¿Quieren una explicación completamente razonable del porqué de mi ausencia durante dos semanas? Bueno, diría que es una respuesta bastante interesante y compleja, con muchos altercados y-
Me quedé jugando.
En serio, obtuve gracias a un amigo el Playstation deluxe y me la he pasado de vicio jugando juegos a montones. Nunca había jugado Beyond two souls o Until Dawn, y ahora los estoy probando. Estoy en el inicio de jugar Spiderman y me quedé enganchado. Sip, los dejé esperando porque me quedé jugando, jaja.
En fin, las reviews.
Cristina: Muito obrigado, espero que continue gostando do curso da história e se mantenha atualizado. Realmente, obrigado pelo apoio.
Marwuiis: Lamento que el capítulo anterior no te haya emocionado tanto, espero que este un poco más. Lo curioso es que la notificación de ambas reviews sí me llegó, y ya aparecen ambas en la página, cosas raras de Fanfiction supongo.
A ver, los siguientes arcos sí tomarán más prioridad lo que son los personajes de Neji, Hiashi y Hanabi, tengo pensado un par de cosas con ellos no solo con su relación a Hinata sino como personajes individuales y los conflictos que se desarrollen en el clan Hyuga (porque meollo de clan). Los exámenes Chunin no transcurrirán como uno se esperaría.
Este Fic es en muchos sentidos un AU que se apega demasiado al canon original, por lo menos en el respeto a sus personajes, así que los acontecimientos no solo están hilados a los cambios que estén relacionados a Hinata sino a parte de un propio lore que estaré experimentando en las próximas actualizaciones, este arco de Takigakure siendo un claro ejemplo de lo que intento explorar en esta historia. Lo comento porque incluso los acontecimientos canon van a variar, ligeramente en un principio, pero lo harán.
En fin, sin más palabrería, los dejo con el fic.
XXX
¿Cuál fue la última vez que sentiste un día en el que no fuiste tú mismo? ¿un día que todo conspiró en tu contra para que tus acciones y pensamientos fuesen opuestos a lo que en realidad eres? Teishi se sintió de esa manera.
Las conjeturas y teorías sobre los secuestros, la rápida incriminación por la gente de la aldea. No le importó las evidencias, no le importó lo que encontró ese chico de la aldea de la hoja en los sótanos de esas casas, la gente del pueble era inocente de estos secuestros, de este extraño y enredado plan para destruir el sistema que tomó generaciones montar de valores, códigos y principios que Takigakure trató de mantener.
Al Jounin poco le importó su respaldo, sintiendo la presencia de Hakuro y Yokaze detrás suya, lo que en verdad priorizó en ese punto fue la captura de ese sujeto, nada más. Con una serie de sellos con las manos, Teishi realizó un jutsu elemental, solo que, al contrario de los clásicos, este fue diferente en su elaboración y su resultado.
El Shinobi espía, que se las arregló para mantenerse a una velocidad que Teishi no alcanzó, empezó a ser absorbido por la tierra en el momento en que los árboles de la zona terminaron y su corrida tuvo que trasladarse al suelo. Su pie tocó un pozo de fango que lo succionó. El ninja trató de huir, y con una nueva serie de sellos con las manos, pero estos fueron interrumpidos de manera abrupta cuando el lodo que lo succionaba tomó control de sus manos, hundiéndolas en un muro de barro formado por pilares solidificados, aunque no lo suficiente para ser rotos por fuerza bruta.
Teishi no se molestó en correr, caminó tranquilamente hasta el ninja capturado que siguió luchando contra el pozo, pero solo consiguió que se hundiera más y más, apenas mostrando parte de su pecho y cabeza en el momento en que Teishi llegó a su ubicación. No solo Teishi, tanto Hakuro como Yokaze llegaron a la vez por la disminución de la velocidad de ambos.
— Usaste tu liberación de barro, bien hecho — dijo Yokaze, aunque Teishi no le dirigió respuesta alguna.
En lugar de eso, Teishi solo esperó un poco, viendo que el espía pareció ahogarse aún más en su barro al punto que nada de sus manos y su pecho se vieron, y el fango se empezó a acumular en una zona cercana a la boca, siendo la máscara la única razón por la que no estaba tragando lodo.
— Amigo, en verdad estoy de un muy mal humor, y no me gusta ser el de las amenazas, pero continúa agitándote de esa manera y no creo que termines bien parado — dijo Teishi, advirtiendo al espía que dejara su movimiento.
Para la exasperación del Jounin, el espía no pareció reaccionar a la sugerencia, solo motivándose más a impulsarse y salir del fango, provocando que gran parte de la nariz fuese cubierta, ya no habiendo forma que el tipo respirara. Teishi intentó sacarlo, no viendo el punto de hacerlo sufrir de más, pero fue detenido por una mano.
— Espera ¿qué estás pensando? — preguntó Yokaze con ojos curiosos —. ¿No ves que esto es perfecto?
— ¿Perfecto?
— ¡Por supuesto! Diseñaste un gran escenario de tortura ¡Y ni siquiera necesitamos a Sane! Por algo dicen que eres de los más fuertes de los miembros de la brújula — dijo Yokaze con entusiasmo, cautivado por la vista del espía empezando a retorcerse por la falta de oxígeno.
Pasados unos segundos, Teishi no vio la proactividad de la acción. Antes que Teishi lograra sacarlo, la mano de Hakuro retiró buena parte del cuerpo del espía, haciendo que este tomara profundas inhalaciones debajo de su máscara, siendo menor su recuperación al poseer fango dentro de esta. Sabiendo eso, Teishi colaboró en retirar la máscara del individuo.
Ninguno de los presentes se sorprendió. El chico, como conjeturaron, fue un ninja renegado, recordándolo pasear con el resguardo con esa mirada sádica e iracunda que les regaló a todos los presentes, siempre con su máscara y su cabello café que cubrió gran parte de su rostro para desconcertar a todos.
— Debieron dejarlo un poco más, ahora solo está furioso, no nos dirá nada — dijo Yokaze, dando un suspiro de decepción antes de concentrarse en otra cosa, dejando a Hakuro y Teishi con su prisionero.
— No pensé volverte a ver, Kirisame, o por lo menos no vivo — dijo Hakuro sin rodeos, al contrario de Teishi, ella recordó con detalle el joven frente a él.
— Oh, la hermosa y fría Hakuro Fukui, me halaga que mi nombre sea recordado por una Shinobi de tu calibre… ¡Ah, es verdad! Me recuerdas por mi intento de asesinato ¿no?
— Fue un intento patético, descuidado, y como resultado — Hakuro, sacando una de sus espadas, señaló el rostro descubierto de Kirisame, en particular una profunda línea cicatrizada —, te ganaste un recuerdo permanente.
— Eso solo hacen las cosas mejor ¡Un miembro de la brújula me recuerda con tanto desprecio! Que legado, debería describir la felicidad que me genera que aún recuerdes los acontecimientos tan bien… sí, tan bien.
— Este tipo está demente — dijo Teishi, casi riendo de las payasadas del tal Kirisame si no fuesen por las circunstancias del encuentro, la persona y el momento.
— Eso no importa, algo de información debe haber en su sucia cabeza — dijo Hakuro, retirando el resto del cuerpo del sujeto.
Aunque Kirisame trató de escapar, un balanceo rápido de la espada de Hakuro hizo un trabajo perfecto de inmovilización. De un segundo a otro, las extremidades del espía sangraron en diferentes puntos, causando un dolor considerable del chico que solo se puso a reír de la agonía y diversión que el dolor le generó.
— Tendremos que cargarlo hasta los calabozos, ahí podremos sacar algo de él — dijo Hakuro, dando la orden indirecta a Teishi de cargar al sujeto que continúo riendo.
— ¡JaJaJaJaJaJaJa! ¡En verdad eres increíble! ¡Cortaste mis tendones con una velocidad envidiable! ¡¿Ese es el estilo de tu clan, no?! ¡Los sables del amanecer! ¡Oh, cuanto esperé para recordar este dolor!
— En serio ¿por qué tengo que cargar a este sujeto? Yokaze no ha colaborado, puede hacerlo él.
— Y permitirle jugar mientras está consciente, ni hablar — contestó Hakuro a la queja de su compañero, prosiguiendo a correr sobre los árboles, dejando atrás a Yokaze para que tomara su propio camino.
— ¿Me están ignorando? ¿Hola? ¿Hola? ¿Hola? Bah, que groseros. Pero bueno ¿qué es de esperar con dos Shinobi de pacotilla como ustedes? Comparado con él no son nada ¡Nada! Él los matará de un puñetazo y me liberará de mi condena ¡Sí, así pasará! Por qué su alma no resguarda su-
Teishi, harto de escuchar su parloteo, noqueó al ninja con un golpe en la nuca, haciendo que quedara inconsciente en el acto. Hakuro no lo reprochó, siendo un claro indicativo que tampoco deseaba continuar escuchando sus arrebatos sin sentido.
XXX
¡NUEVA MISIÓN!
Completa la misión de Takigakure con éxito.
OBJETIVOS SECUNDARIOS
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RECOMPENSA
50000XP + nuevo catálogo en la tienda
Hinata vio en una pantalla del sistema la información de su nueva misión. Objetivos y retos como los enfrentamientos con Fuu o la investigación de los secuestros generaron experiencias inimaginables, las misiones siempre presentaron ese plus que las hicieron más importantes. Lo que empezaron con tareas menos peligrosas y accesibles se iban convirtiendo en desafíos para poner la vida de Hinata en el péndulo de la supervivencia y la muerte.
Eso poco le importó a la Kunoichi. Por el momento, la captura de la filtración de información debió ser la prioridad. Aun así, la formación Lilmuta no se trató de la captura en sí, siendo el trabajo de los miembros de la brújula que persiguieron al espía. No, la formación consistió en una segunda trampa, en evitar el más barato de los trucos para que el escape de información fuese definitivo, permaneciendo cerca de la localidad del líder de Taki – algo que no agradó a Kiba que esperó ver algo de acción después de unos días inactivo –.
Aun así, Hinata se tomó la tarea de cumplir dos labores. Ella estuvo conectada a Fuu todo el tiempo con su Jutsu de frecuencias telepáticas en caso de que el espía logró escapar de las garras de Kiseki y su grupo, algo que dudó, pero mejor prevenir que curar.
Esa prevención fue innecesaria cuando Teishi y Hakuro regresaron con el espía en la espalda del hombre. El Jounin dejó caer en el suelo al rebelde, causando un doloroso ruido sordo que a duras penas mantuvo entero al hombre noqueado.
— El problema de fuga ya no será un problema — dijo Hisen, provocando que Kiba chasqueara su lengua en decepción al no poder participar en su captura —. Por el momento es propicio que cada uno tome su papel para proteger la aldea. Cada uno ya sabe sus indicaciones.
Mientras los Shinobi de la cascada se desplazaron, Kurenai separó a sus estudiantes a la salida. Kiba persistió molesto con su Sensei, aunque todavía le dio el debido respeto de escucharla y no darle la espalda.
— Algo para reportar.
— Para nuestra desgracia, no — respondió Kiba, la fría mirada de Kurenai fue la respuesta idónea a la altanería del chico antes de volverse a sus otros dos estudiantes.
— Mientras no estaban Lord Hisen dividió a los miembros de la brújula y algunos Shinobi de menor rango que dieran patrulla a las zonas seleccionadas. Kiba, te mantendrás con la señora Tanka e irás en el escuadrón del norte para desmontar el Fuinjutsu. Shino, tú y yo estaremos en el lado civil, somos los únicos que podremos dar una pista concreta.
— ¿Qué hay de mí, Kurenai-Sensei? — preguntó Hinata.
— Es cierto ¿no sería mejor que Hinata se encargue de la zona norte ya que ella y Fuu son quienes notaron eso? — apuntó Kiba, haciendo que Kurenai asintiera con la cabeza a sus interrogantes.
— Tú y Fuu se encargarán de ese prisionero. Fuu conoce los pasillos mejor que nadie y deseó que la acompañaras, Hinata. Cuando terminen, se reagruparán en el equipo de Tanka.
— E-Entiendo ¡Terminaremos lo más pronto posible! — afirmó Hinata en voz alta, tratando de transmitir su convicción en su deber.
— Sé que lo harás bien — dijo Kurenai, agitando un poco el cabello de Hinata, provocando que la confianza anterior se tornara en una vergüenza afectiva.
No se dijeron más antes que Shino, Kiba y Kurenai tomaran su rumbo. Por su lado, Hinata buscó al prisionero solo para percatarse de que no estaba. Al voltear, Hinata se llevó la sorpresa de ver a Fuu volar sobre ella con el prisionero a cuestas de su espalda, haciendo que diera unos cuantos pasos hacia atrás.
— Vaya, para ser ninja sensor pierdes de vista las cosas con facilidad, no deberías depender tanto de esos o… del Byakugan, sí… — dijo Fuu, aunque burlona al principio, algo nerviosa en lo último al recordar su conversación anterior.
— E-Es que es difícil contigo, parece como si lograras ocultar tu Chakra.
