Notas de la autora: Buenas! Solo unos breves comentarios. En primer lugar no he cambiado el nivel del fic (de T a M) porque no me parecio necesario. La escena lemon es muy corta, no tiene nada muy agravante y no va a haber mas. Pero si alguien se siente mas comodo cambiando el "rating" sentiros en completa libertad de decirmelo. Y en segundo lugar, a muchos de vosotros os he contestado ya el review, los que estais inscritos principalmente, porque me gusta agradeceros el que me escribais, y que sepais que si que leo lo que me decis de mis capitulos, pero agradeceroslo a todos al final me ocupaba mucho tiempo, asi que a los que pueda, a partir de ahora, os lo agradecere como he hecho con Minue, Yumi... entre otras. Espero que os parezca bien esta idea. Ya sabeis, cualquier cosa tan solo hacermelo saber. Y nada mas, que aqui vamos con el capitulo, besos!

Cuando estaba acercándose a la cabaña de Kaede, la sorprendió encontrar todas las luces encendidas, pero un silencio sepulcral rodeaba el lugar. Temerosa de que algo malo hubiera sucedido, sentimiento agravado por el hecho de que el medio demonio no había aparecido en su busca, ingresó, corriendo, en el habitáculo.

Sus ojos se entornaron de la sorpresa al descubrir todos en la estancia, con caras serias, miradas preocupadas… dirigió su vista al punto al que todos observaban, y fue en ese momento cuando sintió un vuelco en el corazón, y solo una palabra escapó de sus labios:

"Kykio…"

El adiós

Los personajes no me pertenecen y hago esto sin ánimo de lucro. Espero que les guste.

Capítulo 9

"ggg" mientras hablan
'ggg' lo que piensan

Kkk flashback

XXX cambio de escena

Kykio vio pasar las nubes tranquilamente. Hacía bastante tiempo que se había alejado del grupo y se había sentado con los pies en el río, dejando que las aguas cristalinas acariciaran su piel, agradeciendo el frescor que le aportaban a su cuerpo vacío.

'Qué debo hacer?' se dijo. No era propio de ella estar en dicha confusión. Siempre había sido una persona con las cosas muy claras, y de acciones decididas.

Se cubrió el rostro con la mano izquierda, cuando sintió el deslumbrar en sus ojos, y aceptó este momento de tranquilidad para pensar sobre su situación.

Lo que peor llevaba, era esa mezcla de sentimientos que se habían formado en su ser cuando vio ese abrazo sobre protector de Inuyasha con su reencarnación. Pero ella no debería estar molesta por eso. Al fin y al cabo, no era más que un conjunto de barro y huesos, que andaba como alma en pena por el mundo, vagando libremente, sin un fin en su camino…

De pronto, abrió los ojos con sorpresa, y alzó su esplendorosa figura, quedando sentada sobre la hierba. Una gota de sudor recorrió su frente, a la vez que sacaba los pies del agua, abrazándose a sí misma, formando un ovillo blanco, rojo y negro, del que solo se distinguían con claridad sus grandes ojos oscuros.

'Eso ha sido… un latido?' fue entonces cuando supo que algo importante estaba ocurriendo cerca del medio demonio.

Se calzó nuevamente y se puso de pie, emprendiendo la marcha, deshaciendo el camino andado, volviendo su gesto serio, borrando de su cara cualquier expresión de duda o desconsuelo. Volviendo a ser ella, a ser Kykio.

XXXXXXXXXXX

Inuyasha volvió al Sengoku, a través del pozo devora-huesos, dispuesto a esperar a la joven de cabello azabache, avisando a Sango y a Miroku que estuviesen preparados, porque saldrían de viaje esa misma tarde, cuando él fuera a recoger a Kagome a su época.

Ninguno de los presentes hizo comentario alguno sobre esa tonta sonrisa que permanecía en los labios del muchacho de pelo plateado. Tampoco quisieron ser indiscretos en el tema concerniente a la pelea con la joven. Pero fuera lo que fuese lo que había ocurrido entre ellos, todos notaron que, de alguna forma, la situación entre ambos había cambiado profundamente.

"Voy a por Kagome, no tardo"

"Inuyasha, sigo pensando que deberíamos salir mañana al amanecer. Por qué no nos quedamos a descansar esta noche en casa de la venerable Kaede?"

