DE AMOR NO SABES NADA

CAPITULO III: COMO PUEDO PROTEGERTE

Para cuando termino de leer ya se habían ido la mitad de sus hombres. Permaneció sentado en el mismo lugar leyendo una vez mas esa terrible noticia, le tomo cierto tiempo asimilarla por completo. Al principio quedo estupefacto al recordar ese desgraciado día y al arrepentirse una vez mas por seguir ordenes sin sentido, una vez pasada esa impresión, se sobregiro al pensar que alguien estaba tras él no es que temiera por eso después de todo él mejor que nadie sabía que tenia incontables enemigos, unos mas discretos que otros; pero nunca había llegado a saber que uno de esos hombres sobrevivientes de la fecha que el trataba en vano de olvidar, pudiera estar tras el, tan cerca de él que todos esos años se haya mantenido vivo gracias a un solo deseo y ese era el de asesinarlo mas aun le sorprendió saber que ese sujeto utilizara en cada asesinato alquimia. Una parte de él le pedía que aceptara esa misión que lo viera como un triunfo seguro y un paso mas en el escalón de la fama, pero otra parte le decía que rechazara ese trabajo después de todo nada de eso era de su incumbencia, si Hank estaba tras el tarde o temprano se batirían en duelo y se ahorraría todo el trabajo de organizarse, planear y salir en su persecución, pronto tomo la resolución de rechazar la misión, y con esto último salió de su trabajo.

Eran alrededor de las nueve de la noche demasiado temprano para el gusto del alquimista de fuego, pero no pudiendo hacer nada mas en el trabajo partió a su casa, decidió caminar a tomar el autobús, caminaba bajo la luz de la luna solo teniendo como único compañero las palabras de la carta, que recitaba una y otra vez sin saber el porque, aunque no lo quisiera aceptar le intrigaba todo ese asunto y si es posible lo desconcertaba, sorpresivamente los últimos renglones de la carta lo paralizaron. "hazlo por tu seguridad y lo mas importante por lo de tus seres queridos." Su seguridad que ironía él sabía que era mas fuerte que cualquier otra persona de modo que no tendría que preocuparse por nada en cuanto a sus seres queridos... quienes podrían ser estos.

Caminaba con la vista fija en el pavimento sin prestar atención a su alrededor hasta que unos ladridos lo sacaron de su meditación, levanto el rostro para toparse con el dueño de los ladridos Black Hayate corría entusiasmado hasta donde se encontraba Roy, se alegro de ver al perro y detrás de éste venía un rostros que conocía y le alegraba verlo. Riza Hawkeye llamaba a gritos a su mascota, vestía blusa color beige una falda café ( después de todo si usaba faldas) un ligero suéter del mismo color y llevaba en esa ocasión el cabello suelto. Se detuvo en seco al verlo ahí inclinado acariciando a Black Hayate.

-Coronel Mustang, que esta haciendo aquí.- pregunto sorprendida al verlo tan temprano en la calle

-Teniente, eso es lo que yo debería preguntarle o mejor dicho el porque de su ausencia.- respondió con una ligera sonrisa

-Yo en realidad lo lamento, pero es que con todo lo sucedido ayer... es decir el trabajo me quede dormida; le pido disculpas y le aseguro que mañana estaré a primera hora en la oficina.

-Descuide era justo que se tomara un merecido descanso, pero dígame como se la paso. Al encontrase el uno con el otro sus corazones se iluminaron, fue como si se hubieran quitado un peso que les estuviera oprimiendo por dentro y no los dejara estar tranquilos; se sentaron en una banca del parque y permanecieron algún tiempo platicando de varias cosas, hubieran podido permanecer mas tiempo si no hubiera sido por que el estomago de Roy hizo un ruido apelativo de que tenia hambre.

-Lo lamento pero no e comido desde ayer

-Si quiere podemos ir a mi departamento y ahí le puedo ofrecer algo de comer.

