El momento es ahora. ¿Vas a seguir esperando a que todos los dioses te brinden el momento más propicio? ¿O vas a hacer lo que te dicta tu instinto? El tiempo pasa. Es ahora o nunca… e x sh
"Ahora o nunca"
-¡Dale que llegamos tarde!
La joven corría adelante del chico. Iban camino al colegio. A la primera clase del año.
-¿Cuál es tu apuro?
El chico caminaba lentamente, mirado cada detalle del cielo anaranjado y de los árboles de cerezo que estaban a un lado de la senda. Todo eso le traía recuerdos.
¿Por qué se había ido?
-¡Siempre llegamos tarde, Shaoran! –la joven lo jaló del brazo, haciendo que apurara el paso.
-Es el primer día de clases, Sakura… Además… -el joven miró su reloj –son recién las 7.30… entramos 8.15, ¿te acordás?
-Sí, sí, ya sé –Sakura seguía jalando del brazo derecho de su novio. Y se detuvo. Lo miró decepcionante. -No entiendo por qué siempre cuestionás todo lo que hago, Li. Tomoyo nos debe estar esperando en la escuela, dale!
Comenzaron a correr al trote. El paisaje pasaba rápidamente a los lados del joven chino.
¿Por qué lo había dejado?
-Ahora sí, decime qué es lo que planeás con Tomoyo –Shaoran comenzaba a jadear.
-¡Tomoyo! –la chica de pelo castaño corrió más rápido; su amiga iba a adelante de ellos, y volteó al oír la voz de Sakura.
-Hoooola, ¿cómo estás? Vamos que se nos hace tarde.
Shaoran las alcanzó. Se detuvieron al llegar a la entrada del colegio. Estaban agotados.
-Justo a tiempo –Tomoyo se encaminó al aula, seguida de sus dos amigos. Al entrar, las chicas sacaron de sus mochilas unos grandes trozos de tela escritos. -¿Nos ayudás?
Shaoran asintió. Comenzaron a pegar las pancartas en las paredes del aula. Terminaron rápido, y se alejaron hasta la puerta para ver el resultado.
-Quedaron muy buenas, ¿no? –dijo Sakura, mirando satisfecha la obra maestra.
En las pancartas estaban escritos los nombres de todos sus compañeros del año pasado. Estaba Rika, Chiharu, Yamasaki, Naoko, Takashi, Chirochi, Parucho, Karancho, Gayasho, Jalashi, Matashi, Panashi…
-¿Eriol no viene?
La pregunta de Shaoran sorprendió a las chicas. Sakura miró a Tomoyo, quien miró al piso un tanto angustiada.
-Va a llegar un par de días más tarde, eso me dijo.
-Pero por qué.
Otra vez ese silencio molesto.
-Porque él estaba en el ómnibus que tenía la bomba.–Sakura abrazó a su amiga, quien había empezado a llorar.
Y él quería hacer exactamente lo mismo.
Todo aquello de los atentados en Inglaterra le parecía ajeno. Pero ahora… Eriol estaba internado por culpa de aquellos malditos terroristas… ¿Por qué? ¡Por qué!
Shaoran salió corriendo del aula. No quería que su novia lo viera llorar. Llegó a baño y se miró en el espejo.
Se quedó allí hasta que comenzó a escuchar voces afuera. Se había encerrado en un cuartito, sentado en el inodoro. No podía dejar de pensar en Eriol. Nunca había dejado de hacerlo.
Luego del timbre, todos ya se hallaban en el aula. Escuchaba las alegrías, las emociones del reencuentro después de las vacaciones.
¿Para qué iba a ir, si no estaba la persona a la que él quería ver?
Iba a volver a su casa, eso iba a hacer. No iba a quedarse 4 horas más encerrado en un baño, llorando desconsolado.
Estaba llegando a la entrada del colegio, para salir.
Un chico bastante alto, con la cara tapada con un gorro y un cuellito polar, trataba de subir las escaleras. Tenía un yeso en la pierna.
Shaoran lo miró y se acercó a él.
