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Título
original: The Heart, The Soul 4: Before My Eyes
Autor: Andrew
Huang - alhuang©hcs. Miguel
García -
garcia.m©gmx..net
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Ahora, para Misato.
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Un
fanfic de Oddzilla Producciones, escrito por Andrew Huang
El
Alma, el corazón
Ante mis ojos
Basada en Neon
Genesis Evangelion, (c) Gainax Studios y
ADVision
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¨
¿Cómo
es que los niños se hacen adultos? He visto a dos
hacer eso
mismo justo ante mis ojos. Bueno, no; a veces,
pareciera que
pestañeé en ese momento crucial y no alcancé
a
ver el proceso. Antes de cerrar los ojos, eran niños e
inocentes,
aunque quebrantados; cuando los abrí,
eran...
¿Qué soy yo para ellos? Algún rol
debo haber tenido en todo
esto. Están a mi cuidado...,
estoy a cargo de ellos. Pese a
que los dos tienen aún
padres vivos, para qué decir parientes
sanguíneos,
su tutora legal soy yo. Soy su tutora, su consejera,
su hermana
mayor.
Asuka me dijo "mamá".
Recuerdo
la primera vez que encontré a Shinji en el cuarto de
Asuka.
El maldito papeleo me tuvo en pie la noche entera, esa
noche.
Cuando por fin terminé, cuando todo estuvo diez veces
firmado
y diez veces timbrado y diez veces repudiado, fui al baño
a
lavarme los dientes, y encontré abierta la puerta de Shinji.
Él
no estaba dentro. Encontré abierta la puerta de
Asuka. Estaban
los dos dentro. Él se había quedado
dormido junto a la cama de
ella, instalado allí como
cuidándola. No, no como. De verdad la
estaba cuidando, y lo
hacía porque ella había estado llorando.
Me daba
cuenta.
Aquello me hizo sentir cansada y desorientada. No me
había
esperado esto, para nada. ¿Quién lo
habría esperado? ¿Quién
hubiera podido?
Habían estado enojados toda la noche, aunque de
manera
desganada. Al darme media vuelta para irme, creí sentir
un
murmullo detrás mío. Agucé el oído
para escuchar, aun sabiendo
que no debía... Pero no alcancé
a oír. No sabía ni cuál de los dos
había
sido.
Shinji estaba madurando. Casi no me doy cuenta, y eso me
hacía
sentir vengüenza. Pero al menos, fue sólo
casi, y eso me hacía
sentir
mejor.
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--Déjame verlos.
Ritsuko me miró, se encogió de hombros,
y me pasó los informes.
Mmm. Bien. Asuka mejoraba. Para una
niña que había sido...
físicamente violada, a
falta de un término mejor, estaba rindiendo
bastante bien.
Sus ondas cerebrales se aproximaban a lo que
había sido
normal para ella antes.
--¿Cuándo crees que sea
capaz de volver a subirse a pilotear la
Evangelion? --preguntó
Ritsuko, con voz suave.
No pude evitar mirarla con rabia.
--Cuando esté lista, y ni un segundo antes. --La
voz me salió
bastante más fuerte de lo que habría
querido. Eso le dolió, me di
cuenta, y me arrepentí.
--Lo
sé. Después de lo que pasó, lo entiendo
--respondió--. Tal
vez sería para mejor que nunca
volviera a hacer eso. Pero...
Dejó la frase en el aire, y esbozó una débil encogida de hombros.
Pero. Siempre está ese "pero".
--El destino de la
humanidad descansa en estos Niños --me oí
decir,
ásperamente--. Perdón por hablarte brusco. --Suspiré,
volví
a mirar los gráficos más por costumbre
que esperando enterarme de
algo más, y cerré la
carpeta--. Hace mucho tiempo que sobrepasaron
el deber, lejos. Y
no sólo el de niños, sino que hasta el de
adultos.
Ella cogió la carpeta cuando se la ofrecí,
y asintió. Mientras hojeaba
ausentemente los papeles, quizá
nada más por costumbre también,
dijo:
--En
una época como cualquiera, tal vez. Pero ésta no lo es.
El deber
debía caer en los hombros de alguien. Cayó
en los de ellos. Podemos
desear que no hubiera sido así, y
créeme que lo deseo, pero así fue.
Les tocó a
ellos.
--Me pondría en lugar de ellos si pudiera --dije de repente.
Ritsuko levantó la vista, y clavó
los ojos en mí durante un momento
largo. Sentí que
la cara se me enrojecía.
--Sí, lo harías.
Te creo. --Una sonrisa casi imperceptible. Aunque
sin mucho humor.
Luego, abruptamente, miró su reloj--. Ya casi
es hora de
almorzar. Voy a la cafetería. ¿Vienes?
Miré el reloj de la pared, luego asentí:
--Debería comer, sí.
Caminé a su lado, avanzando por el
pasillo. Y entonces, algo que
me había estado molestando
vagamente se me hizo evidente.
