Epílogo
-Este es el último reino que visitaremos, no es así Alteza? –preguntó el General de la Guardia Real de Slytherin.
-Así es Blaise, será el último –respondió Draco con una sonrisa mientras miraba el castillo a lo lejos- pronto volveremos a casa.
Todo era paz y tranquilidad en la bella, y reconstruida en su totalidad (Frine: Por fin n.n) ciudad de Slytherin. Los habitantes se encontraban entretenidos con sus tareas diarias, los niños disfrutando del maravilloso día jugando a los soldados de la Guardia Real con sus amiguitos, el Sol brillando en lo alto iluminando con su luz y calor la bella ciudad, el cielo azul resplandeciendo con alguna que otra nube, el viento soplando logrando así refrescar el cálido ambiente, los árboles luciendo llenos de flores maravillosas, los pajaritos cantando y…
-Me lleva! -Sirius gritando.
-Me quieres explicar por qué estás gritando ahora Sirius? –preguntó el consorte real de Slytherin a su apuesto y temperamental esposo, quien acababa de entrar como rayo a su habitación.
-Ya no aguanto más! –dijo el joven rey en tono desesperado pero con un gesto bastante divertido que hizo reír al castaño.
-Te dije que no podrías dejar las uvas, es una adicción –Remus lo miraba divertido desde el sofá donde leía un libro muy interesante, un mes desde que se habían enlazado y Remus aún no había podido terminar de leer la Historia de Slytherin, lo bueno es que este libro en especial hablaba de diversas guerras, su tema favorito.
-No es eso cariño, es… bueno, hay algo que debo confesar- dijo el moreno algo nervioso, en verdad no sabía como lo tomaría su chico adorado.
-Te escucho amor, qué pasa? –Remus vio la duda en la mirada plateada y lo supo, ya lo veía venir, sabía que en el corazón de su pareja había alguien más.(yui: Qué? O.O)
-Esto tiene que acabar Remus, por mi bien y el de él –el moreno se acercó a su esposo y se arrodilló ante él mientras tomaba sus manos entre las suyas, la mirada gris se fundió con la dorada- siento dejarte pero no puedo seguir así. No puedo vivir así, lo amo y quiero su felicidad.
-Si estás seguro de esto cariño… lo comprendo –Remus sonrió tiernamente mientras que con una mano acariciaba el rostro de su gran y único amor- ve por él.
-No te molesta que te deje para ir tras él? –cuestionó el ojigris.
-Nunca podría molestarme, sé que sufres y él también, también sé que lo amas tanto que harías lo que sea por verlo feliz –sonrió el castaño con dulzura, algo que solo se permitía en la privacidad para su esposo- Pero eso de dejarme te confieso que no me agrada mucho, así que… por qué no voy contigo?
-Hablas en serio? Es genial! –gritó Sirius emocionado- me encantará que me acompañes, gracias amor! –el moreno levantó en sus brazos a su pareja- voy a buscar al chico para explicarle, espérame aquí –Sirius le dio un beso a Remus y salió corriendo como niño pequeño con juguete nuevo de su habitación (yui: un momento… pausa y retrocedan que no entiendo! O.o).
-Es por la derecha cariño! –alcanzó a gritar Remus cuando su esposo dobló a la izquierda, enseguida lo vio pasar de nuevo ante su puerta con una enorme sonrisa dirigiéndose, ahora sí, por el camino correcto, Remus se levantó del sofá y se colocó junto a la ventana mirando el horizonte- creo que Draco tenía razón, mejor le regalo una brújula para su cumpleaños –rió el Ex Mirmidón divertido, en definitiva las emociones fuertes descolocaban a su chico, por no decir que literalmente lo desorientaban. Unos minutos después escuchó unos pasos apresurados por el pasillo abriéndose la puerta unos segundos después, la imagen frente a él hizo sonreír al castaño.
-Ya estamos aquí –dijo el moreno feliz arrastrando al Príncipe Gryffindoriano tras él - pasa Harry, siéntate, hay algo que queremos platicarte- el ojiverde miró a Remus con expresión sumamente confundida, el castaño solo le sonrió indicándole que no era nada grave, Harry tomó asiento mirando a los dos hombres.
-Qué sucede?- cuestionó el guapo moreno aún con la toalla con la que se estaba secando el cabello antes de que Sirius lo arrastrara hasta su habitación.
-Escucha Harry, sé lo que estás sufriendo y yo también, así que he tomado una fabulosa decisión, modestia aparte claro –sonrió el Slytheriano con autosuficiencia.
-Al grano cariño, luego no hay quien te ubique –lo regañó Remus divertido, su chico era vanidoso y egocéntrico a morir, sino no sería él.
-Claro, claro, como te decía Harry –el moreno se acercó al Gryffindoriano y se sentó junto a él en el sofá- tengo una maravillosa idea…- pausa de efecto- he decidido ir a buscar a Draco! –soltó con emoción, si eso no era una gran idea no sabía que sería. Harry lo miró, miró a Remus y regresó su mirada a Sirius quien miraba a Harry expectante de su respuesta (yui: si, ahora todo es más claro ¬¬).
-Eh… vaya! –sonrió el ojiverde forzadamente, Remus solo miraba divertido la escena- que idea tan genial! Y se te ocurrió un mes después de que Draco se fuera! –respondió el ojiverde algo sarcástico.
-Verdad? –sonrió Sirius, quien siendo Sirius no había notado el tono usado por su cuñado- si soy un genio, aunque debo atribuírselo a las uvas jeje.
-Por supuesto - Harry sonrió para inmediatamente levantarse del sofá- verás, como ya dije es una gran idea pero Draco ya debe estar por regresar, además no sabemos donde buscarlo, sólo tenemos la lista de los lugares que visitaría pero no el orden.
-Eso no importa Harry –dijo el joven rey- te voy a mostrar lo que planeé, ni te imaginas –Sirius se acercó a una mesa y empezó a buscar algo entre un cerró de pergaminos llenos de tinta- pero siéntense, ahora les voy a mostrar mi genial plan- Harry y Remus se acomodaron en el sofá.
-De qué se trata su plan? –cuestionó el ojiverde retomando su tarea de secar su cabello.
-Ni idea –respondió Remus - se levantó en la madrugada y se puso a escribir muy emocionado, no pude volver a dormirme por la maldita antorcha que encendió y no terminó hasta que amaneció, así que ya te imaginarás.
-No puedes culparlo, quiere mucho a su hermano, está preocupado por él.
-Lo sé, pero no pudo elegir otro horario para sus planes? Tengo un laaargo día con Narcisa y Snape y mis "fabulosas" clases de protocolo –dijo el Ex Mirmidón con sarcasmo- necesito descansar, créeme no es fácil.
-Jajaja lo sé, te he visto, mis padres solo volvieron este fin de semana para verte, sobre todo mi papá.
-A James le gusta divertirse a mis costillas, si te contará lo que me hizo cuando llegué a Gryffindor ¬.¬
-No dudó que debió ser genial.
-Sí claro, genial para él.
-Aquí está! –un grito emocionado llamó su atención- lo encontré –el joven Rey se acercó a los Gryffindorianos- miren –extendió en la mesa frente a ellos un pergamino con varias anotaciones y dibujitos que supusieron acertadamente, aunque con dificultad ante lo abstracto de los dibujos, que era un barco y varias personas- mi genial plan consta de los siguientes pasos: lo que haremos primero será partir en "Sirius II"(Frine: Draco se llevó el barco favorito de Sirius y el más veloz, Sirius I, pero el nuevo monarca siempre tiene un repuesto, Sirius II es el segundo barco más rápido y el más equipado para su época, con doble timón y velas anti-fuego, una maravilla de la modernidad n.n), visitaremos cada uno de los países marcados en este pergamino –señaló en el papel los dibujos de pequeños castillitos, o eso le pareció a Harry que eran- cuando lleguemos y desembarquemos recorreremos la zona buscando a mi hermano mientras algunos buscan provisiones y el resto cuida el barco, así será más rápido, si no lo encontramos embarcamos rápidamente y nos lanzamos al siguiente reino –sonrió- qué les parece?
Un pequeño grillito en el fondo de aquella habitación decidió cantar justo en ese momento, siendo lo único que se escuchó por un buen rato.
-Vaya –y fue lo único que pudo decir Remus. Digo, qué más puede uno decir? (Frine: Oye yui jeje ya sabes lo que significan mis "vaya" como respuesta a tus "fabulosas" ideas, yui: eso me ofendió ¬¬ Frine: la verdad duele eh? jeje).
-Eh… concuerdo con Remus –dijo Harry perplejo.
-Estaba pensando… -dijo Sirius de pronto frunciendo el ceño.
-No por favor, otra vez no –murmuró Remus y Harry rió divertido. Sirius estaba tan concentrado en su plan maestro que ni se enteró del comentario.
-Iríamos obviamente nosotros tres, de la guardia real Marco y Leandro y de los Mirmidones, porque sí, aprovecharemos su visita –dijo al ver la expresión confundida de Harry- irán Ron, Cedric, Nott y Seamus. Creo que lo mejor sería partir mañana de una vez –dijo mientras escribía en su pergamino- ya veremos luego como nos organizamos en cuanto a los grupos que formaremos jeje, en fin, así está genial –levantó sus ojos grises y miró a sus acompañantes con una enorme y satisfecha sonrisa- qué opinan?
-Es un buen plan, pero… -intentó el ojiverde, la verdad comprendía la desesperación de Sirius por encontrar a Draco, digo quien mejor que él para saber lo que sufría el Slytheriano, pero salir en una travesía sin saber donde estaba exactamente el rubio sería algo complicado, claro que por encontrar a Draco iría al mismo fin del mundo si era necesario, eso no lo dudaba.
-Pero nada cuñadito, no permitiré que el baboso de mi hermano siga perdido por quien sabe donde, comiendo quien sabe qué, durmiendo quien sabe donde… y lo peor, sin saber si está comiendo su ración de uvas diarias!- dijo con desesperación, Harry y Remus solo se miraron- No! –dijo el joven rey levantándose con la mirada decidida- eso no puede seguir. Partiremos mañana al amanecer y traeremos a Draco arrastrado si es necesario jajajajaja –empezó a reír de manera psicótica –hey a donde van? –cuestionó viendo escurrirse a los Gryffindorianos por la puerta- esperen! –gritó y salió corriendo tras ellos.
La celebración por la llegada del Príncipe Slytheriano al reino de Ardem estaba en su apogeo. Vino era servido al por mayor así como la comida. Los bailarines, chicas y chicos sumamente bellos y de aspecto virginal, entretenían a la gente y todo era diversión tratando de ofrecer una buena bienvenida a los viajeros de tan distantes tierras (Frine: Pásame otra copa de vino yui, esta fiesta está genial! yui: a mi parecer ya has bebido demasiado, además esta botella de vino es mía, jejeje / Frine: u.u está bien, solo porque voy a conducir el caballo esta noche snif snif).
No era la primera vez que los Slytherianos visitaban aquel precioso castillo lleno de cabezas de animales exponiendo el gusto del dueño a la cacería, dos visitas anteriores habían servido para establecer las bases de las relaciones entre ambos reinos, la primera había sido llevada a cabo por el rey Slytheriano y su hijo menor un par de años atrás; la segunda visita la realizaron ambos príncipes Slytherianos, el menor de los cuales había quedado prendado de aquel reino la pasada visita. Pero el rubio no se había interesado por los paisajes, que sin duda eran hermosos, o las tradiciones, sino por el Príncipe heredero de aquel país, se había interesado en el joven y sexy Alexis Falcon.
El futuro soberano de Ardem era absolutamente apuesto, alto, de cabellos castaños, de ojos cafés muy brillantes dándole cierta mirada felina, su piel bronceada y ese cuerpo delicioso trabajado en tantos entrenamientos, algo lógico al ser su país de famosos guerreros, le habían convertido en un desafío para el joven Malfoy. Pero lo que más le había gustado a Draco era esa coqueta sonrisa y ese aire de despreocupación del chico, interesado solamente en divertirse, justo igual que el rubio Slytheriano. Desde la primera visita se habían entendido sumamente bien, la semana que Draco había pasado en Ardem con su padre la había dedicado exclusivamente a conquistar a Alexis, había sido algo complicado debido a la reticencia del joven que, sin dejar de lado su juego de provocación, no le permitía avanzar, pero más que desanimar al rubio, le había parecido divertido y supo que no darse por vencido había sido lo adecuado cuando al quinto día de llegar al castillo pudo arrinconar a Alexis robándole un pasional beso, beso que había sido enteramente correspondido.
El joven Falcon, por su parte, había quedado prendado de su sexy huésped desde el momento que lo había visto, y quien no, Draco era muy varonil, apuesto y sumamente seductor, tanto que cuando sintió los labios del rubio sobre los suyos no pudo menos que rendirse totalmente a ellos disfrutando de su sabor. Se entendieron de maravilla. En la segunda visita se divirtieron a morir recorriendo el reino de Ardem, Alexis le mostró a Draco lugares maravillosos, parajes solitarios donde el Slytheriano siempre aprovechaba acercarse al castaño para robarle un beso. Desde que llegó Draco lo había buscado y Alexis había correspondido con ansias de estar de nuevo entre sus brazos. Esa noche el rubio lo había hecho gemir extasiado mientras se entregaban en la intimidad de la habitación sin que importara nada más. Pero el tiempo se acabó y Draco regresó a casa con su padre sin ninguna promesa o compromiso con Alexis. Éste sabía que todo era simple diversión y estaba encantado con ello, Draco y él eran muy parecidos, vivían la vida sin complicaciones, y lo mejor de todo es que se habían convertido en grandes amigos.
-Un viaje?- preguntó James mientras buscaba su leoncito de peluche para dormir. La familia real de Gryffindor se encontraba en la habitación de los monarcas donde Harry les ponía al tanto del plan de Sirius.
-Si padre, Sirius cree que lo podremos encontrar –respondió el ojiverde con una sonrisa, tal vez el plan de su futuro cuñado no era tan descabellado, y si todo salía bien tendría muy pronto a Draco entre sus brazos robándole el aliento con uno de sus besos… Harry se estremeció al pensar en ello.
-Yujuuuu! –gritó emocionado James sobresaltando a su familia- yo voy!
-Eso si que no –dijo Lily mirando a su adorado esposo mientras este revolvía todo su baúl buscando su peluche favorito.
-Pero luz de mi vida –se quejó el rey Gryffindoriano- yo quiero ir –dijo con un puchero.
-Querido, si te vas quien va a regresar a Gryffindor a la inauguración del segundo puente? Sabes que no puedes faltar –le sonrió la pelirroja mientras sacaba el peluche de James de debajo de la cama donde había quedado la noche anterior.
-Mi puente! Mi león! –gritó emocionado el carismático rey por la próxima inauguración de su obra y por haber encontrado su leoncito- Tienes razón dulzura, mejor me quedo jeje –aceptó James mientras abrazaba el peluche que le dio su esposa.
-Bueno, que opinan, creen que sea una buena idea? –cuestionó el moreno ansioso.
-Creo que no pierden nada con intentarlo cariño –respondió Lily desde la cama donde revisaba unos pergaminos, los bocetos de los modelos de la línea de ropa que iba a sacar con Narcisa.
