Holas Gente hermosa de toda la Tierra Media!

Bienvenida Mishu86! Me alegra que te guste mi historia! Siéntete libre de comentar cuando desees!
Luego de varias semanas vuelvo a subir un cap! Me está tomando más tiempo de lo previsto, entre el profesorado y demases, no tengo mucho tiempo =S.

Eileen88: Dio esas casualidades de la vida que tanto en Saint Seiya como en el Hobbit halla un arpa en común. Y como hay una de las canciones que me encantan (la que escucharon en el video) me pareció lindo aunar ambos mundos... aunque sea por un ratito =P

Michelle: Sí, se van a llevar mejor... pero vamos a ver por cuánto tiempo... muajajaa!

Hermosa gente, hoy les traigo además 3 videos para que acompañen la lectura: dos primeros son música épica y el último es más para ambientación.

Nos leemos en el próximo capítulo!


La Luz de Durin

(1º video! watch?v=LRLdhFVzqt4)

Saboreó como nunca ese estado de tranquilidad al reconocerse a sí misma a pesar de estar en un momento crítico. Respiró profundamente manteniendo su cabeza en alto y al expirar, supo perfectamente qué hacer. En el suelo divisó la espada de uno de los "elfos" y cortó la falda del vestido que llevaba puesto. Le molestaba.
Thorin abrió los ojos. La luz del sol que empezaba a cubrir el recinto le hicieron entrecerrarlos, pero el brillo de la espada suspendida en la mano del "elfo" lo dejó inmóvil.
-Dale mis saludos a tu estúpido dios…-
Y cuando tomó envión para clavarle el arma en el cuerpo del enano, un dolor agudo sintió en la nuca. La sensación de electricidad le invadió la cabeza por la fuerza del impacto. El elfo soltó el arma producto del dolor y ésta cayó sin fuerza al costado del pecho de Thorin. Un pedazo de madera proveniente del banco había impactado contra el enemigo. Ahora roto en mil pedazos, había sido el proyectil que había impactado contra la cabeza del "elfo". Ésta comenzaba a chorrear sangre, no roja, sino negra como la de los orcos. Thorin, trató de mirar desde dónde había salido el ataque y divisó en dirección en las ventanas donde antes él estaba sentado tocando el arpa, ahora tirada en el suelo, a una figura luminosa. No pudo reconocer su rostro pues la luz del sol le impedía verla, pero estaba listo para atacar. El ser dio unos pasos hasta que su cara fue visible.
-¿Azul…?- Dijo a duras penas el enano y recordó aquel sueño que había tenido semanas atrás. Ese sueño se estaba volviendo realidad.
El otro elfo, quedó un poco perplejo ante el repentino cambio de actitud de la mujer.
-¿Tú, mujer? ¿Haciéndonos frente? ¡Ja!- Bufó. Y sin dudar salió a su encuentro.
Todo el esfuerzo y la resistencia que obtuvo en el viaje hasta Rivendell tuvieron una justificación en ese preciso instante. Azul se movía de una manera que ni los "elfos" ni Thorin habían visto antes. No sin dificultad la muchacha esquivaba las estocadas que su enemigo le propinaba, pero éste seguía desconcertado. Por fin, Azul levantó los brazos para empujar por el pecho al elfo y así ganar distancia.
- Gracias por devolverme la memoria.- Dijo ella con una sonrisa sarcástica. Y adoptó una postura de combate que ninguno de ellos había visto nunca.
-¡¿Quién eres?!- Le preguntó el "elfo" que ya comenzaba a perder la paciencia.
-¡Alguien que aprendió tus movimientos idiota!- Y dicho esto se lanzó con la mayor velocidad que su cuerpo podía permitirle.

(2º video! watch?v=ASj81daun5Q)

