Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Bueno, aquí está el nuevo capítulo de esta dulce y suave historia. Espero les guste, si es así por favor les pido que dejen los comentarios, votos y reviews correspondientes, muchas gracias!
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen son de Isayama Hajime, pero la historia es completamente de mi invención.
Advertencias: Nada, no hay.
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"El que se ruboriza ya es culpable; la verdadera inocencia no siente vergüenza por nada."
Jean Jacques Rousseau
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Cuando Eren llegó al trabajo Levi ya estaba logueado, se acercó y lo saludó, al igual que al resto del grupo porque había llegado la mayoría.
—Levi, ¿me dejas escucharte un momento? —pidió Camila—. Es que tú eres realmente bueno y quisiera aprender.
—Vas a perder minutos valiosos de atención.
—Pero serán minutos invertidos en aprender del mejor.
—Tch —respondió volviendo su mirada a la pantalla.
—¿Te molesta que te escuche?
—Sí, pero también tienes razón, tch, solo dos llamadas, es mi límite.
—¡Genial! Gracias, Li.
—Es Levi.
—Eren a veces te llama así.
—Camila no es Eren, tch, ¿vas a escuchar o vas a hablar?
—Escucharé —dijo corriendo su silla para ponerse cerca, realmente quería mejorar y sabía que podía aprender valiosos recursos de su compañero, de hecho Eren se lo había sugerido, que lo escuchara.
Levi atendió diligentemente una llamada, el cliente se puso difícil y terco porque indicaba que no tenía para pagar la deuda, el asesor le hizo varios ofrecimientos de cuotas pequeñas hasta que llegaron a un acuerdo, se comprometió en abonar la primera cuota entre ese día y el siguiente, luego de la comunicación Levi envió el acuerdo al whatsapp del cliente, ya había iniciado las gestiones en el otro programa que manejaban, de manera que cuando terminó la llamada ya tenía casi todo gestionado, cerró todo y retomó su labor.
—¡Wow, eres rápido y ágil —elogió la chica sorprendida.
—No hables, ya te lo dije —y luego retomó la siguiente llamada.
Levi llamó a dos clientes que no le atendieron y les mandó mensajes a sus celulares instándolos al diálogo para poder arreglar sus situación de mora, al fin la tercera llamada fue atendida por una mujer que hablaba fuerte y parecía molesta, se puso a explicar que ella había sacado un préstamo para un pariente que no había pagado y que ella estaba inmersa en deudas y no podía afrontar un solo gasto más. Levi escuchó atentamente sin interrumpir, pero cuando se puso reiterativa se impuso, le explicó con diligencia y palabras simples que de seguir dejando la cuenta en mora la situación se haría peor.
—Señora el banco nos ha informado que dispone de bienes a su nombre, en caso de que no pudiera responder sobre esta deuda dentro de los próximos seis meses se procederá al embargo ejecutivo de alguno o varios de sus bienes para saldar la deuda y los honorarios del estudio jurídico a cargo, más la actualización de los intereses por mora, si lo analiza mejor esta medida la va a perjudicar mucho más a que tratemos de arreglarlo ahora. Tengo planes de financiación muy bajos y puede pagarlos con tarjeta si no tiene el efectivo, ¿quiere escuchar mi propuesta ahora o prefiere pensarlo y la vuelvo a llamar mañana?
La señora bajó el tono de voz y aceptó escuchar la propuesta, Levi trató de buscarle el monto más bajo de financiación y finalmente llegaron a un acuerdo, la mujer se largó a llorar y le contó que estaba embarazada, mal con el marido y que tenía otras dos bocas que alimentar. Levi fue firme pero sin ser desalmado, tomó el pago de la primera cuota con tarjeta y terminó la llamada y las gestiones.
—Tch, cinco minutos, es una llamada larga, tch —se quejó.
—Son llamadas largas pero tuviste resultados increíbles —animó Camila.
—Vuelve a tu puesto, dijimos dos llamadas máximo.
—Lo sé, lo sé. Por cierto, Levi, creo que deberías usar ropa más casual, quiero decir, no vas a mostrar una mala imagen si eres un poco más flexible, al contrario, las cosas han cambiado mucho estos días, además eres lindo, destacarías más.
