Debe saberse, cada día me enamoro mas de ese Youkai Negro, y del Kitsune Aquel... Hn de Quien mas lo voy a hacer? Soy Realmente extraña, casi tanto como obsesionada de ellos. Lo Replanteo, si aun vivo y respiro es por ellos, si aun siento algo es por ellos... Y si aun encuentro palabras para expresar mi sentir es por Kurama y Hiei

Pero ya he dicho cosas k no venían al tema ¬¬ Mejor continuo. –K han pasado siglos desde que lo hice-

-----------------------------------------------

Capitulo Seis: Diablerie. Razón de razones.

"Así que ... ¿Qué es lo que tienes planeado"

"Mas vale que nada extraño, estoy cansado"

Noche en alto, avanzada ya.

Y ella estaba molesta, por todo el tiempo que habían perdido en teatritos sin sentido. Nemesis señaló a Hiei, importándole poco si eso molestaba al bajo vástago.

Odiaba que le señalaren así.

"¿Qué? ¿Qué diablos quieres de mi?" Si lo que ella tenia planeado era iniciar adiestramiento, mierda, por explicar este debería empezar, no solo molestar como lo estaba haciendo ya.

"Dime ¿Imaginas de lo que consistirá el adiestramiento?"

"Realmente no" Contento indiferente, desviando la mirada.

Y Kurama rió un poco, adorando en todo segundo a Hiei. Ella de un momento a otro, tomó una actitud sumamente molesta... una tutora terrible. En cuanto de la sonrisa en el rostro del pelirrojo notó, a este se dirigió.

"Y tu... ¿Alguna idea del porque deben dominar las disciplinas del Clan?"

"Dijiste que motivos de seguridad..." Devolvió, seriamente "Pero, ahora que indagaremos en eso... ¿De que o quienes es que debemos cuidarnos?"

"Es verdad, llevo escuchando de aquel 'Sabbat' Un buen rato, pero realmente, no se que es lo que pretendan"

"Ellos..." Nemesis suspiró bajo, a la par que tomaba lugar en la fuente a sus espaldas, descansando un poco en esta "Sabbat, no he planteado exactamente lo que este molesto grupo son... Y el porque quiero verles protegidos"

"Puedes decirlo ahora, trataré de escucharte"

Tanto como pudiere claro, ya que todo de lo que ella hablaba, no terminaba de captar su total atención.. No cuando ese demente de Kurama se encontraba cerca. Y pensando justo en eso, Hiei paró a su lado, discreto como siempre, deleitándose con el aroma que el pelirrojo despedía.

Dos vástagos observándole atentamente, esperando ella iniciare con la charla, lección o como fuere a calificar estas acciones.

Solo querían entenderle de una buena vez.

"La Camarilla ..." Ella habló, mientras con una vara cercana que ahora entre manos traía ahora jugaba con en agua dentro de la fuente, y hacía círculos en ella cuando pegaba contra esta "... Como tal, la vieron ya, les aceptaron ..."

"No olvides aquel tremendo gesto generoso, de perdonarnos la vida..." Comento irritado Hiei, de nuevo recordando el juicio anterior.

Ese que solo decidiría si eran eliminados o no.

"Hiei este no es momento para eso." Le reclamó Kurama, o mas bien recomendó. Si Hiei se la pasaba en estresado estado, la idea no le era grata.

"Como quieras verle, y dime ¿Consideran salvaje a la Camarilla?"

Ellos dos se miraron desconcertados ¿Qué mas le daba a ella como le vieren? Para bien o mal, lo que opinaren de esta pasaba a segundo termino.

Además de que, después de la Bienvenida que estos les dieron la respuesta era algo obvia...

"Hn... Pienso que son arrogantes"

"Y creídos... Selectivos y hasta algo extravagantes, pero, a pesar de eso, bárbaros o salvajes no... en lo absoluto" Cualquiera con un gusto tan refinado en cuando a decoración de interiores y exteriores, en lo mínimo podría ser salvaje.

"Pero di de una vez, que es lo que tiene que ver todo esto con el 'Adiestramiento' tal que dices"

"En realidad ¿Qué mejor defensa que el conocimiento? El ignorante perece por lo general. Y yo, mas que solo poderío quiero en todo sentido, estén perfectamente entrenados"

"Palabrería y mas de ella... ¿Qué no puedes, por una vez, hablar claro?"

