Recuerden que solo la historia es producto de mi imaginación... Los personajes pertenecen a J.K. Rowling y a la Warner Bros.

Capítulo 9 : Apartamento de soltero?

- Estás lista?- preguntó Harry a Ginny cuando esta se sentó a la mesa.

- Apenas pueda degustar el arte culinario de mi hermanito, estaré preparada para un nuevo día.- Tomó una panqueca y la cubrió con mantequilla y miel.- HUMMMM!- dijo poniéndo los ojos en blanco mientras saboreaba el primer mordisco- HUMMMMMMM! Que cosa tan deliciosa. Ron, deberías seriamente pensar en ser chef.

- De verdad?- Ron se volvió a mirarla con una enorme sonrisa en los labios.

-Nop- dijo Ginny- Pero están comestibles. Gracias... aunque presumo que no eran para mí.

-Efectivamente- dijo Ron en tono venenoso.

-Mejor nos vamos Harry.- dijo Ginny percatándose que Ron ya tenía las orejas rojas y estaba enojado por el coemntario burlón de ella.- Ron tienes las orejas rojas y dentro de unos instantes comenzarán a hechar humo.

Harry se rió con ganas del comentario.

-Entonces, será mejor que te ayude a huír.- dijo mientras se acercaba a Ginny.

-Cómo vamos a ir?- preguntó ella.

-Como la primera vez. Así- y diciéndo eso la tomo de la mano.

-Y ustedes a donde van?- preguntó Ron.- Hayyy!- exclamó al sentir un ligero pellizco de Hermione.

- Vamos a... – comenzó a decir Ginny al mismo tiempo que desaparecía de la mano de Harry.

Ron no supo a donde fueron pero imaginó que sería a Grimauld Place.

-Bueno, supongo que un rato a solas les caerá bien- dijo en voz baja tratándo de convencerse a sí mismo.

-Estás madurando- dijo Hermione con una sonrisa.- Al menos veo que mis esfuerzos de anoche dieron sus frutos.

-Y que lo digas chiquita- dijo Ron riendo y quitándose el delantal de la cintura añadió- Pero aún te faltan argumentos, así que vamos.

-A dónde? – preguntó Hermione con cara de fingida preocupación.

-A nuestro nido de amor, ya lo estoy extrañando.- dijo el pelirrojo al tiempo que tomaba a Hermione de una mano y se dirigían a la chimenea.

Hermione tomó un puñado de polvos flu, los lanzó al fuego y entró en él. Al voltear hacia la cocina vió a Ron que regresaba a la mesa y tomaba el tarro de miel.

-El patrio nido!- Hermione sonrió y pronunció en voz alta el nombre que le había dado a su apartamento.

-Hay más de una manera de comer miel...- dijo Ron con una mirada traviesa- Y a mí, la miel me encanta!.- agregó antes de desaparecer él tambien entre las llamas que lo llevarían al apartamento de Hermione.

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Ginny abrió los ojos lentamente y vió a su alrededor el salón de Grimauld Place número 12. Harry la sostenía de la mano y le sonreía.

-Aún no te acostumbras a desaparecer?- le preguntó el joven.

-No, aún no me acostumbro a la sensación. Qué vamos a hacer aquí?- preguntó ella a su vez.

Por toda respuesta, Harry se movió para quedar frente a ella y con una mano le alzó la barbilla hasta que ella lo miró a los ojos. Ginny vió su reflejo en los ojos verdes de Harry y se estremeció. El joven sintió el ligero temblor de ella y la atrajo hacia su cuerpo en un fuerte abrazo. El también sentía lo mismo. Ligeros temblores recorrían su cuerpo al sentir el calor de Ginny, el aroma de su perfume, la calidez de su aliento.

-Harry... –empezó a decir Ginny.

-Dame sólo unos segundos por favor. –Le suplicó éste en un murmullo. Ginny rodeó con sus brazos la cintura de Harry. A través de la túnica del joven, ella podía escuchar los locos latidos de su corazón y esto la emocionó aún más. Luego de unos instantes, Harry aflojó un poco su abrazo e hizo que Ginny diera media vuelta para dejar apoyar su espalda en el pecho de él.

-Ginny- dijo Harry en voz baja- yo no sé si esto es una locura o no, pero quisiera tu ayuda para arreglar este lugar.

-Vas a vivir aquí?- preguntó Ginny con temor en su voz.

-Eso pretendo- dijo Harry.

-Harry- Ginny se soltó de los brazos del joven y lo miró de frente con furia en sus ojos. – Cómo pretendes que yo arregle este lugar para que tú vivas aquí?

-Qué tiene de malo?- preguntó él, sorprendido, buscándo su mirada.

-Cómo crees que puedo hacerlo? No crees que eso le corresponde a Cho?- las lágrimas inundaban los ojos de Ginny. Con rabia, ella se volteó antes que Harry pudiera ver sus ojos.

-Ginny- dijo Harry con infinita paciencia en su voz. – No pienso vivir aquí con Cho. Sólo quiero estar aquí mientras... mientras... bueno, tú sabes.

-Sí, mientras te casas- dijo Ginny con dolor- Y después? Donde piensan vivir?

