"Sólo tres este año." Respondió Sango despreocupadamente mientras sujetaba el suelto material del vestido rojo a la cintura de Kagome, determinada a tenerlo tan elegante como fuera posible bajo su capa de gasa roja. "El año pasado fue nominado para cinco, pero sólo ganó cuatro."

"Dios mío…" Kagome descansó su codo sobre la cabeza de Sango mientras la joven trabajaba (el único lugar cómodo para ponerlo). "Qué hace para merecer esos premios?"

"Bueno, este año ha sido nominado para el premio de elección de popular, otra vez."

"Cuál es ese?" Kagome aún era un poco ignorante cuando se refería al mundo de las estrellas y las celebridades. Nunca había observado una ceremonia de premios en su vida. Siempre eran muy aburridas.

"La elección popular es la elección de la gente." Sango se encogió vagamente. "No es un premio muy específico, viendo como alguien puede ser nominado, desde el hombre en la oficina postal hasta el Emperador… con tal de que tengan suficientes votos para ser nominados en primer lugar. Es el premio de la popularidad."

"Inuyasha lo ha ganado antes?"

"Siete veces."

"Vaya…" Kagome se preguntó qué sería ser así de popular… pero otra vez, algunas cosas estaban un poco más allá de su alcance y siempre había sido un poco corta de imaginación.

"Luego hay un premio para el mejor actor de acrobacias coordinadas." Sango terminó de juguetear con la tela en su cintura antes de enderezarse y comenzar a trabajar en sus hombros. La antigua dueña de este vestido también había poseído hombros anchos, y mientras el sastre había hecho un buen trabajo levantando sus dobladillos, aún había unos pocos ajustes que hacer.

Kagome estaba preocupada de cómo reaccionaría Inuyasha con ella usando uno de los vestidos de su propia madre. En orden de alejar su mente de tales problemas, trató de mantener sus pensamientos en los premios. "Entonces Inuyasha hace trabajo de doble?"

"Con su cuerpo sería una sorpresa si no lo hiciera. Puede levantar más peso que diez personas - y aún logra conservar su cuerpo en mejor estado que el de Schwargenegger. Los productores pueden ahorrar miles de sus presupuestos cuando pueden usar la fuerza de Inuyasha en vez de efectos especiales y buena edición. Puede soportar más golpes y heridas que el doble promedio, correr rápido, pelear rápido -"

"De acuerdo, capto la imagen." Kagome apretó sus ojos mientras recordaba la última demostración de Inuyasha de lo rápido que peleó. Aún traía una ola de malestar en ella. Fue tan violento…

"Y porque se cura rápido sin cicatrices desfigurantez, puede trabajar dos veces tan duro y tanto como nadie más."

"Y cuál es la tercera nominación?" preguntó Kagome mientras Sango terminaba en su hombro y comenzaba a recoger su cabello en una elegante moño atrás de su cabeza (Sango había insistido en arreglar antes su cabello con un rizador).

"La tercera nominación es para el semi-finalista más joven de boxeo en los últimos diez años."

"Semi-finalista?" repitió Kagome con un frunce, su cabeza era halada en todas direcciones gracias al brutal manejo de Sango de su cabello.

"Bueno, no siempre gana el campeonato, pero siempre llega a las semi-finales desde que tomó parte la primera vez." Sango suspiró. "Este año está contra Kouga otra vez por el premio…"

"Oh… entonces Kouga va a estar ahí también?" Kagome sintió un nudo en su estómago. Esperaba que no tuviera que encararlo… o apretar manos con él. Se preguntó qué haría cuando descubriera que ella era la pequeña 'visitante' de Inuyasha. Se preguntó si querría cobrarse por ese masaje ruso que le había dado. Si pudo él mismo intentar envenenar a Inuyasha, qué lo detendría de hacerle lo mismo a ella?

"Ya. Hermosa!" Sango retrocedió y pellizcó su mejilla para darle algo de color. "Ahora vamos, mejor bajamos a la limosina si queremos estar elegantemente tarde en vez de sólo – faltar-a-toda-esa-maldita-cosa tarde."

