Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Esta es la primera de una lluvia de actualizaciones y cositas nuevas que voy a estar subiendo a diario, desde hoy hasta Halloween.
Sí, estuve con Covid19, no fue la gran cosas, menos mal, no a todas las personas les toca tan fácil lidiar con esa mierda de virus. Además estuve muy enfocada en mi trabajo, tratando de hacer algunas comisiones de recuperar gente morosa (me pagan por eso y necesito el dinero), lidiando con las tareas de mamá y cabeza de familia. También estuve en una especie de agujero negro que me drenó por completo y no podía escribir ni una frase. Bloqueos, ya saben, cosas de escritores (¿).
Los extrañé mucho, mis amados. Y muchos de ustedes siguieron apostando a mí, siguieron esperando, siguieron dejándome reviews, kudos, hasta me crearon una página en FB para poder apoyarme, ¿qué más le puedo pedir a la vida? Bueno, le puedo pedir algún día editar libros que se vendan y que me permitan vivir y alimentar a mi familia, con eso me doy por bendecida.
Mientras tanto ustedes son la sal de mis días. Les pido disculpas, no son suficientes, lo sé, pero es que soy humana, imperfecta y muchas veces me quedo en un rincón incapaz de hacer nada, hasta que un día el volcán de palabras de mi interior explota y no puedo parar de escribir y escribir y escribir.
Que nunca se agoten las palabras! Y por favor, universo, te pido que nunca, nunca se agoten las ganas de ustedes de querer leerme un poquito. Los amo.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen son de Isayama Hajime, pero la historia es completamente de mi invención.
Advertencias: Agradables sorpresas, fluff, sentimientos.
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La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.
Rabindranath Tagore
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Eren se quedó unos segundos en silencio, sin saber muy bien qué decir.
—Bueno, eh, me tomaste desprevenido —dijo al fin rascándose la nuca.
—Entiendo, algunas respuestas hay que pensarlas bien —dijo mientras se preparaba otra tostada, Eren aún estaba perplejo y lo miraba atentamente por lo que Levi lo miró de regreso—. ¿Qué? ¿Quieres una tostada con queso? Son muy ricas.
—Levi, tú... ¿desde cuándo es que te sientes así respecto a mí?
—Desde siempre, ¿quieres una tostada o no? Así te preparo una o me como ésta.
—Puedes comer esa, no quiero, gracias. ¿Desde siempre? ¿Cómo...?
—¿Cómo? Te vi y tu luz me pareció linda y luego ya te conocí mejor cuando me llevaste a tu grupo, eres amable, y... Sshhh, ya volvió la novela —dijo mientras se concentraba en la televisión.
Eren estaba muy sorprendido en verdad, tal vez había una leve sospecha, pero no esperaba una confesión tan sincera de repente, ¿qué debería hacer? Esperó callado a que terminara el bloque, sus pensamientos estaban bullendo como un hormiguero dentro de su cabeza. No sabía cómo sentirse al respecto, miró de reojo el perfil de Levi, bueno era un hombre apuesto pero... pero era demasiado extraño, muy normal no era, debido a esa condición que tenía. Momento, ¿estaba considerando la propuesta? No, no estaría bien que dos empleados salieran. Ugh, él había hecho de todo con Jean, ese argumento quedaba descartado, no podía ser tan doble moral. El tema era que que... Levi no le gustaba en ese sentido, tal vez un poco, ¿tal vez era curiosidad? Estaba confundido.
—¿Qué sucede, Eren? Tu luz está bastante alborotada y me distrae —Le habló Levi una vez que volvió la tanda publicitaria.
—Oh, es que, yo no consideré que tú me veías de esa manera.
—¿Verte cómo? No soy miope, te veo bien.
—No, no, es decir... No me siento muy cómodo con lo que me preguntaste.
—Ya veo, bueno es simple, solo me dices que no quieres y ya. Aunque tal vez sería mejor si nos conociéramos más, si nos conocemos tal vez le guste un poco más a Eren —dijo mirándolo con tranquilidad, el supervisor sonrió al fin.
Levi podía ser extraño, pero no era tan complicado de tratar, después de todo no era una persona mentirosa y era verdad que se estaban conociendo mejor, al menos tenía que ser honesto.
—Mira, yo no consideré que nosotros podíamos tener una relación como novios, por eso me sorprendí. Me agrada pasar tiempo contigo, me gustan los reyes y... bueno, las novelas no son lo mío, pero tal vez deberíamos conocernos más como tú dices, aunque no quiero que te sientas defraudado si luego, bueno, las cosas no van como tu esperas, ¿entiendes?
