Hope

Capitulo Final

El sol empezaba a salir cuando la joven mujer se despertó, primero un suave parpadeo le indico que era de día, que su primera noche de amor desenfrenado había terminado, una sonrisa traviesa cruzo sus labios... se sentía tan bien que incluso llego a pensar tontamente que si llegara a morir ese día podría haber muerto feliz, con un poco de pereza se volvió al centro de el futon en donde sintió un cálido cuerpo a su lado, la mujer entreabrió sus ojos esmeraldas solo para poder encontrarse con unos fríos ojos dorados observándole.

-Konichiwa –mascullo Tokio con una sonrisa tímida en el rostro

-Konichiwa –dijo a su vez el capitán el cual le devolvía la sonrisa, con una mano retiro uno de sus mechones de el cabello y lo puso detrás de su oreja Tokio agradeció mentalmente ese acto y al tiempo que le observaba intensamente

-¿Llevas mucho rato despierto?–dijo Tokio con un ligero rubor surcando sus mejillas, Saito toco el brazo de su novia y sin muchos miramientos dijo

-Si

-¿En serio?

-Si desde la madrugada –Tokio parpadeo extrañada, Saito al ver su incredulidad se explico –me gusta verte dormir

-Ah –contesto bobamente su mujer extrañándose aún más ante esa respuesta

-Desnuda y sin esos estorbosos kimonos –completo Saito con una sonrisa demasiado atrevida para el gusto de la mujer

-Ahhhhhhh, tu maldito... –Saito puso delicadamente su dedo indice en los labios de su mujer para preceder a decir en voz muy queda:

-No maldito... más bien miburo –Tokio sintio que la sangre se le agolpaba en las mejillas y luego dijo ella enfureciéndose

-¡Yo diría pervertido!

-¡Pervertido yo! –Saito parecía muy divertido con la discusión - ¡Tu fuiste la que te desnudaste enfrente mío... yo creo que la pervertida es otra!

-Ahhh –Tokio se puso aún más colorada balbuceo tontamente –pero yo... es que... yo...

-Además no se porque te molestas... créeme no hay nada de tu cuerpo que yo no haya visto... –la cara de Tokio parecía un vivo tomate, Saito torció una sonrisa y dijo con voz queda - o tocado

-ERES UN...-la mujer se enfado e iba a gritar una fuerte ofensa contra su novio pero mucho antes de que pudiera siquiera completar la frase escucharon claramente, un par de golpes en su puerta y luego un llamado provenir de una voz masculina:

-¿Tokio?

-¡Ahhhhhh papa! –mascullo Tokio su sonrisa había flaqueado y dirigió su vista temerosa a la puerta de su habitación, la cual amenazaba con abrirse dio gracias mentalmente al recordar haberla cerrado con seguro la noche anterior, su padre al ver que la puerta no cedía procedió a preguntar a través de ella

-¿Tokio, estas bien?

-Si papá si... ¿porque no iba a estarlo? –dijo Tokio corriendo a su armario de donde saco una suave yukata blanca

-Ogae dijo que escucho unos ruidos extraños de tu habitación... me preocupaste

-Ah es que... –la joven se coloco rápidamente la yukata y entreabrió la puerta saliendo por la diminuta abertura, haciendo impusoble la visibilidad de su padre hacia dentro de su alcoba, aún así ese comportamientole extraño raras veces de comportaba de esa manera

-¿Tokio de verdad estas bien?

-Si papá, claro –dijo Tokio toda sonrojada

-Pero entonces lo que Ogae...

-Papa ya sabes como es Ogae...

-mmm

-Ademas yo estoy bien... si... creo que lo unico que ayer... fue... un... un... resfriado -dijo ella despues de unos largos segundos de trastabillar las palabras

-¿Resfriado?