-"Suena bien."- se pusieron de pie. Antes no lo habían sentido pero ahora que estaban de pie se percataron del cambio tan radical del clima, antes soleado y caluroso ahora era frío y con un fuerte viento. Hawkeye se trato de cubrir lo mejor posible con su suéter pero era obvio que no le brindaría el menor cobijo, al ver esto Mustang se quito su abrigo y se lo ofreció con amabilidad ella lo acepto de buena gana, el encanto que se formo alrededor de ellos se rompió rápidamente debido a los estruendosos ladridos que dio de pronto Black Hayate, todo ese tiempo había permanecido acostados a los pies de su ama, pero repentinamente se había levantado ladrando y gruñendo a espaldas de ellos dos.

Voltearon al mismo tiempo pero no pudieron ver nada Roy no le tomo mayor importancia tomando por alguna clase de locura el comportamiento del perro, pero Riza que lo conocía bien sabía que ese comportamiento se debía a que ahí había otra persona aparte de ellos, entrecerró los ojos para ver mejor en la oscuridad y ahí estaba de nuevo era la misma figura que viera por la tarde en el restauran, con esto no le cabía la menor duda de que ese sujeto quien quiera que fuera la había estado siguiendo desde que se lo encontrara en el metro o quien sabe cuanto tiempo hacia que la tenia en la mira. En acto inesperado salto la banca y corrió en dirección del hombre, tan pronto dio el primer paso su compañero la siguió de cerca, viendo como su deber protegerla y seguirla a toda costa, por el contrario Roy tardo unos segundos en reaccionar aun así le dio pronto alcance a los dos pero ya era demasiado tarde se encontraba a pocos metros de Riza cuando vio que disminuía la velocidad y en lugar de correr comenzó a trotar.

-Teniente que es lo que paso, a que se debió esa reacción- pregunto una vez que estuvo a su lado.

-Ese hombre, no lo vio usted Coronel; desde ayer me esta siguiendo, al principio pensé que era solo mi imaginación pero con esto se han confirmado mis sospechas, aunque no se quien es, lo vi ayer por la noche estaba en el mismo vagón que yo y nos bajamos en la misma estación; lógico si se toma en cuenta que era la última, aunque también me dio la impresión de me venia detrás de mi y hoy con esta es la segunda vez que lo veo.

-Podría decirme como es

-Eh! .- se sorprendió que el coronel le hiciera ese tipo de pregunta aun así respondió.- ayer tenia el aspecto de un vago, con ropas harapientas y sucio, pero hoy es todo lo contrario es un hombre de no mas de 40 años, moreno, alto, es todo lo que te puedo decir; solo lo he visto por segundos, aunque si me lo preguntas es un extranjero. En fin será mejor no prestarle atención, será mejor irnos, vamos Black Hayate, Coronel.

Por temor, sorpresa, inquietud o tal vez por todo lo anterior Roy no le dijo ni una sola palabra a su compañera, prefirió callar y sacar primero sus propias conclusiones, aunque estaba casi seguro de que se trataba de Hank, trato de mostrarse indiferente a lo acontecido pero por mas que trataba de fingir la voz, sus gestos y movimientos, sus ojos decían todo lo contrario. La felicidad y tranquilidad que sintiera hace unos momentos se vio lenta pero segura desplazada por una mezcla de temor y confusión. Al llegar al apartamento de Riza y aun antes de entra Roy se excuso y volvió sin demorar mas tiempo a su casa.

-teniente, lo lamento pero esta noche no podré cenar, acabo de recordar que deje pendientes unos papeles que no pueden esperar mas.

-Es extraño verlo angustiado por trabajo, pero esta bien comprendo.

-En realidad lo lamento, pero debo irme. Teniente le pido que se cuide y cualquier cosa extraña no dude en avisarme.- se despido de ella dándole sorpresivamente un abrazo y dejando a una estupefacta Riza se alejo dando grandes zancadas de la casa de ella. No encontrando otra cosa mejor que hacer la joven se cambio de ropa y acostó a dormir.

