La clase era sin duda aburrida. No es que la historia japonesa no le interesara, sólo es que tenía alguien (aunque más bien alguien) más emocionante y atractivo en quien pensar.
Seguramente sonreír después de lo que había hecho era normal, pero sabía que las demás chicas del aula no la veían con una mirada de amistad.
Kagome cerró los ojos, rememorando en su cabeza las palabras de Inuyasha. Tal vez debería haber dicho algo para apoyarlo… pero era la primera vez que se sentía en una situación así, aunque el beso de gracias de después del patio había sido de película… Con los ojos cerrados podía sentir el cosquilleo de pasión de Inuyasha en todo su cuerpo.
Como lo amaba.
En pocos minutos la clase termino. La siguiente seria una fácil, donde podía caminar por la clase fácilmente, sin tener que escuchar. Total era la hora donde cada semana entregaban un trabajo y la hora era 'libre' para pensar en el arduo trabajo que entregar. Evidentemente como era normal, Kagome ya lo tenía terminado.
La mitad de la gente se había ido, con la excusa de terminarlo en casa, sólo estaban ésas malditas chicas moletas que se quedaban porque faltaban horas para que saliera Kikyou.
De repente se sintió nerviosa, giró la vista hacía las chicas y vio que eran las mismas que acompañaron a Kikyou ése fatídico, o no tanto, día en el comedor…
Ojala la tierra se la tragará…
Pensaba en como Inuyasha la animaría en ése momento¡Lo necesitaba ahora mismo para aferrarle a él! Y que le dijera lo mucho que la amaba, sólo como él lo decía: con ternura y arrogancia.
Se levantó y se fue casi corriendo hacía la pizarra, donde un profesor medio calvo arreglaba unos trabajos. Pensó que tal vez hablando con él las chicas no le dirían nada…
Al rato se estaba casi durmiendo, la voz monótona y aburrida del profesor era letal para sus sentidos. Como otras chicas parecían necesitar la opinión del profe para sus trabajos, se acercó hacía un radiador que estaba cerca y se apoyó en el duro y frío hierro.
Detrás de la mesa y en un rincón escondido, intentando parecer invisible.
Cerró los ojos apoyando la cabeza en la pared, tranquilizando sus sentidos de alerta, que se activaban a causa de ésas malditas Kikyou-lame-culos.
…
Sin ni siquiera abrir los ojos, sabía quien estaba mirándola fijamente desde la puerta, el escalofrío que le transmitía una mirada ámbar sólo podía ser de su amado perrito.
No abrió los ojos ni cuando oyó los chillidos de exclamación de las zorras ésas al verle. Ni lo hizo tampoco cuando la sombra de él se poso delante de ella. Al cado de un rato de no decirse nada, él empezó a inquietarse al darse cuenta que Kagome le ignoraba, pero al ver la sonrisa maliciosa de ella Inuyasha, se 'destensó'.
"¡Oi! Perra. ¿Te ríes de algo en especial?" ella abrió los ojos para verle la cara. Le pareció un cachorrito tan mono con ésa cara arrogante, pero con ojos angustiosos.
SE acercó aún más al cuerpo de la chica que se apoyaba en la pared, mirándola directamente a los ojos. Haciendo que uno se perdiera dentro de la mirada del otro.
Él no espero una contestación, pasó sus brazos por detrás de la cabeza de Kagome y apoyó la frente a la suya. Siguieron mirándose uno al otro con su adoración no tan secreta. Enseguida Kagome se dio cuenta que Inuyasha debería estar en 'su' clase, y en cambio estaba en la clase de ella, dos cursos anteriores. Con la mirada Kagome le preguntó que era lo que le pasaba.
"Suspendí un examen de Mates"
"OH" pobre Inuyasha la mejor asignatura e incluso eso parecía salirle mal. "No pasa nada. Habrá más exámenes… jeje"
Levantó su mano y la acercó a la mejilla de él. El aliento de los dos se mezclaba. Aumentando las ganas de besarse.
Ella pasó los brazos por detrás de él, justo como el pelinegro había hecho segundos antes. Cada vez estaban sus labios más cerca, y ella se mordió los suyos nerviosa. ¿Cómo era que aun no se había acostumbrado a besarle?
"Dame un beso muy largo" dijo él con su voz ronca, con la misma voz que utiliza dos segundos antes de hacerle el amo, pensó; como si la avisará en donde se estaba metiendo.
"Es-estamos en medio de una clase…" ella se ruborizó dándose cuenta que Inuyasha antes no se comportaba así con ella¡era tan excitante! Miró hacia las chicas que estaban a pocos metros detrás de Inuyasha, los miraban sin reparo con odio y envidia… ¡mucha envidia!
