Día 3

2da Parte

Sango conducía a alta velocidad, le había preguntado a Ryoshi la última posición de Kouga. Estaba cerca de Kumo Corp, tal como le había ordenado. Sango no tardo mucho en encontrar el camino, el auto tenia un GPS incorporado, con el que era fácil encontrar cualquier dirección.

Faltaba cerca de cinco kilómetros cuando Sango pudo sentir algo extraño en el ambiente, tomo la escopeta, guardo las subametralladoras en las fundas en cada una de sus piernas, desabrocho el cinturón de seguridad. Se lanzo fuera del vehiculo, justo unos milisegundos antes de que impactara un cohete, volando el auto en pedazos.

El misterioso atacante bajo de la colina en la que estaba escondido, con el lanzacohetes aun en su mano, reviso los restos del auto. Justo cuando pensó que había salido victorioso, una bala le atraviesa la cabeza. Sango examino el cuerpo, y vio el uniforme del equipo de asalto de la unidad 09. Sango sintió el viento correr por sus mejillas, moviendo su cabello, escucho solo un paso, cuando subió la mirada ya estaba rodeada. Todo un equipo de asalto con el mismo uniforme del hombre al que recién termino.

Eran alrededor de diez hombres, además estaban bien entrenados. Sango sabia que no tenia oportunidad, desafortunadamente no tenían intenciones de capturarla. Súbitamente, una granada cayo cerca de donde se encontraban, exploto haciendo volar por los aires a al menos un par de los hombres, Kouga apareció arremetiendo contra los mercenarios con tan solo un rifle de asalto.

Sango aprovecho, y se encargo de los restantes mercenarios. Rápidamente vació los cartuchos de las Uzis, y las arrojo cuando estaban completamente vacías. No quedo uno solo de aquellos hombres en pie. Sango tomo uno de los rifles que traía uno de los mercenarios, y toda la munición que pudo cargar.

-Es bueno verla, Tigresa. Finalmente llego-

-Vamonos novato, no es momento de ponernos sentimentales-

Kouga le contó a Sango todo lo que había ocurrido en el camino. Al parecer por alguna extraña razón todos esos hombres empezaron a comportarse de manera inusual. Se pusieron violentos sin control alguno, hasta que empezó a soplar un viento muy fuerte. Desde entonces, parecen seguir órdenes.

-¿Cuantos más quedan?- Pregunto Sango

-Contándome a mi somos 25 elementos los que formamos parte de la operación, eliminamos a doce. Quedan doce más. Sin embargo, cinco de ellos forman parte de la unidad elite, señora- Respondió Kouga sin ningún titubeo –Tome este comunicador, lo modifique para que solo nosotros podamos usarlo- Agrego Kouga, Sango tomo el comunicador y lo coloco en su oido.

Se internaron en el pequeño bosque que rodeaba toda la instalación, con esto les seria más difícil rastrearlos que si se quedaban siguiendo caminando por la carretera. Sango y Kouga, se miraron a los ojos, asintieron con la cabeza y se pusieron en marcha. Kouga subió y comenzó a correr por los árboles. Sango siguió en el suelo pero corriendo a la misma velocidad.

De repente, llegaron a una emboscada que les estaba esperando. Sango esquivo las balas, y regreso el fuego con confianza, después de todo Kouga estaba allí para cubrirla.

-Estos hacen siete menos. Solo queda la unidad elite. Vamos- Dijo Sango con una gran seguridad en su voz.

Continuaron su camino. Después de un rato Sango dijo por el comunicador, -Novato, nos están siguiendo. Usemos la maniobra siete, tal como en los entrenamientos- Kouga solo escucho la orden y reacciono acorde a las acciones de Sango.

Ambos se detuvieron, saltaron, rebotaron con un árbol y dispararon. Solo se escucho el sonido de dos cuerpos azotando contra el suelo. –Por lo flancos…- Grito Sango. Rápidamente dispararon, y cayeron dos cuerpos más. Solo faltaba uno mas, Sango y Kouga estaban atentos a cualquier sonido que pudieran escuchar, aunque fuera mínimo.

Súbitamente, el último hombre en pie de la unidad elite cayó de la parte más alta de entre los árboles que los rodeaban, disparando con un rifle de asalto en cada una de sus manos.

A pesar de la sorpresa, tanto Sango como Kouga pudieron esquivar las ráfagas de balas. Se escondieron, midieron el tiempo y esperaron a que el hombre estuviera en el suelo para acabar con él. Así lo hicieron, pero aquel mercenario nunca toco el suelo. Estaba oculto. Observaban cuidadosamente todo el lugar.

De repente, Sango sintió como tres balas pasaron muy cerca de ella, dos a la altura de su rostro y una mas que si la rozo en el brazo, Kouga aprovecho que el mercenario revelo su ubicación y se disponía a regresar el fuego, cuando se dio cuenta que una mira láser le apuntaba en la frente solo pudo quedarse parado sin hacer nada.