El alquimista de fuego caminaba lo mas rápido que sus pies le permitían, se fijo llegar a su casa antes de que nuevos pensamientos asaltara su mente impidiéndole razonar mejor la situación, si ya antes le perturbaba la carta ahora con lo sucedido en el parque le habían hecho ver de otro modo las cosas, finalmente abría descubierto cual era el verdadero peligro y trampa de su enemigo y en el cual Roy Mustang estaba cayendo precipitadamente.

Tres cuartos de hora mas tarde se encontraba girando la perilla de su casa, tan pronto puso un pie dentro de ésta encendió todas las luces existentes en su casa, el primer lugar donde se dirigió fue a su biblioteca privada, busco registros de lo sucedido en Ishbal, aunque no contaba con la información suficiente se vio tentando a tomar el teléfono y pedir ayuda a uno de sus amigos y compañeros de trabajo, pero no se quiso arriesgar a que descubrieran en que estaba metido. De entre un montón de papeles extrajo un mapa de ciudad central, trato de recordar todas las rutas descritas en la carta, sobre las cuales había cometido sus asesinatos Hank, pero esta labor implicaba su absoluta concentración y para esto era necesario tomar un café bien cargado.

Entonces al segundo lugar donde se dirigió fue a la cocina, mientras esperaba a que se calentara el agua tomo asiento en un banco ahí a su lado se encontraba un periódico que no había sido abierto en todo el día, lo extendió sobre la barra sin esperar encontrar noticias relevantes, leyó primero la sección de deportes nada que no supiese ya; el grupo de deportistas locales habían arrasado a los foráneos, paso a la sección del clima: para este otoño se pronostican fuertes vientos finalizando con ventiscas y nevadas para antes de inviernos, después de eso noticias tan vanas como chismes, horóscopos, conjuros para diferentes cosas, recorría las hojas desganado con ojos casi nublados por el aburrimiento, al dar la vuelta ahí estaba algo que era ahora era de su incumbencia, detrás de una receta de pan y aun lado de quien sabe cuantos consejos antes de salir a la calle, se encontraba un articulo no mas grande a un cuarto de hoja, pero aun así era lo suficientemente explicito como para proporcionarle a Roy mas información acerca de su presa; el articulo hablaba acerca del último asesinato cometido por aquel hombre:

utiliza métodos nunca antes vistos, el modo de operar es siempre el mismo vigila y memoriza alrededor de una semana los movimientos de sus victimas, y por lo general ataca al caer la noche, la manera en que se encontraron los cadáveres es indescriptible, algo nunca antes vistos, la piel, músculos, tejidos y demás componentes del cuerpo se hayan en un estado de descomposición que no es loable a menos que hayan transcurrido tres meses, así lo explico el doctor Thomas Coen.

Leía detenidamente el articulo cuando un extraño chillido hizo que arrogara el periódico y se pusiera de pie en busca de aquel sonido, no era otra cosa que el chillar de la tetera, reprochándose el ser tan ingenuo apago la estufa y se preparo un cargado y aumente café. Regreso a la barra a terminar de leer el articulo pero esta vez lo primero que sus ojos enfocaron era la casi diminuta fotografía que mostraba o por lo menos eso pretendía una victima, pero la nitidez de esta era tan pobre que solo se veía algo borroso. Trato de volver a su mapa pero le fue imposible concentrarse, así que tomo la resolución de irse a dormir, mañana en el cuartel podría recaudar todo lo que necesitaba ya hoy nada podía hacer.