-Tu madre tiene razón hijo, si quieres ir, pues adelante, nosotros nos quedaremos unos días por aquí para ver lo del próximo negocio de tu hermosa madre –informó James mientras miraba a su linda esposa muy orgulloso- Jared, Scott y Nicolás se quedarán con nosotros y así puedes llevarte a los Mirmidones que me dijiste. Además –añadió con mirada pícara- puedes traerme recuerditos de los países que visites! –dijo emocionado- además de que puedes encontrar a Draco claro jeje.
-Pues ya está, Sirius lo debe estar platicando con su familia y si todo está listo partiremos mañana –Harry se levantó y se acercó a su madre para darle el beso de las buenas noches- les dejo descansar, buenas noches madre.
-Buenas noches hijo –respondió la pelirroja.
-Buenas noches papá –Harry miró la seña de su padre- eh… y buenas noches James Jr.
-Buenas noches Harry –rió James agitando la pata de su león de peluche antes de tirarse en la cama junto a Lily. Lo último que Harry escuchó fue una queja de su madre antes de cerrar la puerta tras de sí y dirigirse a su habitación para empacar. Pero antes de entrar a su habitación se encontró con un sonriente Sirius que le confirmó que partirían al día siguiente en busca del dragón perdido (Frine: vaya jeje sería buen nombre para una película n.n), para inmediatamente correr a las cocinas por un racimo de uvas con la excusa de que necesitaba detallar su plan y que mejor que las uvas para ayudarlo a pensar. Harry lo vio alejarse con una sonrisa divertida y entró a su habitación dispuesto a prepararse para su viaje del día siguiente.
Draco se encontraba bastante divertido en la fiesta que se estaba dando en su honor, se encontraba platicando animadamente con unos jóvenes de la corte que había conocido en sus visitas pasadas, varias horas antes había platicado con el rey Robert sobre el asunto que necesitaba y había obtenido buenas respuestas, la relación de apoyo entre Ardem y Slytherin en cuanto a comercio seguía estable y mejor que nunca. Esas sin duda serían excelentes noticias para el mercado de telas en Slytherin ya que Ardem era el mejor cliente, de igual modo, Arden seguiría exportando el mármol a la ciudad de la Serpiente como hasta ahora lo habían hecho logrando una estabilidad comercial para ambos países. Todo estaba listo en cuanto al objetivo de su viaje, y por cortesía, había aceptado quedarse hasta el día siguiente por la tarde, pero por ahora necesitaba relajarse un poco y qué mejor que una fiesta para hacerlo. Notando que el vino que había bebido ya estaba haciendo efecto decidió levantarse y caminar un poco por ahí disculpándose con sus acompañantes. Localizó a Blaise que lo miraba con advertencia y el joven príncipe respondió con una inocente sonrisa tratando de caminar lo más equilibradamente posible, el guapo general lo había acompañado ya que Luca, Carlo y Bernard estaban preparando todo para el largo viaje a Slytherin. Siguió caminando hasta que se detuvo frente a una ventana que mostraba una vista excelente del océano y de la Luna brillando sobre él. Cuando de pronto, una suave voz lo sobresaltó.
-Hola Draco, bienvenido a Ardem –murmuró la voz a su lado. El rubio se giró y quedó de frente a un chico muy apuesto devolviendo la sonrisa brindada.
-Alexis… –unos hermosos ojos cafés brillaron divertidos.
Harry se encontraba esa noche en la habitación de Draco, la había ocupado desde que el rubio se fuera, estaba empacando sus cosas, pero no para volver a casa con sus padres como había planeado antes de enterarse del plan de su futuro cuñado, sino para ir en busca de su chico, había decidido quedarse un tiempo en Slytherin por si su rubio adorado rectificaba y regresaba, pero al paso del tiempo se dio cuenta que no lo haría pronto así que había decidido regresar a casa a pesar de que sus padres le apoyaban en cualquier decisión que tomara. En fin, ahí se encontraba un mes después pensando en su amor.
Todos los conflictos que los separaban habían quedado atrás. Pero lo que no había quedado atrás era la tristeza de la pérdida para el ojiverde, la espera constante de que en cualquier momento pudiera cruzar de nuevo su mirada con aquella que le había robado el corazón, con el dueño de aquellos ojos del color de la tormenta que le brindaba la felicidad más absoluta con pronunciar unas simples palabras: "te amo" Y es que lo extrañaba tanto que era su último pensamiento antes de dormir y el primero al levantarse cada mañana, justo como el día en que Draco había decidido alejarse de su lado tratando de protegerlo.
Y lo amaba por ello, lo amaba tanto por tratar de protegerlo incluso a costa de su propio dolor, porque Harry estaba seguro, que si hubiera sido necesario, su Dragón hubiera dado su vida por la de él sin pensarlo ni un solo segundo. Pero Draco podía estar seguro de algo también, y es que era enteramente correspondido, Harry lo amaba tanto que incluso moriría por él.
Por suerte, durante la sangrienta batalla de Slytherin, no habían tenido que llegar a ello, ambos habían salido heridos pero habían sobrevivido y estaban bien, claro que eso era subjetivo, estaban lejos el uno del otro y eso dolía más que cualquier herida física, y este dolor no remitiría hasta poder estar juntos nuevamente, amándose con la intensidad que sus corazones les reclamaba (Frine: Oh Dioses! Pobre mi ojiverde como sufre snif snif).
Cada noche, Harry miraba la hermosa Luna en el cielo pensando en su chico y rogando que volviera pronto a sus brazos, había transcurrido un mes desde su partida y no habían tenido ni una sola noticia de él, una eternidad a juicio de Harry. Y siempre, en algún momento de sus cavilaciones, el mismo pensamiento le asaltaba, "Y si Draco no regresaba?".
El castaño sonrió y ambos chicos se abrazaron con fuerza, hace mucho tiempo que no se veían y estaban emocionados por estar de nuevo juntos. Se separaron lentamente y se miraron con sonrisas iluminando sus rostros.
-Es bueno verte Dragón!
-Igualmente Alexis. No has cambiado nada! –Draco estaba especialmente emocionado por ver de nuevo a su amigo.
-Lo sé, me sigo viendo genial o no? –rió el castaño con vanidad y cierta coquetería.
-Sí, no puedo negarlo- respondió el rubio paseando su vista sin pudor alguno por el cuerpo del chico frente a él- veo que sigues con tus entrenamientos.
-Así es, debo prepararme para cuando sea rey y deba liderar mi ejército.
-Eres un gran guerrero, no dudo que serás un gran rey.
-Vaya! Pues gracias, a qué se debe tanto halago?
-Solo digo la verdad –rió Draco- pero si quieres te miento y te digo que te ves pésimo.
-No, creo que prefiero la verdad. Tú tampoco te ves nada mal, a pesar de lo que ocurrió.
-Veo que las noticias llegaron a Ardem.
-Sí, nos sorprende que no solicitaran nuestra ayuda.
-Las cosas se complicaron –respondió el rubio con cierta nostalgia pero pronto una sonrisa cruzó su rostro- pero todo valió la pena.
-Así que es verdad –dijo con burla Alexis.
-A qué te refieres? –cuestionó confuso el rubio.
-Te atraparon, estás enamorado? –fue más una pregunta que afirmación, aún no creía que el coqueto y fogoso amante de un tiempo atrás se haya enamorado.
-Pues sí –dijo el rubio – perdidamente enamorado- afirmó sonriendo más ampliamente.
-No lo puedo creer de ti Draco, me decepcionas en verdad, eras mi alma gemela de parrandas!– se medio quejó el chico correspondiendo a la sonrisa- sé por comentarios que es del heredero de Gryffindor, no es así?
-Efectivamente, su nombre es Harry.
-Pues ni hablar, me alegro por ti, pero me extraña que no estés con Harry.
-Pues… que más quisiera.
-Oh cielos, veo venir una triste y melancólica historia de amor –se medio burló el joven levantando una ceja.
-Oye, no es tan malo como piensas –respondió el rubio haciéndose el ofendido.
-Sí claro, pero ven, sentémonos y me cuentas todo con detalles.
-Sé que aunque te diga que no, no me soltarás hasta que te cuente, así que para qué me resisto- respondió el rubio con falsa resignación.
-Eres un dramático –Alexis miró de nuevo al rubio y sonrió- me alegra mucho que vinieras –dijo suavemente.
-Y a mí me alegra estar aquí –respondió Draco con una suave sonrisa.
Harry cerró su baúl pateándose mentalmente, sabía que su Dragón volvería y que esos pensamientos eran tonterías, pero la desesperación de su ausencia estaba agotando su racionalidad. Draco se había marchado porque lo amaba, para protegerlo, para darle tiempo a recuperarse, lo había hecho por amor y Harry no tenía derecho a dudar de lo que su chico sentía, muchas veces le había demostrado sus sentimientos con sus besos, con sus caricias, cada vez que le hacía el amor, cada vez que con su mirada le expresaba la profundidad de sus emociones haciéndole saber que era el único e indiscutible dueño de su corazón.
Así que, como cada noche antes de acostarse, se acercó a su ventana y miró la Luna que se elevaba imponente en el cielo bañado de estrellas. Cerró los ojos y le rogó con vehemencia a los Dioses cuidaran de su amor y que lo ayudaran en aquella travesía que emprendería al día siguiente, que le ayudaran a reunirse con su amado Dragón. Abrió los ojos y miró al horizonte.
-Te amo mi amor, descansa… donde quiera que estés.
-Eres todo un héroe! –se burló Alexis sonriendo con picardía. Draco le dirigió una mirada ofendida pero luego rió también mientras tomaba una uva entre sus labios, se encontraban sentados en una mesa mientras bebían vino y comían uvas, Alexis las había pedido ya que conocía a la perfección la fuerte adicción de Draco a las frutas, como no saberlo cuando tiempo atrás le había servido de plato.
-Ya ves, uno debe hacer lo que tiene que hacer – la música sonaba en torno a ellos y la gente bailaba y se divertía, que mejor combinación que vino y música.
-Y por eso le dejaste –Alexis tomó un trago de vino.
-Sí, crees que hice mal? –el castaño le miró un momento antes de responder.
-Pues la verdad no sé que decirte, no sé si fue bueno o malo, pero si te soy sincero yo hubiera hecho lo mismo -Draco levantó la vista de su racimo de uvas y lo miró de manera interrogante.
-Crees que hago bien en regresar a casa mañana?
-No lo sé Draco, por lo que me cuentas las cosas están algo complicadas –la mirada castaña se llenó con ternura- debes tomas la decisión tú solo, debes pensar en todas las consecuencias que tu regreso a Slytherin pudieran acarrear, creo que no te has dado la oportunidad de pensar en lo que vas a hacer, deberías darte un descanso.
-Estoy confundido, lo que menos deseo es hacerle daño, sin embargo lo último que me dijo antes de partir...
-Draco, que más quisiera que tener una respuesta que te ayudará, es difícil verte sufrir.
-Crees que deba retrasar mi regreso? –cuestionó el ojigris nuevamente tratando analizar la situación.
-Como ya te dije es tu decisión, no tienes que hacerlo ahora, puedes quedarte aquí unos días, piensa bien las cosas y decide que hacer, has estado tan involucrado en esta campaña que no has tenido tiempo para ti.
-Tal vez tengas razón, si no te molesta me gustaría quedarme un par de días.
-Eres bienvenido siempre, lo sabes, mis padres te adoran – sonrió el castaño mirando a aquellos ojos grises. Draco sonrió.
-Gracias Alex –le dijo.
-Pero no te pongas triste –el castaño le sonrió con cierta desesperación- sabes que no sé como manejarlo!
-Jajaja lo sé, ya pasó, ahora mejor cuéntame de ti, que has hecho.
-Uy, ni te imaginas, tengo un maldito guardia nuevo –respondió el joven con verdadero fastidio.
-No te agrada?
-Lo odio, es un verdadero patán, pero mi padre dice que es el mejor para cuidarme.
-Y quién es?
-Se llama Mauro, mira –dijo señalando hacia donde se encontraba Blaise- es ese que habla con tu guardia- el rubio miró al joven que platicaba con su general y sonrió divertido –de qué te ríes Draco?
-Mauro Santini?
-Sí, por?
-Cielos Alex tienes suerte, es guapísimo y en verdad tiene una gran fama.
-Es un patán –dijo el castaño obstinadamente- hace dos semanas fui a una fiesta, ya sabes, una de esas salvajes hasta el amanecer.
-Las conozco –rió Draco.
-Bien, pues ese patán me sacó en brazos cuando John, conoces a John, me intentaba besar, claro que me sacó después de noquear al pobre chico de un golpe! –Draco empezó a reír a carcajadas- oye! No es divertido- se quejó indignado.
-Jajaja lo siento, pero la verdad…
-En fin –continuó el joven mirando de manera ofendida a su amigo- lo tengo pegado a mí día y noche, la otra vez me quise escapar a otra fiesta y bueno… diez minutos después estaba de regreso en mi habitación.
-Al fin tus padres hicieron algo para controlarte. Contrataron al mejor –Draco miró de nuevo a Santini, en verdad era muy guapo, era alto, de piel morena, cuerpo bien formado, rostro hermoso, cabello castaño y una sonrisa hermosa, sin contar con su sexy acento Italiano, Draco había escuchado de él por su hermano Sirius, al parecer se conocieron años atrás.
-En fin, ya estoy harto de estar encerrado, así que ya que estás aquí lo vamos a aprovechar – una pícara sonrisa inundó el rostro de Alexis.
-Oh no, conozco esa mirada y qué decir de esa sonrisa.
-Pues si las conoces ya sabes que no te podrás resistir –Alexis miró hacia donde estaban los dos guardias platicando y luego se acercó a Draco- tengo un plan.
-Así que eres el nuevo guardia del Príncipe Alexis –dijo Blaise con burla.
-Pues sí, ya ves donde terminé, y no te imaginas el trabajo que me da, es un niño malcriado –respondió el castaño- es caprichoso y…
-Estás enamorado de él –sentenció Blaise mirando al joven frente a él.
-Cómo puedes afirmar eso? –ambos guardias se encontraban platicando en una esquina del salón sin dejar de cuidar a sus chicos- hace años que no nos vemos!
-Mauro, te conozco hace más de 10 años, desde que estudiamos juntos, no te veré muy seguido pero por algo eres uno de mis mejores amigos y reconozco esa mirada fácilmente.
-Jamás me escucharás confirmar o negar eso –respondió el guardia obstinadamente- solo lo cuido, es mi trabajo y lo cumplo, nada más. Además es un niño consentido y muy insoportable.
-Sí claro, no sé de que te quejas la verdad, debiste verlo cuando se juntó con el Príncipe Draco, eran un verdadero desastre –Mauro miró a los dos jóvenes que platicaban divertidos.
-Se llevan muy bien, verdad? –Blaise captó un destello de celos en los ojos cafés de su amigo.
-Son muy buenos amigos, tuvieron algo, no sé exactamente qué, pero ahora Draco está muy enamorado y no es de tu chico –afirmó el moreno.
-Tal vez él no, pero no sé Alexis –dijo el apuesto guardia mirando fijamente a los azules ojos de su compañero.
-Mauro…
-Espera- le interrumpió el guardia- donde están? no los veo!
