Hola, hola, Luna de Acero reportándose.
Buenas buenaaaassss. Este capítulo está auspiciado por, la amorosa y siempre dulce: Ann Ascencio, muchas, pero muchas gracias Ann por comisionarme este capítulo. Al parecer este Levi es muy popular.
Recuerden que ustedes también pueden comisionarme algún capítulo de un fic en emisión o de una historia completamente nueva, como ustedes gusten! Estoy bien económica, pregunten sin problema, comisionar implica abonar, pagar, transferir, entregar la mosca, como prefieran llamarlo, para ayudarme y de paso darme un empujoncito para continuar con hermosas historias que por falta de tiempo no he podido retomar. Espero sus consultas, mis lunaceres!
Eso es todo, hasta la próxima!
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Isayama Hajime, la historia si es de mi completa invención.
Advertencias: La atmósfera del fic empieza a ponerse un poco tristona, aguanten mis valientes, el próximo capítulo será el angst a pleno y ya después dos capítulos más para llegar hasta el final y les prometo que volverá el fluff y el romance y todas las cosas bonitas que pueda meter. Por el momento, como dijo Levi en el canon: Sobrevivan!
.
.
"Lo extraño es que no sólo llueve afuera, otra lluvia enigmática y sin agua nos toma de sorpresa.
Llueve en el corazón, llueve en el alma".
Mario Benedetti
.
.
Pidieron una pizza para cenar y Levi estaba tratando de luchar contra su voz interna que le gritaba a todo pulmón que ya había comido demasiada chatarra. Pero se esforzó porque sabía que Eren no era bueno cocinando. Estaban viendo una película sobre robots y el fin del mundo, había cosas demasiado extrañas y Levi se perdía por momentos.
—Si quieres podemos cambiar y mirar otra cosa —sugirió Eren.
—Pero entonces no vamos a saber el final.
—Ah, es que, yo ya la vi y no parece que tú la disfrutes.
—¿Y la estás viendo de nuevo?
—Sí, se puede ver varias veces aquellas películas que te gustan mucho.
—Pero ya sabes lo que va a pasar, no sería una sorpresa.
—Si algo te gusta mucho, no creo que sea un problema mirar de nuevo.
—Oh, entiendo, eso es lógico.
Levi mordió una porción de pizza y se la quedó mirando fijamente, había hojuelas de orégano encima que le parecieron muy interesantes, cuando levantó la cabeza Eren lo estaba observando de reojo. Oh. ¿Había hecho alguna cosa que no debía hacer?
—¿Qué sucede? —mejor preguntar que asumir.
—Lo siento, me resulta curioso como estabas estudiando la porción de pizza.
—No estaba estudiando, solo la miraba. El orégano, es pequeño pero su sabor es fuerte.
Eren sonrió.
—Eres una caja de sorpresas, realmente. Quiero decir —se anticipó—, que nunca se sabe lo que vas a decir o como te vas a expresar, no puedo estar preparado.
Levi miró hacia arriba unos segundos evaluando la afirmación, pero no llegó a ninguna conclusión clara.
—¿Eso es bueno?
—Pues, es divertido.
—Entonces es bueno —dijo mordiendo la porción otra vez.
—Levi, quis-
—Si vamos a hablar mejor pausamos la película.
—Claro —Eren tomó el control y la detuvo.
—Dime, espero no estar preguntando algo inconveniente, pero, ¿tienes familia?
—Mmm, es algo inconveniente, pero igual te responderé. Tengo a mi madre, ella es familia.
—Ya veo, ¿ella está viva?
—Sí, desde que nació.
—¿Vive en otra parte?
—Ni modo que viva con Eren.
El de ojos grises enarcó una ceja.
—A ver, lo que quise decir es ¿dónde vive?
—¿Quieres conocer a mi madre?
—No, quiero decir, no me molestaría conocerla, lo que quería saber es porque ustedes no viven juntos.
Levi se removió en el asiento, Eren ya había descubierto que hacía eso cada vez que algo le incomodaba, le dio su espacio para responder.
—Mi madre es mi familia, cuando nací me cuidó, pero luego ella conoció a este Fred, que se hizo su esposo. Fred tiene una hija de otra familia anterior, Chelsea, es como dos años mayor a mí. Un tiempo estuvimos viviendo juntos, como medio año, mi madre quería que fuéramos una familia entre todos, pero… —se detuvo en esta parte del relato y miró a la pizza entre sus dedos que estaba enfriándose—. Bueno, no se pudo, no funcionó. Entonces mi madre me compró mi departamento, tenía dinero de mi padre dijo, y bueno, ahí me fui a vivir hasta ahora.
