Noche roja
-¡Desagraciado date por muerto... pero antes, esa Tokio, me va a oír!
-¿Dónde esta?
-Creo que ya se fue
-Solo espero que no se le ocurra hacer ninguna cosa precipitada
-¿Ninguna cosa precipitada? –dijo una voz cerca de ellos, Okita se volteo con tanta rapidez que casi se lastimo el cuello
-Jinei
-Buenas tardes capitanes
-Buenas tardes Jinei-san
-Vaya, vaya Jinei hasta que te apareces
-Capitan Harada
-No te había visto desde que Saito teamenazo con arrancarte la lengua¿que¿ya dejaste tu escondite¿al fin te armaste de valor?
-Capitan Harada, siempre igual... ahora entiendo el porque tu tropa nunca es tomada en cuenta
-¿Qué estas diciendo?
-Por favor, Harada-san...-dijo el primer capitán deteniendo a su amigo, para luego voltearse y decir -¿Jinei-san podemos ayudarle en algo?
-Si, ahora que lo dices si, hace unos pocos segundos que acabo de escuchar una conversación muy interesante, en donde me parece que estaban hablando de el capitán Saito ¿o me equivoco?
-Eso no te incumbe
-Quizás no, pero lo que si, es que me interesa demasiado
-¿Te interesas por Saito, tu? Eso es nuevo
-Nadie ha pedido tu opinión mocoso...
-¿A quien estas llamando así?
-¿Acaso hay alguien más?
-Ahora que no esta Saito, si estas muy valiente, pero dejame decirte que si el no te arranca la lengua te la arracare yo
-Harada-san –dijo con voz fuerte el capitán dando un paso al frente para confrontar al hombre que lo miraba de forma amenazante –si Jinei estábamos hablando de Saito-san
-Como me imagine
-¿Y puedo saber...
-No no puede –dijo este usando una voz más fría de la usaba generalmente –buenas tardes soldado, Harada-san por favor -dijo por ultimo dándole la espalda a el hombre el cual sin que lo vieran emitió una leve risita
-Mala debilidad Saito, muy mala
-No me gusta esto, deberíamos tenerlo vigilado
-Temo decir que no tenemos suficientes motivos
-¿Qué no¿cuantos quieres? Jinei esta planeado algo contra Saito, siempre lo ha odiado
-Si pero..
-Pero nada, no hace ni una semana que Saito amenazo con arrancarle la lengua y este nuevamente ya esta ocasionando problemas
-Solo son especulaciones nuestras, no podemos hacerle nada
-Pero..
-No podemos –reafirmo este y tras dar un largo suspiro dijo –solo esperemos que Saito-san no baje la guardia demasiado
-Tokio me va a escuchar, apenas llegue y...
-Buenas noches –escucho Saito a apenas unos pocos metros de la casa de la joven, vio como una luz salía al abrirse la enorme puerta de madera, supuso que era la voz de la dama de compañía de su amiga y siguió escuchando con un poco de suerte era Tokio que regresaba de su entrenamiento, más sin embargo, la voz que respondió el saludo no era nada semejante a la de ella
-Buenas noches –contesto la voz de un hombre maduro, Saito frunció el entrecejo, solo podía ser una persona el padre de Tokio o...
-Tokashi que bueno que has llegado
-Tokashi –mascullo Saito, ya antes había escuchado dichas voces, ahora no cabía duda eran el par de hombres que habían hecho de la vida de Tokio un infierno, de acuerdo a su ideología, al menos uno de esos dos tipos desde hace rato habían de haber caído muertos bajo su espada, pero gracias al constante acompañamiento de la joven hacía imposible realizar la labor, pero esta vez, no había nada, Saito, permaneció en las tinieblas escuchando, la conversación de los dos viejos, mientras que con su mano izquierda tomaba su espada, escucho como el acero de la espada rozo con la funda y un ruido mayor cuando esta salió de ella, una mueca torcida se vislumbro en su cara, todo sería más sencillo si ellos no existieran pero...