Sin entender de dónde había sacado la habilidad para pelear, el "elfo" no se quedó atrás y avanzó hacia ella. Pero la patada en el rostro que la muchacha le propinó con una de sus piernas lo dejó atontado por unos segundos, lo cual aprovechó para desarmarlo doblando sus muñecas hasta gritar de dolor y golpear sus piernas haciendo que quedara arrodillado a merced de la muchacha. Una vez que el arma del "elfo" estuviera en el piso, Azul la pateó perdiéndose en los pasillos donde la luz del sol aún no había llegado
El elfo que estaba herido producto del golpe en la cabeza, salió en defensa de su compañero con un grito guerrero propio de los orcos. Esto, llamó la atención de los guardias y de Elrond que estaba merodeando por allí. El "elfo" blandió su espada directo hacia la muchacha. Ella que aún tenía prisionero retorciéndose de dolor, lo utilizó como escudo para repeler el ataque obligándolo a ubicarse delante de ella. El nuevo enemigo no le importó demasiado su compañero; hundió su espada en el cuerpo de éste para tratar de que, una vez que atravesara su cuerpo, la punta de la espada llegara al cuerpo de la mujer. El elfo hubiera tenido éxito si Thorin no le hubiera gritado que tenga cuidado. El elfo se desembarazó del cuerpo de su compañero y fue por ella.
El nuevo contrincante de Azul era mucho más fiero y experto. Sus estocadas rozaban la piel de la joven dejándole marcas en la piel que sangraban abundantemente. Uno de esas estocadas rasgó la parte superior de su vestido donde la tela caía y dejaba al descubierto parte de su pecho. Al ver esto, el "elfo" se relamió.
-Hermoso cuerpo para nuestro jefe-
Con sus ojos negros, el elfo observó el cuerpo de la mujer: sus piernas al descubierto, caderas, sus senos redondosa medio descubrir, el subir y bajar de su pecho agitado por el esfuerzo de la pelea y cada gota de transpiración que bajaba de su piel hasta perderse en el interior del vestido. Pero al ver su cuello, el tatuaje que tenía le hizo prestar más atención a quién tenía adelante.
-El emblema de Durin…por Melkor… eres tú…-
-¿Qué?-
-Destinada para ser Señora Oscura, regente de la Tierra Media.-
-¿De qué rayos estás hablando?- Dijo ella sin entender media palabra.
-Esto cambia nuevamente las cosas. Antes te quería para mi jefe como una diversión, ahora es distinto…. No te mataré, pero vendrás conmigo. Y si lo hago, él me premiará.-
Thorin intentaba por todos los medios de levantarse y ayudar a Azul de algún modo. Una vez que lo logró se lanzó sobre el elfo y peleó a mano limpia como la joven lo había hecho. Mientras ellos peleaban, la muchacha buscó la tercera espada que estaba tirada en el suelo para dársela a Thorin quien la agarró en el aire y la blandió con sobrada destreza. Mientras tanto, Azul comenzó a gritar pidiendo ayuda.

Elrond corrió más deprisa por los pasillos al escuchar el rugido característico de los orcos. ¿Cómo podía pasar que ellos hayan penetrado sus dominios y nadie, absolutamente ninguno de sus guardias diera la voz de alarma?
A medida que se acercaba, sonidos del choque de metales comenzaron a escucharse. Más gritos de orcos y el llamado desesperado de una mujer pidiendo auxilio, le crisparon la piel. Era la voz de Azul y corrió hacia el lugar que no queda muy lejos.

Mareado como estaba, Thorin no pudo hacer demasiada resistencia y el "elfo" volvió a tumbarlo. Su cabeza dio fuertemente contra la pared. El "elfo" blandió su espada con la intención de clavársela, pero Azul se interpuso entre ellos. Allí, el enano vio en primera persona la habilidad de la mujer con sus propios puños, parando cada estocada, defendiendo con su cuerpo la vida de Thorin y, si podía, propinarle algún que otro golpe en el cuerpo y rostro. Pero no en cualquier parte del cuerpo. Eran puntos clave en donde Azul dirigía sus golpizas: cuellos, piernas, estómago… partes esenciales de un guerrero.
La conciencia de Thorin nuevamente se desvanecía y se dejó deslizar sobre la pared de piedra. Azul, al ver de reojo el estado del enano, se desesperó y atacó sin importarle su seguridad ganando cada vez más terrero y alejándose de Thorin, que era lo principal.
Le costó a la muchacha poder tomar del brazo y retorcérselo para después dejarlo sin sentido con uno de sus modos. Él la superaba en fuerza en gran manera, pero ella utilizó esta fuerza para su propio beneficio. Con la misma táctica que utilizó para dominar al otro elfo, pudo lograrlo, además de utilizar otra forma para desmayarlo. Al ver que surtía efecto y caía rendido, fue corriendo hasta Thorin tratando de reanimarlo.
-¡Thorin! ¡Háblame! ¡Sé que estás ahí! ¡Respóndeme!-
Thorin sintió en su negra inconsciencia que una luz iluminaba su mente y le rogaba que volviera y dejara aquella oscuridad. Abrió los ojos y vio difusamente el rostro lleno de cortes con sangre seca de Azul, totalmente preocupada.
- ¿Quién eres?- Le preguntó tratando de enfocar su vista.
-¿Cómo quién soy Thorin? Yo soy…- Y no pudo completar la frase. De la misma manera que ella había lanzado el trozo de madera al elfo con el que hacía momentos había peleado, éste hacía lo mismo con ella. El desmayo había sido una treta para sacársela de encima. Azul cayó sin sentido en el pecho de Thorin.
-Ahora sí puedo saborear mi victoria….-


