Convivencias conflictivas

¡Hola de nuevo! Siento muchísimo haber tardado tanto en actualizar pero desde el 25 de Enero al 14 de Febrero estuve de exámenes en la uni y me fue imposible escribir nada porque tenía que estudiar muchísimo. Luego, cuando los terminé, estaba tan cansada que lo último que me apetecía era ponerme a escribir. Me he tomado unos cuantos días de descanso.

Harry Potter no es mío y bla, bla, bla…

Quiero avisar que a mí se me hace imposible actualizar a la semana por varias razones:

1-No tengo ni idea de cómo va a ir este fic, es decir, me lo voy inventando sobre la marcha y si mi musa vuela… pues no puedo escribir. Aunque tengo algunas escenas y cosas así ya pensadas, son sólo eso, escenas. Aprovecho para decir que vuestras ideas son bienvenidas. Puede que no las utilice, que lo haga o que las modifique, pero en todo caso vuestras ideas pueden inspirarme.

2-No voy a poner un capítulo pequeño. Si coincide, coincide, pero yo voy a intentar que el capítulo tenga una extensión mínima de ocho caras en Verdana 9.

3-Tengo el trabajo de la uni. Ya es el segundo cuatrimestre y no puedo dormirme en los laureles.

Aviso esto no porque alguien se haya quejado, sino para que nadie empiece a pensar que voy a dejar el fic sin terminar y porque sé cuanto fastidia estar esperando a que se publique el siguiente cap de un fic. Pero tenéis que entender que no es algo que yo pueda evitar. Más me gustaría poder actualizar a la semana, pero realmente me es imposible.

A otra cosa, mariposa.

Muchísimas gracias por todos los reviews que me habéis dejado, de verdad, me ha hecho mucha ilusión. No creo que pudiera continuar si no viera que le gusta a alguien mi fic. Pensaba contestaros aquí a los comentarios, pero al final he decidido hacerlo en donde me los dejasteis. De verdad que MUCHAS GRACIAS.

Otra cosilla. En el cap hay varios términos en Latín. Creo que se entienden bien, pero por si acaso os pongo al final del cap lo que significan. Si alguien tiene alguna duda sólo tiene que preguntarme.

IMPORTANTE, LEED ESTO POR FAVOR. ¿Blaise Zabini qué es¿Pelirrojo¿Moreno?

Es que he leído varios fics y en todos tenía el color de pelo distinto… Que me conteste quien sepa, please.

Muchas gracias Sherezade y Tsunade por vuestro incondicional apoyo. A ti, Sherezade, por leerte mi fic aunque no te gustara el yaoi y por darme la idea sobre la clase de Adivinación. A ti, Tsunade, por ayudarme a concretar esa idea y por hacerte un hueco para leerte mi fic (que aunque sé que te gusta el yaoi, también sé que andabas hasta arriba de trabajo y aún así te lo leíste).

Por ello y muchas cosas más, os dedico este cap, amigas.

Ahora sí, el capítulo. Espero que os guste.

Capítulo 2: No es lo mismo tubérculo que tú ver culo.

''¿Y bien? –gruñó Hermione amenazante, con una especie de tic nervioso en la mejilla- ¿Alguien sería tan amable de explicarme qué es eso de "esa poción"? –continuó con voz engañosamente suave.

El silencio reinó en el tenso ambiente de la Sala Común. La expresión de Hermione auguraba una tormenta de gigantescas proporciones, así que nadie se sentía con el valor suficiente para explicarle lo ocurrido (menudo valor Gryffindor), y en caso de hacerlo, nadie podía asegurar que el desafortunado que se atreviese saliera con vida. Ginny permanecía al margen observándolos curiosamente con una sonrisa atontada y nada acorde con la situación, que ponía de manifiesto que el alcohol todavía nublaba demasiado sus sentidos como para entender algo de lo que pasaba en la sala.

Pero ni siquiera la mejor mirada asesina marca Hermione "vais-a-pagarlo-nos-van-a-expulsar" Granger podía contra el efecto que producían varios firewhisky y cervezas de mantequilla en los ocupantes de la Sala Común, que estaban tan ebrios que ni siquiera se habían percatado de que "El-niño-que-sobrevivió-dos-veces" no estaba allí.

''Wow, Ron. La chica es toda una fierecilla –logró articular George con dificultad, logrando un coro de carcajadas-. ¿Es así también en la cam…?

Media hora y varias bofetadas más tarde (ante lo cual Ginny había estado animando extasiada y a carcajada limpia desde el sillón en el que estaba repantigada a una Hermione que daba soplamocos a diestra y siniestra), Hermione había conseguido que todos los chicos salieran corriendo de la sala entablando una desesperada batalla campal por ver quién conseguía darle primero el libro de donde habían sacado la poción y así librarse de la furia de la muchacha.

''Se llama "Hiperlibidum" –le facilitó rápidamente el nombre un asustado Dean.

