Una segunda oportunidad
(tu primer video es éste: watch?v=N2RK6OGNMCY)
Hassar no quitó la vista del cuerpo de Kili hasta que no lo vio desaparecer en las aguas. Thorin ahogaba un grito de rabia y dolor al ver que uno de sus sobrinos desaparecía antes sus ojos, y vio en Azul una nueva enemiga producto del infortunio. Pero ésta no lo miraba sin saber que el próximo ataque vendría desde su propio bando.
Azul miró la nada donde hacía instantes Kili había ocupado. Y luego observó a SU enemigo. Esta vez, la rabia se apoderó de ella. Rabia mezclada con impotencia porque en el estado en que se encontraba, jamás podría ganarle a alguien como ese ser que despedía maldad de sus poros. Contempló su rostro, pálido como la nieve a diferencia de sus súbditos; sus ojeras prominentes y su rostro enflaquecido, hacía parecer que una enfermedad lo acosaba desde hacía tiempo cuando en realidad era todo lo contrario. Alto y fuerte, con cicatrices en todo su cuerpo gracias a las continuas batallas libradas y lamentablemente ganadas, Hassar las lucía como trofeos de guerra. Sus ojos penetrantes y negros, hacía temblar a los seres que no poseían una considerable fuerza de voluntad. Estos mismos ojos se posaron sobre esa muchacha, que tenía la osadía de mantenerle la vista. Y él vio que ella no era cualquier mujer. La única entre todas que había conseguido mantener un duelo de miradas por tanto tiempo, la única que no lo miro con temor, sino con un odio visible y la primera mujer que le hizo frente en toda su historia como guerrero.
Sin pensarlo, corrió a su encuentro, desconcertando tanto a Thorin como a Hassar, pero este último sonrió al verla pensando que tal vez podría seguir jugando con ella, pero se equivocó grandemente al ver la acción que la chica tramaba.
La carrera sólo era para tomar impulso; y una vez que tuvo el necesario, y estando cerca del orco, se dejó caer deslizándose por debajo de las piernas de éste quedando al final por detrás. Delante, tenía el vacío y debajo el río. Sin pensarlo dos veces se tiró con la esperanza de rescatar a ese enano que tanto le había brindado desde su llegada accidental a ese mundo.
Sencillamente no podía. No debía dejarlo morir de ese modo. Mientras caía se hizo una pregunta que debió hacérsela antes de lanzarse al vacío: ¿sabía nadar? Juntó sus manos por encima de su cabeza para hacerse paso entre las agua y rogó a Dios que la ayudara a sobrevivir y salvar a Kili.
El contacto con el agua fue tremendo. El frío se apoderó del cuerpo de Azul y un espasmo se apoderó de ella.
Con dificultad, logró salir a la superficie a respirar mientras la corriente la llevaba. Desde lo alto, Hassar rugía de bronca y emprendía la huída al ver que Thorin y los elfos se abalanzaban sobre él. Llamó a sus seguidores y desapareció en la oscuridad.
La fuerza del agua los arrastraba fácilmente. Ella luchaba por mantener su cabeza por fuera del agua; a él le quedaban los minutos contados. Divisó a unos metros a Kili que flotaba a medias con el rostro boca abajo y trató de nadar para alcanzarlo. Cuando no le quedaba más aire en los pulmones, Kili se hundió.
Azul se sumergió para tratar de llevarlo al exterior. Afortunadamente no nadaba en contra de la corriente lo que le facilitaba la tarea, pero en aguas rápidas, tenía que tener cuidado en no golpearse la cabeza en las rocas que había en el fondo. Con algunos contratiempos, pudo tomar al enano y llevarlo a la superficie.
-¡Kili! ¡Kili! ¿Me escuchas?-Dijo ella mientras lo abofeteaba suavemente.
Era realmente difícil mantener la cabeza del enano hacia arriba, mantenerse ella misma a flote y cuidarse para que ninguno de los dos se golpeara con ese terrible río. Las fuerzas de Azul estaban al límite. "Al menos sé nadar" se dijo a ella misma mientras esquivaba por enésima vez una de las tantas rocas filosas. A lo lejos, creyó ver que las mismas aguas formaban caballos encabritados que arrastraban más rocas y el ruido que hacían éstas era ensordecedor. Cubrió con su cuerpo al enano pero no pudo esquivar una roca que iba directo a su cabeza. El golpe la dejó sin sentido por unos instantes. Soltó a Kili y ambos comenzaron a hundirse mientras las aguas los llevaban.