-Por los dioses! Se escaparon de nuevo! –dijo Blaise malhumorado- pensé que Draco ya había superado eso!
-Vamos, debemos encontrarlos, te lo dije, ese niño es incorregible! –siguió quejándose el castaño mientras ambos abandonaban el salón para buscar a los fugitivos, desgraciadamente para ellos, los chicos tenían un buen plan y una buena fiesta esperándolos.
Un excelente ambiente les dio la bienvenida a los guapos y jóvenes príncipes de Slytherin y Ardem, gente bailando, bebiendo y disfrutando de una buena fiesta, Draco estaba maravillado, estaba en el nuevo y exitoso Bar Bamboocha sucursal Ardem. En verdad no podía creerlo! El decorado era casi similar al de Slytherin, y el ambiente igual de bueno, el lugar estaba reventar y los trataron de manera espectacular apenas entraron.
-Buenas noches príncipe- dijo una chica- su mesa está lista, le servimos lo de siempre?
-Sí y trae vino también Kate –respondió el joven, sabía que a Draco no le gustaba la cerveza- y uvas- agregó, Draco le sonrió. La chica se despidió y rápidamente se acomodaron en una mesa en el centro del lugar, ahí sin duda se divertirían.
-No sabía que existiera este Bar- le medio gritó Draco ya que la música estaba en su apogeo.
-Lo inauguraron hace un par de meses –respondió Alex- no te parece genial?
-La verdad sí, hace mucho que no visito el de Slytherin jeje –Draco miró alrededor- vamos a bailar no?
-Pensé que no lo dirías –rió el castaño, sabía que al rubio le encantaba bailar. Un par de horas después estaban sentados en la mesa bebiendo vino y cerveza y el ambiente seguía genial. Draco estaba conversando con Alexis cuando se fijó en dos chicos, y justo cuando pasaban junto a él los detuvo de la camisa.
-Qué te pasa imbé… -gritó uno de los chicos pero se detuvo al reconocer quien era la persona que lo sujetaba- jeje Príncipe Draco, qué sorpresa! –dijo casi en pánico.
-Me quieren explicar qué rayos hacen aquí? –dijo el rubio entre molesto y divertido.
-Nosotros bueno…
-Carlo, Bernard, supongo que dejaron solo a Luca en el barco, o me equivoco.
-No! bueno… -respondió Carlo- venimos por…
-Un poco de comida para Luc –completó Bernard- sí! Eso!
-Sí Claro – Draco levantó su ceja y ambos hermanos se miraron esperando la reacción- bien, solo porque estoy un poco borracho les doy una hora para que se diviertan, luego regresarán al barco, entendido?
-Sí Alteza, Gracias! –dijeron los chicos y desaparecieron por el lugar.
-Son tus guardias? –cuestionó el joven Falcon con una sonrisa una vez que Draco se sentó.
-Sí, son tremendos, ya los conocerás, ya que me quedaré en tu castillo los instalaré ahí si no te molesta.
-Sabes que no, otra copa? –sonrió el castaño.
-Por supuesto! –aceptó el rubio. De pronto unas antorchas se apagaron y el lugar quedó en semi oscuridad hasta que las antorchas del escenario se prendieron.
-Ahora viene lo mejor –dijo Alexis con una sonrisa, Draco asintió, si este lugar era bueno o no lo confirmaría en unos segundos.
"Bienvenidos al Bar Bamboocha – dijo un hombre sobre el escenario- esta noche es especial ya que tenemos a dos invitados especiales, den un aplauso al Príncipe Alexis y al Príncipe Draco de Slytherin –la multitud comenzó a aplaudir- sean bienvenidos sus Altezas y en honor a su visita, esta noche les presentaremos el mejor show, solo aquí, en el Bar Bamboocha! –nuevos aplausos y chiflidos- y es por eso que queda con ustedes una de las estrellas de este Bar- dijo dirigiéndose a la concurrencia- den la bienvenida al sexy e inigualable –bajo la voz a un tono grave y sexy- Ángelo…"
-Disfruta tu bienvenida –dijo Alexis con una sonrisa mientras una suave música empezaba a sonar. Draco sonrió divertido, levantó la vista y pudo ver un poco más allá a Carlo y Bernard babeando, si el show era bueno, Luca tendría que cuidar el barco solo esa noche.
Seis en punto de la mañana, el sol apenas empezaba a salir en el horizonte, los pajaritos empezaban a despertar dentro de sus nidos y el rocío aún cubría las bellas flores, y Sirius…
-Ya es tarde Remus, despierta! –gritaba.
-Amor, ni siquiera yo me he levantado, no crees que es muy temprano?
-Nunca es demasiado temprano –respondió el moreno con una sonrisa.
-Esta es la excepción- dijo Remus mientras se volvía a enrollar en sus sábanas.
-Cariño, despierta! Quiero ir por Draco ya –replicó el moreno con un berrinche digno de un niño de cinco años.
-Oh rayos de acuerdo! –Remus abrió sus dorados ojos mirando el rostro emocionado de su chico- solo porque en verdad te amo.
-Genial- sonrió el ojigris con alegría mientras Remus se levantaba de la cama –ahora regreso jeje, voy a despertar a Harry –dijo con mirada maliciosa y acto seguido abandonó la habitación, Remus solo suspiró, pobre Harry, por lo menos esta vez no sería él quien lo despertara.
Una hora después el barco, Sirius II, zarpaba de Slytherin con rumbo fijo y con la tripulación bostezando.
Al mismo tiempo, pero en Ardem, dos jóvenes regresaban al castillo tambaleándose sobre sus caballos mientras cantaban una singular canción.
-Born to be wild!
-Cállate Alex, nos van a descubrir! –dijo el rubio resbalándose un poco del caballo.
-Lo que pasa es que no cantamos la que querías –Alexis venía recostado literalmente sobre su caballo.
-Quizá es eso jeje… Simply irresistable! –cantó Draco ahora, con lo que empezaron a reír a carcajadas. Llegaron a la puerta del castillo e intentaron bajarse.
-Dile al piso que deje de moverse! –le gritó el castaño al rubio.
-Yo le digo, nada más deja que lo encuentre –respondió el ojigris tratando de fijar su mirada en… bueno, en algo. Por fin, ambos chicos desmontaron.
-Oye Draco, ya desmonté y no llegó al piso.
-Ni yo, que extraño no?
-Si se soltaran de las riendas tal vez ayudaría –ambos muchachos giraron hacia la voz haciendo que sus atribulados sentidos se confundieran cayendo sin remedio al piso.
–Me lleva!
-Auch! –Blaise y Mauro se acercaron a ellos, el castaño tomó en brazos a Alexis quien se resistió- yo puedo solo Santini!
-Se nota –dijo el guardia tomando al joven en sus brazos y metiéndolo al castillo, con el Príncipe diciendo incoherencia y media y resistiéndose todo lo que su bestial borrachera le permitía.
-Tendré que luchar contigo Draco? –el rubio miró a su guardia favorito desde el piso y empezó a carcajearse.
-Jajajaja me caí del caballo! –dijo al parecer muy divertido, Blaise sonrió y ayudó al rubio a levantarse, logrando entrar lentamente al castillo.
Varias, pero varias horas después, Sirius II atracaba en Meliat, lugar donde al ver la signa de Slytherin en las banderas se prepararon para recibir a la tripulación lo mejor posible. Una vez en el puerto, nuestro equipo de búsqueda y rescate llamado "D.U.V.A.S" (yui: sé que se estarán preguntando el significado de taaan grandioso nombre así que es el siguiente¡Draco, unidos vamos a salvarte! Sí, ya sé, no tiene gran impacto pero solo junté las cosas favoritas de Sirius: Draco y las uvas, jejejeje Frine: es bueno jeje bien hecho yui! Un gran paso para yui y un, sin duda, pequeño paso para la humanidad muajajaja), nombrado por supuesto por nuestro querido Sirius, se preparaba para desembarcar y dedicarse a la tarea de localizar a Draco.
-Bien, ya es tiempo- Sirius se paró imponente enfrente de la tripulación- debemos localizar a mi hermano y traerlo al barco, si acaso no se encontrase en este lugar embarcaremos e iremos al siguiente puerto. Entendido?
-¡Señor, Sí Señor!- respondieron al unísono.
-Ahora… - el moreno se colocó enfrente de sus tropas, cual general a un batallón, mientras los Mirmidones y los guardias de Slytherin lo escuchaba atentamente- Marchen! –ordenó emocionado.
-Sirius no creo que…-empezó a decir Harry pero enseguida fue interrumpido por Remus que le hizo una seña indicándole que no tenía caso, para después, con rostro de resignación colocarse al lado de su consorte.
- Tropa! A cantar!
-Cantar!- el castaño abrió los ojos sorprendido, sabía que su Sirius estaba actuando extraño desde que salieron de Slytherin¿¿¿pero cantar, eso sí que no lo esperaba (yui: y estoy segura que ninguna de ustedes lo hizo, jejeje nn Frine: eso hay que verlo o.O).
-A un rubio busco yo!- el moreno empezó a cantar con voz fuerte y entusiasmada, todo en tono militar por cierto, y justo en el momento en el cual Remus lo iba a detener se escucharon unas voces a su espalda.
-A un rubio busco yo!- los Mirmidones y la Guardia Real, habían empezado a entonar la canción del soberano del reino de la serpiente.
-Muy coqueto sí señor!- Sirius no perdía la sonrisa del rostro, y a cada palabra que decía los soldados la repetían- lo llevaré a casa sí!- Remus y Harry no podían creer lo que sus oídos escuchaban (yui: y eso que aún no escuchan el final), no cabían en sí de la sorpresa cuando Sirius empezó con el final de su canción- para que con Harry sea Feliz!- eso era demasiado! Harry había quedado cual tomate mientras que Remus no sabía como disimular su risa- cuenten! 1, 2, 3, 4! De nuevo y desde el comienzo!
-Basta ya Remus!- reclamó el tomate…erh Harry.
-Lo siento Harry, jajajaja, es que no esperaba que Sirius finalizara de esa forma, jajaja- Remus había dejado a un lado su expresión de sorpresa que fue sustituida por una sonrisa- ahora entiendo como es que los chicos accedieron, jajajaja.
-Yo aún no le veo lo gracioso- respondió el ojiverde tan rojo como antes y mostrando su disgusto.
-Vamos Harry no te enojes- el ex Mirmidón le dedicó una de sus mejores sonrisas- ven, es mejor que nos apresuremos, cuanto antes tengamos información acerca de Draco más pronto podrás ser feliz a su lado, jejeje.
-Hey!- un nuevo reclamo del moreno- desde cuando haces ese tipo de bromas, el estar tanto con Sirius te está afectando.
-Puede ser- de nuevo una sonrisa- ahora apresurémonos- dicho esto ambos se aproximaron al final del muelle en donde Sirius daba nuevas instrucciones a los soldados.
-Escuchen bien, buscaremos lo más que podamos a Draco, buscaremos provisiones y zarparemos lo más pronto que se pueda si es que no tenemos éxito, así que nos dividiremos en 3 equipos: Seamus y Nott estarán a cargo de buscar provisiones, serán el equipo Delta. Marco y Leandro, ustedes se encargarán de cuidar el barco y serán el equipo Gama. Nosotros nos dirigiremos al castillo- dijo señalando tanto a Remus como a Harry- nos escoltaran Ron y Cedric, nuestro nombre clave será los 5 fantásticos (yui: jajajaja, se acuerdan de la película, así que solo le hice una pequeña modificación, jejeje Frine: qué original yui u.u).
-Eh… señor, porque su nombre clave es mejor que los nuestros?- cuestionó Leandro aprovechando que Sirius tomó aire.
-Eso es muy fácil soldado, es debido a que soy el Rey y además porque YO lo digo, está claro?- una mirada desafiante apareció en los ojos grises.
-Sss...si yo no mas preguntaba- respondió un poco nervioso el Guardia Real, al ver la mirada que le dirigía Sirius.
-Al atardecer nos veremos en el barco, muy bien, ya que todo está aclarado, es hora de separarse.
-Sí Señor!- respondieron los demás, mientras que cada uno tomaba su respectivo camino.
Draco entró lentamente a su habitación en Slytherin, todo estaba en una ligera oscuridad pero la luz de la luna que entraba por su ventana iluminaba una parte importante de la habitación, su cama. El rubio cerró la puerta tras de sí evitando hacer ruido y se acercó en silencio hasta la figura que dormía placidamente sobre las suaves mantas, su hermoso cuerpo desnudo cubierto con aquella tela blanca que hacía resaltar el color dorado de su piel, sus cabellos negros esparcidos por la almohada logrando un contraste maravilloso. Sus labios rojos entreabiertos resultando sumamente tentadores y la evidente suavidad de su piel incitando al joven príncipe a tocarla. Draco quedó sin aliento ante la maravillosa visión. Su amado Harry descansaba tranquilamente ajeno a todo. Se acercó a la cama y se sentó con cuidado junto al moreno, extendió una mano lentamente rozando el rostro de su chico, éste soltó un suave y casi imperceptible gemido, el ojigris se estremeció, lo había escuchado. Bajó su plateada mirada recorriendo el torso desnudo apenas cubierto con la tela y no pudo evitar tocarlo, era como si estuviera en un hechizo y lo único por lo que vivía era para acariciar al joven tendido en la cama. Pasó su mano por los bien trabajados pectorales del joven robándole un nuevo gemido pero éste aparentemente no despertó. La mano de Draco dudó al encontrarse en la cintura delgada del ojiverde, iba a retirarla cuando una mano se posó sobre la suya, Draco levantó rápidamente su mirada y se topó con unos verdes ojos mirándolo intensamente.
-Draco… -susurró Harry- bésame, por favor…
Draco, siendo Draco, aunque esta vez no fue muy evidente porque tardó un rato en salir del shock por la emoción, se inclinó ansioso hacia los labios rojos con el intenso deseo de saborearlos, y cuando estaba a punto de rozarlos sintiendo la respiración de Harry en su rostro…
-Despierta Draco! –un brusco movimiento en su cama lo despertó intempestivamente haciéndole abrir los ojos sobresaltado.
-Qué diablos! –se quejó sentándose en la cama tratando de ubicarse.
-Buenos días –dijo Alexis divertido al ver la cara de susto del rubio.
-Qué diablos te pasa? –Draco volvió a caer acostado mirando mal a su amigo –me asustaste.
-Jaja lo siento pero hace mucho que no lo hacía y realmente valió la pena, debiste ver tu cara, por cierto –dijo el castaño mirando de manera pícara al rubio- qué estabas soñando?
-Eh, por qué lo dices? –respondió el rubio haciéndose el desentendido.
-Porque mi lindo Dragón, estabas gimiendo.
-Yo… bueno… eso no importa, por tu culpa no pudo terminar.
-Sí claro.
-Y a todo esto para qué me despertaste?
-Te desperté –respondió Alexis mientras se acostaba junto al rubio- porque ya es bastante tarde y debes comer algo, y también para avisarte que me encontré a Blaise y le dije que te quedarías, tus demás guardias ya están instalados en el castillo.
-Vaya, pues gracias, eres muy eficiente.
-Ya lo sabes –dijo pícaramente.
-Bien, ahora porque no vas a molestar un poco a tu guardia y me dejas dormir.