— Bueno ¡Es porque soy asombrosa! — dijo Fuu, aunque Hinata notó un pequeño tinte ansioso en su voz, algo tan ínfimo que pudo ser pasado por alto pero tan grave como para alertar sus sentidos con eso.
Antes de irse, Hinata dio unos pasos para ver el interior de la sala de reuniones, despidiéndose del líder Hisen con respeto. El líder inclinó la cabeza en respuesta, lo que hizo que Hinata se percatara que no fueron los únicos presentes. Shibuki permaneció al lado de su padre, y no del todo contento si su ceño fruncido y su expresión irritada fueron muestras de ello. Hinata inclinó su cabeza al verlo, pero él no respondió, pareció no verla siquiera. Con algo de inquietud, Hinata abandonó sin esperar algo más, acompañando a Fuu que voló sobre ella junto al inconsciente prisionero.
XXX
Las caladas de humo fumigaron el tranquilo andar de Kurone. La tranquilidad de la oscuridad que las luces marcaron como el principio de la noche permitieron al hombre disfrutar de la velada. Las circunstancias no fueron favorables, el conflicto se vio inminente a este punto. Los secuestrados, el complot en contra del gobierno de Hisen, la desconcentración de las fuerzas que se volvieron arrogantes y perezosas cuando todo su mundo estuvo por volverse abajo por un chiflado cualquiera. Si todo sale bien, Kurone estuvo seguro de que sería una gran lección a los nuevos miembros del cuerpo de Shinobi.
Por ahora, su labor fue hallar a ese chico, ese inquietante chico. Kurone no supo cuándo se volvió ese chico su responsabilidad, una tan pasiva y sigilosa que lo sorprendió a él mismo en el momento en que las acciones del chico influenciaron en sus propias acciones, similar a la respuesta del aleteo de la mariposa, ese ligero viento que sopla sobre las hojas. Desde que tanto él como Kiseki recuperaron a esos chicos de las garras de Suien bastante de su tiempo se tradujo en Yokaze; ¿por simpatía, cariño, responsabilidad? A ese punto el Jounin no pudo identificar. Tal vez fue por las consecuencias de ese régimen tan estricto, tal vez una forma de lidiar con sus propios demonios o la forma en que él le recordó a un viejo Suien.
En verdad heredó bastantes rasgos de ese desquiciado sin que el propio Yokaze se diera cuenta.
Aun así, tampoco lo preocupó demasiado, no cuando lo veía relajarse correteando como un niño para alcanzar la luz de las luciérnagas que empezaron a aparecer en la zona. Esa actitud infantil, contrario a lo esperado, no fue una forma de intimidación, fue la más sana forma de liberación que el chico pudo expresar. Los juegos y la diversión se volvieron su motor, y el perseguir a esas luciérnagas con tanta pasión hicieron que Kurone solo tomara otra bocanada de humo y se enfocara en otro aspecto.
Sus órdenes no fueron más que el patrullar por el árbol central, siendo la fuente de la mayor parte de los planes del enemigo para su funcionamiento logístico. Kurone esperó lo suficiente hasta que las luciérnagas parecieron volar lejos, no siendo su hábitat natural para que se quedaran más tiempo al lado de Yokaze que se sentó en loto, en claro aburrimiento por la desaparición de los pequeños insectos.
— ¿Vas a quedarte ahí sentado o vas a venir a ayudarme? — preguntó Kurone, esperando la reacción de Yokaze.
De inmediato, el chico apoyó sus manos en el suelo, llevando su cabeza hacia atrás arqueando su espalda en una posición algo inconfortable. Desde sus rasgos inversos, Yokaze sonrió al ver la presencia de Kurone parado frente a él. Rápidamente, el chico se acomodó, levantándose de su posición de un salto para quedar de frente al veterano Shinobi.
— Yokaze preparado para el deber — dijo el chico, levantando su mano en un saludo militar en clara burla a la intención de Kurone, aunque no fue amonestado por la clara falta de decoro.
— Lord Hisen nos encargó la protección del árbol central. Nuestra labor será la protección del árbol y, de ser posible, eliminar todas las plagas que hay en su interior.
— ¡Vaya! Y yo pensé que Teishi me había quitado toda diversión. Siempre puedo contar con usted, señor Kurone.
El veterano Shinobi solo pudo negar ante la actitud, tomándose algo más en serio la llegada hasta el árbol central. Yokaze, el más animado y vigorizante de los dos, tomó la delantera para llegar al árbol primero, cruzando su río con rapidez, siendo secundado por Kurone tiempo después, esperándolo en la entrada de las ramificaciones internas en una extraña muestra del reflejo de la autoridad que Kurone trató de inculcar sobre él.
El interior fue como lo comentó Kiseki. Pese a la vista menos experimentada y más sorpresiva del chico tomó juego de su percepción, los viejos ojos de Kurone no lo dejaron engañar; los cambios fueron absolutos. Sin embargo, lo que Kiseki ignoró en toda su prisa fueron los cambios físicos o, en caso de no notarlo, dar un abrebocas de la peligrosidad de estas alteraciones.
El interior del árbol pareció muerto, o más bien, en un estado agónico. Las paredes ya no eran tan frescas y robustas, ahora fueron desprolijas de cualquier virtud, como las hojas de una planta que empezaron a cambiar de coloración. Kurone tocó las paredes del árbol notando por completo la diferencia. Yokaze, imitando el gesto, también tocó las paredes del árbol como Kurone, pero sin los resultados que el hombre obtuvo, sin lograr ver los cambios que causaron en la superficie.
Por prevención, Kurone descendió hasta las profundidades del árbol a una mayor velocidad, ignorando los gritos del chico que se preguntó el cambio de actitud del viejo. Aunque fue un lugar que poco cambió, Kurone se sintió furioso en el momento de entrar. La no tan sutil diferencia desde la última vez fue el desbordamiento de agua en el suelo, causando que las sandalias del hombre se empaparan por completo apenas entrar.
— Cielos, deberían llamar a las limpiadoras para que se encarguen de eso — comentó Yokaze, aunque se arrepintió de inmediato al ver la mirada frívola que Kurone le dio.
— No lo entiendes verdad ¡Esto es bastante malo! Esto no es solo agua ¡Es Chakra! El árbol se está muriendo, y a un mayor paso del pronosticado por Kiseki…
De inmediato, un pensamiento no tan incoherente cruzó la mente de Kurone, haciendo que la calada de su cigarrillo fuese tirada en el agua.
— Mierda ¡Yokaze!
Fue demasiado tarde. Los cambios en el árbol no fueron provocados por la hipótesis de Kiseki, el desbordamiento de agua no fue causado por un derramamiento de Chakra sin sentido.
Todo nació de una explosión, de una ensordecedora explosión.
XXX
Shino y Kurenai se apresuraron a la zona residencial. Pasando por la zona de cultivos y el almacén de alimentos, viendo por breves momentos el hospital general de la ciudad para llegar al conglomerado de casas de madera de los habitantes de la zona. La noche ya había caído y las casas se iluminaron con un familiar brillo amarillo desde las ventanas. Aun así, la presencia de los Shinobi no pasó desapercibido por los habitantes, en especial por volver a ver al Shinobi de los insectos. Los ancianos salieron de sus hogares para atender la inesperada visita.
— Buenas noches, Shinobi ¿en qué podemos atenderle? — preguntó Yasutaro.
Shino se dio cuenta de inmediato lo diferente del trato cuando estuvo con Teishi en comparación a ahora. Los niños, aunque continuaron siendo amables, fueron repelidos por sus padres, impidiéndoles ver por la ventana nada de ellos. Los ancianos, aunque siguieron siendo corteses, se limitaron a eso. En términos de construir un diálogo extenso o conversar las cosas el Aburame tuvo la clara idea que sería infructuoso.
Eso justo pasó con la explicación de Kurenai. La Jounin supo camuflar la mentira en la verdad; fue cierto que estuvieron presentes para evitar cualquier atentado contra la aldea, pero al mismo tiempo solo fue un método para ganar tiempo y que los insectos de Shino realizaran su labor.
Confirmando cualquier malentendido, Shino le indicó a través de cosquilleos en la espalda proveniente de sus insectos a Kurenai. Aunque la acción no fue la más placentera del mundo, era una grandiosa forma de transmitir información sin revelar mucho. Los diferentes toques en puntos específicos de la piel de Kurenai enviaron mensajes claros en códigos encriptados solo para ella.
La información fue reunida: catorce casas poseían armamento, la casa de una de las ancianas frente a él, de cabello en rulo que le cayó un poco después de su cuello y de tez morena, fue la que poseyó la mayor cantidad de armamento, descubriéndolo por las múltiples fotos que hubo de esa anciana en su hogar junto a su familia. Con todo recopilado, Kurenai intentó terminar la conversación poco orgánica entre los ancianos y ella.
— La presencia de los aliados de Takigakure complace a nuestro pueblo. Deben saber que los Shinobi no pueden atender las casas civiles, pero pueden quedarse cerca de la casa de Yoshikazu; un lugar caluroso y acogedor para descansar ante cualquier inquietud — concluyó Yasutaro, retirándose junto al resto exceptuando a Yoshikazu.
— Es de nuestra infinita gratitud que seamos recibido en su hogar — dijo Kurenai, realizando una leve reverencia de respeto tanto al anciano como al líder que alcanzó a escuchar sus palabras mientras se desplazaba de nuevo a sus hogares.
— La gratitud es mía. Por favor, acompáñenme.
A un paso lento, Shino y Kurenai detallaron los diferentes terrenos del pueblo. Como le comentó el usuario de insectos, el pueblo en su totalidad fue un terreno plano de casas elaboradas como barrios antiguos, de madera a mano. Además, la cantidad de escondites en el área tampoco fue algo muy explotable para los enemigos, a menos que el adversario sea un experto en el sigilo para aprovechar cualquier ataque a su favor.
— Shino.
Con un leve asentimiento, Shino desplegó una gran oleada de insectos sobre sus pies. Por su lado, Kurenai realizó unos sellos con las manos para ejecutar un Genjutsu, uno que le permitió al anciano ver a Kurenai y Shino caminando a su hogar. Aunque requirió de un gran esfuerzo, Kurenai pudo llevarlo al punto de continuar con sus quehaceres en el hogar mientras una imagen residual de ellos permaneció en el jardín del hogar. Pese a ser simple y un civil no opone mucha resistencia a sus ilusiones, la complejidad de estas lleva una maestría detrás bastante significativa, en especial por el enfoque de la ninja de la hoja por Genjutsus de combate.
En lugar de continuar justificando sus habilidades, Kurenai corrió rumbo al hogar de la anciana de rulos. Pasando sobre los tejados sin hacer ruido alguno, ambos ninja llegaron al hogar. Shino envió un pequeño insecto por las ventanas del hogar, viendo el desplazamiento de sus pequeños compañeros por el tejado de la casa. Después de esperar unos momentos, los insectos regresaron con información.
— La anciana está ocupada en su habitación, parece estar preparándose para dormir — dijo Shino, haciendo que Kurenai realizara su parte.
Con el filo de un Kunai, Kurenai lo incrustó en una de las ventanas, destruyendo parte del marco para ingresar en el hogar. El ruido fue nulo, la anciana no notó el allanamiento a su hogar, y si lo hacían bien el haber estado en el hogar no significaría gran cosa.
Volviendo a poner el marco, Shino y Kurenai avanzaron por el hogar. Ambos se desplazaron a unas escaleras para ir al sótano. La puerta estuvo cerrada, nada que los insectos lograran abrirla con normalidad tras quebrar parte del mecanismo interno del mueble, haciendo que Kurenai se sorprendiera un poco, no tanto por la incapacidad, sino por la facilidad en que Shino lo hizo, retirando su Kunai hasta su bolsa.
Asegurándose que la puerta no sería abierta por la anciana, Kurenai la cerró, arreglando el pequeño defecto en la perilla que los insectos de Shino ocasionaron. Cuando la puerta fue arreglada, Kurenai quedó algo sorprendida por lo que vio, antes de entrecerrar los ojos con un alto grado de sospecha:
Como Shino comentó, el lugar estuvo repleto de armamento y equipo Shinobi. Los informes de Shino detallaron la gran cantidad de material, verlo en persona fue una buena forma de medir el grado de peligrosidad de esas bóvedas. También era de considerar que estas fueron las bóvedas más grandes, pero en su conjunto podrían armar un ejército bastante prometedor si poseían el acceso a estas – y las poseían hasta ahora -.
— Hmm.
— ¿En qué está pensando, Kurenai-Sensei?
— Puedo entender porque los rebeldes tratarían de ocultar armas en la población civil. Se aprovechan de la incapacidad de los Shinobi de entrar en las casas civiles a su favor — dijo ella, caminando mientras tocaba algunas armas esparcidas en el lugar —. Y puedo llegar a entender el deseo civil de un cambió en la hegemonía de la aldea. Lo que me preguntó… es lo arraigado que está la población civil en todo.
— ¿Arraigado?