¿Algo terca su actitud? No, mas bien esa exasperante mujer... o cual fuere el adjetivo con el que le agradare que se refirieren a ella. Además de que, había algo en ella... que no terminaba de descubrir... Esta actitud... Este aparente desinteresado sentimiento de protección hacia ellos.

Como confiar... en un enigma como ella...

Que en medio de gestos secos, apenas y una sonrisa lucía. Y que detrás de ésta, por mas que indagare y analizare, nada mas profundo observaba. Solo frialdad añeja, y asuntos escondidos inclusive de la vista sobrenatural de la que ahora se hacía.

Hiei soltó un suspiro, pasando una mano por su rostro expectante, queriendo quitar en algo lo irritado que se encontraba.

"Trato de serlo, Hiei..." Mascullo Nemesis, sin alterar el tono de su voz "Pero se dificulta mas, cuando intervienes de esa manera. ¿Sabes? Deberías ser mas como Kurama... Él es ..."

"No hace falta que termines de decirme, se exactamente lo que pretendías ..." Cortó, no deseando oír nada que ella, quisiere indicar a su acompañante pelirrojo.

Una tontería, de nuevo. Solo eso salía de su boca cuando se refería al bastardo de pelo rojo.

Que estaba este molesto, lo sabía bien por la altanera manera en que cerraba los ojos, queriendo encontrar calma dentro de él mismo.

De vez en vez... Kurama le daba celos.

El como se permitía paso a su interior, el como era que en lugar que para muchos otros sería caótico, éste encontraba calma.

Y Hiei no podía encontrarle en otro lugar que no fuere en Kurama... ¿Dependiente? Claro que si.

Pero ello menos importo, cuando el vastago de verde mirada les hablo.

"Solo continua, Nemesis... Tengo asuntos pendientes" Abriendo lentamente los ojos, mostrando una mirada fría "Después, Hiei y tu podrán pelear cuanto deseen"

Una simple petición... queriendo ser disfrazada de cortes. A veces, ese hombre le sacaba de sus casillas.

"Tenlo por seguro" Ella mascullo, dejando a Hiei en paz. Retomando el punto al que iba "Mas tarde Hiei, es una promesa"

"Hn. Solo una molestia dría yo"

Hacía tiempo que estaba esperando esta charla, sostenerle hasta que un amplio panorama se abriere ante vástagos que anduvieron por tanto tiempo con ojos cerrados. Sintiendo solamente la piel de su compañero. ¿Estaba dándose a filosofar? Ese no era el momento para eso.

Indicó entonces con un movimiento de mano, atención de parte de Hiei y Kurama.

Ellos haciéndose un poco hasta Nemesis. Solo pasos pequeños de distancia.

"Sabbat... ¿Qué idea tienen de ellos?"

"Son agresivos"

"Y por alguna razón... me irritan bastante. El tono de su voz, la manera en que se expresan... el como actúan e incluso el olor en ellos... es muerte"

"Buena observación, hablando por aquello del olor a muerte, Kurama"

Demasiado acertado, para un sujeto que desconoce casi todo respecto al ser un descendiente de Cain. Que se paseó durante años sin enterarse de sus debilidades, del riesgo que corrían. Sin reglas, son la Mascarada...

Eso solo le recordaba de todo lo que aun debía hablarles.

"Basándonos en eso... El sabbat. '¿Qué diablos es el sabbat?'se deben estar preguntando, bien... De simple y resumido modo, ellos son la contraparte de la Camarilla."

"Era obvio que no eran aliados, digo" Comento Hiei "Por aquello del ataque de camino aquí." Aun tenía un pequeño sentimiento del mareo que sintió durante la sacudida brusca del trasporte en el que iban.

"Claro, ahí el tema... El sabbat, como tal, esta integrado por asesinos, y vampiros salvajes"

"A diferencia de tu preciada Camarilla ¿no?"

"Eres astuto Kurama... era justo lo que iba a decir, claro, mas adornado pero en esencia esas serian las palabras"

"Solo continúa..."

De meros caprichos estaban llenos estos dos... Pero esta sed de respuestas prontas era buena señal... justo para desempeñar el papel que tenía en mente para ambos.

¿Qué mejor que un asesino despiadado y sediento de respuestas? Ah, pero aun estaba eso, de que no se había convertido en uno como tal...

Aunque ello solo sería cuestión de meses, quizá.

"En si, lo que nosotros, los miembros de la Camarilla buscamos, es sencillo, nada barbárico."