-Ni lo sueñes –dijo acercando sus labios a la oreja del rubio para susurrarle- te tengo varias sorpresas preparadas –Draco le miró con su clásica ceja levantada.
-Eso suena prometedor, pero no me fío de ti, aún tengo aquella cicatriz.
-Jajaja, fue un accidente, ya supéralo- el castaño se levantó de la cama sin dejar de mirar al rubio- en fin, levántate y arréglate, nos vamos a divertir mucho –y sin más abandonó la habitación con una sonrisa prometedora. Draco miró la puerta unos segundos y luego sonrió, sabía que no iba a escapar de las alocadas ideas de su amigo, y con la resignación en su rostro se levantó y se dirigió al baño.
Alexis caminaba por el pasillo para dirigirse al jardín a esperar a Draco para, después de desayunar aunque definitivamente era almuerzo a las tres de la tarde, ir a visitar a unos amigos para organizar una emocionante carrera de caballos, esta vez estaba seguro que Draco y él ganarían, pero justo cuando salió al jardín pudo observar a su guardia personal platicar, al parecer bastante divertido, con el guardia de su padre, el castaño sintió una sensación desagradable en su pecho pero supuso que era porque Mauro estaba divirtiéndose en sus malditas horas de trabajo.
-Buenos días Príncipe –saludó Mauro educadamente apenas lo vio acercarse.
-Buenos días –saludó igualmente el otro guardia, el castaño miró al joven y lo fulminó con una mirada que había aprendido de Draco, unacien por cientoMalfoy elimina seres inferiores, el joven solo atinó a hacer una reverencia y con un "nos vemos luego" dirigido a Mauro, que asintió su acuerdo, se alejó de allí.
-Puedo ayudarle en algo? –preguntó solícito el apuesto guerrero.
-Tú a mi? –se burló el joven- no lo creo –le dijo fríamente- pero deberías estar cumpliendo con tus labores en lugar de estar… socializando con los otros guardias –dijo notándose un tono molesto en sus palabras. Mauro lo miró unos segundos analizando la situación para finalmente sonreír.
-Perdone Alteza, pero justo en este momento estoy en mi descanso, así que con todo respeto, puedo hablar con quien yo desee –el guardia no pretendía ser grosero pero era necesario establecerle a ese jovencito ciertos límites, claro que solo se había atrevido al notar cierta mirada en los ojos de su Príncipe.
-Si no fuera por mi padre y el maldito aprecio que te tiene –respondió bastante molesto el castaño por la respuesta obtenida- ya estarías muy lejos de aquí, eres un verdadero estorbo así que mantente lo más alejado de mí y… -pero no pudo terminar, sin darse cuenta Mauro lo pegó a la pared que delimitaba uno de los jardines del castillo y se acercó lentamente para murmurarle en el oído.
-Mi único objetivo mientras eso suceda y yo permanezca en este castillo- susurró suavemente haciendo estremecer al joven- es protegerlo Príncipe, esté usted de acuerdo o no –Alexis le empujó después de unos segundos con bastante fuerza y logró alejarse furioso y sobre todo muy confundido de ahí. Mauro, mientras tanto, se reprendió mentalmente por lo que había hecho, se había dejado llevar por la cercanía con Alexis y la pasión que éste desbordaba, pero se juró que jamás volvería a pasar, aunque no pudo evitar saborear el estremecimiento del cuerpo de Alexis ante su cercanía.
El castaño entró furioso al castillo dispuesto a ir inmediatamente con su padre y quejarse de lo sucedido pero se topó con Draco que en ese momento bajaba las escaleras con absoluta cara de sueño, el rubio lo miró y vio su furia.
-Qué te pasa Alex? –se acercó hasta él y lo miró.
-Es el estúpido de Santini, te juro que no lo soporto!
-No seas infantil, es solo tu guardia, no puede trastornarte demasiado.
-Es fácil decirlo… -suspiró con fuerza tratando de tranquilizarse- en fin, tienes razón, no vale la pena seguir hablando de él, mejor vamos a comer algo.
-Me encanta la idea –dijo Draco- me muero de hambre- ambos se dirigieron al comedor pero Alexis pudo captar de reojo la esbelta figura de su guardia mirándolo desde la entrada del castillo.
Había pasado apenas una hora desde que el grupo de los "5 fantásticos" (Frine: u.u sin comentarios en cuanto al nombre) se separaran de los demás para tomar rumbo al castillo y presentarse ante el Rey Delcor soberano de Meliat. Al tiempo que iban avanzando Harry pudo observar lo distinto que era Meliat de Gryffindor, casi todo el paisaje de Meliat era desértico, pero a pesar de eso no dejaba de ser hermoso, todo era tan diferente hasta el ritmo de vida que llevaban las personas, se notaba que era más agitado, siempre corriendo de un lugar a otro buscando entre diversas tiendas que ahí se encontraban, también pudo observar varios lugares en donde maleaban el metal para convertirlo en hermosas figuras, también ubicó varios lugares en donde vendían plata y oro, unos cuantos lugares más se dedicaban a la alfarería y otras tiendas al bordado, la cierto era que Meliat era el mayor productor de metales de todo el continente. De pronto Harry se torno serio y dejando a un lado el asombro que adornaba su rostro hasta hace unos cuantos minutos dirigió su vista a Remus quien miraba atentamente a Sirius.
-Remus- llamó el moreno.
-Si Harry qué sucede?- le dirigió una mirada fugaz al chico mientras se cercioraba que Sirius, al estar distraído entonando su marcha de guerra titulada "Buscando a Draco", no se estrellara contra alguna palmera.
-Crees que Draco ya haya pasado por aquí?- un tono de preocupación en su voz.
-Eso es algo que no te puedo contestar con seguridad, ya que no sabemos exactamente el orden que iba a llevar Draco en su viaje, pero una vez que hablemos con el rey Delcor, lo sabremos.
-Eso espero- un toque de tristeza se vislumbró en los ojos verdes del joven Príncipe.
-Vamos Harry, estoy seguro que el rey Delcor nos podrá ayudar en nuestra búsqueda- Remus apoyó un brazo alrededor del cuello del ojiverde dándole ánimos -BRAUM!- de pronto escucharon un ruido sordo y fuerte que provenía de donde se encontraba Sirius.
-Maldita sea quién rayos colocó esa palmera ahí!- se quejó fuertemente el de ojos plata, había quedado tumbado en el suelo al tiempo que se sujetaba la frente.
-Sirius te encuentras bien?- Remus y Harry se acercaron de inmediato al herido.
-Auch! Sí, me encuentro bien, solo que no me he fijado- respondió poniéndose de pie- ninguna palmera va a vencer al Rey Sirius, soberano de Slytherin! jajajaja.
-Vaya, si el que Draco se haya ido por tanto tiempo le afectó, no me imagino lo que le habrá hecho el golpe, yo también amo y extraño a Draco pero no me ves estrellándome con todo lo que hay a mi paso jeje- dijo el ojiverde con una sonrisa burlona en los labios, al tiempo que Remus le dirigía una mirada de reproche, odiaba cuando le salía lo Slytherin a Harry, cuando Draco regresará le haría pagar por eso.
-Ron, Cedric!- llamó Remus dejando de mal mirar al ojiverde que le sonrió de manera angelical para tratar de enmendar su comentario- No se suponía que ustedes debían de estar….Ron? Cedric?-pero el castaño no terminó lo que iba a decir ya que al girar y buscar a los mencionados estos habían desaparecido- Harry los has visto?
-No Remus, estoy tan sorprendido como tú, creí que estaban delante de nosotros.
-Rayos! Donde rayos se habrán ido!- Sirius que ya se había levantado y dejado de discutir con la palmera que le había propinado tal golpe, se había percatado de la ausencia de su escolta- bien no podemos perder tiempo buscándolos, es mejor que vayamos a palacio, ya estamos cerca- dijo señalando las puertas de entrada por donde se vislumbraba el castillo.
-Bien entonces sigamos, ya me las veré con esos dos cuando aparezcan -sentenció el castaño, al tiempo que se ponían en marcha rumbo al castillo.
En otro lugar no muy lejos de ahí, nos encontramos con cierto pelirrojo acompañado de un joven castaño de expresión algo preocupada.
-Ron, estás seguro que estuvo bien irnos así?- Cedric se temía las consecuencias que le esperarían cuando su primo se diese cuanta de su desaparición.
-No te preocupes mi niño-dijo con una sonrisa despreocupada -Remus está muy ocupado vigilando que Sirius no se pierda como para notar que no estamos, jejeje.
-Supongo que tienes razón- un tono de desconfianza en su voz.
-Ahora, donde estaba ese lugar -el pelirrojo buscaba con la mirada tratando de localizar un lugar en particular de entre todos aquellos que se encontraban en tan grande ciudad- oh! Ahí esta! Vamos apresúrate.
-Sí, ya voy- el castaño siguió al pelirrojo hasta una tienda situada casi al final de la calle, Cedric se fijó en el nombre del lugar "Silver Hawk", extraño nombre pensó el chico, mientras seguía a Ron dentro de la tienda, al entrar el chico pelirrojo ya se encontraba hablando con el encargado, quien después de varias indicaciones por parte del mayor de los Mirmidones se dirigió a uno de los estantes a buscar algo, Cedric aprovechó la ocasión para acercarse- oye qué es lo que hemos venido a hacer en este lugar?- indagó el castaño.
-Solo espera unos segundos mas y lo sabrás- en ese preciso instante el encargado de la tienda regresó con una pulsera de plata en las manos, la cual mostró al joven pelirrojo- es perfecta! Me la llevo! (Frine: hey yui no nos caería nada mal un novio así eh? yui: que los dioses te escuchen jeje).
-Gusta que la envuelva señor?- cuestionó el hombre.
-No, se la lleva puesta- Cedric miraba sorprendido a su novio, al tiempo que éste tomaba su muñeca y le ponía el hermoso pulso de plata.
-Pero Ron….- el castaño estaba incrédulo de lo que veía.
-No digas nada- el Mirmidón sacó una bolsa con monedas que entregó al encargado, quien verificó que sean verdaderas antes de agradecerle con una sonrisa al pelirrojo, que al ver el gesto se dirigió de nuevo a Cedric- vamos, antes de que tu primo se de cuenta- el castaño respondió dándole un pequeño beso en la mejilla y ambos salieron del lugar para reunirse de nuevo con Remus, Sirius y Harry.
De nuevo en el palacio Sirius, Remus y Harry se encontraban en la sala real, la cual estaba decorada con diversas banderas y emblemas que representaban un yunque y un martillo y unas manos moldeando un jarrón, los tres se encontraban esperando la llegada del Rey de aquel país cuando de pronto se abrieron las puertas dando paso a Delcor soberano de Meliat. Delcor era un hombre mayor entrado en los cuarenta y con el cabello negro entrecano, alto y robusto, de faz tranquila y apacible, que al vislumbrar a Sirius se acercó enseguida brindándole un abrazo.
-Sirius- dijo alegremente- o debería decir Rey Sirius.
-Jejejeje Sirius esta bien rey Delcor -dijo respondiendo a su efusivo abrazo.
-Dime Delcor. Me alegra verte, muchacho-dijo soltando a Sirius y conservando una sonrisa en los labios- lamento lo de tu padre, pero estoy seguro que serás un gran soberano al igual que él- una sonrisa se formó en los labios del joven rey al escuchar las palabras de Delcor.
-Me alegra escuchar tales palabras de alguien a quien respeto tanto -una sonrisa de suficiencia por parte del otro soberano- quisiera presentarte a mi consorte Remus.
-Es un placer conocerlo Majestad- respondió el aludido con una pequeña reverencia.
-El placer es mío!- dijo abrazando de improviso al castaño- nunca creí que llegaría el día en que viera a este chico sentar cabeza, jajajaja- Sirius compartió la risa del soberano, al igual que Harry al observar como Remus se sonrojaba levemente- y dime, quién es este otro joven?- dijo de improviso soltando a Remus y enfocándose en el ojiverde- vaya pero si eres igualito! Eres hijo de James verdad?
-Sí señor, así es- dijo Harry con una pequeña reverencia.
-Jajajajajaja, ya lo sabía eres idéntico a tu padre.
- Delcor -llamó el joven de ojos cual tormenta- quisiera decirte el motivo por el cual nos encontramos en este lugar.
-Oooh, jejejejeje lo lamento me emocioné tanto al verte que se me había olvidado preguntarte -el soberano volvía a dirigir su vista hacia Sirius- la verdad también me causó un poco de sorpresa cuando me dijeron de tú presencia en el castillo- sonrió el soberano- Creí que había arreglado todos nuestros asuntos cuando Draco vino a verme- el rostro de los presentes se llenó de emoción al oír mencionar aquel nombre.
-Es exactamente por lo que hemos venido -dijo Sirius- seguramente te habrás enterado de todo lo acontecido en Slytherin- Delcor asintió, Sirius prosiguió- nosotros decidimos buscar a Draco para que vuelva por fin a casa.
-Cuanto me gustaría decirles que Draco se encuentra en este lugar, pero partió hace ya algunas semanas.
-No sabe a donde se dirigía?- interrumpió Harry con un brillo de esperanza en su verde mirada.
-Mmmm… déjame recordar- el rey se puso pensativo por un momento -ooooh, ahora recuerdo- dijo levantando las cejas- creo que el mencionó que se dirigiría a Asrath, pueden ir y con suerte encontrarle.
-Muchas gracias Delcor, nos sabes como nos has ayudado- Sirius le dio un abrazo a modo de despedida, para luego soltarlo y comenzar su carrera rumbo al muelle, seguido de Remus y Harry.
-Eeehh! Pero… que ya se van?- dijo sorprendido.
-Lo siento, prometo regresar en otra ocasión, pero ahora lo principal es encontrar a Draco, de nuevo gracias!- dijo el de largos cabellos mientras desaparecían por la puerta.
-Vaya –suspiró el rey de Meliat con una sonrisa- que chicos.
Fuera de palacio los tres jóvenes iban a toda prisa hacia el muelle donde se encontrarían con el resto de la expedición.
-Hey fíjate por donde….Remus?
-Ron! Donde diablos de habías metido?- gritó Remus.
-Lo siento es que los perdimos de vista- se excusó el pelirrojo- adonde vamos con tanta prisa?- cuestionó el chico que luego de toparse con ellos los había empezado a seguir junto con Cedric.
-A Asrath! –gritó Harry emocionado corriendo rumbo al barco.
Un par de días después de su llegada a Ardem, los visitantes de Slytherin se sentían absolutamente cómodos e instalados, pero las continuas escapadas de Draco con Alexis a los Dioses saben qué, habían obligado a Blaise, apoyado por Mauro, a tomar medidas desesperadas. Cada persona en el reino era un espía potencial de lo que planeaban los jóvenes y por lo tanto no habían podido destramparse tanto como Alexis quería, lo que les había obligado a permanecer en el castillo la noche anterior, el resultado? una fiesta buenísima en el castillo la siguiente noche. Ahora la fiesta estaba en su apogeo y todos los invitados, en general jóvenes revoltosos a juicio de Mauro, se encontraban totalmente borrachos mientras bailaban animadamente. Mauro recorrió el lugar con la vista pero no lograba localizar a Alexis, Draco estaba conversando con una joven muy hermosa en una de las terrazas pero no había rastro del Príncipe de Ardem, preocupado siguió recorriendo el lugar hasta que al salir al jardín y doblar una esquina el murmullo de voces le obligaron a detenerse.