Azul abrió los ojos mientras se dejaba llevar. Su visión tardaba en ajustarse y le pareció ver que un remolino de agua la envolvía suavemente y lo acercaba a Kili. Vio que de las aguas, se formaba una figura humana y pensó que era su cerebro que ya estaba maquinando visiones por la falta de oxígeno. Esa figura los elevó a la superficie y los llevó hasta una pequeña playa donde los dejó descansar. Ella tosió el agua que había en sus pulmones y se incorporó tratando de ver si sus sentidos no la habían engañado. La figura de agua, levantó su mano y apuntó hacia Kili.
-Sabes cómo ayudarlo antes de que sea tarde. ¡Recuerda!- Susurró. La figura de agua se deshizo y se confundió en el río.
Al mismo tiempo, a en el poblado elfo, el señor de todos ellos levantaba la cabeza y miraba en dirección al Bruinen sintiendo que una nueva fuerza poderosa actuaba en sus dominios.
La muchacha clavó su vista en el enano que ya estaba poniéndose azul.
-¿Qué recuerde?- Pensaba ella, y se llevó una mano donde se había golpeado. El dolor que le causó el simple contacto le hizo recordar algo de su pasado.
Mientras todas estas acciones sucedían, Thorin se dirigía hacia Hassar para cobrar venganza con su arma en alto. El orco, enfurecido profirió un grito y se lanzó en la huída junto con los suyos dejando muy por detrás a los elfos y enanos. Thorin miró cómo Azul luchaba contra la fuerza del agua y a los segundos la perdió de vista.
-¡Fili! ¡Balin! ¡Bofur! ¡Rápido! ¡Tenemos que alcanzarlo antes de que sea tarde!- Gritó Thorin a los suyos.
-No sé qué es lo que están haciendo ustedes en nuestras tierras…-Dijo Glorfindel-.. Pero por ayudarnos a pelear contra estos orcos haré una excepción. Ven conmigo, te ayudaré a encontrar a tus compañeros.-
En ese momento tan desesperado, Thorin no pronunció palabra y subió junto con el elfo al caballo de Haldir y emprendieron un veloz galope costeando desde las alturas el río. Los demás, buscaron los caballos que las tropas de Aldaron les habían prestado y también emprendieron la alocada carrera. Fili tuvo la suerte de montar solo y alcanzó a su tío en cuestión de minutos.
-¡Ese es el caballo de Aldaron!- Dijo sorprendido Glorfindel al ver a Fili al galope suyo.
-¡Para tu información, él batalla con la otra tropa de orcos que está al sur de aquí! ¡Venimos a devolver sus bestias! – Gritó Thorin para tranquilizar al elfo.
La mirada de Fili denotaba preocupación. Fue él quien encontró un descenso y bajaron a la orilla del río. A los minutos de costearlo, escucharon un fuerte ruido y vieron pasar al lado suyo una ola inmensa en forma de caballos blancos montados por jinetes blancos que arrasaba con todo a su paso. A ellos no los tocó, tal vez porque el elfo estaba con los enanos, pero esa ola siguió su camino hasta desaparecer de su vista.
-¡Lord Elrond ha ordenado la crecida!- Dijo Glorfindel. Esto oscureció los pensamientos de los enanos, conservando casi nulas esperanzas.
Pero allí estaba ella, a varios metros delante de ellos, con Kili aún inconsciente. El joven tenía las ropas abiertas. Las manos de la mujer estaban sobre su pecho y lo comprimía repetidas veces. Esto enfureció a Fili pensando que era otros de sus "hechizos". Luego vio que ella llevaba su boca a la de él y volvía hacer aquella maniobra.
Fili paró su caballo y bajó. Thorin y Glorfindel llegaron unos instantes después.
-¡Deja el cuerpo de mi hermano bruja del demonio!- Bramó Fili con su espada desenfundada dispuesto a todo.
Ella no respondió. Lo había escuchado pero seguía con su acción.
-¡Por favor Kili! ¡Reacciona, por favor!- Se decía Azul ya nerviosa.
-¡Es tu culpa demonio! ¡Me las pagarás!- Rugió Thorin saltando del corcel y acompañando a Fili se acercaban cada vez más a la muchacha.
Glorfindel no entendía nada. Clavó su vista en la mujer que seguía haciendo aquellas maniobras y por unos segundos le prestó atención. Allí se dio cuenta de que ella intentaba ayudarlo.
-¡Esperen!- Glorfindel se interpuso en su camino.
-¡Quítate elfo! ¡O acabaremos contigo!- Dijo Thorin apuntando con su espada.
-¡Ella pretende ayudarlo! ¡Él todavía tiene chances!-
-¡Desde que esa estúpida llegó, mi hermano cambió! ¡Todo por culpa de ella!- Gritó Fili.
Fue él quien descargó su furia contra el elfo. Glorfindel sacó su espada y se defendió.
