Dead Famous
Por Rozefire
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Capítulo 17
Lecciones de manejo (las estrellas tienen que aprender de algún lado, verdad?)
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"Ahora, antes de que comencemos, me gustaría que me leyeras la placa de ese auto de allá." El instructor señaló por el parabrisas al vacío camino delante de ellos. Era la carretera que iba al lado de la playa en la cima de los acantilados con sólo unos pocos autos parqueados en la baranda viendo cómo era un martes de una semana laboral cuando todos estaban en el trabajo y la escuela en vez de la playa.
El instructor consideró que era un buen tramo de carretera vacía para practicar. Kagome pensó que tal vez los acantilados a pocos metros a su derecha contribuían mucho a su desacuerdo de su consideración.
"No deberíamos estar un poco más tierra adentro?" ella se preocupó desde el asiento trasero.
"Cállate." Le dijo Inuyasha animadamente, flexionando sus manos en el volante. "Si estás tan nerviosa, por qué te molestaste en venir?"
"Porque Sango me dijo que este era el camino para desayunar - eso es por qué!" Kagome miró entre él y el instructor. "Pensé que era el chofer - están tratando de burlarse!"
Inuyasha volteó hacia ella impaciente. "Nadie te obligó a entrar al auto! Te dije que no."
"Pero tenía hambre!" Replicó ella, frotando su rugiente estómago. "Podemos ir por un sándwich después de esto?"
Por alguna razón eso hizo a Inuyasha mostrar una gran sonrisa. "Seguro! Los llevaré a Blossoms."
"Notaste que aún no tienes una licencia…?" La dijo Kagome con mordacidad.
El instructor tosió fuerte, terminando la discusión efectivamente. Él golpeó sus dedos contra su tablero metálico de forma fuerte. "La placa del auto?"
"La azul?" Inuyasha se asomó por la ventana.
El instructor rió. "No, no la azul, está casi a media milla. No soy tan tirano. Sólo la roja de allá."
No lo haga muy fácil para él… pensó Kagome con un giro de sus ojos.
"Veintiocho, setenta y uno." Leyó Inuyasha. "Hecha en Oota, Tokio, Yashitari Sociedad-"
"Suficiente, gracias." Interrumpió el instructor. "Ningún problema con tus ojos. Ahora, si quieres, baja el freno de mano y luego baja gentilmente el embrague mientras presionas el acelerador y siente el auto mover-"
Inuyasha bajó inmediatamente el freno de mano y simultáneamente presionó ambos pedales hasta el piso. Kagome fue lanzada en su asiento cuando el auto se sacudió y las llantas giraron, pero no fueron a ningún lado. La caja de cambios estaba haciendo unos ruidos muy interesantes mientras Inuyasha tiraba de la palanca de cambios, tratando de encontrar la razón de por qué el auto no estaba moviéndose. "Por qué no está-"
"No el acelerador y el freno - el embrague, el embrague!" Gritó el instructor mientras el hedor de caucho quemado comenzaba a abrumar el convertible.
"Bueno, cuál es cuál?" Inuyasha se agachó hasta sus pies.
"El derecho, retire su pie!"
"Oh derecho, así?" Inuyasha levantó su pie experimentalmente…
El auto salió disparado como un bote fuera del infierno, corriendo a toda velocidad por la carretera sobre sesenta y aumentando. Kagome se aferró a su asiento, el viento desgarrando entre su cabello, muy segura ahora de que no le gustaba del todo esta experiencia.
"Alto!" gritó el instructor.
"Qué!" respondió Inuyasha.
"Dije alto!"
Kagome notó cómo Inuyasha miraba en el espacio a su alrededor, como si buscara ese gran botón rojo marcado 'Alto'. Su mano fue hacia el freno de mano y ella estaba por gritarle no tocarlo cuando finalmente encontró el freno por pura suerte.
El auto rechinó a un alto, lanzando a todos hacia adelante tan repentinamente que Kagome hubiera salido disparada del vehículo si no hubiera tenido el cinturón.
"Eso fue divertido!" dijo Inuyasha entusiasta, mirando sobre su hombro la distancia que había recorrido. "Vamos a intentarlo otra vez."
"Sí," el instructor estaba secando su entrecejo con un pañuelo. "Pero vamos a tomarlo con calma esta vez. Baja el freno gentilmente mientras presionas el acelerador y comienzas a sentirlo moverse."
Inuyasha hizo lo que le fue dicho… y entonces comenzaron a cangurear por la carretera, sacudiéndose un metro a la vez. Él no lucía feliz. "Esto no está bien," él hundió el acelerador otra vez y se disparó como si los paparazzi estuvieran tras él.