Levanté la vista y miré
a Ritsuko, con el ceño fruncido.
Ella notó eso, y preguntó: --¿Qué?
--¿Por qué
me preguntaste cuándo Asuka iba a estar lista para
volver a
pilotar? Tú eres la doctora, tú eres la que tiene
los
resultados de las pruebas. --Señalé la carpeta
con la cabeza.
Ella aminoró levemente el paso:
--Sí.
Muy cierto. Yo tengo los números y los gráficos y
los
análisis. Pero una persona no está hecha de todo
esto. --La
carpeta se abrió fugazmente, luego se cerró--.
No se puede saber
todo viendo cuánto se acercan sus ondas
cerebrales a las de antes,
o cómo se eleva su ritmo
cardíaco en repuesta a estímulos en un
ambiente
controlado. Los test de sincronía no son lo mismo que
salir
al campo de batalla a enfrentarse a un Ángel verdadero.
Se
necesita alguien como tú para completar lo
demás.
--¿Qué, yo?
--Pues, sí.
De toda la gente de Tokio-3, yo diría que tú eres
la
que mejor conoce a esos dos Niños. A los que están
a tu cuidado.
Tal vez no sólo de Tokio-3..., sino de
cualquier parte. --Sonrió
una vez más--. En ese
sentido, tú eres la mejor calificada para
juzgar si ella
está en condición de volver a pilotar. Tú misma
lo
dijiste: sólo cuando esté lista.
--Ah --dije, asintiendo despacio. La cara se me volvió a enrojecer.
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¨
Más papeleo. Aborrezco el papeleo.
Por lo menos intentaba terminar
con ese cúmulo en el cuartel,
en vez de tener que levármelo
a la casa y privarme de más
sueño. Debía
haber estado en mi oficina para llenar todos los
papeles, pero no
quería estar sola; así que usé un espacio
vacío
en una mesa del cuarto de control. La charla de los
técnicos y
el zumbido de las computadoras eran
tranquilizantes.
Menos tranquilizante era la presencia del
Comandante en el
balcón de más arriba, pero no podía
evitarse... Tal vez él tenía
la misma idea que yo.
Hice lo que pude por no tomarlo en cuenta.
--Mayor.
Me
voy a tener que disculpar después con Makoto por pegarle
en
la cabeza con el lápiz, reflexioné.
--¡Mi...
mi comandante! No, no lo sentí acercarse desde
atrás
--tartamudeé.
No tenía caso
tratar de esconder mi sorpresa. Lindo resultado
de no tomarlo en
cuenta.
La luz se le reflejaba en los lentes; no le pude ver
los ojos.
No obstante, igual me retorcí bajo su
mirada.
--¿Comandante?
--¿Cómo están? --preguntó por fin.
Me tragué la
rabia. Es tu propio hijo, desgraciado insensible.
Y ella... bueno,
yo creo que ni sabes lo mucho que se importan.
--Asuka ya está
volviendo a la normalidad --contesté, manteniendo
la voz
cuidadosamente modulada y calma--. Y Shinji hace todo lo
que puede
por ayudarla. --Me detuve allí, deseosa de que él
tuviera
la desfachatez de preguntarme por...
--Dígales
que vayan a mi oficina hoy después del colegio. Tengo
que
hablar con los dos.
Lo miré darse la media vuelta para irse.
--Por algo se empieza, supongo.
--Creo que quizo decir "Sí, señor", mayor Katsuragi.
¡Carajo! ¿Lo dije en voz alta?
--¡Sí, señor!
Enseguida, mi comandante... Eeeh, perdón por lo del
lápiz,
Hyuuga-kun. Sí, es que me asustó. ¿Me podrías
alcanzar el
teléfono también?
Gracias.
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¨
No
sé por qué, exactamente, les dije que no se tomaran de
la
mano justo antes de hacerlos pasar a la oficina del
comandante.
Casi una tontería, ahora que lo pienso. Me
miraron raro antes
de entrar, con lo cual quedé sola en el
pasillo.
Así que me senté en el piso, apoyada
contra la pared, fuera de
la oficina de Ikari. Había una
silla, pero no era particularmente
cómoda. Además,
me sentía extrañamente rebelde. ¿Quiere que
me
siente en esa silla? Pues no quiero.
Válgame, a lo mejor la que debe madurar soy yo.
En la espera, mi mente
divagaba. Esos dos... Je, me gustaría
haber podido decir
que me recordaban a... a mí y a Kaji, pero
hubiera sido
mentira. Fuimos muy poco como ellos.
Ah, carajo, ¿por
qué me tuve que acordar de Kaji? Por fin había
logrado
sacármelo de la cabeza, y ahora... No. Él siempre
había
estado ahí, y siempre estaría
ahí.
Tantas cosas que lamentar. Y así y todo...
El sonido de pisadas acercándose a la puerta
desde dentro me
hizo levantarme de golpe. Al apartarme de la
pared, secándome
muy rápido los ojos con el dorso de
la mano, Shinji y Asuka salieron.
