Author's Notes (Notas de la Autora): No puedo creerlo. Mi sitio web ha sido creado hace solamente tres días y ya a comenzado a estancarse porque demasiadas personas están usándolo. Estoy orgullosa, de verdad, pero ahora tengo que conseguir una mejora. Me costo cuatro dólares, gente! Cuatro! Estoy en la quiebra!
OH bueno... no mas distracciones, no mas perdida de tiempo... por ahora
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Dead FamousPor Rozefire
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Capítulo 13
Di, no es así
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Penosamente había una gran cantidad de personas afuera de la entrada principal a la arena deportiva cuando la policía lo arrastraba hacia sus escoltas.
"Realmente una concurrencia." Comentó el más viejo oficial que llevaba a Inuyasha por el codo. Inuyasha no tuvo mucha opción sino seguir viendo cómo sus muñecas habían sido esposadas detrás de su espalda.
"Estaban esperando ver una pelea." Dijo Kikyo fríamente mientras se apresuraba a su lado.
"Bueno, en vez de eso van a ver un arresto." Respondió el oficial cortamente.
Inuyasha miró sobre su hombro para ver a Sango y a Miroku siendo llevados a la fuerza por más oficiales. Kagome era escoltada a un paso ligeramente más amable por un joven teniente, obviamente ella no estaba bajo sospecha desde que era simplemente un huésped temporal.
Él trató de ignorar las filas de rostros sorprendidos en la multitud mientras pasaban. Esto era increíble… y Kikyo estaba preocupada de que fumar era mala prensa?
"No sabe quién soy?" él le rechinó la inmortal pregunta al oficial a su lado.
Ellos se detuvieron al lado del vehículo policial escolta y el oficial en cuestión le dio una mirada escrutinante. Obviamente este hombre no tenía hijas adolescentes, o hubiera hecho la conexión instantáneamente. Luego de repente cayó. "Sí, sé quién eres." Pero entonces él continuó en decir… "Tú eres ese chico que resultó herido en el bar gay el año pasado."
El interior de Inuyasha se paralizó ligeramente con horror. Miroku, habiendo escuchado, estaba derrumbándose en una risa pobremente contenida. Sango y Kikyo parecían claramente incómodas mientras Kagome lucía completamente sorprendida. "Quién resultó herido en un bar gay?" preguntó ella incrédula, mirándolo.
"Nadie! Vámonos ya!" espetó Inuyasha y muy impacientemente entró en el auto policial, rezándole a dios que nadie más hubiera escuchado eso.
Kagome observó la puerta cerrarse tras él en shock. Ella quería ir hacia Miroku y Sango y preguntar qué demonios era esa pequeña historia, pero el teniente en su brazo era insistente en no dejarla hablar con nadie. Aún se estaba preguntando qué demonios estaba pasando. Kouga había sido herido? Qué tenía que ver eso con Inuyasha? Si Kouga había sido herido esa mañana entonces Inuyasha no podía haberlo hecho… él estaba muy ocupado discutiendo con ella, no disparándole a boxeadores oponentes en medio de la calle.
"Señorita, venga por acá por favor." El joven sosteniendo su codo gentilmente la llevó hacia otro auto policial en espera. Ella hizo lo que dijo… después de todo, su madre siempre le había dicho nunca oponerse a la policía.
Alguien debe haberle dicho eso a Inuyasha.
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"Esto es típico del departamento de policía, sabes." Vociferó Inuyasha. "Sólo porque no me agrada ese hombre, no significa que saldría por ahí a matarlo por eso."
Él estaba sentado en una de esas pequeñas salas grises de interrogación. Dos detectives en traje más que en uniforme estaban sentados opuesto a él en una simple mesa de madera. Una pequeña grabadora andaba lentamente en el borde de la mesa mientras un espejo en la pared detrás de los detectives escondía a tres policías y otro detective. 'Escondía' no era una palabra - tan - operativa, viendo cómo Inuyasha podía verlos muy claramente, como si mirara por una ventana ligeramente tinturada.
Él los ignoró de todas formas.