-Buenas noches –provino de una cuarta voz demasiado conocida por el, Saito dio un par de pasos atrás para ocultarse en la sombra que proyectaba la pared de la casa y siguió escuchando, al tiempo que bajaba su espada
-Ah Tokio-sama ya ha llegado
-Buenas noches Tokashi-sama –respondió con un poco de aburrición la joven
-Muy buenas noches mi linda Tokio, veo que ha venido de entrenar
-Si señor
-¿Usted practica kendo, lo desconocía
-Hay muchas cosas que desconoce de mi
-Ya lo creo, pero el tiempo será el que se encargara de eso
-Lo supongo señor
-Y tal vez algún día podríamos enfrentar nuestras habilidades
-¿Usted practica kendo?
-De vez en cuando, pero con una espada de verdad, no con juguetes
-¿Porque lo dice?
-Por esa shinai que trae a su espalda
-Una shinai no es un juguete
-Pero no se le puede comparar con una espada de verdad
-Si el espadachín es un novato, no importa que tenga una shinai o una espada japonesa
-Vaya¿debo de tomar eso como un reto Tokio?
-No, tómelo como un consejo
-¿Usted darme un consejo a mi?
-Y puedo darle muchos más si quiere –le contesto de forma altiva la mujer, Saito aprovechando que la joven ya había llegado se acerco con sigilo para verle, le pareció tan preciosa como todos los días, una sonrisa involuntaria ilumino su cara, hasta que escucho como el prometido de Tokio reía ligeramente y comentaba al padre de Tokio que estaba a su lado
-Como han cambiado los tiempos, ahora las mujeres creen que pueden aconsejarnos –Tokio apretó los labios al ver la sonrisa en el rostro de aquel destinado a ser su futuro marido, y antes de que pudiera perder la cordura le respondió
-Eso se hace, cuando se ve que la inteligencia no es la mejor arma –la sonrisa de su futuro esposo titubeo un poco, y la de ella se amplio al igual que la de su novio que era testigo de todo eso
-Sabe Tokio, no me gustan las mujeres sean tan contestonas, si las mujeres supieran callar cuando deben... pero bien eso ya lo arreglaremos, cuando nos casemos, ya ha notado que yo se como tratar a una dama
-Es un...
-Tokio, creo es mejor que subas a cambiarte
-Si papá
-Espere Tokio
-¿Qu... –y antes de que la joven dijera algo más, este ya le había sellado sus labios poniendo su boca, sobre la suya, la joven se sintió furiosa, le daban ganas de vomitar, Saito vio como la joven, luchaba por soltarse y de no ser porque ella lo hizo antes, Saito hubiera salido a matar a todo aquel que se le pusiera en frente
-¿POR QUÉ HA HECHO ESO?
-Calma, calma, mi bella dama, solo estoy tratando de ser amable
-¿CÓMO SE ATREVE? –la joven levanto su brazo lista para sacar su shinai, pero en cambio sintió como su dama de compañía le detenía y le decía
-Señora, ya es tarde, suba a cambiarse
-Ogae sueltame–mascullo la joven sintiendo que la cabeza le iba a estallar del coraje
-No señora –mascullo la mujer que tomo a su señora de un brazo y le obligo a entrar a la casa, Saito vio como la joven entraba a la casa temblando de coraje, y procurando no hacer ningún tipo de ruido, metió la espada dentro de su funda
-Pensaba una muerte rapida e sin dolor, pero con esto, pero primero, Tokio, supongo que con un momento más que viva no hara daño–pensó, el al tiempo que veía que los dos hombres entraban dentro de la casa, ese fue el momento en el que el decidió saltar el muro, y pronto se las ingenio, para estar en la habitación de la joven como hace varias noches, estaba a oscuras por lo que supuso que ella no había llegado, abrió la puerta corrediza del ventanal y decidió esperar, no podía tardarse demasiado, y si, de repente escucho como la joven hablaba fuera de su cuarto
-Si Ogae, gracias... diles que enseguida bajo –la mujer deslizo la puerta de su cuarto y la deslizo nuevamente con violencia –ESTUPIDO, TOKASHI... COMO SE ATREVE... QUE SE ESTA CREYENDO, ADEMÁS INTELIGENTE, JA... UNA MUJER ES MIL VECES MÁS INTELIGENTE QUE EL, HASTA UN ANIMAL LO SERIA... LO ODIO... MALDITO... DESGRACIADO... Y ENCIMA DE TODO BESARME.. ASQUEROSO–gruño la joven desamarrando su pantalón de entrenamiento y dejando que se deslizara hasta que cayera al piso, lo paso por encima y procedió a desamarrarse la parte de arriba de su traje, pero una ligera tosesita le hizo voltearse
-Buenas noches –dijo Saito de pie recargado en el borde la ventana, Tokio, se quedo sin habla por unos segundos, hasta que su cerebro comenzó a trabajar nuevamente y solo dijo
-Hajime
-Si Hajime –dijo este en voz queda, Tokio se ruborizo un poquito y dijo
-No te esperaba
-Eso es obvio –dijo Saito bajando un poco más su vista, la parte de arriba de su traje, estaba a punto de soltarse y a diferencia de la mayoría de la veces, solo vestía eso, haciendo que sus largas piernas estuvieran a la vista Tokio se ruborizo toda amarro correctamente la parte de arriba de su traje y dijo molesta
-Porque no me avisaste que estabas en la habitación¿ibas a dejar que me desnudara frente a ti?