"Ah, en eso arruinas la idea que me había hecho ya" Escrutó el vástago de pelo negro, con una sonrisa sarcástica.

Nemesis elevó una ceja, entre entretenida y curiosa.

"¿Se puede saber que imaginabas que deseábamos?"

"¿Qué mas?" Sarcasmo aun, adornando su rostro "Ideas de dominación Mundial, algo así como 'Todos se convertirán en vampiros como nosotros' O alguna idea de esas"

Si era errónea la idea, la culpa era de ellos, al no dejar perfectamente claro lo que pretendían de todo. Y queriéndose hacer los interesantes con sus peleadas leyes, absurdo grupo e inútiles aliados.

Ella le miró fijamente y ni él o Kurama, claramente pudieron leer en sus gestos ¿Rabia? No, demasiado calma para eso ¿Molestia? Podría ser... pero esa forma de torcer los labios... mas que eso parecía una risa.

No... ¡Una burla!

¿De que demonios...? Hiei le miró a un segundo de gritar, pero ella, interrumpió antes de que él hiciere algo.

"Si que eres raro... O mejor dicho, ingenuo, no piensas bien nada ¿verdad? Aun andas de impulsivo, Hiei"

"Como dices...?" Sus puños cerro, y a hacer chocar sus dientes dentro de su boca.

"Ah, Hiei..." Nemesis reía cada vez mas abiertamente, mostrando en algo aquellos colmillos afilados, jamás abandonando elegancia. "Deja de mirarme como si deseares matarme, es que... has de ver oído lo que me dijiste, realmente que fue gracioso"

"Yo no le veo nada de 'Gracioso' A eso"

"No es realmente gracioso... pero si es algo que no creo que se deba pensar, Hiei" De nuevo Kurama, ya mas relajado, tomo la mano de su pequeño acompañante, queriendo que dejare de lastimarse con lo fuerte que oprimía su mano.

Que este solo miraba, el hipnótico movimiento de las manos de su pelirrojo, delicado, sutil, suave movimiento de este, deshaciendo de estrés o molestias a Hiei. Su palma que abierta totalmente estaba, para que después, el vástago de ojos verdes pasare efímeramente un dedo sobre de esta.

De nuevo, fuera de combate le había botado el demente de Kurama.

Dejó de alardeos, y solo un gruñido ahogado en su boca quedó.

Nemesis pensó... En lo recurrente que era esto entre ambos sujetos. Uno rabiaba, y el otro, a calmarle se daba tarea de hacer.

"A veces me gustaría tener a alguien así..."

"¿Decías?" Habló Kurama, después de distraerse un segundo de Hiei.

Nada. Nada que él deba saber.

"Realmente no... Pero quiero ver..." Levantó su cuerpo cubierto de negro y caminó hasta el alto sujeto de melena roja, elevando una de sus manos por sobre la cintura, dejando que el índice de su dedo se posare en el pecho de éste. "Será mejor que se lo expliques tu, no quiero hacerle enojar mas de lo que ya esta"

"¿Qué le diga que?" Nervioso, miraba a su compañero, desde su altura superior, apreciando una mueca molesta en Hiei.

Y que a pesar de eso, ya no estaba al borde del colapso... Y saber que él el era la razón del porque no intentaba pelear mas, era que le había relajado, por poco que esto fuere... Arrancó una sonrisa de su rostro pálido.

"¿Qué? Hombre, el porque es que la idea que tenía es una blasfemia... mas que nada, un imposible, una tontería algo que a ningún vástago le conviene. Una reverenda tonterí..." Sus palabras cortadas, por Kurama.

Que se había dado el derecho de callarle, colocando una de sus manos en su movida boca, realmente ocupada cuando de molestar a Hiei se trataba.

"Vale, creo que dejaste claro el punto..." Con su mirada a ella le hablaba, estaba seguro que ella lo entendía.

Que dejare a Hiei es paz. Que parara de molestias infantiles.

Además del libre paso que había dejado a que ella indagare en su mente. Y que decía en tono molesto... Que si insistía es esto por mas tiempo, iba a hacerle arrepentir.

"Me gustaría ver que lo intentaras..." Murmuró, demasiado bajo, solo audible a quien tenía enfrente.

A Kurama, que le miraba asesinamente.

"Un día... pero por ahora..." Volvió lentamente la mirada a Hiei, cambiando drásticamente de nuevo el sentimiento que expresaba.