—Eh, pero, ¿te fuiste a vivir en ese departamento tú solo? —Levi asintió y mordió la pizza de nuevo—. ¿Qué edad tenías cuando te fuiste a vivir solo?
Levi le señaló su mejilla, dando a entender que tenía la boca llena y Eren aprovechó para tomar otra porción también.
—Uh, tenía ocho, pero a la semana cumplía nueve.
—¿Cómo hacía tu madre? ¿Pasaba una noche contigo y otra en su casa?
—Eh, sí, a veces cuando podía, porque luego quedó embarazada de gemelos. Son mis medio hermanos, también se dice hermanastros pero no me gusta esa palabra, parece como si raspara en la garganta. Ahora tienen quince años, y oh, tengo una media hermana también, Katheryn, es muy linda, ella cumplió nueve la semana anterior, le hicieron una torta con muñecos de nieve arriba y tuvo una piñata. ¿Eren también tuvo cumpleaños con todo eso?
—Sí, bueno, mi madre los organizaba, ella amaba las fiestas —dijo recordando con una sonrisa melancólica—. Todo era muy divertido cuando ella lo hacía.
—Ah, los cumpleaños son lindos, yo fui a cinco, todos de Armenia, ella no hace pasteles, pero hace budines de naranja que son muy ricos, y albóndigas pequeñas en cuencos, invita a sus amigas las ancianas y juegan cartas y beben té. Hablamos de novelas y los chismes del barrio, pero a mí no me gustan los chismes.
—Levi, ¿nunca tuviste una fiesta de cumpleaños?
El hombre se quedó quieto y callado, como evaluando la pregunta.
—No puedo responder con exactitud, porque yo recuerdo cosas de cuando tenía cinco años, pero no recuerdo de antes, así que a lo mejor tuve cumpleaños cuando era más pequeño, quién sabe. Pero Armenia siempre me regalaba un pastel para festejar, aunque no venía gente, ni había globos.
—¿No fuiste nunca a cumpleaños de tus medio hermanos siquiera?
—No, bueno ellos son otra familia.
Eren frunció el ceño y sus luces se opacaron notablemente, por lo que Levi trató de cambiar el curso de la conversación.
—Hablar de esto me recordó algo, me gustaría organizarle un cumpleaños a los reyes, ya los conocí de grandes así que no sé cuándo nacieron, pero tampoco sé cuánto tiempo les queda a cada uno, y como los festejos son lindos, pensé que estaría bien hacerles uno para agasajarlos, sí.
—Suena a una buena propuesta —dijo Eren sonriendo.
—Y pensaba, mmm, bueno si Eren no tiene compromisos y eso, y si le aviso con tiempo —con su mano comenzó a estirar una arruga de su pantalón—, a lo mejor le gustaría venir, porque los reyes están ancianos y lo quieren mucho, les haría bien que estuviera presente, sí.
—Por supuesto, me encantaría estar en esa celebración.
—No sé mucho de cumpleaños para reyes, y como la mamá de Eren sabía de festejos, tal vez le enseñó —dijo y levantó la mirada unos segundos.
—Entiendo, te ayudaré con la fiesta, aunque tampoco sé mucho de cumpleaños de reyes, pero podemos buscar en internet y copiar algunas cosas.
Los ojos de Levi parecieron brillar con esa respuesta, aunque su rostro se mantuviera imperturbable.
—Gracias.
—Por cierto, ¿cuándo es tu cumpleaños? Ahora que lo pienso, nunca me fijé en tu legajo.
—Eso, es el veinticinco de diciembre.
—¿En navidad?
—El veinticinco de diciembre se celebra la navidad, sí.
Una vez que terminaron de cenar, Eren trajo cuencos con helado.
—De cereza, me acordé —dijo dándole uno a Levi, casi se queja de que no era de su heladería favorita, pero Eren había hecho un esfuerzo, por lo que se llamó a silencio, no estaba tan mal después de todo.
—¿Quieres probar éste? —dijo señalando uno de color marrón en su cuenco.
—No.
—Anda, prueba algo diferente.
—Me gusta la cereza, también la otra vez me hiciste probar la, iugh, menta y te dije que no.