Asuka parecía un poco
entre emocionada y preocupada. Shinji nada
más se veía
preocupado, mirándola de reojo continuamente.
--Bueno, y... --empecé.
--Esta noche abordo la Unidad 02
--anunció Asuka. La consternación
aumentó en
la cara de Shinji. Yo sólo atiné a mirarla--. No,
Misato...
Yo quiero hacerlo. Quiero intentar de nuevo. El
comandante Ikari
no me obligó, me preguntó, nada
más.
Shinji se miró los pies.
--Puede que
te obligara si hubieras dicho que no --murmuró, en
tono
sombrío. Asuka no hizo más que mirarlo, con
expresión
descontenta.
Yo suspiré:
--¿De
verdad quieres, Asuka? O sea... ¿te lo preguntó, y
nada
más? ¿No te...?
--No, no me obligó --contestó--. ¿Cierto?
--...No la obligó --reconoció Shinji a regañadientes.
Y no pude
hacer más que asentir con la cabeza. Y al hacerlo,
noté
algo.
--Las manos.
Los dos se sonrojaron vivamente. Asuka habló primero.
--El comandante sabía.
Preguntó cómo nos estábamos llevando.
Me
imagino que... bueno...
Esta vez sacudí la cabeza.
--Bueno --dije--. No importa. Supongo que no piensa
que eso
vaya a interferir con el piloteo. Mejor, así no
tienen para qué
esconderlo. --Sonreí
lánguidamente.
Por último, Shinji sonrió también:
--Sí. Es extraño, pero creo que
hasta me alegro de que sepa.
O sea... es mi padre.
--Sí, lo es --dije.
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¨
Siempre
me siento intranquila cuando alguno de los Niños sube
a una
cápsula de entrada, sea para lo que sea. Así sea
para
pilotar una EVA y luchar con un Ángel en un combate
con todas las
de la ley, o sólo para una prueba de
sincronía en el estanque de
simulación, porque hasta
las pruebas de sincronía pueden tener
efectos colaterales
inesperados.
Cielo santo, esta noche, con Asuka subiéndose
de nuevo a esas
cosas, estaba aterrada.
--Misato, yo estoy
en NERV para pilotar. Tengo que volver tarde
o temprano. Mejor
antes si me siento capaz y no hay señales de
algún
Ángel, que después, cuando no me quede otra que
hacerlo
porque sí apareció algún
Ángel. ¿Cierto?
Eso fue lo que me dijo cuando le
repetí mis inquietudes esa noche,
después de llegar
a la casa. Tenía razón, admití de mala
gana.
Pero no tenía por qué gustarme.
Así
que me encontraba sentada en la sala, con una lata vacía
de
cerveza en la mano, y algún concurso idiota en la
televisión.
Apenas podía oírlos hablar en la
cocina, con sus palabras
enmascaradas en su mayoría por la
cháchara del presentador
del concurso, que anunciaba a los
participantes de hoy.
¿Y qué diablos hacía
mirando esa bazofia, cuando uno de mis
protegidos iba embarcarse
en una situación de, bueno, gran
incertidumbre en --miré
el reloj de la pared-- tres horas? El
dedo al control remoto, y se
esfumó Zenjirou-chan y esos
concursos y premios ridículos.
Me levanté, me estiré y partí
a la cocina.
Por alguna razón, me detuve y me apoyé contra
la
puerta, en vez de entrar enseguida.
No notaron mi presencia, y siguieron hablando.
--...pero a mí me gusta el lago --dijo Shinji, quejumbroso.
--Y es un puro hoyo en el suelo
con agua dentro --respondió
Asuka, con un pelín de
altanería. Pero aun desde ahí, me di
cuenta de que
estaban bromeando. Tal vez no lo que decían,
sinoen el tono
con que hablaban.
Quería quedarme allí y
escucharlos un poco más, pero sabía
que era mala
educación. Así que me aparté de la puerta un
par
de pasos, y dejé salir un suspiro fuerte, para luego
rezongar con
una pizquita de lloriqueo "Me falta otra
cerveza". De ahí entré a
la cocina.
Esta
vez, fui saludada por la escena de ellos dos sentados a
la mesa
muy callados, un tanto colorados.
--¿En qué
están ustedes? ¿Planeando la próxima cita?
--dije
sonriendo, yendo al refrigerador en pos de mi
cerveza.
Desde el otro lado de la puerta abierta del
refrigerador,
Shinji contestó:
--Conversando un poquito, nada más.
--Shinji está nervioso por mi
prueba de sincronía. El tontito
está más
preocupado que yo.
--¡Oye!
Cerré la puerta
y sonreí, limpiando la boca de la lata con la
manga.
--Uy,
qué tiernos --aguijoneé. Los dos pusieron cara
de
ofendidos. Me reí, quité la lengüeta de la
lata y me eché un
trago.
--Yo también estoy preocupada, Asuka --continué, ya seria.
