Disclaimer: los personajes utilizados en este fic pertenecen unica y exclusivamente a Rowling y a la Warner.
Advertencia: este fic trata de un trio, tiene lemons y es SLASH, al que no le vayan estas movidas queda avisado.
El libro se ambienta en el 7ª curso del colegio pero Dumbledore está vivo y Malfoy sigue en el catillo.
1. El bueno
Harry se encontraba sentado en uno de los sillones de la sala común de Gryffindor pensando en lo que había sido su vida hasta ahora, en todos sus fracasos, en todos sus intentos por intentar derrotar a Voldemort y en la mala suerte que tenía solamente por ser quien era.
Pensó en lo cansado que estaba, de no poder tener una vida normal, una vida de adolescente, si al menos pudiera cambiar las cosas...
Estaba harto de ser la persona que Dumbledore desease que fuese, de dar el perfil de salvador de almas perdidas y de estar perdiendo gente que le importaba a pesar de ello.
Él era en definitiva el bueno que aparece en todas las películas, aquel personaje que arriesga todo por causas injustificadas, y que aunque comete grandes y numerosos fallos, al final, siempre sale victorioso y además se lleva a la chica.
La diferencia era que él siempre salía perdiendo y que la chica en cuestión se llamaba Ginny Weasley y él no la quería.
Intento recordar porque estaba con ella. ¿Porque era la chica mas popular de Gryffindor? Si, al principio las pasiones que levantaba lo habían llevado a fijarse en ella. ¿Por que era una fiera en la cama? Si lo era, pero sexo podía obtenerlo de cualquier otra chica. ¿Porque si la dejaba Ron lo mataba?
Siguió haciéndose esa clase de preguntas durante un rato, y al final llegó a la conclusión de que era la novia perfecta para un héroe que se escondía tras unas gafas en espera de que alguien viniese y le dijese lo que tenía que hacer.
Cogió un pergamino que había en una mesa que tenía al lado y lo apretó con fuerza, después lo arrojó al fuego con furia y quiso llorar, pero no pudo porque el intento se vio interrumpido por una carcajada. No podía parar de reír, le empezó a doler la barriga.
De pronto paró y reflexionó. ¿Se estaba riendo porque el pergamino que acababa de lanzar al fuego eran los deberes de pociones de Ron, eso no era típico de él de Harry Potter, del niño que sobrevivió, quizás aun estaba a tiempo de cambiar todo, de dejar de ser una marioneta de un viejo moribundo, de dejarse llevar por sus deseos.
De pronto una suave voz sonó en su cabeza:
- "Harry, tu puedes conseguir lo que quieras, sólo hace falta que te lo propongas"
- Cuanta razón tienes Hermione, lástima que nunca halla sabido escucharte
Gracias al recuerdo del consejo de su amiga, su semblante cambió dejando paso a una enorme sonrisa, a partir de ahora todo sería diferente, las cosas iban a cambiar, el que iba a empezar a jugar con los demás iba a ser él.
Fue ese día cuanto tirado en un sillón frente a la chimenea, el bueno de la peli, dejo de ser tan bueno, mutando en un espíritu rebelde con ansias de experimentar todo lo inexperimentable.
Fue entonces cuando el muchacho de gafas, arrojó las lentes de su mente para ver la realidad.
Exhausto y con una sonrisa en la cara, el joven, se fue a dormir, pensando que la próxima vez que despertara, nada volvería a ser lo mismo.
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A la mañana siguiente, Harry se levantó pletórico y bajó tras una exhaustiva ducha, se miró al espejo. Si quería que la gente notara su cambio debería comenzar por su exterior, así que decidió que sin gafas estaba mejor. No era un cambio grande, pero si impactaría a todo el que lo mirase.
Se sonrió a si mismo por última vez y bajó a desayunar. De camino al comedor notó como todo el mundo lo miraba con cara rara, sabían que el moreno estaba distinto, pero la mayoría no parecía caer en que, ese era exactamente el efecto que el chico quería conseguir.