—¿Lo harías por mí? —dijo acercándole el cuenco—. No lo he tocado aún, puedes sacar un poco con tu cuchara.
—Tch.
Levi sacó un poco y lo puso en su boca, frunció el ceño pero después abrió los ojos.
—¿Y bien?
—Más o menos, no es desagradable.
—Levi.
—Tal vez, tal vez, me guste un poco.
—¿Quieres que te sirva de este sabor?
—Bueno, pero en un cuenco diferente, no quiero que se mezcle con la cereza, la cereza sigue siendo mi favorito.
—De acuerdo —Eren fue a la cocina y regresó con la porción—. ¿Lo ves? A veces las cosas diferentes pueden sorprenderte.
—Como yo.
—¿Mmm?
—Yo soy diferente, tal vez puedo sorprenderte.
—Tú siempre me sorprendes, Levi.
—¿Sorpresa buena o sorpresa mala?
—Buena, buena.
Cuando terminaron de cenar, Levi ayudó a Eren a limpiar y acomodar todo el desorden, no podía con sus manías.
—Puedo darte clases de cómo limpiar, soy bueno en eso, no voy a cobrarte. Es porque trabajé en casas donde lo hacía, al principio me regañaban, pero luego me volví excelente.
—¿Trabajabas en casas limpiando?
Levi asintió mientras refregaba la mesada de la cocina de Eren.
—Hubo tiempos difíciles para conseguir trabajo, era joven y no tenía experiencia, no me iba bien en las entrevistas, entonces doña Armenia me recomendó con sus amigas ancianas. Debes saber, Eren —le dijo con solemnidad—, que las personas ancianas son las más detallistas que existen, pero eso hace que uno se vuelva bueno, me regañaban mucho al principio, sí, luego aprendí.
—¿Desde qué edad trabajaste, Levi?
—Desde los dieciséis, pero no es explotación infantil según la Constitución.
—No dije nada al respecto, pero, ¿nadie te ayudaba con la economía?
—Mi madre, pero ella, pobre, siempre tiene mucho trabajo con su otra familia, no quería que gastara en mí. Yo he guardado el dinero que ella me da, desde que pude conseguir trabajo, algún día se lo devolveré, he intentado pero ella dice que no, pero tal vez algún día lo necesite y pueda ayudarla.
—Ciertamente eres muy responsable y buen hijo.
—¿Desde qué edad empezó a trabajar Eren?
—Pues, dejé la facultad a los veintidós, así que, sí, desde esa edad. Fui mesero en un café, también un tiempo trabajé preparando bebidas en un antro, luego me contrataron temporal en un banco en atención al cliente y luego que se terminó eso pude entrar en el Call Center, era asesor, como tú y después pude ascender.
Estaban de pie, conversando en la cocina, cómodos, compenetrados en la charla, ni se dieron cuenta lo cerca que estaban del otro, pero de pronto la atmósfera subió de intensidad, ambos se miraron por unos segundos y naturalmente Eren se agachó, Levi lo agarró del rostro con cuidado y lo besó con ganas. Eren se estremeció cuando le mordió los labios, pero con suavidad, provocándolo, era muy placentero. Levi lo acorraló con lentitud contra un pilar y Eren lo abrazó, ¡vaya! Su espalda era… sexy, podía sentir todos sus músculos bajo las telas.
No midieron el tiempo, ambos la estaban pasando bien, pero en cierto punto Eren se sintió temeroso de seguir adelante, era cierto que se estaban conociendo y todo eso pero, aún no había terminado lo que sentía con Jean, ¿o sí? Estaba confundido. Levi lo dejó respirar y se alejó un poco.
—Ah, besas muy bien —dijo Eren sin saber cómo retomar la conversación.
—Hago bien muchas cosas —agregó Levi con seguridad y tomó la mano de Eren entre las suyas.
—Va-vaya, la hora.
Levi soltó su mano y se alejó un poco más.
—Sí, es tarde, nunca me quedo despierto tanto tiempo.
—Uh, no creo que sea muy seguro tomarte un autobús, esta zona donde vivo no es muy segura que digamos.
—Entonces llamaré un Uber.
—Oye, si quieres puedes quedarte a dormir y mañana regresar temprano.
—Oh, es que… no tengo pijama.
Eren comenzó a reír y Levi lo observó con curiosidad.
—Puedo prestarte uno mío, tengo pijamas limpios para que sepas.