(3º video! watch?v=qiQ0tGKocjY)
Thorin despertó en un mullido colchón de plumas. Su cabeza estaba vendada y su cuerpo estaba totalmente dolorido. A ambos lados, los hijos de su hermana velaban por él sumidos en un profundo sueño, con sus cabezas apoyadas en la cama. Con esfuerzo se incorporó y respiró profundamente. Alternó su mirada entre Fili y Kili y por dentro sonrió. Era muy afortunado contar con la compañía de ellos sabiendo que su hogar todavía estaba lejos. Ellos le daban a su vida el desorden, la juventud fresca y fragante, la amistad más allá del deber. Depositó sus manos sobre las cabezas de los enanos para acariciárselas como cuando eran niños, y éstos tardaron en darse cuenta del accionar de su jefe. Fili fue el primero en acudir a la realidad. Ni bien vio a Thorin, lo abrazó con tal fuerza que éste soltó un quejido que hizo despertar del todo a Kili, que también se abalanzó al cuello de su familiar.
-¡Por Mahal! ¡Has despertado!-
-¡Has estado inconsciente todo el día!- Dijo con voz lúgubre Fili.-Elrond ya empezaba a preocuparse de que el golpe que recibiste hubiera sido más peligroso.-
-Si…. Si no me sueltan… es seguro que terminaré muerto por… asfixia- Thorin ya estaba empezando a ahogarse.
Los hermanos rápidamente obedecieron y adoptaron la postura de dos nobles guerreros frente a su superior.
-¿Qué fue lo que pasó?-Preguntó el enano mientras intentaba sacarse la venda de la cabeza.
-Elrond nos contó que los encontró en un pasillo mientras esa "cosa" los intentaba matar. Te vio protegiendo a Azul con tu cuerpo mientras él intentaba clavarles la espada. Por eso tienes tantas heridas…-
Thorin no recordaba esa parte de la historia. Recordaba que Azul se había desmayado, pero ¿él también? Y mientras pensaba en eso se miraba sus brazos y piernas.
Fili prosiguió su relato.
-Te defendiste a pesar de estar en el piso y con ella a tu lado. Algo realmente difícil. El elfo está impresionado de que sigan con vida sabiendo que tuvieron que enfrentarse a algo tan peligroso, y con mínimas armas. Elrond dio la voz de alarma rápidamente. A escasos metros de donde estaban encontró en el piso una espada de su propia gente y le hizo frente. Se quedó horriblemente sorprendido al ver las facciones del enemigo. Esa cosa luchó con el elfo y escapó al ver que la guardia se acercaba. Pero lo mataron en los límites de la ciudad y ahora conservan los cadáveres en una sala mortuoria. Elrond está inspeccionando los cuerpos para ver de qué se trata.-
-Fili, ve a decirle a los otros que ya se ha despertado. Bofur está insoportable y muy enojado con los elfos. A ver si con esta noticia se calma- Sugirió Kili.
Thorin asintió y Fili salió de la habitación.
-Me alegra verte bien.- La expresión de Kili emanaba ternura.
-A mí también me alegra volverlos a ver…- Thorin intentaba salirse de la cama. Necesitaba moverse. Kili lo ayudó a vestirse lentamente.
-¿Sabes? No sólo me alegra el que hayas sobrevivido… sino que también hayan podido hablar…- Thorin carraspeó.- ¿Acaso tu mirada sobre ella está cambiando?-
-No… pero me temo que es más peligrosa ahora para nosotros…- Su entonación sonó más bien como si hubiera pensado en voz alta.
-¿Más peligrosa?-
-Ella recuperó la memoria.-
-Sí, lo sabemos. Azul despertó horas antes que tú. Está muy preocupada por ti.-
-Oh… eh…bueno… Al parecer recordó que sabe defenderse, pero nunca antes vi esas técnicas de combate. Está algo dura y se mueve muy lento que casi le cuesta la vida. Pero creo que de donde viene fue, o es, una guerrera -
-Ella no nos ha dicho nada de eso.- Kili lo miró sorprendido.- Creíamos que las heridas que tiene se las hizo cuando intentaste protegerla de las estocadas-
-No. Ella peleó contra él y pudo derribarlo. Pero hasta allí llega mis recuerdos.-