"Despacio!" gritó Kagome, viendo cómo el instructor parecía haber perdido la habilidad para hablar.
"Qué!" gritó él.
Kagome no podía soportarlo más. Ella alcanzó y haló el freno de mano, obligando al auto a un alto repentino. Una vez más todos ellos saltaron en sus asientos cuando el auto chirrió a un alto en la carretera. Inuyasha volteó hacia ella. "Por qué fue eso?"
"Por casi lanzarnos por el acantilado!" jadeó ella, pasando una mano por su alborotado cabello. "No creo que quiera más desayuno…"
La simple mención de comida fue suficiente para rebotar al instructor. El turbado hombre salió del descapotado auto hacia la orilla de la carretera y rápidamente comenzó a vomitar.
"Bien hecho." Kagome felicitó a Inuyasha secamente. "Hiciste vomitar al instructor."
"No fue tan malo!" Le gritó Inuyasha. "Cielos - no tienes estómago para las emociones!"
Kagome puso su cabeza en sus manos. "Deseo que estuviera en casa… quiero ver a mi familia viva al menos una vez más…"
"Oh, relájate!" Dijo Inuyasha mientras jugueteaba con la palanca de cambios. "Estoy entendiendo esto!"
"Tú no estás entendiendo nada. Un niño de dos años tiene más sentido que tú!" ella apuntó los pedales en sus pies. "Aún yo sé que embragas antes de frenar."
"Embragar qué?" Inuyasha frunció el ceño, mirando de lo que estaba hablando. "Oh, sí! El embrague. Eso no parece muy seguro para mi. Quiero decir, si quieres detenerte en un apuro seguramente es mejor presionar el freno directamente en vez del embrague y luego el freno. Por razones seguras probablemente es mejor presionar el embrague antes de acelerar."
Kagome miró la parte de atrás de su cabeza, como si él tuviera alguna idea de lo que estaba hablando… "Por razones de seguridad, nunca deberías estar autorizado para conducir. Eres una amenaza para la sociedad."
Inuyasha simplemente la ignoró. Él miró hacia la orilla del camino donde el instructor aún estaba devolviendo su desayuno antes de voltear hacia Kagome y silenciosamente le indicó sentarse en el asiento del pasajero a su lado.
"Qué?" ella frunció, sabiendo que si obedecía sólo tendría que regresar al asiento trasero cuando el instructor regresara.
Inuyasha llevó un dedo a sus labios y gesturizó más enfáticamente para que se pasara al frente con él. Después de un momento de duda ella hizo lo que quería y se deslizó entre las dos sillas frontales y se sentó a su lado. Ella frunció aún más cuando vio a Inuyasha deslizar la palanca de cambios de la posición de parqueo y bajaba el freno de mano. "Qué estás haciendo?"
"Conducir."
"Qué!"
El auto no se disparó con una sacudida esta vez sino que arrancó con un desplazamiento continuo, como si fuera conducido por un conductor experimentado. Inuyasha incluso le indicó mientras se alejaba de la baranda. "Despídete del amable hombre, niña."
Kagome miró hacia la reducida figura del instructor que estaba corriendo inútilmente tras ellos, ondeando su puño y probablemente gritando 'Regresen aquí!', no era que Kagome escuchara mucho por el fuerte viento en sus oídos. Ella lentamente volteó hacia Inuyasha. "En verdad no creo que debas haber hecho eso…"
"Dónde esta tu sentido de la aventura?" bromeó él, alcanzando con una mano para sintonizar el radio. "Maldición… Kikyo re-sintonizó la estúpida cosa…"
Sin mucho más que hacer que colocarse su cinturón, Kagome se sentó tensamente en el asiento del pasajero, notando algo muy importante. Este joven era un experimentado conductor. "Por qué estabas engañando así al instructor? No quieres pasar tu examen?"
"No voy a tomar mi examen por otros seis meses." Le dijo él, encontrando finalmente la estación de radio que le gustaba. "Puedo darme el lujo de divertirme un poco hasta entonces, verdad? Y tal vez cambiar de instructores?" él subió el volumen.
Kagome introdujo sus dedos en sus oídos intencionalmente para bloquear el sonido de la profunda música de bajo. Ella lo había imaginado como el tipo que escucha rock pesado… no su tipo de cosas. Rápidamente ella se hartó del ruido y bajó el volumen con un toque de la esfera en la radio.