En cuanto tuvo el grueso volumen entre sus manos Hermione buscó la poción y comenzó a leer:

''"El Hiperlibidum data del sVI a.C. Fue creada por los antiguos magos romanos con motivo únicamente lúdico, ya que consta que se empleaba exclusivamente en los esclavos (especialmente bélicos) para obtener un sometimiento total a los deseos del dominus. Actúa de afrodisíaco en ambas partes, aunque con mayor intensidad en el que la ingirió, exacerbando sus sentidos hasta el límite de la cordura, alterando irrevocablemente su modus operandi durante un periodo de tiempo de..."

''Lo peor fue conseguir el pétalo de rosa negra –la voz de Ron le distrajo de la lectura-. Ni siquiera sabíamos que existieran rosas de ese color.

''¿Qué? Aquí no pone que sea necesario ese ingrediente –les dijo Hermione después de examinar minuciosamente la lista de ingredientes que se especificaba en la página, tras la explicación de los efectos.

''Claro que sí, mira –le dijo Fred entregándole una lista de ingredientes que habían apuntado para poder conseguirlos sin tener que consultar el pesado libro continuamente.

La chica miró con el entrecejo fruncido la lista que tenía en la mano, comparándola con la que figuraba en el grueso volumen que tenía abierto en su regazo. Coincidía en gran parte de los ingredientes, pero había una tercera parte que no lo hacía. Pasó la página del libro para comprobar si la lista continuaba en el reverso de la página y lo que leyó le dejó boquiabierta.

''¡Idiotas¡Preparasteis otra poción!

''‚¿CÓMO!

''Preparasteis el "Hiperlibidum ad pregnantum".

''¿Y qué se supone que hace esa? Tiene prácticamente el mismo nombre, así que no creo que varíe mucho –contestó un ofuscado Ron haciendo gala de su "amplio" conocimiento en la materia.

''Ya sabes lo que dicen -dijo Ginny con guasa desde el sillón-. No es lo mismo tubérculo que tú ver culo, aunque parezcan iguales…

''Cállate, borrachuza –gruñó Ron molesto a lo que Ginny contestó con una sonora (y borracha) carcajada.

''¿Y bien? –inquirió Dean con cautela- ¿Qué hace entonces?

Al oír aquello Hermione comenzó a leer en voz alta:

''"El "Hiperlibidum ad pregnantum" data del sIII p.C. aproximadamente (no se conoce con exactitud la fecha de su creación). Se estima que se creó a fines de la República, época en la que aumentó el número de esclavos, que en su mayoría eran prisioneros de guerra vendidos por el Estado y, consecuentemente, empeoró su situación social. De ello derivaron los levantamientos de esclavos. Entre estos esclavos se encontraban en pequeña proporción magos que, aunque ignorantes en su mayoría del poder que poseían, podían suponer un peligro para la hegemonía de poder que ostentaban encubiertamente los magos en esta época en las instituciones de poder (como, por ejemplo, el Senado).

Mediante está poción, el esclavo (hombre o mujer) quedaba privado de todo raciocinio durante un corto período de tiempo (sus efectos extensibles a no más de tres horas tras la consumación del acto sexual). En el caso de que el dominatus fuera virgen, su magia, además, quedaba ligada al dominus, pudiendo éste tenerla a su disposición si así lo deseara a partir de esa primera unión carnal (cosa que no ocurría si el dominatus no conservaba esa pureza que representaba la virginidad).

Sin embargo, esta poción tenía efectos secundarios, aunque eso ocurría exclusivamente en los varones. En el caso del dominatus, éste podía quedar embarazado, pero sólo si poseía un gran poder mágico. En el caso del dominus, éste quedaba bajo los efectos afrodisíacos, no pudiendo controlar su deseo sexual, aunque plenamente consciente de lo que ocurría a su alrededor; dichos efectos no podían ser eludidos ya que tenían la misma esencia que un hechizo lanzado con varita y eran inevitables. Comparativamente, tenían los mismos efectos que tienen los instintos veelas (siendo estos ineludibles tanto para el veela y como para su pareja).

Con la abolición de la esclavitud se prohibió la preparación y el uso de esta poción bajo pena de…" –Hermione paró de leer, mirando con ojos llameantes a los que estaban en la Sala Común- ¿Habéis visto lo que habéis hecho? Ahora no sólo habéis roto las reglas del colegio¡sino que también las del Ministerio de Magia! Merlín, qué vamos a hacer… -la chica estaba a punto de entrar en pánico.

''Ufff, menos mal que acabó en la basura… -suspiró un cansado Seamus.

''¿CÓMO?

''La papelera está llena de un líquido extraño, así que alguien ha debido de volcarlo sin querer y ha caído en la papelera –contestó confundido Seamus ante ese grito, señalando la papelera que, en efecto, tenía un líquido de color parduzco en su interior.

