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Donde hay luz también habrá sombras...mientras exista el concepto de ganadores, también existirán los perdedores. El propio deseo de mantener la paz creó las guerras...y el odio nació para proteger el amor...
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La sangre fresca impregnaba el suelo, nueva vegetación creciendo sobre un mar de muerte y destrucción. El tétrico paisaje de cada día que se veía enmarcado por los cuerpos de los ninjas caídos en batalla, personas que ya jamás regresarían a su hogar otra vez. La esperanza se desvanecía lentamente ante las penumbras de un mundo sumido en el más detestable de los conflictos, la Guerra entre Clanes, un enfrentamiento interminable que lo único que hizo fue dar testimonio de lo malvada e insípida que podía llegar a ser la humanidad. Un conflicto que sin control o moderación se regía bajo leyes sin justificación, un pensamiento insano que enviaba a niños inocentes a una muerte segura en el campo de batalla.
Tantas lágrimas amargas derramadas sobre las lapidas de los caídos y sangre roja manchando eternamente las manos de los shinobis, ríos de muerte encausados por un sentimiento tan vacío que solo podía ser propulsado por el profundo resentimiento acarreado desde generaciones pasadas. El peso de la venganza recorría cada pequeña fibra del ser de aquellos descendientes, ninjas que provenían del propio Sabio de los Seis Caminos, clamando con sus almas represalias por todo el sufrimiento y el dolor que abatió a sus familias. Encendiendo una incontrolable llama de destrucción que se había extendido a cada parte del mundo ninja consumiéndolo todo a su paso, obligado al resto a luchar en una batalla que no les correspondía.
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Ubicada en lo más profundo del país del Remolino una hermosa joven de brillante cabello rojo observaba su propio reflejo situado frente a ella, el cual le devolvía la mirada serena, aquellos preciosos ojos oscuros tan propios de una niña denotaban un aire de madurez impropia de su edad. Procediendo a terminar de abrochar la armadura que cubría su cuerpo, el blindaje de color verde resplandecía sobre la pulcra capa de tela blanca del kimono que se veía parcialmente oculto dentro del armazón de Guerra, portando a cada lado de sus caderas varios pergaminos de sellado junto a uno de gran tamaño atado a su espalda. La abundante cabellera se encontraba enrollada en dos elegantes moños de los cuales colgaban unos pendientes con perfectos sellos grabados, llevando orgullosamente el escudo de su pueblo natal en sus hombros.
Una pacífica tranquilidad la rodeaba mientras se dirigía con pasos firmes y seguros a las afueras de la Mansión Principal, detallando con sumo cariño las figuras familiares que ahí la esperaban. Su pequeña hermana le dirigió una mirada nerviosa a la par que se acercaba hasta a ella en busca de consuelo, la mayor alzo el brazo envolviendo sus hombros con afecto empleando la otra mano para trazar una delicada caricia en el brilloso cabello contrario, cuidando de no arruinar la trenza cuidadosamente tejida y mucho menos el moño encima de su cabeza. Cheza a diferencia de su hermana portaba una armadura de batalla estándar, placas de metal cubriendo su cuerpo junto al característico kimono negro de Guerra, con el símbolo Uzumaki estampado en sus ropas junto a una bolsa con suplementos médicos y un arco con flechas de sellado atado firmemente a su espalda.
-No te preocupes. Yo estaré ahí para cuidarte, no dejaré que nada te pasa-Prometió la pelirroja mayor, su tono cargado con una calidez y dulzura que logró tranquilizar los nerviosos de la menor.
-Mito-oneesama...-Murmuro Cheza envolviéndola en un fuerte abrazo a lo que la mayor la miro con cariño.
La pequeña Uzumaki inhalo profundamente confiando plenamente en su hermana, a la par que intentaba llenar su pecho con algo de valor para lo que vendría. En su corta vida jamás había estado en una batalla real y aunque se suponía que simplemente brindarían apoyo médico eso no quería decir que no se verían obligadas a luchar, Mito tampoco había estado en la Guerra antes por lo que la pequeña no podía evitar mirar con genuina admiración el semblante confiado y sereno de su hermana mayor. Deseaba algún día poder ser como esta, quien había destacado en todas las artes ninjas de su Clan incluso antes de que ella pudiera blandir un simple kunai. Puede que su Padre asegurara que era una misión completamente segura pero le atormentaba la idea de representar un obstáculo, ya habían perdido a un hermano no quería que Mito perdiese otro. Soltó un suspiro, solo esperaba no ser un estorbo para ella.
-Ashina-sama...es hora-Anunció uno de los Senjus ahí presentes. Él Líder Uzumaki dio un leve asentimiento antes de volverse hacia sus hijas -Mito...Cheza...-Pronunció él hombre.
-Estamos listas-Afirmo Mito seriamente, ignorando la humedad que cubría los ojos de su honorable progenitor. Él Uzumaki de avanzada edad colocó una mano en la mejilla de cada una sonriendo levemente.
-Esta alianza con los Senjus es muy importante para nuestro Clan...procuren que todo salga como es debido-Solicito Ashina tragándose sus sentimientos.
-Si Padre-Dijo Mito inclinando la cabeza con respeto ante él Líder de su Clan.
Ashina disimulo una respiración profunda, tratando de no demostrar su preocupación pero resultándole casi imposible. No era sencillo para él mandarlas a una misión lejos de la seguridad y protección de Uzushiogakure, pero era necesario para evitar una futura invasión a causa de cualquier Clan temeroso o codicioso que buscase dañarlos, pues lamentablemente los Uzumaki tenían muchos enemigos y el mejor aliado con el que podrían contar serían sus parientes lejanos, los Senjus. Observo como su esposa Kotoko las despidió como si fuera la ultima vez que fuera a verlas y él contuvo su temblor, Mito les dirigió una tranquila sonrisa repleta de confianza prometiendo a sus Padres que regresarían sanas y salvas llenándolo de orgullo.
