¡Hola! ¡Hola!

¡Por dios! ¡4 meses sin actualizar! Lo sé lo sé... ¡Lo siento! ¡Culpa mía...! -Obviamente, ¿de quién iba a ser sino?-

En fin. Tenía muchas ganas de subir este capítulo. Cómo siempre, quería que quedara lo más perfecto posible, por lo que he tardado lo mío y lo de mi familia entera en terminarlo jajaja.

Aún así, como siempre espero que os guste mucho, dejéis algún comentario y... ¡Eso!

¡Nos leemos abajo!

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5 · Eres Inteligente · You are smart

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Si por alguna razón le pidieran a Natsu que definiera a Lucy con una sola palabra, sabe perfectamente que le costaría poder hacerlo. Tardaría varios minutos en encontrar el adjetivo perfecto para ella, puede que incluso horas, y aún así después de haber respondido seguirá con la duda de no haber escogido la correcta.

¡La chica tenía demasiadas cosas buenas!

Y sí, también tenía algunas cosas malas como era de esperar, pero eso a él realmente no le importaba. Ganaba lo bueno por mayoría.

Habiendo invadido momentos antes la casa de la joven maga, Natsu se encontraba sobre la cama con las piernas y los brazos cruzados mientras observaba de reojo a su compañera escribir algo sobre papel, probablemente el comienzo de una nueva historia.

Examinó con la mirada cada detalle de ella y llevándose la mano a la barbilla comenzó a pensar.

¿Lucy era bonita? ¡Por supuesto que sí! ¿Qué loco se atrevería a decir lo contrario? Nadie, y de haber alguno estaría mintiendo con bastante descaro. ¿Aun así, era suficiente para describirla? No.

¿Era fuerte? ¡Claro! Todos los miembros del gremio lo eran. Unos más que otros, por supuesto, pero cada uno de ellos tenía su propio poder para vencer a cualquier rival, y definitivamente Lucy no era la excepción. Por ese motivo no era suficiente.

Necesitaba encontrar la palabra perfecta, la adecuada, aquella que la describiera solo a ella y a nadie más. Algo difícil, lo sabía, pero probablemente encontraría a alguna ¿no? Comenzaba a dudar.

¿Increíble? Lo era, pero esa palabra era demasiado genérica que digamos.

¿Paciente? Algunas veces sí, y otras muchas no. Sobre todo cuando se trataba de él.

Una gota cayó por su frente al recordar las veces en las que ella le había gritado, zarandeado e incluso llorado por haber ocasionado "sin querer" algún desastre. Mirajane era mucho más paciente que ella.

- ¿Estás bien, Natsu? - preguntó la joven maga devolviéndolo inconscientemente a la realidad.

Parpadeó un par de veces y observó como desde la silla en la que estaba sentada, la rubia lo miraba con un deje de preocupación.

- ¡Lo estoy! - respondió sonriendo ampliamente. - ¿Por qué lo dices?

- Llevas unos veinte minutos sin decir ni una sola palabra, lo cual es extraño.

- Bueno, estabas ocupada ¿verdad? No quería molestar.

Lucy levantó una ceja y le dedicó una mirada inquisidora al muchacho.

- ¿No querías molestar? - repitió aquellas palabras con sarcasmo. - Cuando vienes aquí es para hacer exactamente eso.

- ¡No es cierto! - respondió haciendo un puchero. - Si vengo aquí es porque me gusta estar contigo.

- Y molestarme.

- No es cierto. - contestó una vez más con un suspiro. - Además, hoy no te he dicho nada ¿verdad? No puedes quejarte.

- Quejarme no, pero preocuparme sí.

- Oww ~ ¿Estás preocupada por mí? - preguntó apoyando la cabeza sobre su puño izquierdo mientras la miraba con gracia. - Que tierna ~

Lucy se sonrojó de inmediato.

- ¡N-No era eso a lo que me refería! - corrigió rápidamente.

- ¿Ah no? ¿Estás segura?