"He dicho que no y es que no!" contestó severamente. "Tiempo habrán tenido para descansar, cuerpo de humano bueno para nada, keh! Si no salimos ahora Naraku…" y así siguió farfullando por lo bajo mucho después de haber abandonado la cabaña, emprendiendo el camino hacia el interior del bosque.

"Ay!" suspiró el monje "Este Inuyasha nunca cambiará" y dicho esto giró sobre sus talones y se fue a ayudar a la mujer que portaba un enorme boomerang en su espalda.

Apenas unos metros más allá encontraría la puerta, o conexión, de este mundo con el futuro. Y la verdad es que ya tenía bastantes ganas de llegar. Aunque no habían hablado de lo ocurrido en el día de ayer, las imágenes de Kagome desnuda, entregada a sus caricias y suspirando su nombre, se le hacía tremendamente atractiva e, interiormente, rogaba por una segunda oportunidad en esa ronda de besos y de caricias.

Y en estas estaba cuando una luz blanca brilló a través de las ramas, llegando hasta él. Una serpiente caza almas pasó rondando su cabeza.

"Kykio…" salió corriendo en esa dirección, el corazón latiéndole aceleradamente, esperando encontrar a la mujer por la que murió una vez.

Y la encontró.

Kykio estaba apoyada en las raíces de un gran árbol, respirando pausadamente. Se la veía bastante cansada y más pálida de lo normal.

Nuestro medio demonio avanzó en grandes zancadas, volando casi sobre el pasto, llegando hasta el cuerpo de la muchacha y cogiéndola en sus brazos, asustado por la joven.

"Kykio… qué te ha pasado?"

"Naraku…"

"Ese maldito… dónde está?" preguntó, mirando en todas direcciones. Esperando encontrar algún vestigio de dicha persona cerca del lugar.

"Inu…yasha…" pudo musitar, incluso respirar le costaba trabajo.

"Qué te pasa? Cómo puedo ayudarte?" preguntó tremendamente asustado.

"Llévame con mi hermana" rogó forzadamente. El medio demonio no dudó en cumplir la petición ni un solo segundo y se alzó sobre sus pies, camino a la aldea a una velocidad sobre-humana.

Olvidando por completo que tenía que ir en busca de Kagome.

XXXXXXXXXXX

"Kykio…"musitó la muchacha proveniente del futuro.

Cuando entró a la cabaña, se encontró con Miroku y Sango sentados a la derecha, sus espaldas estaban apoyadas en la pared. Miroku cruzado de pies y brazos, Sango sentada sobre sus rodillas con una mirada desconcertante que viajaba desde el medio demonio hasta la muchacha tumbada a su lado.

Shippo, por el contrario, estaba sentado a la izquierda con cara de pocos amigos, mirando hacia Inuyasha.

El medio demonio y la miko se encontraban al final de la sala, al lado de una durmiente Kykio. Kaede le sujetaba la mano para darle apoyo, mientras que el muchacho la miraba, totalmente preocupado, sensación que se desprendía completamente de su rostro.

"Kykio…" todos alzaron sus miradas para encontrarse con la de ella, algunos preocupados, otros expectantes, otros… sin saber siquiera que esperar.

"Kagome, que bueno que has llegado, mi hermana quiere hablar contigo" repuso Kaede en el tono más solemne que encontró. La muchacha no se alteró ante esto, simplemente dejó la mochila que llevaba en una esquina, se descalzó dejando sus zapatos a la entrada, y se dirigió al lugar pedido. Su corazón latiendo a toda velocidad. Se arrodilló ante la joven con algo de temor… la miró detenidamente, por qué todo el mundo pensaría que se parecían?

"Kykio ha sido atacada por Naraku, y él ha sido capaz de ponerle esta cosa que impide que su cuerpo absorba almas" explicó Inuyasha señalando un collar de color marrón que colgaba del cuello de la miko.

"Exacto, tiene unos poderes extraordinarios, y nosotros no podemos quitárselo. Solo puedes hacerlo tú, Kagome" terminó de explicar la sacerdotisa Kaede esperando algún tipo de reacción por parte de ella.