De total molestia, a absoluta calma. Para Hiei y nadie mas.

"Te diré lo que pienso..." Solo se dirigía a Hiei, aunque él, pretendía no estar interesado en lo que saliere del demente aquel. "No creo que ningún vástago en cinco sentidos, pueda siquiera en el peor de los casos, imaginar en hacer a todo mortal un vampiro como tal."

"¿Y por que piensas eso, Kurama?" Ella se entrometió, fingiendo total despiste.

Mas burla a Hiei.

Aunque este, ya no notaba la presencia de ella.

Ahora, solo veía a Kurama, escuchaba y sentía a su amante de cabello rojo. A nada ni nadie mas.

"Porque a menos que deseen morirse de hambre, olvidaría eso"

"Vaya... lo entendiste a la primera... Te felicito... Kurama" ¿Qué con ella? ¿Por qué este afán de llamarle Shuichi? Ciertamente se oye mas... lindo, y ella pensaba, que ese nombre le quedaba aun mejor que ese otro con el cual insistía a que le llamaren.

Tal vez después, se de a la tarea de enterarse del porque de este trauma de parte del sujeto aquel.

Observó unos segundos a Hiei, pareciere que aquellos ojos rojos iluminaren al ver de lleno el rostro de su pelirrojo. Aunque obviamente la idea nada grata.

"Es bastante de indagaciones, para eso tendremos otra noche ..." Seguro, de que ya estarían impacientes por terminar este asunto... y retirarse ambos a su habitación...

Pobres de esos ilusos. La noche aun era niña, y no pretendía desperdiciarle.

"Decía que no es una barbaridad lo que nosotros, los miembros de la Camarilla esperamos... ¿qué de malo es, desear control sobre las actividades humanas? Política, finanzas y todo ese teatro del que los mortales se han hecho a través de los siglos"

Solo un pasatiempo... en la eternidad a la que se enfrentarían. Un juego y nada mas que eso.

"¿O es acaso, que le ven algo de malo a eso?" Cuestionó de nuevo. Convencida de sus palabras.

Una tontería, ciertamente. Solo un juego que les distraía en esta eterna vida. ¿Y que era esto? ¿Una partida entre Camarilla y Sabbat?

"Juego de tontos..." Mascullo Hiei, dándole una mirada enferma. A ella, a su clan y a su ver desviado de entretenimiento "¿Es a eso que compiten tu y tus subordinados con el dichoso Sabbat?"

"A dominar a los humanos..." No era que le encontrare aburrido o malvado. Solo, algo desquiciado. Fuera de la idea que pudiere haber tenido antes "De verdad... deben estar hartos de aburrimiento"

¿Si lo que deseaban era una guerra, porque no declararla y ya?

"Estúpido... realmente lo es." Hablaba mas el negro vástago, irritado "Para que escudarse tras esa idea. Si lo que desean es pelea... solo deja claro eso y ya."

No tenía nada de interesante, pretender control sobre el mundo mortal.

Pero ella a sus palabras no reaccionaba. Solo oía atentamente cada una de ellas. Y lo alejadas que eran de la realidad.

"Y ¿Supones como que el Sabbat busca exactamente lo mismo?" Sus pasos firmes, rumbo a ese par, mirándoles a ambos, difícil saber a quien de ellos se dirigía. "¿Acaso lo dije? No lo entienden... no lo harían hasta verles actuar... hasta verles cazar a un humano. O ser perseguidos por ellos... ¿Todo para que? ¿Por qué cazar a otro descendiente de Cain? Te preguntarás el porque... y no entenderás nada, hasta no verte en el suelo, masacrado... y sin una gota de sangre dentro de tu cuerpo, ya agonizante... Eso, es a lo que le llamo barbárico... a lo que le denomino terrible. Si me preguntan, una blasfemia... Sin embargo, a un miembro del Sabbat, le es tan común..."

Nada de eso aun era claro, pero aquella idea... Solo hizo de temor llenar sus cuerpos. ¿Miedo a que..?

"Es lo mas lindo en ustedes dos..." Murmuró ella, dejando en algo lo amenazador de sus palabras, indagando de nuevo en su mente "... Lo inocente de su condición respecto a la situación a la que enfrentan."

"Solo... dilo de una vez..." Palabras entrecortadas, de la boca Hiei.

"¿Decir? Supuse que habrían ya de hacerlo deducido... por mero instinto... Aunque creo que es esperar demasiado, de vástagos inexpertos como ustedes dos."