-Podría haberlo hecho y tu ni siquiera te habrías dado cuenta –Tokio le vio con cara de pocos amigos
-Eres un pervertido
-Seré lo que tu quieras, pero hoy no tengo tiempo para eso
-Pues yo tampoco, así que te agradeceré que salgas de aquí inmediatamente
-No estoy jugando
-¿Y crees que yo si?
-Vengo por respuestas
-¿Qué quieres?
-¿Qué tan cierto es que te vas a casar con Tokashi?
-¿...como?
-Tengo mis contactos
-¿Lo mandaste investigar?
-¡Respóndeme! –dijo el tomando su brazo con rudeza, Tokio ya lo suficientemente enfadada para andar aguantando eso, le dijo
-¡Suéltame que me estas lastimando!
-Lo haré en cuanto me respondas
-¡No tengo que responderte nada! – y con un movimiento brusco hizo que le soltara
-Tokio...
-¿Quién te crees para venir aquí y exigir respuestas?
-Tok
-No eres nadie.. absolutamente nadie...
-Ah, no hace un par de días creí que era tu novio
-¡Si y hace un par de días mi novio se fue sin dar explicación alguna, ni cuando regresaba, ni donde lo encontraba, ni porque se fue, creo que ese novio, no debería de estar reclamándome nada!
-¡No podía quedarme!
-¡Y te molestaría explicarme el porque!
-¡No es el momento!
-¿Y cuando lo va a ser?
-Otro día menos hoy
-¡No entiendo que estas ocultando!
-Nada
-¿Entonces porque?
-¡Ahora eso no es lo más importante, respóndeme quetan cierto es que te vas a casar con Tokashi!
-Eso deberías de decírmelo tu, que tan certeros son tus contactos?
-Mucho y eso es lo que me preocupa
-Pues tienes buenos motivos
-Dime claramente ¿Te vas a casar con el, si o no?
-No, si la decisión dependiera de mi, pero temo decir que yo solo una mujer que esta a la disposición de la voluntad de mi padre –Tokio permaneció un instante en silencio, Saito, apretó sus puños fuertemente se volteo de ella, dio un par de pasos y luego con voz muy serena y calmada dijo
-¿Por qué no me lo dijiste?
-No tenía caso, la decisión ya estaba tomada
-¿Desde cuando lo sabías?
-Un día antes en que te pedí que me dejaras dibujarte
-Desgraciado –mascullo el sintiendo un dolor en el estomago
-Hajime
-¿Tokio, una pregunta más?
-Pero...
-Solo respondeme maldita sea
-Hajime...
-¿Si Tokashi, fuera pobre, te obligarían a casarte con el?
-¿Qué?
-¡Solo responde!
-No se, nunca lo habíapensado.. digo, yo creo no
-Bien
-¿Qué esta bien? Hajime no te entiendo
-¿Tu familia es muy rica?
-Si y lo sabes ¿porque lo preguntas?
-Porque una familia tan rica como la tuya podría ayudar a alguien que se encuentra en bancarrota
-¿Qué?
-Aun no lo entiendes
- No porque no eres nada claro
-Tu prometido Tokashi, no tiene absolutamente nada, más que un buen apellido
-¿Qué?