"Entiendo" fue lo único que comentó. Volvió su vista al rostro pálido de Kykio. Esta permanecía con los ojos cerrados, su pecho no se movía, lo que demostraba que no necesitaba respirar para seguir "viviendo". Las manos estiradas a los costados, y una manta llegando un poco más arriba de su cintura.

"Os dejaremos solas" y así todos y cada uno de los presentes se fueron levantando, excepto el medio demonio, que seguía en la misma posición que al principio.

"Vamos Inuyasha" le espetó Shippo, agarrándole por la manga del haori.

"Keh! Y por qué tengo que irme" dijo algo furioso, pero su tono demostraba la preocupación que sentía.

Esto le dolió seriamente a Kagome, pero no hizo nada al respecto. Todo lo contrario. Intentó poner su cara más serena y otorgándole una gran sonrisa repuso

"Inuyasha, confía en mí, si?"

Inuyasha, que no la había mirado hasta ahora, alzó la vista, posándola en su brillante rostro, y fue suficiente para que cediera a su petición, no sin antes soltar unos cuantos "Keh!" mostrando su disconformidad con el asunto.

Cuando todos se hubieron marchado, Kagome volvió a mirar el cuerpo de la no muerta, y alzó una mano para quitar el collar que estaba alrededor de su cuello, cuando una voz la detuvo.

"Podría morir, eso sería bueno para ti" comentó Kykio sin abrir los ojos.

La mano de la chica del futuro se detuvo a medio camino, y sin mirarla repuso.

"Pero eso pondría triste a Inuyasha"

"Él ha prometido quedarse conmigo"

"Eh?" preguntó sorprendida. A qué venía todo esto ahora?

"Naraku ya no posee el corazón de Onigumo en su cuerpo, por lo que puede matarme cuando el quiera. Inuyasha me ha prometido que se quedará conmigo, o más bien, yo me quedaré con vosotros"

"Ah, si?" no pudo evitar que una lágrima solitaria recorriera su juvenil rostro. Lágrima que nadie vio.

"Si no me quitas el collar, moriré"

Kagome acercó la mano hasta las perlas que formaban el objeto, y cuando sus dedos apenas lo rozaron en su superficie, una brillante luz cegadora le obligó a cerrar los ojos, mientras notaba un dolor inmenso esparcirse por su cuerpo. Sin abrir sus pupilas, asió más fuertemente el collar, aguantando ese dolor que había comenzado en su brazo, pero que poco a poco viajaba a lo largo de su brazo y tronco en general, hasta que sintió que la joya se partía en mil pedazos. No pudo evitar que un grito escapara de su garganta.

"Kagome!" oyó gritar, y se sintió caer pesadamente. Pero unos fuertes brazos detuvieron su caída, y solo pudo vislumbrar unos bellos ojos dorados antes de perder el conocimiento.

XXXXXXXXXXX

"Sesshomaru…" fue lo único que pudo salir de la boca del joven monje. La impresión de ver la imponente figura del demonio, acompañado como siempre por su fiel servidor Jaken y por la linda niña de nombre Rin, resultaba, simplemente, la cosa más extraordinaria que podía pasar en este momento de incertidumbre.

'Qué estará haciendo aquí?' se preguntó la cazadora de demonios. No notó cuando apretó fuertemente el agarre que tenía alrededor del cuello del monje.

"Sa…Sango. Me couf! Couf! Me ahogas!" pidió.

"Oh Miroku, lo siento" y aflojó su agarre, arrastrándose por el suelo unos centímetros, para tener una mejor visión de la situación que se desarrollaba ante sus ojos. El pequeño kitsune se subió sin dificultad a su hombro.

"Crees que vaya a hacer algo malo?" preguntó la exterminadora, preocupada.

Miroku se quedó mirando a los dos hermanos con expresión seria, y se permitió unos minutos de reflexión antes de contestar. "La verdad Sango, no lo se. Creo que lo que mejor podemos hacer es observar, por si acaso Inuyasha nos necesitara"

Shippo asintió desde su posición, y tres pares de ojos volvieron a posar su mirada en ambos jóvenes de pelo plateado, expectantes del desenlace que se produciría con semejante encuentro.