Minutos después una Hermione furiosa salía de la sala rumbo a su habitación tras haber estampado con fuerza el dichoso libro en la cara de Seamus. ¿Y los chicos? Después de todo aquel lío de la poción, estos definitivamente habían aprendido una cosa importante que no olvidarían en sus vidas: nunca, pero nunca, le des alcohol a Hermione Granger. ¡Es una borracha violenta! Mientras tanto Ginny dormía placidamente en el sillón, ajena a toda aquella algarabía.

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Un agradable calorcillo lo envolvía, así que Harry tenía pocas ganas de despertar y levantarse. Se acurrucó más y sintió como lo encerraban en un posesivo abrazo, con los brazos alrededor de su estrecha cintura. Se fue despertando suavemente, con la ligera sensación de que algo era diferente en esa mañana en comparación con el resto de su vida. El qué, no lo sabía, y la modorra que lo envolvía no ayudaba mucho a averiguarlo. La luz se filtraba por la ventana incidiéndole directamente en la cara y se maldijo a sí mismo por no haber cerrado las malditas cortinas de su cama. Se revolvió inquieto ente esos brazos que… ¡Un momento! ‚¿Brazos! Cobró conciencia bruscamente de la realidad que lo rodeaba… y, Merlín, qué poco le gustó esa realidad.

''Bien. Bien… bien -balbuceaba mentalmente, totalmente tenso y a un paso de un ataque de pánico en toda regla''. No hay por qué entrar en pánico. Analiza la situación con calma, Harry, que todo esto puede ser un producto de tu retorcida imaginación. ¡Por Merlín, que lo sea! Mmmmm… Pero entonces eso significa que estás loco como una cabra, porque mira que además de ver las manos sobre tu cintura, las estás sintiendo… ¡Basta! Calmacalmacalma… Analiza. La. Situación.

Estaba en un aula, eso lo sabía por los pupitres, y más concretamente en el aula de Astronomía, en la Torre de Astronomía. De eso estaba seguro porque veía el gigantesco mapa de las constelaciones sujeto a la pared frente a él y por el gran globo terráqueo del rincón cercano a la puerta del aula.

''Vale, es un avance… Y hasta aquí no hay nada nocivo para tu salud mental, Harry'' se dijo a sí mismo'', Sigamos. ¡No quiero! ''gritó su diminuta parte Slytherin, sobre todo al notar un apretón en sus caderas de unas manos que no eran suyas'' ¡Sigue! Valor Gryffindor, amigo ''se animó, a lo que su conciencia le contestó lloriqueante''. Debería estar en Slytherin… ¡Argh¡Ya vale¡SIGUE!

Había dormido sobre una túnica negra, tapado por lo que parecía una capa, del mismo color. Alguien estaba a su espalda, abrazándolo. ‚¿Estaba desnudo¡Demonios¡Ambos lo estaban! Su mente no pudo aguantar más carga emocional, por lo que su diminuta alma de Slytherin se hizo con el control de sus actos, haciéndole levantarse tras conseguir liberarse con mucho esfuerzo de los brazos que lo oprimían, y buscar frenético sus ropas por el aula. Consiguió reunirla y se vistió apresuradamente, casi sin poner atención en hacerlo correctamente por lo que la camisa quedó mal abrochada y casi se tropezó con sus pantalones cuando se levantó. Echó un rápido vistazo por el aula para comprobar si se dejaba algo y tras ello, salió apresuradamente de la clase poniendo especial cuidado en no mirar a la persona a la que dejaba atrás. No quería, bajo ningún concepto, saber quién era.

Le despertó el leve gemido que emitió la puerta al cerrarse. ¿Dónde…? Severus se incorporó mirando desorientado a su alrededor, tratando de aclarar su adormilada mente. Normalmente, a esas horas de la mañana del día de Navidad estaría tomando una humeante taza de té caliente con unas pastas, sentado frente a la chimenea en su sillón favorito y no en la Torre de Astronomía completamente desnudo, tumbado sobre su ropa en el frío suelo. Se sacudió de golpe la somnolencia cuando una marabunta de imágenes se adueñó de su mente mostrándole, para su desgracia, una detallada visión de lo ocurrido.

Se vistió sin prisa, pausadamente, tratando de frenar la ira homicida que intentaba apoderarse de él y de pensar con lucidez sobre lo ocurrido, repasando punto por punto, incluyendo los más mínimos detalles. Sabía que Potter había estado bajo los efectos de esa poción cuando lo había encontrado. Le costaba imaginarse al chico con ganas de travesuras teniendo en cuenta el estado apático en el que se hallaba sumido, pero todo era posible, así que no iba a descartar la posibilidad. De lo que no dudaba era de que los culpables eran los leones, pero esperaría a averiguar con exactitud los hechos para llevar a cabo su venganza.

La venganza es un plato que se sirve frío.