Levi se giró y la miró curioso.
—Quiero hablar de eso, pero no ahora, hay que trabajar, luego en el receso, y tampoco entiendo eso de ser flexible, no soy contorsionista.
—Lo sé, era un decir, y cuenta conmigo me encantaría asesorarte.
—Vete a tu puesto.
—Si, si, ya —Camila se rió, en esos días había intentado congeniar con Levi, era muy difícil acercarse porque él mismo ponía demasiadas barreras, sin embargo se le hacía interesante y divertido.
Iba aprendiendo muchas cosas sobre él, no era mala persona, tampoco tenía mal carácter, sino que era estructurado a un nivel alarmante, pero fuera de eso si se respetaban sus reglas y normas se podía encontrar un hermoso ser humano, además a ella le encantaban los retos.
Trabajaron diligentemente hasta el mediodía, tenían el break temprano a las doce, por lo que se desloguearon para ir a almorzar. Eren ya estaba esperando a Levi en la mesita de siempre, con lo que no contaban era con la presencia de Camila que fue a acompañarlos también sin ser invitada. Fue con su lonchera y se sentó de sopetón mientras Levi la miraba con seriedad.
—Holis —Saludó animosamente y abrió su tupper.
—Ya saludaste hoy temprano, tch —dijo el de cabello oscuro mientras revolvía su comida nervioso.
—¿Los molesto?
—No, está bien, Cami —dijo Eren sonriendo como siempre y Levi apretó los labios para no responder.
—Levi, no parece de acuerdo.
—Ya te sentaste, come de una vez —dijo el asesor y luego largó un suspiro.
—Hoy escuché dos llamadas fantásticas de Levi, ¡fue asombroso! Nunca había visto a alguien contestar con tanta diligencia y velocidad, ¡te admiro, compa!
—Me llamo Levi.
El hombre pareció relajarse con ese halago y al fin metió un bocado a su boca, aunque no le gustaba tener tantos ojos encima.
—Ya quisiera yo atender como tu.
—Debes llegar temprano, no conversar tanto, te distraes muy rápido y conversas demasiado con el cliente, no somos psicólogos, no estamos para escuchar los problemas que tienen sino para solucionar su deuda a través de un sistema de pago, eso.
—Levi —habló Eren con tono conciliador—, ya hablamos sobre cómo hay que dar consejos ¿recuerdas?
—¿Te ofendí con algo de lo que dije? —preguntó el asesor a su compañera.
—No, en absoluto, de hecho, tienes bastante razón a decir verdad, es que me da pena tener que interrumpirles cuando te cuentan cosas tristes.
—La empresa no tendrá pena cuando tenga que evaluar tu desempeño —soltó Levi con cruda coherencia, Eren lo miró alarmado.
—Bueno, tienes razón, tal vez debería ponerme más dura ¿no?
—¿Dura? —el de cabello negro entrecerró los ojos.
—Se refiere a ser más estricta en el trato con el cliente —Aclaró Eren.
—Ya, entonces sí.
—A pesar de que eres un poco brusco das buenos consejos, Li —dijo Camila animada.
—Levi.
—Li, Levi.
Eren notó que Jean levantaba la mano desde el otro extremo del salón como llamándolo, señaló su comida dando a entender que estaba almorzando pero el otro le insistió. Se excusó y fue a su encuentro se fueron juntos a otra sala donde estaban reunidos todos los supervisores, al parecer iban a hablar sobre el castigo a ambos supervisores ya que el plazo de cumplir la apuesta tenía vencimiento ese mismo día. Rico estaba animada hablando con Reiner e ideando maneras de hacerlos sufrir a sus compañeros.
—Podrían haberme llamado en otro momento, estaba almorzando —Se quejó Eren.
—Es que luego nos vamos todos y mañana Jean no viene —explicó la supervisora mirándolos con malicia.
—¿Y que pasó con tu beso y que me harías morder el polvo? —le dijo por lo bajo el de ojos verdes a Jean que le respondió de la misma manera.
—Más tarde te haré morder otra cosa.
—Oigan, no se emocionen, después de todo es un lugar de trabajo —les recordó Berthold.