Inuyasha la miró extrañamente luego estiró su propia mano y lo movió del lado opuesto, tornando la música a toda marcha. Kagome lo miró irritada y la bajó otra vez. Inuyasha le dio una fuerte mirada y la subió otra vez y cuando Kagome se movió a hacer lo opuesto, él retiró su mano con un golpe.
"Tus gustos en música apesta!" le dijo ella fuertemente para ser escuchada sobre la música.
"Entonces preferirías algo más clásico?" respondió él con sarcasmo. "Tal vez piano?"
Significado? Kagome frunció sus ojos ligeramente, preguntándose si él sabía… si él quería decir algo tras ese comentario, pero no estaba acompañándolo con ninguna conocida expresión pagada de sí mismo, así que tal vez estaba a salvo. Finalmente lo observó golpear el botón de encendido y apagar el radio del todo. "De todas formas odio esa canción…" dijo él a manera de excusa.
Kagome miró atrás sobre su hombro y notó que se habían alejado más de la villa de lo que se había dado cuenta. Porque estaban en la costa, fácilmente podía ver la villa como un pequeño punto en la distancia en una porción de tierra que sobresalía hacia el mar.
"Cuánto tiempo has vivido ahí?" Preguntó Kagome mientras se volteaba para encarar a Inuyasha. "En la villa."
Él se tomó un momento para responder con un movimiento de hombro. "Por tanto como puedo recordar." Respondió él con la mirada aburrida que siempre parecía acumular cuando era obligado a hablar de sí mismo. "Viví en uno de los estados americanos hasta que tuve tres años."
"Sí?" Kagome parpadeó sorprendida. "Tus padres te llevaron a vivir ahí?"
"Nací ahí." Él giró otra curva lo rápido suficiente para poner pálida a Kagome. "Viví ahí por tres años con mi madre y luego vinimos aquí para reunirnos con mi papá."
"Oh…" dijo Kagome mientras lo entendía, luego repitió el suave sonido cuando su estómago hizo otro vuelco al rechinar en otra fuerte curva en el camino. "Creo que voy a vomitar…"
"No en este auto!" Le gritó Inuyasha de repente, como si levantando su voz detuviera sus náuseas. "Este es mi auto favorito!"
"Debes saberlo, has estado conduciéndolo por cuántos años!" gritó ella, irritándose otra vez. "Y ahí estabas diciéndole a la policía que nunca habías conducido un auto en tu vida!"
"Yo no conduje ese!" replicó él. "Y qué si le dije una pequeña mentira blanca a los detectives? No es como si me hiciera menos inocente de intento de asesinato!"
Kagome trató de cerrar sus ojos, consiguiendo calmar su estómago. "Kouga salió hoy del hospital." Ella recordó a Miroku diciéndole esa mañana.
"Lo sé." Inuyasha apretó más sus manos en el volante, haciendo crujir levemente la cobertura de cuero.
Kagome le dio una corta mirada. "Te molesta que esté vivo, no es cierto." Fue más una afirmación que una pregunta.
"Estoy molesto porque pude haber peleado con él otra vez… pero en vez salté sobre su espalda directo a las finales. Es malo suficiente que todos piensen que obtengo todo fácil porque soy rico – es peor cuando en realidad lo obtengo fácil a costa de la desgracia de alguien más!" Se quejó él.
Kagome permaneció en silencio, medio pensando cuán fuerte se sentía por eso, y medio contenta de que estuvieran teniendo calma ahora que estaban uniéndose al otro tráfico mientras se acercaban al centro del distrito. Tiendas y casas comenzaban a aparecer alrededor de ellos y pronto perdió vista del mar. Cuando su estómago se asentó ella lo miró. "Te molesta que estés mucho más cerca de ganar el campeonato internacional? Dijo ella con un leve encogimiento de hombro. "Preferirías pelear con Kouga otra vez y arriesgar perder con él?"
"Para ser justo, seguro." Él ubicó algo en la calle y de repente cambió el tema. "Tú quieres desayuno, verdad?"
"Mm." Tarareó ella, evasivamente. Ella había estado hambrienta. Luego había sido llevada a un paseo en auto sin autorización… pero tal vez era mejor comer algo. "Sí, sólo una torta o algo."
Una vez más él demostró su habilidad para indicar apropiadamente antes de girar a la izquierda hacia un parqueadero. Ellos tuvieron que echar un vistazo un rato antes de que eventualmente encontraran un espacio, y aún entonces era uno angosto. Kagome estaba asombrada de que Inuyasha lograra parquear.
"Qué pasa si alguien te detiene?" preguntó ella mientras salían del auto. "No tienes licencia, cierto?" Apenas era lo mayor suficiente para recibir lecciones…
"En cual caso mi nombre es Miroku." Él cerró el auto.