"Dónde estuvo a las ocho en punto esta mañana?" preguntó el detective en una voz neutral, observando a Inuyasha cuidadosamente.
"Probablemente desayunando."
"Probablemente?"
Inuyasha volteó sus ojos. "Qué, piensas que tomo nota del tiempo cada vez que hago algo. Como 'Oh, iré a tomar un vaso de agua - y la hora es cero-ocho-cientas horas.' No lo creo."
"A dónde fue cuando terminó el desayuno?" continuó el detective, anotando algo en su libreta. Inuyasha miró al otro hombre que no parecía decir mucho… parecía familiar pero Inuyasha no podía ubicarlo.
"Bajé al gimnasio para entrenar para la pelea." Él frunció. "Ahora vea - por qué me molestaría en entrenar si planeaba matar a Kouga?"
"Tiene una coartada para decir que estuvo entrenando esa mañana?" sugirió el hombre comunicativo.
"Por supuesto. Sango Nakamura. Kagome Higurashi. Ambas me hablaron mientras entrenaba. Tengo videos de seguridad para probarlo."
"A qué hora terminó de entrenar?"
Inuyasha pensó por un momento… él había terminado cuando Kagome se había ido. Pero a qué hora había sido? Bueno… Buenos Días estaba en la mitad así que habrían sido… "Las diez y media."
"Y a donde fue?"
"A mi habitación."
"A hacer qué?"
"Terminar mis cruciales planes para dominar el mundo." Dijo Inuyasha con mortal seriedad. "También pude haber observado T.V."
"Hasta?"
"Hasta que Kikyo vino a recogerme para el encuentro el cual era a las dos en punto." Inuyasha pasó a los dos hombres para ver a través del espejo. Podía ver a Kikyo de pie ahí ahora, y si él entrecerraba sus ojos podía distinguir las tres formas familiares de Kagome, Sango y Miroku detrás de la policía.
"Entonces estuvo en su habitación desde las diez y media hasta las dos en punto." Dijo el oficial en ese tono de voz que lo hacía sonar ligeramente crítico. "Qué hay del almuerzo? No bajó para almorzar?"
"No tenía hambre." Se encogió Inuyasha.
"Pero seguramente comió algo antes de la pelea?" El hombre levantó sus cejas.
"Si como antes de una pelea entonces me haría más despacio. Ha escuchado de la indigestión?"
"Tiene alguna prueba de que sin duda estuvo en su habitación entre esas horas?" El detective continuó. "Videos de seguridad?"
"No hay cámaras de seguridad en las habitaciones. Es por privacidad." Dijo Inuyasha, sabiendo que estaba volteando una mala esquina cuando lo dijo.
"Oh, que… conveniente." Dijo el oficial con una ligera curvatura del labio.
Ahí fue donde las cosas comenzaron a ponerse peor.
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"Qué quiso decir él cuando dijo que Inuyasha fue herido en un bar gay?" Le susurró Kagome a Sango. "Fue eso lo que pasó en 1992?"
"Dios no!" Sango parecía sorprendida. "Eso pasó el año pasado."
"Qué estaba haciendo él en un-"
"Cerca, Kagome. Cerca." Sango la corrigió rápidamente. "Todo fue un pequeño contratiempo. Ellos estaban regresando de una fiesta y entonces este joven pasó caminando, reconoció a Inuyasha y luego sacó un arma de la nada. Sólo hirió su hombro así que no fue muy grave… de hecho lo único doloroso sobre ese incidente fue que pasó en el pavimento afuera de un bar gay y fue un ejército de drag queens que vino a su rescate." Ella rió. "En realidad es muy divertido ver su cara cuando mencionas esa noche."
"Obviamente no debe estar muy seguro de su sexualidad." Kagome movió su cabeza con una sonrisa desapercibida.
"No… nunca lo ha estado." Resopló Sango. "Hazme un favor y pregúntale después, sí? Ese es un evento del que no le importa hablar tanto."
"A diferencia de 1992…?" preguntó Kagome con optimismo.
"Olvídalo, Kagome, no voy a decírtelo." Dijo Sango sin rodeos, haciendo a Kagome suspirar derrotada y regresar a la conversación en la pequeña sala de interrogatorio.