-Vamos Alex, solo relájate.
-No John, en verdad no quiero –la voz de Alexis indicaba un alto grado de vino en su sangre.
-Sé que soy muy celoso pero te prometo que esta vez será diferente –Mauro se asomó ligeramente y pudo ver como el maldito joven devoraba con avidez los labios del joven Príncipe mientras sus manos se colaban debajo de su túnica- déjate llevar- la furia inundó el rostro del guardia pero no se movió, no podía hacer nada a menos que Alexis no deseara ese contacto.
-Ahh, John… -el gemido le indicó a Santini que tal vez Alex lo deseara- basta, no seas imbécil –dijo tratando de recobrar la compostura y sobre todo controlarse con todo aquel alcohol en su sangre y las manos acariciando su cuerpo con lujuria –si no te comportas voy a llamar a mi guardia para que te saque a patadas –Mauro sonrió ya que sabía que cumpliría esa orden con sumo agrado, ese chico lo pedía a gritos.
-No sé que te pasa últimamente, seguro es por Draco, desde que llegó solo has estado con él.
-Eso no te importa- Alexis se giró dispuesto a regresar al castillo.
-Me importa y mucho –le espetó el joven tomándolo de un brazo con fuerza haciendo que se girara, Alexis era alto pero John lo era un poco más- tenemos química no puedes dejarme así, seríamos una gran pareja!
-Te equivocas, eres bueno en la cama pero eso realmente no me interesa más que para simple diversión, diablos John me conoces! –respondió el castaño con cierto fastidio- soy libre y no me interesa mantener una relación con alguien a menos que en verdad lo ame y lo que siento por ti está muy lejos de eso.
-Amas a Draco, lo amas porque es Príncipe como tú? Es por eso que no me aceptas! –espetó el chico con enojo.
-No digas estupideces, mira será mejor que te vayas John, no deseo discutir esto contigo –John furioso iba a acercarse al castaño para hacerlo entender como fuera pero la presencia de Mauro le hizo detenerse, sin más se dio la vuelta y se marchó.
-Está bien Alteza? –preguntó el guardia, Alex se sobresaltó ante su voz ya que no se había dado cuenta de su presencia.
-Por supuesto –dijo pero tuvo que sentarse en una banca, la verdad estaba bastante mareado. Mauro se acercó a él y se sentó a su lado, el castaño no hizo nada cuando los brazos de su guardia lo envolvieron protectoramente, simplemente se dejó abrazar, no supo lo que lo impulsó a hacerlo pero buscó los labios de Mauro con los suyos que respondieron ansiosos al contacto, no supo cuanto tiempo fue pero al darse cuenta de lo que estaba haciendo se alejó inmediatamente de él, dejando a Santini bastante confundido pero sumamente complacido.
Tres días habían pasado desde que el equipo "D.U.V.A.S" había dejado Meliat con rumbo a Asrath. Los expedicionarios estaban ahora llenos de nuevas energías, en especial Harry, ya que en su primera parada habían conseguido información sobre el paradero de Draco, si tenían un poco de suerte era probable que lo encontraran en Asrath, mientras el joven heredero al trono seguía en sus cavilaciones (que mayormente se centraban en cierto rubio ¬¬), Leandro divisó a lo lejos las montañas características del reino de Asrath.
-Su Majestad, arribaremos en Asrath en una media hora- Leandro, que había dejado su puesto de vigía, había ido a dar aviso a Sirius que se encontraba en su camarote echándole un vistazo a su infalible mapa.
-Muy bien Leandro, comiencen a preparar todo, una vez que lleguemos haremos lo mismo que en Meliat, cargaremos provisiones, buscaremos información acerca de Draco y partiremos inmediatamente.
-Está bien señor- el joven soldado se retiró dejando solo a Sirius.
-Bien, creo que ha llegado la hora- el hombre de largos cabellos oscuros como la noche salió de su camarote y dando una señal a Marco se dirigió a donde se encontraba Harry-cómo estás?
-Bien…supongo- los ojos verdes del chico veían infinitamente a la nada perdiéndose en los territorios del gran Poseidón.
-Harry ten por seguro que lo vamos a encontrar- Sirius había posado una mano en el hombro del chico-con lo que nos dijo Delcor estamos un paso mas cerca, lo importante es que ya estamos en….-pero Sirius fue interrumpido por una canción que venía de cubierta- qué es eso?
-Vamos Remus!- se oían gritos de aliento, mientras que el castaño sostenía una especie de aparato negro que hacia que su voz se escuchara fuertemente.
-Bien aquí vamos! -una sonrisa juguetona en su rostro, de esas que rara vez mostraba- ésta es para ti Harry!
-Pero qué rayos cree que va hacer?- una expresión de total confusión adornaba su rostro- Sirius tú sabes algo?- cuestionó el ojiverde.
-Lo único que te puedo decir es que me costó mucho tiempo convencerlo y mucha cerveza, jejeje- después de que terminó la canción de entrada se escuchó la voz melodiosa de Remus.
-Que sepa el mundo que en marcha estoy, que me gusta cada instante aquí ! - el castaño cantaba mientras los demás le hacían coro y bailaban detrás suyo- con el sol mas brillante mis pasos doy, no se aparta la falta la risa de mi.
-Jejeje espero que con esto te alegres un poco Harry- Sirius se acercó a Remus y se unió al espectáculo- Y es lo mas importante volvernos a ver, no me importa donde tenga que ir, mil historias hay que oír y van a ser las que quiero compartir…. Sigo mi camino, mi destino, es mi camino, es mi camino!
-Si no puedes con ellos… - suspiró el ojiverde mirando a sus compañeros de viaje con gesto de resignación, después de unos instantes mas de mirar aquel "espectáculo" no le quedó otro remedio que unirse a esa manada de locos- Que sepa el mundo en marcha estoy y voy a cumplir mi misión los cielos azules por donde voy dan alas a mi corazón (yui: música y letra cortesía de Phil Collins Frine: ni idea de cual es pero bueno u.u jeje que canten).
Antes de desembarcar en Asrath, Remus había indicado a Ron y Cedric que en esta ocasión ellos se quedarían a cuidar el barco y que los que los escoltarían hasta palacio serian Marco y Leandro y que Nott y Seamus se encargarían de nuevo de cargar las provisiones que hicieran falta.
Asrath era un lugar hermoso, lleno de árboles y montañas, por donde uno dirigiera la mirada podía encontrar árboles de un verde resplandecientes y a lo lejos las montañas se alzaban en todo su esplendor. El pueblo de aquel lugar era bastante modesto y más tranquilo que Meliat, pero no se quedaba atrás en cuento a avances con respecto a los demás reinos. Una vez en Asrath, anclaron el barco y todos se dirigieron a su respectiva tarea.
-Todos saben que es lo que tienen que hacer, así que andando –dijo Sirius emocionado.
-Ron y Cedric- Remus les dirigió una mirada de advertencia- espero que en esta ocasión cumplan ordenes y no se alejen del barco¿entendido?
-Sí, no te preocupes Remus, no nos moveremos de aquí –dijeron con sonrisa angelical, el castaño solo levantó una ceja pero no dijo nada.
-Bien, andando, debemos darnos prisa- Harry que tenía nuevas energías apuró a los demás, mientras más pronto supiera si Draco había pasado por ahí estaría mas cerca de encontrarle.
Iban rumbo al castillo, guiados por Leandro y Marco, y todo marchaba de acuerdo a lo planeado cuando uno de los guardias vio algo que captó su atención haciéndole una seña a su compañero para que se acercara.
-Qué sucede Marco? vamos a perder de vista al rey- dijo mientras miraba de reojo la dirección por la cual se dirigían Sirius y compañía.
-Créeme, esto es muuuuuy importante, solo mira- dijo señalando el local frente a ellos, el otro chico solo pudo apoyar la reacción que había tenido Marco ya que justo en la entrada del lugar se leía un letrero "Dos por uno en bebidas y además, en la compra de un galeón, llévese un pase gratis a una de nuestras noches especiales en cualquier sucursal. Atte. Bar Bamboocha"
-No podemos dejar pasar esta oportunidad! – dijo Leandro con los ojos a punto de las lágrimas debido a la emoción que le inspiraba aquel maravilloso letrero, y sin pensarlo dos veces, entraron en aquel lugar (Frine: amo a estos chicos jeje).
Ahora, volviendo con el equipo de los 5 fantásticos que maravillosamente siempre terminan siendo tres, habían llegado por fin al palacio después de que Sirius, al estar tan entusiasmado con la eficacia de su plan girara a la derecha en lugar de a la izquierda y los llevara directo a una de las entradas al bosque, terminando en que Remus se hiciera cargo de orientarlos ya que en una ocasión había estado en Asrath acompañando a James en una pequeña visita, pero bueno, el caso es que ya se encontraban en palacio, esperando a que el rey Rowan les pudiera decir algo acerca de Draco.
-Como está su majestad- saludaron los tres al mismo tiempo.
-Hola Sirius, Remus y tú debes de ser Harry- el joven asintió- James me habló de ti la ultima vez que estuvo aquí- dijo con una sonrisa- pero díganme, que les trae por aquí y por que tanta desesperación por verme?
-Verás Rowan, lo que sucede es que estoy buscando a Draco –dijo Sirius con una sonrisa, Rowan era un hombre unos años mayor que Sirius y que unos años atrás, antes de que ambos fueran coronados reyes, se habían conocido en un viaje a Atenas.
-A tu hermano?-preguntó el soberano- acaso le ha pasado algo, la ultima vez que lo vi estaba bastante bien.
-Hace cuanto que lo vio majestad?- interrumpió el castaño.
-Hace como dos semanas, vino a hablar conmigo acerca de las relaciones comerciales entre nuestros reinos, se quedó unos días y partió de nuevo.
-De casualidad sabe a donde se dirigía, majestad?- esta vez fue Harry quien hizo la pregunta.
-Mmm… me dijo que tenia varios lugares los cuales visitar, pero no estoy seguro de adonde se dirigía.
-Por favor Rowan haz un esfuerzo por recordar- suplicó Sirius.
-Veamos…- dijo el rey pensativo- creo que su siguiente destino era Norian…no espera…era Lexus, sí estoy seguro, ahí es a donde se dirigía.
-Muchas gracias Rowan, nos has sido de gran ayuda- con una ultima reverencia se dispusieron a marcharse.
-No me digan que ustedes también se van tan rápido?
-Lo siento pero es importante para nosotros encontrar a Draco-se excusó el de gris mirada de la manera mas diplomática que pudo –muchas gracias y prometo visitarte pronto- y se marchó del castillo junto con Remus y Harry.
-Estos Malfoy- suspiró Rowan- siempre tienen prisa jeje.
Una vez en el barco, se encontraron con Marco y Leandro quienes recibieron una reprimenda por parte de Sirius y fueron degradados al equipo Gamma de nuevo, subiendo así Ron y Cedric a ser el equipo Delta y Nott y Seamus a ser la escolta de Sirius en el próximo puerto, claro está que para Marco y Leandro había valido la pena con tal de no pasar por alto esa "oportunidad en la vida" como ellos le habían llamado.
-En serio Alex, ya no puedo más! –dijo el rubio Slytherin mirando con súplica a su amigo –estás sorpresas están acabando conmigo, primero la noche en el Bamboocha, luego la carrera de caballos donde hubieron más heridos que en la batalla de Slytherin y que de puro milagro ganamos, luego esa fiesta salvaje en tu castillo, jamás hubiera imaginado para que eran todas esas lanzas, el chocolate y las rosas rojas, ahora quedaré traumado de por vida por tu culpa! –dijo con cierto reproche, Alex solo le sonrió de manera angelical- pero bueno, después fue ese torneo de boxeo, las fiestas de Dionisio, el salto de la cascada…
-Entiendo –rió el castaño interrumpiéndolo- pero Draco, no puedes negarte a esto, es por el honor de Slytherin, tu hermano jamás se habría negado cuando el honor de su apellido estaba en juego –dijo tratando de picar su orgullo.
-Pero…
-Tus guardias están aquí apoyándote, yo te apoyo, podrás con esto porque eres un gran guerrero y un gran Príncipe! –dijo el castaño cual político en campaña, el rubio lo miró y luego suspiró con resignación, ya estaba bastante viejo para esto.
-De acuerdo, pero juro por mi amor por Harry que esta será la última de tus sorpresas – tomó un trago de tequila ya que necesitaba algo más fuerte que el vino para darse valor y esperó el momento.
-Tranquilo y hazlo como lo ensayamos –dijo el castaño, le dio una palmada en la espalda a Draco y se alejó de ahí rumbo a su lugar, el rubio solo atinó a asentir con la cabeza, los nervios lo estaban matando.
-Y como último participante en esta noche de karaoke en honor de las musas, nos honra con su presencia, el Príncipe Draco de Slytherin! –anunció una voz y los aplausos de la multitud no se hicieron esperar así como los gritos eufóricos de jóvenes y jovencitas hechizados por la belleza y galanura del rubio, quien apenas subió a la pequeña tarima se vio lleno de una seguridad inigualable (Frine: Los dioses bendigan el tequila jeje) dejando los nervios en algún lugar detrás del escenario.
Miró a la multitud con una sonrisa coqueta y pudo divisar la mesa que ocupaba su porra personal, Blaise abrazaba a Luca mientras bebían unas deliciosas piñas coladas, Carlo y Bernard, con enormes vasos de cerveza en la mano, conversaban con unos chicos que acababan de conocer y Mauro, arrastrado a la fuerza por Alex miraba con el ceño fruncido el lugar, expresión que cambió totalmente cuando el sexy Príncipe de Ardem se sentó junto a él. Y sin más, Draco se dispuso a conquistar el primer lugar del Vigésimo cuarto Karaoke en honor de las Musas con el mundialmente reconocido tema: Macho man.
El viaje hasta Lexus había sido tranquilo, el viento soplaba a su favor y todos se encontraban con mas ánimo después de beber parte de uno de los galeones de vino que habían llevado Marco y Leandro al barco, sin otra novedad que el ver a Seamus completamente borracho cantando un sin fin de canciones rancheras, por lo cual acordaron que el no tomaría en lo que restaba del viaje.
Llegando a Lexus se retomó de nuevo el orden como se dividirían los equipos en esta ocasión, esperando que esta vez la escolta que llevaran no brillara por su ausencia (yui: espero que no lo deseen mucho n.nU). Cual fue la sorpresa de todo el grupo al no encontrar el puerto del reino y tras estar un día perdidos sin saber que rumbo tomar, y que Remus convenciera a Sirius de que al primer barco que vieran pasar le pidieran direcciones, se dieron cuenta de que habían estado al otro lado de la isla todo el tiempo, por lo cual después de retomar el curso correcto se encontraban por fin en Lexus.
-No podemos perder el tiempo.
-No lo hubiéramos perdido si no hubieras insistido en navegar tu mismo el barco ¬¬- comento sarcásticamente Remus mirando a su adorado esposo.
-El caso es que ya estamos aquí y no tenemos de que preocuparnos más que por encontrar a mi hermano n.n- respondió despreocupadamente el soberano slytheriano-así que en marcha, todos saben que hacer.