— ¿Si en verdad están tan comprometidos, o es un grupo selecto de personas quienes intentan derrocar a Lord Hisen?
Shino lo pensó un momento. Aunque la visión de las cosas fue diferente a la de su Sensei, el Aburame tomó las palabras de Kurenai como un conocimiento que ella obtuvo a diferencia de él. Aun así, que una porción de la población civil o su totalidad estén envueltos en la revuelta cambia mucho el panorama.
Si todos estuvieran envueltos, entonces esto pudo ser el inicio de un golpe de estado y los rebeldes lo que buscarían sería un asentamiento, un cambio total en las políticas y cultura de Takigakure. Si solo fue una porción, entonces continuarían en un ámbito más revolucionario, ideológico, incluso anárquico, lo que hacía del objetivo de la misión más o menos viable en su realización. Independiente de los motivos, ambos Shinobi de la hoja supieron que estas armas en ese específico lugar no significaban algo bueno.
— Tendremos que hablar…
Kurenai, quien estuvo pensando en voz alta, interrumpió su reflexión cuando escuchó un ruido en seco arriba de la escalera. En el mejor de los casos, el ruido fue causado por algo causado por la anciana de rulos. Sin embargo, el ruido generado por el golpe fue uno que ella no quedó convencida, uno que escuchó mil veces con anterioridad.
— Shino, al piso superior.
Shino, aunque algo desconcertado de la orden de su Sensei, la obedeció. Ambos abrieron la puerta, Kurenai con una mayor prisa. El sigilo dejó de ser una prioridad, Kurenai solo corrió hasta la habitación de la anciana. Sin permiso, la Jounin entró en la habitación, forzando la puerta, quedando como una estatua seria por lo que vio. Shino llegó poco después, comprendiendo por qué la urgencia de su Sensei.
El golpe de arriba fue generado por la anciana; el cuerpo de la señora, vestido con una piyama amarilla hasta sus rodillas, quedó sobre el suelo de la habitación. Su cuello fue cortado en un tajo limpio por un arma blanca, saliendo un río de sangre por la alfombra con estampado de flores y serpientes. Aunque siguió filtrando sangre de su cuerpo, la anciana ya no tuvo salvación, cualquier reacción en su cuerpo no fueron más que impulsos nerviosos de su cuerpo, pero el rastro de su alma se desvaneció hace unos momentos.
— ¡Shino!
Kurenai empujó a un lado a Shino. El genin se sorprendió de la acción de su Sensei, pero al voltear la cabeza comprendió por completo. Un Shinobi, claramente rebelde, y con un Kunai con sangre fresca, trató de apuñalar al chico insecto por la espalda.
La velocidad del rebelde fue tanta que los insectos de Shino se demoraron en tomar registro de la amenaza, pero para Kurenai, más dotada en cualidades físicas que él, fue una visión casi de cámara lenta.
Tras un breve enfrentamiento en que los Kunai chocaron para generar chispas y ruidos secos, la victoria fue llevada por Kurenai que pudo usar una ventaja a su menor estatura y rapidez para apuñalar en la pierna al sujeto antes de impactar un golpe mortal en el costado para acabar con su hígado y generar una hemorragia que lo mató a los pocos segundos.
— Shino, prepárate. Es probable que estés a punto de enfrentar tu primer combate de vida o muerte.
XXX
¿Se imaginan que una persona capaz de ver a través de cualquier cosa se tuviera que poner una venda para impedir que vea? La ironía de la situación hizo que Hinata no evitara soltar unas inocentes risitas por el pensamiento.
Fuu fue particularmente estricta en ese aspecto, entre bromas ocasionales y la positividad de la chica le pidió con cordialidad a la Hyuga ponerse una venda a la mitad del trayecto. Las indicaciones fueron algo torpes, pero la destreza de Hinata en el entorno fue algo que se acostumbró, casi funcionando como una especie de radar, aunque sería más exacto llamarlo un corto espacio sensorial proveniente de las plantas lo que le permitió esquivar bastantes obstáculos que Fuu no supo cómo dirigir.
Hasta cierto punto, a Hinata le pareció entretenida la experiencia, siendo un gran refuerzo de sus habilidades el no depender por completo del Byakugan. Aun así, como viaje de un punto a otro, sin esa mirada a las cosas, fue nefasto. Ella no se quejó por un respeto inherente a las normas, pero dentro de ella, aunque no le gustase, la caminata a ciegas hacía mellas en su paciencia.
Para fortuna de Hinata, el caminó terminó antes de lo que ella pensaba. La sensación de solidez bajo ella fue un alivio que no evito ser expulsado en un suspiro para un pequeño ruido chirriante entre dientes de Fuu, parecido a una risa pero más metálica en su voz. Eso también fue notado por Fuu quien se tapó la boca con rapidez algo apenada.
— Perdona, a veces se me sale.
Ignorando lo ocurrido, Hinata avanzó por las escaleras, descendiendo hasta un soterrado con una gran puerta de metal. Fuu voló hasta la puerta, adelantándose de donde estaba Hinata para abrir la puerta con una llave en su bolsa, con algo de dificultades por mantener en la otra mano el cuerpo inconsciente del prisionero. Hinata se inclinó a ayudarla por lo menos a cargar al hombre, pero Fuu rechazó su intento; no con palabras, pero un sutil movimiento hacia adelante fue suficiente para dar el mensaje.
No pasó mucho antes que lograran entrar en las instalaciones. Hinata estuvo tentada a activar su Dojutsu, en especial por lo espeluznante del lugar. No es que tuviera miedo, para nada, solo que sentía la imperiosa necesidad de saber qué había más adelante. Fuu, por otro lado, permaneció en calma mientras activaba las luces del lugar.
— ¡Bienvenido a las maravillosas prisiones de la aldea; las catacumbas — dijo Fuu, abriendo su único brazo disponible para extenderlo y presentar el lugar.
Una pequeño escalofrío recorrió la espalda de Hinata al apreciar el pasillo. Sencillo, pintada de una franja roja descolorida sobre una pared blanca manchada por la humedad y otras ocurrencias por el tiempo, con diferentes celdas en ella con cama y baño, lo básico para mantener a alguien. Las luces tampoco ayudaron a mejorar el lugar, solo dándole esa pizca tétrica para que fuese el lugar predilecto para fantasmas y demonios.
— Hinata — habló Fuu, sorprendiendo un poco a Hinata que se giró con lentitud para mirar la inocente sonrisa de la chica de Taki —. ¿Acaso tienes miedo?
— P-Para nada.
— ¡Perfecto! Entonces sigamos.
De inmediato, Fuu voló con a una velocidad avasalladora, dejando una considerable nube de polvo del impulso generado por sus alas, haciendo que Hinata tosiera por tragar una cantidad poco saludable de este. Con los ojos aún irritados, Hinata corrió por los pasillos. El impulso de su molestia eclipsó un miedo latente en el lugar. No se eliminó por completo, las celdas vacías, los mínimos detalles que ella pudo apreciar a la velocidad a la que fue, como las pequeñas manchas de sangre o los garabatos que trazaron en las paredes los viejos prisioneros no ayudó a mejorar su impresión del lugar.
Pero, de cierto modo… fue divertido, muy, muy divertido.
Negando con la cabeza, Hinata continuó por los pasillos, neutralizando cualquier emocionalidad irrelevante en el momento con Mente de jugador. Al correr un poco más, Hinata encontró a Fuu con el prisionero recostado sobre una pared. Por su lado, la chica se quedó mirando las llaves por un largo tiempo. A Hinata le resultó extraño el comportamiento. Ella no supo lo que pasó en los instantes en que ambas estuvieron separadas, pero Fuu pareció más desenfocada, perdida. Llave tras llave solo dejaron claro lo distante que estaba.
Hinata no la molestó, cuidando al prisionero. No obstante, algo llamó la atención de ella. Al acercarse más a la prisión, Hinata se dio cuenta que esa celda fue diferente a las demás. Más robusta y segura, reforzada por paredes de hierro oxidado y la única forma de ver su interior fue la pequeña rejilla de la puerta. El interior no se destacó nada, un espacio vacío, desprovisto incluso de una cama o un baño; una celda para contener.
Hinata volvió hacia Fuu, aún perdida en las llaves. A ella le resultó aún más extraño que Fuu no se diera cuenta de la llave de la puerta. Una llave de un óxido semejante al de las paredes se destacó sobre las otras que, no limpias, poseyeron un grado de pureza que permitió diferenciar esa llave sobre las demás.
— Prueba con esa — dijo Hinata, señalando la llave con su dedo, sacando de su trance.
— Claro, que despistada. Sí…
La respuesta de Fuu tampoco correspondió a su actitud. Con un pequeño impulso de sus alas, Fuu tomó la llave, colocándola en la rejilla mientras continuaba su pequeño vuelo. La puerta de la celda se abrió, confirmando la impresión de Hinata de ser algo más reforzado, incluso inhumano en las condiciones tan nefastas. El hedor tampoco ayudó, uno horrible que dejó a Hinata teniendo que cubrirse la nariz con la manga de su chaqueta.
Fuu, por su lado, arrastró al prisionero al interior de la celda. El exagerado movimiento que la chica de Taki hizo en el sujeto, por momentos igual que un juguete que cargó una niña, hicieron que el chico se despertara de golpe. Hinata no se sorprendió tanto, en especial por lo descuidada que actuó Fuu en todo momento con él, como si no le importara. El Shinobi trató de huir, pero la celda fue sellada antes de que él lograse reaccionar. El tipo intentó una gran variedad de Jutsus, desde látigos de agua hasta balas, pero nada penetró sobre las puertas.
— Creo que deberías saber que intentar escapar de esa celda es inútil. Cualquier cosa que hagas solo se sellará y se liberará en un punto inofensivo, no estás haciendo nada.
— Je, Je, Je, por supuesto, si alguien debería saber cómo funciona esto, eres tú.
Los ojos de Fuu, aunque algo distantes y perdidos por momentos, siempre mantuvo la buena actitud y la felicidad, ese pequeño brillo tan distintivo en un grupo seleccionado de personas que Hinata amó ver. Lo que vio fue lo contrario, los ojos de Fuu solo reflejaron una furia casi incontrolable. Hinata tuvo que actuar rápido, agarrando a la chica de Taki antes que se abalanzara sobre él, llevando de vuelta a Fuu al suelo con el salto que necesitó para agarrarla.
— ¡Oh! Es cierto, un punto bastante sensible. En verdad eres patética; un pequeño comentario y te lanzas como la bestia que eres, no soportas ni un golpe.
— ¡Te enseñaré quién no soporta ni un golpe!
— ¡Fuu! — gritó Hinata, llevando a rastras a una furiosa Fuu que siguió maldiciendo por un rato, pataleando en un intento de liberarse del firme agarre de Hinata, pero ni siquiera las alas fueron suficientes para que la Hyuga cediera un paso.
— ¡Ya no importa! ¡No te preocupes niña, esta será la última vez que viene! ¡El verdadero hijo perdido de Takigakure ha vuelto para acabar con la cabeza de la bestia de Takigakure! ¡Ya verás! ¡Ya verás! ¡Jajajajajajaajaja!
La ensordecedora risa del espía resonó por un rato, una que Fuu trató de evitar escuchar al poner sus manos en sus oídos. Hinata no esperó encontrar un escenario como ese, sorprendida de todo el comportamiento y los cambios tan radicales del comportamiento de la chica de Taki, pasando de su actitud habitual, a una más perdida pasando a una incontrolable ira.
Hinata siguió arrastrando a Fuu por el largo pasillo. Las emociones de la chica parecieron calmarse por la falta de resistencia al agarre de Hinata. No pasó mucho antes que Fuu tocara la mano de Hinata con calma, siendo la obvia señal para que Hinata no la siguiera restringiendo, la chica de la hoja haciendo lo que se le pidió de inmediato.
El silencio impregnó el lugar tan pronto como los alaridos de Fuu cesaron, limitándose a caminar por el lugar a un ritmo lento. Aunque ninguna de las dos estuvo peleada con la otra, la tensión en el entorno dejó las cosas difíciles de proseguir. En el silencio, Hinata reflexionó sobre lo ocurrido, construyendo, dándole lógica a lo acontecido, desde las locuras del espía hasta la actitud de Fuu.
En realidad, Hinata miró con mayor atención a Fuu. Tal vez fue por su miedo infantil anterior, pero ella empezó a notar lo incómoda que estaba con todo; su visión nunca se enfocó en un solo punto, mirando a todos lados algo nerviosa de su entorno, además que empezó a sudar pese a que el ejercicio realizado no fue tanto y el lugar era lo bastante frío para refrescarla, para finalizar con las profundas respiraciones que estaba dando.
Aunque pudo romper un poco con la floreciente amistad entre ambas, Hinata no pudo evitar preguntarse sobre algo.
— ¿Te han encerrado, Fuu?
— Qué… puff, no para nada — respondió Fuu rápidamente, pareciendo recuperar algo de su actitud positiva, pero Hinata vio a través de la fachada que la chica trató de dar.