Llegó al gran salón y miró hacia su mesa, allí solo estaban sentadas Parvati Patil y Lavender Brown, que se quedaron mirándolo con asombro pero, que por alguna u otra razón decidieron no preguntarle nada.
Se sentó y miró hacia la comida, normalmente no hubiera sabido que elegir, pero hoy era distinto, y sin ni siquiera pensar cogió una tostada.
- ¡Harry!- justo cuando iba a morderla alguien lo llamó y se giró intentando forzar la mejor de sus sonrisas.
- ¿Que quieres Ron?
- ¿Viste tú mis deberes de pociones? -preguntó el pelirrojo con cara triste- no se donde los pude haber dejado.
- ¿Quizás en una mesa de la sala común?- le dijo haciéndole recordar.
- ¡Si! Yo también estaba seguro de eso, pero hoy cuando me levante y fui a buscarlos, no encontré nada- le contó el chico apenado.
- ¿Era un pergamino así como de 20 centímetros de largo?- Ron asintió- pues creo que ayer vi a Neville coger uno así, dijo que le iba a mandar una carta a su abuela.
- ¿¿Que?- exclamó el pobre chico con cara triste- cuando lo vea se va a enterar...
- Vamos Ron, no seas rencoroso, probablemente ya se le habrá olvidado, no se lo tengas en cuenta, sabes que si le gritas se pondrá mal.
- Ya se que se pondrá mal- alegó el Weasley- pero pasé dos tardes haciendo ese trabajo.
- Por cierto, ¿has visto a Hermione?- cambio disimuladamente de tema el moreno- que raro que no haya bajado a desayunar.
- No se donde está, pero me gustaría saberlo, creo que hoy le voy a decir lo que siento por ella- confesó Ronald avergonzado.
- Ah...- dijo Harry desganado- pues que te vaya bien...
- Si, espero que tan bien como a ti con Ginny- dijo el pelirrojo con rostro soñador.
- Eh...- el chico se levantó con desanimo, no le agradaba esa conversación- Ron me voy al dormitorio, que me olvidé una cosa, nos vemos en Transformaciones.
- Vale... por cierto Harry, ¿donde están tus gafas?
- Ahora ya no uso- le dijo el ojiverde- me daban pinta de chapón- y corrió hacia el pasillo.
Ron Weasley era un buen amigo, pero si se permanecía demasiado tiempo cerca del podía llegar a ser increíblemente pesado. Pensó en lo que le este le había contado, ¿se le iba a declarar a Hermione? Él no creía que ella fuera a ser feliz con el pelirrojo, pero de todas formas ya no era su problema, él no tenía que salvar a nadie.
Iba por el pasillo meditando, cuando se chocó con alguien y tiró su mochila al suelo.
- ¡Oye!- le gritó a la persona que tenía en frente mientras recogía los su material escolar- podrías tener algo más de cuidado, ¿no crees?
- Lo siento, no miraba hacia donde iba- y el susodicho se agachó a ayudarlo.
De pronto, los dos se miraron a los ojos y descubrieron sus identidades.
- ¡MALFOY!
- ¡POTTER!- gritaron los dos a la vez.
- Retiro las disculpas- dijo el rubio con altanería- recoge tu solo tus libros, yo no pienso ayudarte.
- Mejor, no necesito tu asquerosa ayuda- le contesto el otro- vete a botar por ahí, huroncín.
- Haré como que no escuche, adiós Potter- el ojigris le guiñó un ojo- por cierto, estas más guapo sin gafas.
Draco se levantó y se dio la vuelta dejando su culo a la altura de la cara de Harry, quien pensó que era sin duda el mejor trasero que había visto en su vida y notó un increíble deseo de palparlo. Estiró su mano y justo cuando estaba a punto de tocarlo el Slytherin comenzó a andar.
El chico se quedó mirando como su enemigo desaparecía por el fondo del pasillo y fue entonces consciente de la realidad. ¿Como podía la presencia de Malfoy excitarlo de esa manera? Había que reconocer que el rubio tenía encanto y era el deseo de muchas de las mujeres del castillo, y de muchos de los hombres... Seguramente por el calor, que alteraba las hormonas.