La verdad es que Levi ya había dejado a los reyes con comida y arropados, de manera que podía quedarse, aunque no era de su agrado estar en una cama diferente, pero si era la del príncipe, podía hacer una excepción. Probablemente había tenido el presentimiento que algo así podía suceder.
Fueron a la habitación, Eren le entregó el pijama y Levi comenzó a quitarse la ropa para ponérselo. Tomó por sorpresa al dueño de la residencia, ya que pensaba que iría a cambiarse en el baño pero no protestó porque pudo apreciar el excelente cuerpo que se cargaba Levi, se quedó de piedra mirándolo sin reparos. El hombre quedó en bóxers y se giró y lo pescó observándolo.
—¿Todo bien? —preguntó Levi.
—S-sí, es que, ¡wow! Sabía que tenías buen cuerpo, porque desde que usas la ropa más ceñida se puede notar fácilmente, pero… ¡Wow! Sin ropa es, mucho más…
Eren estaba sin palabras, Levi se acercó, tal vez para que viera más de cerca su abdomen marcado.
—¿Eren quiere tocar?
Al más alto le subió un poco de calor ante la pregunta, sin dudas que tenía ganas de tocarlo pero… ese maldito pero.
—Levi, verás, eh, primero ponte ropa porque si no me distraigo —aceptó agachando la cabeza y sonriendo, mientras se rascaba la nuca.
Levi obedeció y se sentó en la cama, Eren se sentó a su lado, parecía disputarse por decir algo pero no animarse al final.
—¿Qué sucede?
—Sé que te dije que íbamos a conocernos y que no íbamos a crearnos expectativas y todo eso, pero, debo decirte algo, si no soy honesto, esta culpa me carcomerá por completo —trató de sincerarse Eren.
—Está bien, puedes decirme lo que necesites, por lo visto es algo difícil, ¿sí?
—Sí, es difícil, yo, tengo una especie de relación con Jean, el otro supervisor.
—Ya veo, por eso se molestó cuando vino hace un rato —concluyó Levi.
—S-sí, en realidad nunca le dije que podía venir, lo hizo por su cuenta. Hace ya más de un mes que no nos frecuentamos, lo siento, no sé por qué te estoy contando esto, iré al punto, creo que aún siento cosas por él —Eren miró sus manos y suspiró—. Quiero cortar esos sentimientos de raíz, pero…
—Él te da esperanzas.
Eren lo miró y su semblante era triste.
—Sí, es así, las veces que quise ponerle un punto final, él vuelve a aparecer y tratarme bien y… ya sé lo que va a suceder eventualmente, y sin embargo… por eso creo que, no es justo, ni honesto, que yo avance contigo en este sentido, sin haber arreglado la situación con Jean, ¿entiendes lo que te digo, Levi?
—No mucho. ¿Por qué no le dices que ya no quieres nada y avanzamos juntos? —dijo poniendo una de sus manos sobre la de Eren, quien suspiró pesado.
—Tengo sentimientos por él.
Levi miró al frente, a la pared, como si hubiera algo interesante allí.
—Ya veo —dijo el de cabello negro—. ¿No seguiremos conociéndonos? Porque… a mí me gusta conocer a Eren.
—Bueno, lo vamos viendo.
—¿A quién, a Jean?
—No, quiero decir. Necesito resolver esto antes de seguir profundizando contigo.
—¿Y cuánto tiempo te va a llevar resolverlo?
—No lo sé, espero que sea pronto.
—Eren…
—¿Sí?
—¿Tienes un cepillo de dientes nuevo? Necesito cepillarme los dientes, comí mucha comida chatarra y me molesta.
—Sí, sí, tengo uno de respaldo, ven —dijo invitándolo al baño—. Toma. Oye, Levi, ¿no te molesta lo que te dije, o si?
—No, no es molesto, aunque…
—¿Qué?
—Me gustaba que nos conociéramos, eso. Si por ahí quieres volver a conocerme un poco más, solo me avisas.
Eren le sonrió, Levi era muy cálido, aunque era difícil bucear a través de su condición neurológica, de su forma tosca de hablar, de sus barreras e inflexibilidades, al final, había mucha calidez.
—¿Quieres ver cómo me cepillo los dientes?
—No, no —Eren se rio y se fue cerrando la puerta por detrás.