Era asombroso cómo vestirte en un lindo vestido y ponerte un poco de maquillaje podría hacer maravillas por tu amor propio. Kagome se sentía particularmente bien de sí misma mientras corría tras Sango.

Ellas tomaron las escaleras hacia el foyer principal y fueron saludadas por la mayoría del séquito que los acompañaría en la noche. Ella estaba comenzando a reconocer algunos de ellos. Ahí estaba la chica que arreglaba el cabello de Inuyasha en semana - a su lado estaba el chico que escogía la ropa de Inuyasha cada mañana. Hacia la izquierda de la multitud reunida estaba Kikyo y su teléfono móvil, estaba apartada de Miroku quien estaba en profunda conversación con el joven que era oficialmente el 'ventilador' de Inuyasha - lo que significa que él cargaba uno de esos ventiladores eléctricos a donde iba en caso de que su estrella comenzara a sentirse un poco sobre-acalorada. Ah… y ahí estaba la joven que le daba un masaje facial cada tercera mañana.

Había mucha capacidad de destrucción aquí…

"Te pondremos en la limosina del frente con Inuyasha. El resto de nosotros los seguirá."

"Todos vamos a los premios?"

"El séquito de Inuyasha es esperado a seguirlo a donde va, pero no te preocupes, estarán detrás del escenario la mayoría del tiempo así que no estarán bajo sus pies." Sango volteó de repente cuando su aparente sexto sentido captó a su jefe. "Y aquí está el hombre del momento."

Kagome miró sobre su hombro hacia las escaleras y tragó saliva levemente. Inuyasha se les unió casualmente, luciendo ligeramente más inteligente de lo usual. Sango se inclinó hacia ella. "Traté de hacerlo usar una corbata pero él no me deja poner nada alrededor de su cuello."

La mirada de Inuyasha se levantó y se posó en Kagome.

Aquí viene, pensó ella mientras se abrazaba mentalmente para lo peor, él explotará, nos retrasaremos y hará una gran escena y

"Bonito vestido, ramita." Él palmeó su brazo con manga mientras la pasaba, entonces anunció a todos en una voz ligeramente más alta. "Vamos, estamos tarde!"

El séquito salió por la abierta entrada, dejando a Kagome sola con Sango. "Ramita?" ella frunció el ceño, tratando de comprender por qué merecía ese apodo en particular.

"Vamos entonces." Sango tomó su hombro, la sacó por la puerta y bajó los escalones.

El cielo estaba oscureciéndose mientras llegaba la noche rápidamente. Debían llegar a los premios a las nueve en punto, y ya eran las ocho y treinta. Kagome aceleró su paso cuando se dirigió a la limosina adelante de las otras. La puerta fue abierta por uno de los guardaespaldas de traje negro y la cerró tras ella una vez que estuvo segura adentro.

"Quieres una soda?" preguntó Inuyasha, sosteniendo una lata.

"Depende…" ella la miró sospechosamente. "Le has puesto cianuro?"

"Lata sellada. Pensé que notarías si la chapa estaba rota." Él la lanzó hacia ella y ella la atrapó con gracia de chiripa que normalmente no poseía.

"Buena atrapada." Él la alabó mientras abría su propia lata y tomaba un sorbo.

Kagome mantuvo su bebida en su regazo mientras lo observaba de cerca, preguntándose por qué no estaba gruñéndole y afilando sus garras como lo había esperado. Ella estaba usando el vestido de su madre, y aún no había reaccionado… o tal vez no lo había notado.

Con un pequeño suspiro ella levantó la lata y rompió la pestaña para abrirla… y rápidamente se bañó con espuma. "Oh por - sacudiste mi lata!" le gritó ella, viéndolo temblar con risa contenida. "Obviamente no me has perdonado por molestarte antes…"

"Obviamente." Dijo él complacido. "Y voy a seguir sonriéndote porque sé que si dejo mi guardia baja y te grito, tú me gritarás y probablemente me provocarás para estrangularte en esta limosina. No quiero tu muerte en mis manos, así que sonríe y estaremos bien."