Fue a clase de Transformaciones, allí se encontró de nuevo con Ron, quien se mostró muy desilusionado al ver que Hermione no aparecía. Mientras McGonnagall explicaba, Harry no podía evitar seguir pensando en el maravilloso culo del ojigris.
Como nada más salir de clase tenía una hora libre se fue a buscar a Ginny.
- ¡Hola, cariño!- le dijo la pelirroja emocionada.
- Hola, ¿que tal el día?- y sin esperar a que contestara la besó apasionadamente sin darle opción a separarse.
Siguieron besándose durante largo rato, mientras lentamente subían hacia los dormitorios. Él la empujo encima de la cama y le quitó la camiseta, pronto toda la ropa sobró y hicieron el amor apasionadamente. Cuando terminaron ambos se quedaron tumbados mirando al techo, y al cabo de unos segundos Ginny recogió sus cosas y se fue.
Harry estaba muy sumido en sus pensamientos, porque mientras había estado con la Weasley había pensado nada más y nada menos que en Draco Malfoy, el encuentro de esa mañana lo había trastocado, mientras seguía meditando sobre este asunto se quedó dormido.
Se despertó cuando ya era de noche y se dió cuenta de que se había perdido todas las clases de la mañana. Noto un rugido en su estómago, estaba muerto de hambre y decidió bajar a las cocinas, pero cuando llegó a la sala común se encontró a Hermione, sentada en un sillón, con la mirada perdida y ojos llorosos.
La chica estaba cambiada, llevaba el pelo arreglado por primera vez en muchos años y iba ligeramente maquillada, Harry pensó que aunque no era guapa, transmitia una pasión increible. Se sentó a su lado y se quedó mirándola.
- Hermione- le dijo- ¿me acompañas a las cocinas?- esperó una negativa por su parte ya que ella nunca transgredía las reglas.
Ella enfocó de nuevo su mirada y la dirigió al muchacho que tenía enfrente como si acabara de darse cuenta de que lo tenía al lado.
- Esta bien- le contesto con esfuerzo.
Ambos se levantaron, e hicieron el camino hasta el cuadro de las peras en silencio, aunque no hablaban ambos se sentían inexplicablemente en armonía. Llegaron a las cocinas y entraron, allí un monton de elfos domésticos serviciales se apresuraron a ofrecerles comida, que el extomago vacío del ojiverdi acepto gustoso.
- Oye- le pregunto el chico con la boca llena- ¿me puedes contar porque llorabas?
- Harry, no seas cerdo- dijo ella cambíandole de tema- ni cotilla.
- Venga, no seas mala... dímelo- le contestó él poniéndole carita de pena- porfa... sabes que en el fondo soy una maruja.
- No seas pesado- le sonrió.
- Pues si no me lo cuentas, tendré que torturarte sin piedad hasta que lo hagas- amenazó el moreno con cara de malvado.
- ¡Huy! ¡Que miedo! El terrible Harry Potter saca sus garras, me morderé la lengua hasta la muerte.
- Está bien, pues entonces utilizaré mi método más efectivo...- se quedó quieto un segundo y luego se abalanzó sobre la chica- ¡LAS COSQUILLAS!
Los dos Gryffindor, comenzaron una atroz batalla tirados en el suelo de la cocina, ambos estaban sorprendidos, ya que normalmente, su trato no era tan cercano, pero aún así siguieron peleándose hasta que Hermione se quedó sin respiración.
- !Has perdido¡- le recordó él- ahora tienes que contarme lo que te pasa.
- Yo nunca dije que si perdía te lo iba a contar - le respondió ella tratando de recuperarse.
- Muy bien, así que no confías en mi, que bien.
- Harry no seas así, eso es trampa.
- En el fondo estas deseando contárselo a alguien.
- Tienes razón... esta bien te lo diré- se rindió la chica- pero me tienes que prometer no decírselo a nadie.