XXXXXXXXXXX

Cuando Kagome despertó ya era de día nuevamente. Estaba metida dentro de un futón bastante reconfortable, por lo que tardó unos minutos en reaccionar, hasta que notó que el techo de la habitación en la que se encontraba no era su cuarto, y una dulce voz bien conocida se hizo presente.

"Que bueno que despiertas"

Kagome torció su mirar en la dirección de la que provenía ese melodioso sonido, y una sincera sonrisa se dibujó en sus labios cuando vio a su mejor amiga a su lado.

"Qué paso?" preguntó aún medio adormilada.

"La verdad es que no lo se muy bien, vimos un gran resplandor y cuando entramos te desmayaste" entonces notó como el gesto de la chica se ensombrecía y no pudo evitar morderse el labio inferior. Kagome supo que algo más pasaba.

"Dónde está él?" preguntó inquieta.

"Kagome, debes descansar" trató de cambiar de tema, cubriendola un poco más con las mantas, que habían quedado un poco arrugadas.

"Sango, por favor" sacó una mano y la posó sobre la de su mejor amiga. "Necesito saber"

La exterminadora mordió su labio inferior nuevamente, la duda bañando sus hermosos ojos. Pero ante las súplicas de la joven de pelo azabache, tuvo que contarle.

"Están fuera ahora. Inuyasha estaba muy preocupado por ti y quería permanecer a tu lado. Pero Kykio le pidió que hablaran. Ella se va a quedar con nosotros Kagome. Naraku no tiene piedad ahora, y podría atacarla en cualquier momento. Inuyasha le ha pedido que se quedase. Eso es todo lo que se"

"Entiendo" contestó la chica, soltando su agarre y metiéndose más entre las mantas. "Me gustaría dormir un rato más, podrías dejarme sola por favor?" pidió, dándole la espalda.

"Kagome"

"Por favor" rogó con la voz entrecortada. Sango ya sabía lo que vendría. Pero pensó que ahora mismo necesitaba un momento de intimidad. Salió de la estancia, encontrándose con Miroku, Shippo e Inuyasha, que habían acallado su conversación cuando notaron que alguien salía.

"Cómo está?" preguntó Shippo, preocupado, diciendo en voz alta la duda que asaltaba en todas las mentes.

"Ella está bien. Solo necesita descansar" le dijo mirándole con ternura. Entonces endureció su rostro y alzó su vista hasta posarse en los dorados ojos de Inuyasha "Ha pedido que nadie la moleste"

"Ya veo" fue lo único que musitó el joven de cabello plateado. Su cara mostraba una tristeza que no estaba dispuesto a compartir. Se cruzó de brazos, ocultando sus manos dentro de su haori, y giró sobre sus talones. Necesitaba pensar.

En su camino se encontró con Kykio, que estaba sentada bajo un árbol, mirándole con expresión neutral.

"Sigues queriendo que me quede con vosotros?" preguntó la sacerdotisa, su tono no mostró la más mínima emoción.

"Sí" fue lo único que contestó el medio demonio. Después siguió andando hasta que una voz le hizo detenerse.

"Tú eres mío Inuyasha. Tu vida me pertenece." El joven no se dignó a mirarla, sino que se quedó tal cual, sin darse la vuelta para encararla.

"Lo se, y cumpliré mi promesa. Nos iremos al infierno, en cuanto terminemos con Naraku" no hubo más cruce de palabras. Inuyasha siguió su camino hasta el árbol sagrado. Necesitaba de tranquilidad por unos minutos. Subió a lo alto de la rama y se quedó con la mirada perdida, mientras sus pensamientos vagaban, recordando lo vivido hace dos noches, grabando en su memoria cada suspiro, cada beso, cada caricia…

Lágrimas empezaron a resbalar de sus ojos. Se las limpió enfurecido consigo mismo. Y una frase escapó de sus labios. "Kagome… lo siento"

En la cabaña una joven dormía, su cara enrojecida, y rastros de lágrimas aún se apreciaban en sus ojos. Entre sueños un murmullo repetía una y otra vez, con voz dolida "Inuyasha…"

XXXXXXXXXXX

"Qué crees que pasará ahora Miroku?" preguntó Sango preocupada.

Un suspiro se escuchó en el ambiente "Sinceramente… no lo se. Creo que solo podemos esperar" y rodeó con un brazo la cintura de la chica mientras ella apoyaba su cabeza en su hombro.