—Mmm, desde un principio no esperaba nada, es así. No esperaba que vinieras a mi casa o que quisieras que fuéramos cercanos, a veces es así, las cosas surgen sin que las esperes. A lo mejor en tu corazón también surge amor hacia mí, nunca se sabe, el amor es inesperado.
Eren sonrió mucho más tranquilo y suspiró con sentimiento, luego miró hacia la televisión.
—Oh, la novela empezó.
Levi le bajó el volumen y luego volvió a mirarlo con atención.
—Lo sé, pero esta es una charla importante, las charlas importantes van primero que la novela, es así. A mí me gusta pasar tiempo con Eren y si Eren viene a mi casa a él también le debe gustar, eso se llama lógica.
—Sí, eso es cierto. Además me gusta pasar tiempo con los reyes.
—Entonces nos vamos a conocer mejor, no se deben tomar decisiones sin que uno conozca bien todas las posibilidades.
—Sin expectativas —advirtió Eren, Levi asintió—. Sin forzar las cosas y situaciones.
—Solo te dije que nos conozcamos mejor, ¿o piensas que voy a obligarte a hacer algo? Yo no hago esas cosas, los reyes están por su voluntad por si quieres saber.
Eren comenzó a reír y se relajó al fin. A lo mejor no estaba acostumbrado a una relación sin mentiras de por medio, era algo diferente, tal como Levi.
—Ah, se terminó la novela.
—Supongo que ya tengo que irme para dejarte descansar.
Levi tomó el control del televisor y se lo ofreció a Eren.
—Puedo estar despierto un poco más, Eren puede enseñarme lo que le gusta ver también.
—De acuerdo —Hizo un poco de zapping hasta que dio con un canal de deportes, justo estaban anunciando una pelea de la UFC—. Esto me gusta, ¿las conoces?
—Sí, pero la violencia no es buena.
—Bueno, es un deporte aunque a muchos no les guste, pero si te incomoda buscaré otra cosa.
—No, está bien. Quiero ver una pelea, nunca he visto una completa, solo en comerciales —Comentó mientras no despegaba sus ojos del televisor.
Raulian Paiva iba a luchar con Mark de la Rosa en la categoría de peso mosca, era una pelea vieja que estaban volviendo a emitir, pero Eren hacía un buen tiempo que había dejado de seguir los rankings así que no tenía idea del resultado. Viendo el interés de Levi, dejó a un costado el control, hubiera matado por una cerveza.
—¿Quieres beber algo con alcohol? Tengo dos latas de cerveza en la heladera, no son mías, son de Petra, pero puedo reponerlas luego —Ofreció Levi, Eren lo miró sorprendido.
—¿Me leíste la mente? —dijo entre nervioso y escéptico.
—No, tengo buena intuición, ¿entonces, quieres? Porque está por comenzar y cuando empiece no me voy a levantar.
—Bueno, sí.
Levi se puso de pie, buscó una lata y regresó, era una Budweiser rubia y estaba bien helada.
—No deberías beber durante la semana laboral —dijo antes de sentarse y Eren sonrió mientras abría esa delicia.
—Una cerveza no te hace nada.
—He visto a gente caer borracha solo con una lata o menos. Comerciales de nuevo, últimamente hay más comerciales que emisión de programas.
—Mmm, siempre puedes entrar a Netflix y ver series sin los molestos comerciales.
—Oh, pero mi televisor es un LCD, no sirve para Netflix.
—Puedes descargar la aplicación en tu celular o puedes verlo desde tu computadora, si es que tienes una.
—Tengo la de la empresa.
—No, esa no, me refiero a una personal. O a lo mejor comprarte un televisor inteligente.
—Lo pensaré.
—Yo tengo un Smart TV, me lo regaló mi papá el año pasado para mi cumpleaños, es de cuarenta pulgadas, compré un home theatre de esos profesionales para potenciarlo y se escucha genial, es como estar dentro de un cine. Te lo digo, hay una vida antes y después de eso, deberías probar.
—¿Podríamos ver Netflix en el televisor de Eren?
Eren se atragantó un poco con la cerveza y luego miró a Levi para reírse, aunque su asesor no entendía qué sucedía, ¿era gracioso lo que había dicho?
—Lo siento, es que... por lo general cuando alguien dice que va a ver Netflix contigo es porque, es como un código, o sea, es una referencia a... hacer otra cosa, ¿entiendes?
—¿A hacer qué cosa?
—Eh, bueno, a, a... tener sexo, eso.
—Oh. Bueno, también lo tomé como un código para ser honesto.
Eren dejó de reírse y lo miró asombrado.
—Pero no para tener sexo, yo lo dije porque quiero conocer la casa de Eren y su bonito televisor. Oh, pero si quieres tener sexo también está bien.
Eren volvió a reírse con ganas.