Si él estuviera hablando otro idioma y ella no entendiera lo que había dicho, hubiera pensado que estaba diciéndole cosas agradables. Evidentemente no. "Estás molesto conmigo…?" preguntó ella reprochante.

"Balísticamente sí," él continuó sonriendo. "Nunca he estado tan molesto con alguien en toda mi vida, ramita."

"Por qué estás llamándome ramita?" Ella bajó su soda en la pequeña mesa y retiró el líquido de sus húmedos dedos. "O todavía no te has aprendido mi nombre?"

"Bueno, eso y el hecho de que me recuerdas a una rama en ese vestido."

"Qué, este vestido?" Kagome sintió su pánico elevarse un poco.

"Qué otro vestido estás usando?" él le volteó sus ojos. Él miró el vestido críticamente por un momento. "Sabes… usando ese vestido luces como una modelo."

Ahora eso hizo congelar los pensamientos de Kagome en seco. "Eso es… eso es un cumplido?"

"En realidad no, no." Él se encogió de mala gana. "Creo que algunas lucen bonitas… la mayoría hambrientas." Él arrugó su nariz. "Las modelos no son mi gusto. Se escogen porque tienen el mejor cuerpo para mostrar ropa extraña. Casi todas son más altas que yo, tienen pies más grandes que yo, hombros anchos, sin senos y los rostros más malhumorados del mundo. Lucen como si sus rostros fueran a quebrarse si dan las más pequeñas sonrisas."

"Bueno, pareces salir con suficientes de ellas para saberlo." Ella desvió su mirada por la ventana antes de notar algo. "Oye - estás diciendo que tengo pies grandes y nada de senos!"

"Te llamé una ramita, o no?" dijo él con mordacidad y también desvió su mirada por la oscura ventana.

Bueno… al menos no había notado que el vestido era uno de su madre. Ella no estaba segura de cómo reaccionaría a eso, y realmente tampoco quería experimentarlo. Ella golpeó sus uñas contra su lata de soda y pacientemente observó la ventana. No podía ver hacia afuera ya que el tono en la ventana era muy oscuro. Pero también significaba que nadie podría ver hacia adentro.

"Entonces cuántos premios has ganado en total?" preguntó ella de repente.

"Dieciséis." Dijo él sin rodeos. "Fuera de treinta y cuatro nominaciones."

"Dónde los mantienes?"

"Con el resto de la basura que nunca miro - en la sala clásica…" él deslizó una mirada especulativa hacia ella. "Con el piano."

"Oh." Kagome asintió entendiendo y regresó sus ojos a la ventana, inconsciente de su escrutinio.

Pasaron unos minutos más hasta que el sonido de la multitud alcanzó sus oídos. Kagome se esforzó por ver afuera. "Creo que estamos aquí…"

La limosina estaba deteniéndose a un paso lento y Kagome notó lo cerca que estaban al público cuando ella bajó la ventana. Estaba justo cerca al vehículo, retenido sólo por una temporal barricada de metal que mantenía a las multitudes fuera del camino.

"Es ella - es Kagome!"

"Inuyasha - Inuyasha!"

Y así comenzó un repentino estallido de gritos. Kagome retrocedió de repente cuando una media docena de rosas entraban por la ventana abierta. "Jesús -"

La ventana subió otra vez y Kagome miró a Inuyasha quien tenía su dedo en el botón. "No querrías intentar eso otra vez." Le aconsejó él con una sonrisa condescendiente. "Ellos son como lobos hambrientos. Una vez que te reconocen, caerán sobre ti y te destrozarán."

"Son tus fans, no lobos." Kagome suspiró irritada y levantó una de las rosas que habían caído en el auto. "Ellos te aman, así que dudo que quisieran comerte."

"Te sorprenderías." Inuyasha se encogió, sin moverse para ayudar a Kagome a recoger las rosas que ella arregló en un ramo en el asiento junto a ella.