"Kagome va a sufrir"

"Lo se Shippo, lo se" dijo la exterminadora. Y toda su conversación terminó cuando la sacerdotisa causante de dicha situación llegó hasta ellos.

"Dónde está mi hermana?" preguntó, como la cosa más natural. Sango no pudo responder, tan solo tenía ganas de golpearla. Shippo tampoco la miraba con cara de buenos amigos.

"Está recorriendo la aldea, dijo que tenía cosas que hacer" respondió el monje.

"Bien, voy a buscarla" y dicho esto se fue caminando lentamente, sabiendo que tenía varios pares de ojos posados en ella.

XXXXXXXXXXX

Kykio venía caminando tranquilamente, aunque sabía que algo imrpotante se encontraría en el lugar en el que había dejado a Inuyasha y al resto.

Pero grande fue su sorpresa cuando vio al youkai a tan solo unos pasos del medio demonio de haori rojo. Sin embargo, no dejó que esto la alarmara. Se quedó a una distancia prudencial para no ser vista.

Al ver el rostro bañado en lágrimas del hanyou, algo en su interior se resquebrajó. Ella ahogó un grito al notar dicho sentimiento recorrer su cuerpo y tuvo que apoyarse contra un árbol para no caer.

'Esta no soy yo' se repetía una y otra vez. Tardó apenas unos instantes en recuperar la compostura, pero su mente no paraba quieta, sus pensamientos de acá para allá, un hervidero de ideas…

Tragó pesadamente 'Será mejor ver como se desarrolla la situación' se dijo, pero no pudo evitar pensar 'Inuyasha es mío'.

XXXXXXXXXXX

Unas horas después, todos volvían a estar presentes dentro de la cabaña. Kykio e Inuyasha a un lado de la habitación. Kagome, Miroku y Sango enfrente de ambos, Shippo subido al hombro de Kagome. Desde que la muchacha despertara no se había alejado de su lado. Kaede presidiendo al grupo.

Estaban hablando sobre las últimas noticias que habían descubierto de Naraku. Suponían que el fragmento por el que tanto habían luchado, pero que finalmente dicho ser les había arrebatado, era el último para completar la joya. Por lo tanto, los únicos remanentes eran los que poseía Koga en sus piernas y el que mantenía con vida a Kohaku, el hermano de Sango.

"Debemos ir tras él sin perder tiempo" espetó Inuyasha.

"Cálmate, tenemos que planearlo bien" fueron las palabras de Miroku.

"Él se encuentra ahora en las montañas que hay más allá del monte Hakurei" explicó Kykio.

"Y tú como lo sabes?" preguntó Sango, su mirada enfurecida y con recelo.

Kykio la miró, estaba muy seria "Lo se" fue lo único que dio como respuesta válida.

"Deberíais salir mañana temprano. Kykio y Kagome deben estar muy cansadas, necesitan descansar" razonó Kaede. Todos aceptaron dicha petición y se dio por concluida la conversación.

Kagome se levantó. Había permanecido muy seria y callada desde que se despertó. Salió, con Shippo aún en el hombro. Inuyasha la vio marchar y también se levantó, pidiéndole a la sacerdotisa muerta en vida que se quedara en la seguridad de la cabaña. Luego emprendió camino hacia la salida, siguiendo los pasos de Kagome.

Sango quiso decir algo, pero una mano en el hombro, por parte de Miroku la detuvo. Le miró sin comprender su postura y exigiendo una explicación. Él simplemente negó con la cabeza. Ella se enfurruñó, pero le hizo caso y se quedó callada mirando muy enfadada a la causante de tanto daño a su mejor amiga.

XXXXXXXXXXX

"Kagome espera!" fue la petición de Inuyasha, cuando alcanzó a la joven.

Ella detuvo su caminar, pero no se dio la vuelta para mirarle. "Qué quieres Inuyasha?" preguntó friamente.

Su tono intimidó un poco al joven, pero no habían hablado desde que se despidieran aquella mañana, necesitaba conversar con ella y así se lo hizo saber.

"Por favor" rogó él desprendiendo la súplica en su tono de voz.

Shippo, que le miraba desde que llegó hasta ellos, dijo "Kagome no quiere hablar contigo"

"Está bien Shippo, no pasa nada" contestó ella, tomándole entre sus brazos y depositándole en el suelo, frente a ella.