- Te lo juro- dijo con la mano en el pecho- venga empieza.
- Bien, ayer por la noche, mientras hacía mi ronda, me ocurrió algo extraño que por más que me hagas cosquillas, no te pienso relatar. Después llegué a la sala común justo cuando tú subías por las escaleras, y me senté a mirar al fuego.
- ¿Por eso estas así, ¿por que te sentaste a mirar al fuego?
- Calla cotorra, y déjame acabar- le riñó la castaña.
- Um.. de acuerdo.. seré bueno.
- Me puse a reflexionar, en lo que era mi vida, y decidí que no quería seguir siendo la fea, la chapona, la que nadie nota que es una chica.
- ¿De ahí tu cambio físico?- le preguntó él.
- Si, necesitaba cambiar mi vida, estaba harta de que siempre todo fuese lo mismo.
- Te entiendo perfectamente.
- jajaja- ella se rió- lo supuse en cuanto vi la extraña desaparición de tus gafas, de todas formas, estás más guapo sin ellas.
- Gracias- se sonrojó el muchacho- ¿como haces siempre para saberlo todo?
- Soy bruja...- bromeó ella- bueno, no me líes, que aún no termine mi historia.
- Jova, que vida tan ajetreada llevas.
- Hoy me levanté y como habrás notado, no fui a clases, porque me quedé arreglándome. Luego a la hora de comer, baje al comedor, y allí me encontré a Ron, que me miró con cara rara, y me dijo que tenía que hablar conmigo, allí me pidió que fuera su novia y yo, sin saber porqué le respondí que si.
- Entonces, no deberías estar llorando, deberías estar feliz.
- No Harry, porque yo no lo quiero y ahora si lo dejo, se va a enfadar, y no va a querer ser más mi amigo.
- A mi me pasa lo mismo con Ginny, no me atrevo a dejarla porque entonces Ron se va a enfadar conmigo.
- ¿Y como aguantas?- le preguntó la castaña.
- La verdad es que no lo se, me esfuerzo mucho.
- Creo, que es mejor que volvamos a la sala común, se está muy bien tirados en el suelo de las cocinas, pero mañana tenemos que madrugar.
- Tienes razón, vámonos- se levantó y ayudó a Hermione a hacerlo.
Caminaron de vuelta a la sala común de nuevo en silencio, pensando, ambos, en lo bien que estaban juntos. Atravesaron el retrato de la Dama Gorda y se detuvieron en la entrada a los dormitorios.
- Bueno- dijo él con tristeza- creo que va siendo hora de despedirse...
- Si, tienes razón- contestó ella- ... buenas noches.
- Hermione- la llamó el con cara seria.
- ¿Que?- ella se dio la vuelta y se acercó a él.
Estaban muy cerca, el moreno la agarró por la cintura y la atrajo hacia el. Lentamente aproximaron más su rostro hasta que unieron sus labios.
Harry no pudo comparar ese beso con ninguno de los que le había dado a Ginny, no sabía porqué, pero este le gustaba de verdad.
Sintió la necesidad de profundizarlo e acercó su lengua a la boca de la castaña, ella le dio permiso para entrar, e iniciaron un baile de lenguas nunca vivido por ninguno de los dos.
Ambos sabían, que lo que estaban haciendo estaba mal, pero no eran capaces de separarse de esa otra boca con sabor a lo prohibido.
De pronto ella pareció reaccionar.
- Harry... yo... lo siento... pero soy la novia de tu mejor amigo, no podemos hacer esto.
La chica subió corriendo las escaleras sin mirar atrás, dejando al ojiverde desconcertado, que decidió subir a dormir, ya reflexionaría lo ocurrido al día siguiente.
FIN DEL CAPÍTULO.
Este fic es un trio entre tres personajes, las parejas iniciales no duraran.
Gracias norixblack por betearmelo o como se diga.
Dejar review si lo leeis porfa, porque si no me dejan bastantes no me veo con moral de seguir.