"Pero no te reconocerán como Inuyasha?" señaló ella.
"En cual caso… soy Miroku… pariente distante de Inuyasha, no casi tan famoso o rico, sino sólo tan apuesto."
"Sólo tan engreído." Dijo Kagome dulcemente y comenzó a seguirlo fuera del parqueadero. "A dónde vamos?"
"Hay un café volteando la esquina. Podemos comer algo ahí."
Por qué Kagome tenía el presentimiento de que iba a estar abriéndose camino entre una tonelada de fans en orden de tener su torta? Ella suspiró desanimadamente pero lo siguió de todas formas, volteando la esquina y hacia el café - una interpretación (o un timo) de Starbucks.
Al momento que entraron, alguien dejó caer su vaso en el piso. El rompimiento marcó el comienzo de un muy largo y extraño silencio. Kagome miró alrededor dudosamente, notando que todos en el café ahora habían dejado lo que estaban haciendo en orden de mirar a Inuyasha.
Inuyasha por su parte, lucía confundido ante la atención. "Qué están mirando?"
La mujer en la caja fue la primera en hacer un movimiento para indicar que había escuchado. Ella señaló silenciosamente un calendario detrás del mesón, clavado alto en la pared. Era unos de esos calendarios de adolescentes para las chicas con todos los chicos de bandas y celebridades más sexy… y adivinen el cuerpo de quién estaba para junio?
Inuyasha le dio una mirada a su foto antes de estallar en una carcajada y una sonrisa. "Oh esto otra vez, esta es la segunda vez esta semana, no es así, Sango?" él codeó a Kagome. "No me veo como él, quiero decir, hablo de la cirugía plástica… cuánto quieres apostar que esa no es su nariz real?"
Le tomó un momento, pero después de varios segundos la gente comenzó a tomar su palabra y regresaron a sus conversaciones, mirando sólo en su dirección ocasionalmente con escrutinio. La mesera comenzó a recoger el vaso roto e Inuyasha fue hacia el mesón para ordenar. Kagome permaneció aturdida por un momento, aún notando la extraña mirada que estaba recibiendo, así que rápidamente corrió tras Inuyasha.
"Dos mocas y una torta." Le dijo él a la mujer detrás de la caja que aún estaba mirándolo con extrañeza, probablemente tratando de resolver si realmente era Inuyasha o no.
Kagome fue a escoger una mesa en una pequeña cabina en la ventana, para evitar las obvias no-tan-sutiles miradas de la gente en el café mientras Inuyasha recogía las bebidas y la merienda. Tan pronto como se sentó opuesto a ella, fijó a Kagome con una penetrante mirada.
Grandioso, ahora él también lo estaba como las personas en el café…
"Qué?" dijo ella, mirándolo.
"Por qué regresaste?" preguntó él en una especie de 'por qué mataste al gatito'. "Quiero decir, estabas tan feliz de irte, no es así? Por qué regresaste, o estás intentando hacer mi vida miserable?"
"Estoy haciéndote miserable?" preguntó ella planamente.
"Dulce agonía."
Kagome sorbió su café, manteniendo sus ojos dirigidos hacia las manchas en la mesa entre ellos. "Regresé porque ellos me hicieron una oferta para regresar. Eso es todo." Pero él no parecía comprarlo. Podía sentir los agujeros que él abría en la cima de su cabeza con su mirada…
"Estás metiendo tu nariz a donde no pertenece… Kagome?"
Ella balbuceó en el moca, obteniendo una buena cantidad de crema en su nariz. Ella levantó su mirada para encontrar la suya, en shock de que hubiera usado su nombre pero también nerviosa de que estuviera por descubrir sus motivos ligeramente ocultos.
"Tienes crema en tu nariz, dulzura." Inuyasha alcanzó y la retiró con su pulgar. Él chupó el dígito pensativamente. "Ahora déjame ver… por qué más una chica como tú - del tipo entrometida, ligeramente insistente y que 'no-capta-una-pista' - regresa y enfrenta otra semana infernal conmigo, a menos que pensaras que ibas a obtener algo valioso de eso?"
Kagome regresó su mirada a la mesa y trazó su dedo a lo largo de una forma circular de una mancha de café.
Ella saltó cuando la mano de Inuyasha golpeó justo en frente de su nariz, haciendo sacudir su moca precariamente.
"Tú no vas a meterte en mis asuntos, niñita." Siseó él en una manera tan peligrosa que comenzó a re-evaluar su decisión de pasar otra semana con él. "Lo que está hecho está hecho, lo que pasó no puede cambiarse y en verdad apreciaría si dejas de intentar sacarlo a colación."