Levi no pudo dormir mucho, la cama era molesta, así que por momentos miraba el perfil del príncipe. Al siguiente día, que era domingo, cuando Eren se despertó notó que Levi no estaba ahí. Se levantó, fue al baño y luego al comedor y se quedó boquiabierto. Su departamento estaba brillando, las esquinas, los estantes, todos los libros ordenados alfabéticamente, los adornos, nunca había visto el lugar tan limpio.
—Buenos días —sintió a sus espaldas, era Levi.
—Bu-buenos días, ¿qué sucedió?
—Me desperté y Eren seguía durmiendo, así que pensé que limpiar un poco sería de ayuda, es bueno levantarse y encontrar la casa en orden. Hice el desayuno, pero no sabía a qué hora lo tomas, ¿lo sirvo, ahora?
—S-sí, pero, oye, mira todo lo que hiciste, se supone que viniste a pasarla bien a mi casa.
—Me gusta limpiar.
—Ok.
Desayunaron y Levi se despidió para volver a su casa. Los reyes lo consolaron un poco y Nerón lo distrajo mordisqueándole el pantalón, porque ciego como Eren no podía hacer mucho.
El lunes hizo sus ejercicios y se preparó para ir a trabajar. Llegó, saludó a Camila y estuvo trabajando con diligencia, sin embargo la chica notaba que algo no estaba del todo bien. Levi podía ser poco comunicativo a veces, pero la chica presentía que había algo más, había aprendido a notar algunos cambios en su mirada.
—¿Levi?
—¿Qué, Camila Gómez? —respondió mientras terminaba de cargar una operación después de cortar una llamada con un cliente.
—¿Estás bien?
—¿En qué sentido es tu pregunta?
—Anímicamente.
—Estoy un poco triste, sí, eso es.
—¿Quieres contarme?
—Estamos en horario de trabajo, no es momento de conversaciones personales.
—Bueno, entonces en el descanso del almuerzo.
—De acuerdo. Si comemos solos hablaremos.
Por fortuna para cuando se retiraron a almorzar Eren no se les unió. No lo veían por ninguna parte, Levi creyó que a lo mejor había ido a almorzar con Jean. Revolvió sus verduras con arroz con el tenedor mientras Camila desplegaba todo su arsenal para el almuerzo.
—Estoy lista, suelta.
—¿Qué suelte qué? ¿El tenedor?
—No, me refiero a que me cuentes, que te pasó que estás triste.
—Oh, eso, tch —dijo volviendo la vista a su comida.
—¿Te fue mal en tu salida con la persona que ibas a ver el fin de semana?
—No todo fue malo, conversamos mucho, nos conocimos más, pero, dijo que aún tiene sentimientos por otra persona, eso, y que entonces no podemos avanzar, tch.
—Oh —soltó Camila con decepción—. Entiendo, a mí también me gusta alguien que tiene sentimientos por otra persona —Levi levantó su cabeza y la observó, ella le sonrió sin verdadera alegría—. Pero a lo mejor pueden volverse amigos, cuando alguien es tan querido e importante en tu vida, a veces no funciona como pareja pero si como amigo, ¿no lo crees?
—Tal vez —dijo Levi reflexionando al respecto—. ¿Debería preguntarle si podemos tener amistad?
—Sí, yo lo hice.
—¿Y te funcionó?
Camila sonrió divertida y asintió, Levi suspiró, lo que decía su amiga tenía algo de sentido.
—Ya con el tiempo podrás ir superando esos sentimientos, y tal vez encuentres a otra persona que llene ese espacio en tu corazón.
Levi se llevó una mano a su pecho, pero antes que dijera algo Camila habló.
—No me refería al corazón órgano que tenemos en el cuerpo, me refiero a encontrar a esa persona especial con la que puedas compartir el amor, ¿me entiendes?
—Sí. Sé que eso sucede es solo que tenía esperanzas.
Camila quiso frotar su hombro en signo de apoyo y Levi miró su mano y luego a ella como si fuera un bicho raro.
—Lo siento —dijo retirando su mano—, es que cuando alguien que conozco está pasando un mal momento a veces frotar la espalda reconforta.
—¿Es así?
—La mayoría de las veces.
—Bueno, está bien, entonces —dijo cediendo y Camila frotó un poco y le dio unas palmaditas luego.
—¿Qué sucede? —Preguntó Eren, mientras se sentaba a la mesa con su lonchera.
—¿Almorzarás con nosotros? Pensamos que te habías ido con los otros supervisores —dijo Camila.
