Instrucciones antes de leer este capítulo:

A fin de que este capítulo sea más "real", por así decirlo, se me ocurrió ponerle un poco de música para darle un poco de ambiente y situación a las acciones que se desarrollan en esta parte de la historia. Recomiendo que dejen descargar de youtube las dos canciones que pondré a continuación, así no molestan los cortes y no se arruina la atmósfera. Una de las canciones será de base para todo este capítulo: watch?v=o04gTdOqcVU,
así que si terminas la canción antes que el capítulo, sólo tienes que volverlo a escuchar. La otra canción, watch?v=WDHTa7jrKKo, será activada por encima de la primera, en el momento en que la historia lo determine (no te preocupes, estará escrito cuando tengas que darle play). En ese momento de la historia, tendrías que estar escuchando dos archivos: uno de ambientación y otro de música. Espero que lo puedas hacer, no creo que sea difícil. Pero les prometo que si lo hacen bien, el resultado es excelente.
Disfruten el capítulo!

Editado: Bueno, parece que la página no me carga los links y tampoco aparece de dónde proviene, así que ustedes van a tener que completar el www. (youtube) (el código que corresponde). Lo pongo entre paréntesis al nmbre de la página de videos por si acaso.
Cualquier cosa me avisan.
Nos leemos!


(Puedes empezar a escuchar el primer link que dejé: watch?v=o04gTdOqcVU,,)

Lecciones de vida

El mal tiempo continuó al día siguiente. La lluvia no había cesado en toda la noche, había aumentado en intensidad.
La compañía no podía salir de la posada. Semejante tormenta atemorizaba a los huéspedes de "El bosque de Eryn", pero no a Thorin y los suyos. Más bien, los enfurecía por no permitirles seguir el viaje.
Bofur era el que más intranquilo estaba. Se sentía como una rata atrapado en una jaula de oro. Tenía comida y bebida al alcance de la mano, de acuerdo, pero las tormentas le crispaban los nervios. Iba y venía de la habitación a la sala de estar tratando de que su estado pasara inadvertido para sus compañeros. ¡Él era un guerrero! ¡Descendiente de los habitantes de Khazad-dûm! ¡Una simple tormenta no podía atormentarlo de esa manera!
Por quincuagésima vez, bajó a la sala junto con su flauta y se acomodó enfrente de la chimenea tratando de que el sonido del instrumento lo calmase. No había ni un alma alrededor, todos los huéspedes estaban cobijados en sus habitaciones. Esto le vino como anillo al dedo, pues lo relajaba aún más.
-El viejo Bofur…que desafinado estás hoy- Dijo socarronamente Fili detrás suyo.
-¿Aprovechas la lluvia para hacer un poco de ejercicio?- Se burló Kili.- ¡Subir y bajar escaleras! ¡Quién lo diría que el Gran Bofur está con sobrepeso!-
-¡Lárguense los dos!- Ladró Bofur molesto.- ¡Después cuando quieran un poco de música decente olvídense que yo les toque!-
-¿Largarnos? ¿A dónde? Afuera está de rayos como para ir a tomar un poco de aire fresco- Y ni bien terminó decir la frase Kili, un relámpago cayó a pocos kilómetros de la posada. Bofur tensó su cuerpo, pero la flauta se le cayó de las manos.
-Kili, él no está haciendo ejercicio.-Concluyó su hermano serio y tocándose la barbilla.- Lo que pasa es que no puede resistirse a un pobre relámpago.- Y no pudo contener la risa.
El viento seguía soplando sin piedad, el lodo se acumulaba en las calles, y el cielo oscurecido como si anocheciera, parecía que se caería en cualquier momento. Un relámpago iluminó la posada. Tan fuerte que hasta Fili y Kili dejaron de molestar a Bofur, quién se corrió unos metros acercándose al fuego. Los hermanos estallaron de la risa al ver su actitud.

¡Truenos, rayos y algo más!
¡Nuestro enano habrá de soportar!
¡Sal Bofur al exterior,
verás que nada temerás
Si tu flauta contigo estará!
¡Lleva cerveza, tarta y vino!
¡Veremos si sigues temblando de frío
cuando el relámpago cocine tu ombligo!