-Creo que mejor será que ella misma responda nuestras dudas.-
Thorin y Kili salieron de la habitación. Pasaron por el lugar donde Azul y el enano habían sido atacados y contemplaron que aún quedaban restos de la batalla. Pero la actitud de los elfos hacia el príncipe cambió. Los soldados que pasaban (que ahora eran más vigilando las estancias), se inclinaban ante ellos. El rumor de que él había peleado y defendido a la mujer casi sin armas se había esparcido rápidamente y la fama de Thorin aumentó.
Llegaron a un salón donde encontraron a Bofur yendo y viniendo por toda la sala. Fili aún continuaba explicándole y tratándolo de calmar. Balin estaba sentado con una jarra de cerveza en la mano ya cansado del mal humor de su compañero, totalmente silencioso. Al ver llegar a sus compañeros, la cara se le iluminó y suspiró aliviando la congoja que llevaba por dentro.
-¿Todo en orden Bofur?- Dijo Thorin a ver si con eso lograba calmarlo.
Bofur se dio vuelta y vio a su jefe de pie, con la autoridad que lo caracterizaba. Rápidamente cambió su actitud y se puso firme cual soldado esperando una orden.
-Ahora que lo veo de pie…. Las cosas están mejorando.-
Thorin asintió.
-¿Dónde está Azul?-
-En el jardín, respirando un poco de aire. Dice que necesitaba estar un rato sola- Le contestó Balin.
-Avisen a Elrond que ya estoy levantado. Lo más probable que quiera algunas explicaciones. Voy a buscar a la muchacha.-
Balin captó la forma en que se refería a Azul. Algo había cambiado en el príncipe y sonrió para sus adentros.
La encontró sentada con la espalda apoyada sobre el tronco de un árbol. Su brazo izquierdo reposaba sobre un cabestrillo y su rostro denotaba un gran cansancio físico, aunque su mirada melancólica estaba perdida en lo profundo de las montañas.
-¿Cómo debemos llamarte?-
Aquel trance se desvaneció cuando escuchó la voz grave del enano.
-De la misma manera. Todavía no logro recordar mi verdadero nombre. Muy loco ¿no?- La mirada de Azul no se apartó del paisaje.
-¿Entonces por qué esa mirada?-
-Por lo que vendrá de ahora en más…-
-¿Eres una guerrera en tu tierra?-
- No-
-No me dices mucho de ti.-
-¿Luego de un mes quieres conocerme?- Su voz denotaba firmeza.
Ambos respiraron hondo para tratar de calmar la tensión que se estaba generando.
-Perdón…-Ella se disculpó primero.- Es que…todo lo que ha pasado ayer… esos "elfos"… nunca tuve una pelea donde en verdad corra riesgo mi vida…-
-¿Nunca? ¿Jamás has peleado? Entonces ¿cómo es que sabes defenderte? Jamás había visto esas técnicas de combate.-
Azul suspiró recordando viejos tiempos.
- Se pelear desde los ocho años. Mi mamá me llevó para que aprenda artes marciales. – Thorin volvió a mirarla con cara de no entenderle nada.-Son técnicas de lucha. Siempre lo tomé como un juego, pero cuando empecé a competir dejé inconsciente a mi oponente que luego me enteré que casi lo mato…Me agarró tanto miedo que dejé todo.
-¿Cuántos años tenías cuando pasó?-
-Catorce-
Luego, el silencio reinó por unos minutos. Sólo el sonido del viento quebraba aquel instante de reflexión de la muchacha.
-¿Ahora qué pretendes hacer conmigo?- Preguntó ella.
Thorin la miró nuevamente. Titubeó en si decirle o no que la había soñado en la lejana Moscagua. Su orgullo le decía que debía mantenerse firme en su resolución de no llevársela consigo, pero por más que ponía trabas al asunto para no hacerlo, las situaciones que se le presentaban forzaban a tomar esa determinación. Por algo ella había aparecido en su camino, por algo su padre era el nuevo rey antes de lo previsto y su más preciada constelación desaparecida del cielo reposaba ahora en la piel de esa humana.
-No lo sé- Respondió él con sinceridad.- Para mí también todo es muy confuso.-