Si...veras... yo creo... que ayer... como... que... me resfrié... estuvo algo fresco el día y pues... no me sentí muy bien... pero... eso es todo –la joven rió nerviosa

El padre de Tokio le examino detenidamente, Tokio sonreía con dulzura tratando así de calmar los ánimos de su padre, este arrugando la nariz dijo

-Si debió ser eso

-Por supuesto que es esto que te imaginabas papa... –dijo ahora Tokio con una sonrisa más segura, su padre le vio intrigado aún así dijo al parecer no muy convencido

-Aún así estas muy roja Toki... –la cara de la mujer se encendió, al tiempo que su padre tocaba su frente tratando de comprobar si tenia fiebre -será mejor que visites al doctor en el tarde, o tu resfriado podría empeorarse

-Si lo haré papá lo haré... pero por lo pronto quiero descansar un rato

Será lo mejor Toki descansa, que debió de haber sido una noche muy pesada –dijo su padre con una sonrisa, Tokio mascullo al tiempo que entreabría su puerta

-No tienes idea cuanto

-¿Dijiste algo? –su padre se volvió pero la joven ya estaba dentro poniéndole el seguro a la puerta, al tiempo que decía a través de la puerta

-No papá, nada –la joven pego el oído a la puerta y escucho los pasos amortiguados de su padre alejarse, la joven se volvió a su novio el cual ya se estaba cambiando y le veía con una sonrisa traviesa en el rostro

-¿Se ha dado cuenta?

-Espero que no... –Tokio ahogo una risita y dijo -Definitivamente tenemos que buscar otro lugar

-whoooooooooooooaaaaaaaaaaaaaa (bostezo)... Ahhhhhh que bien dormí... pero aun es muy temprano - dijo la joven Tokio entrecerrando los ojos debido al brillo colado a través de la ventana de su cuarto siendo esto lo primero que la despertó, por unos segundo entreabrió sus ojos y pudo ver el suave movimiento de la cortina contra el viento, se sonrió, al ver el débil rayo de sol

-Que raro sueño tuve... fue como si regresara a el día en que Hajime y yo lo hicimos por primera vez... hace años que no soñaba con eso... fue un sueño muy raro...–dijo esta con un hilito de voz, al tiempo que se daba vuelta para impedir que el brillo del sol le molestara pero entonces, fue cuando escucho un gemido ahogado, muy cercano a ella. La mujer abrió los ojos totalmente

-Hajime –dijo ella en voz bien alta, el hombre a su lado le vio de la forma más acostumbrada para el, la del asesino.

-aja

-Konichiwa –dijo la mujer sonriendo levemente, le beso con delicadeza en los labios y quedo tumbada junto a el, con una mirada reconfortante –pensé que no estarías aquí cuando despertara –la desnudez con la que le recibió su esposo y el frió de la mañana colándose por cada rincón de su cuerpo le hizo recordar la noche anterior, coloreando débilmente sus mejillas

-¿Qué te hace pensar eso? –dijo el arqueando una ceja, Tokio rió levemente y dijo

-Ahhh, nada, solo que desde la primera vez que hicimos el amor, a escondidas en mi cuarto, hasta ahora, después de más de 10 años casados, nunca te has quedado hasta que despierte, siempre te estas vistiendo para irte al trabajo –dijo Tokio con voz queda, apretándose contra su cuerpo y tocando con el dedo índice, su pecho, describiendo círculos, con cada movimiento.

-El deber llama –dijo el con voz aún más queda que el de su esposa

-Lo se... –los ojos de Tokio se apagaron un poco y por unos segundos un brillo extraño ilumino los ojos de su esposa, Saito entendía todo perfectamente y pasando un brazo por el hombreo de su esposa dijo en voz muy queda

-Te amo -Tokio sonrio debilmente sabia lo dificil que era para el decir dichas palabras, así que con una mano retiro uno de los felquillos de su cara.

-También lo se...aunque no me lo digas tan seguido... yo lo se...

-...-Saito acariciouna de las mejillas de la mujer,mientras estatomaba la mano de su esposo entre las suyas, Tokio le miro con fiereza y sin flaquear la mirada dijo

-Pero hay algo que no se...

-mmm

-Y es el por qué aun no me dices la verdad

-¿eh?

-No todos los días pasamos una noche tan hermosa, por favor dime...¿qué me estar ocultando? O mejor dicho... –la mujer se aclaro la garganta y dijo en voz apenas audible -¿cuál es el motivo por qué te estas despidiendo?

-Tok...

