Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen y no saco ningún provecho económico.

Notas de la autora: Esto es una paranoia rara que me dio por escribir tras leerme el tomo dos de Yami no Matsuei. No me termina de gustar pero aún así he pensado en subirlo. Ahora estoy escribiendo otro fic de Yami, de un capítulo nada más (es que cómo me ponga a hacerlos largos esto podría ser más largo que la historia interminable, y tengo uno d D·N·Angel que lleva desde septiembre pasado atascado en el capítulo 10, más luego otro de D·N·Angel y uno de Harry Potter que apenas si tienen algo del 2 capítulo, así que…un fic largo de Yami, de aquí a algún año lo escribiré). Bueno, lean esto y digan si por lo menos es soportable porque es que a mí no me gusta (y para más que soy la autora…U.U'). Ahora sí que me dejo de tonterías y, ya saben, un review, aunque sea para decirme que quedó muy cutre.

Dedicado a Dark-san, por ser mí querida prima, amiga y confidente, por compartir conmigo el vicio por el manga y poner paz cuando estamos con mi hermana pequeña.

Algún día…

Aquella noche, mientras esperaba a que salieras de la ducha, miraba los fuegos fatuos por la ventana, envuelto en la tela de las cortinas.

Entonces saliste. Me giré, y te dije lo preciosos que son los fuegos fatuos, las almas de los muertos en el mar. Preguntaste si no tenía nada para ti. Me sorprendió mucho el hecho de que te abalanzaras sobre mí, pero aún más lo que me dijiste.

--Te protegí de ese demonio… ¿Qué me vas a dar a cambio?

--Ah…claro…haré lo que esté en mi mano.

--¿Lo que sea…? Bien, entonces…entonces quiero tu cuerpo…

En ese instante me tenías agarrado por detrás, una mano sobre el pecho y la otra bajando por mi pierna, la que traté inútilmente de apartar. Me sentaste en el alfeizar de la ventana, apretando con fuerza mi cuerpo contra el cristal frío. Opuse resistencia, pero aún así no pude evitar que me arrancases la camisa. Tu cuerpo estaba pegado al mío, oprimiéndome. Aquello me recordaba mucho a Muraki, demasiado…te rogué que pararas pero no me hiciste caso, seguiste hasta el final…hasta matarme.

¿Por qué lo hiciste, Tsuzuki¿Por qué te dejaste dominar y trataste de matarme, o mejor dicho, matar a Hijiri?

Aunque me cueste reconocerlo, no puedo negar que me gustó sentir tus manos en mi cuerpo, los latidos de tu corazón ante la proximidad, tus labios en mi piel…lástima que tú no supieses que era yo sino que creyeras que era Hijiri, y que tú no fueses tú, sino que estuvieses poseído por un demonio.

¿Algún día podrías ser tú quién, con tus palabras dulces, me ayudase a salir de mi caparazón? Porque sólo cuando estoy contigo y te tengo cerca siento que todo el sufrimiento de mi alma se aleja y me haces ver ese rayo de esperanza que me ayuda a mantener la cordura en este mundo de sangre y muerte que nos rodea. Por descubrir a mi asesino me hice shinigami, pero por estar contigo es por lo que renuncié a estar en el paraíso.

Aunque mis manos se manchen de sangre y me hunda en la desesperación, tú siempre serás la tabla de mi salvación. Algún día podremos ser sólo uno, sin importar el resto…Y mientras llega ese día, espero que reconozcas lo que tu corazón me dice que sientes.

Terminado el Jueves 15 de abril del 2004

Aroa Nehring

sabisha angel yami tsubasa (sustituyan los espacios por guiones bajos) arroba hotmail punto com