Todo el grupo fue llamado por Elrond horas después. El señor de Imladris también tenía signos de haber combatido. A su lado estaba Arwen, atenta a todo lo que se decía. Elrond preguntó cómo sucedieron las cosas. Thorin y Azul contaron lo sucedido según su punto de vista.
-¿Cómo supiste que estábamos en peligro?- preguntó la muchacha a Elrond una vez que Thorin terminó de relatar su parte.
-Puedo sentir cosas más allá de tus sentidos. El aura que emanaban esos seres era demasiado fuerte y me despertó en la noche. Revisé los cuerpos… una magia negra y poderosa que nunca antes he visto, los convirtió en lo que vieron. Temo decir que esos guerreros valientes no pudieron soportarlo y al morir se transformaron en esos seres, mitad orco, mitad elfo… y pensar que los orcos nacieron de nosotros mediante las artes oscuras de Melkor…
- ¿Qué? ¿Los monstruos que nos atacaron antes de entrar en Rivendell son elfos también?- Preguntó Azul sin poder creer lo que escuchaba.
-Sí y no.-Siguió Arwen.- A pesar que tenemos el mismo origen, los orcos ya pueden considerarse como una raza aparte… lamentablemente.-
-Pero todo esto nos lleva a una sola cuestión: tú…- Elrond retomó el habla.-… y ese tatuaje que llevas cerca de tu clavícula.-
Tanto Fili, Kili Bofur y Balin se quedaron un tanto desconcertados.
-Ella no tiene ningún tatuaje.- Dijo Fili
El rostro de Azul tomó un color rojizo en cuestión de segundos.
-¿Cómo sabías que antes NO tenía ningún tatuaje?-
-Pues… eh…. Bueno….- Fili comprendió en seguida que se descubrió él solo y se puso igual de colorado que la mujer.
-¡Me espiaste mientras me bañaba!-
-¡No es cierto! ¿Cómo podría haberte visto aquí en Rivendell?-
Azul quedó muda unos segundos pero luego atacó.
-¡Me espiaste el día que pude lavarme en el río y me prestaron las camisas! ¡Depravado!-
Kili, Balin y Bofur empezaron con las risas. Thorin se tapaba con la mano su rostro sin poder creer que esta conversación se esté desviando de ese modo.
-No nos desviemos del tema por favor.- Arwen puso orden a la situación.-Azul, sé que puede darte un poco de pudor en este momento, pero muéstranos el tatuaje.-
El color de sus mejillas se elevó nuevamente, pero así lo hizo. Desabrochó algunos botones del vestido nuevo que llevaba hasta la altura del pecho. Descubrió totalmente su hombro y allí quedó a la vista de todos.
-"Corona de Durin"- Susurró Balin.-Thorin, esto es una señal.-
-¿Cómo puede tener ella este tatuaje?- Preguntó Bofur un tanto desconfiado.- ¿Cómo es que apareció en ti Azul?-
-No lo sé.- Lo que recuerdo es que cuando abrí los ojos ya recordaba quién era… pero fue el "elfo" que vio el tatuaje. Dijo que era la Señora Oscura… que gobernaría la tierra… estupideces suyas.-
-No lo creo…-
-Arwen, perdón que te contradiga, pero si no tengo la menor idea en dónde estoy parada en este mundo… ¿Gobernar la tierra? Por favor…-
-Tú tienes el favor de Aulë…- Thorin rompió el silencio.- Yo….-
Elrond lo miró intrigado.
-¿Tienes algo que decir? ¿Algo que nosotros no sabemos?
-Creí que eran sueños… nunca pensé que se harían realidad. Desde que la "Corona de Durin" comenzó a desaparecer paulatinamente del firmamento, mis sospechas de que algo oscuro se estaba tramando. Me pareció raro que los orcos deambularan en Delagua y ataquen un poblado donde no hay mucho de interés para ellos. Pero mi atención se puso en cuanto aquel orco se ensañó con la joven hobbit, Aradna, a la que tú, Kili, no pudiste salvar. Todos sabemos que los orcos salen de sus escondites por dos cosas. La primera es que necesitan alimento (lo cual no recorren grandes millas para buscarlo) y la otra porque hay un objetivo que los mueve a hacerlo. Mis temores se hicieron más fuertes cuando comencé a tener visiones en sueños, hoy puedo decir que son visiones. Azul, yo te soñé en forma de luz un mes atrás, antes que la constelación desapareciera por completo. Y días más tarde apareciste con ese estruendo en el cielo. Los orcos sabían de tu llegada, mucho antes que nosotros sepamos de tu existencia. Tú no recuerdas esa parte, pero mientras que en ese momento estabas desmayada, los orcos nos atacaron. Te querían a ti. ¿Por qué ellos querrían a un demonio como tú? A todo esto, nuestra constelación ya había desaparecido.