El auto avanzó otras cien yardas y llegó a un completo alto. El vidrio divisor oscuro del compartimiento del conductor sonó cuando alguien lo golpeó desde el otro lado. Inuyasha le indicó a ella acercarse a su lado en la limosina. Cuando ella le dio una dura mirada para mostrar su repugnancia él simplemente volteó sus ojos. "Estamos aquí. Quieres salir de la limosina o no?"

"Oh, está bien…" Ella se movió por las sillas de cuero hacia su extremo.

La puerta de la limosina se abrió y Kagome fue cegada instantáneamente por el abrumador número de blancos y calientes destellos desde afuera. Ella sintió la mano de Inuyasha contra su espalda, urgiéndola a salir, y así lo hizo, pero sólo en orden de retirar su mano en ella.

Ella sonrió lo mejor que pudo, pero era difícil cuando no sabía lo que se supone debía mirar o a qué sonreír. La alfombra roja era ancha, conducía desde la baranda en el pavimento donde ella estaba hasta la entrada del edificio al que entrarían. Sólo eran treinta metros hacia la puerta. En un día regular esa distancia no era nada… pero esta noche cuando todos estaban observando cada paso que daba, donde escuchaba a hombres y mujeres, niñas y niños, llamando su nombre como si la conocieran. Preguntas le disparaban desde cada ángulo, peticiones por autógrafos, Kagome estaba confundida. Qué debía hacer?

Probablemente Kagome habría permanecido ahí y torpemente toda la noche si Inuyasha no le hubiera dado un gentil codazo hacia la alfombra roja para hacer espacio para salir de la limosina. El guardaespaldas de traje negro cerró la puerta de la limosina y el vehículo se alejó, dejando a Kagome sin lugar para refugiarse de la multitud y todos los fotógrafos con sus flashes.

"Continúa sonriendo." Dijo Inuyasha animadamente en su oído y rápidamente levantó su brazo y lo entrelazó con el suyo. La sonrisa de Kagome desapareció en un instante mientras le disparaba una orgullosa mirada a sus brazos entrelazados.

"Te importa?" siseó ella.

"Es la única forma de mantenerte caminando. Ahora sonríe." Él siseó amenazador. Kagome apretó su brazo a regañadientes tan dolorosamente como pudo alrededor del suyo como si tratara de romperlo. La sonrisa regresó a su rostro y ellos comenzaron a avanzar por la alfombra.

De vez en cuando Inuyasha la arrastraba hacia los lados donde los fans estaban contenidos por las barricadas para firmar unos pocos autógrafos. La mayoría de ellos querían su autógrafo, pero unos pocos intransigentes estaban lo desesperados suficientes para pedirle a Kagome por el suyo. Ella lo dio desconcertada, sólo llegando a asimilar el hecho de que tantas personas conocieran su rostro y su nombre (a diferencia de cierta superestrella aferrado a su brazo).

"No seas tan engreída ahora," le advirtió él tranquilamente mientras la llevaba a un alto para posar para unas fotos. "Ellos olvidarán que existes después del sábado."

Ouch.

El tiempo que les tomó cruzar esos treinta metros hacia la entrada del teatro fue ridículo. Kagome los hubiera caminado en diez segundos… pero entonces les tomó quince minutos llegar adentro.

Kagome siguió de cerca a Inuyasha mientras eran saludados por el anfitrión, el hombre dueño del edificio y unos pocos miembros ricos de la clase alta que habían logrado obtener tiquetes para el evento de los premios. Interiormente, Kagome gimió aburrida mientras Inuyasha la llevaba, más adentro en el edificio, siguiendo el corredor principal con la alfombra roja por la que los otros invitados parecían estar siguiendo. Cuando dudes; sigue las ovejas.

"Cuánto tiempo va a tomar esto?" Dijo ella en voz baja.

"Aburrida ya?" replicó él.

"De cabeza."

Él suspiró, entonces la sorprendió al decir. "Yo también."

Kagome lo miró sorprendida, pero luego se distrajo cuando una joven se les acercó de repente. "Inuyasha?" Ambos la miraron, ambos la reconocieron y Kagome no pudo contener su grito sofocado.

