Hola, hola, Luna de Acero reportándose.

Este capítulo está auspiciado de nuevo por Rosa Mayfair, muchísimas gracias, Rosita y espero te recuperes pronto!

En dos capítulos más nos despediremos de esta historia que ya va a cumplir tres años! Están preparados?

Hasta la próxima, mis amores!


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Isayama Hajime, la historia si es de mi completa invención.

Advertencias: Contenido R18, escenas sexuales explícitas, ¿era necesario un lemon en una historia de este tipo? ¡Por supuesto que sí! Me encanta que dos personajes que se aman puedan disfrutar libremente del amor de manera física, y todas las personas, tengan capacidades especiales o no, viven el amor a us manera, ya sea de forma física o platónica, no hay límites para amarse, he dicho. ¡Que lo disfruten!


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"Cásate con quien te mire como si fueras magia".

Frida Kahlo

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Lo guió hasta su habitación, Eren sintió lo acelerado que estaba su corazón, por un lado, tenía muchas ganas de tener esta experiencia con Levi, pero por otra parte se sentía un poco temeroso de cómo se llevarían a cabo las cosas.

—Eh, Le-Levi... uh, sería mejor si tomo un baño, es que, el calor y...

—Sí, vamos a bañarnos.

Indicó de manera robótica, como siempre era él, Eren inspiró y luego soltó una sonrisa, con Levi nunca se sabía qué podía pasar, pero a la vez estaba tranquilo, de alguna forma intuía que todo iba a salir bien. El anfitrión abrió la puerta de su placar y seleccionó un par de toallas.

—Estas son toallas mías, te prestaré una —dijo extendiéndole una verde.

—Sí, gracias.

—Quítate la ropa —continuó mientras él comenzaba a quitarse las suyas.

—Uh, oh, e-está bien.

—El baño es pequeño, será incómodo si nos las quitamos allí, puedes dejar tu ropa sucia en esta silla, me encargaré de lavarla y que esté seca para mañana —pidió señalando un rincón de su cuarto.

—Oh, pero, uh.

—¿Eren está tímido? —preguntó acercándose y mirándolo curioso, sus ojos brillaron, le gustaba ese lado del príncipe que no había conocido antes.

—Bueno, es la primera vez que vamos a vernos desnudos, así que...

—Eren es hermoso por todos lados —dijo Levi levantando su mano para acariciar su mejilla, gesto que hizo que el más alto sintiera una corriente de calidez invadiendo su cuerpo—, y yo entreno y me cuido mucho, todos los que me vieron desnudo han dicho que soy atractivo, tengo confianza que al príncipe le gustaré.

El supervisor sintió las mejillas calientes, ¡mierda! ¿Se estaba sonrojando?

—Claro...

—Un momento, Narciso, ¿por qué entraste sin invitación?

Eren se giró y observó al gato nuevo mirándolos desde el marco de la puerta, ¿en qué momento había llegado hasta ahí?

—Para ser un rey, no se debe ser desobediente —le habló con firmeza y el gato maulló en respuesta y luego comenzó a ronronear—. ¡Tch!

—¿Que sucede?

—Quiere un bocadillo, aprendió a escabullirse del cobertizo y de seguro dejé abierta la ventana de la cocina, se ha infiltrado por allí, no debería consentirlo, pero es insistente, maullará hasta salirse con la suya —luego miró a Eren—. Espera, por favor, me encargaré de él.

—Está bien —respondió mientras se sentaba en el colchón.

Levi fue a la cocina mientras hablaba por lo bajo con el gato y lo regañaba por su comportamiento. Sacó unas croquetas y las puso en un platillo que dejó en la sala, luego extendió una manta de lana sobre el sofá.

—Solo por hoy puedes dormir aquí, Narciso, pero sabes que no es tu lugar, te aprovechas que está el príncipe, tch, y no vayas para las habitaciones esta noche, ¿has entendido? Porque si lo haces te llevaré de vuelta al refugio, estoy ocupado como ves.

El gato volvió a maullar ahogado y de inmediato comenzó a masticar las deliciosas croquetas, no hacía falta remojarle el alimento porque a diferencia de los otros reyes éste aún tenía la dentadura completa.