El canto de Fili y Kili enfureció más a Bofur quien no dudó en ir a buscar su hacha. Thorin, atraído por el canto de sus sobrinos y el andar rápido de Bofur con el hacha en mano, bajó a ver qué sucedía. Lo que vio no le agradó demasiado: Bofur agarrado de las ropas de Kili sosteniendo el hacha levantada. Fili, a modo juguetón, se le había subido encima tratando de frenarlo. Los hermanos, a pesar de la posición en que se encontraban, reían animadamente. Pero la cara de Bofur era de fastidio. Sentía como si dos moscas revolotearan alrededor suyo y no lo dejaban en paz.
Los tres advirtieron unos pasos que bajaban de la escalera y giraron sus cabezas. Toda diversión se cortó.
Thorin miraba seriamente la escena cruzado de brazos, pero no miraba a los tres. Intercambiaba miradas nefastas entre sus sobrinos y ellos inmediatamente borraron sus sonrisas del rostro y se alejaron de Bofur.
-Qué interesante…- Señaló Thorin.-..Burlarse de alguien sólo porque es divertido. Sigan muchachos, sigan, que se ven muy bien ridiculizando a uno de nosotros.- Y comenzó a aplaudirlos sarcásticamente.
La vergüenza que Fili y Kili pasaron esa mañana, la recordaron por el resto de sus vidas. Y fue una dura (y buena) lección que aprendieron después.
Thorin siguió hablando con un tono de voz normal, pero que a los hermanos le pareció peor que si gritara.
-¿Saben qué? Este lugar es muy acogedor y los dueños fueron muy amables, y como los enanos de nuestro linaje somos generosos, me parece que sería bueno devolver la hospitalidad con una guardia de doce horas, como mínimo, en el pórtico de la puerta.- Fili y Kili miraron el lugar. Apenas cabían dos personas.- Y tal vez sientan en carne propia lo que el padre de Bofur sintió alguna vez…-
Eso fue rarísimo para Bofur. ¿Qué tenía que ver su padre en todo esto?
-…caerle un rayo en la lanza que llevaba mientras él también hacía guardia. Y considerando que también que tenía armadura… Pero no se preocupen, ustedes tienen el pequeño techo que los puede proteger… ¡pero cierto que está lloviendo y que el agua atrae a los rayos!…Esperen un momento.- Thorin subió a la habitación de los hermanos y volvió trayendo sus dos capas.- Esto los va a ayudar por un cierto tiempo.-
Fili y Kili tragaron saliva y no se atrevieron a contradecirlo. Totalmente cabizbajos tomaron las capas y salieron al pórtico. Su guardia comenzaba.
-Espero que eso les enseñe a cuidar más sus actitudes.- Resopló Thorin. A pesar de que él salió a defenderlo, Bofur se sentía un poco avergonzado.- No te avergüences Bofur, tanto tú como yo somos simples mortales. Siempre tendremos cosas que nos asusten o puntos débiles.-
Bofur sonrió.
-¿Qué fue eso de lo de mi padre? Él no fue guerrero.- Dijo esto en voz baja mientras escuchaba la discusión que se armaba entre Fili y Kili afuera.
-¿Y eso importa cuando tengo que darles una lección a mis sobrinos?-


La guardia fue larga y penosa. El viento había cambiado de dirección y ahora hacía que la lluvia les diera en la cara. Apenas pudieron almorzar algo caliente, pues el frío que hacía en el exterior les enfriaba la comida que Balin le había llevado a modo de contrabando, y de tanto en tanto, cuando Thorin estaba distraído (o se hacía el distraído), les daba algo más. La (poca) gente que entraba en la posada se quedaba atónita al ver a dos jóvenes enanos empapados e inmutes vigilando el lugar con miradas de acero. Con lo cual, la reputación de la posada mejoró considerablemente luego de que el grupo partiera.
Hasta que al fin llegó la tan ansiada noche para los hermanos y poder así librarse del castigo de su tío. Y la última hora de guardia, fue la peor.
Rondaba las nueve de la noche cuando (y por enésima vez) los hermanos fueron testigos de una gran batalla de rayos que se daba en el cielo, suficientemente potente para poder ver a varios metros a la redonda. Dentro de la posada Thorin, Balin y Bofur comían y reían plácidamente abrigados al calor de la chimenea. De vez en cuando Kili miraba dentro para luego fulminar con la mirada a su hermano, porque él había empezado todo el embrollo. Y como buenos hermanos que son, se olvidaron de la guardia y comenzaron a discutir… y a golpearse.
En una patética movida por parte de Fili (y por haberlo mirado mal), se colgó al cuello de su hermano tratando de desestabilizarlo y hacerle caer al piso. Kili, arremetió con un golpe en el estómago tratándose de librar. Pero ninguno de los dos movimientos tuvieron efecto, el barro era tal que ambos perdieron el equilibrio y cayeron de narices contra el piso. Resultado: embarrados de pies a cabeza.
Balin aprovechó la ausencia de Thorin, que había ido al baño y que estaba tardando demasiado, para llevarles algo de comida a los muchachos. Ni bien abrió la puerta y contempló la escena, se volvió sobre sus pasos y volvió a sentarse.
Fili y Kili notaron la presencia de Balin y al verlos así, lamentaron terriblemente que se vaya.