"Sacar qué?" preguntó ella deliberadamente.
Él la miró tan duro que ella encontró difícil mantener contacto visual. "Ninguno de mis asuntos es ninguno de tus asuntos. Hay una línea entre nosotros, y tú no vas a cruzarla. Yo no me meteré en tu pasado, y tú no te meterás en el mío."
Kagome se bufó. "Sólo estas diciendo eso porque no crees que también tengo un oscuro pasado."
"Bueno, no. Tú sólo eres una estudiante." Dijo él en forma derogatoria.
Kagome lo agració con una mirada ligeramente ofendida. "Oh, entonces mi capacidad emocional no es tan compleja como la tuya sólo porque no soy tan rica o famosa? O por favor. Mi papá murió dos años después de que nació mi hermano menor."
Él la miró. "Y? Eso no fue nada comparado a-"
"Cállate." Dijo Kagome tan repentinamente que en realidad guardó silencio. "Este es mi pequeño año infernal de mi propia vida. Hace ocho años mi padre murió en un terremoto cuando un puente colapsó. Mi madre estaba con él, y estaba embarazada con mi hermana que nunca nació porque tuvo un aborto. Y sabes por qué tuvo un aborto? Porque estuvo atrapada en un auto con su esposo muerto por seis horas."
Ella lo vio tragar duro ante su evidente concesión.
"La único que la detuvo de perderlo completamente fue cuando el abuelo fue al hospital y le dijo dejarlo salir todo, contarle todo y no dejar nada guardado. Aparentemente fue difícil hablar de eso al principio, pero luego, ella finalmente le cantó al abuelo todo lo que había pasado… y ha estado mejor desde entonces. Ahora no ha tenido problemas con recordar lo que pasó… la entristece… pero no la enloquece como a algunas personas." Ella le dio una intencional mirada.
Inuyasha la miró con una expresión ilegible. "No lo extrañas?"
Kagome parpadeó antes de mover su cabeza lentamente. "En realidad no lo recuerdo… sólo una manotada de recuerdos."
Inuyasha volteó su cabeza. "La gente se lamenta en diferentes formas."
"Y tú estás haciéndolo en la forma equivocada." Dijo ella sin rodeos ganándose otra mirada. "Si sólo le hablaras a alguien de eso entonces no tendrías un problema. Ese es tu problema - no le hablas a nadie. Lo guardas y lo dejas carcomerte mientras te dices que sólo estás dejándolo atrás y aprendiendo a olvidar. Bueno, olvidarlo está bien, pero tienes que tratar con eso primero-"
"Tú no me conoces." Dijo él de repente, en forma defensiva. "No actúes como si supieras lo que es mejor. No me des todas tus pequeñas anécdotas en un intento por acercarte a mí, pequeña-"
"No estoy tratando de hacerte decirme lo que pasó." Le dijo Kagome sinceramente. "Sólo quiero que le digas a alguien… y si yo averiguo lo que pasó en 1992 en el proceso entonces sería… agradable… pero no necesario…"
Él golpeó sus garras contra la mesa, obviamente teniendo en mente algo más que decirle. Pero parecía estar olvidándolo… hasta que eventualmente sonrió y se inclinó hacia ella, cruzando sus brazos en la mesa. "O tal vez… sólo regresaste porque no podías estar lejos?" él le dio un pícaro guiño.
El rostro de Kagome se endureció. De todas las veces para soltar la rutina indiferente con ella. "Eres un cerdo." Dijo ella vehementemente y se levantó rudamente, golpeando la mesa lo duro suficiente para derramar su café y enviarlo sobre se regazo. Él jadeó ante el calor pero Kagome no se quedó para observar todo el show, desde que estaba lejos ocupada saliendo por la puerta.
No era como si ella tuviera a dónde ir. No reconocía el distrito así que no podía encontrar su camino de regreso a algún lugar conocido del café… así que sólo regresó al auto y decidió esperar ahí mientras su mal genio se enfriaba.
Se sentó malhumorada en el asiento de pasajero, brazos cruzados y profundo ceño fruncido arrugando su frente. Era un idiota… sólo estaba tratando de ayudar! Por qué tenía que ser tan estúpido para no ver lo obvio - que estaba destrozándolo al intentar guardar sus secretos para sí! Y luego justo para probarle a todos que era un estupendo tonto alejaba su irritación ante ella en favor de hacerlo un paso superficial y sin sentido. Eso probaba su punto… y probablemente él no lo notaría nunca…
La puerta del conductor se abrió e Inuyasha se deslizó detrás del volante. Cerró la puerta otra vez y se sentaron en silencio, ambos esperando por que el otro dijera algo. Kagome notó ligeramente que ahora él olía fuertemente a café… y que no estaba dándole el guiño. Tal vez ahora estaba siendo serio?