Al final decidieron que ambos vendrían una semana entera vestidos con ropa de mujer y maquillados, ambos se negaron diciendo que eso sería visto como algo de mal gusto y que era misógino porque era como burlarse del sexo femenino, pero sus compañeros estaban emperrados en salirse con la suya, Eren se maldecía por haber aceptado semejante desafío tan estúpido.
—Pensar que no pudiste conseguir que tu asesor el rarito te diera un simple beso —se burló Jean en medio de la discusión y Eren ya estaba en su límite de tolerancia.
—No es "el rarito", se llama Levi, ten un poco de respeto, idiota.
—¿Por qué Eren esperaba un beso de mi parte?
Todos se giraron y encontraron a Levi en la puerta con unos papeles en la mano.
—Le-Levi ¿qué haces aquí?
—Toqué la puerta pero creo que por los gritos no me escucharon, el guardia me dijo que pasó la madre de Jessica para dejarte estos certificados que te los entregara —dijo con su voz tan robótica y se acercó para entregarle los mismos.
—Ah, bu-bueno, está bien, gracias.
—Estaban hablando de mí —insistió mirando a Eren fijamente.
Los otros supervisores se hicieron los desentendidos mientras miraban sus celulares u otra cosa.
—Sí, bueno, eso eh... era una broma de mi compañero.
—No era una broma —habló Jean acercándose—. Era un juego, hicimos una apuesta sobre si Eren conseguía un beso contigo más rápido que yo con otra persona.
—¡Jean! —exclamó Rico molesta poniendo los brazos en jarras.
—¿Qué? Es la verdad, no es para morirse es una simple apuesta.
Eren tenía sus facciones desencajadas pero Levi parecía seguir imperturbable.
—Levi, yo... lo siento, realmente no quería herirte, no se supone que te enteraras así, fue una tontería, una estupidez que hablamos entre todos, no tiene importancia —Eren trataba de explicar mientras sus pómulos se enrojecían y Jean trataba de no soltar una carcajada, el resto de los supervisores estaban sorprendidos.
—¿Tú estabas compitiendo en esa apuesta? —preguntó el asesor.
—S-sí, y lo siento.
—¿Y querías ganar? ¿Ganarle a éste Jean?
—Eh...
Levi se giró y miró al otro supervisor que había enarcado una ceja mientras se le desdibujaba la sonrisa del rostro.
—Señor Kirchtein, ¿usted ya ha ganado la apuesta? ¿Ha logrado cumplir lo que tenía que cumplir?
—No, no lo hizo —respondió Rico en cuenta de Jean que no decía nada.
—Entiendo, entonces —dijo girándose otra vez para encarar a Eren— ¿Eren quiere ganar o no?
—Y-yo, bu-bueno, s-sí.
Dicho lo cual Levi tomó su rostro con ambas manos, con mucha delicadeza pero con suficiente firmeza, e hizo que sus rostros se acercaran para plantarle un beso delante de todos los supervisores. Reiner y Jean aspiraron aire haciendo un ruido de asombro en el interín y Rico sonrió triunfal. Eren no daba crédito a lo que sucedía y no sabía como reaccionar. Levi se alejó luego de unos segundos y miró a los supervisores.
—Con esto Eren gana, ¿cierto?
—Más que seguro —contestó Rico.
—Bien, me voy a loguear ya voy dos minutos tarde, tch.
Y se retiró.
—¡JAH! ¡IN YOUR FACE, CABALLO! —Gritó Reiner a todo pulmón, mientras él, Rico, berthols y Armin, que no había dicho ni pío hasta ese momento, se ponían a saltar festejando la derrota de Jean.
—¿Qué? —Tanto Jean como Eren estaban asombradísimos con los resultados y les tomó varios minutos poder procesar lo que había sucedido.
Eren volvió a su puesto callado y serio, no es como si evitara a Levi pero tenía una culpa carcomiéndole el pecho, porque a pesar de que Levi se portó de esa manera en verdad se sentía mal de haber pensado en usarlo para su beneficio. Definitivamente tenía que hablar con él y disculparse. Ahora que había empezado a conocerlo un poco más empezaba a entenderlo mejor, se daba cuenta que era una excelente persona. Levi tejía para bebitos de escasos recursos del Hospital Municipal, cuidaba siete gatos viejos y enfermos como si fueran reyes, era un excelente asesor y aunque no se le daba muy bien conversar también ayudaba a sus compañeros, ¿y él? Él era un cretino aprovechado que jamás pensó en los sentimientos ajenos. Joder, si su madre viera su comportamiento se sentiría muy avergonzada.