—Tú te ríes un montón, te estás divirtiendo.
—Disculpa, ¿a ti te molesta si me río mucho?
—No, al contrario, tu risa me gusta.
Se quedaron en silencio porque la pelea había comenzado, Eren sintió una agradable calidez con lo último que Levi había dicho. No se consideraba un romántico aunque era bonito escuchar ese tipo de halagos, le hubiera gustado preguntarle a Levi porqué él no sonreía, seguramente sería una expresión que le quedaría muy bien a su agraciado rostro.
Levi abrió grande sus ojos cuando los contrincantes se dieron los primeros golpes.
—¡Oh! —dijo encogiendo sus hombros ante una severa patada de Mark de la Rosa.
—¿Es muy rudo para ti? Mmm, podemos ver la fórmula uno si quieres.
—No, es solo que... uh, eso le va a doler un montón.
—Bueno, es una pelea vieja, ya debe haberse recuperado.
—No creo que sea bueno para el cuerpo humano golpearse así.
—Ya, cambiemos el canal.
—No, espera... es que, quiero saber quién va a ganar —dijo Levi intrigado y Eren le palmeó la espalda con fuerza.
—¡Ya, hombre, que te está gustando! ¡Admítelo!
—¡Uf! No está bien golpearse, pero...
—Si tanto te preocupa te digo que esta gente gana muchísimo dinero haciendo esto. Además solo lo hacen por un par de años. ¿Sabes? Cuando era más joven hice boxeo por un tiempo, incluso llegué a subirme a un ring y todo.
—¿De verdad? ¿Eren ganó?
—Pues no, era malo, ¡qué digo malo, era pésimo! Perdí las tres únicas peleas que tuve, pero resistí hasta diez rounds, di lo mejor de mí. Hubiera seguido intentándolo, no soy de rendirme tan fácil, pero mi madre lloraba demasiado y luego enfermó, así que no quise seguir preocupándola.
—Ya veo. A mí no me gusta pelear, tengo demasiada fuerza.
—¿Has estado en peleas antes?
—Sí, cuando era estudiante y luego en dos ocasiones el año pasado. Al principio no decía nada cuando otros chicos me molestaban, simplemente fingía que no los escuchaba y ya, contaba dentro de mi cabeza para ignorarlos. Pero luego comenzaron a romper mis útiles escolares, o robaban mis libros. Como mi madre no podía venir por muchos días, su familia la tiene muy ocupada siempre, entonces tenía problemas para hacer mis tareas porque me faltaban cosas. Doña Armenia, que se llama así porque es su nombre, no es de esa nacionalidad, me dijo: Levi, debes defenderte, devuélveles de la misma manera. Así que eso hice y luego estuve una semana en la cárcel.
—¿Qué? —Eren lo miró sorprendido.
—Sí, le pegué muy fuerte a este chico, Randal era su nombre, solo me defendí, por eso no pensé que lo lastimaría tanto. Igual solo estuve una semana, prometí no volver a pelear si ellos no rompían mis cosas, aunque nadie volvió a meterse conmigo después de eso. La violencia asusta, nadie volvió a almorzar conmigo, o a estudiar, o a sentarse cerca de mí. Fue bastante solitario —dijo soltando un suspiro—. Es difícil hacerse entender con las personas, a veces es como si todos hablaran idiomas diferentes, ¡tan complicado! Por eso con los reyes es más fácil y ellos no hacen tantas preguntas, bueno están viejos, han perdido mucha curiosidad.
—Vaya, es difícil imaginarte en una situación así, quiero decir, peleando.
—No te lo imagines. Oh, ya se terminó.
—Sí, a veces no gana el que mejor golpea, como ahora, mira, con una llave de sumisión es suficiente.
—¿Llave de sumisión?
—Se llama así a esos movimientos donde el otro no puede moverse, lo anulas y lo obligas a dimitir. Ah, igual fue una gran pelea.
—Duran poco.
—Si es por el título, como en este caso, son solo tres rounds de tres minutos cada uno. Si es otro tipo de competición, por lo general son cinco rounds.
—¿Y si ninguno somete al otro?
—En ese caso los jueces deciden quien gana.
—¿Son muchos jueces?
—Por lo general son tres, a veces están de acuerdo, a veces no. Por eso prefiero una buena llave de sumisión o un knockout.
—¿Nocaut?
—Mmm, es cuando golpeas a tu oponente y queda rendido en el piso, el otro no puede levantarse, queda aturdido o bien desmayado.
—Ya veo, suena a algo complicado.
—¿Estás interesado, eh?
—Es interesante, aunque no me gusta verlos lastimados.
—Bueno, ahora sí creo que es hora de irme —dijo Eren dejando la lata ya vacía sobre la mesita.