El matrimonio Uzumaki miro a sus hijas partir junto a la compañía de la pequeña escolta Senju, rogando internamente por su retorno seguro. Las hermanas partieron atravesando los sellos protectores que rodeaban la Aldea, dejando atrás los territorios de Uzushiogakure los cuales siempre habían delimitado su hogar y todo lo que conocían, especialmente para Cheza quien no podía despegar su mirada nerviosa de la espalda de la mayor quien brillaba ante sus ojos por el aire de poder y seguridad que emanaba. Se movilizaban con maestría por el denso bosque cuidando de no activar ninguna trampa oculta, dirigiéndose al asentamiento Senju mientras trataban de no atraer atención no deseada transcurriendo varias horas.
Mito permanecía atenta a los cambios en la zona, alerta ante cualquier chakra enemigo que pudiese detectar, con su atención fija en la niña a su lado saltando entre las ramas de los árboles a gran velocidad resaltando del resto por sus cabelleras rojas, avanzando siempre con precaución. Entonces la pequeña Uzumaki abrió los ojos a su máximo punto al escuchar un ''clic'' justo después de pisar en una rama activando para su desgracia una trampa oculta, sin embargo con total maestría Mito la salvo quitándola del camino de cientos de kunais los cuales terminaron clavándose de manera mortal en el lugar donde antes la niña había estado parada. Con su hermana en brazos Mito aterrizo a salvo en unas ramas adelante, observando como un par de Senjus cayeron muertos al no poder esquivar las filosas armas.
Inmediatamente los sentidos de la Uzumaki mayor estuvieron en alerta máxima observando en todas direcciones, a la par que ocultaba su chakra a modo de precaución indicándole lo mismo a su hermana menor en caso de ser necesaria una huida precipitada. Inmediatamente busco algún indicio de que alguien estuviese en la zona, sintiendo una sensación desagradable al percibir una gran acumulación de chakras enemigos comenzar a rodearlos. Sin perder tiempo bajo a Cheza colocándose protectoramente frente a esta mientras los ninjas salían a la luz, la sonrisa arrogante en sus rostros junto al distintivo abanico rojo brillando en sus ropas delato rápidamente que eran Uchihas.
Mito frunció las cejas apretando los puños en reflejo con la guardia en alto, siendo conocedora de la reputación que se había forjado aquel peligroso Clan. Cheza desde su posición comenzó a temblar violentamente sujetándose sutilmente de la manga de su hermana en busca de seguridad, a lo que la Uzumaki mayor pudo percibir su intenso miedo el cual le era natural al ser esta la primera vez que ambas veían a tantos Uchihas y tan de cerca. Sin embargo se obligo a si misma a ignorar aquellos sentimientos y se centró en el momento, dispuesta a utilizar todas sus habilidades para mantener a salvo a su pequeña hermana, siendo esta su prioridad principal. Se mantuvo atenta, observando como los Uchihas desenfundaban sus armas a la par que les dirigían una mirada completamente aborrecible.
-Apestosos Senjus-Gruño uno con enojo lanzando un shuriken hacia ellos, para luego realizar una multiplicación masiva de shurikens obligando al escuadrón a separarse.
-¡No sabía que estábamos en territorio Uchiha!-Exclamo un Senju esquivando el torrente mortal de armas.
-¡No lo estamos!-Grito él Líder del escuadrón.
-¡Katon: Hōsenka no jutsu!-Pronunció un pelinegro haciendo sellos de manos, exhalando una gran bola de fuego que arrasó con uno de los Senjus.
Las dos partes se atacaron brutalmente entre si, mientras las hermanas Uzumaki se mantenían al margen observando la sangrienta carnicería. Los Uchihas eran buenos en Kenjutsu cortando a más de un Senju quienes rápidamente contraatacaron con jutsus de elementos diversos y de todo tipo, notándose la cruel experiencia de ambos bandos. El agarre que mantenía Cheza sobre la manga de Mito se afianzo, sintiendo como el terror la azotaba temblando con visible pavor dejando escapar un grito de miedo cuando vio a uno de los Uchihas acercarse hacia ellas, la katana brilló de forma letal lista para ser enterrada en su cuerpo, cerró los ojos con miedo incapaz de reaccionar pero entonces un empujón la hizo retroceder.
Y al abrir los ojos con sorpresa se topo con que Mito la había apartado atravesando al ninja con un kunai, él hombre gimió escupiendo abundante sangre por la boca antes de intentar arremeter un ultimo ataque que fue frenado fácilmente por la velocidad de la Uzumaki, quien concentró una buena cantidad de chakra en su mano estampando su poderoso puño en el pecho del Uchiha mandándolo a volar cientos de metros hasta chocar duramente contra el tronco de otro árbol. La niña tembló observando con inmensa sorpresa a su hermana sin dar crédito a lo que habían visto sus ojos, pero no tuvo tiempo de reflexionar sobre lo que había pasado ya que la autoritaria voz de Mito se dejo oír poco después.
-Cheza quiero que te alejes a una distancia considerable y utiliza todas tus flechas-Ordeno la pelirroja seriamente.
La menor trago con nerviosismo antes de asentir obedeciendo de inmediato, justo después de que Cheza estuvo lo suficientemente lejos Mito salto de la rama del árbol dejándose caer en picada y cuando vio el suelo aproximarse alzo la pierna derecha lo más que pudo golpeando la superficie del piso con su pie y lo que ocurrió a continuación sorprendió a todos los presentes. Gigantescas grietas de descomunales dimensiones se abrieron en la tierra para luego explotar en una nube de denso polvo, el cual portaba miles de pequeños trozos de roca que cortaron la piel de los que estuvieron demasiado cerca del impacto, los enormes árboles cayeron y la vista se obstruyo por un minuto.