Eren sonreía escuchando "la conversación" que acontecía en la sala, ¿quién hubiera imaginado lo sensible y genial que podía ser Levi? Al final había tenido razón cuando le dijo que la apuesta había sido algo bueno para poder conocerse mejor, había cierta sabiduría en esa forma de ser sin mentiras y directa, al principio podía parecer engreído y desconsiderado, pero si se analizaba bien, no había ninguna mala intención en lo que decía, solo la forma de hacerlo es lo que había que mejorar. Había investigado por su parte acerca del síndrome de Asperger, muchos de sus temores habían sido desactivados al informarse. Como personas, todos somos diferentes y únicos, los que tenían este síndrome tenían ciertas particularidades y nada más, se sintió un poco tonto de haberse sentido amenazado el día que se enteró de esto.

—Asunto arreglado —dijo apareciendo de nuevo en la habitación y se sentó al lado del príncipe—. Ahora, respecto a desnudarnos, si quieres podemos hacerlo de a poco, así Eren se acostumbra, no hay prisa.

—Sí, me sentiría mejor de esa manera. Lo siento, no sé por qué estoy tan nervioso.

—No te disculpes, prefiero que digas lo que necesitas y quieres, somos diferentes y las personas son complicadas, tal vez te pregunte muchas cosas, pero una vez que aprenda no lo olvidaré, quiero saber todo que le gusta que le hagan a Eren —dijo tomando una de sus manos y enredando sus dedos, se quedó mirando sus manos unidas como si fuera alguna obra de arte—. Y, yo también estoy nervioso —esto último lo dijo susurrando, como si fuera un secreto, Eren sonrió y comenzó a relajarse, Levi era decidido, pero a veces tan tierno que era imposible que el corazón no se le ablandara.

—Dijiste que besabas mejor en tu cuarto —le recordó Eren, y ambos se miraron unos segundos antes de unir sus labios.

Probablemente se volviera adicto a la forma de besar de Levi, cada vez le gustaba más el contacto físico con él. Levi le acarició la nuca mientras no dejaba de explorar su boca, sus respiraciones se volvían más fuertes y los besos más intensos. Levi se separó un momento y le atacó el bonito cuello, mordisqueando, arrastrando su lengua y descubriendo varios puntos sensibles de su compañero. El rostro de Eren excitado era maravilloso.

—El día más favorito de mis favoritos —aseguró el de cabello negro y luego, despacio, tomó el borde de la remera del otro y lo levantó para quitársela con cuidado.

Acarició los pectorales lampiños y repartió dulces besos por la dorada piel, Eren estaba entregado, ya no recordaba cuándo había tenido una previa tan romántica, estaba desarmándose por dentro, se mordió sutilmente el labio inferior cuando Levi se prendió a una de sus tetillas, lo complacía mucho, sus dedos se enredaron en las hebras negras de Levi, masajeando su cabeza, reafirmando su consentimiento a todo lo que estaba sucediendo.

—Eren puede quitarme la ropa, si quiere —sugirió Levi, notó que su voz sonaba más grave de lo habitual, le encantó.

—Claro.

Le desabotonó la camisa azul que le quedaba tan bien y cuando quitó la prenda no pudo evitar tragar en seco. Desde que Camila lo había asesorado en "moda" había notado que tenía buen aspecto (y no era el único en notarlo), pero su torso desnudo era... no podía quitarle los ojos de encima. La piel de Levi era al menos tres tonos más clara que la suya, tenía todos los músculos marcados, era más bien del tipo delgado pero fibroso, su abdomen le recordaba a los soldados espartanos de la película "300", y no solo los abdominales eran llamativos, sino unas lascivas y seductoras venas que se le marcaban en los antebrazos, y qué decir de las que nacían por debajo del ombligo y se perdían dentro de los pantalones adornado la "v" que antecedía a su entrepierna, estaba babeando, de una manera muy literal.

—¡Wow! —exclamó sin poder evitarlo y de pronto le nació una desesperante urgencia de acelerar las cosas.

Volvieron a besarse, mientras las manos iban y venían, esta vez fue Eren quien tomó la iniciativa para besar, chupar y lamer. Se pusieron de pie para poder quitarse los pantalones, las medias y a los zapatos los patearon debajo de la cama.

—Vamos a bañarnos —pidió Eren, Levi tomó las toallas, dejó toda la ropa descartada sobre la silla y finalmente se dirigieron a la ducha.