Estuvo rumiando sus pensamientos el resto de la jornada, varios asesores se quedaron a hacer horas extras entre ellos Levi y aunque podría haberse ido prefirió quedarse a terminar unos reportes y de paso aprovechar la salida para hablar con él, tenía que hacerlo o no podría conciliar el sueño adecuadamente. Al fin las tres horas extras llegaron a término y vio a Levi guardando todo en su mochila, apelando a toda su valentía inspiró fuerte y se le acercó.
—¡Levi! Espera, ¿te vas a tu casa ahora?
—Hoy sí, tenía que ir al super pero no hice la lista, tch, iré a casa.
—¿Puedo acompañarte?
—Pero tengo que tomar el transporte.
—Sí, sí, te acompaño a la parada, ¿no te molesta, o sí?
—No, vamos, ¿Eren quiere conversar?
—Sí
Salieron de la oficina y caminaron un trecho hasta alejarse del edificio del call center, entonces Eren le pidió que se orillaran un momento.
—Escucha, con respecto a lo que sucedió hoy, yo... necesito pedirte disculpas.
—No entiendo, ¿por qué deberías disculparte?
—Por lo de la apuesta.
—¿Eso es malo?
—¡Claro que lo es!
—¿Por qué?
—Porque iba a usarte, por eso, para poder cumplir, realmente necesito disculparme contigo.
—Yo no veo porqué.
—¿No? Tú... ¿no estás molesto? ¿Ni un poco?
—Sí, estoy molesto, no hice la lista del supermercado, algunas cosas me acuerdo pero otras no y si voy iré a perder tiempo y probablemente compre cosas que no necesito y y no compre cosas que sí y eso me molesta.
Eren lo miró asombrado.
—Yo quiero decir si no estás molesto por lo de la apuesta.
—Ya respondí a eso, ¿por qué preguntas tanto al respecto? ¿No quedó explicado? No estoy molesto por eso, Eren.
—Es que, bueno, cualquiera se enojaría de que lo usaran para ganar una apuesta, por eso...
—Yo no, ya te lo dije, a mí me pareció bien.
Eren abrió los ojos sorprendido de nuevo por la respuesta.
—¿Te pareció bien?
—Sí, porque gracias a la apuesta Eren y yo conversamos más ahora, y viniste a mi casa a conocer a los reyes, cierto, te mandaron saludos, casi lo olvido. Según lo veo gracias a eso nos conocemos más y eso es bueno. Joder, viene el colectivo, pero necesitaba hablar más.
—Hoy es jueves, es día de visitas, ¿puedo ir a tu casa?
Levi se refregó los dedos nervioso.
—Es para que podamos terminar de hablar —Levi miró su reloj y asintió, entonces ambos tomaron el transporte.
No se dijeron nada en todo el trayecto, Eren estaba perdido en sus pensamientos, intrigado por lo que Levi quería decirle considerando que no era de hablar demasiado, excepto de la lluvia y las cosas que le gustaban mucho. Además más intriga le generaba el que no estuviera molesto cuando él mismo se sentía completamente culpable. También lo había besado con bastante resolución y quería aclarar la situación para que no se malinterpretara, aunque no había sido desagradable.
Eren compró una gaseosa en el camino aunque su asesor le dijo que no era necesario y también cuatro sobres de alimento húmedo para los reyes, que de eso no se quejó. Llegaron cerca de las siete y media y Levi lo dejó esperando en el living. Lo escuchó soltar unos suspiros y algunos "tch", pero luego se apareció con una bandeja, vasos, galletas saladas y algunas preparaciones. Luego se retiró un momento para darle de comer a los reyes y entonces regresó.
—De haber sabido que venías hubiera tenido más variedad —soltó a modo de queja, sirvió bastante gaseosa para Eren, mucho menos para él y luego lo miró de reojo.