Una vez que el humo se disipo a su alrededor se pudo observar el escenario completamente destruido que había dejado el golpe, los Shinobis jadeando impactados ante aquella fuerza descomunal observando a la delicada joven que se cernía en medio de aquella devastación luciendo un semblante estoico mientras las cortadas que se habían ocasionado en su cuerpo en consecuencia se curaban inmediatamente debido a su vitalidad Uzumaki. Tan impactados estaban que los ninjas ignoraron por un segundo el hecho de que se había formado un perfecto campo de batalla, entonces la pelirroja adquirió una postura ofensiva retando a los atacantes. Los Uchihas gruñeron saliendo de su asombro activando sus Sharingans, enojados ante el hecho de que algunos de los suyos habían caído ante el inesperado ataque. Al ver el temido Doujutsu del Clan, la Uzumaki realizo varios sellos de manos.
-Ninpo: Totarokku (Arte Ninja: Bloqueo Total)-Pronuncio Mito evitando que las tácticas ilusorias pudieran afectarla.
La batalla se retomo rápidamente con la misma intensidad que el comienzo, cada parte queriendo aniquilar al contrario sin embargo pronto fue obvio que los Senjus se encontraban en alarmante desventaja, debido a la llegada de cada vez más refuerzos de parte de los Uchihas. Mito se mantuvo a la defensiva limitándose con el daño que podía ocasionar su devastador Taijutsu, noqueado y dejando fuera de combate a todo el que se le acercaba evitando matar a todo al que pudiese, mientras que bajo su feroz protección Cheza tiraba flechas con sellos explosiones de gran magnitud que debilitaban a los Uchihas, no obstante se agotaron rápidamente y la niña tuvo que valerse completamente de las habilidades de su hermana al no ser apta para la batalla.
Mito finalmente tomo dos de los rollos que llevaba sujetos a la cadera y sin vacilar los lanzo frente a sus enemigos, estos cayeron inmediatamente al suelo a penas con suficiente chakra para seguir vivos. Entonces procedió a arrodillarse tomando un pincel de su bolsa dibujando una formula de cierre en el suelo en menos de diez segundos y cuando cuatro Uchihas llegaron corriendo hacia ella pisando el detallado circulo de kanji quedaron paralizados debido al bloqueo de sus puntos de chakra. La Uzumaki lanzo dos pares de rollos a una buena distancia de ellas procediendo a hacer unos sellos manuales y los Uchihas cercanos se vieron imposibilitados para utilizar sus técnicas, con su flujo de chakra perturbado no podían hacer nada, Mito a penas y se había dado cuenta de que la mayoría de los Senjus que las acompañaban ya se encontraban muertos.
-¡Katon: Gōkakyu Gatana!-Pronunció un Uchiha quemando a dos del escuadrón.
La pelirroja procedió a hacer sellos manuales y toco el suelo provocando que la gravedad se viera aumentada a un gran perímetro a su alrededor, por lo que los Uchihas quedaron inmovilizados contra el piso. Finalmente el ultimo Senju fue atravesado por una katana y cayo al suelo inerte ante los ojos incrédulos de las dos hermanas quienes fueron crudamente consciente que se encontraban solas contra un batallón completo de ninjas. Los Uchihas las miraron con una fría indiferencia acortando la distancia lentamente, Mito los observo con el ceño fruncido sabiendo que estos no se detendrían hasta acabar con sus vidas, a su lado observo como Cheza lloraba con impotencia y se obligo a su misma a respirar dejando de lado la preocupación y sonreír con seguridad a su hermana.
-No te preocupes, todo estará bien-Consoló Mito posando una mano en la cabeza contraria, la niña la miro con sus grandes ojos sorprendidos confianza en aquella sonrisa que lo único que transmitía era tranquilidad. Entonces la Uzumaki mayor arranco los dos pendientes que colgaban de sus moños y los lanzo frente a ella.
-Jutsu Separación de Alma-Pronunció activando el primer sello y a través del uso de esta etiqueta fue capaz de crear un sello que afecto a una gran área alrededor de ella, quitándole el alma a los adversarios que se encontraban cerca, sellándolas dentro de la etiqueta.
-Kinjutsu Kagero Ichigo (Jutsu Prohibido Vida Efímera)-Dijo accionando el segundo sello el cual adsorbió indiscriminadamente el chakra de todo ser vivo que se encontró dentro de la barrera hecha por este.
Estos dos últimos ataques derrotaron con absurda facilidad a una increíble multitud de Uchihas cercanos, por lo cual los ninjas restantes retrocedieron temerosos ante aquella demostración de poder, la habilidad de esa belleza pelirroja había significado el ''fin'' para muchos de sus camaradas. Mito los observo cautelosamente ignorando el sudor que comenzaba a bajar por su frente, consciente de que había gastado una buena cantidad de chakra pero no podía permitirse el lujo de comenzar a sentirse cansada ahora, esto aun no terminaba. Acomodo uno de los rebeldes mechones que se salieron de los moños de su cabello detrás de la oreja y se enfoco en regular su respiración, aprovechando esa breve pausa en la lucha para recuperarse del esfuerzo físico. Mientras estuviera viva, nadie tocaría a su hermana...nadie.
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En la tienda principal de un elaborado campamento ninja, él Líder en funciones revisaba los planos que se hallaban sobre su mesa. Comenzaba a sentir lo que era el peso del liderazgo golpear sus hombros, desde la prematura muerte de su Padre se había visto obligado a asumir el mando y aunque siempre había ejercido funciones importantes dentro del Clan ahora era muy diferente, todas la decisiones importantes recaían sobre él, cualquier fallo, cualquier conclusión precipitada podría desencadenar una humillante derrota y por consiguiente la pérdida de cientos de vidas, en la Guerra no había cabida para el error. Suspiro profundamente frotándose el puente de la nariz casi con exasperación.
Había vivido mucho más de lo que cualquier persona de su edad debería, pero lamentablemente la realidad era que carecía de la experiencia necesaria para guiar exitosamente a un Clan por su cuenta, o al menos eso consideraba, temía decepcionar a todos y hundir a sus camaradas en las sombras de la derrota después de lo mucho que batallo su Padre para sacarlos adelante. Por primera vez en mucho tiempo tenían la ventaja estratégica puesta sobre el campo de batalla y sin importar el costo, se negaba a permitir que sus enemigos jurados lograran aventajarlos nuevamente. Sin embargo fue sacado de aquellas cavilaciones ante el persistente sonido de apresurados pasos seguidos inmediatamente de una voz alarmada y un ninja en su tienda.
