Historia de una vampira y un escéptico.

—El principio—


12 de Septiembre de 2019.

La verdad de todo es que me gusta ser quién soy. Muchos de mis antepasados se sentían malditos por el destino que se nos fue confiado, y cómo el origen el primer vampiro fue humano, tenemos rasgos de carácter humano de los que no nos podemos deshacer fácilmente.

Para ser sincera, no me atormenta el hecho de ser vampira, pero tampoco me alegra tanto. No es como si tener ojeras sea fantástico, no es que tampoco tengamos que beber sangre para sobrevivir, se puede tener sangre de otras partes así que definitivamente no es bueno ni malo. Sin embargo, eso sí, vivimos más tiempo que el promedio de los humanos, pero tampoco tenemos una fisiología absurda donde nos sale alas y podemos volar, podemos acoplarnos perfectamente con los humanos, de alguna manera, Dios creyó que sería una buena idea que nosotros ayudáramos a la humanidad, puesto que nosotros como especie sólo nos quedó aceptar el castigo que nos impuso ante nuestro pecado, pero últimamente pienso de forma distinta.

El vuelo de la tarde se atrasó un poco, como suelen hacerlo últimamente, así que pienso que no es para enfadarse como los otros usuarios humanos. Somos pocos los vampiros que quedamos tras generaciones de oscuridad, no fuimos aceptados tan fácilmente por estos, ¡Cómo si pudiéramos quitarles su lugar en este mundo! En un principio apenas éramos dos a cien, o sea, nos iba bien, pero conforme les dio el pánico del oscurantismo, pues aquí estamos, un vampiro por cada mil habitantes humanos. No nos quejamos, pero definitivamente es menos frecuente poder hablar con alguien de cuestiones humanas. No puedes decirle fácilmente a un humano que eres un vampiro sin que te encierren en un manicomio o te agarren de conejillo de indias en investigación. Los humanos son tan complicados en ese aspecto, es como si todo les diera miedo si no son ellos, con el resto de la fauna que ellos conocen no la respetan y ya están por extinguir más especies de lo que ya se perdieron a lo largo de la historia de la Tierra, imagina cómo nos tratarían a los vampiros, pero creo que afortunadamente, con el tiempo se han ido calmando, después de todo, me sorprende que de las nuevas generaciones humanas se ven mucho más inteligentes que sus versiones más viejas que aún se encuentran dominando las cátedras y puestos altos de academias e intelectuales. Pero, en fin, se tiene que sobrevivir con lo que se tiene, después de todo, nuestro único propósito en esta vida es vigilar y cuidar. Los humanos pueden ser más posesivos de lo que nosotros podemos ser.

Temo que no pueda escribir más tarde porque no soy de las que escribe con frecuencia, pero trataré de hacerlo. Ya iba siendo hora de cambiar de sitio y este nuevo diario sería la forma perfecta de iniciar de nuevo en otra parte.


La luz que se filtraba a través de la ventana del avión le daba la tranquilidad que esperaba tener en el viaje, Sakura no era precisamente una belleza sin igual entre los de su especie, pero tampoco destacaba entre los humanos. Su cabello rosa era algo que se le dificultaba tratar hace un milenio atrás, pero con la moda de los humanos se le acomodó traer su cabello rosa que la definía como rasgo vampírico heredado de su padre. Definitivamente, los humanos cada vez más iban madurando al parecer de Sakura. Conforme pasaron las horas del viaje, se preguntó si dejar América se le dificultaría, porque sabía que, aunque los humanos conformaban una especie en sí, sus diferencias entre ellos eran enormes, difícilmente se aceptaba los unos a los otros por ser de diferentes países, aunque eso fuera relajándose conforme las generaciones de humanos pasaban. Más eso todavía no le dejaba tranquila del todo, así que prefirió repasar sus apuntes de lo que averiguo de Japón. Nunca había estado ahí antes, así que pensó que sería una gran oportunidad en esos años ahora que necesitaba cambiar de hogar. Japón aun tenia problemas con su cultura con los extranjeros, pero nada grave conforme a años anteriores. Hubo una vez en la que quiso ir por turismo, pero la guerra de aquel entonces le pareció algo de lo que no le gustaría volver de ver después de la primera guerra mundial.

Cuando levantó la mirada se dio cuenta de que un pequeño niño le observaba con intensidad su cabello rosado, le sonrió y éste se sonrojo y rápidamente se sentó en el asiento de en frente. Volvió a sus notas y recordó que tenía que visitar primero a los Uzumaki. No eran vampiros, pero eran miembros de los famosos youkai de la cultura japonesa que aún sobrevivían en estos tiempos. Tomó su celular y lo anotó con alarma en su calendario.

Pasaron dos horas más y se dio cuenta de que ya estaban por llegar a la ciudad de Tokio, por lo que se preparó, tomó su bolsa y el diario. Después trataría de escribir sobre sus experiencias en la ciudad. Los pasajeros fueron bajando de uno en uno y por fin pudo observar por dentro el aeropuerto de Haneda, un poco concurrido por los pasajeros que acaban de bajar y por los que estaban por subir a sus aviones, pero definitivamente era hermoso.


Cuando Sasuke escuchó la petición de su madre de ir por su hermano mayor y su esposa al aeropuerto, pensó que no podía ir en peor su día. No es que no le agradara Itachi o Izumi, simplemente no estaba de humor con los acontecimientos que ocurrían ese día. Primero su profesor de tesis no asistió dejándolo plantado en su despacho, después su tarea de la optativa de su carrera no se imprimió de forma correcta cuando reviso sus papeles al llegar al salón de clases, después… Simplemente no iba siendo un buen día, sumándole al tráfico que se formo conforme avanzaba más a través de la carretera que te llevaba al aeropuerto. Una vez llegó, los lugares de estacionamiento cercanos a la entrada estaban ocupados por lo que tuve que ir un poco más lejos. Ahora que se encontraba esperando en los asientos de espera ya habían pasado tres horas de la hora que Itachi menciona llegaría. Se levantó y decidió y dar una caminata por los alrededores le ayudaría a bajar su mal humor. Paso por unos cuentos puestos del lugar y sin prestar realmente atención a su entorno, se enfrasco en sus pensamientos sobre qué puntos debía mejorar de su tesis, cuando el cordón de su tenis desatado de atoró con lo que supuso era algo metálico, pero no, cuando sintió que algo jalapa su pie con todo y zapato no pudo evitar estar más frustrado con su día. Eso hasta que vio que su tenis dio un tirón horrible que termino por tirarlo al suelo mientras su tenis volaba directo a su cara, pero antes de que chocara con su ya irritado rostro, pudo ver un par de ojos verde asombrados y un bonito rosa pálido en hilos adornando su cara.

Y se le aceleró el corazón.


Nota de autora.

Muy buenas a todos, sé que para los que me conocen no les gustará que empiece otra historia cuando todavía no acabo otra, pero en fin, lo siento, no puede resistirme xD

A todos los que se animen a leer esta mini historia que espero no consista en más de diez capítulos, les doy la bienvenida y espero sea de su agrado. Espero también no tardar tanto en actualizar la historia. Y si más, espero sus comentarios.

Saludos!