"Pero Kagome…" dijo.

"No te preocupes, déjanos solos, por favor"

Shippo no pudo más que aceptar su petición. "Está bien" y dicho esto marchó de regreso a la cabaña, no sin antes propinar una dura mirada al medio demonio.

Cuando el kitsune se hubo marchado, Inuyasha fue quien empezó la conversación.

"Kagome, lo siento"

"No tienes por qué disculparte." Contestó ella cortante. Aún le daba la espalda.

"Gracias por lo de Kykio"

"De nada"

Durante unos instantes se quedaron sin saber qué decir.

"Yo no quería que pasaran así las cosas Kagome. Eres muy especial para mí. Pero no puedo abandonar a Kykio" repuso, en un tono apenado.

"Lo se" fue lo único que dijo ella, dejando que un suspiro atravesara sus labios, llegando a los finos oídos de Inuyasha.

"Solo quiero que sepas que lo de la otra noche…"

"Lo de la otra noche fue un error" le cortó en seco. "Y me arrepiento de ello"

Esto dolió a Inuyasha en lo más profundo de su corazón. Se quedó sorprendido por las palabras de ella, notando como sus luceros dorados se humedecían. Pero no iba a permitirse llorar. Miró la hermosa espalda de Kagome, quien aún no se había atrevido a encararle. "Solo quería que supieras que… yo no me arrepiento" y se alejó de allí lo más deprisa que pudo, aguantando una lágrima traicionera que se hizo camino a través de su mejilla.

Cuando se supo sola, Kagome se dio la vuelta mirando hacia el lugar en el que instantes antes estuviera el muchacho postrado. Mostrando las cascadas que llevaban tiempo recorriendo su rostro. Se abrazó a sí misma cayendo arrodillada sobre la hierba mientras sonoros sollozos atravesaban su garganta. Su corazón roto. Sus esperanzas destruidas. Sus ilusiones devorados por un sueño que pudo ser. Su alma desgarrada… Lloró descargando toda la congoja que guardaba en su interior.

"Esta es la última vez que lloro por ti, Inuyasha" dijo, despreciándose a sí misma por ser tan débil, odiándose por haber caído en el embrujo de sus besos y sus caricias. Dolor. Dolor. Más dolor. Cayó tumbada sobre la hierba y allí quedó, abrazada a sí misma, llorando desconsoladamente.

Continuará…


Puff… hasta a mí se me ha hecho difícil escribir hasta aquí…Lo siento, se que me debéis de estar odiando profundamente ahora mismo. Pero,… todo tiene su motivo en esta historia. No os puedo decir mucho, solo que espero que me escribáis diciendo que os parece. Me encantaría que lo hicierais. Y… Bueno. Que tengáis paciencia, ya queda menos. elenachanozu.es Besos!

Para INUKAN: bueno, ahora creo que hemos cambiado un poco las tornas, ahora la que lo pasa mal es Kagome... Todo se andara (aunque para Inuyashatampoco es un camino de flores). El caso es que poco a poco iremos descubriendo mas cosas, este y los que siguen son capitulos muy importantes, disfrutarlos.

Para lorena: bueno, lemon la verdad, como ya he dicho al principio, dudo que haya mas o mucho mas. Tengo pensado en hacer algun lemon de inu, pero no en esta historia, porque ahora mismo no le veo el encaje. Pero quien sabe, todo es posible. En fin, de momento espero que hayas disfrutado con la historia, besos!

Para miho-chan: bueno, la vez anterior me tarde, pero esta os la he puesto pronto, pronto. En fin, que siento haber cambiado escenas mas "bonitas" o "Felices". De momento va a seguir el drama. Muchas cosas pasaran, estar atentos. Todos los detalles son importantes. Me alegro que te guste.

Para 201anamaria: gracias por tus reviews, como recompensa aqui os pongo un capitulo mas, que la otra vez me tarde muchisimo. En esta ocasion no tengo nada mas escrito, asi que no se cuanto me podre tardar. Y... como ya suponias... las cosas no mejoran. En fin, de verdad que hasta a mi me dolio esta parte de la historia. Espero que aun asi, a pesar del dramatismo, te haya gustado. Besos