Te llevamos como prisionera a estas tierras, y si nosotros no teníamos las herramientas para desenmascararte, los elfos sí lo harían. Pero ahora todo es distinto. El tener la "Corona de Durin" en tu propia piel refuerza mi hipótesis que el enemigo, sea quien sea, te desea. Para qué, no lo sé. Y daría mi vida si estuviera equivocado a que el mismo Aulë tatuó esa imagen.-
-Thorin… la bota con agua. ¿Recuerdas?- Lo interrumpió Bofur.-Yo también tuve ese sueño. Aulë se me presentó de la misma manera y nos salvó de una muerte segura. Fue él quien hizo que Azul pudiera hablar y pedirme agua…-
-Y si supuestamente ese dios que ustedes dicen se les presentó a ustedes… ¿Por qué yo no recuerdo nada de algún encuentro con él? Si fue él quien me hizo esto...-Y señaló su tatuaje.
Azul estaba un poco desconcertada. Otra vez su mente le estaba fallando. Había recuperado su memoria y se sentía muy a gusto, pero si en verdad esa persona a quien ellos llamaban "Aulë" la estaba ayudando, ¿por qué no lo recordaba? Recordó los sueños que había tenido y una cadena de pensamientos le vino a la mente. Se incorporó de su asiento, y salió de la habitación.
-¿Otra vez con esta escena?- Se preguntó Fili harto de que la muchacha no pueda superar los traumas.
Pero el joven enano se equivocó. Azul regresó con su cuaderno de dibujo.
- Ni bien hoy desperté, volví a la ventana donde estuvimos la noche anterior. Fue una suerte que todavía estuvieran desparramados los dibujos. Este es el dibujo que te dediqué ¿Recuerdas? Míralo… -
Thorin tomó la hoja y lo observó. Era como si estuviera viéndose en un espejo por la perfección de los trazos. Pero el fondo…aquellos arcos de piedra, el balcón y a lo lejos la ciudad en el horizonte…
-¡Erebor! ¿Cómo es posible?-
-Yo… yo también soñé contigo. Creo que, de todo el sueño, sólo el paisaje y aquel castillo dentro de esa montaña son reales. Los soñé tan claramente y con tanto detalle que por eso lo dibujé.-
-¿Tú también has visto a Mahal?- Preguntó Balin.
-Eh… no, creo que no. O por lo menos, lo más "supernatural" que he tenido durante este mes fue el hecho de estar aquí y haber tenido ese sueño, que ahora me entero que es real.-
-Señores.-Interrumpió Elrond solemnemente.- A pesar de que el origen de Azul sigue siendo un incógnito, por lo menos sabemos que alguien está detrás de ella. Con qué propósito no lo sabemos. Pero uno de los valars la tiene en gran estima. Y eso es decir muchísimo….-
-Y pensar que quisiste matarla.-Le susurró Kili a su hermano en tono de broma. Éste se acurrucó más en su asiento.
- Thorin hijo de Thráin, a pesar de ser el señor de estas moradas, no soy quién para obligarte a que esta mujer que has encontrado en tu camino se una a tu compañía. Esa es tu decisión. Pero tarde o temprano, ella deberá ir a Erebor y forjar su destino allí. Para bien o para mal. Si tal es tu decisión de no llevarla contigo, ella se quedará aquí hasta que sepa defenderse sola en nuestro mundo…- Siguió Arwen levantándose de su asiento.-… pero el día que llegue a las puertas del reino, tendrás que compadecer por ella ante el rey-
La mirada orgullosa de Thorin se cruzó con la mirada seria de Azul.
-¿Qué haré de ahora en más?- Pensaron para sus adentros ellos dos.