Ella miró
la mesa y asintió. --Sí, ya lo sé. Yo también.
Pero tengo
que hacerlo. --Shinji estiró la mano y tomó
la de ella, dándole un
suave apretón, pero ella no
pareció darse cuenta--. Y por fin me
siento lista por
primera vez en semanas. Ya es tiempo de que lo
enfrente.
Pese
a todo, no me podía sosegar. Sacudí la cabeza,
frustrada,
y tragué más cerveza. Pero ella estaba
decidida, y no había
motivos sustanciales para seguir
oponiéndome. Además,
pensando en lo que Ritsuko
había dicho, y mirando bien a
Asuka y escuchándola y
tratando de ser objetiva... A lo mejor
sí estaba lista.
Carajo, esto del profesionalismo.
--Sí, ya lo sé.
Lo sé. Pero prométeme que si sientes que está
saliendo
mal aunque sea el más mínimo detalle, le vas a decir
a
Ritsuko que pare la prueba, y te vas a retirar. ¿Sí?
Shinji
miró directamente a Asuka, que miró entre él y
yo unas
cuantas veces. Luego asintió.
--Lo prometo.
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¨
Así
que me encontraba ahora en la cabina de control, supervisando
el
Hangar Seis desde lo alto. Era uno de los hangares de
reserva,
desprovisto de todo, salvo la Unidad 02 y el equipo de
monitoreo
incorporado a ésta. La vista hacia el hangar
estaba protegida por
una capa triple de plexiglás. No
íbamos a correr riesgos. Al menos
no los
observadores.
--Asuka, ¿cómo te sientes?
--Estoy bien, Misato. ¡Por centésima vez!
Me encogí ante su tono irritado. --Perdón, Asuka.
Ella suspiró. --No importa. Entiendo.
--Ya dimos la energía. Todo listo para empezar --dijo Maya.
Di
un vistazo rápido en torno mío. Ritsuko estaba junto a
mí,
Maya estaba ante una terminal a cierta distancia. Y
Shinji...
estaba al fondo de la sala, sentado en una silla, con la
vista
clavada al piso. Había insistido en ir pero, ahora
que estaba
allí, no se atrevía a mirar. Ni a la
EVA-02, vista de perfil
desde nuestra posición, ni a
ninguna de las lecturas de los
equipos que mostraban los signos
vitales de Asuka. Ni a la
cara de Asuka, que parecía
ansiosa en el monitor delante de mí.
--Lista.
--Actívenla.
El
cuarto se llenó con el zumbido típico del sistema al
iniciarse.
Mi mirada alternaba entre Asuka, los datos de su
respuesta
neurológica, y la EVA misma. Todo parecía
proceder con bastante
normalidad.
--Umbral superado --anunció Maya.
Ah. Allí estaba.
¿Doce por ciento?
--No... no está resultando --gruñó
Asuka. Su cara mostraba un
gran esfuerzo.
--¿Te
sientes bien? --preguntó Ritsuko, acercándose
al
micrófono--. ¿Algo extraño, lo que
sea?
Hubo una pausa.
--No. Sólo que... Tan difícil. No quiere... ¡Funciona, carajo!
--Relájate,
Asuka --dijo Ritsuko--. No intentes forzarlo así.
Cálmate
y deja que se conecte. Suéltate.
La vi cerrar los ojos
y aspirar hondamente el LCL, luego miré el
índice de
sincronía. Se elevó, pero apenas.
--Eeh... al
menos la cosa no fracasó rotundamente --dije no
muy
convencida. Asuka me miró con rabia, y la cara se me
enrojeció--.
Bueno, es cierto --musité.
--¿Cómo va la sincronía? --gruñó Asuka.
--Doce punto seis. Punto siete.
--¡Aggh! ¡No es
suficiente! --Dejó de lado cualquier idea de
relajarse, y
apretó los ojos, concentrándose. De nuevo, el
indicador
subió, pero sin cambiar mucho.
De repente, encontré
a Shinji a mi lado, mirando el monitor. No lo
había sentido
acercarse... estaba allí, y punto. Me asustó, pero
no
hice más que dar un pequeño paso al
costado.
Habló.
--Asuka... ¿por qué piloteas?
--¡Porque tengo que hacerlo!
--No, eso
no. ¿Por qué estás pilotando? ¿Por qué
estás ahí
sentada, intentando? --La voz se le oía
necesitada, casi
suplicante.
--Porque... Porque tengo que
hacerlo. Tengo que... proteger a la
gente, y luchar contra los
Ángeles. Tengo que... --Se detuvo, luego
continuó--.
Tengo que mostrarle a mi madre que valgo.
--¿En serio? --preguntó él.
--Sí --musitó ella.
--Entonces piensa en eso. Piensa en tu madre. Piensa
en... la
gente que quieres proteger. ¿Sí?
Me
encontré limitándome a observar aquel intercambio.
También
Maya, que miraba a Shinji pestañeando.