Pero como negarse a ellos... A pesar de las molestias que ocasionaban.

Y ciertamente, tampoco quería oír una idea herrada de nuevo, ya fuere de parte de Hiei, o del mismo Kurama.

"Ya. Sabbat..." Explicaba, a la par que les indicaba a seguirle un poco.

Ellos dudaron un segundo. Mirando uno al otro expectantes... ¿A que venía este temor? Tal vez solo se enterarían... yendo tras ella. Cuidando cada uno de sus pasos, no pisando de nuevo donde ella ya había pasado. Ese, un actuar inconsciente.

"... Ciertamente, un grupo reducido, en cuanto a integrantes se refiere, pero eso no les hace menos efectivos... menos temibles" Hablaba Nemesis, pareciendo ir a ningún lado en especial. "Clanes... Diría yo unos terribles los que conforman esta secta"

"Hn... hasta que pretendes hablarnos de ello" Había estado esperando esta platica, el que diablos era aquello a lo que tanto le temían ella y los demás miembros de la proclamada Camarilla.

E intentar saber algo mas respecto a aquello de Clanes...

"Me decías... que eran barbáricos" El pelirrojo, de calmada voz preguntó "¿Es por la naturaleza del Clan al que pertenecen?"

Demasiado acertado, para un inexperto, pensó ella, volviéndole un segundo la mirada.

Shuichi realmente era astuto.

"En verdad, si. Siendo el Sabbat integrado en gran parte por vástagos de 'Lasombra' Cuya arrogancia y prepotencia les vuelve temibles. 'Tzimice' Me asombra lo despiadados que son, y peor aún que piensen es su derecho el proceder así. Y claro, uno que otro infeliz, renegados de la Camarilla..."

"¿Es por eso que les odias tanto?" Hiei, olvidando pronto la molestia que la presencia de ella le producía "Por que algunos de tus preciados camaradas, cambiaron de secta. Has de sentirte decepcionada"

Una burla.

Eso merecía, por confiar en seres así.

"Pues..." Ella pareció meditarlo, pero no muy seriamente "..No, realmente no. Si es el camino que tomaron, no es nada que a mi me interese."

"Entonces... ¿Por qué es que les temen?"

"Kurama, yo no les temo. Es solo indignación... A la violación mas grande para un Cainita, al hecho de incluso ser tratados como... mortales. Además... tampoco me es agradable la idea de solo matar humanos por que si... exterminarles como quieran... y verles como ganado y nada mas."

"De nada sirve que pretendas que eso te interesa." Cortó Hiei sus palabras. "Mira que me enferman. Tal tez tu y tu secta sean menos bestiales que ellos, pero no es demasiada la diferencia entre ellos y nosotros"

De cualquier modo, todos eran iguales.

Al menos aquellos otros eran directos en sus intenciones. Ni pretendían superioridad 'jugando' con los mortales, a manipularles la vida. Y solo se expresaban del modo mas puro y sincero que el conocía.

El exterminio.

"Eso es verdad, solo en ese aspecto, Hiei..." Murmuró, extrañamente pasiva. "Solo en ese sentido. Y puede que no habría tantos problemas entre ellos y nosotros... Claro, si solo se tratare del asunto del como tratar a los mortales."

"Dices eso, por el otro punto que no has tratado..." Quería entenderle, saber del porque de este miedo aparentemente infundado "Di lo que resta de este asunto"

"Veremos si les da exactamente igual, Kurama"

Aceleró ella al doble la velocidad de su andar. ¿Sintiendo ambos la necesidad de andar tras de ella?

"Otra.. orden..." De aquellas que no se citaban por medio de palabras, sino de sentir, un poderío sensorial que a eso orillaba a ese par.

Estaba mas que harto de acatarse a ordenes de ella o de los otros vampiros. Y esto solo se hacía mas molesto, mas intrincado.

"Fue una mala idea venir hasta este lugar."

Nemesis les llevó retirado del lugar donde hacía nada que conversaban. Tras los abetos, ahí, sobre la colina que detrás tenía una luna pálida alumbrando alrededor... Una alta torre, negra como la noche y vieja como suponían la edad de ella.

¿Qué era este lugar?

Olía mal... a sangre. Repulsivo por primera vez ese aroma.