-¡Madara-sama! ¡Madara-sama!-La chillona voz del Uchihas capto su atención.
-¿Qué ocurre?-Pregunto él azabache calmadamente girándose hacia él castaño.
-¡Disculpe Madara-sama! ¡Pero tenemos un grave problema!-Anunció exaltado. Madara arqueo las cejas y le hizo una señal para que continuara -¡Estábamos en una misión de reconocimiento y nos encontramos con un batallón de Senjus que activo una de nuestras trampas Señor! ¡Logramos matar a la mayoría, pero hay un miembro que es demasiado fuerte. A acabado con muchos de los nuestros!-Informo.
-¿Estas hablando de Hashirama?-Pregunto él Uchiha tensándose ante el mencionado, ya que no era común encontrar a algún Senju capaz de derrotar a tantos miembros de su Clan por cuenta propia, a excepción de su viejo amigo.
-No Señor, en realidad no parece Senju. Nunca había visto técnicas como las suyas-Respondió rápidamente. Madara cruzado de brazos alzo las cejas sorprendido ante la inusual información.
-Bien. Llévame al lugar-Ordeno él Líder Uchiha tomando su abanico de Guerra, el cual poseía un patrón de tomoe en las dos esquinas superiores. Él castaño asintió rápidamente, guiando al azabache hasta el sitio donde se desato la batalla.
En cuando llego al lugar Madara no pudo suprimir su genuina sorpresa ante la escena que lo recibió, decenas de Uchihas estaban esparcidos sobre el desértico suelo barrido de árboles, el cual se encontraba increíblemente desquebrajado junto a varios kunais y armas olvidadas, era un imagen tan devastadora que él Líder Uchiha solo pudo compararla con el panorama que quedaba luego de días de intensa lucha, por lo cual no podía creer que tanta destrucción se había desatado en algunas cuantas horas, solo él y Hashirama eran capaces de tanta destrucción. Él azabache observo como los miembros restantes permanecían a una distancia absurda del centro del lugar, como si temieran que al acercarse al perímetro algo malo ocurriría.
Con el entrecejo fruncido Madara camino con confianza por el campo de batalla, aproximándose sin dudar al destruido lugar. Puede que no confiara completamente en sus capacidades de Líder pero como ninja no tenía duda alguna de que no había quien le fuera igual, no temía en absoluto a la persona responsable de haber derrotado a sus subordinados, fuera quien fuera debía temerle a él, él brutal Líder Uchiha no al revés. Activando su Sharingan escaneo rápidamente la zona, solo para confirmar que además de los Uchihas inconscientes, por que la gran mayoría no estaban muertos eso lo pudo ver fácilmente a plena vista, solo habían dos ninjas a una considerable distancia de él. Soltó un suspiro aburrido dispuesto a terminar con aquellos Senjus rápidamente, pues sinceramente en este momento no anhelaba extender el combate y mucho menos con seres inferiores.
Salió corriendo a una gran alarmante con su abanico en mano dejando una estela de polvo detrás de él, un solo golpe y problema resuelto. Dio un salto en el aire arremetiendo su arma contra el enemigo, no obstante cuando hizo contacto visual sus cejas se arquearon con sorpresa ante lo que encontró, unos preciosos ojos azabaches le devolvieron la mirada. Y la confusión que le causo esto fue tal que bajo la guardia el tiempo suficiente como para que la joven mujer contrarrestara su ataque, mandándolo a volar a cientos de metros de distancia, asiéndolo barrer el suelo levantando una gran cantidad de tierra a su paso, pero con una rapidez digna de él se reincorporo como si nada hubiera pasado, parándose firme frente a su oponente
Apoyo el abanico de Guerra sobre su hombro escaneando con sus peligrosas pupilas rojas la figura femenina, no cualquier adversario lograba asestarle un golpe de aquel calibre y ella lo había logrado a pesar de lo pequeña y delgada incluso quizás frágil que se veía, al subir la vista quedo fascinado ante la tonalidad de su cabellera pues jamás en su vida había visto a una persona con aquel exótico color de cabello, con un rojo tan profundo como la sangre. Se fijo en su infantil rostro, sin duda era joven y una una chica realmente hermosa sin ningún rasguño en ese bello rostro, algo extraño después de haber enfrentado a varios Uchihas antes que él. Pero lo que más le llamo la atención fue su mirada, esos ojos lo veían con una superioridad con la que no estaba acostumbrado a ser visto, ladeo la cabeza con curiosidad.
-¿Quién eres pelirroja?-Cuestiono Madara sin poder evitar la pregunta. La joven parpadeo lentamente, batiendo sus largas pestañas casi desprendiendo condescendencia y sin dignarse a responder hizo varios sellos de manos a una gran velocidad.
Él Uchiha evoluciono su Sharingan hasta el Mangekyo y miro directamente a los ojos azabaches de la pelirroja, con la clara intención de sumirla en un Tsukuyomin y hurgar en sus recuerdos pero sorprendentemente no logró hacerlo, frunció los labios con disgusto desconociendo que un sello de gran nivel hecho a principios de la batalla había bloqueado su principal habilidad. Sin perder tiempo la Uzumaki tomo unos de los pergaminos sujetos a su armadura y con un simple sello hizo aparecer cinco kunais los cuales lanzo con hábil maestría en dirección del Uchiha, quien los esquivo junto a la explosión que siguió junto a ellos. Colocándose con extraordinaria velocidad delante de ella, sujetándola fuertemente de la muñeca para impedir que hiciera más sellos manuales.
-¿No te han dicho que no responder a una pregunta es de mala educación?-Cuestiono Madara en tono relajado -¿Quién eres?-Reitero él azabache con intriga.
-¿Y a ti no te han dicho que nunca debes subestimar a un enemigo?-Pregunto Mito con excepcional calma, como si frente suyo no se encontrara él mismísimo Líder Uchiha famoso por su poder y brutalidad.