-Así es
-Pero... estas seguro
-Invirtió demasiado dinero en cosas que no debería ahora los recaudadores le están pidiendo un pago, a más tardar fin de mes
-Entiendo... entonces por eso... ¿Por eso adelanto la fecha?
-Es lo más seguro
-¿Entonces... no tendré...no tendré que casarme con el?
-Esperemos que no... ahora lo que tienes que hacer es bajar y hacerlo que declare de alguna forma u otra, tu padre tiene que darse cuenta eso es lo más importante
-Si por supuesto
-Bien tengo que irme... –el se dio media vuelta para irse, pero no pudo puesto que sintió que le detenían de su gi
-Espera
-¿Qué pasa?
-¿Por qué has hecho todo esto?
-¿Nani?
-Todo esto... la búsqueda y...
-¿Acaso esperabas que estuvieras de brazos cruzados viendo que te ibas a casar con un asqueroso?
-...Gracias
-Si eso era todo...
-No, no era todo, Hajime espera
-¿Ahora que?... tengo algo de prisa y
-Quiero preguntarte algo más
-¿Qué Tokio, tengo mucha...?
-¿Me amas?
-¿Eh?
-¿Me amas?
-Tokio...
-Respóndeme Hajime –el resoplo enfadado haciendo enojar a la joven la cual le siguió diciendo un tanto enfadada -¡Y no me respondas con tus palabras masculladas que luego no te entiendo nada!
-Es...
-¿Si?
-¿Por qué es tan importante para ti escuchar las palabras? –la chica se puso de color rojo y contesto
-Por qué quiero saber...
-¿Por qué?
-¡Porque es muy importante para mi!
-¿Pero porque?
-Porque... porque...¡acaso eres tonto!–contesto ella, estaba roja, y fingió su nerviosismo con su mal humor -!... ¡quiero saber...si... si... el hombre al que le he entregado mi corazón... siente algo por... –Hajime detuvo su histeria sellando sus labios con un beso de tal intensidad que ella nunca había sentido, no es que el nunca le había besado, pero tomando en cuenta que hacía unos pocos minutos el hombre más asqueroso que ella había conocido le había robado un beso, este beso era lo mejor qua había sentido en el mundo.
Hajime por su parte también estaba encantado ya que por lo visto a el también le habían hecho falta esos días juntos, abrazo a la joven con una ternura que nunca le había profesado, separo sus labios unos segundos después, para después besar lentamente su cuello donde se detuvo a una altura de su oreja donde le dijo provocativamente
-Espero eso conteste tu pregunta–el hombre mordisqueo suavemente su oreja, haciendo suspirar a la joven la cual articulo decir
-Hajime-kun...
- No soy bueno con las palabras...soy mejor actuando –dijo nuevamente a su oído, con una sonrisota, Tokio rió bobamente y accedió con la cabeza, al tiempo que se ponía de un vivo color que no tenía nada que envidiarle a una cereza madura, este rozo su mejilla con la de ella, la joven le dijo
-¿De verdad tienes que irte?
-Si...¿lo entiendes verdad?
-Si lo entiendo –el paso una mano a su cara y la acaricio suavemente, Tokio le beso nuevamente en los labios, y al tiempo que se separaba el le dijo
-Volveré pronto
-Eso espero
-Buena suerte
-Igual tu
-No soy yo el que necesitara la suerte –mascullo el
-¿Dijiste algo?
-Nada
-¿Seguro?
-Mucho, nos vemos luego
-Si –el hombre se despidió de ella con un beso en los labios, Tokio le dirigió una mirada llena de ternura, al verle acercarse a su enorme ventanal, la abrió con suavidad al tiempo que ella se cruzaba en brazos al sentir el frió que se colocaba en su habitación, este se volteo a verle y le dijo
-Ah, por cierto olvidaba algo
-¿Si?
-Tienes bonitas piernas, deberías de enseñarlas más
-¡Largo!
-Lamento mi tardanza –dijo Tokio a los pocos minutos bajando a la mesa donde ya le esperaban, su padre, el cual sonreía al ver a su hija y su prometido, el cual tenía una mueca en la cara que no le gusto nada
-Tokio-sama debe de estar cansada de oírlo tantas veces, pero realmente luce encantadora
-Gracias Tokashi-sama –dijo ella sentándose en el cómodo cojín que ya antes la servidumbre le había colocado, la mujer sonrió graciosamente y miro a los dos hombres delante suyo –espero no haber interrumpido su charla
-Para nada Tokio-sama, estábamos hablando de negocios
-No me diga –dijo Tokio alzando las cejas, hasta la suerte estaba de su lado ese día
-Si, continuaríamos hablando pero...