- ¡Segura! ¡Lo decía porque parece que estás tramando algo, solo eso! - contestó con un leve puchero mientras dirigía su vista hacia la hoja de papel dispuesta a continuar escribiendo.

- ¿Tramando algo? ¿Cómo qué?

- No lo sé. ¿Una broma tal vez?

- Nah. - negó él de inmediato estirando sus brazos hacia arriba desperezándose. - Sin Happy aquí no tendría gracia.

- Pensé que serías capaz de hacer cosas así tú solo. - dijo sin pensarlo. Rápidamente se arrepintió.

- Si tantas ganas tienes podría hacerte alguna. - dijo sonriendo con picardía. - Aunque no te prometo que salga del todo bien.

- ¡No! - respondió ella girando rápidamente su cabeza hacia él, y mirándolo con algo de miedo. - ¡Muchas gracias pero no es necesario!

Natsu carcajeó por ello. Miedosa podría ser una palabra adecuada, pero al igual que con paciente, a veces podía serlo, y otras no. ¿Lucy temiendo a los enemigos? Nunca. ¿Temiéndolo a él? A menudo.

- Tranquila. - habló con calma. - Solo estaba pensando.

Hubo un breve momento de silencio hasta que, como si se tratara de un robot, la cabeza de la rubia se giró de nuevo hacia él sin creerse lo que acababa de escuchar.

- ¿P-Pensando?

- Sí.

- ¿En… una broma para hacerme? - preguntó con cuidado.

- ¡Que no! - bramó con algo de enfado. - ¿Tan extraño es que lo haga, o qué?

- Bueno… No es lo normal. Muy pocas veces usas tu cerebro.

Una vena de enfado apareció en la frente del chico.

- ¿Estás hablando en serio…? - susurró.

- Si en las situaciones en las que tendrías que pensar y razonar no lo haces, ¿por qué lo harías ahora? Algo tramas. Estoy segura.

- ¡Que no! - gritó sorprendiéndola. - ¡Si no quieres que te moleste solo sigue con lo tuyo! - advirtió.

- ¡S-Sí! - contestó ella agarrando con rapidez la pluma y continuando con su escritura.

Natsu por su parte suspiró mientras maldecía internamente a la muchacha. Esas palabras le habían ofendido ligeramente. Claro que en ocasiones pensaba, ni que fuera un estúpido o algo así.

Lanzándole una última mirada a la chica, dejó caer el peso de su cuerpo hacia atrás, y se recostó sobre el colchón con las manos tras la cabeza y la vista hacia el techo.

- ¿Estás cansado? - escuchó decir. - ¿Quieres que apague la luz para que puedas dormir?

- Estoy bien. - respondió.

- ¿Seguro? Puedo encender mi lámpara. Así al menos la luz no te daría directamente en la cara.

Natsu no respondió. Con la boca cerrada se limitó a hacer un sonido que Lucy interpretó como un "me da igual". Tantos años siendo amigos daban sus frutos en cuanto a hablar poco se refería. A veces se entendían sin ni siquiera soltar una sola palabra. Por lo que tras eso, la chica encendió la lámpara que había sobre la parte alta de su mesa, y levantándose del asiento se estiró un poco y caminó hacia el interruptor para apagar la luz de la habitación.

Aunque hubiera negado preocuparse por él, en ese momento lo estaba haciendo. Natsu sabía que la chica haría casi cualquier cosa por su bienestar y el de otras personas aun si eso implicara a veces olvidarse del suyo propio.

¿Significaba eso que era una persona de buen corazón? Sí, claro, pero ese término lo usaban demasiadas personas para describir a otras, y él no sería uno más.

- No tenías que hacerlo. - dijo él. - Te dije que estaba bien.

- Lo sé, pero así está mejor, ¿no crees? - contestó ella sentándose de nuevo en la silla. - Además, durante la noche esta tenue luz me sirve bastante a la hora de concentrarme para escribir.