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Harry bajó tambaleante las escaleras y atravesó el retrato de la Señora Gorda dirigiéndose al Gran Comedor. Los estudiantes habían regresado el día anterior de sus vacaciones navideñas, así que el lugar estaría a rebosar. Había tratado llegar antes en un intento de no ser el centro de atención, pero había fracasado estrepitosamente debido a las nauseas matutinas que lo venían atormentando desde el día de año nuevo.

Realmente no tenía ni idea de lo que le pasaba, pero no estaba dispuesto a ir a la enfermería a averiguarlo. Odiaba ese lugar con toda su alma. No era por la enfermera, que aunque un poco seca en su manera de actuar, le trataba bien, ni por el lugar en sí, sino por la sensación vulnerabilidad e indefensión que lo embargaba cada vez que acababa allí por una razón u otra. Eso, y que, por alguna razón que no acababa de comprender, siempre que terminaba allí todo el mundo se enteraba de qué le había pasado, cuándo, cómo … y no estaba seguro de querer que se supiera lo que le ocurría (ni él mismo quería saberlo).

Atravesó las grandes puertas de madera caoba que daban al comedor y se dirigió a su sitio en la mesa Gryffindor sintiendo cientos de pares de ojos posados en él. Los ignoró como pudo y empezó a desayunar.

''¿Qué hay ahora? –preguntó Ron.

''Ron, de verdad¿estamos a mitad de curso y todavía no te sabes tu propio horario? –bufó Hermione- Tenéis Adivinación y yo Runas Antiguas.

''¿Adivinación? –preguntó Harry- Me pregunto si seguirá empeñada en predecir mi muerte ahora que ya no está Voldemort.

''Oh –interrumpió Fred-. No te preocupes. Predecirá igual tu muerte… Cayéndote por las escaleras…

''Con el veneno de una planta… –siguió George.

''Con un jarrón estrellado sobre tu cabeza…

''O con un hipogrifo pisoteándote…

Harry iba mirando con la boca abierta alternativamente a Fred y George a medida que estos añadían más y más formas en las que podía morir, sintiéndose como en un partido de tenis.

''O cayéndote un rayo…

''O muerto por una mirada asesina de Snape, como ahora –concluyó George.

''‚¿Qué! –preguntó sobresaltado harry dándose la vuelta bruscamente para mirar a Snape que, en efecto, lo estaba observando minuciosamente.

Incapaz de soportar esa mirada por más tiempo, Harry se levantó recogió sus cosas apresuradamente y se marchó rumbo al aula de Adivinación. Debido a ello no pudo ver cómo su profesor de pociones estrechaba sus ojos peligrosamente ante su reacción.

''Oh, mis queridos niños –decía la profesora Trelawney, ya en clase de Adivinación-, hoy vamos a hacer algo diferente. Como sabéis, hasta ahora hemos practicado el divino arte da la Adivinación tan sólo en hojas de té y en bolas de cristal, siendo estos considerados lo métodos más fiables a la hora de realizar un predicción. Sin embargo, hoy vamos a estudiar otros métodos distintos. Son muy antiguos y algunos todavía son empleados en las tribus indígenas. Como son muchos y quiero que los veáis todos, cada uno de vosotros practicará uno, que le tocará por sorteo, y lo pondremos en común al final de la clase. Es una tarea individual –concluyó, no siendo consciente de las miradas de aprensión de algunos de sus alumnos-. Bien, acercaos a la urna e id sacando un papelito cada uno.

Cuando vio que todos habían sacado un papel les hizo tomar asiento y fue mirando el método que le había tocado a cada uno, entregándoles lo necesario para practicarlo. Se paró frente a Harry, que era el único que le quedaba. Éste la miraba con la ligera impresión de que el método que le había tocado a él no le iba a gustar en absoluto, a pesar de que los que les habían tocado a sus amigos le parecían inofensivos (a Ron le había tocado una especie de piedras¿qué puede haber de peligroso o desagradable en unas piedras?). Su tren de pensamientos se vio detenido bruscamente cuando Trelawney plantó un pez frente a él. Un frío, viscoso, pegajoso… ¡y vivo pez!

Abrió y cerró varias veces la boca, incapaz de pronunciar una sola palabra y bien consciente de que sus compañeros se habían quedado estáticos mirando el pez que aleteaba en su mesa.

''¿Te ocurre algo, muchacho? –le preguntó la profesora a un pálido Harry, que trataba de contener las repentinas nauseas ante el olor.

''E-es un p-pez –consiguió balbucear por fin Harry.

''Claro –contestó Trelawney extrañada-. Vas a practicar un rito de adivinación celta.

''¿Celta?

''Sí, celta –contestó ella-. Los celtas adivinaban sobre las tripas de pez.

''¡Pero es que el bicho este está vivo!

''Por supuesto que está vivo, muchacho. Hay que abrir sus tripas cuando aun vive –hubo unos sonidos de asco en el aula-, si no, no sirve.