Las cosas no iban bien.
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"Puede por favor identificar este auto?" el detective sacó una foto de un gran sobre marrón y la lanzó por la mesa hacia Inuyasha.
Inuyasha le dio un vistazo al deportivo plateado y se encogió. "Es uno de los autos de mi garaje." Había sido tomada en el garaje.
"Cuándo fue la última vez que lo condujo?"
"Nunca lo he conducido." Inuyasha le frunció duro al detective. "No he obtenido mi licencia y mi primera lección es la próxima semana para su información. Y ese auto no ha sido conducido por tres años. La última persona en conducirlo fue el AGUDO inspector."
"Extraño… nunca encontramos ninguna de sus huellas en el volante." Obviamente el detective iba a algún lado con esto si el tono de su voz fuera algo para atender.
"Bueno, la última vez que alguien tocó el volante fue hace tres años." Señaló Inuyasha como si fueran idiotas. "Se ha limpiado desde entonces."
"Pero encontramos las suyas."
Inuyasha lo miró neutralmente.
"Y encontramos residuo catalizador en el escape lo cual indica que el auto sin duda ha sido conducido en las últimas veinticuatro horas." El detective sacó otra foto y la bajó ante Inuyasha. "Y… también encontramos estos tres casquillos de bala bajo el asiento del conductor. Frescos. Las balas fueron disparadas pocas horas antes."
Inuyasha bajó la mirada a la foto vaciamente. Luego la levantó. "Y?"
"Intentó o no asesinar a su oponente?"
Inuyasha se movió incómodo. "… no…"
"Si miente ahora, sólo le traerá una sentencia más dura sobre su cabeza en la corte si es encontrado culpable." Presionó el detective. "Condujo ese auto esta mañana?"
"No." Dijo Inuyasha tranquilamente.
"Le disparó a Kouga con un arma semi-automática?"
"… no." Él frotó una mano contra su frente.
"Usted-"
El callado detective sacó su mano para cortar las palabras de su colega. "Creo que debemos parar ahora."
Inuyasha miró al hombre, la confusión pellizcó su rostro por un momento mientras trataba de recordar desesperadamente dónde había visto esa cara antes.
"Qué?" el policía le gritó a su compañero. "Pero estamos por-"
"En la forma que ibas harías que este niño admita cualquier cosa aún si fuera inocente." El detective recogió las fotos y las regresó al sobre. "Lo mantendremos aquí. Mientras tanto podemos ir a hablar con los otros testigos y obtener más evidencia y continuar esto más tarde."
Ahí fue cuando Inuyasha lo reconoció. Él gruñó ligeramente y dejó caer su cabeza en sus brazos sobre la mesa mientras la grabadora era apagada y los detectives recogían sus abrigos y papeles. Kikyo entró al momento en que ellos dejaron la sala.
"Ese hombre me enferma." Dijo ella rencorosamente mientras se sentaba opuesta a él. "Sólo habla rápido tratando de hacerte equivocar-"
"Déjalo Kikyo." Inuyasha suspiró, su voz amortiguada por sus brazos. "Él sólo está haciendo su trabajo."
Eso sonó muy sensible y razonable para haber salido de su boca. Ella frunció inmediatamente preocupada. "Estás bien?"
Él levantó su cabeza de sus brazos con un ligero puchero. "No me gusta la policía." Comentó él sin rodeos.
Kikyo cruzó sus brazos forzadamente con una mirada penetrante. "Lo sé. No estarás aquí mucho tiempo. Lo prometo."
Inuyasha miró pasándola para ver por el espejo. Estaban solos. "A dónde fueron los otros tres?"
"Están siendo entrevistados." Le dijo Kikyo. "Son tu coartada para tu inocencia después de todo."
Él frunció ante eso. "Pero Kagome es sólo una niña, no pueden tratarla como…" él notó que Kikyo lo estaba mirando extrañamente."Qué?"
"Así que sabes su nombre." Ella le dio una mirada de aprobación. "Y todo este tiempo pensé que sólo estabas siendo tu usual ser disperso."