—Tengo otra lata si quieres, y... papitas.
—Tú realmente quieres que me quede un rato más, ¿cierto?
—Claro, es divertido pasar tiempo contigo. No tengo muchas personas para conversar.
—Pensé que no te gustaba conversar.
—No con todos, ni todo el tiempo, pero a veces como ahora sí. Camila es agradable, Petra también y tú. Con Armenia hemos conversado un montón, son mis personas preferidas para conversar.
—Ya que, trae esa otra cerveza, pero comparte un poco conmigo, es feo beber solo.
Levi trajo un nuevo vaso y repartió la mitad de la bebida en el mismo y le dio el resto de la lata a Eren.
—¿Seguimos viendo las peleas? —Consultó Levi.
—Nah, conversemos un poco —ofreció Eren divertido y Levi apagó el televisor y se giró con el vaso en la mano—. Así que... Petra fue tu novia.
—Sí.
—¿Mucho tiempo?
—Dos años y trece días.
—Oh, ese es un dato... muy preciso. Y, ¿qué pasó?
—Somos muy buenos amigos ahora.
—Ya veo, me refiero a qué pasó con ustedes dos, porqué dejaron de ser novios. Eh, tampoco te sientas obligado a contarme, tal vez estoy siendo un poco invasivo.
—No se puede evitar, Eren es Eren —el supervisor enarcó una ceja y luego Levi bebió un sorbo antes de hablar—. Petra es muy buena, es trabajadora, ama a los reyes, le gustan las novelas, es buena con los bebés, es linda, es-
—Sí, sí, ya me doy cuenta lo perfecta que es.
—No, no es perfecta.
—Quiero decir, no necesito una lista de sus cualidades, solo quería saber qué había sucedido entre ustedes que los llevó a terminar su noviazgo.
Eren sentía auténtica curiosidad, si Levi había tenido tantas relaciones anteriores que no llegaron a buen puerto, tal vez investigando un poco descubriera porqué lo habían dejado, o qué había de malo de salir con él, además de que era raro por naturaleza. Solo quería asegurarse que no era un loco obsesivo o algo como eso, no es que lo estuviera considerando para novio, claro que no... ¿O sí?
—Es que ella quería una familia —respondió Levi desviando la mirada y bebiendo otro trago mientras tamborileaba sus dedos nerviosamente sobre el cristal del vaso.
—Um, ¿no te sentías preparado para dar ese paso?
—Lo que sucede que ella dijo, ella quería casarse, eso está bien, yo también quería casarme —Eren abrió sus ojos a su máxima expresión al escuchar eso—. Pero luego ella quería tener hijos y eso no está tan bien.
—Claro, es que... ser padre es una responsabilidad muy grande —dijo sin saber muy bien cómo seguir con la conversación.
—Lo es, pero no es que me asuste criar un niño, los bebés me gustan. Es solo que... mi médico dijo que hay cerca de un veinte por ciento de probabilidades que un hijo mío salga con una condición neurológica como la mía o más grave, entonces no. No debo ser un padre biológico, es así, no me gustaría que... porque no podría protegerlo todo el tiempo y eso... Es mejor si es normal, es un mundo difícil para los que son como yo.
Eren se quedó mudo, sin dudas era un tema delicado en extremo, por curioso había caído en una conversación incómoda.
—Oh, entiendo. Aunque podrían haber adoptado, solo digo —trató de aligerar el ambiente.
—Sí, pero ella dijo que quería tener un embarazo propio, llevarlo en su vientre, está bien, ella merece una familia de su sangre, es lindo pertenecer a una.
—Ya veo. Lo siento.
—¿Por qué?
—Bueno, no funcionó, es un poco triste, creo.
—Oh, pero ahora somos amigos, es mi mejor amiga, aunque no tenemos tanto tiempo para hablar como antes. Además, a mí me gusta Eren ahora.
—Cierto —dijo sonriendo suave y bebiendo de nuevo.
—¿Eren tuvo novias también?
—No, a mí, a mí solo me gustan los hombres, aunque una vez tuve una noviecita en el kinder, aunque no creo que esa deba contar como una relación, después de todo solo compartíamos la merienda. Después ya de adolescente me di cuenta que solo me gustaban los chicos para novios o amantes.
—¿Qué te gusta de un chico?
—No lo sé, no es que exista un tipo exacto de persona que me guste. Veamos, alguien con el que uno pueda reírse, compartir cosas, que sea buena persona, que bese bien, y bueno que haya química, claro.
—¿Qué haya química? —dijo frunciendo levemente las cejas.
—Quiero decir, cuando hay piel, ¿entiendes? Cuando esa persona está cerca y uussh, sientes la electricidad fluir.