Abrió el grifo para templar el agua y apenas se giró el príncipe lo estrechó entre sus brazos para besarlo de nuevo, ya era notable lo abultado de sus bóxers, Eren usaba uno de color negro y Levi uno rojo, sus cuerpos buscaban la mayor cercanía posible.

—¿Eren ya no se siente tímido?

—Ya no.

Levi besó su pecho y metió sus pulgares en la ropa interior del príncipe para tirar hacia abajo, Eren devolvió las atenciones y finalmente no tuvieron más limitaciones entre sus pieles. El vapor de la ducha y la propia excitación hizo que se sintieran ligeramente húmedos, habían perdido un poco la noción del tiempo mientras se besaban. Había que asearse, pero a la vez se volvía muy difícil dejar de tocarse. El más alto observó detenidamente el cuerpo de Levi, sin disimulo alguno, de punta a cabo y el objeto de estudio lo miró como esperando su veredicto.

—Me gusta todo —dijo con simpleza.

—Lo sé, Eren tiene una erección, eso es porque le gusto —devolvió Levi con mucha lógica y tomó su mano para llevarlo dentro del agua tibia, la temperatura era perfecta—. Eren dejó que el agua lo mojara todo, mientras Levi tomaba una esponja suave y porosa, y vertía jabón líquido en ella. El lugar era bastante simple, un váter, un lavamanos, un pequeño espacio donde había un mueblecito con artículos para el aseo personal y la ducha con un estante para el shampoo y lo demás, Eren ya lo conocía de otras visitas que había hecho, estaba cubierto de azulejos blancos y no tenía bañera—. Levanta los brazos —pidió Levi cuando ya tuvo a la esponja supurando espuma por todos lados.

—Oh, ¿tú vas a... lavarme?

—Sí, lo haré muy bien, no te preocupes, además quiero tocarte en todas partes, ¿si puedo?

—Me encantaría, pero a cambio, después yo te lavaré a ti.

Levi pareció evaluarlo un momento y luego asintió en conformidad. Eren levantó sus brazos y las puntas de sus dedos tocaron el techo del recinto, el asesor le refregó la esponja por todo el pecho, cuello, pectorales, abdomen, axilas y lo que alcanzaba de los brazos, después Eren bajó sus extremidades para que pudiera hacerlo apropiadamente. Levi estaba con la misma expresión de concentración que tenía cuando estaba asesorando a los clientes del call center, Eren se acercó para besar su frente y la punta de su respingada nariz, en respuesta Levi lo miró con desconcierto.

—No pude resistirme, tenías una expresión muy linda.

—No sabría decirte, no tengo un espejo cerca. Ahora gírate, por favor.

Eren obedeció y su limpiador oficial se tomó varios segundos para apreciar la retaguardia del príncipe.

—¿Está todo bien? —preguntó Eren ante la falta de actividad, aunque tenía una ligera sospecha del porqué.

—Sí, sí, solo estoy... evaluando por dónde empezar.

El supervisor largó una risa coqueta.

—¿A Levi le gusta lo que está viendo?

—Sí, mucho, mucho, mucho, Eren es hermoso —lo abrazó desde atrás disfrutando del roce y Eren cerró los ojos para disfrutar también, se quedaron unos dos minutos escuchado el agua caer en esa posición.

Tal como dijera el dueño de casa momentos antes, no había prisa, estaban regocijándose en grande, de cada tramo conquistado. Al fin Levi bajó sus manos y pasó la esponja por la cintura de Eren y luego por el frente, agarró su entrepierna y frotó produciendo más espuma y los primeros gemidos del más alto, quién apoyó sus manos en los azulejos al frente para estabilizarse. Los movimientos de las manos de Levi eran gentiles, pero a la vez tenía experiencia sobre dónde y cómo tocar, la sensación era grandiosa, Eren dejó caer la cabeza al frente, el agua escurriendo por su cuello y cabello. Luego que estuvo satisfecho con la limpieza frontal, volvió a cargar jabón en la esponja y le frotó la espalda, las caderas y el trasero.

—¿Puedo ir más profundo con el jabón?

—Sí, está bien.

—Si algo te molesta debes decirme, lo haré suave.