"T-tú eres Joi Ito!" Dijo Kagome, sabiendo que afirmó lo obvio. Sólo porque Joi pasaba a ser su más favorita de la favoritas artistas musicales!

La sonrisa de Joi era más nerviosa y amable de lo que Kagome esperaba. "Hola, tú debes ser Kagome Higurashi."

Ella sabe mi nombre! Kagome quería llorar - pero sólo de completa felicidad. "Tengo que decirte ahora que soy una gran fan de tu trabajo, creo que eres maravillosamente talentosa y creativa. Eres tan original y estoy tan feliz de conocerte!"

"Gracias," Joi parecía genuinamente deleitada mientras apretaban manos. "Y también es un placer conocerte. Estoy sorprendida de que te guste mi música."

"Oh, pero la amo." Le aseguró Kagome, jurando que probablemente nunca lavaría su mano otra vez. "Amo cómo mezclas lo clásico con el rock - es maravilloso."

"Gracias." Joi sonrió aún más ampliamente antes de mover su mirada hacia Inuyasha. "Escogiste a la fan correcta con quien pasar una semana."

"Tú lo pensarías así, cierto." Dijo él con arrogancia, luciendo completamente aburrido.

"No tuve la oportunidad de conocerte mejor la última vez que nos encontramos," Joi le extendió su mano a Inuyasha. "Joi Ito."

"Inuyasha." Sin apellido, esa era su marca. Él apretó su mano una vez y sonrió levemente. Kagome ya podía ver la naciente expresión de realización en sus ojos cuando comenzaba a notar lo hermosa que era Joi. Casi quería voltear hacia la otra joven y gritar 'Corre Joi! Corre!'

"Bueno, no los detendré." Joi los dejó y ambos la observaron ir a hablar con más invitados recién llegados.

"Ciertamente es más bonita que sus fotos en las revistas." Comentó Inuyasha.

"Déjala en paz." Kagome lo codeó duro en el costado. "Ella es mi artista favorita - no quiero que pongas tus sucias manos sobre ella."

"Mis sucias manos no están cerca a ella." Respondió Inuyasha gruñón. "Ahora vamos, el corredor es por aquí."

Él la llevó detrás de los otros invitados que estaban dirigiéndose hacia el par de puertas al final del corredor el cual conducía a un salón más oscuro. Cuando Kagome siguió a Inuyasha se dio cuenta que esto era la forma de un domo con hileras de asientos dirigidos hacia el escenario al frente. Pero entre los asientos y el escenario había una sección de mesas complementadas con manteles, copas de vino y sillas - como si esperaran que la gente cenara ahí.

"Por aquí." Inuyasha la llevó por las escaleras, pasando todas las hileras de asientos en favor de dirigirse hacia las mesas. "Tenemos unos asientos con nuestros nombres."

Su mesa era una de las más cercanas al escenario. "Oh qué curioso." Comentó Kagome mientras encontraba su asiento con su propio nombre. Ella se sentó junto a Inuyasha…

No pasó mucho antes de que Sango y Miroku se les uniera con Kikyo siguiéndolos unos minutos después. El resto del séquito estaba en espera tras bastidores, pero como Sango le dijo a Kagome, probablemente no iban a ser necesitados esta noche y sólo servirían para interponerse en el paso de todos. Pero, como Inuyasha era una diva, necesitaba su personal.

Eventualmente, la noche fue pasando, y Kagome sólo tenía una palabra para eso.

Aburrida.

Ella contuvo un bostezo con el revés de su mano y parpadeó rápidamente para intentar permanecer despierta. Tal vez se hubiera dormido ahí y ahora si no hubieran habido camarógrafos circundando las mesas cada unos minutos. Ella trató de ignorarlos como Miroku le había dicho, pero era enervante estar sentado ahí, con sus propios asuntos, hasta que una cámara venía y la miraba por cinco minutos antes de moverse a mirar a alguien más.

"Aburrido, aburrido, aburrido…" murmuraba ella tranquilamente bajo su respiración cuando la última cámara se alejó.