Como era de esperarse cada equipo cumplió con lo que se le tenía encomendado, y que decir de los dos nuevos integrantes del grupo fantástico, habrían cumplido maravillosamente con su labor si no se hubieran topado con un puesto que tenía música Karaoke que Seamus no pudo resistir y como era obvio arrastró consigo a Nott, que por mas que trató no pudo despegar de aquel lugar a Seamus que ya había empezado con su repertorio de canciones románticas todas dedicadas a cierto joven que por más que lo intentaba no lograba ocultar su rostro de vergüenza. Claro que en esta ocasión los otros tres miembros del grupo se percataron de lo que sucedía pero decidieron huir antes de que les pidieran que se llevasen a Seamus de ahí.
Una vez que se encontraron en palacio, se reunieron con el rey Kalas, el cual los recibió de excelente manera, aunque un poco apurado ya que había un asunto el cual lo tenía especialmente ocupado en ese momento.
-Es un placer volver a verlo su majestad.
-Igualmente muchacho, me da gusto verte de nuevo Sirius, dime en qué te puedo ayudar?
-He venido a preguntarle por mi hermano, queremos encontrarlo.
-Oh vaya, la verdad no puedo decirte mucho sobre él- dijo rápidamente preparándose para salir- vino hace una semana a tratar unos asuntos referentes a nuestros reinos y luego se marchó.
-Sabe usted a donde majestad?- intervino Harry.
-Creo que dijo que iba a Ardem, realmente no lo recuerdo bien, pero espero que les sirva.
-Es de gran ayuda su majestad -agradeció Remus.
-Bien, si no se les ofrece nada más tengo que atender un asunto importante en este momento.
-Si me permite preguntar¿adonde se dirige con tanta prisa?- cuestionó Sirius.
-Lo que pasa es que me han informado que hay un joven en la plaza que se encuentra perturbando la paz de este reino y no lo han podido detener, así que considero que debo ver como solucionarlo- al terminar de decir estas palabras los rostros de los tres hombres se tornaron pálidos por la sorpresa.
-Bien jeje creo que es hora de que nos marchemos muchas gracias por su ayuda Kalas –dijo Sirius.
-Oh no tienes porque darlas Sirius, que tengan suerte –dijo despidiéndose con la mano.
Una vez fuera del castillo los tres se apresuraron en ir a buscar a Seamus que ya empezaba con una nueva ronda de canciones y con un publico que estaba a punto de perseguirlo y darle fin a su tan "melodiosa voz".
-Harry tú y Nott vayan al barco y preparen todo para zarpar lo antes posible- ordenó el moreno al ver que era casi imposible mover al chico cantor, así que optó por una estrategia "tira y corre", la cual consistía en alejar el micrófono de Seamus y correr velozmente al barco, lo cual fue todo un éxito ya que una multitud enardecida los perseguía muy de cerca para darle su merecido a quien los había dejado parcialmente sordos.
-Aaaaah! Mi público me quiere!- dijo Seamus con tono soñador.
-Pero muerto! –dijo Remus con cansancio- déjate de tonterías y sube al barco- una vez que lograron subir a Seamus al barco se dirigieron rumbo a su nuevo destino: Ardem, esperando poder hallar una pista más para encontrar al joven rubio.
Unos días después de la fabulosa y aplastante victoria de Draco en el karaoke en honor de las musas y que tuvieran que sacarlo de ahí por sus guardias debido al acoso de un muy eufórico público que trataba de obtener aunque sea un pedazo de su túnica, Alexis Falcon caminaba rumbo a la habitación de su amigo mientras tarareaba la canción que había cantado Draco con aquellos movimientos de cadera que volvieron loca a la concurrencia.
-Buenos día súper estrella jeje solo vengo a avisarte que está todo listo –Alexis entró a la habitación que ocupaba Draco hace ya varios días con una sonrisa radiante.
-Nunca vas a olvidar eso verdad? Pero bueno, sobre lo de hoy mantengo lo que dije, de verdad, no tienes porque hacer esto Alex –dijo el rubio Slytheriano mientras cerraba su baúl y miraba a su amigo con gesto suplicante.
-Mi querido Dragón, sabes que no puedo dejarte ir sin una buena despedida –rió el castaño al mirar la cara de susto de Draco ante las palabras "buena despedida" –quien sabe cuando volvamos a vernos, no me vas a negar ese gusto, verdad? –dijo mientras abrazaba al ojigris quien con un suspiro de resignación terminó aceptando.
-Bueno, después de todo lo que he pasado, una más de tus sorpresas no me va a hacer daño… -miró al castaño con cierto temor –o sí?
-Por supuesto que… ya lo verás jaja vámonos! –dijo el guapo Príncipe de Ardem arrastrando al rubio fuera de la habitación.
Minutos después cabalgaban lentamente muy cerca del bosque que rodeaba Ardem, iban platicando animadamente mientras recordaban todo por lo que habían pasado estos días, más bien lo que había pasado el Slytheriano. Detrás de ellos, Blaise y Mauro los seguían en silencio. Mauro se encontraba perdido en sus cavilaciones de los últimos días pero en su relación con su joven Príncipe. Desde el episodio de la fiesta no habían tenido otro acercamiento, al contrario, Alexis ya no le hacía desplantes y no le hablaba más que para pedirle que hiciera algo, difícilmente lo miraba a los ojos como si le evitara, lo que había dejado a Santini muy confundido, así que se había limitado a seguir sus ordenes y cumplir con su trabajo, pero a pesar de todo esto, no se le había escapado la mirada en los ojos del castaño cuando sin querer se cruzaba con la suya, algo muy en su interior le decía que el chico sentía algo muy parecido a lo que hace ya varios meses albergaba su corazón. Blaise por su parte miraba de reojo a su amigo y confirmaba lo que pensó a su llegada a Ardem, que Mauro estaba total y completamente enamorado del joven Falcon y al igual que su compañero, gracias a su capacidad de observación, también había detectado ese brillo en los ojos cafés del joven Príncipe, pero sabía cuan orgulloso era el muchacho y lo difícil que le sería aceptarlo, esperaba que por su amigo fuera lo suficientemente rápido.
Pronto llegaron a un pequeño camino que se internaba en el bosque, Alex se detuvo con Draco a su lado y se giró hacia los guardias.
-Esperen aquí, iremos al río –dijo el castaño con una sonrisa maliciosa mirando a Mauro y disfrutando del efecto de sus palabras- volveremos en unas cuantas horas –y sin más le hizo una seña a Draco de que le siguiera.
-No te preocupes Blaise, me portaré bien –dijo el rubio con sonrisa pícara y un guiño despidiéndose de su guardia quien solo hizo un gesto de fastidio, esperaba que Draco regresara pronto con Harry, esta faceta desvergonzada y alocada del rubio le cansaba demasiado.
-No te preocupes –le dijo Blaise a Mauro una vez que los chicos se perdieron detrás de los frondosos árboles- solo te está molestando.
-Lo peor de todo amigo, es que lo está logrando –respondió el castaño mientras desmontaba del caballo y junto con el General de Slytherin buscaban un lugar donde esperar a lo jóvenes y desbocados Príncipes.
Ambos chicos corrían entre carcajadas hacia el río que se encontraba muy cerca de donde aún esperaban los guardias, el día estaba hermoso, el sol brillaba y la temperatura invitaba a un buen chapuzón, que fue justo lo que hicieron ambos príncipes después de dejar un reguero de ropa desde donde habían dejado a sus caballos tirándose al agua solo con sus bóxers.
-Jajaja gané –gritó Draco emergiendo del agua.
-En tus sueños Malfoy –respondió Alex hundiendo al rubio nuevamente en el agua, pero Draco logró atraparlo y lo hundió también, ambos salieron a flote entre risas.
-Ajá con que quieres guerra –le retó el rubio.
-Jamás me vencerás –respondió el castaño mirándolo divertido y sin evitar contemplar el cuerpo tentador de su compañero.
Y así inició el juego en el agua persiguiéndose y hundiendo al otro para después dedicarse a nadar disfrutando de la belleza y tranquilidad del paisaje, en definitiva eran almas gemelas, se entendían a la perfección, pensaban de manera similar, compartían los mismos gustos, entre muchas otras cosas, Alex estaba seguro de que si terminaba con una relación seria sería con Draco, claro, antes de que supiera lo del Gryffindoriano. Pero el tener a Draco tan cerca y el deseo de evitar lo que sentía por Mauro le llevaron a pensar cosas que en otro momento tal vez hubiera descartado.
Después de una hora en el agua decidieron salir y recostarse en el pasto verde bajo la luz del sol, aprovechando comer lo que Alexis había traído para un picnic. El castaño regresó de donde había dejado a su caballo con algo de comida y una buena dotación de vino. Extendió todo sobre una manta y ambos empezaron a saborear, en primer lugar, el vino. Alex estaba junto al rubio mientras discutían acerca de los juegos olímpicos que se llevarían muy pronto a cabo en Atenas, sobre quienes podrían ganar y las apuestas que se llevaban a cabo sobre ellos.
-Yo creo que estás, como siempre, equivocado –dijo con seguridad el rubio tomando su sexto, o séptimo, vaso de vino, hace ya bastante rato que la comida había desaparecido.
-Sí claro –contestó el castaño con una ceja elevada- ahora eres un experto en la Maratón.
-Pues aunque lo dudes.
-Pues no solo lo dudo, lo sé, ese chico no va a llegar ni al primer punto del recorrido –Alex trató de levantarse para buscar el vino que aún quedaba pero perdió el equilibrio y cayó sobre Draco, ambos rieron divertidos.
-Estoy algo mareado –dijo Alex entre risas sosteniéndose de Draco.
-Si no lo dices ni cuenta me doy –respondió sarcástico el Slytheriano, el castaño lo seguía mirando y tomó una decisión, tal vez se arrepintiera pero tenía que hacerlo para saber lo que en verdad sentía.
-Draco –le llamó el castaño mirando al rubio a los ojos.
-Sí?
-Perdón.
-Por qué? –cuestionó el rubio confundido.
-Por esto –Alexis acercó sus labios a Draco y lo besó con verdadera pasión y entrega, Draco respondió al beso rememorando otros tiempos.
Harry caminaba por el barco, ya podía verse Ardem a lo lejos, llegarían seguro en una hora o menos. Miró a Marco y Leandro conversar animadamente con Cedric mientras Ron estaba entretenido con el timón. Decidió bajar a su camarote para descansar un rato pero mientras cruzaba delante de la puerta donde descansaban sus guardias pudo escuchar unos suaves murmullos provenientes de la habitación, el ojiverde lleno de curiosidad se acercó un poco y pudo identificar claramente las voces, y provocándole un monumental sonrojo, lo que decían.
-Sigue Seamus ahhh, por los Dioses!
-Lo que pidas amor…
Harry siguió su camino tratando de apartar las imágenes que se formaban en su mente, ahora entendía porque no había visto a Seamus y Nott en un buen rato, lo que estaban diciendo los demás guardias en cubierta con sendas caras de diversión y el porque no habían bajado a descansar en todo el día. Sin que se le pasara el sonrojo siguió hacia su camarote pasando frente al que ocupaban Sirius y Remus escuchándolos murmurar, aprendiendo de su experiencia anterior decidió seguir sin detenerse pero la conversación llamó fuertemente su atención.
-En Ardem?
-Yo espero que sí, es sin duda su país favorito, ahí conoció a su mejor amigo, el Príncipe heredero Alexis Falcon, Draco y él se entendieron MUY bien desde que se conocieron.
-A qué te refieres con MUY bien? –escuchó preguntar a Remus.
-Pues tú sabes amor, Draco y yo no fuimos precisamente unas blancas palomas jeje –Harry se asomó un poco por la puerta entreabierta y vio la mirada de reproche que Remus le mando a Sirius –no que me enorgullezca de eso –dijo el Slytheriano perdiendo la sonrisa.
-Sí claro –dijo el castaño enarcando una ceja- pero explícame.
-Verás, la relación de mi hermano con Alex fue… bueno… -dudó- especial –terminó, en realidad Sirius no quería dar a entender algo que no era, aunque para ser sincero no sabía exactamente lo que era o había sido, nada difícil de entender conociendo a su hermanito.
-Crees que amenace lo que Draco siente por Harry? –cuestionó el castaño con un dejo de preocupación que inquietó el corazón del ojiverde.
-Claro que no cariño, pero si te soy sincero… -Sirius se sentó en un sillón, Harry seguía en silencio escuchando desde la puerta – te juro que si Draco no se hubiera enamorado de Harry yo habría jurado que Alexis y él terminarían juntos.
-Vaya, sí que fue especial su relación- dijo el ex Mirmidón comprendiendo, se acercó a su esposo sentándose junto a él que apenas lo tuvo cerca lo envolvió entre sus brazos- pero se enamoró de Harry.
-Y perdidamente –sonrió Sirius, igual que Harry detrás de la puerta ante sus palabras.
-Así que por eso Ardem es el país favorito de tu hermano.
-Entre otras cosas, ya sabes, no hay chicos guapos como los de Ardem jeje –Remus le dirigió una mirada fría- es broma corazón! –sonrió Sirius juguetón mientras tomaba el rostro de su esposo y lo besaba con pasión.
Harry se apartó de la puerta y se dirigió a su camarote con miles de pensamientos dando vuelta en su cabeza, curioso por saber que tan "especial" había sido la relación de su chico con el heredero de Ardem.
Draco quería mucho a Alexis pero tenía muy claro que a quien amaba era a Harry, así que sin desear dañar a su mejor amigo, fue terminando el beso con suavidad. Ambos suspiraron después del delicioso contacto, a pesar de todo seguían complementándose de manera magnífica.
-Alex…
-Lo sé, no digas nada, tómalo como una despedida –sonrió el castaño apartándose del rubio.
-Sabes que te quiero.
-Y yo a ti, pero me temo que ambos estamos enamorados de otros –Draco lo miró con confusión.
-En serio?
-Sí, escucha, la noche de la fiesta John, te acuerdas de John, bueno, pues él me dijo que lo rechazaba porque estaba enamorado de ti, yo para ese entonces sentía algo especial por alguien más pero sus palabras me hicieron dudar, sin embargo, ahora que te besé como tantas veces en el pasado me di cuenta que te quiero muchísimo, has sido alguien sumamente importante en mi vida pero no te amo como pareja.
-Y se puede saber a quién sí? –preguntó el ojigris sin poder evitar sentir algo de celos, también Alex era una parte muy importante en su vida y sin duda lo seguiría siendo por siempre.
-No me lo vas a creer –respondió el joven mientras empezaba a vestirse, Draco lo imitó.
-Vamos Alex, nada me sorprende ya de ti, mientras no me digas que es de John… -dijo frunciendo el ceño, ese John le caía en verdad mal, así había sido desde que le conoció.
-Pues no es de John, sino de Santini –que decir que la cara de Draco era digna de esculpirse en Mármol.
-Pero mira nada más –rió Draco divertido –eso sí que no me lo esperaba jajaja, me alegro por ti, Santini es un buen hombre y que decir que está sumamente… -pero Alex le dio un codazo para evitar que terminara su frase, la cara de lujuria de Draco bastaba y sobraba.
-Como sea –sonrió el joven- será mejor que regresemos al castillo debes terminar de arreglar todo ya que partes en un rato.