—Ya, no hay que ser tan formales, no necesito tantos preámbulos para venir a visitarte un rato. Además más importante es eso que me querías decir.
—Bueno, yo quería decir que Eren es importante y yo quería acercarme a ti como persona pero no sabía cómo, nunca sé, ya te lo dije pero te lo repito porque siempre necesitas que te repitan las cosas, no se me da bien tratar con los demás. Para mí las cosas con reglas son más fáciles: "Levi llama a esta persona, dile esto, maneja el sistema, la novela es a las nueve", ¿ves? Pero cuando hay que hacer estas cosas que no tienen reglas es demasiado difícil para mí. Eren, ¿hay alguna cosa difícil para ti? ¿Algo que estés completamente seguro que no podrás hacer jamás? Como tocarte la punta de la nariz con la lengua.
—Oh, bueno, yo soy alérgico al maní, si como un poco seguro me muero.
—Ah, es demasiado extremo, ¿algo que no te mate?
—Veamos, no me gustan mucho las alturas, supongo que tirarme de paracaídas sería algo en extremo complicado para mí.
—Bien, poder caerle bien a las personas para mí es como tirarte en un paracaídas para ti, a veces hablan con esas comparaciones tan confusas debo estar con todos mis sentidos atentos para no perderme nada y aún así a veces no entiendo que quisieron decir, es algo agotador y difícil.
—Ya veo, por eso eres solitario.
—No, no soy solitario, la gente no se me acerca, así que no soy solitario por elección. Sé que es por cómo digo las cosas, pero no puedo decirlas de otra manera, es así como soy. Intenté muchas veces cambiar, bueno, he cambiado un poco con Eren. Para mí es más fácil hablar con los reyes.
—¿Hablas con los reyes?
Levi miró a Eren fijamente y luego continuó.
—Ellos no usan palabras, usan sus luces y... yo les entiendo. Lo sé, eso es raro.
—En realidad no, quiero decir, mi papá habla con sus plantas, él dice que crecen más lindas y felices si lo hace, creo que me acostumbré, así que no me parece raro que hables con los reyes, de hecho ellos parecían entenderte muy bien también.
—Por supuesto, es muy fácil, ellos no entienden cosas que no son, si les digo "esto comerán, hay que ir al doctor de reyes, no peleen" y cosas así, ellos entienden. Nunca me han engañado aunque a veces quieren aprovecharse entre ellos mismos, pero luego se arreglan, nunca me han mentido, ni han prometido cosas que no pudieron cumplir, por eso yo prefiero pasar tiempo con los reyes. El resto, la gente, son complicados y eso de la doble intención, uf, es una cosa bien difícil, yo no entiendo eso y entonces se burlan. Pero aún así hay personas como Eren que... no sé me parece algo bueno poder conocerlas un poco más.
—¡Vaya! Yo en verdad no me imaginaba que era tan complejo para ti. Supongo que por eso el incidente de la apuesta de hoy no te parece malo.
—Es que no lo es.
—Mira, entiendo que te cueste entenderlo per-
—No, eso no me cuesta, no ha sido malo, será mejor que me explique, si los supervisores no hubieran organizado ese evento... tal vez Eren y yo no nos hubiéramos conocido mejor, por eso es bueno. Sé que no soy como la mayoría de las personas pero si me esfuerzo, ¿podemos seguir conversando como hasta ahora? Te haré de las tostadas que te gustan, también.
Se miraron un rato y Eren sintió que se le removía algo, los ojos de Levi a pesar de que su rostro no fuera muy expresivo estaban llenos de emociones, es como si vibraran ansiosos esperando su respuesta. Lo cierto era que fuera de la apuesta no estaba tan mal conocer a otra persona, especialmente alguien tan excéntrico como Levi, era una experiencia completamente diferente a lo que Eren había vivido hasta el momento.
—Ya veo, supongo que tienes razón, es una cosa buena esto de conocerse.
—Y me gustó besarte también, ¿te traigo papas fritas? Compré un paquete el otro día, Lays sabor crema de cebolla, personalmente me parecen horribles pero son tus preferidas, puedo calentar un poco de queso chedar para que las untes ahí. Las papas son solo para Eren, yo no como esas porquerías.