''¿T-tengo que abrirlo? –balbuceó de nuevo Harry tratando de contener las nauseas que, ante la idea de abrir al pobre bicho que aleteaba sobre su mesa, lo golpeaban con renovada fuerza.

''¡Claro! –exclamó entregándole un afilado cuchillo, prácticamente obligándole a sostenerlo e indicándole como debía proceder- Tienes suerte, muchacho, es uno de los ritos de adivinación más interesantes que existen –le aseguró a Harry, que dudaba seriamente que abrir en canal a un pobre bicho indefenso tuviera algo de interesante.

Harry miraba alternativamente a Trelawney, a sus amigos en busca de ayuda y al viscoso pez. Tragó duro y fue acercando su cuchillo al animal. Trelawney debía de estar de mal humor porque no esperó a que Harry procediera, arrebatándole el cuchillo y haciéndolo ella misma. Después se marchó a observar al resto de sus alumnos dejando a un descompuesto Harry atrás. Harry juraría que la oyó farfullar contra "aquellos" que no tenían el Ojo Interior.

Harry se quedó largo rato tratando por todos los medios posibles el no mirar al pobre animal y tratando de ignorar el nauseabundo olor que despedía en un intento de aplacar las nauseas. Vio cómo Trelawney se acercaba a él y fingió estar examinando las tripas del bicho cuando en realidad tenía su vista fija en un punto por encima de éste. La profesora se detuvo frente a él.

''¿Qué ves, muchacho? –le preguntó.

''Mmmm… pues… -Harry trató de pensar rápido en una salida- Veo que me va a picar una planta venenosa en Herbología…-comenzó a decir recordando a los gemelos, todavía sin mirar al pez- Y….

''No, no, no… Hazlo bien, muchacho –obligó a Harry a mirar a las tripas del bicho a la vez que la profesora pasaba sus dedos tocándolas-. Se hace así –agarró la mano de Harry-, pasando tus manos por ellas –le hizo hundirla en las todavía calientes entrañas del desafortunado pez.

Harry no pudo aguantar más y salió del aula corriendo en dirección al baño. Consiguió llegar por los pelos al baño de las chicas donde Myrtle habitaba, se dejó caer frente a la taza y comenzó a vomitar lo poco que había conseguido ingerir durante el desayuno.

Cuando Harry por fin había conseguido calmarse, la clase de Adivinación había terminado y tenía menos de cinco minutos para llegar a Transfiguración con Slytherin. Rezó para que aquel día no hubiera ningún incidente con las serpientes y todavía con el amargo sabor de la bilis en su boca, se encaminó a la clase. Fue andando, teniendo el estómago como lo tenía no podía ir corriendo o se arriesgaba a acabar de nuevo haciendo una poco placentera visita al baño. Cuando llegó a la puerta del aula, la clase ya había empezado, así que respiró hondo, se armó de valor y entró en ella preparado para oír el sermón de McGonagall.

''Señor Potter, tome asiento –dijo ésta simplemente.

Harry miró a sus amigos y exhaló un suspiro de alivio al comprender que estos le habían explicado el porqué de su tardanza (al no poder encontrarlo habían ido primero a hablar con McGonagall). De nuevo notó miradas clavadas en él y supo que eran de los Slytherin. Aunque la mayoría de los Slytherin había decidido no servir al Lord Oscuro ya antes de que él desapareciera esos tres días, eso no significaba que por ello se llevaran mejor con el resto de las casas o que hubieran cambiado su opinión sobre los magos de origen muggle o sobre Harry mismo. Tras la muerte del Lord, varios mortífagos habían sido capturados gracias a las redadas organizadas por el Ministerio y se había descubierto que Lucius Malfoy, entre otros, era un espía que trabajaba para la Orden del Fénix. Toda aquella situación contribuía a la relativa paz entre la casa Slytherin y el resto, pero Harry estaba seguro de que a la más mínima provocación estos no dudarían en maldecir a quien fuese.

Harry centró su atención en lo que explicaba la profesora McGonagall y sintió que el mundo se le caía encima. Definitivamente la señora Fortuna le odiaba. ¿Por qué, de entre todos los días que tenía McGonagall, tenía que escoger precisamente ese hechizo para esa clase? Quiso llorar porque ya se veía de nuevo humillantemente postrado ante la taza del WC.

''Muy bien –decía la profesora McGonagall-. Los TIMOS están cerca y para entonces tenéis que haber dominado la conversión de un objeto animado en uno inanimado. Adelante.

Harry miró a Ron, que le dedicaba una mirada compasiva, y volvió su vista al… frío, viscoso, pegajoso y vivo pez que aleteaba en la mesa frente a él.

Tragó la saliva duramente…

Un pez…

…levantó la varita…

Tripas de pez…

… abrió la boca para pronunciar el hechizo…

SUS manos en tripas de pez…

…y salió corriendo en dirección al baño más cercano (que resultó ser el de Myrtle de nuevo) para quedar, como había temido, de nuevo humillantemente postrado ante la taza del WC.