-Sí, debo apresurarme pero me temo que no me puedo ir sin ver el final feliz de esta historia –respondió el Slytheriano mirando fijamente a su amigo.
-A qué te refieres? –le miró Alex con confusión.
-A esto! –Draco agarró por sorpresa al castaño y lo aventó al agua – luego me agradeces!– le gritó el rubio con una enorme sonrisa mientras montaba su caballo y agarraba el de Alex por la rienda.
-No puedes dejarme aquí! El castillo está muy lejos!
-No te preocupes, mandaré por ti, nos vemos! –y Draco se alejó con una sonrisa burlona en el rostro.
-Pagarás por esto maldita serpiente! –y fue lo último que alcanzó a escuchar el Slytheriano. Minutos después llegaba al lugar donde los guardias lo esperaban.
-Vaya pero que buen almuerzo –se jactó el rubio mientras ambos guardias se acercaban a él.
-Y el Príncipe? –preguntó el castaño con preocupación.
-Oh bueno, les cuento jeje, resulta que mi querido amigo tuvo que quedarse –y girándose a Mauro le dijo- será mejor que vayas por él y le lleves esto –Draco le entregó una manta al castaño- no queremos que el niño se resfríe, pero no te preocupes –sonrió al ver la cara de Mauro- él está muy bien –y con otra sonrisa se dirigió al castillo después de entregarle la rienda del caballo de Alex a Blaise.
-Será mejor que vayas por él Mauro –le dijo el ojiazul con una sonrisa antes de seguir a su Príncipe, sabía que esa mirada en Draco solo indicaba algo, había hecho algo sumamente divertido. Mauro sin comprender aún, montó rápidamente en su caballo y se dirigió al río.
-Estamos a punto de atracar! –gritó Leandro a la tripulación, todos estaban en cubierta.
-No puedo creerlo –gritó Sirius de pronto –es "Sirius I" –dijo señalando un barco a la derecha de donde se encontraban -Draco está aquí! –pero contrario a todo lo que se esperaba todos permanecieron impasibles –qué no escucharon? –les reclamó el moreno.
-Sí lo hicimos cariño, pero francamente, después de que lo gritarás en los tres puertos anteriores ha perdido su efecto –dijo Remus con una sonrisa burlona.
-Ah bueno, pero en esas ocasiones yo estaba equivocado.
-Y en ésta? –cuestionó Harry.
-Pues no –dijo Sirius como lo más obvio del mundo.
-Como sea –Remus se acercó a la proa –ya lo comprobaremos cuando hablemos con el rey de este país.
-Muy bien equipo "D.U.V.A.S."! –Sirius miró a todos los guardias que los acompañaban -aprendiendo de los puertos anteriores y viendo que tenemos suficientes provisiones… -pausa de efecto y mirada maliciosa- todos se quedarán en el barco! –dijo Sirius con tono divertido obteniendo un bufido general de desacuerdo- Remus, Harry y yo seremos los únicos en bajar, no me voy a arriesgar a que se vuelvan a perder por ahí, así que… a limpiar el barco! Jajajja.
-Pero Alteza –se quejó Marco mirando con asombro a Leandro –era una ilusión para nosotros conocer Ardem, conocer a sus guerreros y aprender sus técnicas al ser los mejores de este lado del continente.
-Sí claro –dijo Sirius levantando una ceja con sarcasmo- no crean que no sé que acaban de inaugurar un Bar Bamboocha aquí, así que ni crean que van a abandonar este barco.
-En eso estamos de acuerdo con usted su majestad –dijo Seamus con una sonrisa burlona tomando del brazo a Nott- nosotros por el contrario de los Slytherianos nos mueve el único interés de conocer las tradiciones de Ardem y sus bellos paisajes, es por eso que deseamos tanto acompañarlos.
-Seamus, Seamus –dijo el ojigris acercándose con gesto amenazador- si no te conociera los Dioses saben que te creería, pero me temo que no es así, y menos cuando sé que sabes que se está llevando a cabo el Vigésimo cuarto Karaoke en honor de las Musas.
-Pero yo no… –trató de defenderse el castaño.
-Ni lo intentes, vi el pergamino pegado en Lexus jeje, lo siento Seamus, tal vez la próxima.
-Alteza… -intentó decir Ron mirando a Sirius.
-Ni lo sueñes "primo" –dijo Remus interrumpiendo a su amigo con cara de "soy tu Ex Líder Mirmidón no lo olvides"- no porque son parte de mi familia –miró también a Cedric que se colocó tras su novio- pueden "perderse" por ahí durante el cumplimiento de una misión para hacer los dioses saben qué, así que se quedan junto con los demás limpiando el barco, y lo queremos reluciente –dijo el castaño mirando a su esposo quien con una sonrisa apoyó lo dicho por su consorte.
-Remus tiene razón, así que mis queridos muchachos, nos vemos luego jeje, bueno –dijo mirando a Remus y Harry una vez que atracaron- vámonos!
-No importa –dijo Marco con gesto de tristeza viendo partir a los tres jóvenes- ni tenía ganas de ir.
-Tranquilo Marco –Leandro se acercó a él y le pasó un brazo por el hombro- aún nos queda vino!
La ciudad de Ardem era en definitiva muy diferente a los demás lugares que habían visitado, estaba rodeada por enormes palmeras y una suave brisa refrescaba el ambiente, la ciudad resaltaba por sus hermosas casitas de mármol casi tan blanco como la nieve ya que el país era el mayor exportador de mármol en los último tiempos. La gente vestía en su mayoría de colores muy claros, principalmente de blanco con suaves túnicas rodeando sus cuerpos atléticos, el entrenamiento físico era muy importante para todos los habitantes. Remus, Sirius y Harry se sorprendieron por el tamaño del mercado local, Sirius lo recordaba bastante extenso pero en los últimos años había crecido aún más, se podían encontrar objetos de diversos reinos, incluso Sirius pudo distinguir un local que se especializaba en telas traídas desde Slytherin.
-Vaya este lugar es muy hermoso! –dijo Harry gratamente sorprendido mirando hacia todos los puestos maravillado con la gran variedad de cosas que se vendían.
-Lo es –dijo Sirius con una sonrisa- y no te imaginas lo que puedes encontrar aquí, una vez Draco y yo compramos un barquito hecho de uvas jeje.
-Increíble! –respondió el ojiverde.
-Pero no nos duró mucho –dijo con tristeza.
-Y me pregunto por qué –sonrió Remus con sarcasmo.
-Aquí debe haber muchas cosas que seguro volverían loco a mi papá –sonrió Harry mirando unas fichas hechas de arroz- por los dioses! no le he comprado ningún recuerdito!
-Oye Harry porque no aprovechas y compras todo lo que necesites, te aseguro que no encontrarás un lugar mejor –sonrió el ojigris.
-Pero debemos ir al castillo –Harry los miró preocupado.
-No te preocupes por eso, Sirius y yo iremos, seguro será rápido y volveremos por ti apenas tengamos información sobre Draco.
-Están seguros?
-Sí cuñadito aprovecha comprar todo lo que quieras, solo un consejo –dijo el joven rey acercándose al ojiverde- si alguien te ofrece una pulsera hecha con cabellos de unicornio, no la compres, no dura.
-Además de que los unicornios no existen –se burló Remus, Sirius lo miró con cara de espanto, no podía ser! Su papá le había dicho que sí existían!
-Pero sí existen! –rebatió Sirius mirando con ansiedad a su querido castaño.
-Como sea –dijo Remus abrazando a su shockeado esposo- te veremos en un rato, solo ten cuidado.
-Lo tendré Remus no te preocupes –el ojiverde miró con ternura la carita de Sirius mientras era arrastrado por Remus rumbo al castillo, esos Malfoy podían ser sumamente dulces e inocentes sin darse cuenta.
-Vaya Blaise, estaba más lejos de lo que pensé –dijo Draco desmontando de su caballo a la entrada de la ciudad.
-Sí, la verdad creo que regresamos por otro camino más largo, pero bueno, aún no creo que lo que hiciste sea una buena idea –respondió Blaise deteniéndose detrás de él.
-Claro que sí, lo que les faltaba a esos dos era un empujoncito jeje –el rubio acomodó su ropa mientras miraba a su general descender de su caballo.
-No lo sé, son muy orgullosos, a pesar de lo que sienten.
-Oh vamos! será divertido ver lo que pasa, y si funciona, pues todo habrá valido la pena.
-Eso espero, en fin, ya está todo listo para partir –dijo Blaise tomando a su caballo de las riendas junto con el de Alex, Draco caminaba a su lado sosteniendo las riendas del suyo, una vez que se adentraron en la ciudad se dirigieron rumbo al castillo.
-Genial, debemos llegar a Slytherin en unos cuantos días.
-Sí, Carlo y Bernard ya llevaron las provisiones al barco y Luca se encargó del equipaje, ya revisé el estado de Sirius I y todo está en orden, cuando lo decidas nos vamos –una sonrisa triste cruzó el rostro de Draco –qué pasa? –cuestionó el general preocupado.
-Pues, estoy algo nervioso por volver a casa… por ver a Harry.
-No deberías, él te ama.
-Lo sé pero son tantas cosas, ahora que lo pienso no sé si este viaje fue lo mejor, es muy probable que haya regresado a Gryffindor, que tal vez me haya olvidado.
-Puede que haya regresado a Gryffindor pero olvidarte? En verdad eso no lo creo, pero en el remoto caso de que así fuera, puedes enamorarlo de nuevo, luchar por él, Draco, no me digas que después de todo lo que han pasado para estar juntos te vas a dar por vencido?
-Por supuesto que no –respondió el rubio frunciendo el ceño- lo amo más que a mi vida y si es necesario lucharé por él.
-Bien, eso es justo lo que quería escuchar –sonrió Blaise al ver la mirada decidida de su Príncipe- escucha, estamos rodeados de muchos locales, ve, visítalos y cómprale algo bonito en lo que termino de ajustar algunos detalles del viaje –dijo mientras estiraba una mano y tomaba la rienda del caballo de Draco- te veré en un rato en el castillo.
-De acuerdo y Blaise… -el ojiazul lo miró- gracias.
-De nada Alteza– el general le guiñó un ojo y Draco lo vio alejarse rumbo al castillo.
Harry caminaba entre los diversos puestos que vendían todo lo que se pudiera pensar, pasó junto a un puesto que vendía especias traídas de tierras lejanas, otro donde vendían piedras preciosas, uno más donde ofrecían espejos maravillosos con molduras de las más diversas y hermosas formas.
-Pase, le ofrecemos el mejor pescado de la región! –gritaba una mujer de mediana edad con una sonrisa mientras sostenía un enorme pescado frente a ella.
-Tenemos la última moda en sandalias! –gritaba una jovencita que Harry calculó de apenas unos 15 años, la cual le sonrió de manera coqueta al pasar junto a su puesto, el moreno le sonrió también y siguió su camino.
-Tenemos collares traídos desde Slytherin, collares de conchas marinas que solo se encuentran en las playas de Slytherin, únicos en el mundo! –Harry se giró hacia la voz y no pudo evitar sorprenderse, era el mismo vendedor que había visto en el país de la Serpiente.
-Oye yo te conozco, no trabajabas en Slytherin?
-Alteza! –se sorprendió el rubio con cierta confusión y temor en sus ojos verdes, no fuera a ser que el castaño guerrero de la vez anterior se apareciera de nuevo –si bueno, es que en esta época siempre las ventas son mejores en Ardem por los festivales jeje –rió algo nervioso.
-Pues que interesante, por cierto los collares me salieron muy buenos ya en otra ocasión te visitaré en Slytherin, nos vemos! –se despidió el ojiverde con una sonrisa, el rubio solo suspiró con alivio, por lo menos no se había topado con el consorte del rey.
El moreno siguió caminando cuando se topó con un lugar que vendía figuras hechas con cristal, se acercó y enseguida su atención se fijó en una pequeña y hermosa figura de un ciervo, el animal favorito de su padre, decidió que ese sería un buen recuerdo, ya se dirigía a pagar cuando otra figura un poco más escondida llamó su atención, era un hermoso Dragón con diamantes como ojos y que inmediatamente le recordaron a su amado chico, se acercó a la figura, la tomó en sus manos y no pudo evitar que la nostalgia lo invadiera, en verdad necesitaba a Draco con él, lo amaba como nunca podría amar a nadie más.
Draco caminaba por el mercado sonriendo como solo él sabía hacerlo a apuestos chicos y chicas que pasaban a su lado, no podía evitarlo, estaba en su sangre, pero también estaba en su sangre y en su alma su amor por Harry, y es que había pasado tanto tiempo que en muchas ocasiones imaginó verlo en aquellos lugares que visitó, deseaba tanto verlo, tenerlo entre sus brazos que su mente le había jugado varias bromas. Decidió seguir caminando hasta que se topó con algunos vendedores que habían llegado desde Slytherin y se acercó a saludarlos, como buen Príncipe le gustaba estar al tanto de su gente.
-Hola Sam, cómo has estado? Cuándo llegaste?
-Príncipe Draco! Qué alegría verlo por aquí, llegamos hace ya varias semanas –respondió el joven con una sonrisa.
-Ya veo y dime como va la venta de tus collares, tu madre sigue trabajando contigo?
-Sí jeje, ya la conoce, es incansable.
-Me alegro mucho, espero este año las ventas sean buenas.
-Que los dioses le escuchen.
-Muy bien Sam, cuídate y a tu madre y espero nos veamos de regreso en casa.
-Claro Alteza, que le vaya bien! –se despidió el muchacho con una sonrisa, pero luego una duda cruzó su mente mientras veía alejarse a su apuesto Príncipe ¿habrá venido con el príncipe Gryffindoriano?
-Te amo Mauro –dijo Alexis mientras trataba de recuperar su respiración normal después de haber el hecho el amor con aquel que sin darse cuenta le había robado el corazón.
-No sabes lo feliz que me hace el escuchar esas palabras de tus labios –Mauro sonrió complacido- yo también te amo Alex y lo haré por siempre –susurró el castaño guardia mientras acomodaba al joven Falcon entre sus brazos. Alex sonrió.
-Aún no puedo creer todo esto, te lo juro –después de su clásica pelea Mauro lo había tomado entre sus brazos y lo había besado con pasión y amor sin dejarle otra opción que dejarse llevar por sus sentimientos, los había aceptado frente a Draco pero Alexis estaba seguro de que aún no estaba listo para confesárselos a su guardia y sin embargo, al sentir sus labios saboreando los suyos no pudo resistirse más y cedió a la vorágine de sensaciones que éste creaba en su cuerpo.
-Ni yo –sonrió con picardía- quien iba a decir que me iba a enamorar de un chiquillo caprichoso.
-Oye! – respondió el joven con fingida indignación –lo que pasa es que soy lo mejor, sin duda, que se ha cruzado en tu camino Santini –dijo con aquel tono que tiempo atrás solía desesperar al guardia.
-Y doy gracias a los dioses por ello y sobre todo porque aceptaste ser mi esposo –los ojos de Mauro se llenaron con una ternura y adoración infinita.
-Cariño, te amo tanto que ya no puedo vivir sin ti –le aseguró el joven con mirada decidida y segura.
-Lo único que me preocupa es lo que dirán tus padres.