Él le parpadeó, luego se bufó. "Tú sabes que sólo lo hago para molestarla."
"Sólo tendrás mala prensa!" Le recordó ella.
"No va a irse a casa mañana?" él ladeó su cabeza.
Kikyo asintió. "Una vez que ella esté fuera del camino podemos permitirnos soltarnos el cabello tras bastidores." Ella cambió a un modo de negocios. "Ellos van a escoltarte a una celda después de que hayan terminado de hablar contigo. Estoy actuando como tu abogado defensor así que puedes hablar libremente conmigo de lo que quieras. Pero estoy arreglando una reunión contigo y Sango en pocas horas para que puedan trabajar en los más finos detalles de dónde estuvieron a esa hora. Ella dice que te dejó en el gimnasio alrededor de las diez y media y fue al estudio. Si podemos destruir la evidencia que prueba que dejó el gimnasio entonces puede ser tu coartada para establecer que estaba en el gimnasio a las once y quince cuando Kouga fue herido."
Inuyasha movió su cabeza ligeramente con un cansado frunce. "Yo ya les dije que ella salió a las diez y media y que estuve sólo en mi habitación hasta las dos."
Kikyo lanzó la anterior idea por la ventana. "Bien. Si puedo hacer que una de las camareras diga que estaba contigo en tu habitación entre las diez y media y las dos en punto entonces esa joven puede ser tu coartada."
"Bien. Que conveniente." Dijo él sarcásticamente. "Ellos no creerán que una camarera al azar estaba conmigo para asegurar mi inocencia. Es muy fácil de arreglar… ese detective lo verá."
Kikyo lo miró fuertemente. "Bueno, si eres inocente ven con tu propia prueba." Espetó ella. Cuando él falló en decir algo a eso ella alisó su desgreñado cabello e intentó otra vez. "Tendrá que ser Sango. No le gustará, pero tendremos que decir que Sango estuvo contigo en esa habitación. Y la única razón por la que no lo mencionaste en esta entrevista fue porque Sango quería proteger su reputación."
Inuyasha volteó sus ojos. "Está bien. Pero mejor le dices que fue tu idea, y no la mía."
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"Él dijo qué!" Siseó Sango.
"Él dijo que quería que actuaras como su coartada." Le dijo Kikyo suavemente. "Tienes que decir que estabas… 'preparándolo' para su pelea."
"Increíble!" Sango estaba humeando de la rabia. Ella cruzó sus brazos apretadamente sobre su pecho y se jorobó en su silla. "No puedo creer que ese idiota…"
Kagome miró a los tres empleados en la sala de espera de la estación de policía. Todos estaban firmemente dispuestos a sacar a Inuyasha de este apuro… pero estaba bien. "Están tan seguros de que Inuyasha es inocente?" preguntó ella de repente, haciéndolos a todos mirarla sorprendidos. "Sí?"
Miroku frotó su cuello. "Quien sabe… Inuyasha es difícil de predecir. Podría ser culpable… pero si lo es entonces está en los mejores intereses de todos si es probado inocente. Perderemos nuestros trabajos si Inuyasha cae…"
"Las fans perderán la esperanza…" Sango añadió de mala gana.
"Y él aprendería su lección de todas formas." Kikyo asintió seriamente.
Kagome les frunció a todos. Cielos… qué clase de amigos eran ellos?
Probablemente unos honestos era la mejor respuesta. Ellos no sabían de lo que Inuyasha era capaz realmente. Nadie lo sabía. Probablemente Kikyo lo conocía mejor y aún entonces Kikyo probablemente estaba muy alejada de él y de todos en el mundo para entender verdaderamente. Kagome apenas lo conocía… y tenía sus dudas sobre su inocencia, especialmente después de todos los indicios que él había dejado en el pasado par de días.
Le había disparado a Kouga…?
"Bueno," Kikyo miró su reloj en forma forzada. "Deben permitirnos hablar con él en este momento."