-¡Apártate!- Ordenó Fili.
-¡No!-
Así fue como entre ellos comenzaron a pelear. Pero Glorfindel sólo se defendía porque entendía que todo era una confusión para los enanos. Quería darle tiempo a la mujer, quienquiera que sea, para realizar lo que estaba haciendo. ¿Pero por cuánto tiempo? No quería matar a esos enanos. A uno de ellos lo reconocía: Thorin, hijo de Thráin, hijo de Thrór, príncipe de Erebor no podía hacerle daño. Si lo hacía, un daño terrible comenzaría para ambas naciones y ya habían tenido bastante con los enanos en otras edades. Pero dos contra uno no era una batalla justa. Thorin se encargó de mantener la atención del elfo en él mientras que Fili buscaba una oportunidad para dejar el combate y llegar hasta Azul. Hasta que la encontró cuando Thorin hizo que el elfo trastabillara.
Mientras esta batalla sucedía, Azul seguía tratando de volverlo en sí a Kili. Pero a medida que corrían los minutos sus compresiones eran cada vez más débiles y al ver que Fili y Thorin la amenazaban de muerte hizo que sus nervios aumentaran y comenzó a sollozar.
-Kili, por favor, abre los ojos… ¡Dios ayúdame!- gritó.
De tanto en tanto, echaba una ojeada a la batalla que estaba próxima y vio cómo el elfo se tambaleaba, caía y se defendía en el suelo. Fili estaba acercándose peligrosamente.
-¡Tú! ¡Miserable! ¡Morgoroth no vendrá en tu ayuda hoy!- Sentenció el joven enano que levantaba nuevamente su arma y la descargaba sobre la cabeza de la muchacha.
-¡Señor! ¡Te lo imploro! ¡No lo dejes morir!- Gritó nuevamente Azul. Juntó sus manos y con las últimas fuerzas que le quedaban, dio un puñetazo en la caja torácica de Kili.
La espada de Fili se detuvo a centímetros de los cabellos castaños de Azul. Kili comenzó a toser, sacando el agua que había en sus pulmones. Su hermano mayor tiró el arma y se abalanzó sobre su hermano menor poniendo su cabeza en su regazo.
-¡Kili! ¡Kili! ¿Me oyes? ¡Kili!- Dijo entrecortado Fili producto de las lágrimas que comenzaban a inundar su rostro. Thorin, al escuchar las palabras de su sobrino, inmediatamente miró hacia donde estaba éste y bajó el arma. Glorfindel suspiró.
-¡Kili háblame! ¡Por favor!-
-Aradna… perdóname… ¡perdóname por favor! ¿Dónde estás?- Dijo Kili dificultosamente.
Fili escuchaba las palabras de su hermano y una congoja entró en su corazón. Miró a Azul y con su mirada, suplicó que se acercara. Una vez cerca, Kili abrió los ojos y tomó las manos de la muchacha.
-Perdóname por no haberte podido defender…- mientras decía éstas palabras, comenzó a llorar.-Perdón por no haber sido fuerte en aquél momento…-
Azul tragó saliva y contuvo el llanto. Miró a Fili como pidiéndole indicaciones y éste no supo que decir
-Por favor. ¡Di que me perdonas!-
-Te perdono… Descansa- Contestó Azul.- Eres un buen guerrero…-
Y allí, Kili cerró sus ojos.
Su hermano entró en pánico y le tomó el pulso. Estaba desmayado.
Miró a la mujer y agachó la cabeza.
-Yo… yo…-
Costaba para un enano reconocer un error; y más éste pues casi estuvo a punto de matar a una inocente que sólo pretendía salvarle la vida a su hermano. Azul le dedicó una débil sonrisa e hizo un ademán con la cabeza aduciendo que el enano no necesitaba disculparse.
-Estoy cansada…- Ella también perdió el conocimiento y cayó en el pecho de Kili.
(Tu segundo video! :watch?v=2MYV_qMs8ZQ)
Sus ojos se abrieron y lo primero que vio fue un techo blanco con algunas incrustaciones de moho. Estaba tapada con algunas frazadas y un poco más aseada, cosa que se ruborizó pensando quién podría haberlo hecho. También se percató de que no tenía puesto su pantalón de jean, sino el otro pantalón y la remera con la que había llegado a ese mundo.
Se incorporó lentamente, Enfrente de ella vio barrotes ¡estaba atrapada en una celda! "¿Acaso me capturaron?" pensaba ella algo preocupada. Siguió mirando a su alrededor y vio que estaba demasiado limpia para ser una celda de aquellos seres que la perseguían. La lluvia caía copiosa en el exterior y algunas gotas entraban por una ventana con barrotes mientras que el viento se colaba en ella. Sin desabrigarse, se dirigió hacia los barrotes.