Ritsuko, al menos,
continuaba mirando las gráficas y barras
indicadoras, pero me
pareció verla sonreír
imperceptiblemente. Shinji, por supuesto,
no sabía de nada
excepto Asuka.
Hubo un rato de silencio. Luego la barra de
sincronía tiritó, y
empezó a remontar. Trece.
Catorce. Quince. Una pausa.
Diecisiete. Veinte.
Asuka empezó a reírse:
--Eso... ¡Eso! Puedo...
Está... Está resultando. Lo puedo sentir.
¡Ja!
--Seguía con los ojos cerrados, y tenía una sonrisa
delgada,
como teniendo un buen sueño. Shinji, también,
empezó a sonreír.
Maya por fin volvió a su labor de observar los datos de salida.
--Está
subiendo --dijo--. Treinta..., treinta y dos... Momento, su
ritmo
cardíaco...
Me giré de inmediato. También Shinji.
--¿Qué pasa?
--Está un
tanto elevado... Nada de que preocuparse, pero el pulso
se le está
acelerando un poquito. --Maya se encogió bajo nuestras
miradas
de furia combinadas--. Era para que supieran.
Asuka seguía
con risitas, al parecer ignorante de aquel acontecimiento
y de
nuestra preocupación. Tamborileé nerviosamete con los
dedos;
pese a las palabras de Maya, seguía con los nervios
de punta. No me
calmaba para nada el que su risa pareciera, a
juicio mío, bordear la
histeria.
--Por Dios, ¡qué
bien se siente poder hacer esto de nuevo! Es...
es... Au, me está
empezando a doler. Au.
--¡Apáguenla! --Gritamos yo y Shinji al mismo tiempo.
--¡No! No, quiero... ahhg, lo empecé y quiero terminarlo. ¡Por favor!
Yo iba
ya estirando la mano al interruptor. Pero Ritsuko bloqueó
mi
mano.
--Todavía no está en peligro --dijo--.
Puede haber algunos ecos
psicológicos del daño que
experimentó la Unidad 02 antes. Está
bien. ¡Está
bien, Misato!
Se enfrentó mi mirada de furia, y
hasta logró hacerme hacer caso.
Shinji ojeaba el tablero de
control, tal vez pensando hacer lo que
yo había intentado,
pero lo más probable es que no haya entendido
ni jota de su
funcionamiento, y no se animaba a tratar. Los dedos
me tiritaban,
pero Ritsuko estaba presta a interceptarlos.
--El índice
de sincronía se está estabilizando en cuarenta y
seis
coma tres por ciento --dijo Maya--. Y se mantiene firme.
Por
fin me volví también hacia el monitor. Asuka
continuaba
sonriendo, aunque parecía un tanto forzada. Por
último me miró,
con la vista un poco
desenfocada.
--¿Eso es todo? --dijo--. Buu. Yo esperaba... más.
Entonces se le cerraron los ojos y se
fue hacia un lado en el
asiento, con la cabeza colgando.
En
ese momento, el mundo se volvió muy distante, muy lento y
muy
frío. Como un sueño, casi. Aparté a
Ritsuko de un empellón, sin
tomar en cuenta su chillido de
protesta. Mis dedos bailaron por
el teclado y los interruptores,
mientras mis ojos absorbían ávidos
la información
de los variados indicadores. Asuka iba a estar bien,
por Dios, y
yo me iba a asegurar de eso.
Estando ya muy cerca de sacar una
conclusión, sentí que Ritsuko me
tomaba de los
hombros y me daba un fuerte sacudón. Luego su mano
voló
a mi cara. Un buen intento, pero fui más rápida y le
atrapé la
muñeca. Algo me decía...
ah.
--¡...diciendo que está...!
--...Que
está bien. Sí. Me acabo de dar cuenta, Ritsuko. No
tienes
para qué pegarme.
Me miró, pestañeando, con la cara un tanto pálida:
--S...
Sí. Estaba cansada, eso es todo, y se desmayó por
el
agotamiento.
--Pero, ¿por qué?
--Le
costó un gran esfuerzo, mucho más de lo normal, poder
superar
ese bloqueo. Eso es todo, en realidad.
Asentí,
cortante, pero no dije nada. Ella tomó esto como una seña
de
que continuara.
--Va a necesitar dormir, tal vez sus buenas
doce horas o por ahí,
sobre todo porque al parecer no
estaba muy bien descansada al
empezar. Pero está bien.
Le
solté por fin la muñeca. Hizo una leve mueca de
dolor,
sobándosela; iba a tener que disculparme después
por eso.
O tal vez no, puesto que ella iba a cachetearme. En
silencio,
me volví hacia la ventana, y vi a Shinji correr
por una pasarela
hacia la espalda de la Unidad 02. Debió
haber salido hasta allá
en cuanto Asuka se había
desmayado. Maya, que parecía estar
sonriendo un poquitín,
siguió callada y apretó algunos botones,
que
hicieron abrirse la escotilla y salir la cápsula de
entrada,
que se abrió luego de un momento, vaciando el LCL.