Las cejas de Madara se alzaron con genuina sorpresa cuando el poderoso puño de la pelirroja se estampo en su estomago en una muestra de fuerza ilícita, sacándole el aire junto a una buena cantidad de sangre que escurrió por su boca. Él azabache no tuvo tiempo de recuperarse antes de que un nuevo golpe diera de lleno contra su barbilla aventándolo hacia arriba y en pleno vuelo la Uzumaki se movilizo e impacto el cuerpo desprotegido del Uchiha con una patada giratoria, con tal fuerza que este último se estrelló contra el suelo dejando un gigantesco cráter. Los Uchihas que observaban la escena temblaron en su lugar paralizados en un estado de completo shock, sin poder creer que cualquier otra persona que no fuera él poderoso Senju Hashirama hubiera logrado derrotar a su Líder con tanta facilidad.
El rostro de Madara se contorsiono en una visible mueca de irritación ante el dolor, tomándose un segundo antes de proceder a sentarse recargando el brazo sobre su rodilla flexionada, fue inevitable que más sangre saliera junto a una molesta tos pues aunque costara creerlo la chica le había roto varias costillas, sus fríos ojos observaron a la kunoichi que yacía impasible a varios metros frente a él emanando un aura de fuerza y elegancia. Una graciosa sonrisa se formo en sus labios ensangrentados ante esto para poco después soltar una genuina risa que solo hizo estremecer a su oponente, quien no comprendía la satisfacción que experimentaba él Uchiha, quien se encontraba realmente impresionado con los movimientos de la mujer. Él azabache se levanto sujetándose el costado adolorido y limpió los restos de sangre que se escurrían por sus labios con la manga de su camisa.
-Lo admito, eso fue...impresionante-Murmuro Madara contento, emocionado ante la perspectiva de poder librar un combate digno de su poder sin tener que recurrir al Líder Senju.
-No son comunes los halagos durante un enfrentamiento-Respondió inmutable la Uzumaki, posicionándose frente a su hermana menor cuando los peligrosos ojos con el Mangekyo se cernieron sobre la niña.
-¿Quién es ella?-Cuestiono él Uchiha con curiosidad, sin poder detallar a la menor debido a que la pelirroja obstruía su visión pero desde su posición podía notar fácilmente el gran parecido que ambas compartían.
-Si te atreves a tocarla te mato...-Murmuro Mito enfrentando su mirada, mostrando una calma que discrepaba con la ferocidad de sus palabras. Madara sonrío de lado irguiéndose completamente.
-Vamos a bailar-Propuso él Uchiha con una emoción infantil, antes de correr en dirección a la Uzumaki.
Esta lo vio llegar en cuestión de segundos bloqueando el puñetazo sin esfuerzo sujetando el puño del Uchiha con su propia, mano la cual aunque era mucho más pequeña tenía un agarre de hierro que le hizo imposible al azabache soltarse. Mito devolvió el golpe solo para ser esquivada cuando él se hizo a un lado y barrio el suelo con su pierna tumbándola en el acto, no obstante de inmediato la Uzumaki salto hacia atrás dando varios saltos, alejando al Uchiha de su hermana mientras colocaba una distancia prudente entre ambos. Madara en un parpadeo se acerco estampándole un fuerte golpe en el rostro pero la chica ni se inmuto, pateando el pecho del Uchiha tirándolo hacia atrás a lo que él sonrío con diversión mientras que ella procedía a saltar en el aire alzando una pierna.
Él azabache se extraño pero no tardo en caer en cuenta de la fuerza monstruosa que debía contener aquella patada cargada de chakra, sin embargo no pudo hacer mucho más que esquivar cuando esta impactó contra el suelo. Ese movimiento acabó por destrozar la tierra a su alrededor impresionando al Uchiha que había sido obligado a retroceder, tomando nota mental sobre cuidarse de aquella mortal fuerza ya que hasta entonces se había mostrado demasiado descuidado, especialmente ante un enemigo cuyas habilidades desconocía, consciente de que esta bien pudo matarlo al inició de la pelea ante su propia imprudencia. Sin embargo no le parecía que este tuviera la verdadera intención de matar a pesar de su mortífero Taijutsu, el cual ahora se esforzaba por esquivar.
-Eres buena...para ser una Senju-Alabo él Líder Uchiha con una pizca de burla y desprecio en su voz, mientras evitaba sus golpes.
-No soy Senju-Respondió Mito viéndose inmutable a pesar de la situación y el cansancio que comenzaba a hacerse presente. Entonces en un movimiento audaz Madara golpeo el rostro contrario evitando su contrarresto al saltar hacia atrás, quedando completamente fascinando al ver como el moretón de su pómulo desaparecía ante sus ojos.
-Estilo de Fuego: Gran Fuego Infernal-Pronunció él Uchiha haciendo una posición de manos.
Su pecho se inflo antes de expulsar una gigantesca llamarada de fuego en dirección de la kunoichi la cual vio venir el ataque de ante mano, habituada luego de haber luchado contra tantos Uchihas durante las ultimas horas conociendo ya de memoria todos los sellos requeridos para realizar el Katon así como de una gran cantidad de las afamadas técnicas de fuego que utilizaban los Uchihas, no obstante ninguna de aquellas técnicas habían sido tan poderosas como ese ataque. Agachándose con rapidez Mito extendió un enorme pergamino de sellado en el suelo y sacando un pincel de su bolsa ninja realizo rápidas pinceladas de tinta sobre el trozo de papel, marcando un detallado circulo de kanji en menos de cinco segundos.
-Fuka Hoin (Método de Sellado de Fuego)-Pronunció y cuando la llamarada llego hasta ella una ola de chakra salió del pergamino, envolviendo el fuego sellándolo completamente en su interior. Madara abrió los ojos intrigado mientras que la chica llevaba a cabo una serie de sellos devolviéndole su propio ataque, provocando que él sorprendido Uchiha tuviera que saltar y esquivarlo.