(A partir de aquí, puedes escuchar el segundo link: watch?v=WDHTa7jrKK (Acuérdate de que si ambas canciones terminan antes, vuélvelas a escuchar!)

La tormenta se hizo escuchar. Eso hizo que los hermanos se levantaran enseguida del susto que se pegaron y recordaron lo que Thorin les había dicho. ¿Quién era el que estaba asustado ahora?
Pasó media hora, y el ruido que generó el rayo que cayó, hizo que los hermanos y las personas que estaban en la posada se taparan los oídos. Esta vez, el rayo había tocado a una casa enfrente de la posada y comenzó a prenderse fuego.
-¡Por favor! ¡Auxilio!- Gritó el hobbit que salía de su casa a duras penas. Por segunda vez, Fili y Kili olvidaron el castigo de su tío.- ¡Mi esposa y mis hijos están adentro! ¡No pueden salir!-
En la posada, todos se volvieron a las ventanas para ver en dónde había caído el rayo, y es ahí cuando Thorin vio a sus sobrinos correr hacia la casa que ardía en llamas.
-¡Balin, Bofur! ¡Traigan las armas! Tal vez las necesitemos…- Ordenó Thorin.
A Bofur le dio un escalofrío por la espalda intuyendo lo que Thorin pretendía hacer, así que ni bien cruzó la puerta, Thorin le susurró.-Tendrás que enfrentar tus miedos esta noche.-
Fili, que había llegado primero a la casa, entró sin dudar.
Había sido un hermoso y humilde agujero-hobbit antes de que el rayo la destruyera. Desde la sala de estar se podían ver dos sectores: la cocina a la izquierda y un pasillo delante del enano. Más allá, las vigas de la casa tapaban el camino y el fuego comenzaba a esparcirse. Fili trató de mover una de ellas, pero lo consiguió a medias, lo suficiente como para ver 3 puertas al fondo del pasillo y una mujer desvanecida a causa del impacto del rayo. Intentó mover las demás, pero era inútil. Cuando, de pronto, sintió que un hacha casi se le incrusta en la cabeza. Kili estaba en el techo cortando de los restos de vigas que habían saltado por los aires y bloqueaban la entrada. El rayo había provocado que la tierra se hundiera, dando lugar a un agujero lo suficientemente grande como para que un hobbit o enano pase por allí.
-¡Casi me cortas la cabeza!-
-¡Entonces quédate quieto!-
Un grito se escuchó en el pasillo. La esposa del hobbit había recobrado la conciencia y gritaba porque el fuego estaba muy cerca y tenía el paso cerrado.
-¡Apúrate!-
-¡Cállate quieres! ¡Lo hago más rápido que puedo!-
El humo comenzó a llenar el lugar haciendo dificultosa la respiración.
-¡Mis hijos! ¡Por favor! ¡Mis hijos están en sus habitaciones!-Gritó la hobbit que volvió a la conciencia, tambaleándose.
Kili por fin pudo liberar el paso y bajó a ayudar a su hermano. Entre los dos, liberaron el corredor y pudieron llegar hasta la mujer.
-¡Kili, ve por sus hijos! ¡Yo la llevaré afuera!-
Se oyeron crujidos de madera en el interior, la estructura no se mantendría por mucho tiempo.
Fili improvisó una escalera para subir a la señora hasta el techo. Mientras tanto, Kili se dirigía a las habitaciones.
En la primera puerta que abrió, encontró al hijo. Un joven hobbit rozando la veintena.
-¡Hey! ¿Puedes escucharme? ¡Reacciona!- Y comenzó a darle pequeñas bofetadas hasta que por fin pudo abrir los ojos.
-Mi hermana… mi hermana está…. en la otra… habitación.- Y haciendo un esfuerzo, comenzó a levantarse. La cabeza le daba vueltas, pero sabía que tenía que salir de ahí.
Fili subió primero al techo, y luego ayudó a la señora a subir. La lluvia hizo que la hobbit se estremeciera del frío, pero ayudó a volverla totalmente en sí.
-¡Gracias! ¡Gracias!- Le dijo al enano.
-¡Ayuda! ¡Sáquenme de aquí, por favor!- Se escuchó la voz de del joven hobbit y sus manos apenas se veían en el agujero.
-¿Mungo?- Preguntó con voz temblorosa su madre.- ¡Gracias al Cielo estás vivo!- y junto con Fili subieron al muchacho.
Thorin y los demás, ayudaron a los pobladores a apagar el fuego que comenzaba a tomarlas casas y árboles aledaños. No podían comprender que semejante tormenta no apagara tal incendio.
-¡Apúrate con esos baldes de agua Balin!- Gritó Thorin y al ver que tardaba, se sacó el abrigo para ahogar el fuego.
Bofur también hacía lo suyo. Dejando sus temores a un lado, echaba agua a los focos de fuego de la casa donde Kili aún estaba dentro. Pero algo le hizo retroceder y mirar más allá donde Fili, la señora y su hijo estaban. Creía haber visto dos ojos en la oscuridad que miraban a su compañero y no perdía ninguno de sus movimientos.
Una vez más, un relámpago inundó el cielo.
-¡Fili, saca tu arma! ¡Cuidado!-
Apenas tuvo tiempo el joven enano para hacerlo. La criatura, no se abalanzó sobre él, sino sobre la mujer, a lo que Fili tuvo el tiempo justo de protegerla.
-¡Huargos!- Gritó Fili desde el techo.
Los pobladores gritaron y salieron corriendo olvidando a la pobre familia. Thorin y compañía dejaron los baldes de agua y sacaron sus armas. De la oscuridad, tres huargos más aparecieron junto con sus jinetes.
-¿Huargos en Delagua?- Pensó Balin mientras arremetía contra el primero que le hizo frente. Thorin se encargaba de atraer su atención para que las criaturas malignas no vayan en pos de los pobladores mientras que Bofur daba su primera estocada y derribaba a un jinete.
Fili se puso delante de los hobbits. El huargo lanzó un rugido y se lanzó sobre el enano a toda velocidad.
-¡Aléjense!- Alcanzó a decirles.
El salto del huargo fue mortal, el enano apenas pudo golpearlo y hacerlo tambalear. Cuando la bestia tocó suelo, se resbaló y cayó en el agujero del techo.
-¡Kili ten cuidado!-