- ¿Tenue? - preguntó Natsu alzando un poco la cabeza para mirarla.

- Significa poco intenso o débil. - respondió ella sabiendo que el chico no había entendido la palabra. - Suele usarse más de lo que creemos. Considero que es una palabra bastante bonita para referirse a algo que carece de luminosidad.

- ¿Carece? Eres una rarita, ¿sabías? - respondió él posando su vista de nuevo hacia el techo, tras unos segundos asimilando la explicación de la chica.

- ¡No lo soy! Que sepa más cosas que tú no significa que sea rarita

- ¿Ah no?

- No. Se llama ser lista, algo que no te vendría mal a ti. - contestó con una mueca de enfado.

El silencio inundo rápidamente en lugar. Natsu había decidido sumirse de nuevo en sus pensamiento y Lucy continuar con lo suyo.

La chica tenía razón, comparado con él, ella era sumamente lista. Debido a que leía mucho tenía la capacidad de saber cosas que el resto no, ya fueran palabras sueltas, datos curiosos o información que quizás en el futuro podría llegar a venirles bien, también de crear historias diferentes a lo que uno podría llegar imaginar nunca, y de tener grandes conversaciones con personas igual de inteligentes que ella…

Uno...

Dos...

Tres...

- ¡Eso es! - gritó de repente sorprendiendo a la muchacha. Se inclinó hacia delante quedando sentado mientras posaba la vista sobre la joven con una gran sonrisa. - ¡Esa es la palabra!

- ¡¿Acaso eres idiota?! - la oyó chillar. - ¡Menudo susto me has dado!

- ¿Estabas durmiendo? - preguntó él con inocencia.

- ¡Claro que no! ¿Cómo quieres que me duerma en la silla?

- No sería la primera vez.

- P-Pero ahora no es el caso. - respondió con algo de vergüenza. - Pensaba que tú sí que te habías dormido, por eso me has asustado. Nada más.

- Eres una rarita.

- ¡Cállate! Si no te pusiera a gritar de repente… - se quejó.

Natsu parpadeó repetidas veces, y como si algo en él hubiera hecho "Click" dijo:

- ¡Es la palabra!

- ¡Que no grites, maldita sea! - contestó ella lanzándole un libro a la cara.

Él sin poder esquivarlo, lo recibió.

- Mira que eres bruta, Luce ~ … - habló sobándose el rostro con la mano en un intento de calmar el pequeño dolor que le había ocasionado la chica.

- ¿De quién crees que es la culpa…? - preguntó con un suspiro. - Además, que es todo eso de la palabra… ¡Y ni se te ocurra gritar! - advirtió viendo como el chico comenzaba a erguirse dispuesto a alzar la voz con emoción.

- Aburrida… - susurró girando la vista a un lado.

- ¿Me lo vas a decir o no?

- Inteligente. - respondió.

- ¿Inteligente? ¿Qué pasa con esa palabra? - preguntó ladeando la cabeza a un lado.

- Que esa es la palabra que te describe. - contestó.

- No te entiendo…

Natsu colocó sus brazos tras la espalda, y apoyando las manos en el colchón cargó con el peso de su cuerpo mientras alzaba la vista al techo una vez más.

- Bueno… Estuve pensando en una situación en la que me preguntaran que palabra podría describirte. - explicó.

- ¿A mí?

- Sí, y la verdad es que es molesto. ¡Hay tantas que encajan a la perfección…!

Lucy soltó una pequeña risa al ver su molestia.

- ¿Eso era lo que estabas pensando? ¿En una palabra que pudiera definirme?

- Sí. - afirmó él. La chica volvió a reírse captando la atención del chico. - ¿Qué es tan gracioso?

- Perdona, perdona… - se disculpó moviendo las manos de un lado para otro. - Es que pensaba que era algo más… serio.

- ¿Cómo una broma para ti? - preguntó él con una mueca de molestia.