Se encontraba en su cama debajo de sus blancas sabanas, pensando en una sola, en como podría proteger lo que él mas quería. Ya desde antes de llegar a su casa había descubierto quien era , ya había tomado la resolución de acabar con cuantos se pusieran enfrente de esa persona que ahora era lo primordial para él; aun no conocía a ciencia cierta que era lo que en realidad sentía para eso tendría que pasar algún tiempo, espontáneamente vino a la mente del hombre la imagen de su compañera de trabajo seguida por algo que le provoco un escalofrío que le recorrió la espalda. Tomo el teléfono y marco a casa de ella, aunque ya era tarde se escucho después del tercer toque la voz somnolienta pero armoniosa de una mujer, antes de que pudiera decir otra cosa la voz de Roy se escucho –Riza solo llamaba para desearte buenas noches y colgó sin mas ni mas. Riza miro la bocina del teléfono como si ahí encontrara lo que buscaba pero fue en vano extrañada colgó y se volvió a recostar quedándose dormida no sin antes esbozar una sonrisa que detonaba felicidad. Para Roy escuchar el simple " bueno" de su compañera fue prueba de que todo estaba bien y por lo menos esa noche podría descansar tranquilo, por última vez en quien sabe cuanto tiempo.

hajimari wa itsudemo owari o kanjisaseru kedo

Los comienzos siempre me harán sentir un final, aunque


iroasenai ai datte dokoka ni aru to shinjiteru

Creo que existe un amor en algún lugar que nunca se desvanecerá

sugisarishi hibi wa yagate futari ni eien no imi o kizamu darou

No cabe duda que los días que pasan eventualmente cortarán el significado de la eternidad en nosotros

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Riza sosteniendo con una mano una taza humeante té y con la otra un paquete de algún centro comercial que contenía en su interior una especie de desayuno estaba por abrir la puerta de su oficina cuando fue interceptada por Havoc.

-teniente Hawkeye , buenos días me da gusto verla de nuevo.- saludo con mucho énfasis, demasiado para el gusto de Riza, había algo en esa expresión que no le agradaba del todo, aun así correspondió al saludo.

-buenos días Havoc, yo también me alegro de verte...supongo.- dijo un tanto extrañada.

-teniente podría pedirle un favor.

-si supongo...

-podría entregarle esto al Coronel Mustang.- antes de que ésta pudiera responder Havoc ya le había acomodado con la mano que no sostenía el té varios paquetes, exhaló un largo suspiro de resignación y entro a la oficina, la notar el desorden de esta no pudo contener que una vena de la cien se marcara en su frente y despotricara unas cuantas palabras a Havoc y otras tantas a Mustang.

-Es inútil lidiar con esos dos; no se cual sea el apuro de Havoc si Roy Mustang nunca se para por aquí tan temprano, a no ser que sea algo donde este el como beneficiario. -Del interior del lugar se escucho como una voz le reprochaba este último comentario.

-Ehy! eso no es verdad.- Riza aun se encontraba de pie frente a su escritorio cuando al escuchar la voz de su superior lo único que atino a hacer fue dar un saludo militar en dirección de donde provenía la voz, trato de darle otro significado a sus palabras pero eso no le fue posible.

-Ya olvídelo, solo le pido como pago por sus malos pensamientos hacia mi intachable persona que me deje trabajar en esto.- agitando un gran dictamen.- a solas y sin interrupciones.

-Señor, que es eso.- pregunto sorprendida no dando crédito aun a su buena suerte, pues aunque fueran mas que compañeros de trabajo estaba consiente que no era profesional expresarse así de un superior.

-Aaahh aahh... eh dicho sin interrupciones y a solas.- le recordaba mientras movía el dedo índice de un lado a otro y hacia un ruido de desaprobación.- ahora si me lo permite estaré ocupado en esto, ah y usted puede encargarse de los paquetes que le acaba de entregar Havoc..

CONTINUARA...


Como ven les gusta como va la historia espero y si, como ven Roy cambia muy fácil de parecer pero ahora abra que esperar para saber que es lo que esta planeando

Agradesco nuevamente a todas las que continuanleyendo la historia y muchas gracias por sus comentarios.

E.Naomi.Yano, Alis Chan, shiosan, Ale-dono, SanNeechan, Gaby Y.S.