-Te conozco muy bien... no trates de negarlo... ¿dime que me ocultas Hajime? –dijo Tokio con una mirada penetrante, esmeralda contra ámbar, Hajime Saito suspiro resignado, no tenia caso mentirle, tarde o temprano lo iba a saber, además a pesar de ser un poderoso miburo sabia que jamás iba a poder ganarle a su mujer, asi que voz que denotaba cierto fastidio dijo

-Mañana voy a pelear contra el Battosai

-¿Qué? –dijo Tokio levantándose de el cómodo futón donde estaba recostada, tomando una delicada sabana para poder cubrir su desnudez -¿qué estas diciendo?

-Tengo que medir su fuerza... –dijo con voz pausada y baja –comprobar si puede sernos útil

-¿Útil para que? –dijo Tokio entornando sus ojos y apretando sus labios

-Para luchar contra Makoto Shishio –Tokio le miro enfadada, pero más confundida que nada

-¿Quién es Makoto Shishio?

-Un ex asesino... como Battosai... que fue traicionado por el gobierno y ahora trata de controlar todo Japón a base de tiranías y asesinatos sin premeditación

Tokio se vio ligeramente preocupada pero aun así logro tranquilizarse y pensar lógicamente, ese tipo de misiones, no eran encargadas de un día para otro, por lo menos un par de meses,

-¿Un par de meses? –dijo ella en voz baja¿desde cuando me lo esta ocultando? –pensó, al tiempo que miraba con detenimiento a su esposo

-¿Desde cuando tenias asignada la misión?

-No veo que utilidad tenga decirte eso

-¡Dímelo Hajime! –Saito vio a su esposa y luego volvió su rostro a una pared de su habitación

-Hace tres meses –Tokio estallo, se puso roja y apretó sus puños

-¿TRES MESES?

-Hai

-¿TRES MESES?... TUVISTE TRES MESES,

-Hai

-¡Y ME INFORMAS QUE TE VAS A DIOS SABE DONDE, A PELEAR CONTRA TU PEOR ENEMIGO, UN DIA ANTES, CUANDO TUVISTE TRES MESES, DE DICHO CONOCIMIENTO!

-Hai

-¿CÓMO, PUEDES SER... TAN...-Tokio se veía más que molesta, estaba furiosa, siempre era lo mismo, siempre se iba, y no se lo comunicaba nunca, pero a diferencia de las otras ocasiones las misiones nunca habian sido tan peligrosas, o tal vez si, pero lo cierto era que no se llagaban a comparar con esta.

-No quería que te preocuparas –Tokio rió amargamente, al tiempo que sentía que los ojos le quemaban

-¿Porque debería preocuparme?... solo porque vas a ir a pelear contra el peor asesino y enemigo de Shinshengumi, en una batalla en la que no sabemos si saldrás vivo

-No es tan peligroso

-¿Ah no? -Tokio bajo una de sus manos hacia la cintura de su esposo, en donde este aun conservaba una cicatriz de espada, hecha por el Battosai, Tokio conocia a la perfeccion esa herida, ya que gracias a ella habia podido encontrar nuevamente a su Hajime - ¿no es peligroso enfrentar a un enemigo que te hirio varias veces en el pasado, para luego, si sales vivopelear contra alguien peor? –Saito ya no supo que decir, era obvio que su esposa, que su esposa entendió todo a la perfección.

– ¿O acaso me equivoco, si están reuniendo a los dos hombres más fuertes del Japón para pelear contra un solo hombre... Tokio guardo silencio, la sola idea, de que su esposo fuera a una pelea donde la muerte era prácticamente segura, le hacia que no pudiera continuar, la mujer derramo un par de lagrimas ante la mirada imperturbable de su esposo.

-Tokio... –comenzó de forma pausada el hombre –sabes que la vida de un ex miburo no iba a ser fácil...

-...-Tokio no dijo nada solo sollozo levemente, aún sin inmutarse su esposo continuo

-Lo sabias

-Si lo sabía...-dijo Tokio con algo de desesperación - lo sabía desde que nos besamos en aquella callecita... también lo sabía cuando me salvaste de Jinei y aún así no me importo... y creo que te demostré bien que no me importaba demasiado en aquella época... –Tokio miro el futon con mucho detenimiento, no era necesario que su mujer terminara de hablar, Saito sabia la siguiente palabra de su oración

-¿Pero?