-Por mi no se detengan, me gustan los negocios
-¿En serio?
-En serio
-Así es Tokashi-sama, Tokio, es muy inteligente para los negocios, tanto que incluso diría que adquirió la habilidad de un hombre -Tokio levanto una ceja y lo miro desafiante, Tokashi sonrió un tanto nervioso
-Me alegra saberlo, será bueno tener una mujer a mi lado que entienda de que estoy hablando
-Oh, pero yo entiendo mucho más de lo que usted cree
-¿De verdad?
-Si–dijo Tokio con una sonrisota en los labios, Tokashi le devolvió la sonrisa a la mujer esta continuo –se incluso que algunos accionistas de Aizu, han perdido todo lo que tienen debido a sus malas inversiones
-Ah si–contesto el poniéndose ligeramente colorado, una gota de sudor surco su frente, ante la mirada encantada de la joven
"Hajime-kun tenía razón"
-Si –dijo ella mirándole, Tokashi, tomo un largo sorbo de su te y dijo tratando de parecer un poco más calmado
-Si, es lamentable la situación de esas pobres personas
-Terrible-Tokio chasqueo la lengua - pero más terrible, es lo que les pasara a esas personas...
-¿Por qué lo dice?
-Porque es de bien sabido que los recaudadores no son muy complacientes con esas personas –finalmente la sonrisa fingida del rostro de Tokashi se desvaneció, Tokio rió malévolamente pero triunfante
-No me diga
-Si le digo, pero creo que no tengo que decir más, espero que entienda de lo que le estoy hablando
-Claro que lo entiendo, la vida de esas pobres personas
-Esas pobres personas -repitio Tokio- ¿no se habrá equivocado?
-¿Cómo dice?
-¿No querrá decirlo en primera persona?
-No...
-Todo termino Tokashi –dijo la joven con su mirada de superioridad, Tokashi, trato de fingir demencia
-No entiendo
-No se haga el idiota, lo se todo -su padre extrañado por esa platica le pregunto
-¿Tokio que esta pasando?
-Pasa que mi querido prometido no es lo que parece
-¿Qué?
-No le hagas caso Takagi no sabe lo que dice
-Por una vez en la vida te pido que me escuches padre –dijo Tokio mirando fríamente a su padre, el hombre por fin se vio cohibido por la mirada que le profesaba su hija al parecer nunca en su vida le había visto así
-Hazlo rápido –la mujer se levanto de su cómodo asiento y miro a Tokashi como si fuera el más infame animal rastrero sin quitar la mirada de el, le pregunto a su padre
-¿Qué tan adinerada en nuestra familia padre?
-¿Qué?
-Solo contesta papá
-Mucho lo sabes...
-¿Y mi dote?
-No entiendo
-Pero lo vas a entender, ahora contéstame...
-La mayoría de las inversiones y dinero pasaran a ti cuando te cases, lo sabes bien
-¿Y una dote como la mía podría sacar de la miseria a alguien que estuviera en bancarrota?
-¿Qué? –el padre de Tokio se levanto rápidamente-¿qué estas diciendo?
-No le hagas caso Takagi –mascullaba, el hombre que estaba pálido, el padre de Tokio veía a su hija con los ojos desorbitados y nuevamente pregunto
-¿Qué estas diciendo?
-Estoy diciendo la verdad papá
-Takagi...
-La verdad que este miserable nunca se atrevió a contarte –el padre de Tokio vio al hombre que había perdido toda arrogancia y les miraba de forma terrible
-Tokio...
-¡Estoy diciendo que el, el gran Tokashi esta en bancarrota!
-¿Qué?
-Takagi...
-¿Es cierto lo que Tokio dice?... ¿estas en bancarrota?
-Takagi... –la mirada de la joven le pareció intimidante –no entiendes... solo necesitaba un poco, solo un poco
-¿Entonces es verdad!