El mercenario salio de entre la vegetación, apuntaba a Kouga con una pistola SGM-09, equipamiento estándar de los equipos de asalto de la unidad 09. Era un arma ligera, de moderada potencia de fuego y suficiente precisión gracias a su mira láser incorporada.

A la vez apuntaba a Sango con una escopeta. Aunque no a suficiente distancia para que el disparo fuera mortal, aunque si lo suficiente para causarle un daño severo.

Sango soltó sus armas, Kouga hizo lo mismo. El mercenario se acerco, poco a poco. Tarde se dieron cuenta que no pretendía capturarlos, pero justo en el momento que estaba a punto de apretar los gatillos. Algo lo ataco por arriba, le sujeto por el cuello y le arranco la cabeza. Dejando el cuerpo decapitado con los brazos hacia arriba y disparando sin control alguno, era un reflejo solamente.

Sango no dudo, tomo el rifle que había arrojado al suelo. Cuando volvió a mirar, no había nada. Escucho movimiento detrás de ella, y alcanzo a rodar para esquivar el ataque. Tomo una posición preventiva que favoreciera el eludir nuevamente. Se quedo quieta observando, explorando el ambiente con sus sentidos. – ¡Lobezno detrás de ti! – Kouga esquivo a tiempo el ataque. Pero no esperaba que su atacante dejara de esconderse, salio y lo golpeo en la cara, lo tomo del cuello y lo arrojo lejos quedando inconsciente.

-Magnifico, no esperaba menos de la famosa Tigresa. Ya he eliminado todos los obstáculos pelearemos solos tu y yo- Le dijo el hasta ahora misterioso atacante con siseos como los de una serpiente. Era idéntico al disfraz humano que usaba la criatura de la otra noche. Sin embargo, su piel era rojiza con patrones negros.

-¿Al fin has decidido dar la cara, no? Bien, ya me estaba cansando de estos juegos- Dijo Sango asumiendo una actitud retadora.

-Bien, vamos. Ahora te enseñare porque me llaman Salamandra- De la piel de aquel hombre comenzaron a emanar escamas, que pronto le cubrieron todo el cuerpo. Tenía una cola y garras similares a las de un reptil como las salamandras o los camaleones. Pero su verdadera arma era su lengua. Larga, rápida y muy fuerte.

Sango no se dejo sorprender esta vez, comenzó a dispararle. Pero las balas parecían no tener efecto alguno, la piel de Salamandra era dura como la roca. Salamandra uso su lengua, en verdad era rápida, pero no suponía un reto muy grande para Sango. Solo se dedico a esquivarla, aunque Salamandra tenia que quedarse quieto para mover su lengua, esto no le suponía ningún peligro, las balas no podían atravesar su piel.

Sango se dio cuenta de eso rápidamente, así que en uno de los ataques constantes de Salamandra lo sujeto por la lengua, el cual quiso soltarse de inmediato, usando mucha fuerza en su lengua para regresarla, pero Sango no se lo permitió. Salamandra uso mas fuerza, y solo consiguió arrástrala un poco, Sango consiguió sostenerse, saco la Colt que obtuvo de Miroku.

Le hizo un agujero en la lengua a Salamandra quien reacciono gritando con mucho dolor y en su desesperación uso aun mas fuerza para jalar, Sango le incrusto una granada que había tomado hace poco, soltó la lengua y cuando Salamandra se dio cuenta de lo que tenia pegado era demasiado tarde. Se trago la granada sin poder hacer nada. Esta exploto pocos momentos después, volándole toda la parte del abdomen superior hacia arriba.

Sango se dirigió hacia donde estaba Kouga, quien aun se encontraba inconsciente. Lo levanto, lo sujeto por las hombreras y le grito –¡Vamos, novato!. No es momento de estar durmiendo- Kouga no reacciono hasta que Sango le dio una bofetada.

-¿Qué sucedió?- dijo Kouga un tanto desorientado. –Sígueme, te lo contare todo en el camino- Le respondió Sango.

Se pusieron en marcha, Sango le contó lo que había pasado sin entrar en muchos detalles.

-¿Cuál es el plan, Tigresa? ¿Simplemente entraremos por la puerta del frente?- Pregunto Kouga dudando de su superior.

-¿Tienes un mejor plan, novato?- Le respondió Sango sin detenerse siquiera un momento a meditar.

Finalmente llegaron, estaban frente a la puerta de Kumo Corp. No se veía resistencia alguna a los alrededores. Se acercaron a la puerta, esta se abrió automáticamente. Los dos entraron.

-Esto es demasiado fácil, ¿No lo cree, Tigresa?- Pregunto Kouga dudando de cómo proseguir.

-Si, lo mas seguro es que sea una trampa. Así que abre bien lo ojos, y cubre mi espalda, que yo cubriré la tuya. ¡Vamos!-

Ambos entraron en las instalaciones de Kumo Corp. No tenían idea de lo que les esperaba