Disclaimer: Si me perteneciesen no seria pobre. Si no fuese pobre podría comprarle algo a mi novio por su cumple. Si pudiese comprarle algo no tendría que hacerle una tarjeta casera. Y si no hubiese tenido que hacerle una tarjeta casera no me hubiese cortado el dedo ni me hubiese llenado las manos de pegamento. ¿Contentos?
Notas de la autora: Rompiendo con mi tradición de ONE-SHOTS empiezo una nueva historia. Pero no os alarméis, que esta va a ser corta, calculo que de unos 4 o 5 capítulos.
Distribución: Si, siempre que me aviséis con un mail y me mandéis la dirección del sitio donde estará alojado.
Dedicatoria: A mi sister Vanessa. Gracias por apoyarme. Te quiero mucho.
Sickness
Se ve nevar
Por el agujero
De la puerta.
Masaoka Shiki
Capitulo 1
Un potente relámpago ilumino el cielo, y prontamente un trueno resonó por todo el valle provocando el aullido lejano de algún animal salvaje.
Kagome, que estaba sentada en una esterilla sobre el suelo de madera de la vieja cabaña de Kaede, no pudo evitar estremecerse, y con un gesto casi inconsciente se cubrió los hombros con la manta de lana áspera que le había estado cubriendo las rodillas hasta ese momento.
Momentos después empezó a llover violentamente. Las gotas chocaban contra la inestable estructura de la casita, y pronto se empezaron a colar por los resquicios que dejaba la paja, que junto a las toscas vigas de madera, conformaban el techo.
Era pleno invierno en el Sengoku Jidai y esa era la segunda gran tormenta que había tenido lugar desde que Kagome había regresado.
Llevaba dos días allí, sola, ya que según Kaede le había comentado Inu Yasha, Miroku y Sango habían partido tres días antes, tras haber oído un rumor de boca de Kouga de que había un Youkai rebelde en uno de los bosques sagrados del Norte que estaba mostrando unos poderes inmensos y creando problemas.
Obviamente pensaron que se trataba de alguno de los fragmentos de la Shikon no Tama, y partieron sin esperarla ya que les había dicho que estaría dos semanas en casa descansando.
Volvió una semana antes, pero de haber sabido que no iban a estar y que el tiempo iba a ser deplorable se hubiese quedado en casa, después de todo en su época ni siquiera era invierno. Estaban a mediados de primavera.
Kaede había partido el día anterior.
Dos hombres de una aldea cercana habían venido buscándola. El invierno estaba siendo muy duro, no solo con sus cosechas, que con los fuertes torrentes de agua y el viento cortante estaban siendo completamente destrozadas, sino con su salud.
La enfermedad de los fríos estaba haciendo mella en la gente y necesitaban de las legendarias habilidades curativas de la anciana.
Una gota de lluvia helada le cayó en mitad de la cabeza, y soltando un grito de sorpresa se tapo mejor con la manta.
Refunfuñando para sus adentros, pensó en irse cuando antes de allí.
Sin el grupo, sin Kaede y sin nada que hacer no tenia ningún motivo para permanecer allí muerta de frío y acobardándose cada vez que caía un rayo.
La joven se alejo de la entrada y se sentó junto al fuego.
Mañana mismo me voy, pensó, mientras hurgaba en su gran bolsa amarilla, ya vendrá Inu Yasha a buscarme cuando regresen.
En casa tengo la televisión, una cama grande y blanda y una madre sobreprotectora que cuando voy a casa intenta que coma por todos los días que no estoy en ella.
Eso si que es vida.
Saco un bote de Ramen y un par de bolsas de patatas fritas. El Ramen era para Inu Yasha, pero como este no estaba lo pensaba usar para si misma. La sopa caliente sentaría a Kagome divinamente.
El Ramen es una sopa con fideos típica de Japón. Lo venden en todos los supermercados e incluso en maquinas expendedoras en cualquier estación de metro.
A Kagome no le gustaba especialmente, habiendo probando en su vida todo tipo de ramen, desde el de cerdo hasta el de marisco, pero una de sus ventajas era que se hacia en un par de minutos.
Solo necesitaba calentar el agua, echar los fideos junto con unos polvos y remover un poco.
Pronto pudo saborear su tazón de Ramen casi hirviendo. Lo cogio cuidadosamente entre sus heladas manos y sintió el calor que desprendía.
Justo en el instante en el que iba a dar el primer sorbo, la puerta corrediza se abrió de golpe.
Instantáneamente una oleada de frío y unas hojas llevadas por el viento irrumpieron en la ligeramente caldeada habitación.
Kagome alzo sus ojos color avellana de la copa de ramen y abriendo la boca ligeramente por la sorpresa contemplo perpleja la puerta abierta, la mano fuerte y estilizada que la había abierto, y por ultimo al Youkai que entró cerrando tras si la puerta con la misma brusquedad con la que la había abierto.
- ¿Sesshoumaru?.
En efecto, y sin dejar lugar a ninguna duda, el intruso no era nada más y nada menos que el apuesto Lord de las tierras del Oeste.
Incluso cubierto de agua parecía mantener una postura real, mirándola desde su impresionante altura con una ceja arqueada.
Sus ropas chorreaban agua y se le pegaban al cuerpo mostrando músculos en sus piernas que Kagome no se había imaginado nunca.
Mas su vista abandono su cuerpo para fijarse en un bulto tapado por una bella manta bordada con hilos de plata y oro que tenia en sus brazos.
Sesshoumaru sonrió irónicamente al notar el miedo en el timbre ligeramente agudo de la voz de Kagome y en la incredulidad escrita claramente en sus ojos.
La Miko era como un libro abierto. Dejaba entrever demasiado sus emociones y eso cualquier día la traería problemas.
Sin embargo Sesshoumaru no se dejo distraer de su objetivo principal y cuidadosamente dejo su bulto al lado del fuego.
Apartando delicadamente la manta, quedo descubierto el rostro de la niña que siempre le acompañaba, Rin.
Tenía una expresión angustiada. Su pequeño rostro estaba pálido y sudoroso. Sus parpados se contrajeron involuntariamente al notar la luz de la lumbre.
Un fuerte temblor sacudió su cuerpo, seguido de un par de toses roncas.
- Miko - dijo Sesshoumaru suave pero firmemente- Esta humana es mía y no se que le ocurre. Ha debido de contraer una de esas enfermedades que los débiles humanos cogeis. Cúrala.
Glosario:
Sengoku Jidai: Era de las guerras. Hace 500 años
Youkai: Demonio
Miko: Sacerdotisa Sintoista
Notas finales: Primer capitulo terminado. Podría haber escrito mas, pero creo que era un buen momento para dejarlo.
Los comentarios, sugerencias, ideas y críticas son muy apreciados.
¡Reviews onegai!