— Fuu
— Es en serio, este lugar solo me da escalofríos. Es decir, dicen que aquí es donde torturan traidores y prisioneros.
Las señales fueron más obvias después de eso. La cabeza ahora acompañó a los ojos, intentando desviar la mirada a cualquiera que no fuese con Hinata, la agitación de los dedos de Fuu se hizo intensa, jugueteando con estos mientras mantenía las manos juntas, algo extrañamente familiar para Hinata.
— Sé que mientes Fuu, sé que este lugar te está dando malos recuerdos.
— Soy así de mala ocultándolo.
— No — dijo Hinata, dándole una pequeña sonrisa —. Es que soy mejor para leer a las personas de lo que las personas creen.
Como si fuese un chiste de acción lento, Fuu empezó a sonreír un poco. No fueron las grandes sonrisas que siempre dio, solo una más pequeña, sincera a los ojos de Hinata, pero menos cargada de energía. Las risas no tardaron, carcajeando al punto de hacer resonar los pasillos de los calabozos para los oídos de nadie más que la chica frente a ella. Tan pronto como la carcajada murió, y la chica de Taki volvió a la calma, confesó.
— Bien, bien, puede… que tengas algo de razón, sabes. En mí… dentro de mí, hay algo, sí… es…
— Tranquila. Organiza tus ideas y me dices — dijo Hinata, sosteniendo las manos temblorosas de Fuu.
— Sí, tienes razón, tienes razón — acordó Fuu, permitiendo que el calor de las manos de Hinata recorriera su cuerpo antes de dar una respiración sonora, soltar las manos de la Hyuga y continuar —. Dentro de mi hay algo, un poder maligno, malvado. A veces, cuando ese poder tiene más control de lo que debería, el señor Kiseki debe detenerlo antes que sea demasiado tarde.
Es decir, no lo culpo. Si algo está causando tanta destrucción debes detenerlo ¿no? Salvar a las personas, ser un héroe que los salvó del… monstruo. El señor Kiseki es muy gentil, siempre que recuperaba el control de ese poder maligno me acompañaba por las noches. Sé por qué lo hacía, quería estar para mí en ese momento. Pero… con el paso del tiempo las visitas se hicieron menos frecuentes, él empezó a tener más responsabilidades y… en un punto dejó de venir.
Después conocí a Shibuki. Es bastante agradable ¡Y genial cuando conectas con él! Pero… sé cómo me miraba; una fuerza imparable, en cualquier momento traigo de los muertos las almas de los condenados a la perdición — bromeó Fuu, pese a que ni ella ni Hinata les hiciera particular gracia la broma —. En el fondo me tiene miedo. Me quiere, lo sé, pero él no pudo acercarse lo suficiente por él. Los aldeanos son igual. Son amables, cordiales, nunca me han tratado mal… pero nunca me he sentido parte de ellos.
Ni los Shinobi, ni los aldeanos, nadie trató de crear una verdadera conexión… tal vez solo el señor Kiseki. Le pregunté a Lord Hisen qué podía hacer y me dijo "has cientos de amigos, así nunca estarás sola", pero nunca lo logré. No importa que tanto lo intentara siempre me veían con miedo. Siempre, siempre, siempre ¡Siempre! ¡Siempre! Siempre lo hacían y yo… ¿qué podía hacer?
— Ese poder… Fuu ¿ese poder… es el de una bestia con cola? — preguntó Hinata, y aunque Fuu se sorprendió un poco, con algo de miedo y renuencia, asintió con la cabeza antes de tomar una sonrisa más triste.
— Pensé… pensé que con personas que no conocían mi situación me sería más fácil hacer amigos. Y me encontré contigo, fuiste tan agradable que creí tener oportunidad. Tal vez fue por eso por lo que apresuré mucho todo… quería hacer un amigo que me recordara con cariño, no con miedo — dijo Fuu, riendo un poco entre dientes cuando un pensamiento vino a su mente —. ¿A quién engaño? Solo quería dejar de sentirme sola… aunque suene absurdo, me siento bastante sola, estando rodeada de gente.
Hinata trató de entender toda esta revelación, la soledad, el dolor. Tal vez no comprendió todo, tal vez Fuu tampoco comprendió un verdadero dolor, pero ella sabía más que nadie que los gritos y los regaños fueron mucho mejores que el desinterés, sin arraigarse a nada, sin dejar que nadie pueda cargar con los miedos y las inseguridades que resguardan en tu interior porque nadie parece el indicado.
Ella no pudo comprenderla por completo, estando frente a ella Hinata se dio cuenta que nunca lo haría por completo, ni a Naruto, ni a cualquier persona que portara una bestia con cola en su interior. Sin embargo, en esa pequeño lazo de unión que ambas chicas podían congeniar las emociones de Hinata palpitaban con pasión y deseo de conectar sobre la chica, entablar una comunicación más profunda que una mental. Un deseo genuino de estar para ella en sus momentos difíciles, un deseo egoísta para que ella esté en sus momentos más difíciles.
Caminando con tranquilidad, los brazos de Hinata rodearon el cuerpo de Fuu con dulzura. La chica no supo cómo responder más que bajando sus brazos, sorprendida de la acción de la chica de la aldea de la hoja.
— H-Hinata.
— No me importa si tienes en tu interior un demonio, sé reconocer quién es quién, y puedes estar segura de que eres mi amiga Fuu. No importa si ese monstruo enloquece, estaré ahí para detenerlo. Esa es una promesa, y un amigo muy especial dice que las promesas no se pueden romper.
— Hinata — habló Fuu, quedando sin palabras antes de sonreír un poco, llevando sus manos a sus ojos —. Maldición, eres demasiado dulce que me va a dar algo solo con lo que dices. Mira cómo me dejaste, parezco una niña dramática.
Con afabilidad, Fuu tomó la mano de Hinata contra la suya. Aunque tomó con la guardia baja a la Hyuga, Hinata no la rechazó, prefiriendo seguir el juego de Fuu mientras empezaban a caminar hasta la salida de los calabozos. Fuu caminó un poco más al frente, como una guía a pesar de que Hinata ya conoció la ruta a la perfección, pero se permitió llevar. En su lugar, el enfoque de Hinata se concentró en las prisiones vacías de reos, mirando con algo de pena el destino de las personas condenadas aunque tuviesen el destino justo que se merecieron.
— Y Hinata — llamó Fuu, causando que Hinata se volteara y atendiera a la chica de pelo verde —. Muchas gracias.
— No hay nada que agradecer, nos agradecemos siempre que estemos juntas.
Ambas chicas abandonaron la solitaria área de prisión viendo la luz de la salida bastante cercana. Apretando un poco más la mano, Fuu caminó más rápido para alcanzarla lo antes posible, siendo correspondida por Hinata que le siguió el ritmo con facilidad. No obstante, antes de llegar al final del pasillo, Fuu se dio cuenta de algo de suma importancia.
— La venda.
— Oh, cierto…
XXX
El pitido de los oídos se hizo presente. Por varios segundos, el mundo de Kurone solo fue un blanco absoluto. Sin embargo, en el blanco absoluto las siluetas de diferentes figuras amorfas empezaron a aclararse, las sombras que transmitieron hostilidad y desprecio ayudaron a enfocar su mente a través del mundo blanco. Los suaves murmullos de un hombre desesperado resonaron para darle consciencia a todo.
En solo segundos el hombre entendió su situación. Con una bocanada del humo guardada en sus pulmones, las extrañas sombras parecieron retorcerse. En lugar de la precisión, Kurone prefirió realizar un Jutsu particular. La pequeña oleada de humo se hundió en las figuras y, sin demora alguna, esas extrañas sombras fueron calcinadas por el poder del humo interno, destrozando la carne de sus adversarios a la vista ciega del hombre.
— Estilo de fuego: Cenizas ardientes.
Los cuerpos de los sujetos que no parecieron incinerarse en el acto se desplomaron sobre las aguas para apaciguar el calor de la pequeña explosión generada del humo. La reacción del calor causando una inhabilitación temporal que Kurone no desperdició. Con mayor consciencia de su entorno, la mareada cabeza del veterano pudo mostrar con relativa forma los adoloridos cuerpos de los Shinobi rebeldes. Sin vacilar, un Kunai pasó por la espalda de los sujetos, eliminando uno por uno con una eficiencia cada vez mayor hasta no dejar los gritos agónicos atrás.
Con la mente más clara después de la eliminación sucesiva, Kurone aclaró el escenario en que se encontraba. Yokaze mantuvo a raya a diferentes adversarios a la vez. Con una destreza en el Kunai sin comparación, los enemigos cayeron como moscas uno tras otro. La alegría sórdida de su acto dejó la piel temblando de sus enemigos que no lograron llevar el ritmo de la batalla a un nivel aceptable para él.
La sangre derramada por Kurone y por Yokaze dejaron las aguas de la superficie sucia con sangre derramada por las decenas de cuerpos que dejaron su marca, casi espiritual en la forma en que las cristalinas y brillantes aguas solo tomaron un tono carmesí.
Rápidamente, tanto el veterano como el joven Shinobi impidieron la oleada de adversarios descarados que pensaron en acabar con ambos ninjas de Taki por fuerza numérica. La realidad fue clara cuando otros cuatro cuerpos cayeron desprovistos de vida sin muchas complicaciones por ambas personas. Los otros Shinobi rebeldes, viendo la primera acción como algo menos que viable, tomaron sus distancias.
— Ah ¿ya se van? ¡Yo que pensaba que se estaban divirtiendo tanto! — se burló Yokaze, haciendo que algunos ninja rebeldes trataran de iniciar una nueva redada, solo evitados por los líderes de la formación que impidieron que sus compañeros desperdiciaran sus vidas sin motivo alguno.
Por su lado, Kurone solo trató en pensar las opciones de este ataque desmedido. Claramente la fuerza liberada en el árbol fue un punto estratégico. La fuerza del funcionamiento interno de la aldea radicaba en ese árbol, no fue una sorpresa que lo eligieran un punto de control.
— ¿Cuál es el plan en su apoderamiento? ¿qué intentan manipular de las sagradas tierras de Takigakure?
— ¿Sagradas dices? — entre los soldados, la voz de una mujer hizo gala en el área.
De pronto, una hermosa primor de cabello café recogido en una tiara blanca se abrió paso por la fila de subordinados. La sencilla camisa que dejó paso al sensual escote permitió a ambos Shinobi saber con qué clase de Kunoichi trataban. No obstante, Yokaze pareció el más impactado de los dos, para el horror de Kurone que negó con la cabeza para apreciar con mayor detalle los atributos de la mujer enemiga, cayendo bajo su encanto con una facilidad aterradora.
— Estas tierras no son nada para ser consideradas sagradas. Solo un pueblo nacido de la traición y la cobardía venerado por las generaciones como un par de civiles moribundos que aceptaron cualquier cosa para sacarlos de su miseria.
— El legado de nuestro pueblo está más allá de sus inicios, uno construido en la fuerza y el honor, algo que no parecen comprender.
— Palabras vacías anciano. Es el inicio del todo lo que da posibilidad que los planes de Lord Suien puedan dar frutos — en medio de su discurso, una cantidad considerable de agua se arremolinó en la mano de la mujer —. ¡Ese es el legado en que serán recordado los miembros de la brújula y su patético líder!
El Estilo de agua: látigo de agua usado por la mujer rodeó la mano de Kurone, provocando que el Jounin tuviera que arrodillarse por la presión de la técnica. Los intentos de liberación de Yokaze se vieron eliminados cuando una nueva pareja lo atacó, siendo un pequeño margen que impidió que el chico lograse liberar al veterano Jounin.
Por su lado, Kurone logró evitar diferentes ataques enemigos mientras fue arrastrado por el látigo de agua. Algunos shuriken y kunai se abalanzaron contra él, pero con gran maestría pudo evitarlos con ligeros movimientos, característicos de una predicción nacida en la repetición de miles de eventos en el pasado; el don de la experiencia con el que muchos jóvenes tomaban a los viejos.
Eso fue necesario en su enfrascamiento contra la seductora mujer que lo atacó con un Estilo de agua: bala de agua tan pronto la distancia entre ellos fue demasiado corta. No obstante, una respuesta similar provino de Kurone cuando realizó un Estilo de fuego: bala de fuego. Aunque de potencia pareja, la precisión para conectar con el núcleo de la técnica de agua de la mujer hizo que las técnicas se cancelaran pese a la desventaja de elemento de Kurone.
Con el pequeño humo generado, Kurone se liberó del látigo para pasar por una serie de sellos con las manos. El cuerpo de la mujer se sintió restringido cuando un Genjutsu paralizador se ató sobre ella, atacada por Kurone que no dudó en aprovechar su apertura. Para su infortunio, los leales Shinobi del árbol protegieron a su líder para liberarse de su técnica, impidiendo que Kurone acabase con nadie gracias a la rápida reacción de la mujer que salvó a uno de los rebeldes de una muerte inminente.