-Jutsu: Clon de Sombra-Dijo la pelirroja apareciendo a dos clones a sus costados, estos miraron seriamente a Madara un momento antes de salir corriendo a costados opuestos. Él azabache entrecerró los ojos, mientras observaba a las copias lanzar dos kunais con sellos respectivamente a su alrededor.
-Jutsu Prohibido: Drenador de Chakra-Pronunció Mito y él Uchiha sintió una repentina alteración en su suministro de chakra, cuando este comenzó a ser drenado indiscriminadamente por la chica.
-Jutsu de Bloqueo: Sello de Absorción-Dijo Madara haciendo varios sellos manuales y la conexión que consumía su chakra se cerró -Eres astuta-Alabo él Uchiha embozando una sonrisa -Pero tienes que saber que sin importar lo que hagas...no podrás ganarme-Aseguro él azabache con exagerada confianza.
-Nunca debes subestimar a una ninja médico-Advirtió la Uzumaki con precaución, colocándose en posición ofensiva.
Madara la observo con cruda fascinación detallándola de arriba a abajo sin ninguna clase de pudor, generando un sentimiento de disgusto en la Uzumaki quien podía percibir claramente sus pensamientos como si de un libro abierto se tratara. Este estaba encantado ante la primera mujer que había sido capaz de lograr entablar un combate real contra él, él Uchiha sonrío con maldad queriendo probar los límites de aquella curiosa mujer que había captado su atención. Y aunque Mito continuaba impasible esta no pudo evitar abrir los ojos ligeramente cuando el cuerpo del azabache fue cubierto lentamente por una gigantesca armadura impenetrable de color azul, el temido y legendario Susano'o que había logrado sombrar tanto asombro como terror en todos los rincones del mundo ninja.
-Ahora dime Princesa...¿Aun quieres bailar? ¿O ya te quedaste sin pasos que dar?-Pregunto burlonamente Madara cruzándose de brazos.
Pero toda su alegría y diversión se esfumo al momento en que vio a la chica dejarse caer al suelo de rodillas en una posición aparentemente derrotada, la decepción brillo repentinamente en sus pupilas carmesí sin dejar de observar a la pelirroja que tenía en frente, haciendo una mueca de total disgusto ante aquella debilidad pues parecía que la kunoichi se había rendido al pánico aceptando la eminente derrota. Si, era inevitable que esta perdiera contra él sin embargo mentiría si dijera que había esperado mucha más lucha y resistencia de su parte, le había gustado aquel fuego que lo veía como si fuera algo inferior, sintió un mal sabor de boca ante su insatisfacción no obstante aquel disgusto duro poco.
-Kongo Fusa (Cadenas de sellado de Diamantina)-Murmuro Mito en un suave murmullo.
Y ante la absoluta sorpresa del Uchiha un torrente de cadenas de chakra, tan brillantes como el oro mismo pero sin lugar a dudas infinitamente más resistentes, salieron de la espalda de la Uzumaki como un torrente violente golpeando con una fuerza bruta la legendaria armadura justo a la altura del pecho en donde se encontraba Madara recubierto, tirando al Susano'o con increíble facilidad generando un ruido seco al chocar las placas de chakra contra el suelo. Madara parpadeo incrédulo tendido en el piso, ni Hashirama había logrado derribarlo de un solo golpe y esa chica parecía que ni siquiera se había esforzado, sonrío con emoción al reconocer que la había subestimado.
Se levanto lentamente del suelo intrigado ante aquella técnica, cadenas de chakra similares a la estructura fundamental del Susano'o o al menos eso pensaba, quizás por eso había sido tan sencillo para ella derribarlo. Con entusiasmo se preparo y arremetió contra ella intentando golpear su diminuto cuerpo con el gigantesco puño, no obstante las cadenas doradas se envolvieron con una fuerza estranguladora alrededor de su muñeca deteniendo su ataque, frunció levemente el ceño al no poder zafar fácilmente el brazo pues las cadenas eran demasiado densas y resistentes como para simplemente romperlas, haciéndole pensar que la pelirroja sin duda debía tener un basta cantidad de chakra.
Haciendo uso de su brazo libre procedió a arremeter contra ella a la misma vez que un clon de sombra de si mismo aparecía atacando los dos Susano'os a la misma vez a la Uzumaki, sin embargo fueron mantenido a raya por las poderosas cadenas que lograban bloquear y contener contundentes golpes antes de que más cadenas salieran de Mito anclándose al suelo detrás de ella, mientras que las restantes envolvieron a las armaduras formando lo que parecía ser una gigantesca telaraña dorada, inmovilizando completamente a los Susano'os sin posibilidades de escape. Madara la vio con asombro puro, ya que aunque él no estuviera usando el máximo de su poder incontables personas antes que ella habían caído mucho antes de que utilizara la mitad de la fuerza que ya había empleado contra ella, no cualquiera podía enfrentar el poder del Susano'o mucho menos el de dos de ellos.
Mito cerró un ojo respirando con dificultad, era la primera vez que utilizaba las Cadenas de Diamantina a ese grado de esfuerzo, sumado a toda la fatiga que ya venía trayendo causo que sus reservar de chakra de por si a estas altura ya bajas cayeran abruptamente. Él Uchiha completamente ajeno a esto sonrío emocionado dispuesto a aumentar el nivel de la batalla, pero antes de que pudiera intentar algo sintió como las cadenas a su alrededor perdían fuerzas hasta el punto en que se aflojaron, dirigió una mirada curiosa hasta la pelirroja la cual tenía los ojos cerrados mientras trataba de regular su respiración, Madara frunció el ceño al notar que parecía como si de alguna manera estuviera sufriendo por el uso de esa técnica.