El supervisor sonrió inevitablemente al escucharlo y terminó aceptando el ofrecimiento.
—Sí, genial, gracias.
—Pero ahora vas a esperar porque son las nueve —dijo prendiendo el televisor, estaba en el canal de su novela—. Lo prepararé en los comerciales, ¿está bien?
—Sí, está bien. Oye, ¿puedes aclararme un poco cómo viene la mano con la novela?
Levi agarró su celular y lo manipuló unos momentos entonces le llegó un mensaje a Eren.
—Es un link, para que leas el resumen, léelo en silencio porque ya empieza.
—De acuerdo, ¿puedo pasar al baño?
—Segunda puerta a la derecha por el pasillo, si vas a cagar luego hecha el desodorante ambiental, por favor.
—OK.
Una vez dentro del recinto Eren comenzó a reírse, Levi era la persona más descojonante que hubiera conocido antes. Orinó y luego se miró al espejo. El baño estaba como el resto de la casa, inmaculado, pulcro, todo ordenado y brillante. Él siempre había pensado que Levi estaba muy a gusto siendo solitario y estando alejado de los demás, pero al parecer a él le gustaba interactuar (aunque a veces parecía todo lo contrario) es solo que lo dejaban mucho de lado. Bueno, no todos tenían la paciencia suficiente para tratar de entenderlo. Se lavó las manos, salió y se sentó a su lado, tomó algunas galletitas y comió mientras dejaba que su mente se embotara con esas actuaciones artificiales y poco creíbles, sin embargo Levi parecía embelesado por las mismas. Tal vez debería recomendarle otro tipo de programas, a él le gustaba mucho ver "The Good Doctor", una serie americana donde un médico con autismo se robaba el protagonismo con su brillante mente debido a que también tenía una condición que se llama síndrome de Savant (síndrome del sabio) ¿Cómo era el nombre del protagonista? Sh... ¿Jean? Nah, no se llamaba como ese estúpido, ¿cómo era? Ah sí, Shaun Shaun algo.
Comió un poco más y desconectó su mente de la sosa novela. Shaun era algo similar a Levi, es decir, ambos eran pésimos para relacionarse con las personas, muchos lo evitaban como la peste y tenían fuertes prejuicios por su condición, su forma de hablar y mirar, debido a estos lo subestimaban y no lo tomaban en serio. Frunció el ceño, ahora que lo pensaba mejor, ese doctor se parecía mucho, MUCHO a Levi, es decir salvando las diferencias, había ahí un patrón bastante similar. Fue como si una luz se le hubiera encendido en la cabeza, antes de decir algo Levi se giró y lo miró sorprendido. Levi había visto ese "destello" en los colores de Eren que le llamaron la atención.
—Lo siento, hablaré cuando salga la publicidad.
Se excusó y luego se dió cuenta que al parecer Levi le había leído la mente porque se giró de inmediato, ¿Levi no leería la mente, o sí? Joder, ¿qué tonterías estaba pensando? Bebió un trago de la gaseosa y se quedó pensando en que tantas coincidencias entre Shaun y Levi no podían ser meras coincidencias. Cuando se lo presentaron, hacía ya un año al menos, Levi venía de un grupo que trabajaba por la tarde, su supervisor vivía quejándose de él, que era grosero, atrevido y despectivo en su trato. El jefe de piso había sugerido su remoción a otro grupo, pero nadie del turno tarde quería recibirlo porque este supervisor le había hecho muy mala fama. Eren miró su tablero de resultados, eran excepcionalmente buenos, entonces se ofreció a recibirlo. Tal vez le pareció que hacía comentarios de vez en cuando un tanto ríspidos, pero en general le parecía un asesor excelente, y descubrió que lo era, ahora que lo empezaba a conocer mejor se daba cuenta que además era una persona destacable en muchos sentidos.
Una vez que vinieron los comerciales Levi de puso de pie como un resorte y fue a la cocina a preparar un cuenco con las papas y otro lo puso en el microondas con el queso chedar, se quedó mirando hacia dentro del aparato, viendo como se derretía la cosa amarilla esa y comenzaba a burbujear, entonces lo sacó, colocó todo en una bandeja, puso servilletas de papel a un costado y lo llevó. Menos mal, aún no empezaba de nuevo la novela.