—De acuerdo, diré si algo no me gusta, solo... no te detengas ahora —dijo mientras abría un poco las piernas e inclinaba más el torso hacia adelante.

Limpió toda la zona con diligencia, y luego con paciencia metió un dedo y luego otro, no aflojó demasiado porque era consciente de que el jabón no debía estar mucho tiempo en contacto con el interior de Eren, eso podía irritar la zona. Lo enjuagó y notó que era incómodo intentar lavarle el cabello por la diferencia de alturas.

De algún modo estaban conectados a un nivel más allá de lo físico, en el cual no hacía falta decir demasiado, por lo que al notar su molestia Eren se puso en cuclillas para facilitarle la tarea.

—Este shampoo no irrita los ojos, pero de todas maneras sería mejor si los cierras —aconsejó Levi, le brindó un masaje en el cuero cabelludo que a Eren lo relajó por completo y enjuagó los restos con diligencia—. Bueno, he terminado —avisó ayudando al más alto a ponerse de pie, entonces le entregó la esponja.

Levi miraba a Eren tal como un cachorro que espera una recompensa de su amo, se veía adorable, pero también sexy, Eren no podía decantarse por completo por una o la otra, ¿era porque tenía sentimientos? Sí, definitivamente había un sinfín de sentimientos manifestándose. Se besaron un buen rato antes de que se pusiera manos a la obra, ¿de qué se había puesto nervioso antes? Levi era considerado, respetuoso, y además sabía lo que hacía, ¡vaya que sabía!

Comenzó enjabonando sus hombros, masajeando esos tremendos trapecios que Levi se cargaba, el brillo de la espuma y el jabón, sumado a esa expresión seria que llevaba casi siempre le daban un aire de modelo de revista, una revista para adultos claro.

—Estás tan definido, me encanta.

—¿Tan qué?

—Oh, quiero decir, se nota que entrenas duro, todos los músculos se pueden apreciar con facilidad, ¿debería volver al gimnasio? —preguntó un poco avergonzado de no estar en tan buena condición física como Levi.

—Es bueno hacer ejercicio, es saludable, así que deberías ir a un gimnasio, sí, podemos ir juntos si quieres, soy entrenador físico, por si no sabes.

Eren abrió grande sus ojos ante la novedad.

—¿Eres entrenador físico?

—Sí, tengo mi título, está guardado en el placar, así que puedo ayudarte a entrenar, no te cobraré y compartiremos más tiempo juntos también. Y no es que entrene tan duro, solo una hora y media por día, pero soy constante, entonces, por eso mi cuerpo es así.

—Si eres entrenador matriculado, ¿por qué no ejerces? Estoy seguro de que ganarías mucho más dinero que en el call center.

—No me gusta entrenar personas, el sudor es molesto y las conversaciones son difíciles de mantener, la gente no entiende, hablar menos y entrenar más, decían que era demasiado estricto, ¿pero a qué vas a un gimnasio si no es a entrenar? Si quieres conversar puedes hacerlo en otro lugar.

—Puedo imaginarte diciendo eso —exclamó Eren con una sonrisa.

—Oh, pero a Eren no me molestaría ayudarlo, solo a Eren.

—Tengo un enorme privilegio contigo, entonces.

—Sí, es que Eren me gusta para novio, así que puedo entrenarlo, gratis, es muy conveniente, por si no lo sabes.

—Bueno, hablaremos de eso mañana, hoy quisiera... hablar menos y tocarte más.

—Me gusta lo que dices, pero no veo que me toques mucho.

Eren terminó riéndose, pero en pocos segundos recuperó el ambiente. Acarició el bien formado pecho de Levi, sus costados, porque decir que lo estaba lavando era una simple excusa, solo quería deleitarse lo máximo posible, apretó los bonitos abdominales notando su dureza y bajó la mano, junto a la espuma que se escurría, hasta el pene de Levi que estaba semi erecto, definitivamente tenía privilegios en muchos sentidos con ese hombre, y pensaba aprovechar todos y cada uno de ellos.

Ladeó su cabeza para buscar los labios de su asesor, mientras lo masturbaba rítmicamente, las manos de Levi acariciaron los brazos de Eren y se asentaron en su espalda baja donde masajeó con sus pulgares de una exquisita manera, su espalda pegada a los azulejos del recinto como punto de apoyo. Allí estuvieron refregándose un buen rato, hasta que decidieron que sería mejor llevar la acción a la cama. Levi se lavó la cabeza con rapidez mientras Eren salía de la ducha y procedía a secarse con la toalla que le había asignado. Desde afuera siguió admirando la belleza física del más bajo, se relamió anticipándose a lo que vendría.