-Dejame que te ayudo, pibe –le dijo Li. Puso el brazo del chico sobre su hombro y lo alcanzó hasta la entrada. Ya allí, Shaoran se volteó para irse.
-Gracias Li. No pude haberlo hecho solo.
Podría conocer esa voz en cualquier lado. Suave pero masculina, grave pero melodiosa.
El chino se volteó a ver al joven que, en ese momento, se estaba sacando el gorro, dejando ver su rostro.
Li se quiso morir. Eriol estaba enfrente suyo, con esa sonrisa tan cautivadora, esos ojos tan azules, esa mirada tan profunda…
No se contuvo más, no podía. Había esperado desde el fin de la escuela para volver a verlo.
Shaoran se abalanzó sobre él y lo abrazó fuertemente. Como nunca había hecho con nadie, ni siquiera con su novia, ni siquiera cuando se despidió de sus familiares en China… pero lo había hecho con él.
Eriol respondió al gesto del chico, cuando notó que comenzaba a llorar.
Shaoran acariciaba suavemente el pelo de Eriol mientras mantenía su cabeza apoyada en el hombro del inglés.
-Te extrañé, Hiiragizawa… Te extrañé como a nadie en el mundo…
¿Qué decía ese chico?
-Sí, me di cuenta… -respondió Eriol con un tono un poco sarcástico, aunque notó que Shaoran hablaba en serio.
Li lo soltó y lo miró a los ojos. Eriol mantuvo su mirada fija en él.
También lo había extrañado. Muchas veces lo había necesitado, en especial durante los 4 días que había estado en el hospital internado.
Por un momento se preguntó si era aquel chino el que no lo dejaba dormir en las noches, el que no abandonaba sus pensamientos… Pero ante la sola idea de pensar que podía llegar a ser gay, se olvidaba de todo y llamaba a Tomoyo. Era la única manera de escapar de aquellos repentinos sentimientos de homosexualidad.
Shaoran seguía allí, mirándolo, acariciando el contorno del rostro del recién llegado. Una pequeña sonrisa apareció en su boca, y se enjugó las lágrimas.
-Qué bueno que estás bien… Pensé que estabas…
-No te vas a librar tan fácil de mí, Li –dijo el inglés con tono sarcástico de vuelta, rememorando los viejos tiempos en los que el chino lo odiaba con toda su alma. Pero sin saber que ahora lo amaba más que a nadie en el mundo.
-Qué bueno.
E hizo algo que nadie pensó que haría.
La galería estaba vacía. El espacio y el tiempo eran solo suyos.
Shaoran lo besó rápidamente. Eriol abrió los ojos ante la sorpresa.
Duró centésimas de segundo, pero fue más especial que cualquier otro beso.
El chino salió corriendo del colegio.
Eriol caminó dificultosamente hasta llegar a su aula, donde todos sus compañeros lo recibieron con alegría, emoción y asombro.
Shaoran había llegado al parque y se había acostado contra un tronco.
No podía olvidarse del momento en que sintió los labios de Eriol.
No se arrepentía de lo que había hecho. No sabía si iba a ser correspondido. Pero era lo que necesitaba hacer.
Ahora también lloraba. Pero de la alegría.
111111111111111111 THE END OF CAP ONE 111111111111111111
N de A:
EEEH, Q HACEN TODOSSSS!
BUENO, HE AQUÍ OTRA DE MIS HISTORIAS LOCAS FRUTO DE UNA MENTE AVARICIOSA, EGOÍSTA Y DESENFRANADA… :)
ESPERO Que LES HAYA GUSTADO ESTA PRIMERA ENTREGA, Que ES SOLO UNA INTRODUCCION DE LO Que VIENE…
CON RESPECTO A LOS NOMBRES DE LOS COMPAÑEROS… ESTEEEE… SIN COMENTARIOS, NO SOY BUENA EN MATERIA DE INVENTAR NOMBRES (MENOS JAPONENES :o )
ACTUALIZO CUANDO ME DEJEN 10 REVIEWS! P
GRAX X LEER!
ATTE,
StArHuNtEr