"Ssh." Siseó Inuyasha antes de voltear al escenario.

"Y ahora para presentar el premio para el Premio de Elección Popular… Joi Ito."

Una ronda de aplausos agitó lo suficiente a Kagome para aplaudir medio animada junto con todos los demás. Ella se sentó y miró su servilleta mientras los nombres de los nominados eran revelados.

"Y el ganador es…" Redoble de tambor. "Inuyasha!"

Sorpresa! O no. Kagome aún consiguió sonreír para él y aplaudir con más ánimo esta vez mientras él retiraba su silla, sonriendo como el apestoso ganador que era, y siguió el camino por las mesas hacia los escalones del escenario. Los aplausos subsidiaron cuando alcanzó el podio, besó a Joi en la mejilla y subió para dar su discurso.

Esto debe ser interesante. Consideró Kagome mientras inclinaba su mentón en su palma.

"Bueno, este es el premio más fácil que he ganado - y diré lo que dije el año pasado. Saludos a mi amigo que se mantuvo votando por mi, bajo diferentes nombres. Te debo una, amigo." Una onda de risas rodeó el salón y Kagome encontró sus propios labios moverse en una sonrisa mientras él hacía el signo de la paz y se retiraba. Los aplausos hicieron eco otra vez mientras regresaba a su asiento, esta vez cargando el pequeño trofeo que Joi le había dado. Una bonita escultura en vidrio con 'Elección Popular' cincelado en la parte de abajo.

"Bonito." Le dijo Kagome mientras se sentaba. Ella tomó el premio para examinarlo con Sango. "Muy bonito."

Inuyasha sólo sonrió y se sentó… aunque Kagome tuvo la sensación de que si no hubiera tantas personas observándolo entonces se hubiera mofado descaradamente. Estaba tan seguro de sí mismo de que iba a ganar todos los premios por los que había sido nominado, era disgustante.

Los premios continuaron. Varias celebridades, actrices y músicos terminaron en el escenario recogiendo sus premios, diciendo cosas apreciativas para luego sentarse. Kagome al menos estaba dispuesta a admitir que fue interesante ver a todos esos famosos subiendo y estando a pocos metros de donde estaba sentada.

Entonces el desastre golpeó.

"Y aquí para anunciar el premio para el mejor nuevo boxeador y semi-finalista más joven - Kagome Higurashi."

Todo color pareció drenarse de su rostro y ella se sintió enferma. Inuyasha la miró de golpe sorprendido mientras todos los demás alrededor de su mesa lucían preocupados. La gente aplaudía y Kagome estaba sentada ahí, perpleja y conmocionada… no podía moverse.

Miroku le hizo ojos. "Ve - ve - sonríe y lee el apuntador!" Siseó él, asintiendo su cabeza hacia el escenario.

Kikyo bajó su copa de vino. "Iré con ella. Obviamente aquí ha habido algún error…"

Kikyo se levantó y rodeó la mesa para ayudar a levantar a Kagome. Sus piernas se sentían como plomo, pero valientemente dio pasos medidos para seguir a Kikyo entre las mesas mientras continuaban los aplausos. Subir los escalones, bajo las cálidas luces del escenario y hacia el podio. El anfitrión la saludó cálidamente, besando su mejilla y la llevó hacia el podio. El anfitrión no besó a Kikyo… probablemente porque ella le dio una helada mirada que le advirtió mantener su distancia.

Gracias a la mirada de las luces superiores, Kagome apenas podía ver a alguien en la audiencia. Los aplausos murieron y ella miró alrededor por el apuntador que Miroku había mencionado. Lo ubicó a una corta distancia bajo ella. Recordando todo lo que Miroku le había dicho, dispuso su voz para ser fuerte y clara y sonrió como si supiera lo que estaba haciendo.

De alguna forma funcionó… a pesar del hecho de que sus adentros se sentían como gelatina.