''Señor Potter¿se encuentra bien? –oyó que le preguntaba McGonagall cuando por fin se separó del WC.

''Sí –suspiró Harry- Lo que pasa es que ver ese pez me hizo recordar lo de la clase de Adivinación y…

''Comprendo. No se preocupe. Queda exento de mi clase hoy así que vaya y pídale a los elfos domésticos una manzanilla para calmar su estómago Sr. Potter.

''Sí, muchas gracias profesora.

''De todas formas, practique el hechizo Inanimatus de hoy. Mañana procuraré poner otro animal para la práctica.

''Muchas gracias, profesora –contestó cálidamente Harry, apreciando enormemente el gesto de la jefa de su casa.

La profesora sonrió imperceptiblemente y, tras ayudarle a ponerse en pie se marchó en dirección a su clase.

Harry consiguió una manzanilla de un extasiado e hiperactivo Dobby y la saboreó lentamente, sintiendo como su estómago se calmaba poco a poco. Después, cogió sus cosas y se dirigió al aula de pociones cuando todavía quedaban diez minutos para el inicio de la lección. Poco después de que llegara a las intimidantes puertas de la clase de Pociones, comenzaron a llegar los slytherin. Se le quedaron mirando fijamente y, aunque el chico de oro hacía todo lo posible por ignorar a las serpientes, había captado un matiz burlón en sus miradas que no presagiaba nada bueno. Antes de que pudiese ocurrir algo, Snape abrió la puerta permitiéndoles entrar al aula. Faltaban cinco minutos para que empezara la lección y ningún león había aparecido; aquello, definitivamente, iba a ser una dura prueba para él.

Recibió una mirada inquisitiva del profesor de Pociones cuando éste se percató de que Harry ya estaba allí. Enarcó una ceja con escepticismo.

''Vaya, vaya… Así que nuestra pequeña celebridad ha decidido por una vez en su vida llegar a la clase a la hora. Definitivamente, nos "honra" con su presencia –espetó Snape generando un coro de risas despectivas entre las serpientes.

Ante la sorpresa de todos, Harry no le contestó, sino que hundió la cabeza sintiéndose humillado. Snape frunció el ceño, al parecer ni siquiera zahiriéndolo conseguía que el antiguo espíritu combativo del chico resurgiese. Quizá si le empujaba un poco más lejos con sus comentarios conseguía que explotase de una vez por todas.

''Oh, vamos, Potter, no se desanime –dijo con voz engañosamente suave, haciendo que el chico levantara la cabeza mirándolo sorprendido-. Estoy seguro de que en este mundo hay algo que sabe hacer mejor que nadie –Harry lo miró esperanzado, todavía sin comprender por qué todo aquello le estaba afectando tanto-, aunque todavía no lo he encontrado –risas de los slytherin-. Ya sabe, la grandeza está en las pequeñas cosas –Harry se sintió todavía más humillado y trató desesperadamente de no ponerse a llorar.

En ese momento entraron los gryffindor atropelladamente para no llegar tarde y se sentaron en sus respectivos sitios. Snape compuso una mueca de desprecio y superioridad que mostraba bien claro que pensaba de aquellos incompetentes leones y hubo risitas entre los de su casa al ver la cara asustada de algunos de ellos (especialmente Neville Longbottom).

''Muy bien –gruño-. Dejen sus trabajos de vacaciones en la mesa y quien no los tenga, los haya perdido y demás excusas baratas que abandone mi clase en este mismo instante –hubo un denso silencio mientras los leones se acercaban con tres gruesos pergaminos a la mesa del profesor y las serpientes hacían lo propio con uno sólo-. Ahora siéntense y comiencen a preparar la poción según las indicaciones de la pizarra. Un solo caldero explotando y les pondré la detención más larga y dura de todas sus inútiles vidas –dijo mirando tan sólo a los gryffindor.

Aún perturbado, Harry comenzó a trabajar silenciosamente frente a su caldero dando gracias a Merlín de que un pez no formara parte de los ingredientes (ya había tenido más que suficiente pescado por hoy). Estaba a punto de acabar (haciéndola bien, para sorpresa de Severus), cuando Malfoy decidió hacerle una bromita al niño de oro lanzando un ingrediente que no constaba en la lista a su caldero, haciendo provocara una reacción química que hizo explotar el caldero. Gracias a sus reflejos como buscador consiguió protegerse colocándose bajo la mesa, pero cuando salió de su refugio se encontró siendo zarandeado por un furioso Severus Snape.

''¡ES UN INÚTIL, POTTER! –gritaba Snape fuera de sí, haciendo caso omiso al joven que, balbuceante, intentaba explicarle que había sido Malfoy- ¡TAN INÚTIL QUE NO DEBIÓ HABER NACIDO MAGO! –Harry comenzaba a sentir como si algo le estuviera succionando la fuerza- ¡ALGUIEN ASÍ NO VALE PARA NADA! –el chico lloraba por el dolor- ¡PARA NADA! -el muchacho gritó agónicamente, desplomándose en el suelo.