Levi cerró los grifos, quitó un poco el agua de su cabello y aceptó la otra toalla que Eren le ofrecía. Salió de la ducha y terminaron de secarse lo más rápido que pudieron, pero, aunque los ánimos estaban listos, Levi lo obligó a sentarse y dejarse secar con un secador de cabello antes de pasar a la cama.

—Las almohadas húmedas son molestas —explicó brevemente, por lo que Eren suspiró y se quedó quieto dejando que Levi hiciera el trabajo de peluquero.

Diez minutos después volvieron a la habitación, Levi abrió la cama e invitó a Eren a meterse, le recordó a cuando alguien te abre la puerta del auto para que subas. Eren tiró la toalla usada en el suelo y se metió en las sábanas frescas que tenían un suave aroma que no supo identificar, pero era algo floral. Solo alumbraba el foco de un pequeño velador en la única mesa de noche que había del lado izquierdo. El anfitrión abrió el placar y trajo condones y una botellita de lubricante anal.

—Oh, estabas preparado —notó Eren divertido.

—Bueno, uno nunca sabe lo que puede suceder, Armenia, mi vecina, siempre dice que precavido vale por dos, que quiere decir que hay que estar prevenido, pero todo esto es nuevo —dijo mientras mostraba la caja de tres preservativos y la botella sellada.

—Está bien, tienes razón, uno nunca sabe.

Eren corrió su cuerpo para darle lugar a Levi que de inmediato se colocó encima sin muchos preámbulos. Volvieron a besarse sintiendo la desnudez de sus cuerpos bajo el peso de las sábanas, mucho más cómodos, más a gusto; ahora, encontrar el ritmo adecuado se daba de manera natural, giraron y Eren quedó encima, aprovechó para besar las clavículas de Levi, su pecho, sutiles besos que iban desplegando una reacción en cadena de poros erizados. Continuó su camino tentador hasta el ombligo de Levi donde mordisqueó a gusto, sintiéndolo estremecerse.

—E-Eren, eso me da cosquillas.

—De acuerdo, lo siento, ¿y esto te da cosquillas? —consultó mientras iba más abajo y besaba sus muslos internos observándolo seductoramente.

—Eso... ahí se siente bien, ¿me harás un oral? Porque eso me gustaría, sí.

—Con todo gusto —aceptó el más alto mojando sus labios con la lengua.

Procedió a tomar el pene de Levi entre sus manos, era un miembro atractivo, lo masajeó un momento notando como reaccionaba a sus estímulos de una forma muy entusiasta. Lo besó desde la base hasta arriba y finalmente hundió la cabeza en su boca succionando con suavidad, no quería hacerlo muy intenso, ya que no sabía cómo sería del agrado de Levi. Tenerlo en su boca y notar lo mucho que su compañero estaba disfrutando fue suficiente para ponerlo del todo duro a él también. Movió su cabeza empujando y retrocediendo, lubricando la suave piel, surcaban el tronco unas pronunciadas y deliciosas venas que procuró lamer y chupar a discreción, definitivamente tenía una debilidad por las venas marcadas.

—¿Así está bien? —consultó, aunque era más que evidente que Levi estaba disfrutando mucho, agitó la cabeza asintiendo y acarició la mandíbula de Eren con una de sus manos.

—Eren lo hace genial, sí.

Eren aprovechó para capturar la mano de Levi que lo había acariciado y la acercó a su boca para meter sus dedos índice y anular hasta el fondo a la vez que succionaba, Levi contuvo la respiración ante esta acción tan sexy.

—Acuéstate, ahora es mi turno —indicó Levi mientras se incorporaba del colchón, Eren hizo caso y se desplomó boca arriba, dispuesto a recibir absolutamente cualquier cosa que ese hombre quisiera darle.