Ellos se levantaron y Kagome los siguió mientras se dirigían hacia la puerta adjunta a la sala de espera la cual estaba cuidada por un oficial. "Oigan," dijo ella de repente, haciendo parar a todos y mirarla. "Puedo… hablar con él primero?"
Ellos se veían sorprendidos por su petición y Miroku y Sango voltearon hacia Kikyo. La agente frunció ligeramente confundida, pero asintió al mismo tiempo.
La sala a la que entraron era la estereotípica sala de comunicación entre prisioneros y visitantes. Era una habitación larga, dividida en dos zonas separadas por un divisor con pequeñas ventanas de vidrio y un teléfono para hablar. Le recordaba a Kagome de las cajas registradoras de los bancos… pero en vez de hablarle a un cajero probablemente te encontrarás hablándole a un ladrón de bancos.
Ella fue informada de sentarse en una de las sillas en el divisor y esperar por el 'sospechoso' como el oficial había apodado a Inuyasha. Ellos lo trataban como si ya fuera culpable, a pesar de todos sus términos políticamente correctos. De alguna forma siempre se era culpable hasta que se comprobara su inocencia.
Cuando Inuyasha apareció no parecía exactamente complacido de verla.
"Por qué estoy hablando contigo?" preguntó él acaloradamente cuando levantó el teléfono. "Pensé que iba a hablar con Sango."
"Ella no está exactamente feliz contigo." Kagome le frunció a través del vidrio. "Tu plan va a arruinar su reputación."
"Si salvo la mía, no me importa." Dijo él sin rodeos.
Qué idiota… pensó ella de paso. "Bueno, al menos no te hicieron usar rayas negras y blancas." Le dijo ella, mirando la ropa que usaba cuando llegó.
"Sólo soy un sospechoso, no un prisionero." Él se estaba impacientando. Ella podía decirlo por la forma en que golpeaba sus garras en el mesón frente a él.
Él estaba mirándola ligeramente, y ella intensamente. Tratando de identificar si ese era el rostro de alguien que trataría de matar a otra persona. "Tú… tú le disparaste a Kouga?"
Sus uñas dejaron de sonar y él se encogió de hombros. "Nop."
Ella frunció sus ojos ante su frívola actitud. "Le diré a la policía que yo estaba contigo a las once y cuarto cuando Kouga fue herido." Dijo ella tranquilamente.
Él le dio una perpleja mirada, sus ojos abiertos ligeramente. "Tú harás qué?" él respiró incrédulo.
"No de esa forma." Ella se ofendió. "Yo ya les dije que realmente no me agradas. Dije que tuve una discusión contigo en el gimnasio antes de salir. También dije que bajé a tu habitación media hora después para continuar la discusión contigo."
"Pero qué si no encaja con mi historia…" dijo él lentamente.
"Bueno la única razón por la que no les dijiste de nuestra continuada discusión fue porque pensaste que crearía mala prensa si era sabido que estabas discutiendo con tu 'huésped'." Dijo ella con mordacidad. "Regresaré y confirmaré la historia… si tú haces una cosa."
"Cuál?" dijo él impaciente.
"Mírame a los ojos y dime que tú no le disparaste a Kouga." Dijo ella con una dura seriedad que lo perturbó.
Él la miró a sus ojos. "No le disparé a Kouga. Ahora ve a decirles que me saquen de aquí!"
"Pero no estabas serio!" dijo ella exasperada. "No te importa si eres serio o no! Tú sólo dirás lo que tienes que decir en orden de salir de aquí! En cual caso no voy a ayudar." Ella se movió para colgar el teléfono.
"No, no!" él golpeó el vidrio con sus nudillos para llamar su atención y detenerla de irse. "No estoy mintiendo - en verdad no le disparé a Kouga!"
Ella colocó el telefono en su oído. "Todo lo que haces es mentir y engañar a la gente, Inuyasha. Nunca dices lo que realmente quieres y nunca como te sientes en realidad. Pareces pensar que la vida sólo es un gran juego y si haces bien tu parte entonces todo saldrá a tu manera." Ella frunció sus ojos. "Pero te lo digo por última vez… si no terminas el acto y me dices honestamente lo que hiciste entonces voy a dejarte y tu falso personaje termina aquí."