—No, tuvimos una reunión con el jefe de piso, vienen promociones de cancelación de deudas para los clientes, luego les contaré al respecto, podrán ganar muchos premios, y nos demoramos. Y, ¿qué sucede?
—Ay, Eren, verás, a nuestro pobre Levi le rompieron el corazón —largó la chica sin maldad alguna pero cuando notó la forma en que Levi la miraba se llevó una sorpresa desagradable, estaba enojado y mucho, ¿había metido la pata?
Se puso de pie de inmediato y levantó su lonchera para retirarse.
—¿Levi? —dijo Camila pero el hombre ni siquiera giró su cabeza.
Luego miró a Eren que estaba algo pálido.
—¿Dije algo malo?
—¿Qué fue lo que te contó, Levi? —consultó Eren que parecía que se le había bajado la presión.
—N-nada, solo que él quería impresionar a alguien, por eso lo estaba ayudando con su ropa y eso, me dijo que la vería el fin de semana, pero al parecer ella no corresponde sus sentimientos, eso es todo. Lo dije delante de ti porque como somos cercanos los tres, no sabía que iba a molestarse tanto —dijo con voz compungida.
Eren suspiró disimuladamente sintiéndose más aliviado.
—Entonces, ¿no te dijo el nombre de esa persona?
—No, es muy reservado con esas cosas, ¿tú sabes quién es?
—No, para nada, creo que no me tiene tanta confianza como a ti, tal vez es por eso.
—Ya veo, me disculparé luego, asumí que estaría bien contarlo, me siento fatal —expresó mientras fruncía las cejas con desolación.
—A lo mejor no te escuche ahora, pero eventualmente lo entenderá.
—No quiero estar mal con él, mou, habíamos avanzado mucho.
—Te preocupas mucho por él, ¿cierto?
—Sí, la verdad es al principio parece una persona difícil, pero lo empiezas a conocer y es admirable en muchos sentidos. No sé, me divierto mucho con él, además tienes la seguridad que no va a mentirte y que aunque te diga las cosas de manera un poco ruda, siempre lo hace por el bien de uno, me ayudó mucho aquí, mi trabajo ha mejorado, y bueno, también es muy apuesto —comentó y su semblante parecía irradiar luz.
—Cami, ¿a ti te gusta, Levi?
La chica se tapó el rostro con la botellita de agua que tenía.
—¿Se nota mucho?
—Eh, bueno, no creo que se note tanto pero cuando hablas de él sí.
—Pero, yo soy una mala persona —dijo la chica mirando su regazo.
—¿Por qué?
—Ay, Eren, la verdad me alegré un poco de que Levi se haya desilusionado de la otra chica que le gusta —al parecer ella creía que era una chica—, porque entonces tal vez más adelante yo tenga una oportunidad. Voy a ser paciente —soltó con resolución y el rostro más animado—, no me daré por vencida. Ahora, que boba aquella chica, ¿verdad?, perderse semejante hombre, con seguridad es una persona superficial que no se tomó el tiempo de conocerlo mejor, porque si no, no me lo explico.
—Ah, sí, debe ser muy… superficial.
—Si no es mucho compromiso, apóyame, Eren, ¿puedes ayudarme a llevarme mejor con él?
—No —soltó con firmeza, la chica abrió grande sus bonitos ojos y Eren trató de justificarse—. Las relaciones entre empleados no están aprobadas por la compañía, así que lo siento, no puedo ayudarte con eso.
—Claro, lo entiendo. Bueno, trataré de no ser tan obvia entonces.
—Sí, sería mejor que tuvieras cautela.
Por la tarde Eren le pidió a Levi que se quedara para conversar sobre su desempeño, prometió que sería breve, lo llevó al salón que usaba para las reuniones con el equipo.
—Levi, lo que pasó entre nosotros, me gustaría que fueras reservado al respecto, no me gustan los rumores y estoy bastante seguro que a ti tampoco, además considerando que soy tu superior en la empresa, bueno, no es ético.
—Entiendo, te pido disculpas si te provoqué problemas, Eren, pero nunca mencioné tu nombre.
—Lo sé, es bueno que seas precavido, pero no está de más recordártelo. Por otra parte, me siento mal, creo que a pesar de que no quise hacerlo terminé hiriendo tus sentimientos y realmente no quiero que eso afecte tu trabajo.