-Bueno –sonrió el chico mientras acariciaba el torso de su amor- mi padre estará más que feliz de que por fin voy a sentar cabeza.
-Tanto así?
-Oh amor, solo conociste mi parte tranquila –sonrió el joven Príncipe con fingida inocencia, Mauro puso cara de susto- pero no te preocupes, eso ya quedó atrás jeje. En fin, mi madre estará encantada de empezar a organizar mi enlace, yo creo que pensó que seguramente nunca me iba a enamorar, y por consiguiente a casar, así que puedes esperar una avalancha de invitaciones.
-Cielos! No sé si estaré preparado para eso.
-Tranquilo amor –Alex depositó un beso en los suaves y tentadores labios de aquel que hace apenas unos minutos le había hecho gritar del placer más absoluto – tómalo como una nueva e inolvidable experiencia, la guerra después de esto te va a parecer un juego de niños.
-Buen intento cariño, pero si intentabas tranquilizarme esto no ayudó –Alex rió divertido.
-Bueno, entonces intentaré tranquilizarte de otro modo –ambos sonrieron y se besaron nuevamente con absoluto amor seguros de que a partir de ese momento se iniciaba una nueva vida para ellos, juntos.
El rubio siguió caminando por el mercado maravillado por tantas cosas hermosas a su alrededor cuando de pronto se quedó estático, más adelante, junto a una tienda de recuerdos de cristal le había parecido ver a su Harry, no, no podía ser… pero había sido tan claro, sus negros cabellos, sus verdes ojos, su suave y dorada piel, seguro era otra alucinación producto de su enorme deseo de volver a verlo, y sin embargo…
Se encaminó hacia la tienda con el alma en vilo y antes de llegar pudo verlo por fin, era él! Sólo podía ser él! Lo vio dirigirse hacia la enorme tienda de telas importadas de Slytherin y se dispuso a seguirlo pero gente se atravesaba en su camino impidiéndole moverse con rapidez, vio como entró a la tienda y disculpándose con unas señoras que caminaban delante de él logró entrar tras su chico.
La tienda era muy hermosa y sobre todo original, las telas colgaban por todo el lugar como velos suavemente movidos por el viento, Draco para este momento ya estaba bastante desesperado y cómo no? si estaba tan cerca de su amado chico. Siguió caminando hasta que al final de un pasillo pudo observar una hermosa silueta tras un suave manto dorado.
-Me llevo estas dos –dijo el moreno entregando las hermosas figuras de un ciervo y un dragón a la dependienta que con una sonrisa las tomó y las metió en una pequeña caja.
-Son ocho galeones –dijo –si te interesa muchacho tengo más figuras que tal vez te gusten.
-No gracias –sonrió- solo estas dos por hoy –la mujer le entregó la caja y Harry salió nuevamente al abarrotado mercado. Vio a lo lejos la tienda que había mencionado su cuñado y decidió ir a conocerla, tal vez encontrara algo para su madre con esto de su nuevo negocio de ropa.
Caminó entre la gente mientras guardaba la pequeña cajita en su túnica, pronto llegó hasta la tienda y se sorprendió por su belleza. Pudo ver decenas de hermosas y diversas telas colgando en toda la tienda, le gustó, le daba un aire de misterio y romance, saludó con una suave sonrisa al joven que estaba en la entrada y decidió recorrer el lugar, era como un hermoso laberinto de texturas y colores magníficos, caminó entre las telas disfrutando del roce de estas contra su piel. Fue cuando, al final de un pasillo, detrás de un bello manto dorado, pudo ver la tela más hermosa jamás vista, era de un color plateado y de una suavidad que le parecía estar tocando agua, el color, al igual que la figura de cristal con sus ojos de diamante le recordaron a Draco, con esa mirada intensa y penetrante que le parecía tocar su alma y transmitirle todo su amor. Acarició la tela entre sus manos y cerró los ojos para aumentar la intensidad de aquel delicioso tacto.
-Draco… -susurró.
Estaba ahí, a escasos centímetros de él, tan hermoso y perfecto como lo recordaba, sintió su corazón estremecerse ante la enorme emoción de tenerle frente a él. Su suave y negro cabello cayendo graciosamente sobre su rostro, su piel un poco más dorada desde la última vez que lo había visto, sus ojos cerrados disfrutando de la más que evidente suavidad de la tela entre sus manos, sus labios rojos entre abiertos y fue justo en ese momento cuando una palabra fue pronunciada en un suave susurro.
-Draco…
El rubio no pudo aguantar más, apartó la tela que los separaba y se acercó silenciosamente al moreno tratando de mantener la magia que se había creado en ese momento, se colocó detrás de él y fue justo ahí cuando dudó, dudó en estrecharlo entre sus brazos como tantas noches lo había soñado desde que lo amara la última vez. Muchos pensamientos cruzaron su mente atribulada en ese momento, pero amaba tanto al tierno joven frente a él que una sensación de estar haciendo lo correcto invadió su corazón cediendo a la tentación de envolverlo en sus brazos… y así lo hizo.
Harry seguía concentrado en sus pensamientos cuando sintió unos brazos rodear su cintura, fueron unos segundos en los que pensó en reaccionar apartando a la persona que osaba tocarle, pero rápidamente, la esencia de su acompañante llenó sus sentidos y no pudo evitar estremecerse ante el reconocimiento de aquel que le abrazaba con tal ternura y emoción que por unos segundos no pudo hacer otra cosa que quedarse quieto, soltó la tela que había estado sosteniendo y colocó sus manos sobre las de aquel que había extrañado por tanto tiempo.
-Draco –el nombre fue pronunciado con más fuerza esta vez obteniendo como resultado que los fuertes brazos que lo apresaban se estrecharan un poco más sobre su cintura.
-Harry –escuchó aquella suave voz pronunciar su nombre estremeciéndose por el cálido aliento en su cuello. Respiró con fuerza y se giró dentro de aquel abrazo que lo envolvía apartándolo completamente del mundo que en ese instante los rodeaba. Levantó su verde mirada y la conectó con la plateada del ser que más amaba en el mundo y que le miraba con total adoración, no pudo evitar que las lágrimas aparecieran nublando las esmeraldas que tiempo atrás habían domado el corazón del más joven de los Príncipes Slytherianos. Sin dejar de mirarse fijamente a los ojos, Draco levantó su mano derecha y limpió las lágrimas de su amor –por qué lloras cariño? –Harry sonrió suavemente mientras tomaba la mano del rubio que había secado con infinito amor sus lágrimas, besó su palma y mirándolo nuevamente a los ojos le contestó.
-Porque estoy muy feliz de volver a estar en tus brazos –Draco visiblemente emocionado, y aún más con las palabras del ojiverde, sonrió absolutamente complacido y lentamente acercó su rostro buscando ansiosamente con sus labios aquellos cuyo sabor era sin duda lo que le mantenía vivo.
-Te amo tanto Harry, más que a mi vida –murmuró el rubio después de aquel memorable beso mientras descansaba su frente sobre la de su chico.
-Yo también te amo Draco, te amo desde aquella noche en Gryffindor que probé el sabor de tus labios y me envolviste con la intensidad de tu amor, haciéndome sentir vivo por primera vez en mi vida –Draco levantó la mirada algo confundido- te amo porque lograste que me enamorara de ti dos veces, ahora que he recuperado todos mis recuerdos, te amo más de lo que creí que mi corazón soportaría.
-Mi amor… –logró susurrar el rubio profundamente conmovido por las palabras que había susurrado su chico mientras le miraba con aquella intensidad que reflejaba la veracidad de sus palabras, no pudo evitarlo, sintió como las lágrimas nublaron su gris mirada y permanecieron así, abrazados por largo rato saboreando el estar juntos.
-No sabes como te he extrañado Draco –el moreno miró a su chico a los ojos y al ver las lágrimas sintió su corazón estremecerse- deseaba tenerte a mi lado cada noche, sentir tus caricias, saborear tus labios, te amo Draco, te amo mucho y sé que no puedo vivir sin ti.
-Lamento haberme ido así, yo… -dudó bajando su gris mirada un momento- pensé que era lo mejor, que así podrías decidir si querías estar conmigo o no, lamento lo que te hice sufrir cariño, lo siento en verdad.
-No tienes porque sentirte mal por la decisión que tomaste Draco, la entiendo perfectamente, sé que lo hiciste para protegerme y no sabes cuanto te amo por ello, pero ahora que he venido por ti, recorriendo diversas y lejanas tierras con la tripulación más extraña que te imagines –Draco sonrió- no voy a permitir que vuelvas a apartarte de mí, no ahora que estamos juntos –sonrió el moreno mientras acariciaba el rostro suave y perfecto de Draco, el rubio sonrió y tomó el rostro de su chico entre sus manos para acercarse lentamente y probar aquellos labios suaves que añoró durante tanto tiempo (yui: ;.; qué emotivo! Frine: y que lo digas ;.; ya se acabaron los pañuelos!).
Seis meses después.
Draco se removió entre las suaves sábanas buscando de manera inconsciente el cuerpo a su lado, al no encontrarlo no le quedó más remedio que abrir los ojos, miró alrededor de la habitación pero no había rastros de su amor, así que se levantó sin molestarse en cubrir su desnudez para recorrer el lugar (Frine: O.O ok, no lo creo! después de casi dos años, logré comprobar su perfección! Sí! Te amo Draco!). Revisó el baño y nada, se preguntaba donde habría podido ir su ojiverde tan temprano y más aún considerando la interesante sesión de la noche anterior, decidió volver a la cama y esperarlo.
Mientras se acomodaba nuevamente entre sus sábanas recordó todo lo que había pasado en los últimos meses. Después de encontrar a su hermano en Ardem, y que casi lo asfixiara de la emoción de volver a verlo cuando lo abrazó, decidieron volver esa misma tarde a Slytherin. Antes de zarpar del hermoso país tierra de guerreros famosos, Draco le había presentado a Harry a su amigo Alexis y a su entonces novio, ahora esposo, Mauro Santini, lo que significó un gran alivio para el moreno de hermosos ojos como esmeraldas al comprender que ambos amigos solo eran eso, buenos amigos, es más, para su sorpresa, se había entendido de maravilla con el apuesto Príncipe de Ardem siendo el celoso ahora el rubio de grises orbes. Sin embargo, una semana después de llegar a Slytherin, Harry había tenido que regresar a Gryffindor ya que llevaba ausente de sus obligaciones como príncipe heredero una gran temporada, para sufrimiento de Draco que tampoco podía acompañarlo debido a sus múltiples ocupaciones, lo que había resultado en una avalancha diaria de cartas en ambos reinos por un par de semanas. Ya sin poder resistir la separación, se habían turnado para visitarse, hasta que dejando todo en orden y poniéndose de acuerdo con Sirius, para gran sufrimiento de Sirius en esta ocasión, Draco había decidido ir a vivir a Gryffindor con su ahora prometido. Y después de tres meses, sin aún acostumbrarse a tanto color rojo y dorado en las paredes, se encontraba absolutamente feliz a tan solo una semana de unirse ante los Dioses con el amor de su vida, ante este pensamiento no pudo evitar sonreír con una sonrisa que hubiera hecho a Sirius reír por semanas sin perder la oportunidad de recordárselo a cada instante. De pronto la puerta de la habitación se abrió dejando ver a un apuesto moreno de ojos verdes.
-Buenos días cariño –saludó el ojiverde con una dulce sonrisa.
-Buenos días amor.
-Ni te imaginas, llegó carta de tu hermano –dijo el moreno cerrando la puerta tras de sí.
-De verdad? Y qué dice? –el rubio se sentó sobre la cama.
-Pues no lo sé, no la abrí, supuse que te gustaría hacerlo –mientras se acercaba a la cama depositó algo sobre una mesa cercana, Draco no se dio cuenta ya que su vista estaba perdida en la carta que Harry llevaba en su mano. El moreno se recostó junto a su amor y le entregó la misiva, el rubio rápidamente la abrió y conforme su vista la recorría la incredulidad cruzó su rostro.
-Vaya! No me lo vas a creer.
-Qué pasa?
-Mi hermano está en shock y te juro que solo porque no lo he visto sino estaría igual.
-Bueno Draco me vas a decir o no? Me tienes en suspenso! sobre todo con esa cara –el moreno enarcó una ceja al decir esto.
-Te lo digo entonces, mi querida madre acaba de iniciar una relación con el primer Ministro y… –de pronto Draco se detuvo con una expresión conmocionada.
-Draco? –preguntó el moreno preocupado al ver la cara de su chico.
-Por los Dioses! Mi madre y Snape! Voy a matarlo!
-Cálmate cariño –rió divertido el moreno al ver la reacción de su prometido, era muy tierna su sobreprotección hacia su ahora suegra –si se quieren…
-Ni lo digas amor, fingiré que no lo sé hasta que los vea –el rubio se dejó caer sobre la cama dejando la carta a un lado- por cierto, cambiando de tema, dónde andabas tan temprano?
-Ah, pues verás Dragón, por fin, después de todo este tiempo comprendí que en definitiva tenías razón.
-Razón? En qué? –cuestionó confundido.
-No te lo imaginas? –el ojiverde se levantó de la cama y tomando en sus manos lo que había depositado en una mesa cercana, que era un plato cubierto por una tela blanca, regresó inmediatamente junto a su amor.
-No entiendo.
-Me volví adicto –dijo el Gryffindoriano con una mirada cargada de inocencia que hizo estremecer al rubio Príncipe.
-A mí? –sonrió Draco con autosuficiencia (Frine: yo sí jeje, alguien más se apunta?), Harry rió divertido con la ocurrente respuesta de su rubio.
-A parte de ti cariño –el ojiverde se recostó sobre el rubio colocando el plato en el níveo pecho –me volví adicto al manjar más delicioso que he probado- levantó la tela y Draco no pudo contener un enorme gemido de satisfacción –solo que ahora, se me antoja combinar las cosas más deliciosas que he probado- Draco lo miró embelesado e intentó tomar algo de aquella exquisitez pero Harry detuvo su brazo en el aire –ah ah –negó- es mío- dijo con una sonrisa cargada de muchas promesas, y justo ahí Draco supo que en ese momento no podría ser más feliz, estaba con su Harry, con quien una semana después se enlazaría, y con un ENORME plato de uvas con crema sobre su pecho, en definitiva, si de verdad existieran los finales felices, este sería sin duda el mejor para su gran y maravillosa historia de amor.
Dos reinos en constante guerra por años, por fin habían encontrado la paz. El reino de Gryffindor gobernado por el benevolente James Potter y su esposa Lily, de cuya unión surgió el bello y valiente príncipe Harry que posee la edad de 18 años. El reino de Slytherin ahora gobernado por el apuesto y sexy Sirius Malfoy, su consorte real el Ex Líder Mirmidón Remus y el hermano menor del rey, el príncipe Draco, el cuál posee la misma edad que el príncipe Gryffindoriano. Después de muchas batallas, y pérdidas de ambos lados, por fin la unión de ambos reinos se consolidaría con el próximo enlace real del Príncipe Draco de Slytherin y del Príncipe Harry de Gryffindor, un enlace que sellaría el intenso amor que ambos jóvenes, atravesando los problemas más difíciles, compartirían por la eternidad.
Fin
Yui & Frine n.n n.n