-Pero, en ese entonces, solo éramos nosotros dos

-...

-Y, como cualquier muchachita enamorada, no me importaba arriesgar mi vida, ni morir a manos de quien fuera, si con eso podía estar contigo... pero... nuestros hijos... no merecen ese tipo de vida...

-Lo se...-Saito guardo silencio por unos momentos y luego miro a Tokio extrañado -¿nuestros hijos?...pero...

Tokio vio a su esposo y de forma nostálgica dijo

-Parece que a Kohaku se le va a hacer realidad el sueño de tener un hermanito

-¿Qué? –dijo rápidamente Saito como esperando que hubiese escuchado mal, Tokio le enfrento con los ojos llenos de lagrimas y luego dijo en un tono sarcastico

-¿Acaso tengo que explicártelo con manzanas?... ¿qué parte no entiendes, de ser papa?

-...

-Parece que el gran miburo se ha quedado sin palabras –dijo con un poco de malicia Tokio, Saito vio con algo de fiereza a la mujer

-¿Desde cuando sabias?

-¿Tiene importancia?

-Si para ti es importante el tiempo, no veo elporque no lo sea para mi –Tokio entorno sus ojos y dijo

-Hace un mes –Saito apretó los labios, se sintió molesto "su mujer le reclamaba por no haberle avisado con tiempo de una misión, y ahora el en menos de dos minutos estaba enterado de que pronto seria padre por segunda ocasión", aun así al igual que su esposa contesto fieramente

-¿Me reclamas por no haberte dicho de una misión cuando tu sabias que estabas embarazada, desde hace un mes?

-¿CUÁL HABRIA SIDO LA DIFERENCIA?

-¡Hubiera pedido mi dimisión en este trabajo!

-¡NO ME DIGAS QUE TE IMPORTA!

-POR SUPUESTO–dijo Saito levantando la voz, encarando la cara de su mujer, la cual parecía que estaba haciendo un gran esfuerzo por contener las lagrimas, Saito sintió un vuelco en el estomago, se había pasado, no tenia derecho a reclamarle nada, y lo sabía, pero como hacerle entender que el tenia que hacerlo, como ex miembro de shinshen gumi y como parte activa de la policía no podía quedarse simplemente con los brazos cruzados, así que sin siquiera pensarlo demasiado tomo con cuidado el mentón de la mujer

-Lo siento –la mujer parpadeo extrañada y vio a Saito como si lo que hubiera dicho fuera lo más extraño del mundo

-¿Qué?

-Lo siento Tokio –Tokio parpadeo un par de veces pero aún así dejo que el siguiera hablando –la misión es muy peligrosa... mucho más que en otras que he estado... no quería que te preocuparas todo este tiempo, no valía la pena, puesto que pase lo que pase, tengo que ir

Tokio limpio sus mejillas y sin dejar de ver a su esposo mascullo

-Es que todo esto es tan repentino y... –las lagrimas de la mujer cruzaron libremente por sus mejillas

-Toda va a salir bien Toki

-Hai –dijo ella con un hilito de voz Saito vio a su esposa de una forma delicada y dijo

-Además no estaré solo, el Battosai me acompañara

-Vaya consuelo... si sales vivo de esa pelea tu peor enemigo te va a acompañar podría haber algo más

-Si lo hay, hay algo más

-¿mm?

-El Battosai ya no es el Battosai...

-¿Qué?

-Ha dejado el nombre que le asigno el gobierno y ahora es conocido solo como Kenshin Himura... el cual ha decidido ser un vagabundo que vive de forma pacifica... incluso tiene varios amigos... un estúpido y arrogante pugilista... una dedicada doctora, un mocoso que lo idolatra y una preciosa chica –Tokio hipo débilmente lo que menos necesitaba era que su esposo empezara a hablar de los encantos de otra mujer, Saito sonrió y siguió hablando -Que le esta ofreciendo su dojo como vivienda...

-Que bien...

-Un dojo en Tokio... a cargo de la maestra en entrenamiento...

-Maravilloso –dijo Tokio con sarcasmo

-Llamada Kamiya Kaoru

-¿Qué? –Tokio palideció ante la sola mención

-El Battosai termino viviendo el dojo de la niña Kamiya...

