DE AMOR NO SABES NADA

CAPITULO XIV: RECONCILIACIONES

Durante algunos minutos tuvo gran cuidado de no dejar ver su rostro, y cuando lo alzó no sabía hacia donde mirar, a pesar de que él se encontraba ahora frente a ella. Temblaba y tenía el rostro iluminado; toda su soledad y tristeza habían desaparecido, pero no tuvo el coraje todavía. Al principio de pronunciar una sílaba en respuesta a la mirada interrogadora y suplicante de Roy, y a la petición que este murmuro.

-Dime que me perdonas. Me harías tan feliz, con esas simples palabras.- agrego al ver el rostro de sorpresa de Riza.

Al escucharlo pronunciar aquellas palabras, clavo en Roy una larga mirada y sonrío con amable tristeza. Permaneció callado, contemplando el rostro sonriente de la teniente, que ahora lo miraba fijamente. Y de pronto en el dorado misterio de sus ojos adivino su respuesta.

Se llevo una mano al bolso y sintió la caja que se encontraba dentro de su bolsa. sabía lo que era se lo habían entregado desde hace unos días, al ver el trabajo final sonrió gustoso lo cerro y salió con él. Desde aquel día no lo había vuelto a abrir, pero supo que ese era un buen momento para hacerlo. Se acerco hacia ella y volvió a contemplarla. Al ver que el corazón de Riza cedía poco a poco, le hablo una vez mas.

-Y serás mi esposa?.- agrego interrogativamente.

Mientras la apartaba de él y extraía de su bolsa una pequeña caja de piel negra, la abrió con dedos temblorosos. En su interior albergaba un anillo; era una pieza sencilla pero delicada y no por eso dejo de ser majestuosa, la sortija era delgada, algo frágil, se hubiera pensado, por sobre el color dorado resaltaban pequeños destellos provenientes de unos finos diamantes los cuales simulaban ser una flor. Tal y como lo dijera Mustang ese anillo reflejaba la personalidad de la teniente, delicado pero al mismo tiempo mostraba una firme resistencia, pequeño pero que se destacaba por sobre las demás cosas; en fin todas las cualidades de Riza se transmitían en ese pequeño anillo.

-"yo... " -Riza sentía como si su voz sonara como un susurro, su mente ajena a todo lo que estaba sucediendo no le dejaba pensar con claridad, y es que todo estaba pasando tan rápido. Él, Roy frente a ella, primero con esa mirada que pedía a gritos su consuelo; después sus disculpas y por último una propuesta de matrimonio , todo fue tan repentino que ella no supo como actuar o pensar.

Sintió un impulso que le pedía a gritos que saliera corriendo cuanto antes y se alejara de él, pero al recordar las palabras de Gracia, y los días de felicidad que había pasado al lado de Roy ese impulso fue relevado por uno que la hizo responder de forma un tanto torpe, pero con la firme convicción de que eso era lo que en realidad anhelaba. – "Claro que acepto ser tu esposa, Coronel." -coronel forma extraña de nombrar a una persona tan cercana .

-"Coronel." - respondió desconcertado ante tal muestra de respecto, aunque rebosante de felicidad al escuchar las primeras palabras de la mujer. -" Aun no me has perdonado del todo, no debes de ser tan formal sabes."

Hablaba mientras sacaba el anillo de la caja, antes de introducirlo en el dedo de ella, le mostró la inscripción que se leía en el interior de este, la cual rezaba "Riza te amo, nunca lo dudes". Sonrió al recordar la primera vez que le dijera esas mismas palabras al tiempo que extendía su mano.

-"Esta bien, me encantaría ser tu esposa Roy" - rectifico una vez mas su respuesta. Ahora observando el anillo que lucía su mano para después desviar su mirada al rostro de Roy. El cual esbozaba una sonrisa al escuchar aquellas palabras, que eran para el. Como las palabras que tanto anhelan escuchar los esclavos cuando se les concede su libertad. Y es que así se sintió Roy , esa nube de vaga tristeza que lo había acompañado todo ese tiempo ahora se desvanecía, con esas simples palabras de amor.

Al encontrarse una vez mas sus miradas, Roy la tomo por la cintura y la levanto mientras daba una vuelta con ella. Cuando sus pies tocaron de nuevo el suelo, los brazos de Riza se encontraban alrededor del cuello del alquimista, acerco su rostro al de él y cerro su promesa llevando sus labios a los de el, mientras que sus rubios y sedosos cabellos se mezclaban por momentos a las mechas negras de Roy.

Esa noche Riza no regreso a su departamento. Despertó debido al sonido de una alarma. El sol aun se encontraba en lo bajo, estaba por estirar su brazo para apagarlo cuando un brazo masculino desnudo se le adelanto, giro el rostro desconcertada. Al toparse con el pacifico rostro de Roy aún durmiendo; supo que lo que había vivido la noche anterior no había sido un sueño, permaneció un rato mas velando el dulce sueño del alquimista, sin duda debía de estar soñando con algo agradable pues sus labios se curvaban dibujando una sonrisa.

Diez minutos después de que apagara el despertador Roy abrió los ojos y se vio reflejado en unas pupilas color ámbar que lo observaban con detenimiento. Hubiera podido permanecer mas tiempo de esa forma, pero sabía que para alcanzar otras cosas hay que sacrificar otras tantas. Se levanto de la cama, después de darle los buenos días, se metió al baño. Tomo una rápida ducha y cuando salió Riza le pregunto.

-"vas a ir al Cuartel."