Él se tensó y la miró. "Crees que estoy mintiendo? Crees que en verdad le disparé, no es así?"
"No. Creo que eres inocente." Dijo ella francamente. "Pero quiero que me mires a los ojos y que sea serio cuando digas que no lo hiciste." Ella se suavizó ligeramente. "Por favor… no pretendas más."
Él había tenido una ruda mañana. Había sido sacado de un encuentro por el que había esperado mucho. Había sido arrastrado a la estación de policía como un culpable y confrontado con secas piezas de evidencia que lo marcaban por un crimen que no había cometido. Que el auto le pertenecía a él? Muchos autos le pertenecían. Sus huellas estaban en el volante? Oportunidades de que probablemente se hubiera sentado en el asiento meses atrás y pensado si ese sería el auto principal que usaría cuando obtuviera su licencia.
Y no sólo eso… sino que había llegado cara a cara con el detective que había trabajado en el caso de 1992. Exactamente el mismo hombre…
Él dejó caer su cabeza en su mano por un momento, frotando su rostro mientras trataba de imaginar cuál tono de voz usaría para convencer a la joven de que era inocente.
Entonces se dio cuenta.
Sin fastidio…
"No lo hice." Dijo él llanamente. Sin sentimiento tras las palabras. Ni acto tampoco. Sólo lo dijo. "Juro, por la tumba de mis padres que no le disparé a ese idiota. Y tampoco envié a nadie más a hacerlo."
Kagome lo había observado por los últimos momentos, observando su rostro lentamente aflojarse y cansarse, como si se estuviera envejeciendo ante sus ojos. Entonces le había dicho la verdad, sin falsa sinceridad adornando sus palabras, sin ligereza. Sólo la plana verdad.
"Continuaré diciéndoles que estaba ocupada discutiendo contigo cuando Kouga fue herido." Dijo ella gentilmente. "Sólo tienes que asegurar lo que dije y estarás fuera de aquí en un abrir y cerrar de ojos."
Tal vez ella no era así de mala. "Eres molesta." Le dijo él. "Lo sabes, verdad?"
"No digas eso, soy tu coartada." Ella levantó una ceja. "Puedo decidir dejarte colgar."
"Vas a hacerme besar tus pies, no es así?" él volteó sus ojos. "Sólo una extraña como tú podría arrodillar a una superestrella a tu antojo."
"Tu columna es muy débil, eso es todo." Ella sonrió forzadamente. "Pero gracias… por ser honesto conmigo."
Un hormigueo de irritación lo atravesó. Fue débil de él inclinarse a su pequeña petición. Él forzó una sonrisa a cambio. "Cuando quieras. Voy a darte un gran agradecimiento más tarde por tu ayuda." Él le guiñó sugestivamente, tratando desesperadamente de establecer algo de su previo control.
La sonrisa de Kagome se desvaneció ligeramente cuando notó que lo había perdido otra vez. "Y escuché que fuiste herido en un bar gay."
"Cerca! CERCA a un bar gay!"
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"Entonces él lo hizo?" Eri preguntó esa noche. "Es culpable?"
"No." Kagome suspiró lentamente. "Es inocente. Estoy segura que no tuvo nada que ver con eso. Tampoco nadie trató de incriminarlo o es sólo una infeliz coincidencia de que alguien usara su auto para herir a Kouga."
"O sólo estás defendiéndolo porque estás enamorada de él?" Examinó Eri.
"Qué?" Kagome hizo una cara. "Qué demonios te da esa impresión!"
"Todos lo saben." Dijo Eri en un tono perplejo. "La forma en que te besó en los premios - la forma en que estás defendiéndolo tan firmemente cuando ha sido condenado por intento de asesinato y el vestido que tú-"
"Eri, créeme, probablemente Kouga lo adora más que yo." Dijo Kagome acalorada. Ella miró el piso de su habitación cuando una fuerte música comenzaba a retumbar desde el piso de abajo. Ella zapateó tan duro como pudo y levantó su voz. "Él me pone los nervios de punta. Nunca es recto con nadie y se mantiene evadiendo la responsabilidad y a las personas en la forma… la forma… la forma en que Souta de repente decide enfermarse de la espalda cuando se le pide barrer los patios."