El pelinegro no veía la duda en sus ojos, sino las ganas de besarle, entonces ella volvió a mirarle a los ojos, ahora si con duda, pero Inuyasha puso una sonrisa pícara y fue acercándose a ella sin dejar de mirarla con sus ojos de un dorado fundido por el deseo de besarla con pasión, y la excitación de saber que lo haría en un lugar lleno de gente.
Ella se sonrojó enseguida al ver que Inuyasha persistía con la idea de besarla en medio de la clase. Cerró los ojos nerviosa y se volvió a morder el labio débilmente de forma sensual. Él entiendo ese gesto como una provocación y supo que nadie le evitaría hacer lo que tenía en mente desde la misma mañana.
Los labios masculinos se posaron en los femeninos, solo rozándolos débilmente, le encantaba oír como Kagome le pedía un beso más profundo, pasando los brazos por detrás del cuello de él, incitándolo a mucho más… por que quería mucho más de él y ella sabía que Inuyasha también.
Finalmente Kagome lo empujó y le obligó a abrir los labios, a que la besará con más fuerza, más profundamente y él sin poder negarle nada la besó de una manera posesiva, justo como sabía que a ella le gustaba.
Saboreaba el interior de ésa boca con un frenesí único, olvidándose de su alrededor y no queriendo separarse de ésos labios femeninos nunca. Los rodeaba con los suyos, abriéndolos y cerrándolos a su antojo, al ritmo de la pelinegra.
Al cabo de unos segundos los dos ya estaban ausentes de su alrededor, besándose como dos locos enamorados, sin importar nada más del contacto de sus labios y sus lenguas, deseando que nunca se separasen.
A Inuyasha le excitaba la inocencia escondida y los besos pasionales de Kagome. Había una sumisión por parte de ella que le encantaba, porque aunque pareciera dispuesta a hacer cualquier cosa por él, a veces le sorprendía con gestos y gemidos únicos.
En cambio a Kagome disfrutaba cediendo delante de él, y llevárselo sin que él lo supiera por donde ella deseaba. Le besaba con más fervor que él. Haciéndole creer que él era quien controlaba el beso. Amarlo y que lo amará era el reto más grande que sus labios habían ayudado a ganar y sin dudar se lo susurró entre suspiros de placer.
"Yo también pequeña… te lo puedo jurar."
"¿En serio?" se separaron por milésimas y los dos sonrieron mirándose con devoción, Inuyasha se fijó en los labios enrojecido por el beso que acaba de darle, y ella se dio cuenta como los ojos de Inuyasha era de un dorado fundido quemándola de pasión solo con observarla. "Aunque por mi culpa el be…" las lágrimas llenaron los ojos de Kagome, y ella pudo jurar que en los ojos de Inuyasha también podía verse el dolor y la tristeza. La abrazó más fuerte y le acarició la cabeza peinándola delicadamente.
"Shhh… no fue culpa tuya nena. Simplemente no debía nacer no era su hora, pero te juro que tendremos muchos y los amaré a todos… nunca te culparía de eso, por que en realidad es más culpa mía que tuya pequeña…"
"¡Pero estaba dentro de mi cuerpo!" sollozó fuertemente dentro del pecho de Inuyasha y al cabo de unos segundos, cuando se tranquilizó, se dio cuenta de lo que en verdad Inuyasha le había dicho.
"¿Vamos a tener más bebes¿Quieres tener una familia con-conmigo?"
"Claro que sí, en cuando seas mayor de edad viviremos juntos… y cuando tu desees podemos casarnos…"
"Eso sería como un sueño"
"Pues entonces…" Inuyasha la miró con todo el amor infinito que sentía hacía ella y después de besarla otra vez con más ternura que no pasión le dijo: "Vivimos este sueño juntos. Y rápido por que sino voy a poseerte aquí mismo."
Ella sonrió encantada y en menos de una hora los dos habían llegado a casa de Inuyasha, se habían besado, desnudado, acariciado, lamido y amado hasta que la pasión en su cuerpo explotó en cada parte de su cuerpo haciéndoles caer en un rió rojo de éxtasis, un río en el que surcarían toda su vida, llevado por el agua del amor más puro y perfecto que nunca antes habían sentido.
Ahora si FIN!
Muy corto lo sé... un final flojo, pero es que la historia en sí deseba que fuera ya solo un oneshot pero se me alargo..aish... espero que os guste... aunque si pudeseis me matariais y me torturariais hasta que no quedara nada de mi...ahora estoy en oneshot, pensando en un fanfic muy bueno basado en una pareja de una serie aqui española que me encanta (de los HOmbres de paco, por si alguien lo ve seria como la relacion de Sara y de Lucas-) y finalmente tengo más oneshots para pasar al ordenador... y una parte de sirvienta que...!
soy una maldita...ueno espero k os haya gustado y asta otra! Xp
Dyelbi