Vi a Shinji
subirse y desaparecer de mi vista por unos segundos,
luego sacar
cargada a Asuka, sosteniéndola con gran
cuidado. Por fin me
relajé, apoyando mi ahora lánguido
cuerpo contra la consola.
Estaba cansada.
--Creo que tengo ganas de llorar --murmuré.
--Demasiado tarde --contestó
Ritsuko, pasándome una caja
de
pañuelos.
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El
viaje en auto de vuelta a la casa fue bastante callado...
Ritsuko
nos autorizó a llevárnosla, en vez de dejarla en
la
enfermería. No se justificaba mucho, dijo. Asuka
despertó
brevemente, preguntó adónde íbamos,
luego volvió a dormirse.
Shinji insistió en cargarla
él solo hasta el auto, y se sentó con
ella en el
asiento trasero.
Puse cuidado de conducir despacio, no como de
costumbre, para
que no despertara. Un vistazo por el espejo
retrovisor no mostraba
ningún vehículo detrás
nuestro, y a Shinji mirando a Asuka con
afecto y
preocupación.
--Hacía tiempo que no me asustaba
tanto --dijo él entonces, como
dándose cuenta de que
lo miraba.
Asentí, devolviendo mi atención visual a la calle:
--Lo mismo digo. --Una carcajada corta--.
Más le vale que no nos
vuelva a hacer algo así.
Silencio. --Va a tener que hacerlo. Cada vez que vuelva a subirse...
Suspiré, luego pensé brevemente aquello.
--Bueno... --dije--. Tú
le has estado haciendo lo mismo a ella
cada vez que te metes a una
cápsula de entrada. Y a mí también.
--Lo sé. Perdón.
--No tienes por qué pedirlo. Todos tenemos un trabajo que hacer.
Me mordí el labio,
repitiéndome eso último a mí misma.
Teníamos
deberes que cumplir.
Pasaron unos minutos
más en silencio. Entonces se me ocurrió
algo. Bueno,
además, trataba de sacarme aquello de la mente.
--No he visto mucho a Rei últimamente. ¿Cómo está ella, Shinji?
--¿Hm? Ah... Está... Está
prácticamente igual, creo. Aunque a
veces me parece que nos
mira un poco raro. A mí y Asuka, digo.
Sonreí. --A lo mejor está celosa.
--...a lo mejor.
Había un "pero" tácito allí, me di cuenta. Lo dije:
--¿Pero?
--Lo dudo. Al menos, no como creo
que estás insinuando. No creo
que ella... sienta eso por
mí, ni ahora ni antes.
--Hmm... Con ella, cuesta distinguir.
--Bueno, no sé. Al menos parece como, eeh,
curiosa por como han
cambiado las cosas entre nosotros. En nuestra
clase no hay muchas
parejas ni nada... Nunca les ha puesto
atención a las que hay. No los
conoce.
--Hm.
Entonces... ¿ustedes son la primera pareja de verdad que
ella
conoce?
--Eeh... sí, yo creo.
Me tragué
las moderadas ganas de reír; casi podía sentirle
las
mejillas rojas detrás mío. Acababa de más
o menos admitir que
eran pareja. Cosa que no necesitaba mucho ser
dicha, pero entendí
lo distinto que era decirlo en voz
alta.
--¿Y entonces qué quisiste decir con que
ella no está celosa de la
manera que yo insinúo?
Hubo una pausa pensativa antes de que contestara:
--Pues... supongo
que ya no hablo mucho con Ayanami últimamente,
porque estoy
más con Asuka. Me imagino que es culpa mía.
--Y
de Asuka también. Pero bueno, entiendo. Estas cosas tienden
a
pasar. Nada más no dejes que continúe, ¿sí?
Igual puede ser una
buena amiga tuya. De los dos. Va a ser un
poquito distinto, eso es
inevitable, pero...
--Sí.
Y de verdad pareció entender.
Llegamos al departamento al
poco rato. Shinji subió a Asuka en
brazos y la depositó
delicadamente en la cama; lo eché del
dormitorio, le quité
el traje de conexión a Asuka con un pelín
de
dificultad, y le puse un camisón, luego la dejé
que durmiera.
Shinji y yo decidimos retirarnos temprano, y
después de eso nos
fuimos cada cual a su
cuarto.
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¨
La
mañana empezó temprano para nosotros al otro día,
también.
Bueno, para Shinji y para mí. Asuka dormía
como muer... seguía
durmiendo profundamente. Él
quería quedarse con ella, pero
insistí que fuera al
colegio; no debería perder más clases que
las
estrictamente necesarias. Yo la iba a vigilar, dije. Se fue
de
mala gana, y yo me quedé, acompañada con mis
pensamientos.
Y con Pen-Pen también, pero él decidió
irse a ver televisión.
Una vez más, la cara de
Kaji afloró a la superficie. Suspiré, y
combatí
el impulso de ir a buscarme una cerveza. Era el ver a
Asuka y a
Shinji juntos lo que me hacía recordarlo, decidí.