La mujer dejó su papel más inspirador y seductor por una batalla más seria y enfocada al ver el peligro en que se encontraron sus hombres y ella al enfrentar a este sujeto. Por su parte Kurone vio en la parte trasera como Yokaze tuvo que detenerse con algunos Shinobi, siendo más hábiles que la primera tanda lo que hizo que su acompañamiento no fuera posible por el momento.
Al contrario de lo esperado, Kurone retrocedió un poco para apoyar a Yokaze para acabar con su enemigo rápidamente. La mujer trató de enlazar otro Estilo de agua: látigo de agua en el cuerpo del veterano, pero Kurone previó el movimiento a kilómetros, evitándolo con gran solvencia para apoyar al chico en su pelea.
La habilidad del oponente de Kurone fue sobresaliente, pero nada que un trabajo dual no resolviera con eficiencia, acabando con su oponente con rapidez antes que las tropas de refuerzo se acumularan para usar el Estilo de agua: colmillos de agua y Estilo de agua: balas de dragón de agua.
Yokaze leyó los sellos a la perfección, acabando con los torbellinos de agua rojo provenientes de la superficie del árbol. Por su lado, Kurone acabó con una técnica de fuego con los proyectiles de agua más prominentes, dejando a las otras en un sencillo esquive antes de volver junto a Yokaze.
— Vamos bien.
— No lo suficiente, a este paso los otros escuadrones estarán en serios problemas y…
Kurone abrió los ojos detrás de sus gafas, entendiendo la razón de todo este ataque desmedido. Alejándose hasta la base, Yokaze liberó una bomba de humo venenosa, comprando unos segundos antes que se dispersara – o alguno de los miembros de ese escuadrón conociese el elemento viento -. El tiempo fue más que suficiente para Kurone que tomó del hombro a Yokaze.
— Tienes que salir de aquí.
— Tienes razón, debemos salir.
— No, me refiero a que tú debes salir. Yo me quedaré a luchar — dijo Kurone, sacando un cigarro de su boca para prenderlo con su Chakra.
— Jajajajaja, vaya señor Kurone, no pensé que sus bromas fuesen tan buenas. Hay por lo menos cincuenta Shinobi en ese pasillo, obvio que lo voy a dejar…
Las palabras de Yokaze quedaron en el vacío cuando el veterano realizó un Estilo de fuego: bala de fuego ascendente, liberando una gran cantidad de llamas en el cielo antes de descender como una ave contra los enemigos dispersos en la penumbra de los restos de humo de Yokaze.
— No me jodas.
— Abriré una apertura para tu escape. Tú mismo lo dijiste, hay unos cincuenta Shinobi rebeldes — dijo Kurone, mientras retrocedía su posición cuando sacó un par de Kunai para preparar una trampa —. Suien debió hacer su movimiento, lo que hace de esta ofensiva una peligrosa jugada que puede llevarlo a la ruina.
— Quieres que lo encuentre y lo capture.
— Quiero que lo encuentre… y lo ejecutes — la sonrisa tensa pero divertida de Yokaze se perdió tras escuchar esas palabras.
De pronto, el aura del ambiente se volvió sombría, más si el agua arremolinándose sobre él fue un indicativo de la furia interna que fue liberada en ese momento. Kurone no le preocupó en lo absoluto, pero varios Shinobi rebeldes retrocedieron unos pasos al presenciar semejante demonio debajo de sus narices.
— ¿Estás seguro de esa orden?
— Avísale a Sane. La prohibición fue dada de alta temporalmente por la brújula del oeste, ¡Kurone!
El grito de Kurone no fue una parafernalia que favoreció a la situación, sino una respuesta al esfuerzo que tuvo que realizar para hacer retroceder algunos Shinobi en el camino. Eso poco importó cuando los otros tres Shinobi que encabezaron el ataque fueron rebanados en segundos por un par de Kunais del chico.
Pese a ello, la líder del grupo pareció no estar preocupada, levantando su mano en un acto sorpresivo de cese para permitir al chico avanzar por la corteza del árbol sin muchas complicaciones. Tras su desaparición, el ataque se reanudó, ahora con Kurone siendo el único presente en la sala.
— Bueno, debo admitir que la vejez no es algo que me guste apreciar, pero que no haya podido acabar con ustedes en estos minutos solo demuestra lo lento que he sido.
— Mira nada más, el anciano es senil antes de tiempo — respondió la líder, apoyada por un par de lanzamientos de técnica que Kurone apenas si evitó por la magnitud y cantidad de enemigos —. Pero bueno, cada uno envejece de diferente manera. Deberías de agradecerme, no vivirás mucho, de todas formas tu boca perdió cualquier rastro de razón.
— Razón es lo que me sobra.
Ya inaudible para todos, Yokaze solo escuchó los ruidos resultantes de las técnicas de los individuos abajo. Tal vez pudo ayudar más, tal vez pudo haber atacado en las dos guardias cuando tuvo la oportunidad, pero las órdenes del Shinobi veterano fueron un radar con dirección programada para el chico, sin objetivo alguno en lanzarse para apoyar a su compañero pese a sentir el ardor en el pecho de una traición contra su propia voluntad.
— Eres un idiota anciano, esto ya no es nada divertido, nada — dijo Yokaze, negando sin mucha convicción antes de salir al árbol para buscar el equipo de rastreo en la zona norte del pueblo.
XXX
Al salir de la casa de la anciana – que su nombre era Nokana Aramayi – Kurenai y Shino lograron apreciar las consecuencias del asesinato del asesino. Los ruidos y el fuego no tardaron en llegar cuando un grupo de Shinobi rebeldes atacaron a la diferente población. En su mayor parte fue daño residencial, Kurenai y Shino apreciaron el asesinato de un par de civiles en las cruzadas; algunos quemados, otros cortados por locos sanguinarios.
Kurenai no tardó en actuar, pasando por una serie de sellos con las manos antes de desvanecerse en una densa neblina, casi como si fuese eliminada de la realidad. Shino, que aún intentó procesar todo lo ocurrido, solo vio como algunos de los Shinobi rebeldes, estáticos como si fuesen amarrados con sogas de pies y manos, caían ante el poder de una fuerza invisible, asesinando uno tras otro por puntos de muerte instantánea como el cuello o el corazón.
Shino no tuvo que ser un genio para saber que esos cortes fueron causados por su Sensei, y la única razón por la que lo vio así fue porque estuvo atrapado en una ilusión, aunque no supo si fue a propósito por su Sensei para mantener el factor sorpresa a sus enemigos y no leyeran a través de él o algo más accidental.
— ¡Shino, enfocado!
Casi instintivo, los insectos de Shino rodearon la chaqueta del ninja, interceptando el corte de espada que un rebelde hizo contra su portador. Con la ubicación de su enemigo dada, Shino no dudó. Los insectos se abalanzaron contra el rebelde. Pese a la destreza para esquivar la primera oleada, no tuvo la fortuna para responder a la segunda, siendo despojado de su espada tan pronto como insectos devoraron parte de la piel de sus muñecas.
Indefenso, los insectos, a órdenes de Shino, empezaron a consumir gran parte del cuerpo del Shinobi. Con el cuerpo casi por completo descubierto, fue difícil deslumbrar los efectos de la mordedura, pero la sangre desbordando de las prendas, la pérdida de volumen en el traje y el horrible hedor dejado atrás fueron suficientes para marcar la derrota del enemigo.
Shino tuvo que procesarlo un momento. Los miembros del clan Aburame, pese a no destacar en sus emociones, no son máquinas en ningún aspecto. Como él, un chico de 12 años, aterrado del poder detrás de sus insectos, acabando con su oponente a los pocos segundos; su primera muerte.
A pesar del impacto generado por la desgarradora muerte, Shino no pudo quedarse estático. Nuevas oleadas de enemigos se abalanzaron contra él. Uno tras otros sucumbió ante el poder de sus insectos, en su mayor parte por la falta de conocimiento del cómo defenderse de estos. Los más perspicaces, por otro lado, realizaron técnicas de fuego que volaron en su contra o kunai explosivos en caso de no poseer esa naturaleza de ninjutsu a su favor.
— Tornado de insectos.
Al verse en una situación adversa, Shino supo que la potencia era la única salida para replegarse más cerca de su Sensei. Un gran aluvión de insectos empezó a rodear a Shino, generando un tornado con él como epicentro de todo.
A partir de la comunicación innata con sus insectos, Shino entendió el daño generado a los enemigos. Fue gracias a esa información que el chico captó la rápida desventaja de sus insectos. El enemigo pronto usó fuertes cargas de fuego para contrarrestar su tornado.
Aunque los insectos aguantaron con gran valor, las llamas empezaron a esparcirse igual que un incendio forestal, y como las hojas de un árbol, Shino tuvo que ver a sus insectos fallecer uno tras otros, incinerados mientras él intentó reforzar su tornado a la vez que avanzó a una mejor posición.
La desgracia del ninja de la hoja fue que en cualquier punto que intentó ir estuvo rodeado por el asedio enemigo. Además de la perturbación que le generó un verdadero campo de batalla, su imperturbable consciencia alocada por la cantidad de vidas tomadas y la preocupación de que sus reservas de insectos y Chakra se estuvo desgastando a una velocidad alarmante lo dejaron en una posición más que inquietante.
Al ver que su tornado no generaría más defensa, Shino realizó un Jutsu del cuerpo parpadeante. No obstante, su poca maestría en la técnica hizo que chocara con uno de los tejados. El golpe no fue suficiente para perturbarlo, lanzando dos ráfagas de insectos con dos Shinobi que intentaron acabar con él mientras esquivaba diferentes Jutsus de fuego y bombardeos.
Mientras corrió por los tejados, el usuario de insectos acabó con otros tres enemigos al no darse cuenta de las pequeñas trampas de insectos que dejó en el suelo, zambulléndolos en una prisión de insectos que pronto consumió a sus huéspedes.
Eso no cambió mucho el panorama, muchos más enemigos se lanzaron contra él y la mente de Shino, aunque siguió corriendo con gran valía, tampoco fue imperturbable al inevitable hecho que poco a poco se le acababan las opciones ante una devastadora ventaja numérica.
— Lazo.
Como una medida desesperada, Shino saltó en el aire antes de colocarse sobre unos insectos. Los Shinobi enemigos trataron de alcanzarlo, pero el Genin previó sus ataques ígneos desde el aire. Aunque la maniobrabilidad no se destacó, siendo una técnica que no sirvió para volar tan libremente como Fuu, Shino se enfocó en la segunda etapa de su jutsu.
Réplicas de nubes más pequeñas se alzaron sobre la cabeza de algunos de sus oponentes. Como fuegos artificiales, los insectos se agruparon en pequeñas esferas que impactaron en diferentes partes del cuerpo de los rivales. Shino mantuvo la técnica durante un par de segundos, con un esfuerzo exigente para mantener el control de sus insectos a través de sus limitadas reservas.
Shino no aguantó, teniendo que reagrupar los insectos sobre él para no perder un control total de ellos y sufrir una mortal falta de Chakra en su sistema. Los afectados con la técnica, aunque no muertos como se esperaba el Aburame, quedaron en un estado herido, lo suficiente para no regresar a la batalla durante un rato.
Shino descendió al suelo, respirando con algo de dificultad mientras mantenía la compostura. A pesar de su mejor esfuerzo, de lidiar con bastantes de esos enemigos, Shino ya no pudo mantener el ritmo. Él vio de primera mano una espada de uno de los Shinobi, tan afilada para cortar su cuerpo como mantequilla aproximándose sobre él.
Shino miró con horror cuando esos pequeños microsegundos en que tuvo que tomar una decisión fueron eliminando cualquier camino. El uso de sus insectos fue un suicidio, incluso dudaba que un Jutsu de reemplazo podría funcionar con sus reservas actuales y esquivar la espada fue una tarea imposible. Shino lo comprendió, el miedo recorrió su cuerpo peor que el veneno de una víbora y tan real como todo lo que sucedió con anterioridad.
La espada conectaría…
Solo que todo se despejó para revelar que la espada nunca conectó.
En su lugar, el Shinobi se quedó paralizado. No solo fue él, todos los Shinobi en el suelo y el tejado quedaron estáticos en el lugar, como si el tiempo se hubiese suspendido si no fuese por el fuego que seguía ardiendo en la casa de algunos de los lugareños.
— Lo hiciste excelente, Shino —como una sombra, Kurenai se paró al lado de Shino quien la miró con estupefacción —. Lo siento por separarme de ti, confié que tu poder era suficiente para retenerlos un par de segundos mientras despejaba a los civiles de sus hogares.
— Kurenai-Sensei.
— Creo que fui un poco negligente de mi parte, dejándote contra tantos sin que tuvieras la experiencia suficiente para lidiar con ellos, pero estás bastante bien, sin heridas, aunque noto tus reservas algo bajas. No te preocupes — posicionando sus dedos en un sello de carnero, Kurenai se fusionó con el suelo de la zona —. Ahora es mi turno de darte relevo, tú descansa.
Tan pronto como el cuerpo de Kurenai desapareció de la vista de sus enemigos, un silencio imperturbable poseyó el lugar. Los rebeldes, confundidos, se miraron unos a otros, tratando de procesar lo que ocurrió, pasando a buscar por todos lados al chico insecto y a la mujer de ojos carmesí.