"Y viene de dentro de esa torre vieja"

"Es solo donde mantenemos a los condenados a muerte, solo a algunos..." Los que deben pagar antes una condena, previo castigo a la muerte final. Y que a ese par de vástagos, serviría como lección "Kurama, Hiei, por favor, traten de ignorar la pestilencia de olor... Necesito que me sigan dentro"

"Como si tuviéremos otra opción..."

"Es... desconcertante el olor ..." Demasiado para su olfato agudo. El pelirrojo entre buscó entre sus ropas blancas, encontrando un par de pañuelos de misma tonalidad.

Que ofreció uno de esos a Hiei, tapando su nariz con el otro. ¿Qué con él? Patético y exagerado compañero del que se había hecho.

"No lo quiero" Golpeó su mano, y el ofrecimiento de pañuelo con seguridad "Se supone que ando de adiestramiento, no quiero de esas... cosas..."

A pesar de que el olor pestilente mareaba intensamente. Pero mas grande su orgullo. ¿Dejarse ver con eso en su rostro? Hn... jamás.

Kurama ni siquiera se molestó en contestar. Ya que eso, implicaría hacerse de algo de esa atmósfera pestilente que se hacía ahí. Tapando discretamente su nariz.

Nemesis fue hasta puertas, tocando suavemente con un ritmo particular.

"Diga..." Habló, uno de esos vástagos desde dentro del recinto viejo.

"Soy yo, cretino, abre, que tengo algo que hacer."

El tipo dentro del lugar, restó callado. Pareciere que lo pensara. ¿Por qué todos los miembros que ella trataba tenían que ser tan extraños?

"Y es ya, bastardo"

"No puedo hacerlo, hasta que usted, Nemesis..." Su hablar, audible como una burla " Me explique para que, es que trae a vampiros no autorizados a este lugar"

"Escoria... solo abre la maldita puerta, o te juro que te la tiro encima..."

Pareciere otra persona. Hablaba con exasperación que ellos hasta ahora no habían visto en ella. Y rechinaba los dientes, se contenía de furia.

"Oye, Hiei..." Murmuró el pelirrojo, aun no deseando tomar mucho aire "¿Le habías visto así de irritada antes?"

"Hn... Quien quiera que este dentro solo nos está haciendo perder el tiempo" Por no decir que les mantenía en este sitio pestilente.

"Te lo repito de nuevo... A quien traiga o no, queda fuera de tu jurisdicción. Si digo que pasan es por que pasan... ¿Qué? ¿Quieres una mejor explicación que esa?"

Después de todo, ella siempre estaba expectante de una batalla y si contra él era... mejor.

"De seguro de nuevo fuiste a imponer un capricho ante la camarilla..."

Audible desde afuera, como abría las cerraduras, una tras otras, hasta ahora, ambos vástagos, pudieron contar siete de ellas.

Un hombre, o la forma de este. Cubierto de negro ropaje que cubría su rostro. E incluso, el acento de su voz ya no distorsionado por el eco, se oía terriblemente desafinado.

Se acomodó mas la capucha negra que traía y se cruzó de brazos frente a ellos.

"Pasa, pero si estos dos niños lindos son atacados dentro, ni imagines que iré a ayudarles." Tenía mejores cosas que hacer que cuidar de un par de inexpertos niños bonitos de Toreador.

"¿Y dejar que vean ese aspecto que tienes? Estas mal, no deseo traumatizarlos de porvida"

El vástago de mirada verde, intentaba no respirar mas de la cuenta. Repulsivo aroma, terrible voz... ¿Qué era este sujeto? Tal vez de los tres que estaban a puertas, el fuere el mas afectado de la peste respirable, y eso le hacía un sentimiento molesto ¿Si Hiei andaba sin pañuelo por que él no? Dio una mirada rápida a Hiei, entre Nemesis y el custodio de la puerta se retaban mutuamente.

Estaba de pie, claro. Pero algo mas que eso. La expresión en su rostro asqueada, molesta... cubriéndose su pequeña nariz con la manga de su atuendo.

"¿Qué tienes, Hiei?" Preguntó Kurama, inclinándose un poco hacía este.

"Apesta"

"Eso lo se... Pero no es mas que sangre..." Ignorando le porque de asco a ella. Pero decidido a quitarse esa pañoleta de su rostro.

Si Hiei iba a andar así, el no iba a parecer un débil ante él.

"Yo diría que te quedares con eso, Kurama"

"Déjalo, estaré bien..." Apenas terminó de decir eso, altanero y seguro de sí. Vástago inocente, hasta cierto punto.