—Nunca sentí electricidad con nadie, excepto si te frotas con lana, pero no es una sensación agradable que yo recuerde, duele un poco, como un pinchazo.
—No me refiero a electricidad de electricidad. A ver, cómo te lo explico, es cuando la otra persona te enciende. No, espera, eso es peor, cuando te sientes atraído, físicamente, que quieres, ya sabes, desnudarlo y todo eso.
—¿Cómo tener ganas de hacerle el amor?
Eren sonrió, a veces él solo se enredaba y era más simple de lo que parecía, Levi era transparente y directo.
—Sí, eso.
—Puedo cumplir con tus requisitos.
—Pareces muy dispuesto.
—Lo estoy. ¿Puedo besar a Eren? Soy bueno besando.
—¿Siempre preguntas por todo?
—Sí, es lo correcto, ¿cómo sabría si la otra persona está de acuerdo o no si no pregunto?
—No es que esté mal, solo creo que a veces ser espontáneo es lindo también.
—Prefiero estar seguro, porque una vez quise ser espontáneo con éste Farlan y me llevé un cachetazo.
Eren bufó divertido y ladeó su cabeza.
—¿Intentaste besarlo y te golpeó?
—Oh, es que, bueno fue más que un simple beso, ya nos estábamos besando en realidad.
—¡Vaya! Así que Levi Ackerman tenía un lado espontáneo y pícaro también, ¿quién lo hubiera dicho?
Levi arrastró su trasero por el sofá acercándose un poco más a Eren y lo miró a los ojos, conectaron por algunos segundos en silencio, el supervisor se quedó asombrado del color de ojos de su asesor ya que nunca lo había mirado con tanto detenimiento. No podía mentir, Levi era hermoso y no solo de una manera física, es que había "algo más", algo que no sabía cómo definir pero que era atractivo.
—Entonces, ¿puedo?
Eren se sintió un poco nervioso, lo cual era extraño, sabía que Levi era una persona respetuosa y que estaba buscando su aprobación, sin embargo había cierta incomodidad en el ambiente. Levi bajó la cabeza y se alejó volviendo a su lugar inicial.
—Está bien, no tienes que preocuparte, Eren, no te besaré, aunque soy muy bueno en eso.
—Oh, yo, no, no es como si... es solo, ahm, me tomaste desprevenido —Carraspeó un poco y se terminó el último trago de cerveza dejando la lata vacía sobre la mesita—. Bueno, un beso está bien.
Levi dejó su vaso sobre la mesa también y volvió a acercarse, Eren se preguntó por qué su corazón estaba latiendo tan rápido con algo tan simple. El asesor asentó una rodilla sobre el mueble, ya que la diferencia de alturas le jugaba en contra y se acercó al rostro de su príncipe quien cerró los ojos, aunque solo sintió un suave y cálido roce sobre su mejilla, de inmediato abrió los ojos y miró a Levi desconcertado para luego sonreír como un tonto.
—¿Tanto jaleo para un beso en la mejilla? Joder. ¿Ahora puedo besarte yo?
—Sí, puedes.
—¿En la boca?
—Claro.
Ya con más confianza Eren se acercó a su asesor, asentó sus manos en sus hombros y acercó sus labios. Contrario a lo que había pensado, la sensación fue linda, agradable, muy diferente a lo que venía experimentando en el último tiempo. Levi se amoldó a su ritmo, lento, tranquilo, sus respiraciones mezclándose, tan distinto a ese beso frente a sus compañeros, esto se sentía más íntimo, mejor en muchos sentidos. Levi abrió ligeramente su boca y la calidez de su aliento lo indujo a profundizar el roce, era como entrar en un trance, cerró los ojos para poder disfrutar más, naturalmente dejó que la lengua de Levi lo invadiera de a poco, rozándose provocadoramente con la suya, explorándose con suavidad. Sintió un estremecimiento a lo largo de su espalda y no supo en qué momento estaba recostado sobre el respaldar del sillón con Levi encima besándolo de una manera exquisita.
Tuvo que detenerse para respirar y Levi bajó el ritmo dejando un camino de suaves y simples besos desde su mejilla hasta su quijada, luego se alejó para sentarse a su lado mientras Eren sentía que para ser solo un beso eso se había sentido bien intenso. Joder, era cierto que era muy bueno besando.
—Al final si te gusta como beso, ya cumplí una de tus condiciones —dijo Levi terminándose la cerveza.
—Sí, ehm, bueno. Mira la hora, se hizo realmente tarde, será mejor que me vaya, aún tengo un largo trecho hasta mi casa.
—Puedo llamarte un Uber.
—Sí, creo que sería lo mejor.