Ni bien vio que levantaban el hobbit subía del agujero por su hermano, Kili buscó al último que faltaba. Al abrir la segunda puerta, encontró a nadie. Con seguridad era la habitación matrimonial de la familia. En la tercera puerta que abrió, vio a una hermosa hobbit de cabellos rubios rizados y ojos verdes. Llevaba un camisón largo y encima de ella una bata blanca puesta. La encontró acurrucada en un rincón de la habitación, consciente pero paralizada del miedo.
-¡Vamos! ¡Te sacaré de aquí! ¡Tus padres te están esperando!- La animó Kili.
Oyó decir a su hermano algo que no se le entendió, porque era tal el ruido de la lluvia y los truenos que sólo alcanzó a interpretar "...agos".
La muchacha nunca había visto un enano en su vida, y comenzó a gritar. De hecho, el aspecto que Kili tenía tampoco hacía más favorable la situación. Así que la tomó de la cintura, la cargó en su hombro mientras ella se retorcía por liberarse y salió de la habitación. Volvió a escuchar a su hermano que le gritaba algo, cuando algo cayó del techo. En ese momento pudo comprender la palabra que su mente no había podido interpretar.
-Huargos… - Resopló. -¿Huargos?- Se volvió a repetir para sus adentros.
La muchacha dejó de gritar instantáneamente al ver a la horrible bestia dentro de su casa. El huargo rápidamente se incorporó y vio a las dos nuevas víctimas.
Kili bajó a la hobbit al piso y sacó la espada, el hacha le parecía aparatosa tratándose de un lugar cerrado.
-Quédate detrás de mí y no te alejes- Le dijo casi en un susurro.
El huargo gruñó y dejó escapar un hilo de saliva saboreando de antemano el banquete que se daría.
Las maderas que sostenían el techo ya no daban más y la tierra comenzó a caer de ésta.
-Escúchame.-Ordenó Kili con voz de mando.- El huargo vendrá hacia nosotros y lo esquivaremos. Ni bien lo hagamos dirígete hacia el agujero del techo y trata de subir. ¿De acuerdo?-
Ella asintió.
En efecto, la predicción de Kili fue correcta. La bestia atacó a toda presteza y ellos pudieron evadirlo. Sin dudar, la chica enfiló directamente al agujero mientras el enano hacía frente al huargo.
Las estocadas que Kili dio y las heridas fueron muchas. Al fin, el techo cedió. El crujido de las maderas rompiéndose fue lo que terminó por sepultar a la bestia. Kili también estuvo a punto de quedar enterrado si no fuera por la hobbit que se había dado cuenta de lo que iba a suceder y lo empujó hacia sí, salvándole la vida.
-¡Gracias!- Alcanzó a decirle.- ¡Salgamos de aquí!-