-Claro que es verdad papa –dijo Tokio a su lado –los recaudadores de Tokashi, le han dado un plazo limite de un mes, la fecha se acerca y el no ha conseguido nada, por eso quiso adelantar la boda, para obtener mi dote
-¡No es posible!-mascullo el padre de Tokio viendo con odio al tipo frente a el
-Muy inteligente Tokio –dijo el hombre levantándose –muy inteligente –Tokio le veía con asco pero este siguió hablando –me serviría una mujer como usted a mi lado... Tokio...Takagi escuchen podemos llegar a un acuerdo
-¿Un acuerdo? –dijo esta sintiéndose encolerizada, el hombre parecía no entender la gravedad de sus acciones y dijo
-Les garantizo que tu dote será pagada te lo aseguro...–la joven le miro con odio
-¿Realmente crees que voy a aceptar?
-Es una buena oferta... solo escúchame... tu me ofreces un poco de tu riqueza y yo a cambio te ofrezco todos los privilegios de los que goza una señora de sociedad... tómalo como una inversión –Tokio levanto las cejas y casi se mordió un labio para no estallar en carcajadas
-¿Una inversión?...ay Tokashi.. Tokashi... ahora me queda claro que no tiene ni idea de que es ser un accionista
-Como te atreves...
-¡No como te atreves tu ibas a obligarme a casarme contigo solo por mi dote!
-Vete de aquí Tokashi o haré llamar a la policía –dijo su padre dando un pie al frente de ella, Tokio sonrió complacida, el hombre miro a la joven y luego al hombre agacho un poco la cabeza y rió un poco
-Visto así –Tokio veía como el hombre metía la mano dentro de su gi, y luego un brillo, salir dentro de este, todo paso en un fracción de segundo, la joven había dado un paso al frente, quitando a su padre de en medio, su padre cocho contra el tatami y solo pudo ver muy poco, escucho como el hombre respiraba con dificultad y como una gotas de sangre manchaban el piso
-Zorra asquerosa -mascullo el hombre
-¡Tokio! –mascullo su padre esperando la peor, más sin embargo se tranquilizo al escuchar que la joven decía
-Cuida tu lengua... deberías de darme las gracias ya que no te he dado en ningún órgano vital –Tokio sonrió satisfecha, lo que se alegraría su lobito cuando le dijera como había utilizado por primera vez su kunai
-Desgrac... –la joven puso una mano más la kunai y la clavo un poco más, su sonrisa se volvió un poquito más sádica
-¿Decías?-el hombre reprimió un grito apretando los dientes, Tokio, se acerco un poco a su rostro –si vuelvo a ver tu asquerosa persona nuevamente por aquí, ten por seguro que esa vez no fallare¿me has entendido?
-...
-¿Te he dicho si me has entendido? –dijo ella clavando aún más la kunai, el hombre jadeo y mascullo un muy debil:
-h... hai...
-Bien... entonces ahora vete –dijo ella sacando la kunai sin ningún tipo de remordimiento, el hombre cayo de rodillas, ante la mirada encantada de Tokio, este seguía furioso, pero tenia que enfrentar su derrota, casi sin fuerzas, se levanto del piso tomándose de un costado y saliendo dando unos cuantos tropezones, el padre de Tokio no creía lo que acababa de ver, Tokio en cambio parecía sumamente tranquila
-¿Estas bien papá?
-Tokio... si... pero tu...
-¿Eh?
-Tu kimono esta lleno de sangre
-Te garantizo que mía no es –la joven sonrió tiernamente, tanto que incluso le hizo dudar que se tratara de la misma persona de hace apenas unos minutos, la joven le ayudo a levantarse y por unos segundos, ninguno de los dos dijo nada no fue hasta que su padre dijo
-...te has vuelto muy fuerte...
-Asi es –contesto ella de forma arrogante, su padre vio como la joven se inclinaba para recoger su arma blanca, la cual había dejado caer justo después de que Tokashi se fue, su padre intrigado, vio como la joven sacaba de dentro de su obi, un pañuelo con el que la limpiaba
-¿Con eso le has atacado?
-Hai
-¿Es un cuchillo? –dijo el viendo extrañado, no era conocedor de armas así que le pareció un tanto extraño, la joven miro su kunai cariñosamente y dijo
-No... papa... esto es una kunai
-¿La encontraste en el desvan?
-No
-¿La has comprado?