Aunque
no se parecían mucho a nosotros como individuos, la
relación
de ellos dos... Sí. Por donde uno lo viera, había
fuego
allí; eso sí, en el caso de ellos, el fuego
venía de Asuka, aunque
Shinji podía contribuir a
veces. Con Kaji y yo... era siempre
interesante.
Esperé
nada más que tuvieran una mejor oportunidad que nosotros
en
esas cosas. No sería justo. No para ellos, que merecen
algo
mejor, y no para mí, que tendría que verlos
caer. Tal vez ellos
pudieran enmendar nuestros errores.
Esa
idea me hizo reír. ¿Acaso estaba tratando de aliviar
ciertas
partes de mi vida a través de ellos dos? Quizá,
posiblemente.
Daba un poco de pena, tal vez, pero...
Un
poco antes del almuerzo, mientras yo luchaba con algo más
de
papeleo --lo juro, parece que se reproduce cuando está
amontonado
en mi escritorio-- sentí que por fin alguien se
movía. Miré fuera de
mi dormitorio, y vi unos
mechones rojos desaparecer en el baño.
Bien.
Unos
minutos depués, Asuka volvió a salir, pareciendo un
poquito
emborrachada. Al verme apoyada contra la pared del
pasillo, me
sonrió con cara cansada.
--Guten Morgen --dijo, soñolienta.
--Buenos días. Casi mediodía, eso sí. ¿Te sientes bien?
--Sí... Estoy bien. --Dio un bostezo gigante--. Pero con hambre.
Las dos marchamos a la cocina, y puse agua a hervir, para el té:
--¿Quieres desayunar, o nos saltamos derecho al almuerzo?
--Eeh... almuerzo.
Sabiendo que su
estómago se rebelaría ante mis especialidades
de
siempre, decidí ponerle un poquito más de empeño
a mi técnica
culinaria, y saqué pescado y verduras
para cocinar.
--Felicidades --dije, una vez que tuve el
pescado asándose como
corresponde.
--¿Ah? Ah... Tú dices por... Sí. Gracias.
--Pero no cumpliste tu promesa.
Hubo una pausa llena de incertidumbre.
--Pe... perdona, Misato --balbuceó.
Había un obvio desgano en
su voz, de decir esas palabras.
Pero al menos se disculpó.
Me di vuelta y la miré severamente.
--Nos diste un buen susto --dije, cruzándome
de brazos--. ¿Por qué
no lo detuviste?
--Pues,
porque... distaba mucho de ser tan malo como la mayoría de
las
cosas que me han pasado pilotando. Era un dolor fuerte en el
brazo,
nada más. Ni siquiera hubiera dicho nada si no hubiera
sido
tan inesperado.
Continué mirándola. --Igual. Podía haber sido seña de algo malo.
--Sí,
pero... Oye, Ritsuko no paró la prueba, ¿verdad? Dejó
que
continuara. Ella sabe mejor que cualquiera de nosotros si
está
bien o no.
Yo pestañeé, y la miré, antes de volverme hacia la sartén:
--Eso
es cierto hasta por ahí. Ella no sabe mejor que tú cómo
te
sientes. Y... bueno... --Volteé el filete de pescado,
sacudiendo
la cabeza--. Ya sé que este tipo de cosas van a
pasar de nuevo,
pero...
--Tenía que hacerlo, Misato.
--...Sí, lo sé.
Pronto, puse un
plato de pescado y verduras delante de las dos, y
también
té. Nos quedamos en silencio para comer,
inicialmente.
--¿Shinji fue al colegio?
--Sí.
Se quería quedar, pero no debería faltar a clases si
puede
evitarlo.
--Se preocupó también, ¿cierto?
--Vieras tú.
--Supongo que tengo que disculparme con él también.
No pude evitar el reírme un poco con la poca gana de su voz.
--Sí,
así es. --Tomé algo de té--. Los dos están
muy apegados
ahora, ¿verdad?
Ella asintió sin
hablar, y el pelo le cayó a la cara. Creo que
trataba de
esconder un sonrojo. Qué extraño, la forma en que
estas
cosas pueden cambiar a la gente. Me limité a
sonreír,
recordando a un hombre con cara de bribón
que, decían, cambiaba
de novia como cambiaba
camisa...
--Qué bueno. Creo que los dos son más fuertes así.
--Y bueno que estaba. Le hacía
falta afirmarse los pantalones un
poco, y me enorgullece decir que
he tenido influencia en eso.
Ah. Ahí sonaba más como de costumbre.
--¿Y en qué te ha hecho bien a ti, hmm?
--Está clarísimo --contestó,
sonriendo--, ahora tengo una forma
positiva de usar toda mi
energía, ayudando a Shinji.
No pude menos que elevar los ojos al techo.