Él la miró. "Quieres ir a ver una película?"
O tal vez estaría evitando el tema completamente.
Kagome se encogió contra la puerta cansadamente. "Seguro. Qué hay?"
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Estaba oscureciendo para cuando salieron del cinema. Había sido una larga, larga película, con muchos largos, largos subtítulos. Sus ojos se sentían cansados y pesados ahora, aunque sólo eran las siete. Inuyasha, por otro lado había conseguido un par de lentes y un sombrero que exitosamente lograba esconder sus orejas.
Él miró su reloj mientras regresaban al auto. "Bueno esa fue un espectacular desperdicio de cuatro horas de mi vida. Recuérdame nunca hacer esto de nuevo." Él la miró. "Por otro lado, podemos dirigirnos a una fiesta que empezó hace una hora."
"Por qué tengo la sensación de que estás huyendo de la villa?" comentó Kagome. Sus pies estaban adoloridos de estar sobre ellos todo el día. No estaba acostumbrada a estar afuera tanto tiempo con sólo comida de merienda para alimentarla.
Inuyasha parecía vivir así todos los días.
"No estoy huyendo. Sólo divirtiéndome mientras el gato está en el deber de jurado."
"Ah…" reconoció Kagome mientras se deslizaba en el asiento del pasajero.
"Entonces quieres ir?" Ofreció él otra vez.
Kagome hizo un largo gruñido. "No soy mucho de fiestas salvajes…"
"Oh vamos, la disfrutarás cuando entres." Le prometió él.
Kagome aún no estaba convencida. Francamente sólo quería regresar a su habitación, levantar sus pies y tal vez poner rebanadas de pepino en sus ojos para refrescarlos y luego echarse un sueñito. Pero era obvio que Inuyasha haría puchero y pondría mala cara si ella demandaba ser llevada a casa ahora. Tal vez podría acompañarlo en esta última… y entonces tal vez sentarse en el auto mientras festejaba y atrapaba ese hermoso sueño.
Pero era claro que Inuyasha no tenía intención de dejarla en el auto cuando llegaron a la fiesta. Él abrió su puerta y esperó expectante para que saliera. Pero Kagome le dio un vistazo a la vibrante casa, la fuerte música, la fuerte conversación de voces que podía ser escuchada desde afuera… y decidió quedarse. "Tengo que?" se quejó ella. "Estoy cansada… sólo quiero levantar mis pies en algún lado."
"No seas tan aburrida, vamos." Él la sacó del auto.
Ahora Kagome tomó excepción a eso. Ella no era, ni nada, aburrida. Y sólo para probarlo… iría a la fiesta. "Bien. Pero sólo un rato" Avisó ella mientras salía del auto gruñonamente y lo seguía por el camino de la casa.
No creo que en realidad esté arrastrándome a esto, pensó ella cansadamente mientras subía los escalones hacia la puerta del frente. Para su ligera sorpresa él no se molestó en tocar (no era que nadie escucharía sobre la fuerte música resonando ahí), en vez Inuyasha simplemente abrió la puerta y la arrastró adentro.
Una chica dejó de bailar para ver a los recién llegados. "Oigan! Es Inuyasha!"
Podría haber sido una escena sacada directo de la película Los Ángeles de Charlie cuando todos a la vista dejaron de repente lo que estaban haciendo y voltearon hacia la puerta. "Hola Inuyasha!"
"Oh dios mío…" murmuró Kagome con una volteada de ojos. Obviamente Inuyasha era alguna especie de local por aquí.
La chica que lo había ubicado originalmente trotó y envolvió sus brazos alrededor del cuello de Inuyasha. Kagome miró sorprendida su atrevimiento, pero menos sorprendida de cómo Inuyasha recibió su abrazo. Cuando ella lo besó, él no parecía muy opuesto a esa idea.
Lentamente Kagome cruzó sus brazos cuando el beso continuó y la fiesta siguió. Esto era ridículo… no pasaron más de cinco segundos después de caminar por la puerta, y literalmente estaba chupando cara con la primera chica que vio. Hablando de grosero…
Con un fuerte tosido ella aclaró su garganta. "A-hem!"
Finalmente él pareció recordar que ella estaba ahí. Se separó de la otra chica y se giró para mirarla brevemente antes de dirigirse a la joven en sus brazos. "Seki, cuida a Kagome. Voy a ir a ver a Tanaka."