Levi se puso de pie y fue a buscar su celular que se estaba cargando en la cocina para utilizar la aplicación, había un auto cerca de manera que la espera no era mucha.
—Paso al baño —avisó Eren, quien luego de entrar al lugar se mojó el rostro y se sorprendió de verse tan agitado.
Levi tenía muchas sorpresas por lo visto y si los besos eran tan buenos... tal vez debería darle una oportunidad. Lo había subestimado, Levi podía ser inocente y un poco naif pero sin dudas no era ningún tonto cuando de tener intimidad con otra persona se trataba. Sonrió derrotado, está bien, lo admitía, sentía curiosidad por seguir descubriendo cómo era Levi, cómo pensaba, que tal hábil podía llegar a ser y además era divertido, a su manera, claro.
Cuando salió, el auto estaba llegando a la puerta del edificio y sintieron la bocina del mismo. Eren se colocó su chaqueta, tomó su mochila y se disculpó por no ayudar a acomodar.
—Está bien, puedo solo —dijo Levi acompañándolo a la puerta.
—Escucha, mmm, no sé si tienes planes el sábado por la noche, pero pensaba que podría tener un tiempo libre, si te interesa ver alguna serie en mi departamento… eh, si tú quieres y puedes.
—¿A qué hora?
—No lo sé, a las nueve, ¿tal vez?
—¿Dónde vive, Eren?
—Oh, cerca de la plaza Rose, es un lugar cercano al distrito cuatro, ¿conoces? Sobre la calle 104.
—Sí, conozco, ¿a las ocho se puede?
—Claro.
—El auto te está esperando, podemos discutir luego los detalles, no es bueno hacer esperar a otros.
—Sí, es cierto, bueno, te veo mañana en el call. Adiós.
Eren lo miró unos segundos sin saber si acercarse a besarlo o no, pero Levi le cerró la puerta en la cara dando por finalizada la velada, se rio ante el trato brusco pero tan característico y salió a buscar el auto, definitivamente Levi no era ni remotamente cercano a nadie que conociera y eso lo hacía muy especial.
Al otro día Levi llegó más temprano que nunca y estuvo esperando por segundos a Camila. La chica llegó casi sobre la hora y la regañó por ser tan descuidada.
—Ya, Li, no me retes más, es que no escuché mi despertador, mou.
—Excusas son excusas. Ahora solo me quedan dos minutos para preguntar, tch.
—¿Me quieres preguntar algo?
—Sí, ésta Camila tiene que ayudarme, el sábado iré a visitar a alguien importante y quiero vestirme bien. Sigo confundido con los atuendos.
—Oh, ya veo, ¿a quién vas a visitar?
—Ya te lo dije, alguien importante.
—¿Más importante que yo?
Levi la observó confundido y luego de evaluarlo un momento respondió, sabiendo de ante mano que tenía que pensar un poco ante de responder ciertas dudas de su colega porque era sensiblona a más no poder.
—Cada quien tiene la importancia que tiene. ¿Puedes ayudarme, Camila?
—Claro, aunque me pone un poco celosa. Promete que si esa persona importante no te toma en cuenta me darás la posibilidad de salir conmigo.
—Camila es muy ruidosa, y llega sobre la hora.
—Todo se puede mejorar —dijo guiñándole un ojo con coquetería.
Eren se acercó a los dos y Camila le sonrió espléndidamente.
—Mira Eren, ¿no hacemos una pareja genial? Nos equilibramos muy bien, soy extrovertida y chispeante y Levi es reservado y tranquilo, a que nos vemos bien ¿eh?
Preguntó con alegría mientras se pegaba al costado de Levi que la miró sin mucha expresión.
—Lo que se vería bien sería que se loguearan de una vez y dejaran de perder el tiempo —respondió Eren con una sonrisa bastante sínica.
Levi se giró en su silla, se puso la vincha con los auriculares y se puso a trabajar de inmediato.
—Ouh, ya me lo espantaste, Eren —continuó Camila divertida y el supervisor volvió a su puesto.
Miró de reojo al lugar de los dos asesores y suspiró. Sí, hacían una linda pareja, de hecho Camila siempre estaba detrás de Levi como un cachorrito y ya habían comenzado los rumores entre los demás, bueno, en ese trabajo cualquier cosa servía de rumor. La verdad es que le jodía un poco que se llevaran tan bien, aunque confiaba en Levi. En Levi sí, pero no tanto en Camila.
—Hola, jirafón.
Ni siquiera se molestó en devolver el saludo, continuó verificando sus emails como si nada.
—Oye, compré filete, crema batida, frutillas, cerveza de primera. Y puedo ir a tu casa este sábado si quieres —dijo en voz baja mientras lo miraba de manera seductora, de esa manera en que Eren solía derretirse y acceder a todo, aunque no ahora.