Si bien era la primera vez que tendrían relaciones sexuales, todo el cuidado, el cariño, la consideración hacia el otro lo hacían increíblemente especial, iban a hacer el amor, ¿cuánto había anhelado Eren tener esa conexión especial con alguien? Harto del sexo casual, vacío, casi animal para solo apaciguar una necesidad física, pero que jamás llegaba a cubrir sus necesidades afectivas. Y ahora, de la persona menos esperada estaba experimentando todo de una manera tan poderosa.

Levi se arrodilló entre sus piernas, besó su abdomen, masajeó la erección de Eren y abrió el sello de la botella de lubricante para colocar un poco en sus dedos. Mientras lamía en sus ingles alternando una y la otra, Eren descubrió que a sus treinta y uno aún no conocía su cuerpo del todo, ¿así que ahí es donde tenía un punto erótico? Su cuerpo se sacudió de puro placer y cerró los ojos para sentirlo más. Los dedos de Levi acariciaban su entrada y poco a poco uno de ellos entró en su cuerpo, estaba lo suficientemente cachondo como para relajarse y dejar que lo fuera preparando sin problema alguno.

Levi lo masturbaba, besaba, lamía, mientras sus dedos iban aflojándolo con paciencia.

—¿Te sientes bien?

—Uf, sí, más que bi-bien, ¡ah!

Con dos de sus dedos dentro de Eren masajeó para expandir las paredes de su anillada entrada que comenzaba a ceder. Su templanza y autocontrol eran de admirar y Eren no podía estar más feliz y agradecido de que así fuera, varias veces le había tocado pasar momentos dolorosos porque sus parejas se habían apresurado. Cuando las caricias se hicieron más profundas, comenzaron a tomar velocidad, Eren apoyó los pies en el colchón y elevó un poco la cadera mientras la giraba en círculos, preso de la lujuria que estaba sintiendo.

—Y-ya, por, por favor, Le-Levi, ya e-estoy listo —le suplicó con dificultad, mirándolo con los ojos húmedos de tanto placer.

—Entendido.

Abrió el preservativo, lo colocó en su entrepierna y echó unas gotas de lubricante antes de proseguir, luego contempló a Eren por largos segundos, su corazón casi le explota de la emoción, iba a hacer el amor con el príncipe, su vida era buena en verdad. Posicionó su pene sobre la abertura que ya estaba un poco rosa por los toques anteriores, con firmeza, pero sin ser brusco, fue empujando para poder entrar al divino cuerpo. Eren no se sintió ni dolorido, ni incómodo en ningún momento, Levi supo prepararlo bien y ahora estaba siendo en extremo gentil, lo sentía entrar de una manera apretada y la sensación era sublime.

Abrazó la afilada cadera con sus largas piernas, presionando y dándole a entender que podía permitirse ser un poco menos gentil, Levi alojó el último tramo hasta la base de su pene y jadeó complacido, luego se agachó para besar a Eren que estaba desbordado de éxtasis, los besos eran tan jugosos que hacían un ruido considerable en el silencio de la habitación. Levi se apoyó con sus manos a los costados del cuerpo del más alto y comenzó a bombear adentro y afuera de manera calculada.

Eren gemía abiertamente mientras sus manos se afirmaban de los hombros de Levi, se sentía tan jodidamente bien, se masturbó a medida que las estocadas se volvían más rápidas para intensificar el gozo, Levi levantó el cuerpo de Eren desde las axilas con facilidad para sentarlo a horcajadas sobre el suyo, Eren se sorprendió de la enorme fuerza que tenía, pero bueno, ese era un detalle menor, ahora lo importante era...

—¡Ah! ¡Cie-cielos! Tan pro-profundo, ¡ah!

Abrazó el cuello de Levi mientras el hombre metía sus antebrazos por debajo de sus rodillas haciendo que levantara las piernas y quedara prácticamente en el aire, empujó para que su cadera se balanceara mientras lo empalaba hasta el fondo en cada arremetida. El placer era tan fuerte que la consciencia de Eren amenazaba con diluirse. El choque de sus cuerpos era certero y fuerte, los sonidos iban en aumento y Eren sentía que de seguir así no aguantaría mucho más.

—Levi, Levi, ¡oh!

—Está bien, déjalo salir —dijo el hombre compenetrado en lo salvajemente hermoso que se veía Eren en estos momentos.