Su suspenso no duró mucho. Pronto, como si la propia naturaleza se fuese contra ellos, las ramas de árboles empezaron a adherirse a ellos. La resistencia fue inútil, tan pronto como una rama fue cortada dos emergieron para suplir la rama perdida. La movilidad en todos fue disminuyendo, los impropios gritos de horror y enfado alzaron a los cielos rojo que tornaron su miedo en la realidad más intensa.
Todos los rebeldes fueron enredados, ninguno con la mínima posibilidad de liberarse de los árboles. En ese instante, de la tierra desprendida por los múltiples jutsus de fuego anteriores, una figura negra emergió. Las cebras de largas culebras que se originaron de la cabeza de la amorfa criatura dejaron espantados a los más cobardes, alarmados ante la presencia de tan horripilante monstruo.
Al compás en que la mujer se mostró con los demás, los árboles empezaron a germinar flores, resquebrajando los árboles. Los tallos de las flores rodearon los cuellos de los rebeldes, las espinas de la flor provocaron pequeñas heridas sangrantes con el contacto de la delicada piel antes de profundizarse, en cada momento el peligro de las pequeñas espinas fue acrecentándose más y más, no faltando mucho para que una hemorragia se liberara en contra de los Shinobi rebeldes.
— Creo que no deben comprender el error que fue armar toda esta rebelión — habló la sombría figura del suelo, con cada palabra solo aumentando el agarre en los cuellos de las infelices almas que fueron consumándose en un eterno letargo —. No solo eso, se atrevieron a atacar a mi alumno a muerte; por lo regular interrogo y efectúo planes… hoy, por otro lado…
El agarre se profundizó aún más, el limitado aire suministrado por los ninjas enemigos fue dejado a un lado. Los cuerpos de los Shinobi empezaron a retorcerse en una desesperada búsqueda de oxígeno. Sus súplicas no fueron correspondidas, la agonizante sensación de ahogo, el chillante dolor de cabeza y el profundo ardor de los pulmones fueron la respuesta que recibieron de la amenaza de la figura de largas culebras.
— Aun así, no puedo quitarles todo el crédito. Hasta cierto punto, estoy agradecida con ustedes para ayudarme a confirmar una idea que he estado teniendo durante unos días.
La figura de culebras dejó de ocultar su rostro. Poco a poco, las culebras fuero arrastrándose a la cabeza de Kurenai antes de quedar como el hermoso cabello negro de la mujer. Cuando el último de los hombres se desmayó por la ilusión, la mano de Kurenai sacó un Kunai de su bolsa. Sin reparos, las gargantas de cada uno fueron cortadas una tras otra, todos los involucrados murieron sin la posibilidad de defenderse, una muerte misericordiosa ante el infierno que deseaba provocar la mujer. Con todo eso, ella no pudo exhalar un suspiro de decepción, un semblante triste adornando su rostro.
— Pude confirmar la mierda de maestra que soy.
XXX
No pasó mucho antes que los enemigos atacaran. Las barracas locales, esas que custodiaron el camino entre el resguardo y la población civil fue rodeada en su totalidad por ninjas rebeldes. El asesinato rápido fue la opción primaria, Kiseki se adelantó a su compañera antes de acabar con todo enemigo a su paso. Su zancada pareció el rugido de una bestia y su movimiento una máquina imparable, un tren sin control que arrasó con cualquier enemigo que trató de oponerse.
No estaba en un entrenamiento, no estaba para juegos. Kiseki mostró el esplendor de su poder a todos los ignorantes que el más fuerte de una aldea secundaria era poca cosa. Su compañera ni siquiera tuvo que intervenir antes que la decena de enemigos que aseguraron el puesto acabaran muertos por los cortes de la espada doble del Jounin. Imperturbable, ambos Shinobi avanzaron con mayor rapidez, la urgencia de comandar las desorganizadas fuerzas Shinobi en un ataque coordinado ante la emboscada sorpresiva enemiga.
— Fueron muy osados en iniciar su ofensiva — dijo Sane, alcanzando el acelerado paso de Kiseki con algo de esfuerzo.
— No, fue la decisión correcta. Con la captura de su espía cualquier información pudo ser comprometida, lo que significa que el ninja que capturamos no era poca cosa. Con eso en mente, tardaría un tiempo antes que tú o cualquiera lograra sacar algo de información sobre él. En lugar de esperar, iniciaron la ofensiva comprendiendo nuestra limitada información sobre el asunto.
— Un juego de circunstancias.
— Y el que juega en las sombras siempre tiene la ventaja.
Sin más conversación, ambos Shinobi avanzaron hasta la ciudad Shinobi del resguardo. Como esperaron, el fuego y la carne llovieron entre piedras cada vez más rojizas. El ejército rebelde fue significativo, tan o más grande que el propio ejército de Takigakure. Fue en esos momentos en los que Kiseki entendió que no fue un ataque aleatorio, no solo un escape de la ratonera. Ese ejército debió demorarse meses, tal vez años en armarse para esperar el exacto momento para atacar. Una maquinación que fue creciendo y creciendo como la fuerza de una erupción.
Con desinterés, un balance de la espada derecha de Kiseki provocó el desangramiento de tres ninja rebeldes que trataron de acabar con él, los cuerpos cayeron por el profundo precipicio del resguardo para un deshonroso destino a sus cuerpos.
— Esto es un ataque coordinado — meditó Kiseki, entrecerrando los ojos de concentración por la batalla que fue desarrollándose en las piedras —. Entonces debe haber un puesto de mando que dirija la operación, uno que no esté muy lejos… ¡Sane!
De inmediato, la Shinobi de traje rosa se acercó a Kiseki. Con una audición mejorada con su Chakra, Sane escuchó el razonamiento de su compañero, bastando una mirada para que ella desapareciera en un Jutsu del cuerpo parpadeante.
Por su lado, Kiseki apoyó a los otros Shinobi del resguardos que se vieron afectados por toda la contienda. La influencia fue inmediata, acabando con el rebanamiento de múltiples cabezas enemigas. La moral de los soldados de Takigakure se acrecentó como una plaga, la intensidad puesta en el combate mayor al ver un faro de esperanza con el Shinobi más poderoso cargando con la responsabilidad de la contienda.
Los rebeldes lo sabían, todos lo sabían, la presencia de ese ninja fue algo de temer. Con la clase en que tajó a sus adversarios, con la velocidad en que ejecutó sus técnicas. No fue sorpresa que la aparición de ese hombre significó un repliegue medido, entendiendo las diferentes ligas que ese Shinobi estuvo con el resto.
La creencia fue rectificada, ningún movimiento de Kiseki fue innecesario, salvando y acabando con vidas por igual, los rebeldes más confiados y tercos con el pensamiento que podrían enfrentar al más fuerte de las filas de Takigakure ilesos por la superioridad numérica. Al ritmo llevado, esa ventaja pareció disminuir más y más y las fuerzas de Takigakure tomaron terreno del resguardo.
Aun con la retirada, los rebeldes no dejaron el lugar impune.
El repliegue también fue una estrategia planificada. Con un tiempo preciso varios papeles bomba estallaron por diferentes estructuras del resguardo. Aunque fue un lugar que se especializó en tomar a los ninjas de Taki, el resguardo no se destacó por tener una gran resistencia en su estructura. Diversos Shinobi de Taki pecaron de confianza por la cobardía enemiga que no notaron que diferentes arquitecturas de madera colapsaron sobre ellos.
Los de rápido reflejo o los atentos lograron eludir los escombros de la explosión. Los más confiados o los débiles no tuvieron más remedio que recibir el impacto y, dependiendo de las circunstancias, caer sin pudor por el profundo risco a un destino desconocido para los ninja que se mantuvieron en la zona alta del resguardo.
El humo provocado por las explosiones y las constantes explosiones en el lugar ocasionaron una gran brecha en la organización de los ninja Taki, haciendo que los ninjas rebeldes lo tomaran como una gran oportunidad para acabar con varios enemigos.
Kiseki mantuvo su guardia, salvando varios camaradas de los escombros y enemigos, su dominancia siguió vigente pese a la táctica enemiga. Sin embargo, Kiseki no fue omnipresente. Ante sus ojos varios ninja, tanto jóvenes como veteranos, conocidos como desconocidos sucumbieron a sus ojos. Trató de vengar la mayor cantidad de muertos posibles, pero pronto la superioridad enemiga dio sus méritos, puesto que varios de sus compañeros tuvieron que retroceder para atender heridos, o sencillamente porque se vieron superados en diferentes sectores del resguardo.
Cruzando entre los puentes de madera, esos mismos que tambalearon por la falta de soporte de las grandes estructuras destruidas por el caos, Kiseki evaluó el asedio con algo más de inteligencia. No faltó ser un genio para saber lo delicado de la situación, en un intento de descifrar las intenciones enemigas.
Entre cortes y forcejeos, Kiseki notó la formación de los rebeldes en una posición más baja, dándole perspectiva del percance. Con una mirada a su espalda, impropio en una batalla en que las pequeñas distracciones costaron caras, logró deducir la intención de su adversario, mirando el desorden de sus fuerzas que se vieron acorraladas ante el poder enemigo sin apertura a pensar en el enfoque de toda la situación
— ¡A los suministros, mantengan su posición cercana a los suministros!
Ese grito marcó una diferencia sustancial. Ahora con una idea de lo que ocurrió, los ninjas de Taki se reagruparon con éxito cerca de Kiseki. A pesar de la persecución enemiga, Kiseki dejó caer sus espadas para pasar a realizar una serie de sellos con las manos. Los rebeldes que trataron de terminar el trabajo que iniciaron al acabar con los ninjas de Taki se llevaron la ingrata sorpresa de diversas balas de tierra de las paredes.
— Estilo de tierra: bala de dragón de piedra.
Obligados, los ninja rebeldes recularon al ver poco factible cruzar. No obstante eso fue lo que pensó Kiseki en un inicio, algo básico para evitar el aluvión de piedras que se dirigieron desde diferentes puntos de los riscos, además de técnicas acuáticas desde balas y dragones con el Chakra de otros ninja Taki animados de tener una chance de acabar con su oponente.
No obstante, la acción enemiga hizo saltar las alarmas internas del ninja de la brújula. El alejamiento tan severo entre los oponentes no fue algo natural, en especial porque el enfoque de los ninja enemigos pareció ser de un mediano a corto alcance, no demostrando alguien especializado en el largo alcance. No solo eso, fue más una apertura. Cuando el Chakra de las técnicas terrestres y acuáticas cesaron por la lejanía, Kiseki levantó la mano para detener el contraataque.
Con algo de silencio, los ninjas de Taki evaluaron su situación y sus alrededores. El miedo medido en los jóvenes y la astucia de los más experimentados a la luz nocturna de la aldea para dar clara la diversa naturaleza de los cientos de ninja a disposición de Kiseki.
No obstante, a Kiseki le llamó la atención la luz principal, esa que simuló el astro espacial que iluminó los cielos oscuros. Una pequeña mancha, lo suficientemente notoria para tomarlo como una alerta. Esa mancha solo incrementó en tamaño a medida que el cuerpo se fue acercando a los ninja defensores.
Con algo más de atención, Kiseki abrió los ojos, descubriendo qué era esa extraña mancha que estaba por caer.
— ¡No disparen!
Su llamado hizo tropezar a algunos, preparados en exterminar la potencial amenaza. Kiseki, ignorante de las pequeñas repercusiones de su orden, saltó para agarrar la mancha descendente. Entre sus brazos, el cuerpo ensangrentado de Sane cayó inconsciente al recibimiento del Jounin.
Kiseki quedó sorprendido, Sane no era alguien débil y la separación entre ellos no fueron más que unos minutos. Esa completa devastación en el cuerpo de la chica lo dejó perplejo, casi al punto de la parálisis… casi.
Con unos reflejos fugaces, Kiseki eludió un potente golpe. Este golpe, a diferencia de los otros rebeldes que trató esa noche, tuvo una potencia que pocas veces él ha visto en acción. La sola fuerza ocasionó un gran cráter que desestabilizó bastante la estructura ya magullada del resguardo.
Al ver a su agresor todas las respuestas que necesitó Kiseki fueron resueltas de inmediato. Con solo ver el puño negro de su oponente resolvió la pregunta de la gravedad de la situación; una que aumentó a algo bastante alarmante incluso para el propio Kiseki
XXX
Kiba no le gustó nada de eso.
No le gustó ser ignorado, ser ordenado como un cachorro de un lado a otro con las directrices de una mujer que correteaba tanto como él no fue confortable. Sintió el progreso, el octagrama en el suelo era una gran señal para marcar que estaban avanzando en lo que sea que estuviera intentando.
— ¿Cuánto falta?
— En teoría… — con una serie de sellos, Tanka activó el octagrama en el suelo, o eso fue lo que pareció ver Kiba al ver el trazado iluminándose en un brillo azul —. Está completo.
— ¿Con esto podremos encontrar la base enemiga?