—Suena genial pero, mmm, la verdad ya tengo planes, lo siento.
—No debe ser el sábado, puede ser hoy.
—No importa que día elijas, estaré ocupado.
—¿Qué sucede contigo y este nuevo Eren tan esquivo?
—¿Qué sucede contigo en todo caso? Que yo sepa no eres de los que hacen tantos preparativos para un revolcón.
—Ah, entiendo, ¿estás triste porque no nos hemos puesto serios? Escucha, hablemos, ambos nos merecemos una charla, ¿verdad? Entonces iré temprano y charlamos.
—¿No estamos teniendo una charla, ahora?
—Evidentemente no es un buen día —dijo con mirada derrotada y luego habló pero bajando notablemente la voz para que nadie más escuchara—. Solo quiero tener una conversación contigo, no es para tener sexo, solo que creo que... bueno, no eres cualquiera para mí —Eren lo miró de reojo y dejó de teclear un momento—. Estás muy lindo hoy, por cierto.
—No lo hagas, no me adules, Jean. Ya hemos caminado este sendero demasiadas veces.
—Anda, una charla, tranquila, como adultos que somos.
—Tengo que presentar un informe de desempeño, Jean, realmente estoy muy ocupado ahora.
—Sí, yo también, pero me hago un tiempo para las cosas importantes, solo quiero que lo sepas. Te escribiré más tarde, si quieres hacerte el de rogar, puedo jugar ese juego, bonito.
Eren suspiró y se refregó las sienes cuando su compañero se alejó. Carajo, aún le afectaba, realmente hacía un gran esfuerzo para rechazarlo, hasta se había puesto ese perfume que le gustaba tanto, pero no, no podía ceder, era más de lo mismo. Cuando Jean quería coger se portaba todo lindo y amable y luego de que parecía que se acercaban más desaparecía del radar como si se lo tragara la tierra, lo ignoraba o se alejaba, pasaba días sin responder llamadas o mensajes. No podía darle otra oportunidad para lastimarlo, ya no. Además tenía a Levi, se quedó mirando la pantalla pero sin verla realmente, ¿qué estaba haciendo con Levi? bueno, conocerse, para empezar.
Suspiró y decidió concentrarse de nuevo en su informe, primero lo primero, ya habría tiempo de arreglar sus asuntos personales.
El viernes salieron del trabajo y Camila fue a la casa de Levi, antes de ingresar Levi le habló con mucha solemnidad.
—Hoy no es día de visita, así que haremos esto rápido.
—¿Día de visita?
—Entra.
La chica estaba feliz mirando a todas partes. Le encantó todo, especialmente porque estaba pulcro y ordenado.
—Ah, esto es muy como tú, era de esperarse.
—Es mi casa, a veces dices las cosas de una manera extraña. Vamos a mi habitación.
—¡Oh mi Dios, tú si sabes cómo acelerar el corazón de una chica!
—Deja de hablar cosas raras. Bueno, aquí está mi placard.
—Veamos, ¿dónde van a ir?
—Me invitó a su casa, a ver Netflix, pero no es un código para tener sexo.
Camila lo observó con una ceja enarcada y luego se encogió de hombros, comenzó a revisar la ropa seleccionando algunas cosas.
—Vaya, aparte de lo que compraste ese día conmigo toda tu ropa es tan… formal, puros trajes y ¿ropa de gimnasia? Bueno, si es algo en una casa, me parece que podrías usar tu chaqueta de cuero, ah, esa te queda de infarto.
—¿Qué significa "te queda de infarto"?
—Que cualquier que te la vea puesta le da un ataque al corazón.
—¡Eso es ridículo! Yo me la puse una vez y a nadie le pasó eso.
—Es una expresión, que van a caer a tus pies, ya sabes que le va a encantar, te ves muy sexy. Con una remera moderna debajo, esta gris estará bien y el jean negro, si, esto puede funcionar. Este cinto, no, mejor este y una pashmina para el cuello.
—¿Qué es una pashmina?
—Es como un pañuelo un poco grande, queda muy cool, te la envuelves en la garganta y lo dejas caer con gracia.
—No tengo una pashmina. Pero no entiendo, ¿si lo vas a dejar caer para qué te lo pones?
—Realmente tienes un problema para entender ciertas expresiones, ¿eh? Podemos ir mañana a comprar una, los accesorios definen mucho tu forma de vestir, causan un gran impacto.
—Tus palabras me aturden un poco, pero confío en lo que dices.
—¿Y cómo es esta persona importante?
—Tiene mucha luz y me pone contento cuando charlamos.
—¿Mucha luz, eh? Aquí armé otro conjunto, a ver pruébatelos, anda, anda.