Entonces finalmente las cadenas cayeron, provocando un fuerte sonido de metal contra el suelo antes de contraerse lentamente regresando al interior de la exhausta Uzumaki. Mito aun de rodillas se tambaleo ligeramente viendo como todo daba vueltas a su alrededor, pero antes de que pudiera caer al suelo fue socorrida rápidamente por su preocupada hermana quien la abrazo mientras esta trataba de recuperarse de aquel poderoso marero. Cheza miro de reojo al Uchiha completamente aterrada temiendo cualquier acción de parte de este sabiendo que poco podía hacer para defender a su hermana, sin embargo aunque Madara quedo libre de sus ataduras esta vez no intento arremeter contra la indefensa Uzumaki, en cambio se deshizo del clon y de la armadura de Susano'o sin apartar ni por un instante su peligrosa mirada de ambas pelirrojas.
-¿Hermana te encuentras bien?-Pregunto Cheza angustiada viendo como Mito respirada con esfuerzo, por lo que la niña sin dudarle se arremango rápidamente la manga dejando al descubierto su brazo -Por favor muerde...-Pidió la menor queriendo aliviar aunque sea un poco la fatiga de la mayor, no obstante Mito negó lentamente -Pero...-Iba a objetar la niña.
-...No te preocupes por mi...necesitas la energía más que yo...-Murmuro la Uzumaki entrecortadamente, dirigiéndole una sonrisa tranquilizadora -Solo necesito un minuto-Aseguro cerrando los ojos nuevamente.
Cheza trago con un amargo sabor en la boca, aunque su hermana estaba tratando de inspirarle confianza y seguridad sabía que difícilmente podrían salir vivas de esto, tristes lágrimas picaron sus ojos mientras abrazaba con más fuerza a la mayor lamentándose en silencio que su Padre tuviera que perder dos hijas más. Por su parte Mito mantenía un estado de completa concentración, sabía que él Uchiha no tenía intención de atacar todavía lo sentía en su chakra, así que aprovecharía ese pequeño momento de paz para reponerse y considerar las opciones. Abrió sus ojos observando como Madara se aproximaba lentamente hasta ellas, si él Uchiha quería continuar la pelea entonces no tendría otro remedió más que utilizar sus reservas de chakra para sacar a Cheza de ahí, poco importaba lo que esto pudiera causarle a su cuerpo.
-¡Rodéenlas, no quiero que escapen! Pero mantengan su distancia-Exclamo Madara en una orden y Mito pudo ver como los subordinados, quienes hasta ahora habían sido simples espectadores rápidamente hicieron un perímetro a su alrededor.
La Uzumaki mayor se levanto tambaleante posicionándose delante de su hermana menor, devolviendo con fiereza la mirada del Uchiha quien cada vez se aproximaba más, debían salir de ahí pronto antes de que ocurriera algo lamentable. Mito cerró los ojos y suspiro haciendo un simple sello manual activando sus reservas de chakra, las cuales lamentablemente no eran suficiente como para derrotar al Uchiha ni para enfrentarlo como había hecho anteriormente, había estado reuniendo chakra para un nuevo jutsu que desarrollaba el cual no estaba destinado para la batalla y para el cual aun no había logrado acumular lo suficiente. Madara la miro sin expresión alguna en su rostro confundiendo a la Uzumaki al no percibir ninguna clase de intención hostiles hacia su persona, pero no se podía fiar y mucho menos ante alguien quien claramente poseía tanto odio en su corazón.
-Doton: Baira (Elemento Tierra: Barrera)-Pronunció Mito colocando las manos sobre el suelo y tres gigantescas paredes de tierra aparecieron cubriendo su imagen, en un claro intento de detener el avance del Uchiha.
Sin embargo este no logró detener a Madara, quién no se contuvo destruyendo los muros con su abanico de Guerra con suma facilidad como si estos no fueran nada. La Uzumaki mayor no se dejo intimidar ante la presencia del azabache incluso cuando este termino a un escaso metro de ellas, irguiéndose en su totalidad devolvió la inexpresiva mirada del Uchiha quien casi podía ver el fuego reflejándose en sus pupilas oscuras a pesar del aura de calma que la chica mostraba, y sin titubear Mito en un rápido movimiento posiciono un pequeño cuchillo contra el cuello del Uchiha aprovechándose de la cercanía. Era una clara amenaza sin embargo Madara no se inmuto, mirando con curiosidad a la pelirroja mientras este aplicaba un poco más de presión con su arma, pero sin lastimarlo de verdad.
-¿Como te llamas?-Pregunto él Uchiha siendo observado detalladamente por la Uzumaki, si había dobles intenciones en su pregunta Mito lo sabría de inmediato pero tras de esta no había nada más que curiosidad, así que respondió.
-Mito...-Dijo la Uzumaki tranquilamente.
-Mito-Pronunció Madara luego de oír el nombre. Aunque su rostro no lo demostró la kunoichi se extraño ante lo dichoso que este se sentía luego de aquello -¿Acaso sabes quien soy yo?-Cuestiono él azabache posando su mirada sobre ella, ahora sin el temido Sharingan.
-Uchiha Madara-Respondió Mito sin inmutarse, conociendo la fama del hombre frente a ella.
-No pareces asustada ¿Acaso no tienes miedo?-Cuestiono él Uchiha ladeando la cabeza con curiosidad.
-¿Acaso importa? El miedo jamás a ayudado a nadie-Dijo calmadamente la Uzumaki.
-Eres la primera persona que responde así a esa pregunta, la mayoría llora y se ahoga en su propio temor-Contó Madara con un poco de diversión -Pero tú...tú eres diferente-Murmuro con una sonrisa complacida.
-Soy una kunoichi y los ninjas no le temen a la muerte-Aseguro Mito tranquilamente.
-¿No le tienes miedo a la muerte?-Cuestiono Madara con cierta sorpresa.
-Como esta el mundo ahora...la muerte no es el peor destino que una persona puede sufrir. Abrazaré mi final cuando llegue-Respondió Mito desprendiendo una madurez superior a su edad -Especialmente si es protegiendo algo que realmente vale la pena-Termino la Uzumaki, Madara no pudo evitar mirar de reojo hacia la niña, quien se encogió aun más detrás de la mayor.
-¿Es tu hermana?-Preguntó él Uchiha recibiendo un leve asentimiento como única respuesta -Debí suponerlo-Sonrío él Uchiha en una pose relajada pese a tener un arma cerca del cuello -Y dime...¿Por qué no mataste a mis hombres? Después de todo ellos asesinaron a los tuyos-Pregunto intrigado él azabache.