Gimió con fuerza y contuvo la respiración mientras Levi lo penetraba una y otra vez, y no pudo seguir aguantando más, se vino de manera abundante, mientras su cabeza daba un latigazo hacia atrás, su entrada comprimiendo el miembro de Levi y sus piernas quedaron temblorosas. Levi detuvo sus movimientos para darle tiempo a que se recuperara, lo recostó en el colchón, pero sin salir de su interior, aún necesitaba un poco más de tiempo para llegar a su propio clímax. Tocó el semen blanquecino y tibio que había quedado desparramado entre sus abdómenes, no solían gustarle demasiado los fluidos corporales, pero había ciertos momentos, como éste, en que esas manías dejaban de existir por un par de horas.

—¡Wow, eso fue, increíble! —exclamó Eren una vez que pudo reponerse, le sonrió a Levi quien lo observaba fijo, aunque no hubiera una sonrisa en su rostro, podía notar a través de sus ojos que estaba igual de contento que él, se estaba volviendo un experto en encontrar las sonrisas que Levi escondía del mundo.

—Ahora, quiero un poco más, dime si es mucho o si quieres parar —pidió Levi a la vez que se acomodaba para sacar su pene hasta casi la punta y luego volver a meterlo, iba lento y profundo, en pocos minutos tuvo a Eren jadeando y excitado otra vez.

Tuvieron al menos dos horas completas de relaciones, explorando el cuerpo ajeno, dibujando mapas imaginarios de puntos lascivos y zonas sensibles. Para cuando decidieron dar por finalizadas las actividades nocturnas, Eren estaba completamente exhausto, mientras que Levi parecía más fresco que una lechuga recién recolectada de una huerta. Parecía exudar energía y brillos por doquier, Levi tomó una ducha luego de cambiar las sábanas, pero Eren estaba demasiado agotado, bebió agua fresca que le trajo su anfitrión y luego dejó que limpiara su cuerpo con una toalla húmeda y otra seca. Una vez que puso la ropa a lavar y programó el lavarropas, Levi regresó a la habitación, Eren a duras penas podía mantenerse despierto. Se sentó a su lado y besó su frente.

—¿Necesitas algo? ¿Tienes hambre, frío?

—Mmm, necesito que te acuestes aquí conmigo y que nos acurruquemos, ¿eso se puede?

—Está bien, pero solo un momento sino vamos a transpirar de nuevo.

—Un momento será suficiente, voy a dormirme de inmediato.

Levi apagó la luz del velador, se arrimó a Eren que se acomodó de tal manera que su cabeza pudiera reposar en el pecho blanco, desde esa posición Levi comenzó a acariciar con suavidad la porción de espalda y hombros que estaba a su alcance.

—¡Ah! No puedo explicar en palabras lo muchísimo que amo que me acaricien luego de hacer el amor, gracias —le confió el príncipe.

—Me gusta hacerlo, somos un buen equipo.

—Sí, lo somos.

—Buenas noches, Eren.

—Buenas noches, Levi.

—Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche, ni de día, por favor bendice a mis seres queridos, a los reyes, al príncipe y a mí, y gracias por este milagro inesperado, amén.

Eren movió perezosamente su cabeza, lo suficiente para que poder conectar su mirada con la de Levi.

—¿Eren necesita algo?

—Nah, solo me dio curiosidad escucharte rezar, no sabía que fueras religioso.

—Mmm, bueno, no voy a la iglesia y eso, tampoco leo la biblia, me la sé de memoria y muchas cosas no tienen sentido a mi entender, pero incluso si hablo con Armenia, que ella sí es muy religiosa, ella tampoco sabe mucho, dice que es una blasfemia poner en duda la palabra de Dios. Aunque no puedo evitar tener preguntas, porque hay cosas que no se entienden, luego... si los ángeles y los seres de luz que te cuidan existen, creo que es bueno pedirles su protección y agradecerles por ello, por eso... suelo rezar así por las noches.

—Entonces, seres de luz, ángeles, y... los demás que sean buenos, muchas gracias por este día tan genial, amén —se sumó Eren sonriendo con calidez—. Oh, y por favor, cuiden a los reyes, y al caballero de brillante armadura que han puesto en mi vida, también, ahora sí, amén.

Se quedaron en silencio unos momentos, Levi seguía acariciando a Eren y aunque era consciente de que el supervisor estaba muy cansado, no pudo evitar preguntar.