"Bien." La joven llamada Seki lo dejó ir y Kagome lo observó desaparecer por la multitud de personas reunidas por el corredor, dirigiéndose a la puerta trasera. Ella lo hubiera observado todo el camino si no tuviera a una muy ebria Seki deslizando sus brazos alrededor de los hombros de Kagome y besándola en los labios.
Todo lo que pudo hacer era permanecer ahí en mudo y rígido shock. Pero por alguna razón la tranquilizó. Esta chica sólo estaba perdida, no era la novia de Inuyasha…
Con un exagerado sonido Seki se separó, sólo para envolver a Kagome en un fuerte abrazo. "Bienvenida a la fiesta!" chilló ella.
Kagome no pudo lograr ni una insegura sonrisa. Estaba muy confundida. "Gracias…"
Un joven cercano estaba asintiendo en apreciación. "Cielos… eso fue ardiente!"
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"No crees que debemos llamar a la policía?" Dijo Sango mientras rápidamente pasaba los canales en la T.V. Ella no iba a decirlo, pero estaba buscando algún tipo de boletín en un desastre involucrando a dos personas perdidas.
"La policía no hará nada a menos que estén extraviados por veinticuatro horas." Dijo Miroku, girando calmadamente su silla en círculos… bueno, en realidad era la silla de Kikyo desde que habían decidido ocupar su oficina mientras estaba fuera.
"Doce horas pasaron, doce más por pasar." Dijo Sango secamente. "Apuesto que él acabó con ella."
"Ella era así de molesta?" Miroku dejó de girar en orden de hacer parar su cabeza de dar vueltas.
"Creo que ella es encantadora." Sango se encogió de hombros. "Pero Inuyasha es Inuyasha… a él no le gusta casi las cosas lindas y encantadoras."
Ellos cayeron en otro largo período de silencio.
"Dónde crees que estén en este momento?" preguntó Sango de repente ansiosa, finalmente dejando la T.V y retorciendo sus manos en vez.
"Bueno si ellos no están tirados en un canal dentro de un auto destrozado entonces…" Miroku se desvaneció mientras lo consideraba, "… entonces no tengo idea."
Sango suspiró fuertemente. "No debería estar sorprendida de que él se hubiera ido y desaparecido de nosotros otra vez. Pero con Kagome? No estoy segura de que pueda confiar en él por su salvedad…"
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"Cómo es que has estado manteniendo tu distancia la semana pasada? La última vez que te vimos fue el lunes en la noche." Tanaka sonrió mientras tomaba un sorbo de su cerveza directo de la botella. "Te veías más humano entonces."
"Ha sido una semana emprendedora." Respondió Inuyasha con un encogimiento de hombro. "No tengo el tiempo."
"Está bien, te perdono, espero que estés ocupado ahí en tu cómoda y pequeña mansión." Tanaka ladeó su cabeza. "Después de todo, qué es todo eso que he estado escuchando de ti manteniendo una chica toda para ti."
"Kagome Higurashi."
"Sí. Es ella."
Inuyasha volteó sus ojos mientras bebía de su propia cerveza. "Es idea de Kikyo. Nada sino un total dolor en el trasero toda la semana - un completo grillete y cadena. Traté de escapar hoy pero me siguió."
"Ella está aquí?"
Inuyasha levantó un pulgar hacia la casa.
"Ella es linda."
Inuyasha lo miró antes de mover su cabeza lentamente. "De ninguna forma, Tanaka. Incluso ella está fuera de tu liga."
"Oh, oye!" De repente Tanaka se levantó antes de voltear y gesturizar a uno de los otros hombres en el patio trasero. "Kyo - por aquí." Él regresó a Inuyasha. "Quieres una pequeña recarga para la próxima semana? Kyo tiene una bolsa de cinco gramos de polvo si quieres."
Kyo llegó a su lado. "Qué?"
Tanaka le asintió a Inuyasha. "Muéstrale lo que tienes."
Una pequeña bolsa transparente fue sacada del bolsillo de la chaqueta de Kyo. Inuyasha la tomó lentamente y levantó una ceja. "No es muy puro." Él notó el color marrón.
"Creo que mi negociante puso nuez moscada en él…" Dijo Kyo distraídamente como si no estuviera seguro.
Inuyasha lo miró. "Cuánto?"
Kyo lo miró de arriba abajo. "Veinte mil yenes."
Inuyasha se bufó. "Eso es un poco exorbitante."
"Tú puedes costearlo!"