Aquel alarido de dolor hizo volver a Severus a la realidad. Y comprendió todo. Comprendió que no era el "Hiperlibidum" sino el "Hiperlibidum ad pregnantum" y que ahora le estaba privando a Potter el acceso a su magia causándole un dolor mucho mayor que la maldición cruciatus. Deseó con todas sus fuerzas que el chico tuviera su magia de nuevo y vio como éste se relajaba jadeante y sudoroso en el suelo. Oh, Merlín pensaba angustiado, captando las nuevas connotaciones que aquello desvelaba. Si es esa poción, entonces Potter está… Antes de que acabara ese pensamiento, "El-niño-que-vivió-dos-veces" salió huyendo del aula.

Harry corría y corría en dirección a la Torre de Gryffindor. Era imposible. Era completamente imposible. ¡Él era un hombre¡Los hombres no se quedan embarazados! Oh, sí, se había dado cuenta perfectamente de que había otra vida creciendo en su interior cuando se había visto privado de su poder mágico. La había sentido pulsando suavemente en sus entrañas, más aún ante la súbita privación de la magia que le había privado de su sustento y de su soporte. Sin la magia de su "madre" no podía vivir.

El chico de oro sabía que ese sería el primer lugar donde lo buscarían, así que agarró su capa de invisibilidad y el mapa del merodeador y salió de la Torre.

Horas después los profesores hablaban nerviosos en un pasillo. Ya había anochecido y el chico seguía sin aparecer.

''Parece como si se lo hubiera tragado la tierra -decía Minerva.

''No está en ningún lugar del castillo ni en los campos de Quiddich –aseguró el celador-. Los he revisado minuciosamente.

''Sí que est� Filch –contestó Snape-. No lo encontramos, que es distinto.

''Pero…

''Severus tiene razón, Argus –les interrumpió Remus- Si hubiera salido del castillo, ya sea por pasadizo secreto o no, las alarmas hubieran saltado.

''No nos queda más remedio –dijo Minerva- habrá que utilizar un hechizo localizador para encontrarle.

''Pero Minerva, si lo que dice Severus es cierto, su magia es inestable y puede hacerle daño –habló Remus preocupado.

''No si utilizamos uno suave dirigido a encontrar los rastros de su magia. Eso no le afectará a él directamente, sólo nos hará ver los restos de esencia mágica que hayan quedado a su paso, que de otro modo no son visibles.

''Comprendo –asintió Remus ya más convencido.

Harry se había escondido en un aula vacía cercana a la escalera que daba al Gran Comedor. No había parado de exprimirse el cerebro en busca de alguna pista que le revelara quién era el padre de la criatura. Tenía un par de pistas, pero estas tampoco le aclaraban totalmente quién era.

Primero, sabía que era un chico por el dolor que había sentido en el trasero en los posteriores días a su encuentro. Eso reducía la lista bastante, ya que había pocos chicos que se habían quedado en las vacaciones de Navidad. Los profesores quedaban descartados y la lista se reducía aún más sabiendo que no había sido ninguno de su casa (esto último lo sabía por parte de Ron, que le había hablado de una bronca que les había echado Hermione, aunque aún no sabía la razón). Además, de Ravenclaw no se había quedado ningún chico y de Hufflepuff sólo uno, pero era demasiado pequeño (era de primero). Lo que dejaba Slytherin. Oh, Dios, una serpiente no, por favor. Aunque quizás eso explicaría sus miradas burlonas antes de la fatídica clase de Pociones.

De Slytherin habían permanecido en el castillo Draco Malfoy, Blaise Zabini, Vincent Crabbe, Gregory Goyle, Marcus Flint y Terence Higgs.

Aquello se volvía más y más negro.

Segundo… Harry no siguió pensando en quien podía ser el padre de su hijo ya que vio en el mapa del merodeador que los profesores y el celador lo estaban buscando. Se concentró en observar en él si algún profesor se acercaba. El celador Filch entró una vez en el aula pero tras un corto vistazo se marchó a comprobar otras clases. Más tarde, el latido de su corazón se disparó cuando notó que todos se dirigían rápidamente hacia donde se encontraba él. Se levantó de un salto y huyó del aquel aula vacía en dirección al Gran Comedor. Vio entonces en el mapa que los profesores habían llegado a donde se había encontrado hacía unos segundos y que tomaban sin dudar la misma dirección que él. ¡Un hechizo localizador! pensó angustiado. Cambió su dirección y atravesó los grandes portones de salida, corriendo al campo de Quiddich, pero eso no los despistó. Era de noche y no veía prácticamente, empezaba a sudar profusamente y sentía que la tensión iba a acabar con él. El mapa le mostró cómo los maestros se iban cerrando en círculo en torno a él y su corazón latió desbocado, de hecho, lo oía latir tan fuerte que creía que le iba a estallar en cualquier momento. Echó a correr frenéticamente hacia el castillo, pasando justo al lado de Remus, que extendió una mano intentando atraparle. Consiguió zafarse a duras penas y corrió de nuevo al castillo, sabiendo que no podía ir al bosque porque allí no sabría si ellos se estaban acercando ya que ese lugar no aparecía en el mapa. Atravesó los grandes portones jadeante y sintió que alguien agarraba su capa, haciéndolo visible de nuevo.