--Por supuesto --dije. Y pestañeé,
recordando algo--. Ritsuko dijo
que no estabas muy descansada
cuando empezaste la prueba de
sincro ayer. ¿Noche agitada o
algo por el estilo?
Se sonrojó bastante, y yo levanté una ceja.
--Emm... bueno... la noche anterior, Shinji y yo
estábamos
conversando un poquito, y... --Yo subí la
otra ceja. Ella se puso
más roja todavía--. ¡No!
No hicimos nada. Nada más..., o sea...,
hablamos un rato.
Más de lo que debíamos,
supongo.
--Hablaron.
--¡Sí!
--Y abrazaditos, sin duda.
--Hmmff.
Me reí. --Ya. No
me meto más. Pero tienes razón, se quedaron
hasta
más tarde de lo que deberían. Ustedes están
creciendo, y
son nada menos que pilotos EVA activos. --Puse
énfasis en la palabra
"activos" y sonreí
al decirla. La cara se le encendió, y creo que
entendió--.
Tienen que dormir lo suficiente. Y no vayan a llegar
muy lejos,
¿sí? --concluí, aleccionándola con el
dedo.
--¿Que hagamos lo que predicas, pero no lo que practicas?
--¡¿Cómo!
Riendo, Asuka huyó de la cocina, conmigo persiguiéndola.
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Después
de una ducha rápida, Asuka vino y me pidió llevarla
al
colegio.
--Pero ya pasó medio día, y ya
tienes permiso para quedarte
en la casa. Llamé a tu
profesor.
Se encogió de hombros.
--No quiero
estar encerrada aquí así --fue su
despreocupada
respuesta.
El labio se me retorció.
Eso era sin lugar a dudas cierto, pero
también sin duda
alguna no era la única razón.
--Bueno, está
bien. Al diablo los informes. Voy a buscar las
llaves y
vamos.
Pronto, ibamos en camino. Miré de reojo a Asuka,
en el asiento
del acompañante; iba mirando por la
ventanilla al paisaje que
pasaba hecho un borrón.
Mantuve
el silencio. Ya habíamos dicho en la mañana todo lo
que
había que decir. Ella, sin duda, iba armando en la cabeza
su
reticente disculpa para Shinji.
Los kilómetros
pasaron raudos, y estuvimos en el aparcadero.
Hice mi viraje
patentado "llanta chirriante", lo que suscitó
un
chillido de sorpresa en Asuka. Se me había antojado que
la
chiquilla estaba demasiado pensativa, demasiado absorta.
Y
además, alguien debía avisarle al muchacho que
veníamos.
Asuka me miró feo. Yo nada más sonreí afablemente.
--¿Qué? --dije.
--Te
juro que si sigues así, te van a quitar la lincencia. --De
ahí
sonrió--. Gracias por venir a dejarme.
--De nada --contesté, viéndola tomar su bolsón y bajarse.
Llevé la mano a la palanca de cambios, luego
cambié de opinión y
en vez de eso tomé las
llaves, luego apagué el motor. ¿Qué puedo
decir?
Me picó la curiosidad.
Para cuando me bajé del
auto y me senté en el capó para seguir
mirando,
Shinji ya había salido corriendo por la puerta
principal,
justo cuando Asuka llegaba. Lamentablemente, me hallaba
demasiado
lejos como para escuchar; sus voces se las llevaba el
viento y los
ruidos diversos de las canchas de deporte. Así
pues, mi imaginación
llenó la conversación.
La
vi detenerse delante de él, con la cabeza gacha. Él la
miraba
de lleno, con los brazos cruzados. Era como si hubieran
intercambiado
sus papeles acostumbrados... Estuvieron así
un ratito, hablando de
forma inaudible para todos excepto ellos.
Pero, al final, ella levantó
la cabeza, y pude ver que él
le sonreía.
Y luego se acercaron y se abrazaron. Los
gritos y aplausos que
llegaron desde las ventanas de arriba me
dijeron que no era yo la
única espectadora. Me reí y
me sumé a los gritos y aplausos,
incluso al verlos
apartarse de repente, sorprendidos con la gritería.
Les
sonreí. Me miraron muy feo, después a sus compañeros,
antes
de desaparecer al interior del colegio, tomados de la
mano.
¿No estás orgulloso de ellos, Kaji? No sabes cuánto lo estoy yo.
¨
Fin.
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Agradecimientos
a Alain Gravel, Toh Ee-Loong y a Daniel Snyder por
sus profundos
comentarios respecto a este relato.
El siguiente... Hm. ¿Rei, quizá? O tal vez hasta Gendo.
Sí, me doy cuenta
de que, al alejarme de los puntos de vista de
Shinji y de Asuka,
ahora la relación de los dos no está recibiendo
mucha
atención. Pero, les diré, no quiero que esta serie
sea
completamente acerca de ellos. Misato, Rei y, sí, Gendo
también,
importan aquí.
Además, tarde
o temprano, voy a querer más Shinji y Asuka, y voy
a hacer
otra historia al estilo "Momentos tranquilos" :)