"Desde que la nueva forma de boxeo tocó la nación hace diez años, una poderosa combinación de artes marciales y kickboxing sin reglas con el formato de boxeo regular, muchos oponentes han tomado parte en el deporte. Pero sólo el mejor estará aquí esta noche." Vaya, ella casi podía creer que había dado discursos como este toda su vida. Ella miró a la mesa donde se sentaba y vio a Sango dándole un pulgar arriba mientras Miroku le daba una caseosa sonrisa para mostrarle que lo estaba haciendo bien. Inuyasha lucía vacío e insensible. Hastiado como siempre… "Y aquí están las nominaciones para el mejor nuevo y reconocido entrante al mundo del boxeo." Ella miró el apuntador, esperando anunciar bien los nombres. "Max Powers," ella pausó para que los aplausos murieran. "Akinobu Yuki," otra pausa y luego el último nombre salió que hizo apretar su estómago. "Y… Kouga."

Ese último fue saludado con mucho apoyo que tenía preocupada a Kagome… tenía un presentimiento de que sabía quien iba a ganar.

"Y el ganador es…" ella levantó el sobre del podio ante ella y lo abrió tan confiadamente como pudo. Estalló en una gran sonrisa falsa y gritó el nombre. "Kouga!"

Ella lo vio levantarse de su mesa y acercarse a los escalones del escenario. Ahora la iba a pagar. Pero él estaba sonriendo cuando la luz del escenario finalmente le permitió verlo. Ella levantó uno de los dos premios de vidrio que estaban en el podio y se lo extendió, el brazo estirado tan lejos como fuera posible sin verse sospechosa. No quería acercarse mucho… podría estrangularla.

Pero él sólo tomó el premio, besó su mejilla y fue a dar su discurso de aceptación.

"Sólo he sido un peleador serio por un año, pero pueden apostar que me verán en las finales mañana."

Tú no merecías pasar las preliminares pequeño gusano… pensó Kagome vehementemente.

"Y me gustaría agradecer a mi masajista, Kagome," él movió una mano en su dirección, haciéndola entiesarse. "Ese masaje ruso realmente golpeó el punto, muñeca."

Oh mierda…

Él bajó del podio y los aplausos se levantaron otra vez, pero esta vez ella podía decir que la mitad de la audiencia estaba confundida por lo que quiso decir… el resto estaba aburrido y no había escuchado una palabra de lo que dijo. Kagome tuvo que contenerse de patearlo cuando se le acercó otra vez y la besó en la mejilla opuesta antes de irse a sentar con su trofeo.

Kagome miró a Kikyo que estaba considerándola con poca sorpresa y un poco de reproche. Ella suspiró internamente y subió al podio otra vez. "Y los nominados para los continuos semi-finalistas…"

Ella leyó el apuntador. "El Sr. Meatball." Muy pocos aplausos. "Inuyasha." Muchos aplausos. "Y Hogai Suzuki." Regulares aplausos. "Y el ganador es…"

Ella abrió el sobre dorado y se bufó silenciosamente para sí. "El ganador es Inuyasha!"

Él se levantó de su silla animadamente y saludó entre las mesas hacia el escenario. Se dirigió hacia Kikyo primero y besó su mejilla ignorando su congelante mirada de 'no tocar'. Luego fue hacia Kagome y la besó.

En los labios.

Un ligero cuchicheo se levantó de la reunida audiencia y Kagome permaneció en frígido shock mientras la corta, pero cálida y gentil caricia de sus labios cruzaban los suyos y entonces desapareció… como el trofeo de vidrio de su mano. Ella aún permaneció en mudo shock mientras Inuyasha daba su discurso.

"… algún año estaré aquí recibiendo el premio para Campeón de Larga Trayectoria!" dijo él natural mientras todos aplaudían. "Me gustaría agradecer a mi entrenador, Toutousai, a mi hermano por su ayuda, a Ramita," el apuntó a Kagome, "por toda su inspiración, y a Kouga, para cuando pierda conmigo en nuestro encuentro mañana para enviarme a las finales. Gracias!"

Los aplausos acompañándolo fuera del podio parecían lo fuerte suficiente para sacudir el techo. Él agarró a Kagome por el codo, sacándola de su mudo shock mientras la conducía fuera del escenario con Kikyo y de regreso a sus asientos.