Camila lo hizo desfilar una y otra vez, sacándole cosas, poniéndole otras, que la camisa adentro del pantalón, que afuera, que un pantalón de vestir, que un sweeter, al cabo de una hora Levi estaba agotado de tanta tela nueva e incómodo.
—Ya no quiero probarme más cosas, tch —dijo francamente molesto.
—Ya gruñón. Creo que sin dudas el conjunto que te armé primero es el más acertado.
—Uf, tanto probar y probar y al final nada.
—Bueno, a veces es así. Deja de renegar tanto. No olvides usar el gel que te dije y peinar tu cabello hacia atrás. Tienes unos ojos hermosos, deja que tomen protagonismo. Ah, siento tanta envidia de la persona que vas a visitar —dijo tirándose de espaldas en la cama.
—¿Por qué?
—Porque tiene tu atención, bobito.
—No es bobito, es Levi, no me pongas apodos tan feos.
—Li, ¿no me darías un beso por todo lo que te ayudé hoy?
—No.
—Eres tan tacaño.
El hombre se acercó y extendió su palma, entonces acarició la cabeza de la chica como si se tratara de una mascota.
—Gracias, Camila, buena niña.
La joven comenzó a reírse con ganas.
—¿Qué fue eso?
—Mi agradecimiento.
—No soy un perro.
—Nadie lo discute, eres un ser humano.
—Pero me palmeaste la cabeza, como si fuera un perro.
—Yo no palmeo perros, no me llevo muy bien con ellos.
Camila nuevamente se carcajeó con fuerza y Levi se quedó mirándola todo el tiempo. Tenía una linda sonrisa, ella siempre era muy alegre.
—Joder, eres de lo más divertido, Li.
—Tú encuentras que las cosas más normales son motivos de risa, me cuesta comprenderte, pero me alegra que la pases bien, eso es bueno.
—Sí, es muy bueno. Oye, Li, te propongo algo, ¿podemos ser amigos?
El hombre abrió grande sus ojos y se sentó al lado de la chica, parecía que sus ojos botaban chispas de luz.
—¿Camila quiere ser amiga de éste Levi?
—¡Claro que sí!
—Es sorprendente.
—¿Por qué?
—Es difícil hacer amigos. Yo también quiero —dicho lo cual estiró su mano para estrecharla con la de ella como si terminaran de celebrar una negociación, Camila volvió a reír.
—Estoy contenta, eres el amigo más auténtico, sincero y cruel que he tenido alguna vez.
—Tú eres rara, pero a veces ser raro es algo bueno. Por cierto, hoy no es día de visitas, ya me ayudaste, deberías irte a casa, ¿te llamo un Uber?
—¡Qué frío! No, no hace falta, tomaré el transporte. ¿Iremos mañana a comprar algunos accesorios?
—Sí, ¿en el mall?
—Así es —dijo poniéndose de pie y estirando su ropa.
—Puedo a las nueve.
—Mou, muy temprano.
—Ésta Camila es una dormilona.
—No me hagas madrugar, ¿a las diez?
—A las diez será.
Se acercó y le dio un sentido abrazo, lo tomó desprevenido y no pudo responderle, pero ella ya estaba acostumbrado a eso.
—Toma —dijo extendiéndole un saco.
—¿Para qué?
—Dijiste que tenías frío.
—¿Ah? ¿Cuándo?
—¡Qué frío! Eso.
—Noooo, me refería a ti, que tú eres frío.
—Yo no soy frío, mi temperatura es normal.
—Tu actitud, cuando algo no entra dentro de tu estructurada manera de ver la vida enseguida echas a la gente. Como tu nueva amiga te digo que debes empezar a cambiar eso, ser más flexible, la gente puede considerarlo como un trato rudo. Ni siquiera me ofreciste un vaso con agua y eso que te vine a ayudar.
—Porque no es día de visitas.
—Ugh, pareces un disco rayado, porque repites lo mismo varias veces.
—¿Quieres un vaso con agua?
—No, ya no —respondió riéndose y dirigiéndose al living donde agarró su cartera—. Entonces, ¿cuándo es día de visita?
—Los jueves.
—¿Será que podré visitarte el próximo jueves, amigo?
—Bueno. Pero de seis a ocho, porque a las ocho veo la novela y no se conversa en esa hora.
—Sí, mi capitán. Estoy bromeando, aclaro antes que te quejes. Adiós, Li, te veré mañana.
Camila lo besó en la mejilla y se fue. Levi aseguró la puerta y suspiró. Fue a visitar a los reyes y les contó que era un día muy feliz porque por primera vez en su vida alguien le había pedido ser amigos sin que él hubiera hecho nada especial.
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By Luna de Acero.-