— Sí, el jutsu genera un rastro de manipulación en la red principal, es un registro que el octagrama realiza esporádicamente los miembros de la brújula.
Kiba, prestando atento, se dio cuenta de algo evidente. Con una nueva mirada al trazado en el suelo, una vena empezó a formarse en la frente del Inuzuka, volviéndose a Tanka que la observó extrañada de su comportamiento.
— Oye, si este jutsu se realiza con los miembros de la brújula ¿no significa que todos los miembros deben estar envueltos en ese? No sé, en cada punto de ese dibujo.
— Vaya, eres más atento…
— ¡Entonces cómo carajos piensas iniciar el jutsu cuando solo somos tres! — regañó Kiba, interrumpiendo el cumplido de Tanka con agresividad.
— ¡Por eso esperaremos a más personas que vengan para terminar el jutsu!
— ¡Y una mierda! ¡Los rehenes deben de estar en peligro en este momento si el espía fue una mala señal! ¡No tenemos tiempo para perder con un jutsu inútil!
— No te preocupes, no será tan inútil pronto.
Kiba se giró, con los ojos puestos en las figuras que corrieron hacia ellos. No bastó mucho para darse cuenta de que dos chicas se acercaron a alta velocidad. En pocos segundos, la distancia se acortó tanto para notar las apariencias de Hinata y Fuu.
— Mira, ya tenemos dos más.
—Sí… en un tiempo bastante preciso — dijo Kiba, algo dudoso de la sincronización de los eventos.
— Los estábamos buscando durante un rato, fue Hinata que pudo detectarlo con su Byakugan cuando activaron algo que logramos localizarlos — respondió Fuu, Kiba se limitó a alzar los hombros, lo exacto entre la aceptación y la réplica.
— De todas formas sigue siendo inútil, aún nos quedan tres campos vacíos más.
— Espera, pero si somos cuatro, nos quedan cuatro — dijo Fuu, al observar para no encontrar al quinto integrante.
Su respuesta fue dada cuando el perro blanco de Kiba saltó de su chaqueta contra la cabeza de Fuu, mordiéndola por ignorarla de una manera tan deliberada. A pesar de lo doloroso que se vio, nadie intervino para ayudar a la chica. La agonía pasó por sus ojos clamando piedad ante la potencia del hocico del pequeño cachorro.
— Hinata… — dijo Fuu, con una voz ronca mientras agonizaba en el suelo —. Ayúdame.
Cuando Fuu cayó al suelo fue el momento en que Akamaru dejó su acción, Kiba lo recibió con brazos abiertos de orgullo y alegría mientras todos vieron la sangre de Fuu escapar de los orificios de los dientes del canino, la sangre escurrida en abundancia por la zona tan comprometedora, aunque tampoco llamó las alarmas.
Hinata, acudiendo a su amiga, ayudó a limitarla, escuchando los reclamos lastimeros de la chica por no recibir el respaldo de la chica Hyuga, a lo que Hinata respondió con disculpas vacías en no querer lastimar al perro de su compañero de equipo. Al mismo tiempo, Tanka y Kiba retornaron el punto de partida, ambos en una contienda de miradas, en parte por la impulsividad del perro y más primordial el estancamiento que esa división sufrió por la falta de personas para ejecutar el jutsu.
— Las chicas no fueron las únicas en detectar su activación.
En lo alto de las rocas, la profunda voz de la caverna inyectó cualquier barrera mental de las personas de la habitación. La atención total fue llevada por la nueva figura pegada en el techo. Con él, dos ninja rebeldes sangrantes fueron envueltos en sus brazos, claramente noqueados, pero todos no comentaron el casi evidente hecho que el estado delicado de esos ninjas significaría una muerte prematura.
— Yokaze — dijo Tanka, el chico cayó al lado de ella para responder a su llamado —. Pensé que estarías con Kurone.
— Es por él que estoy aquí, y es porque activaste de forma prematura que estos están aquí — dijo el chico de ojos ámbar, sin nada de la diversión característica de él que lograra ser familiar para la Kunoichi —. Rebeldes se acercan a gran velocidad, debemos activar el jutsu rápido si es que queremos tener una oportunidad de encontrar la base enemiga.
Tanka apretó el puño, el escuchar tan deplorable noticia no fue una de las cosas que esperó de la boca de Yokaze. Con una agilidad mental rápida y una serie de sellos duales y sincronizados, tanto Tanka como Yokaze chocaron sus manos en un puño conjunto antes de poner sus manos sobre el suelo. De pronto, un gran muro de piedra emergió del suelo provocado por el Estilo de tierra: pared de piedra.
— Eso nos dará algo de tiempo.
— Pero tendremos que improvisar, ese muro no detendrá los ataques venideros por mucho.
Con ese llamado de Yokaze, Tanka chocó de nuevo las palmas llamando la atención de los ninjas más jóvenes, envueltos en una ridícula discusión por arreglar el cabello ensangrentado de Fuu, casi entrando a los puños si no fuese por la separación improvisada de Hinata en un intento de inmovilizar a ambos sin recurrir a su estilo de lucha. Como piedras, los tres chicos y el ninken prestaron atención, como si la discusión anterior fuese un recuerdo de un lejano pasado.
— No medí eso en los planes. La activación inapropiada del jutsu alertó a nuestros enemigos y no creemos que haya un apoyo próximo.
— Genial, entonces estamos en una ratonera sin poder hacer nada — dijo Kiba, con un gruñido exasperado por la comprometedora situación en la que se encontraron de un momento a otro.
— Yo no estaría tan seguro — dijo Yokaze, quedando pensativo un instante antes de ocurrírsele una idea —. Si no recuerdo mal, tu amiga puede generar clones corpóreos.
— ¿Mi jutsu clon de sombra?
— Sí, y Fuu puede crear clones crisálida.
— ¿Clones crisálida? — preguntó Hinata, genuinamente curiosa del jutsu de su amiga.
— ¡Así es! Cuando me envuelvo en mi cúpula por un tiempo y concentro Chakra en mí misma puedo clonarme ¡Es super divertido hablar conmigo misma! Es tan raro.
— Puede que el jutsu no surta tanto efecto si fuera hecho por ocho personas, pero puede funcionar si fragmentamos la disposición de dos personas a la vez. Es un experimento que debemos tratar.
Las chicas, sin más tiempo que perder, realizaron lo pedido. El cuerpo de Fuu excretó un espeso líquido que fue solidificándose para rodear su cuerpo en un capullo que la rodeó por completo. A su vez, Hinata levantó una mano, apuntando su corazón e índice hacia arriba para generar un clon de sí misma en una nube de humo. Unos segundos después, Fuu apareció al lado de Hinata, dejando el capullo intacto. Como si de un insecto se tratase, una mano abrió camino por el débil capullo. Floreciendo, un clon perfecto de Fuu se paró frente a ellos, saludándolos animadamente mientras avanzaba a su original para quedar al lado.
— ¿Estás seguro de que funcionará? — preguntó Tanka, no muy convencida de las reglas intrínsecas del jutsu en los sellos efectuados.
— Es mejor que no hacer nada ¡Bien muchachos, el tiempo es limitado! ¡Cada persona, perro o clon debe pararse en la punta del octagrama!
Con la iniciativa dada, todos tomaron sus lugares; cuando un lugar fue tomado, se movía al siguiente sin dudar. Lo único diferencial fue que la punta que señaló el noroeste fue ocupada por Yokaze y la este por Tanka, incluso desplazando a los clones que tomaron los lugares.
— ¡Concentren chakra con el pie en que presionan su punta! Cuando lo hagan, canalizan Chakra mientras realizan el signo del carnero — instruyó Tanka, mostrando el signo más para preparar su parte que para que los integrantes siguieran su ejemplo.
Esperando unos segundos, el Chakra acumulado del pentagrama pareció fluir en un haz de luz azul, con la notable diferencia de la intensidad de la técnica en la que estaban parados fue diez veces más intensa al punto que los más jóvenes, que desconocieron los efectos del jutsu, entrecerraron los ojos, en un fútil intento de filtrar la luz.
Tanka, más acostumbrada a los efectos del jutsu, pasó por una nueva serie. Con un cierre de ojos, la concentración absoluta para canalizar las irregularidades en los diferentes puntos de la aldea y más allá de esta comenzaron a cruzar su mente. Los casi ilimitados pasajes perdidos por las cuevas y las concurridas calles infestadas de sangre y metal chocando en una encarnizada batalla campal.
El proceso fue lento, sin tantos miembros con el conocimiento necesario la búsqueda fue infructuosa y algo descuidada, una vista pasajera tras otra en un intento de encontrar algo útil antes que los efectos del jutsu acabaran. Incluso con Yokaze buscando por su lado, tampoco agilizó demasiado las cosas por la basta cantidad de área a cortar. Los chicos solo pudieron mantenerse estáticos, en espera de una nueva orden mientras canalizaban el Chakra que pudieron, algunos acostumbrándose más rápido a la luz tras una prolongada exposición.
Hinata fue más perceptiva que los demás, entrenada como heredera en su juventud fue instruida en leer el ambiente. Aunque el intento de su padre fue demasiado frío y, a una opinión subjetiva, despectiva, tuvo sus frutos. Aún afectada por los ojos, Hinata enfocó más sus sentidos auditivos para entender la situación en la que estaba.
Escuchó ligeros ladridos y murmullos suplicantes; no le gustó el ruido, no con el sobreesfuerzo que el ninken pareció surtir sobre el jutsu para mantenerlo activo con un respaldo reconfortante en los gritos de Kiba. Escuchó a Fuu, su respiración algo agitada y pequeños espasmos que Hinata sintió, siendo ella la más cercana a la Hyuga y la que mejor notó su estado. Aun con todo lo considerado, Hinata supo que no debían cancelar el jutsu todavía, aunque le gustaría ir a consolar a Akamaru por someterse en un jutsu destinado para adultos humanos y abrazar a Fuu para calmar las palpitaciones de su corazón.
¿Pero los nervios de dónde surgieron? Fuu no reflejó la actitud de una chica miedosa, todo lo contrario y aún más con el conocimiento que Hinata supo de ella. Con un enfoque más en el lugar, Hinata trató de hallar el porqué del miedo de la chica.
No se demoró en encontrarlo.
La figura al lado derecho de su amiga fue respuesta suficiente. El clon de Fuu se retorció en un ser por completo diferente, cada vez más carente de características humanas para un aspecto más monstruoso, similar a una rara fusión de un escarabajo, un humano y un demonio del averno. Los intensos gritos de la criatura solo fueron opacados por el chakra rojo que desprendió en una catarata de poder sin control.
Sin embargo, eso no fue lo sorprendente, ni lo cautivador, ni siquiera lo más interesante de toda la criatura. Fue el opuesto, la atención soñadora que le dio al ser que se antepuso a esa criatura iracunda, que pasó por una metamorfosis total en un ser dócil cuando el otro ser observó recóndito en lo que supuso que fue su alma.
La plaza de un aura amarilla, con el olor de viejos abedules escalados por cientos de niños en el pasado, en un parque de juegos anticuado, casi podrido, que solo los niños pueden encontrar la diversión en un lugar desolado, que solo pueden encontrar misticismo en la vista de la brisa fría.
Fue incoherente, Hinata no supo cómo identificar la emoción, ni la criatura, ni la más arraigada esencia de las infinitas posibilidades imaginarias que pudo poseer ese ser… fue mágico, ensoñador, liberador en un punto y, extrañamente, un fiel reflejo de todo lo que Hinata pareció buscar. Ese destello de mermelada roja y el sabor del aire corriendo en una carrera desenfrenada por un control cósmico. La divinidad de lo incorpóreo que esa figura pareció emanar, reservado para ella, solo para ella, para que ella se adueñara de ella.
Sin embargo, Hinata la rechazó.
Con una agitación en la cabeza, Hinata volvió los sentidos en sí, la suerte que la canalización de Chakra llegó a un punto avanzado que su inconsciencia no necesitó su mente para mantener su actividad. Un profundo dolor de cabeza atravesó la cabeza de la chica, y ella supo que el jutsu no tuvo nada que ver.
Tampoco ayudó los insensates golpes de jutsus abarrotándose contra las grietas de la muralla, en contundentes ataques para penetrar las defensas y dejar al descubierto a las ocho almas que estuvieron resguardadas en ese jutsu.
Sin embargo, por un golpe de suerte, el jutsu se canceló. No fue por un fracaso, no si la sonrisa arrogante de Yokaze fue una señal de fracaso. Con una nueva serie de sellos, el chico realizó un Estilo de tierra: lanza de piedra. Las grietas que los rebeldes formaron por sus constantes ataques al muro de tierra fueron una condena cuando lanzas arrojadas como proyectiles atravesaron cualquier defensa, adentrándose a lo más hondo del cuerpo; algunos muertos, algunos heridos, a Yokaze poco le importó diferenciar.