Había cometido un grave error. Cuando había visto que le estaban cercando en campo de Quiddich había perdido la poca cordura que le quedaba, echando a correr a lo loco… sin fijarse en que Snape no estaba entre los que lo estaban cercando sino justo al lado de los portones.

Grave error. Estúpido error.

Se volvió bruscamente hacia Snape y lo vio observándolo severamente. Todavía jadeante trató de huir de allí. No importaba la capa o el mapa, sólo quería salir de allí. Antes de que pudiera siquiera dar un segundo paso se vio detenido por el hombre. Se debatió furiosamente tratando de librarse, pero era como intentar mover una pared de piedra.

''¡Cálmese, Potter! –Severus trataba de contener al chico, pero le era muy difícil. Si pudiera utilizar su magia para inmovilizarlo todo sería más fácil, pero no era así.

''¡SUÉLTEME! –gritó desesperado Harry, debatiéndose aún más

''¡Ya basta! –le plantó un bofetón que le sacudió la histeria de encima al chico inmediatamente, quedándose éste mirándolo atónito mientras se llevaba lentamente la mano a la zona magullada.

Todavía con el corazón latiéndole desbocado, Harry de dejó caer al suelo sin siquiera mirar al resto del profesorado, que había observado atónito la escena. Abrazó sus propias piernas en un intento de darse una sensación de protección a sí mismo, pero lo único que sentía era una apabullante soledad que lo engullía con frenesí.

Dumbledore apareció por el corredor mirando preocupado al encogido Harry. Había pasado el día en el Ministerio planeando con Cornelius Fudge las últimas redadas y acababa de volver, ya que había recibido una lechuza de la Sra. Hooch pidiéndole que regresara.

''¿Qué ha pasado aquí Minerva? –preguntó suavemente.

La Sra. Pomfrey, que había sido llamada por si se daba el caso de que el muchacho necesitase atención médica, ahogó una exclamación al mirar la sangre que caía del labio levemente partido del menor. La sangre sólo tenía ese color si…

''¡Potter¡Usted está…!

Hermione y Ron avanzaban por los pasillos, cumpliendo su obligación como prefectos de hacer la guardia nocturna. Ambos estaban preocupados por Harry, ya que éste había desaparecido desde la mañana y su capa de invisibilidad y el mapa del merodeador no estaban. Iban en silencio sumidos en sus pensamientos cuando oyeron a los lejos la voz de Madame Pomfrey.

''¡Potter¡Usted está embarazado!

Ambos gimieron.

Vaya… parecía que alguien sí había tomado "esa poción"…

Harry se encogió aún más, gimiendo. La exclamación de la enfermera le acababa de asegurar que estaba embarazado. No era que antes lo dudase… simplemente guardaba una pequeña esperanza en lo más profundo de su corazón de que aquello fuera tan sólo una pesadilla de la que se despertaría a la mañana siguiente.

''Harry –oyó la voz suave del Director a la vez que sentía su reconfortante mano en su hombre- ¿Quién?

''Oh, Merlín, la temida pregunta del millón.

''¿Harry? –oyó a Remus esta vez- ¿Quién es el padre, Harry?

''Yo –respondió con voz profunda Severus.

A lo lejos se oyó el seco sonido de un cuerpo desplomándose en el suelo.

''¿Ron¡RON¡Despierta, Ron!

Definitivamente, no era lo mismo tubérculo que tú ver culo.

Continuará…

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¿Qué os ha parecido? Por favor dejadme reviews, que si no realmente no me siento con ánimos para continuar.

Aquí tenéis la traducción de los términos en Latín. Como ya he dicho, creo que se entienden bien, pero por si acaso…

SVI a.C. y p.C.: Las siglas a.C. y p.C. significan "ante Cristum" y "post Cristum" respectivamente, es decir, antes de Cristo y después de Cristo.

Dominus: El señor, el que domina.

Dominatus: El esclavo, el que es dominado.

Hiperlibidum: Hiper libido, viene a significar un aumento extraordinario de la libido.

Hiperlibidum ad pregnantum: Hiper libido para embarazar. Aumento extraordinario de la libido para dejar embarazado a alguien.

¡Dejad reviewssssssss, please!

Calais Alcarin

Miembro de la orden Severusiana