Aún seguían peleando contra los huargos y los orcos. Fili ya había bajado del techo y ponía a los hobbits en una casa donde los dueños le dieron refugio en seguida mientras que él se unía a la batalla. La mujer lloraba sin saber que había sido de su hija mientras su hijo la consolaba, pero por dentro, él también estaba con un ataque de locura. Su esposo, estaba en otra casa, guarecido pero con más esperanza que su esposa. Él la había visto salir de la casa en llamas con su hijo. Sólo era cuestión de tiempo para volver a estar con ellos.
-¡Era hora que te nos unieras Fili!- Le gritó Bofur sin mirarlo.
-¡¿Dónde está tu hermano?!- Inquirió Thorin algo preocupado mientras enterraba su espada en la garganta de un orco.
-¡Rescatando doncellas en apuros! ¡Siempre se lleva la mejor parte!- Respondió a los gritos mientras le salvaba las espaldas a Balin de un huargo que lo amenazaba abriéndolo de par en par.

Ya sólo quedaban un jinete y dos huargos. Bofur se encargó de una de las bestias mientras que la otra, escapó en dirección opuesta hacia la casa y se perdió en la oscuridad. Hizo lo mismo el orco que quedaba, pero éste no tuvo la misma suerte, cayó de bruces contra el lodo gracias a una flecha que se le quedó incrustada en la nuca.
-¡Buen tiro Kili!- Dijo Thorin al verlo, y sus preocupaciones se disolvieron. –Es cierto, siempre tiene la mejor parte- Pensó, luego de vislumbrar a la hobbit rubia que se aferraba a sus ropas.
Kili ayudó a bajar del techo a la chica.
-¿Estás bien?- Le preguntó cuando ambos estaban ya en el suelo.
-Sí.-Respondió ella asintiendo con la cabeza.- Perdona que haya gritado y pataleado, es que…-
-No hay problema-Le interrumpió.-Me hubiera preocupado más si no lo hubieras hecho.- Y sonrió.
Ella tomó con sus dos manos la cara de Kili y le dio un dulce beso en la mejilla haciéndolo sonrojar. El resto del grupo comenzó a ahogar risas. Salvo Fili.
Su madre y su hermano salieron de la casa y la abrazaron hasta cortarle el aliento y Kili vio con ternura ese gesto.
Thorin hacía el recuento de los cadáveres que habían mutilado.
-Tres orcos muertos y dos huargos…-
-Falta el que se escapó y el que Kili mató dentro de la casa.- Señaló Fili.
El hobbit que faltaba de la familia salió de su refugio para abrazarse con su hija y corrió hacia ella. Ésta también hizo el mismo gesto.
-Eso nos conduce a cuatro huargos, pero tres orcos…- Balin comenzó a dudar.
Ni bien terminó de decir la frase sintió un dolor punzante y que sus pies se despegaban del suelo. La embestida del huargo fue tremenda. Ninguno de los que estaban allí pudo escuchar que se acercaba junto con el último jinete que faltaba. Pero su objetivo no eran los enanos. Para él, era sólo una molestia que no habían podido predecir pues no es muy común que los enanos deambulen por esas zonas. Sus ojos apuntaban directo a otra cosa…
El huargo, luego de la ofensiva contra Balin aceleró hasta llegar a la joven hobbit que corría a los brazos de su padre. Sin parar, el orco se agachó para poder capturarla y salir a galope tendido. La muchacha, horrorizada, comenzó a gritar desesperadamente.
-¡Kili!- Ordenó Thorin.
-¡Aradna!-Gritó la madre desgarradoramente.
La flecha que silbó del arco del enano tuvo cierto éxito. En vez de matar al orco, hirió al huargo haciéndole perder al jinete y su presa. Dos flechas más bastaron para matar a la bestia. El orco, a pesar de la caída, no perdió a la muchacha y la aferraba con fuerza. Era su última carta.