Los chicos sintieron el arrastre de los dos Jounin, Tanka tomando entre sus brazos a Akamaru y Kiba mientras que Yokaze se encargó de Hinata y Fuu, ambas en una gran angustia y cansancio fruto de los acontecimientos y el propio jutsu. Como un reflejo, Hinata miró atrás del brazo de Yokaze tratando de confrontar de nuevo las dos figuras que vio.
Sin embargo, los clones habían desaparecido.
XXX
Nombre: Hinata Hyuga
Edad: 12 años
Sexo: Femenino
Origen: Konohagakure no Sato (Aldea escondida entre las hojas)
Título actual: Heredera del clan Hyuga (+25% de progreso en habilidades del clan Hyuga)
Nivel: 25 XP – Siguiente nivel (0/18000)
Estadísticas
HP: 1260/1260
CP: 2100/2100
STR: 40 (44)
VIT: 32 (35)
AGI: 66 (76)
INT: 49
WIS: 40
LUC: 27
CHA: 23
Afinidad natural: Agua, Rayo
Puntos: 73pt
Ryō: 120.000 両
Habilidades
Cuerpo de jugador: [lvl Max]: La habilidad le permite al usuario recuperarse de daños, regenerar Chakra perdido y curar estados de salud cada vez que duerme o toma descansos. Sin embargo, es importante anotar que, en caso de estados de salud graves como lesiones o envenenamientos más allá del nivel del usuario pueden no ser afectados por la habilidad, dependiendo de curación convencional para su preservación.
Mente de jugador [lvl Max]: Le permite al usuario el pensamiento lógico y racional en situaciones de riesgo y una protección mayor a enfermedades mentales. No obstante, no impide por completo que el usuario no sufra de la mente. Si el usuario se enfrenta a situaciones por encima de su nivel puede empezar a padecer emociones que la habilidad no logra neutralizar como miedo o ansiedad.
Tienda de habilidades [lvl Max]: Un espacio que altera las cualidades físicas y mentales del usuario para adecuarla a los 'artículos' que la tienda le provee. Se puede adquirir diferente tipo de habilidades, técnicas, movimientos y talentos a partir de los puntos obtenidos por subir de nivel o misiones de alta recompensa. Los 'artículos' mejorarán de calidad y utilidad a medida que el usuario suba de nivel.
Jutsus
Jutsu de transformación [lvl 89. 0%]: Le permite al usuario cambiar de apariencia a otras personas o animales. En niveles bajos la habilidad no dura más que unos pocos segundos y las copias son deficientes, ya en niveles altos permite administrar mejor la cantidad de CP empleado, la calidad de la imagen proyectada y el tiempo en que permanece en el jutsu.
Jutsu de sustitución [lvl Max]: Le permite al usuario reemplazar su cuerpo con elementos cercanos, activándose cuando el usuario es golpeado revelando que el otro objeto fue el que interceptó el golpe. La efectividad de la técnica se eleva al aumentar su nivel, como su velocidad de ejecución.
Jutsu de clonación [lvl Max]: Le permite al usuario generar una ilusión de copias de sí mismo que confunden al rival; no son reales, por lo que los clones no moldearan Chakra incluso al máximo nivel. A mayor nivel aumenta la efectividad y calidad de los clones.
Jutsu clones de sombra [lvl 26. 0%]: Le permite al usuario generar clones corpóreos, replicando sus habilidades y vestimenta, incluyendo armas. Además, la disolución del clon provee al usuario original de las memorias de las copias. Alta precaución en su exceso, requerimiento de altos niveles de Chakra para su ejecución.
Jutsu del cuerpo parpadeante [lvl 60. 0%]: movimiento instantáneo que mueve el cuerpo a altas velocidades, permitiendo ir con rapidez a distancias cortas y largas en el momento en que se ejecuta el Jutsu.
Jutsu: transferencia de Chakra [lvl 43. 0%]: Permite al usuario catalizar su Chakra a los demás. En niveles avanzados permite al usuario transferir Chakra de dos fuentes ajenas a ella.
Jutsus elementales.
Viento
Chakra elemental (Viento) [lvl 42. 0%]: la canalización de Chakra elemental permite al usuario un mejor dominio y adaptabilidad en el uso de Chakra elemental específico. Los jutsus de viento se enfocan en la canalización de Chakra lo más delgado y fuerte posible, siendo considerado un elemento que prioriza el poder del corte para sus jutsus. Tienen ventaja sobre los jutsus de rayo y desventaja sobre jutsus de fuego.
Rayo
Chakra elemental (Rayo) [lvl 61. 0%]: la canalización de Chakra elemental permite al usuario un mejor dominio y adaptabilidad en el uso de Chakra elemental específico. Los jutsus de rayo son mortíferos para complementar con Jutsus de medio y largo alcance, además de generar estados paralíticos en combates frontales, siendo un elemento versátil. Tienen ventaja sobre jutsus de tierra y desventaja sobre jutsus de viento.
Estilo de rayo: asesinato eléctrico [lvl 44. 0%]: permite al usuario crear una ola de electricidad a partir de sus manos. El usuario puede variar su poder de un pequeño choque eléctrico a una poderosa corriente de electricidad capaz de destruir una roca sólida. Sellos: Jabalí - Carnero – Serpiente.
Estilo de rayo: red de relámpagos [lvl 30. 0%]: El usuario dispara un rayo de chakra eléctrico de su mano a un objetivo, lo que lo detiene en seco por un corto tiempo. Sellos: Serpiente - Tigre - Jabalí– Tigre.
Estilo de rayo: elekiter [lvl 32. 0%]: El usuario concentra Chakra en su palma para electrificar a su oponente a corta distancia.
Estilo de rayo: esferas eléctricas [lvl 36. 0%]: El usuario crea esferas de energía eléctrica y las lanza al enemigo. Cuando hacen contacto con el enemigo, las esferas lo electrocutan y lo arrojan hacia atrás. Esta técnica también se puede usar en sucesión rápida o disparar varias bolas a la vez. Sellos: Pájaro - Serpiente - Mono - Carnero.
Agua
Chakra elemental (Agua) [lvl 55. 0%]: la canalización de Chakra elemental permite al usuario un mejor dominio y adaptabilidad en el uso de Chakra elemental específico. Los jutsus de agua se destacan por el control del ritmo de la pelea, obstruyendo y redireccionando el movimiento del oponente, además de ser el elemento más maleable entre los cinco elementos principales. Tiene ventaja sobre jutsus de fuego y desventaja sobre jutsus de tierra.
Estilo de agua: boca de serpiente [lvl 36. 0%]: permite al usuario generar una columna giratoria de agua que tendrá la forma de una serpiente con fauces. Esta serpiente puede girar y seguir sus metas y tragárselas. Después de que se los ha tragado, se convierte en un río que lleva a el enemigo a una buena distancia. Sellos: Mono - Rata - Tigre - Dragon - Caballo – Dragon.
Estilo de agua: cortador de agua [lvl 31. 0%]: El usuario invoca una ola lineal de agua que se dispara desde el suelo a altas velocidades hacia su objetivo. Es lo suficientemente fuerte como para cortar limpiamente la roca. Sellos: Perro - Caballo - Tigre – Ratón.
Estilo de agua: muro de agua [lvl 29. 0%]: Ya sea formado por el Chakra del usuario o el agua natural, el usuario genera un muro cristalino de agua que deja al adversario sin punto ciego por el que atacar, la calidad y magnitud de la técnica depende del dominio y Chakra del usuario, pudiendo hacer crecer o expandir el muro. Sellos: Tigre - Serpiente - Rata - Serpiente - Tigre
Fuego
Chakra elemental (Fuego) [lvl 37. 0%]: la canalización de Chakra elemental permite al usuario un mejor dominio y adaptabilidad en el uso de Chakra elemental específico. Los jutsus de fuego son de alto poder destructivo para ataques de media y larga distancia, convirtiendo todo a su paso en cenizas. Tiene una ventaja sobre jutsus de viento y desventaja sobre jutsus de agua.
Estilo de fuego: Jutsu gran bola de fuego [lvl 25. 0%]: se almacena grandes cantidades de Chakra dentro del cuerpo, convirtiéndolo en fuego para expulsarlo en una masiva esfera en llamas. El alcance de la técnica depende del Chakra almacenado en la garganta del usuario. Sellos:Serpiente - Carnero - Mono - Jabalí- Caballo – Tigre.
Artes ninjas
Puño suave [lvl 70. 0%]: Taijutsu insignia del clan Hyuga. Un estilo elegante y firme que concentra sus golpes en el daño interno. Esta habilidad engloba los diferentes estilos que el usuario aprenda a lo largo de su vida, creando ramificaciones del estilo único del usuario.
Byakugan [lvl 31. 0%]: Kekkei Genkai visual. Le permite al usuario visualizar elementos a grandes distancias además de una vista casi panorámica. En niveles bajos solo mejora la vista promedio, a partir de lvl 10 se desbloquea el Dojutsu completo, en lvl 25 la vista de los Tenketsus.
Control de chakra [lvl 86. 0%]: Reduce la ejecución de CP en los jutsus como el manejo libre de su cantidad en niveles avanzados.
Sellos manuales [lvl 60. 0%]: La clave de liberación de varios estilos de Jutsu. El nivel no solo depende de la velocidad de ejecución de los sellos, también su soltura, memoria muscular y calidad, variedad y secuencia de sellos memorizada.
Shurikenjutsu [lvl 78. 0%]: Arte del lanzamiento de armas como Shurikens o Kunais. La habilidad, precisión y ángulo de lanzamiento mejora a medida que avances de nivel. Esta habilidad no solo se enfoca en armas arrojadizas, cualquier elemento de calibre similar como piedras o cubiertos son afectados por esta habilidad.
Kyūjutsu (Arte del arco) [lvl 37. 0%]: un Bukijutsu especializado en las armas de largo alcance que requieran el uso de cuerda y lanzamiento de objetos. Elementos como arcos, ballestas o tirolesas se ven afectados por el crecimiento de la habilidad, al igual que la precisión en otras técnicas.
Modificaciones
Análisis [lvl 37. 0%]: Le permite ver al usuario datos de relevancia de objetos, personas, animales y lugares que desee. A mayor nivel, puede descubrir grandes secretos que ni los más expertos de cada campo podrían deducir.
Acelerador [lvl 45. 0%]: la velocidad natural en combate se ve incrementada, manteniendo el ritmo de la mente y el cuerpo a velocidades sobrehumanas. A mayor nivel, mayor la velocidad natural del usuario.
Mente rápida [lvl 43. 0%]: el usuario aumenta la percepción natural, permitiendo captar y pensar a niveles inhumanos. A mayor nivel, mayor velocidad de procesamiento y recolección de datos del entorno.
Vista lince [lvl 41. 0%]: la trayectoria de proyectiles puede ser vista por el usuario. A mayor nivel, mayor precisión en la vista y mejor respondiendo a variabilidades en la trayectoria del proyectil.
Aumento VIT [lvl 29. 0%]: el usuario aumenta en un 5% la estadística de VIT. A mayor nivel, el porcentaje de aumento puede incrementar (aumento actual 10%).
Aumento STR [lvl 29. 0%]: el usuario aumenta en un 5% la estadística de STR. A mayor nivel, el porcentaje de aumento puede incrementar (aumento actual 10%).
Aumento AGI [lvl 33. 0%]: el usuario aumenta en un 5% la estadística de AGI. A mayor nivel, el porcentaje de aumento puede incrementar (aumento actual 15%).
Instinto [lvl 36. 0%]: permite al cuerpo y mente reaccionar y comprender a diferentes situaciones con corazonadas e impulsos. En algunos casos, hará que alguna de las dos actúe por su cuenta, sin la constancia del movimiento por parte del usuario.
Rasgos
Amabilidad: se caracteriza al usuario por su amabilidad y bondad (+5 de progreso en situaciones que involucren CHA).
Flexibilidad: el usuario posee una flexibilidad innata lo que permite realizar movimientos de este estilo con naturalidad (+20% de progreso en habilidades que involucren AGI).
Poca confianza: el bajo autoestima del usuario hace que dude de sus propias cualidades (-10% de progreso en cualquier desarrollo de habilidad).
Perseverante: demuestras una voluntad inquebrantable cuando te lo propones (+30% de aceleración de progreso en periodos largos de entrenamiento).
Prodigio: el avance de tus habilidades y conocimientos demuestra ser por encima del promedio, alcanzando puntos que muy pocos pueden lograr (+20% de aceleración en cualquier progreso).
Relaciones
Hiashi Hyuga – 10/100 (Familiar non-grato) [?]
Hanabi Hyuga – 0/100 (Familiar conocida) [?]
Neji Hyuga – 50/100 (Familiar non-grato) [?]
Kurenai Yuhi – 0/100 (Maestra confidente) [?]
Tenten Higurashi – 20/100 (Amiga) [?]
Ino Yamanaka – 30/100 (Amiga) [?]
Naruto Uzumaki – 70/100 (Amigo) [?]
Sasuke Uchiha – 0/100 (Conocido) [?]
Shino Aburame – 30/100 (Amigo) [?]
Kiba Inuzuka – 50/100 (Amigo) [?]
Fuu – 90/100 (Amiga) [?]