-"Desde luego." -al escuchar la determinación con que hablaba, Riza se sorprendió.- "hoy todos deben de saber que pronto serás mi esposa."

-"Roy."- repetía al tiempo que le arrogaba una almohada

-"Ey! Que quieres no lo puedo evitar o prefieres que salga y lo grite ahora mismo. Por cierto tu no vas a ir."

-"Bueno aquí no tengo el uniforme, así que solo me baño y voy a mi casa por el."

-"Entonces anda te llevo." -Se ofreció gentilmente a llevarla.

Para cuando Riza salió de bañarse, y vestirse se encontró con que Roy ya había preparado algo de comer, café para él, té para ella y fruta para ambos. Ya en el departamento de la teniente, Roy espero en el sillón mientras jugaba con Black Hayate.

Llegaron a la oficina antes que los demás, Riza se instalo en su escritorio comenzando a trabajar en los documentos que en éste se encontraban. A ratos desviaba su mirada de los papeles para observar el anillo que adornaba su dedo, lo observaba por décima vez cuando estucho la voz del coronel.

-"me alegro que te haya gustado."

-"eh, que a que te refieres."

-"al anillo."- respondió señalando con la vista el anillo de la teniente

-"Si, es hermoso, gracias."- dijo mientras se ponía de pie, tomando al mismo tiempo algunos papeles recién firmados por Roy y salía de la oficina. Roy junto sus manos y apoyo sobre el arco que se formaba su cabeza mirando fijamente la puerta de entrada.

-"Valla Coronel no creía que le emocionara tanto nuestra llegada."- bromeo Havoc al ver la sonrisa en los labios de Roy cuando los cuatro militares entraban.

-"Cierra la boca Havoc quieres."

-"Si ya se." - decía a regañadientes mientras encendía su cigarrillo

-"Taisa hoy se le nota mas feliz que de costumbre."- preguntaba Fuery

-"No me digas que finalmente han autorizado el uso de faldas para el personal femenino." - pregunto esperanzado Breda.

-"No, nada de eso se trata de algo mucho mejor."- respondía, señalando de nueva cuenta con la vista hacia la entrada, aclarando las dudas de sus subordinados.

-"Teniente Hawkeye nos alegra saber que ya esta recuperada y de nuevo con nosotros."- saludo Farman a la joven que entraba en esos momentos, comprendiendo de pronto a que se debía el buen humor de Mustang.

Todos pensaron lo mismo que Farman. Sin lugar a dudas la presencia de la teniente era lo que había mejorado el animo de Roy. Pero sin siquiera darse cuenta la vista de Havoc se había fijado en la mano de Riza descubriendo con esto el anillo. Codeo suavemente a Breda volteando a ver a Havoc e inmediatamente a seguir con su vista a donde miraba él, fue grande su sorpresa al descubrir tal sortija luciendo en el dedo de la teniente, instintivamente golpeo a Fuery y este a su vez a Farman. Los cuatro hombres quedaron estúpidamente observando la mano de la teniente. Mustang al notarlo giro instintivamente su vista hacia ese lugar ; y después de observar el rostro de Riza la cual al notar en los ojos de éste lo que pensaba, asintió resignada. Roy les hablo.

-"Como pueden darse cuenta, la teniente Hawkeye ha aceptado convertirse en mi esposa." - hablo sin mostrar algún tipo de emoción.

Riza al escuchar tal declaración suspiro resignada, logrando con esto que unas mechas doradas de su frente se levantaran brevemente. Antes de que alguno de los cuatro dijera palabra alguna se voltearon a ver, mientras que sus ojos revelaban toda la sorpresa que había en ellos. Havoc fue el primero en gritar, mas que hablar felicitaciones para ambos, a este se sumaron los gritos de euforia de Breda, Fuery y Farman.

-"urra, urra! Felicidades teniente Hawkeye, coronel Mustang." - los vitoreaban mientras le tomaban de la mano a Riza o Roy y la movían. Tal y como lo hace un superior y subordinado cuando este recibe un honorario y muestra ese respeto con el simple estrechar de manos, después le siguieron los abrazos y las palmadas en el hombro, limitadas solo a Mustang.

Cuando los "felicidades", " me alegro por ustedes", "ya iba siendo hora" y demás felicitaciones se agotaron, los militares se dedicaron a tomar fotos, y a realizar toda la lista que se necesitaba para empezar con la planeación de la boda. Riza y Roy solo observaban y atendían contentos a las peticiones de sus compañeros. Prefirieron no molestarlos y quitarles la ilusión a los cuatro; ya que en esos momentos se dedicaban absolutamente a ver los preparativos para la boda, uno hubiese pensado que era la boda de cada uno de ellos, pues nunca antes se les había visto tal empeño, al comienzo Riza y Roy solo se limitaron a observar, aunque al rato contagiados por la euforia de sus compañeros se vieron envueltos sin pensarlo en el proyecto..

La tarde había transcurrido y ese día en toda central no se hablo de otra cosa que no fuera la futura boda entre el Alquimista de Fuego y la Teniente Hawkeye.

Hasta el fuhrer, después de una larga y tediosa charla en la cual les recordó los motivos por los cuales estaban prohibidas las relaciones entre miembros de la milicia, termino cediendo antes los argumentos de ambos. Y la falta de leyes y tratados para disolver ese matrimonio. Solo le quedo aceptar gustoso la invitación que en breve le seria enviada.

CONTINUARA...


Bien, ahora si después de tantos cap. por fin el siguiente es el que les había prometido desde hace mucho el EdWin, tratare de subirlo lo mas pronto posible, todo depende de los review jeje..

TAO JUN SHINOMORI