—Muchas gracias —dijo Eren y se acomodó mejor para poder servirse, eso se veía apetitoso—. Luego que termine esto quisiera sugerirte algunas cosas para ver.
—¿Como la lluvia? A mí me gusta mucho ver la lluvia caer.
—Me refería a la televisión, series, programas, no sé tal vez sean de tu agrado.
—Bueno, pero me gusta esta novela.
—Sí, es notable.
Definitivamente Levi era muy parecido a Shaun... y también un poco como Sheldon Cooper ese de la serie esa, ¿cómo era el nombre? ¿Qué pasaba con su memoria? Bueno, la serie esa de científicos. Entonces, Levi tenía algo ¿no? Mejor sería preguntarle directamente en vez de hacer suposiciones, o tal vez ni él mismo supiera, en fin, mejor preguntarle, ¿pero cómo hacerlo sin que pareciera una acusación?
—¡No! —exclamó el asesor y lo sacó de sus pensamientos, aunque su semblante no había cambiado gran cosa se mantenía concentrado a más no poder en el televisor frente a ellos.
—¿Qué sucedió?
—La pobre Rita... se va a morir, ¡qué triste!
Su voz carecía de expresión, pero al parecer era algo importante.
—Mmm, solo la atropellaron, es para generar expectativas, es obvio que no va a morir, digo es la protagonista por lo poco que pude ver.
—¿Estás seguro?
—Sí, totalmente.
—Pero mira está internada, el doctor dijo muy grave.
—Sí, pero es normal, siempre tienen que poner al protagonista en aprietos para mantener a la audiencia cautivada, es así.
—Oh, parece que sabes de lo que hablas —Suspiró quedo y luego de un bloque más terminó el programa.
—¿Tú no vas a comer papas? Están deliciosas.
—Mmm, no es muy sano, y luego si recargas el estómago te dan pesadillas, eso dice doña Armenia, pero ella no es de ese país, ese es su nombre.
—Veo que es alguien que escuchas bastante.
—Hablamos casi todos los días, así que la escucho bastante.
—Oye, ¿puedo saludar a los reyes?
—No sé si estarán despiertos, después de comer se duermen rápido, iré a ver.
La mitad de los reyes dormían, sin embargo Eren entró haciendo el menor ruido posible y saludó a los despiertos. Luego él y Levi volvieron a la sala donde ya estaba todo limpio, el hombre había aprovechado mientras Eren estaba con los reyes.
—Bueno, es tarde, será mejor que me vaya. Escucha Levi yo, quería preguntarte algo, no busco molestarte ni mucho menos, pero quisiera saber, tú... ¿tienes autismo?
Por primera vez Eren vió una expresión de miedo en su asesor que abrió bastante sus ojos y se quedó de piedra.
—Tengo derecho a guardar silencio, es un derecho civil —respondió una vez pareció reponerse.
—Hey, tranquilo, no es para alarmarse, puedes confiar en mí en se-
—Vete, ya es hora que te vayas. No pienses más en eso, yo puedo hacer todas las cosas que cualquier persona normal puede y probablemente las haga mejor, toma —dijo tomando la mochila del supervisor y empujándosela en el pecho lo obligó a caminar hasta la puerta de entrada la cual abrió de inmediato—. Buenas noches, Eren.
—Espera, espera, no te pongas a la defensiva, entiendo que te incomode, pero solo que-
—Adiós —Y le cerró la puerta literalmente en las narices.
Eren suspiró y frunció el ceño molesto, entonces tocó el timbre. Levi abrió una pequeña rendija y lo miró desde allí.
—Mi celular quedó en tu mesa ratona, ¿será que me lo puedes devolver?
Levi regresó, tomó el aparato y por la misma rendija se lo pasó.
—Ahí tienes.
—Gracias —respondió con evidente irritación y se retiró.
Levi cerró la puerta y puso el cerrojo y la llave, luego volvió a chequear todo, entonces cerró los ojos sintiendo que se descomponía. Esto de conocerse "tanto", tal vez no era tan bueno como había creído.
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By Luna de Acero.-