—No afectó mi trabajo, hoy llegué al objetivo del mes, estoy cumpliendo con todo lo solicitado.
—Sí, está bien. Escucha, tal vez lo mejor sea cambiarte de grupo.
Levi lo miró sin entender.
—Pero, ¿por qué? Hago bien mi trabajo.
—No es por eso, tal vez sea incómodo tener que vernos y eso.
—No, no lo es, no para mí… ¿para Eren es incómodo verme? ¿Hice algo incorrecto? Lo que le conté a Camila Gómez, si eso estuvo mal, yo me disculpo, no volveré a hablar al respecto, tengo palabra.
—Ya, Levi, tranquilo, no hiciste nada incorrecto y hemos aclarado las cosas ahora, si no es incómodo para ti, entonces no te cambiaré, no te preocupes, solo era una opción en caso de que fuera difícil para ti tener que verme, ¿entiendes?
—A mí me gusta ver a Eren, como supervisor quiero decir, ya estoy acostumbrado y eso siempre me lleva tiempo.
—De acuerdo, bien, entonces sigamos como hasta ahora. Por cierto, eh, ¿aún puedo ayudarte con la fiesta de cumpleaños de los reyes?
—Sí, necesito ayuda para eso.
—¿Ya sabes cuándo quieres festejarla?
—Uh, el próximo sábado estaría bien, sí, ese día no trabajo, Eren tampoco, tenía otras actividades pero las arreglaré, los reyes están primero, sí.
—Genial, entonces me pondré a buscar ideas para que lo llevemos a cabo.
—Sí, gracias.
—Eso sería todo, Levi, puedes irte.
—Sí —Se puso de pie y fue hasta la puerta, se detuvo antes de salir y se giró para mirar a Eren.
—¿Qué?
—Eren es una persona muy buena, eso. Ahora, con permiso.
El supervisor se quedó solo en la sala, reflexionando sobre todo lo que había pasado y se refregó el rostro sintiendo angustia en su pecho.
—No Levi, yo no soy una buena persona, tú lo eres.
Esa noche Jean cayó en su departamento, le pidió que conversaran, no es que quisiera hacerse ilusiones pero por primera vez en mucho tiempo notaba que el otro estaba más calmado, más tranquilo, que no lo agredía como hacía normalmente.
—Mira, estuve pensando mucho, sobre todo en este tiempo que no nos vimos, me gusta estar contigo, y no, no es solo sexo.
Eren lo escuchaba sentado en el otro extremo del sillón, ¿cuántas veces había fantaseado con que Jean le dijera esas cosas?
—No sé si puede funcionar tener una relación formal contigo, te explico, he tenido muy malas experiencias, tuve una novia que hasta se fijaba la consistencia de mi semen para ver si yo me descargaba cuando no estaba con ella.
—Joder, qué psicópata.
—Sí, bueno. No quiero que las cosas se arruinen, pero entiendo que tampoco podemos evitar tener sentimientos. Por otra parte, nunca salí con un chico, ya sabes, así a la luz. Eres mi primera relación con uno, de verdad lamento haber sido un cabrón contigo, Eren, pero entiende que yo no me sentía seguro, no quería meter la pata.
—¿Y ahora qué?
—Odio esta distancia que impusiste. Que me rechaces, duele, así que, yo, estoy dispuesto a ponerme serio contigo, a que estemos el uno con el otro en plan de noviazgo, ya sabes. Si es que tú también quieres, ¿quieres?
Le agarró las manos y Eren apretó los labios. Por un lado estaba contento, pero por otro… sentía que algo se había roto dentro de él.
—No lo sé, Jean, me has lastimado mucho el último tiempo, yo también quería algo serio contigo, pero en vista de que para ti solo era un revolcón ocasional, fui matando mis anhelos.
—¿No sientes nada por mí?
—No me manipules, no te aproveches de mí.
—No lo hago, solo quiero saber si sientes algo, porque si es así, aún se puede rescatar, pero si ya no sientes nada, entonces no habrá forma.
Eren suspiró y agachó la cabeza.
—Te quiero, Eren —esas palabras dolieron—. Te quiero, por favor, dame una oportunidad.
—Me vas a lastimar.
—No, no lo haré, Eren…
Lo agarró del rostro para besarlo, Eren tenía los ojos húmedos pero de ninguna manera se permitió llorar, después del beso miró a Jean.