-¿Kaoru-chan?

-Hai, parece que es su novia o amante... aunque creo que su trato lo ha hecho más débil, pero tomando en cuenta que ahora es un Japón más pacifico, podrá no estar tan mal... incluso con ese defecto creo que podremos terminar rápido con la mision

-Hajime...

-¿Si?

-Estas muy confiado

-Un miburo no tiene que serlo...pero

-¿Pero?

-Pero ahora no solo peleo por nosotros dos... –Saito bajo un poco la voz - ahora tenemos un hijo y otro en camino... por el cual no puedo rendirme

-Hajime...-la mujer se colgó a su cuello, llorando abiertamente, Saito extrañado pregunto

-¿Ahora porque lloras? –la mujer negó levemente con la cabeza

-Porque... porque... estoy casada con un perfecto idiota –mascullo ella con una sonrisa en los labios, Saito parpadeo un par de veces extrañado y ligeramente molesto –por el que me preocupo y rezo todos los días... y al que aunque no este siempre de acuerdo con sus decisiones... mal o bien siempre lo voy a adorar y amar...

-Todo va a salir bien Tokio –dijo Saito por el momento era lo único que podía hacer, corresponder el abrazo de su mujer y dedicarle suaves palabras, palabras que ninguna otra persona en ese mundo volvería a oír al menos no salir de la boca de el ex capitán

-Eso si que no lo se –contesto Tokio apretándose con el, como si quisiera fundirse en ese abrazo y no dejarlo ir

-Pero yo si... ahora deja de llorar, que pareces una mocosa mimada –dijo Saito con voz queda, Tokio rio levemente al tiempo que se apretaba aun más en su pecho, hasta casi causarle haciéndole daño y dijo en voz muy alta

-Te amo... maldito bastardo te amo... –la mujer lo encaro las lagrimas aún surcaban libremente por sus mejillas, pero aún así le observo fieramente –y créeme que si no vuelves... –la voz de la mujer tembló un poco, una gruesa lagrima cayo hasta el futon - en el otro mundo voy a buscarte y no descansare hasta golpear tu maldito trasero

Saito rió entre dientes y dijo de forma delicada

-¿Quién puede negarse a esa exigencia?

Tokio suspiro levemente se dio vuelta y vio el sol colarse por una de sus ventanas, sintió como su esposo tomaba delicadamente su cintura y besaba sus hombros suavemente

-Sabes...

-¿No me digas... hay otra sorpresa?

-Digamos que si

-¿Ahora que pasa?

-¿Sabias que me dieron medio día libre?

-Ah –dijo Tokio mucho mas tranquila, Saito accedió ligeramente con la cabeza

-Hai... Y ciertamente pensé que podríamos aprovecharla bien

-Si pensaste correctamente –contesto Tokio volviendo un poco su rostro para besarle intensamente en los labios, Saito se sorprendió de esa intensidad, a pesar de estar aparentemente más tranquila ese beso le indicaba lo contrario, por lo cual dijo cuando se separaron para tomar algo de aire

-Pero...

-¿Pero? –dijo Tokio tensándose visiblemente al escucharlo, Saito acaricio su brazo con un movimiento pausado

-Esta vez ya no será una despida

-¿Eh?

-... esta vez... será una promesa

FIN

Bien lo termine, lamento mucho la tardanza, pero siendo sinceras no sabia como iniciarlo, me es muy difícil terminar los fics, se que la ultima vez dije que no iba a estar igual de largo que los demas y la verdad me equivoque, pero simplemente cuando lo escribí así salió, espero que no se les haya hecho demasiado largo, quería explicar todo, aunque ahora que lo analizo si hay algunas partes que pude haber desechado, en fin, mil gracias a todas las personas que siguieron mi fic, quiero agradecer a todas aquellas personas que dedicaron un poco de su tiempo para leer las locuras de esta "seudo" escritora, y por supuesto un gran beso a todas las chicas lindas que dejaron sus cometarios: de verdad que levantan el animo, muchas, muchas gracias, me despido con una sonrisa esperando que podamos leernos pronto.

Atte: Midori