Ahí fue cuando ella notó que su agarre era casi doloroso.

Estaba molesto con ella.

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"Por qué estás tan molesto?" demandó Kagome fuertemente, mirando a Inuyasha al otro lado del interior de la limosina. "Saliste con tres premios hoy y todo lo que puedes hacer es enfadarte."

Los tres dichos premios estaban actualmente encerrados en el portafolio de Kikyo para cuidarlos. Era poco probable que Inuyasha o Kagome los vieran otra vez.

"El problema, dos caras, es que has estado espiándome secretamente para Kouga." Gruñó él, olvidando su propio compromiso de no atacarla. "Al minuto que te dejo sola, corres a Kouga y le dices todos mis secretos!"

"Eso es ridículo!" explotó Kagome. "Básicamente te lavaste las manos de mi en esa arena - no te importó lo que me pasara y no sabía que me toparía con Kouga cuando me perdí! Nunca lo he conocido antes así que cómo hubiera organizado algo con él!" Ella cruzó sus brazos ceñidamente sobre su pecho. "Y sería imposible para mi ir a él y decirle todos tus secretos, lo cual no haría de todos modos, porque no conozco ninguno de tus secretos! Sé tanto de técnicas de boxeo como de cómo hacer un DVD desde el principio- lo cual antes de que preguntes, no sé cómo hacer un DVD desde el principio!"

"Entonces cómo terminaste dándole un masaje!" demandó él.

"Porque él pensó que yo era la masajeadora, de acuerdo!"

"Oh, apuesto que te lanzaste directo a él, no es-"

"Lo hice cuando me dijo que te había drogado!" Kagome humeaba. "Ahí fue cuando destrocé sus hombros con mis puños!"

Él resopló. "No pudiste destrozar los hombros de Kouga con tus puños." Criticó él, dejando deslizar su mirada hacia la ventana cuando la limosina comenzó a desacelerar afuera de la entrada de la villa.

"Probablemente eso es por qué rompí una silla sobre él." Dijo ella sin rodeos. "Lo lastimó mucho más de lo que mis puños lo hicieron."

Las puertas se abrieron cortesía de los guardaespaldas de traje negro y Kagome se abalanzó rápidamente para salir antes que Inuyasha. Justo cuando ella pisó la grava del camino se detuvo en seco y volteó para mirar sobre su hombro a Inuyasha que estaba por salir justo detrás de ella. "Y… a propósito…"

"A propósito qué?" gritó él irritado.

"Besas como un cenicero." Le dijo ella malvadamente. Ella bajó completamente y se dirigió hacia el personal que estaba saliendo de las limosinas tras ellos, buscando a Sango.

Pero antes de que ella estuviera fuera del alcance escuchó a Inuyasha llamarla. "Y tú nunca usarás ese vestido tan bien como mi madre lo hizo."

Ella se detuvo y volteó para mirarlo… pero él ya estaba subiendo las escaleras y desapareció en la villa antes de que pudiera realmente asimilar lo que había significado esa expresión.

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Continuará…

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Nota de Inu: Hola! Whoa, qué noche, no?… Bueno aún falta mucho más por descubrir así que… sigan leyendo… je je… mil gracias a todos por el apoyo y sus lindos comentarios… je je… son un motivo más para continuar con este trabajito… Cuídense mucho y hasta la próxima!... Besos!

Notas de LRCHAN:

Oo, así escomo me dejo este capitulo , cada capitulo se pone mas interesante! ˆˆU, por eso nos esforzamos por traducir este fic, con 9769 reviews no se puede esperar nada menos. Nos vemos el próximo domingo con el siguiente capitulo

Gracias a por dejarnos un review en el cap anterior:

Dark-Cold-Gaby

Yuris

Ghia-Hikari

KaRiNa LaMaS

Keren

Linli-chan

Willnira

serena tsukino chiba

Ninfa de la Noche

Minue

Cami Taisho

miho-chan

Notas de la Autora: No se preocupen estoy segura que ellos llegaran a agradarse...eso creo