-No
-¿Entonces ...de donde la has sacado?
-Solo digamos que me la ha dado un lobo
-Esa zorra, esa maldita zorra, como se atreve –decía Tokashi, era cierto la joven no había pegado en ningún órgano vital, por lo cual, la herida ya estaba a punto de dejar de sangrar, daba gracias, que ese día, la luna no estaba demasiado grande, pues de lo contrario todo el mundo podría darse cuenta de su patético estado, una ventaja, si... para cualquier otro, pero para el esa ventaja, iba a ser su perdición
-Estúpida Tokio... zorra, ya le enseñare –Tokashi escucho aterrado como alguien bufaba su comentario y solo repetía de una forma nada amable
-¿Estúpida? –dijo una voz detrás de el, Tokashi se dio vuelta lleno de miedo esperando encontrar a alguien frente a el, más se equivoco no había nadie, este suspiro un poco aliviado y trato de seguir su camino, pero no pudo ya que choco con algo... o mejor dicho con alguien, Tokashi casi se desmaya de la impresión, dio dos pasos atrás, solo para ver como un hombre alto y moreno le miraba amenazadoramente, barboteo unas palabras
-¿Quién... quien... es..
-No te gustaría saberlo–el hombre dio un par de pasos atrás, pero este le detuvo, tomando rudamente de su gi –Tokashi
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Yo se mucho más de lo que crees Tokashi...
-¿Qué...
-Se que eres un pobre tipo que esta en bancarrota... que estas comprometido con Tokio Takagi... y que si no me equivoco- una sonrisa se dibujo en sus labios- has sido herido por esta –dijo Saito sacando su espada de su funda, la cual brillo peligrosamente, Tokashi empalideció
-¿Qué es lo que quieres?
-Tu dime...
-¿Quieres.. dinero?... yo te daré...
-¿Crees que quiero dinero?.. –Saito rió ligeramente –No ofrezcas lo que no tienes... y aún cuando lo tuvieras¿realmente crees que puedes comprar a un capitán del shishengumi?
-¿Miburo?
-Hai
-¿Pero, porque... porque...
-Podría darte muchas razones... pero creo que tengo una principal: nadie toca a mi mujer y vive contarlo
-¿Tu mujer?... yo nunca... nunca me atrevería a golpear a su mujer -Saito rió ante la mirada de asombro que el hombre le profesaba
-Eres despreciable ni siquiera eres capaz de aceptar lo que has hecho
-Pero yo nunca... –balbuceo el hombre aterrado ante la mirada fría de el hombre frente el
-Nunca digas nunca... lo has hecho lo se, porque cuando le vi ella aún conservaba tu feo golpe en su rostro
-No puede ser –mascullo este, Saito sonrió al ver la mirada de asustado del hombre este lo único que dijo fue -¿Tokio?
Lo ultimo que vio el hombre fue el resplandor de una espada japonesa, este grito fuertemente, al sentir el frió acero adentrándose en su piel abrió lo labios para decir nada, y luego un gemido le hizo darse cuenta de que la espada de este ya no estaba dentro de el, sus fuerzas le abandonaron y por segunda vez en esa noche, cayo de rodillas, pero esta vez ya no podría volver a levantarse, vio los pies, del hombre frente a el luego escucho su espada rozar contra su funda y por ultimo su voz, diciendo algo que sonaba como un:
"Matar el mal de inmediato".
Hello, que les ha parecido creo que es mi ultimo capitulo de este año, un poco de sangre, pero, no quería que Tokio se presentara como la damisela en desgracia ya que siempre he creido que la esposa de Saito tiene que ser muy fuerte, ah por cierto lo de Jinei espero que no lo tomen a mal,es que ya no sabía donde meterlo,y me gusta tanto ese personaje,así quedije ¡no! como acabar mi historia así tan rapido quiero mas sufrimiento, ja,ja, ya en serio, ya casi la voy a terminar palabra, espero que las chicas que la lean no les paresca muy larga, así que creo que 2 o tal ves 3 capitulos más y finito.
Felices fiestas y feliz año nuevo les deseo lo mejor del mundo, Ady, GabyHyatt, Aninnis, y todas aquellas personas que hayan leido mi fic, muchas, muchas gracias.
Atte:
Midory