-Soy ninja médico, se supone que salve vidas no que las extinga-Explico Mito calmadamente.
Él Uchiha ladeo la cabeza sintiendo una profunda curiosidad golpearlo mientras meditaba la sabiduría que parecían desprender cada una de sus palabras. La observo intensamente de arriba a abajo detallando a profundidad la frágil apariencia de la Uzumaki que solamente era enmarcada por el desgaste de la batalla, resultándole increíblemente fascinante que tanta fuerza bruta y un poder tal colosal pudieran ocultarse dentro de un recipiente tan fino y delicado. El cabello de aquella chica era único con su llamativo tono rojizo, y esos hipnóticos ojos oscuros que parecían arder con un fuego sofocante, era impresionante...simplemente impresionante, especialmente porque jamás había valorado la belleza de una mujer hasta ahora.
-Fascinante-Murmuro Madara por lo bajo, tomándose un momento antes de continuar -Te tengo una propuesta-Dijo él Uchiha con una sonrisa maliciosa apartando lentamente el cuchillo que lo amenazaba con un dedo -Acepta venir conmigo a mi campamento como mi prisionera y dejaré que ir a tu hermana-Planteo él azabache.
-¿Qué?-Exclamo Cheza con sorpresa -Hermana no aceptes-Suplico la niña sujetándose del brazo de la mayor.
-Imagino que no tendré que decirte lo que sucederá si dices que no-Añadió Madara en un tono de voz bajo.
-¿Si voy contigo dejaras que mi hermana se marche a salvo?-Pregunto la Uzumaki tranquilamente, considerando seriamente la propuesta.
-Sí-Asintió Madara.
-Júralo-Exigió Mito sin dejar nunca su tono pasible, él Uchiha sonrío de lado.
-Tienes mi palabra como Líder del Clan Uchiha que tu hermana podrá irse sin ser dañada por los míos-Aseguro él azabache solemnemente.
-Entonces lo haré-Asintió la Uzumaki a lo que Madara de brazos cruzados sonrío triunfante.
-¡No! ¡Hermana! No sabes que te harán...por favor...no lo hagas...vámonos...vámonos de aquí-Suplico la niña al borde de las lágrimas jalando la manga del kimono de la mayor.
-Cheza...-Murmuro Mito volviéndose hacia la niña, mirándola con un profundo cariño.
-No conoces a este hombre...no vayas..por favor...no me dejes...-Rogo la Uzumaki menor entre lágrimas.
-No te preocupes, todo estará bien. Confía en mi-Consoló Mito abrazándola maternalmente sintiendo como los hombros de esta temblaban mientras acariciaba su cabello debido al llanto. Entonces la Uzumaki miro al Uchiha a lo que este asintió.
-Bien...¡Dejen a la niña marcharse en paz!-Ordeno él Uchiha en tono autoritario advirtiéndoles a sus camaradas con la mirada que no dañaran a la menor, quien seguía suplicando contra el pecho de su hermana.
-Cheza...Cheza escúchame...-Pidió Mito dulcemente acunando el aniñado rostro entre sus manos -Esto debe ser así, estarás a salvo-Aseguro mirando directamente a los ojos de su hermana -Regresa inmediatamente a Uzushiogakure y ten mucho cuidado, volveré contigo antes de que te des cuenta. Ahora ve...-Se despidió Mito dejando un cálido beso en su frente.
Cheza la observo durante algunos segundos que parecieron eternos mientras las lágrimas salían de sus ojos y su corazón se rompía en mil pedazos, combatiendo la impotencia de considerarse una completa inútil. En el ultimo momento trato de grabar en sus pupilas el rostro sonriente de su hermana mayor que prometía que todo saldría bien escuchándole susurrar una vez más que no se preocupara, sollozo y maldijo internamente al Uchiha que tenía el destino de Mito entre sus manos antes de salir corriendo lo más rápido que sus piernas le permitieron. El pecho de la Uzumaki mayor se contrajo mientras veía desaparecer a la niña en la distancia, pero sonrío de forma genuina sabiendo que ahora estaría a salvo y ese alivio le dio fuerzas para enfrentar cualquier cosa que le tuvieran deparada.
-Debemos irnos-Aviso Madara posando la mano sobre aquel delgado hombro, sorprendiéndose cuando esta se desvaneció bajo su toque.
El desgaste que llevaba acumulando desde el inicio de la batalla finalmente había hecho estragos en su cuerpo, debilitándola hasta el punto en que ni todo el chakra que poseía ahora era suficiente como para mantenerse de pie. Sin embargo no sintió el duro beso del suelo contra su rostro, en lugar de eso un par de acogedores brazos la envolvieron con graciosa delicadeza evitando su caída al mismo tiempo en que era levantada, su cabeza se apoyo contra fuerte hombro del Uchiha enfocando sus cansados ojos oscuros en el sereno rostro que le devolvía la mirada. Madara no había vacilado un momento en sujetar a la Uzumaki cuando esta se desplomo, la calidez que esta desprendía era extrañamente relajante casi intoxicante y él azabache no había podido evitar actuar en consecuencia.
-...Soy capaz de caminar por mi propia cuenta-Murmuro Mito en un susurro bajo con claras intenciones de apartarse pero sin poseer la fuerza suficiente para hacerlo, él Uchiha sonrío con diversión.
-No creo que seas capaz de dar un paso más-Comento Madara y para su rotunda sorpresa esta le sonrió como si de viejos amigos se tratasen antes de finalmente caer inconsciente. Él Uchiha la miro inexpresivo durante un largo momento, antes de llevar tentativamente una mano hasta su tersa mejilla apartando un poco del polvo que ensuciaba su piel, detallando aquel rostro apacible que ahora dormía profundamente entre sus brazos y por primera vez en su vida Madara sintió verdadero respeto hacia un oponente derrotado...por aquella joven mujer que le había dado una feroz batalla.
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