- Al principio sí, aunque después de que negaras repetidas veces que no era eso, comencé a pensar que algo malo había pasado… Me tranquiliza saber que no es nada de eso. - dijo al mismo tiempo que sonreía con alivio.

- Si pasara algo malo no podría ocultártelo. Te lo hubiera dicho de inmediato. - aseguró él rascándose la mejilla con un deje de nerviosismo.

- Lo sé, no necesitas decírmelo.

Hubo un breve momento de silencio. Natsu bajó la cabeza y Lucy giró su cuerpo hacia la dirección del chico. Seguidamente, ambos magos posaron su vista sobre el otro, y tras unos segundos se sonrieron cálidamente.

Ninguno sabía cuánto tiempo había pasado. Tal vez unos pocos segundos, o tal vez unos minutos, pero no les importaba. En su interior deseaban que ese momento durara para siempre, pero los nervios de la chica se lo impidieron cargándose el mágico momento. Las mejillas de la joven adquirieron un tono rosado al sentir como la mirada de su compañero era más profunda y penetrante de lo qué recordaba.

- ¿Y p-por qué inteligente? - preguntó titubeando.

El chico parpadeó varias veces al escuchar su voz, obligándolo a salir de su trance.

- ¿Q-Qué?

Al igual que las de ella, sus mejillas habían adquirido un leve sonrojo sin poder evitarlo.

- La palabra. - inquirió ella. - ¿Por qué esa y no otra? Sinceramente no me considero la más inteligente…

- Estuve pensando en varias, la verdad, pero ninguna era suficiente. - explicó. - Necesitaba una que definiera absolutamente todo tu ser y que no fuera comparable a otra persona.

- Entonces esa no es la adecuada. Hay muchas personas inteligentes, incluso más que yo.

- Lo sé, también lo pensé. No puedo buscar una palabra que defina a una sola persona y al resto no, y no porque no quiera, sino porque no la hay. No existe tal palabra. - comentó con un pequeño suspiro. - Así que en vez de pensar en algo que pudiera definirte a ti del resto del mundo, decidí que fuera a ti del resto del gremio. Allí nos dejamos guiar más por los sentimientos que por la razón.

- Pero sigue habiendo gente bastante inteligente. Como Levy por ejemplo, o Freed.

- Y por eso volví a reducirlo a nuestro equipo.

- ¿A nuestro equipo? - preguntó ella.

- Ya sabes, Erza, Gray, Wendy, Happy y Charle. - nombró el chico. - De todos nosotros eres la más inteligente.

- Pero vosotros sois más fuertes. - comentó ella bajando un poco la cabeza.

- No empieces, Lucy. - advirtió él sabiendo que la chica seguía comparándose con el resto. - Tú también lo eres, además, ser fuerte no lo es todo. Se necesita un buen cerebro para hacer las cosas bien. Justo como el tuyo.

La rubia alzó la cabeza asombrada por sus palabras y sin saber bien que decir.

- Gracias… - susurró ella con las mejillas coloradas tras unos segundos.

Observó atenta como su compañero bajaba de la cama de un salto, y se acercaba a ella con paso decidido. Lo vio agacharse a su altura y sin oponer resistencia alguna, dejó que la tomara de las manos.

- No, gracias a ti, Lucy. - dijo. - De no ser por ti, muchos de nosotros habríamos muerto hace tiempo.

- ¿Q-Qué dices…? - preguntó confusa. - No es cierto.

- ¡Claro que sí! - contestó él un poco molesto. - ¡No has salvado muchas veces! La última durante la pelea con Acnologia.

- Y-Yo…

- ¡Pensaste en un plan para salvarnos, y lo lograste!

- Todos colaboramos, no fui solo yo. - explicó con las mejillas coloradas.

- ¡No seas tan humilde! De no ser por ti, a saber que hubiera pasado. Además…

De repente, las palabras del oji-verde quedaron en el aire captando la atención de la chica. Su rostro estaba serio.

- ¿Natsu…?