-¡Vamos! ¡Mátalo!- Dijo Balin.
-¡No puedo! ¡La chica se mueve demasiado!- Y era verdad. Kili, no podía ver bien a causa de la intensa lluvia. Un huargo era de grandes proporciones, pero un orco, y encima teniendo a una prisionera, era otra cosa.
- ¡¿Qué están esperando malditos enanos?!- Gritó burlonamente el orco.- ¿Tienen miedo? ¡Jaja!.- Su risa estremeció a la familia de la joven, que a pesar de no escuchar la conversación por la lluvia y los truenos, vieron el rostro del orco que sonreía maliciosamente y temieron lo peor. Aradna comenzó a llorar y a implorar por su vida, cosa que excitó en sobremanera al orco.
-¡Déjala ir! ¡Pelea sólo conmigo!- Dijo Thorin desafiante.
-Vaya, vaya, vaya… el gran Thorin en persona… ¡Discúlpame, oh gran príncipe de los imbéciles! ¿Tu padre no te ha invitado a su coronación? ¿Por qué será? ¿Eh? Díme…-
Una flecha pasó muy cerca de la cabeza del orco. El tiro de Kili había fallado. El orco, se protegió más con el cuerpo, ahora temblando, de la muchacha. Luego, comenzó a retroceder al ver que comenzaban a rodearlo.
Thorin no iba a entrar en ese juego estúpido para enfurecerse más, pero un pequeño dardo había sido clavado en su corazón.
-Mmmm… ¿Nada que decir? ¿O no estabas enterado que el decrépito de tu abuelo fue asesinado?-
Kili, aún mantenía su mirada clavada en el orco y su arco totalmente tenso esperando una posibilidad.- ¡Vamos, Oh Valar!, ¡Dame un relámpago que aclare por un segundo mi visión!-
-¡¿Crees que piensas salir vivo de ésta, escoria?! ¡¿Crees que ella te sirve?!-
-De hecho sí.-Contestó el orco como si fuera lo más normal del mundo y acto seguido, posó su rostro sobre la mejilla de la muchacha y comenzó a oler su aroma. Aroma que lo volvía loco: puro, límpido y virginal. También sintió su miedo y su temblor, su transpiración mezclada con la lluvia y el aroma que emanaba de sus cabellos. Y por unos segundos, perdió la concentración de la situación. Thorin aprovechó y arremetió contra el orco cuidando de no lastimar a la hobbit. A tiempo, el orco pudo revertir el ataque utilizando a la joven como escudo, por lo que hizo que Thorin parara en seco su ataque con la consecuente tajada por parte del orco en sus ropas, que era profunda. Si no hubiera llevado la cota de malla…
El segundo en atacar fue Bofur, que perdió el equilibrio ante el ataque repetido del orco. Sin duda, el enemigo con el que se estaban enfrentando era de elite, pues se manejaba con una destreza impresionante al atacar y al defenderse. Pero mucho no podía durar, ese tipo de batalla consumía el doble de sus fuerzas al tener a una prisionera.
Cuando la pelea aminoró, pasó su pútrida lengua por el angelical cuello de la hobbit probando ese sudor, haciéndolo suyo para siempre.
-¿Sabes Thorin? ¡Tú ganas, te la entrego!- Y mientras gritaba estas oscuras palabras, levantó su espada orca y dirigió a los gritos las que fueron sus últimas palabras a la joven- ¡Hubieras sido un lindo juguete para el amo!-
Los pedidos de Kili fueron escuchados, y un relámpago iluminó la zona de batalla. En esa fracción de segundo, cuando el orco realizaba aquella acción, dejó su cuello al descubierto. Kili apuntó y la flecha silbó.
La espada del orco no se soltó cuando se incrustó la flecha en el cuello, siguió su camino hacia el cuello de la hobbit. Luego de lograr su cometido, el orco expiró.