—Si me vuelves a fallar, Jean, te juro por el alma de mi madre que te daré la paliza más grande de tu puta vida, ¿has entendido?
El muchacho sonrió divertido y abrazó a Eren.
—Tienes mi permiso para hacer lo que quieras conmigo.
Finalmente tenía lo que había querido, o al menos una promesa de que iban a intentar tener una relación estable. Entonces, ¿por qué no se sentía del todo feliz? No dejó que Jean pasara la noche en su casa. En cambio abrió su computadora y se puso a ver videos de cumpleaños para gatos mientras anotaba algunas ideas en una libreta, no quería pensar en parejas por el momento.
Durante la semana conversó mucho con Levi en los almuerzos, dibujando en hojas y poniéndose de acuerdo para la celebración, haciendo la lista de cosas para comprar. Recién el Jueves, Levi hizo las paces con Camila, para entonces la chica había estado escuchando todo lo de la fiesta de los reyes y se ofreció para hacer la torta y los gorritos. Levi aceptó su ayuda. Jean observaba la interacción entre esos tres desde otra mesa donde por lo general comía su almuerzo junto a Reiner y Armin.
Esa misma noche invitó a Eren a dormir a su casa. Como era de esperarse, luego de cenar tuvieron relaciones sexuales, Jean lo había deseado con tantas ganas que trató de complacer a su novio en todo lo que pudo. Disfrutaron mucho, y antes de dormir Jean tomó una ducha y luego Eren.
El de ojos grises se envolvió en la toalla luego de bañarse, volvió al cuarto y se apoyó contra la pared cerca de la ventana que daba a la calle, mientras veía como las gotas caían. Se había desatado una feroz tormenta hacía poco.
—Ya, bastardo, ven a dormir que es tarde —dijo Jean mientras colocaba la alarma y se acostaba.
—¿Sabías que ninguna gota es igual a otra?
—¿Qué? —preguntó bostezando.
—La lluvia, nunca sabes por donde bajarán —contó mientras su dedo índice seguía el trayecto de una que se deslizaba del otro lado.
—Ah, tanto juntarte con el rarito te contagiaste, me parece.
Eren se giró y lo miró con molestia.
—Si te estás refiriendo a Levi, te pido no seas tan cabrón, no lo llames de esa manera.
—Mira cómo te pones, solo estoy bromeando, no es para tanto.
—Es que ya basta, Jean, no es solo ahora, todo el tiempo lo estás descalificando, ¿qué te hizo, Levi?
—¿Y todavía preguntas? Quiso salir contigo, te hace su papel de pobre alma en pena y tú te comes todo el cuento Eren, el tipo te quiere coger, a mí no me engaña. Anda acaparando todo tu tiempo y le sigues el juego.
Eren se acercó, se colocó su remera y comenzó a vestirse.
—¿Qué estás haciendo?
—¿No es obvio?
—¿Vas a dormir vestido?
—Adiós, Jean —dijo una vez que estuvo todo vestido y se fue.
Salió por detrás de él y lo tomó del brazo.
—Espera, espera, hablemos un momento.
Eren lo miró sumamente rabioso.
—Desgraciado, yo aposté a esta relación, pero sí, podría haber salido con él, que solo para que sepas es una persona maravillosa, desinteresada y de gran corazón, pero te elegí, entonces que tú estés inseguro no es mi puto problema, pero no es eso lo que me enfada, sino que vayas contra Levi que no tiene nada que ver con esto, más encima con su condición, tiene Asperger, ¿entiendes eso? Es un problema neurológico, y todos los días hace su mejor esfuerzo para encajar, ¿cuál es tu maldito problema? Déjalo en paz y deja de burlarte de él.
Trató de zafarse del agarre pero Jean lo abrazó desde la espalda.
—Detente un momento, maldición, solo cálmate. Está bien, está bien, yo no tenía idea que estaba enfermo.
—¡No está enfermo, es solo una condición neurológica!
—Ya, ya entendí, por todos los cielos. No te vayas así, anda. Dije que lo siento.
—Suéltame, mañana hablaremos.
—Eren está lloviendo, ¡Eren!
Lo último que se escuchó fue el portazo que dio antes de salir.
Estaba demasiado molesto, no podía quedarse o terminarían muy mal. Afortunadamente un taxi se estacionó en la esquina para que una mujer descendiera y Eren aprovechó para tomarlo y volver a su casa. Tenía mucho en qué pensar.
.
By Luna de Acero.-