"Cielos… no te agrada, verdad?" Dijo Eri tranquilamente.
"Tiene el potencial para ser mejor… pero si voy a casa mañana entonces no veré si mejora de como es ahora. Espera un minuto," ella cubrió la boca del teléfono con su mano y salió a su balcón para inclinarse sobre el borde. "PODRÍAS BAJARLE!" gritó ella para ser escuchada.
"QUÉ!" Gritó Inuyasha, asomando su cabeza fuera de su habitación.
"ME CONTENTA QUE ESTES FELIZ DE ESTAR LIBRE PERO NECESITAS BAJARLE! ESTOY EN EL BENDITO TELEFONO!"
"QUÉ!"
Kagome gruñó irritada y regresó otra vez a su habitación, cerrando la puerta del balcón tras ella. "Lo siento," dijo ella, retirando su mano de la bocina. "Dónde estaba? Así que no pudo ser Inuyasha el que le disparó a Kouga porque un testigo llegó temprano diciendo que el conductor del Porsche plateado tenía cabello negro y posiblemente no podía haber sido Inuyasha."
"Por supuesto que no." Eri estuvo de acuerdo con completa confianza.
"Está libre por ahora… pero la policía está siendo una manada de cerdos y dicen que aún es sospechoso por organizar el atentado." Kagome sacudió su cabeza. "Y Kikyo dice que ellos van a estar haciendo muchas visitas aquí durante los próximos días hasta que el tema sea resuelto."
"Kouga no está seriamente herido, verdad?" Dijo Eri incrédula. "Digo… es un demonio. Una pequeña bala no lo lastimaría así de mal… cierto?"
"Las noticias lo suavizan, Eri." Le dijo Kagome. "Aparentemente el tirador descargó prácticamente todo un cargador de un arma automática en él. Si fuera humano probablemente estaría muerto en varios pedazos en el pavimento."
"Ew… Kagome!" Chilló Eri. "Eso es grotesco."
"Lo siento… pero es verdad!" Se defendió ella.
"Bueno… regresa mañana y dime todo con más detalle, de acuerdo?"
"De acuerdo. Lo haré." Kagome sonrió y le dio las buenas noches a su amiga antes de colgar.
Ella pateó inútilmente el piso un poco más antes de rendirse. Qué le importaba? Ella tenía un par de tapones complementarios esperando ser usados en su cajón.
Ella necesitaba una buena noche de sueño si quería un buen viaje de regreso a casa mañana. Ella suspiró alegremente ante la idea de ver todas las caras conocidas de sus amigas y familia otra vez. Pero al mismo tiempo… se dio cuenta de que extrañaría la villa…
Nunca averiguó lo que pasó en 1992…
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Continuará…
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Nota de Inu: Hola a todos!... He aquí otro capítulo de esta historia… je je… de nuevo mil gracias por sus reviews y por seguir de cerca este fic semana tras semana… je je… También quisiera recordarles que esta historia no es nuestra… todos los créditos de autoría son para Rozefire… nosotras sólo somos las encargadas de hacerles llegar la traducción de este trabajo… la mente maestra le pertenece Rozefire… Aclarando esto, me despido de ustedes con un breve hasta luego… Cuídense mucho y besos!... Muchos besos!... Hasta la próxima entrega…
Nota de LRCHAN: Otro capitulo terminado, y a todas las que en este momento se preguntan si este grandioso fic de Rozefire va a llegar a su fin, les diré que aun falta un muuuuuuucho tiempo para que Dead Famous termine. Son 34 capítulos, ni siquiera llegamos a la mitad. Así que las esperamos cada domingo con la actualización ˆˆ
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AN (notas de rozefire): Este es el final de la historia? Nope Estoy apenas en la mitad. Y para todos aquellos que tratan de encontrar una señal de Inu/Kag … entonces pienso que les va a gustar el próximo capitulo, si es que todo marcha de acuerdo al plan...