-Buenos días señorita- Dijo un hombre joven que vigilaba su celda en idioma común.
Ella no contestó, pero asintió con la cabeza. Luego habló en élfico para hablar con su compañero que estaba al otro extremo de su celda. Ella pudo entender cada palabra, pero prefirió no revelarse.
-Har, ve a decir que ha despertado y averigua si hay nuevas órdenes sobre ella.-
El elfo llamado Har salió de inmediato.
-¿Ha dormido bien?-
Ella no lo miró.
-No.-
Hubo silencio entre los dos.
-¿Primera vez en Imladris?- Volvió a preguntar para quebrar el hielo que se había formado.
-¿Im qué?-
-Imladris.-Respondió el joven que por su aspecto no era mayor que ella.-O como los hombres la llaman: Rivendel-
-Técnicamente no es el lugar de esas bestias que nos atacaron, ¿cierto?-
-¡Por los Valar, no!- Dijo algo escandalizado el joven.-Todo ser de buena voluntad sabe que Rivendel es el lugar donde uno puede encontrar reposo, comida y consejo. ¿Cómo se te ocurre pensar esas cosas?- Dijo seriamente como si Azul hubiera dicho alguna grosería.
Azul cerró la boca y fue a sentarse a su catre algo ofendida.
Pasaron 5 minutos.
-¿Enserio no sabes nada de este lugar?-Ella siguió sin responderle.-Eso significa un no.- Azul resopló-Entonces te pido disculpas.- Dijo el joven inclinando brevemente su cabeza.
-Es la primera vez que alguien de este mundo se disculpa conmigo… gracias.- Dijo ella sin mirarlo.
No pasaron desapercibidas los términos que la mujer utilizaba al hablar para el joven guerrero, pero pensando que era producto de lo que había sufrido los dejó pasar. Ella continuó hablando.
- Yo… no sé quién soy… solo que llegué hace un poco más de un mes, me golpeé la cabeza y por eso no recuerdo nada…-
-¿Y los enanos?-
-Ellos me encontraron y pensaron que era una demonio… perdón, todavía piensan que soy una demonio, y por eso no me estuvieron tratando bien, salvo Kili y Balin…-
-Pero el enano que se hace llamar Fili estuvo muy preocupado por ti al saber que te encerraríamos en una celda.-
Azul esbozó una débil sonrisa
-¿Ellos en dónde están?- Preguntó al sentir que era la única persona encerrada.
-Alojados en las habitaciones.-
-Ah…- Y los ánimos de ella decayeron y pensó que iba a ser difícil sacarse de encima el título de "demonio"
Otro silencio entre ellos reinó por unos instantes.
-Creo que no lo eres…-
-Perdón… ¿Qué dijiste?-
-Que no eres un demonio… No cualquiera trata de volver en sí a un caído cuando tiene una espada a punto de cortarle la cabeza. Tal vez…. hechicera.-
-Aquí vamos de nuevo- Pensó Azul.- ¿Qué te hace creer que soy tal cosa?-
-Bueno… me han contado que resucitaste al enano.-
-¿Y por qué, según tu opinión, si soy hechicera, estás hablando conmigo? ¿No tienes miedo a que lance algo sobre ti o que me escape?-
El joven se quedó pensativo.
-Porque no siento absolutamente nada. Además si intentaras hacer algo sería el momento justo para hacerlo…-
-¿Y por qué crees que no lo haría? ¡AHORA!- Y se levantó repentinamente. El joven ni se inmutó.-La broma no funcionó…-
El joven rió.
-Si hubiera estado el capitán de la guardia, te hubiera mandado a un lugar peor-
Se oyeron unos pasos y apareció Har con las nuevas órdenes. Hablaron con el joven humano tan bajo y en su lengua que lo único que pudo traducir era "No hay ningún peligro con ella" y "exageran".
-Puedes salir.- Dijo el joven mientras le abría la puerta de su celda.- Debíamos tenerte encerrada hasta que nuestros señores y los enanos resuelvan toda su situación y la tuya. Síguelo a Har y él te conducirá hasta nuestro señor.-
-Gracias…- dijo ella pero no pudo terminar la frase.
-Aragorn, hijo de Arathorn…- Le dijo sonriente.
Buenas a todos! Capítulo corto en comparación con el anterior!
Ha aparecido Aragorn! El caballero de Gondor ha hecho su aparición! Pero no durará mucho, lo siento. Me pareció lindo ponerlo, pues cronológicamente hablando Aragorn tendría alrededor de 20/25 años. Todo un niño!
Nos leemos el el próximo capítulo!
Lynlia