Inuyasha movió su cabeza y devolvió la bolsa. "No puedo… tengo una pelea mañana y toda una cantidad de pruebas que tomar."
"No dijiste eso la última vez." Tanaka levantó su cabeza hacia atrás para tomar otra bocanada de su cerveza.
"La última vez estaba tomado, no sabía lo que estaba diciendo."
"Hablando de ebrios…" Tanaka miró con mordacidad hacia la casa. Inuyasha siguió su mirada curioso… y entonces se congeló.
El distante coro de 'Quitar! Quitar! Quitar!' había sido sólo un ruido de fondo que había estado pasando por alto e ignorando. Ahora se dio cuenta exactamente que estaban cantando y a quien le estaban cantando.
Kagome.
Él lo vio todo a través de la ventana de la sala.
"Mierda!" Siseó Inuyasha y metió su cerveza en las manos de Tanaka mientras se abría camino por la espesa multitud para llegar a la puerta trasera para entrar en la casa. La mayoría de las personas obligadamente se quitó de su camino, él era Inuyasha por supuesto, pero la mayoría estaba muy ebria o elevada para notarlo - para esas personas era moverse o ser hechas a un lado.
"Kagome!" gritó él cuando alcanzó el marco de la sala.
Ella se giró elegantemente sobre la mesa en la que estaba subida y envió una muy torcida pero muy amplia sonrisa hacia él. "Inuyasha!" Saludó ella, su blusa colgando en un brazo - su suéter se había ido hace mucho. "Hola!"
Luego ella volteó de nuevo y continuó bailando ante el estridente tono mientras las personas aplaudían al tiempo con la música alrededor de la mesa. La multitud estaba mayormente conformada por hombres, pero también habían unas pocas chicas animándola a continuar.
Ella estaba completamente ebria…
"Fuera! Fuera! Fuera!" era el coro principal de ánimos en la sala.
Un joven alcanzó para cerrar una mano alrededor de su desnudo tobillo, pero con una risita y un rápido movimiento de su pie ella lo levantó y alcanzó para comenzar a desabrochar el cinturón de su falda.
Inuyasha había visto demasiado a este punto. Ya estaba en su brassier, un poco más y probablemente ella lo demandaría cuando estuviera sobria otra vez. "Maldición!" gruñó él mientras se abría camino entre la densa multitud hacia la mesa en medio del salón.
"Kagome!" gritó él cuando la alcanzó. "Nos vamos a casa!"
"Pero me estoy divirtiendo!" se quejó ella, pero aún luchando por retirar el doble cierre de su falda. "No podemos irnos todavía!"
"Sí podemos, vamos!" él levantó sus manos hacia ella pero lo ignoró.
"Ajá!" gritó ella cuando finalmente logró derrotar su cinturón. Los silbidos eran ensordecedores mientras la falda se deslizaba hasta sus tobillos, ella salió de ella y la pateó hacia las ansiosas manos de los chicos.
Inuyasha apretó su mentón, y sin más ni más la bajó de la mesa y de nuevo a nivel del piso.
"De ninguna forma – Inuyasha déjanos la chica por una vez!" gritó uno de los hombres mientras él levantaba a Kagome sobre su hombro y forzosamente se abría paso por la casa hacia la puerta del frente.
Kagome rió e hipaba cada paso del camino. Ella levantó su cabeza cuando Inuyasha abrió la puerta. "Adiós a todos! Los extrañaré! Ooh – está frío aquí afuera!"
Inuyasha tiró la puerta duro tras él y regresó hacia el convertible en el que habían llegado. "Eres increíble…" refunfuñó él mientras buscaba en su bolsillo, tratando de encontrar sus llaves aún rehusándose a bajar a Kagome al suelo.
"OH DIOS MIO!" chilló Kagome de repente, haciéndolo saltar.
"Qué?" demandó él rápidamente, preocupado.
"Eri tenía razón! Tu trasero es fantástico!"
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Continuará…
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Nota de Inu: HOLA!... Aquí de nuevo luego de navidad… je je… Bueno, gracias a todos por sus comentarios y espero vernos pronto otra vez… FELIZ AÑO!... espero que la pasen bien hasta el próximo año!... je je…
Cuídense mucho y muchos besos!
Hasta la próxima entrega…
Notas de LRCHAN: feliz año nuevo!. Una promesa es una promesa. Aquí esta el cap 17 disfrútenlo
AU (notas de Rozefire): Ahora tendrán que sorprenderse, de cómo es que Inuyasha reaccionara cuando se de la vuelta y encuentre a Kagome con nada mas que su ropa interior. Véalo en la próxima actualización