—¿Los ángeles le dieron a Eren un caballero de brillante armadura?

El más alto se carcajeó un poco y luego observó a Levi que no entendía su reacción.

—Sí, eres tú.

El hombre elevó las cejas sorprendido.

—¿Yo? ¿Tengo una armadura brillante?

—Es una forma de decir, ya sabes que las personas somos complicadas cuando hablamos, pero en términos de que se pueda entender, como el príncipe que soy, corresponde tener un caballero que me escolte, me cuide y me proteja, ¿cierto?

—Bueno... los príncipes... es verdad.

—Levi, ¿serías mi caballero de brillante armadura, entonces?

—Es que no tengo una armadura para empezar, oh, pero tal vez esta Camila sepa donde conseguir una.

—Es una metáfora, lo de la armadura brillante.

—Ah, las metáforas son complicadas.

—Es una forma de decir que quiero que estés a mi lado, me cuides y me protejas, y como tu príncipe yo también haré lo mismo por ti.

—Ya entiendo —dijo Levi aliviado de haber conectado todo en su cabeza—, lo que Eren quiere decir es que quiere ser mi novio.

El supervisor echó a reír con ganas, levantó su torso y buscó los labios de Levi para dejar un beso significativo.

—Sí, eso es lo que quiero decir.

—Entonces no uses metáforas complicadas, y sí quiero ser el novio del príncipe, tu caballero, no importa, puedes llamarme como quieras.

—Gracias, Levi.

—Entonces, ¿hay amor en el corazón de Eren?

—Sí.

—Lo sabía.

—¿Lo sabías?

—Sí, tus colores se pusieron muy intensos y alborotados cuando te besaba.

—No es justo, tienes una clara ventaja porque puedes leerme al ver "mis colores", ¿sabes? Una vez yo pude ver los tuyos, eran como nubes arremolinándose a tu alrededor, de color... morado y verdiazul, fueron apenas unos segundos, pero quedé muy impresionado.

—Con el tiempo podrás verlos con mayor nitidez, así funciona, al menos para mí. Los colores transmiten mensajes, los movimientos también, a veces explotan como fuegos artificiales y otras veces están quietos como el agua en la superficie de los lagos. Me llevó un tiempo entender sus significados, solía quedarme mirando fijo a las personas, es algo que no le gusta a la mayoría de manera que he dejado de hacerlo, aunque hice mis excepciones con el príncipe, me gusta mirarte.

—Y mis colores, ¿cómo se ven para ti? —preguntó mientras cerraba los ojos y se dejaba arrastrar lentamente por Morfeo.

—Los colores de Eren son hermosos, como él, a veces de un color naranja como el fuego, cuando lo vi la primera vez pensé eso, está hecho de fuego, pero no del que quema, pero cuando está triste se notan apagados, es como una bruma rojo oscuro, por eso es mejor que no esté triste.

Eren bostezó y se acomodó al costado de Levi, quien se giró para que pudieran seguir mirándose, hasta que el sueño se los llevara del todo.

—Hoy también es un día favorito para mí —dijo el más alto con la felicidad trasminando por todas partes.

Levi lo observó hasta que su respiración se volvió relajada y tranquila, no quería dormirse, estaba cansado, pero no quería perderse ni un solo detalle del rostro de su nuevo novio. Sintió un sacudón interno al recordar que ahora eran pareja. Por primera vez no se levantó a observar la lluvia que caía pausada afuera del departamento, le bastó con escuchar el repiqueteo de las gotas mientras su mirada desfilaba por las largas pestañas de Eren, por los labios un tanto rojos de tantos besos, la recta forma de su nariz. A su parecer, en el diccionario al lado de la palabra hermoso deberían poner una foto de él, eso pensó, si hasta la forma de sus uñas le parecía perfecta.

No era la primera vez que se enamoraba, ni que intentaba incluir a alguien especial en su vida, pero si era la primera vez que sentía que todo florecía a su alrededor, que los caminos se abrían, que existía una familia que sí quería tenerlo como miembro, que el rechazo al que estaba acostumbrado iba desapareciendo, que podía hacer amigos, que, aunque los cambios eran molestos y muchas veces difíciles para él, no eran imposibles, gracias al amor que finalmente había nacido en el corazón de su príncipe.

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By Luna de Acero.-