-No lo sé aún y créeme, no me interesa. En todo caso, no aquí.

Ginny se volvió a mirarlo de frente. El joven continuó:

-Te dije que no sabía si esto es una locura, pero me gustaría tener este lugar para mí y para las personas que amo, que de verdad amo. Este sitio significa mucho para mí. Estas paredes me traen recuerdos felices y amargos, por eso quiero que sea solo mío y de las personas que me aman, que me comprenden... de las personas como tú.

Ginny no sabía qué responder, así que abrazó a Harry y dijo en una voz que parecía un susurro.

-Claro que te ayudaré. Perdóname. – luego de una pausa, agregó con entusiasmo- Por dónde quieres que empecemos?

Harry sonrió al sentir que ella se relajaba nuevamente entre sus brazos. El hubiese deseado que ese momento fuera eterno. En un lugar que pronto tendría un nuevo significado, con la mujer que amaba sobre todo en el mundo, rodeado de silencio, con un sentimiento de paz que nunca antes había experimentado. Harry se sentía realmente feliz. Ginny alzó su rostro para mirarlo nuevamente.

-Y bien?- dijo esperando la respuesta del chico.

-Qué te parece si hacemos un recorrido por toda la casa y evaluamos las condiones... quiero decir, la magnitud del desastre. Sospecho que no es solo el polvo lo que sobra.

-Indudablemente!- exclamó Ginny.

Tomados de la mano, Harry guió a Ginny por toda las habitaciónes ypiezas de la casa. La mayor parte de las habitacionestenían la apariencia de un franco desastre, como si una batalla campal contra los mortífagos hubiese tenido lugar en cada rincón de la casa.

-Qué quieres hacer realmente aquí?- preguntó Ginny que no podía imaginarse por donde empezar.

-Pues bien, cambiar todo.- dijo Harry como si esa tarea titánica fuese la más fácil del mundo.

-Vas a tirar todo?

-Vamos- corrigió Harry- No todo pero VAMOS a tirar todas las cosas que queden que recuerden las inclinaciones oscuras de la familia Black. Todo lo que recuerde a Sirius lo conservaremos. Me gustaría hacer de esta casa un mundo entre dos mundos.

Ginny lo miró interrogativa. Harry continuó:

-Algo entre el mundo mágico y el mundo muggle. Una casa al estilo muggle, con todas las cosas mágicas.

-Cómo se supone que debo lograr eso?- preguntó Ginny que ya empezaba a dudar de sus dotes de decoradora.- No conozco casi nada del mundo muggle.

-No tomaste el curso de estudios muggles en Howarts?- preguntó Harry con picardía.

-Por eso dije "casi"- contestó Ginny con dignidad- Lo que sé, es lo que aprendí allí, es decir, un conocimiento teórico... a menos que...

-A menos que qué?- preguntó Harry.

-A menos que quieras tener docenas de patitos de hule en tu bañera. En eso hasta me puede ayudar papá.

Harry rió recordando la primera pregunta que le hizo el señor Weasley cuando se conocieron hacía ya una docena de años: "Para qué sirve exactamente un patico de hule?"

- Creo que en todo caso le podrías pedir consejo a Hermione, pero en realidad me gustaría que te encargaras tú sola, o al menos solo con Dobby.

-Oh Harry!- exclamó Ginny entusiasmada- Dobby será de una gran ayuda! Además, debo decir que este proyecto me encanta.

-Entonces, manos a la obra?- preguntó Harry

-Tengo carta blanca para los gastos?- preguntó Ginny.

-Todo lo mío es tuyo- dijo Harry con solemnidad mientras se colocaba una mano en el lado izquierdo de su pecho, a la altura del corazón.

-Hummmm! No digas algo de lo que puedas arrepentirte después!- exclamó la joven con picardía.

Harry tomó de la mano a Ginny que se alejaba riendo y la atrajo hacia su cuerpo.

-Todo lo mío es tuyo... Todo yo soy tuyo... Todo yo, Harry, soy solo tuyo, Ginevra.- dijo el joven con voz ronca.

Ginny se perdió en la mirada profunda de esos ojos verdes que revelaban toda la pasión que Harry sentía en ese momento y sin querer evitarlo cerró sus ojos para recibir sobre los suyos los labios de Harry.

Harry empezó a besar a Ginny con ternura, pero ante la respuesta de la joven, su beso se hizo más profundo y apasionado. Ginny trataba desesperadamente en mantener sus ideas claras ante las sensaciones que las manos del joven despertaban en su cuerpo al deslizarse sobre su cadera. Luego de unos minutos de besos profundos y caricias apasionadas, Ginny logró separase un poco y murmurar.

-Harry, esto es una locura.

-Lo sé – suspiró el chico abrazándola con fuerza.- Lo sé, pero no puedo evitarlo...

-Dijimos que seríamos sólo amigos, no podemos seguir haciendo esto.

-Tienes razón – dijo Harry nuevamente con la voz rona-Empezamos mañana. Y nuevamente buscó con sus labios, los labios rojos de Ginny que lo esperaban vibrando de pasión.

Harry cerró los ojos para entregarse en un beso cuando un dedo hacía presión repetidamente sobre su pierna para reclamar su atención.

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