- ¡E-Eso! ¡Que nos has salvado muchas veces! - repitió alzando la cabeza con una gran sonrisa. - Así que el único que debería dar las gracias soy yo. ¿De acuerdo?

El muchacho esperaba que tras decir aquello, su rubia compañera reaccionara de alguna manera. Con una sonrisa, un "De acuerdo", un "Gracias", tal vez incluso con alguna frase que pudiera continuar con la pequeña discusión…, pero para su sorpresa no obtuvo nada de eso. Lucy lo estaba observando en silencio con el rostro levemente preocupado. Parecía que lo estaba analizando, y realmente así era. Sus ojos, su cuello, sus labios, sus manos… Todo. Pero… ¿Por qué?

- ¿Lucy? - la llamó mientras acariciaba sus manos con la yema de los dedos. - ¿Estás bien?

- ¿Lo estás tú? - preguntó ella sujetando con más fuerza su agarre.

- Claro que sí. - respondió él ladeando la cabeza.

- No me mientas. Ibas a decirme algo ¿verdad? - siguió preguntando.

Natsu parpadeó repetidas veces y tras entender a lo que se refería, suspiró junto con una leve sonrisa.

- Definitivamente eres inteligente. - comentó. - No se te pasa ni una…

Con la vista hacia el suelo, el chico comenzó a incorporarse poco a poco hasta quedar en pie. Lucy seguía observándolo en silencio. Alzó la cabeza para mirarla y con lentitud fue soltando sus manos. Una vez hecho, caminó de espaldas hacia la cama, y al tocarla, se dejó caer en ella con la vista al frente.

- No creo que se trate de eso. - habló la rubia.

- Aún así lo eres. Fuiste la única que pudo arreglarme.

- ¿Arreglarte? - preguntó ella sin entender.

- Con el libro de E.N.D. - expresó él. Los ojos de Lucy se habían abierto de par en par. - Gray me lo contó. Fuiste muy imprudente.

- No podíamos perder ni un minuto más. - intentó defenderse ella. - Era la única forma.

- Estoy seguro de que sí.

Lucy se sorprendió por aquellas palabras. Esperaba comenzar una discusión, que la regañara por haber puesto su vida en peligro por él, que se enfadara y le gritara que esa no era la mejor forma, que a lo mejor podría haber habido otra, pero no lo hizo. Estaba sonriendo enormemente.

- Gracias. - lo oyó decir.

Las mejillas de la joven se tiñeron de rojo. Quiso decirle que no era necesario agradecer, que lo había hecho porque quería, que no lo hizo sola ya que Gray y Happy estaban con ella, que no se preocupara…, pero en vez de eso, con el corazón latiéndole más rápido de lo debido, se levantó de la silla, caminó hacia el muchacho, e imitando lo que había hecho él con anterioridad, agarró sus manos con suavidad, se agachó a su altura y le dedicó una tierna sonrisa.

- De nada.

Ambos se perdieron en la mirada del otro y guardaron silencio disfrutando del momento.

Mentalmente Natsu volvió a agradecerle a la chica el que no continuara con aquella conversación. Y sabía el motivo por el que lo hacía. Como siempre por él, porque eso lo incomodaba y Lucy se había dado cuenta sin necesidad de que él dijera una sola palabra. Al fin y al cabo así era ella: increíble, buena, lista e inteligente entre otras cosas.

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¿Qué os ha parecido?

La función de estas historias era que tanto Natsu como Lucy rememoraran momentos con el otro con referencia a la palabra elegida para el capítulo, y llevo 2 capítulos sin hacerlo porque realmente no me sale jajaja, pero bueno, aún así espero que os haya gustado mínimamente.

Intentaré actualizar como mucho dentro de una semana. ¿Os parece bien? Es decir, el próximo Sábado o Domingo.

Comentad si queréis lo que os ha parecido, y como siempre, os leeré y responderé.

¡Un abrazo bien grande a todos!

¡Adiós! ¡Adiós!

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