Claro que olía mal.

Pero solo insoportable hecho, solo repugnante totalmente, cuando de un segundo a otro, un nuevo olor percibió.

"¿Kura... ma?" Se había atrevido a quitarse eso de encima... mala idea.

El pelirrojo le miró angustiado, una expresión como nunca había visto en su rostro pálido.

"Te dije que no te quitaras eso" Él mismo estaba desesperado de aquella pestilencia. Y conociendo a Kurama y la arrogancia de su olfato... Esto bien podría noquearle.

"Hiei... este tipo... se ha metido en una cloaca..."

"Ahora lo sabes, Kurama" Ella dejó al tipo en la puerta, y miró compareciente a su vástago favorito. "Solo estos sujetos se andan en alcantarillas. Anden, pasen, es mejor para ustedes y para mi alejarnos cuanto se pueda de Sukkar"

"E igual para mi... ni soporto a ustedes los degenerados, paseándose y luciendo 'Encantadores' Bestias vanidosas.."

Quien demonios soportaba a los Toreadores... Tal vez solo los Ventrue. Pero ellos eran un asunto diferente.

Quitándose de en medio, Sukkar, el sujeto de la túnica negra sobre él. Sofocándose entre su propia pestilencia... Fue hasta una esquina al lado de la puerta vieja, y se acomodó ahí.

"Anda, vamos, Kurama... No tienes muy buen aspecto..."

El pelirrojo no articuló ni una palabra mas. Guardando su aliento. Nemesis le tomó de la muñeca, y a Hiei un gesto de que dentro a ella le siguiere.

"Que confianza te haces, mujer..." Mascullo, tras ella andando, hasta alejarse del sitio por donde entraron.

Y ella aun no soltaba a Kurama.

¿Qué de nuevo paranoico? Ella podía imaginar lo que deseare, después de todo... Era parte de su naturaleza excéntrica. ¿Qué demonios pretendía no soltando a su... compañero?

Ella les guiaba por un corredor negro, resbaloso a veces. Y extrañamente, su andar lento se había tornado.

Y Hiei miraba como sostenía suavemente la muñeca de Kurama... También esperaba a que desapareciere en algo aquel olor a alcantarilla.

"Es ya bastante" Casi gruñó cuando lo dijo "La peste aquella ha desaparecido..."

Entre líneas, que ella lo entendiere. Que le soltara ya. Que si esta excusa se la había sacado del sujeto aquel y su pestilencia, esta ya se había quedado atrás y por tanto, también el tiempo de ella.

"Puede ser..." Hiei realmente era molesto. ¿Interrumpirle así? "Justo iba a dejar esto..." Mostró discretamente la muñeca de Kurama, que aunque respiraba un poco mas relajado, aun aturdido del sujeto que se quedó atrás.

Soltó suavemente al pelirrojo.

"Ya, puedes quedártelo"

"No era lo que quería"

Ella era demasiado molesta, entrometida. Por no decir acosadora.

Al fin, tomó una bocanada un poco mas libre... Ya soportando mas la atmósfera. Miró a Hiei, con los ojos clavados en ella. Pero eso lo de menos. Se pasó las manos por su rostro, queriendo quitar la molestia que se cargaba y era tan obvia...

Presencia incluso en su ropa había quedado impregnada. Olor terrible.

"Nemesis..." Llamó Kurama, olfateando sutilmente la manga de su ropa "... Deja esto aquí por hoy... estoy mareado, incluso mi ropa quedó oliendo mal..."

¿Qué con Sukkar? ¿Cuál la necesidad de andarse dentro de una cloaca?

"Y quieres tomar un baño ¿No es así?" Ahora si que no tenía dudas. A estos dos, les hacía falta acoplarse a la no-vida de un cainita. "Siento decirte que no podrás hasta terminar con lo que he venido a mostrarles."

No en vano había tenido que soportar a Sukkar.

"Pero deja... Después yo misma ordenaré preparen un baño aromático para ti..." ¿Para que terminar sus palabras? Claro que para Hiei igual.

"Mierda..." Esto estaba afectándole mas de lo que estaba dispuesto a que ella o Kurama pudieren ver. Mareado, asqueado... además de cansado. "Oye, tu..."

"HM?"

"Dime..." Otro mareo sacudiendo su cuerpo "... Como es posible que... el tipo de ahí afuera..."

"¿Viva en una cloaca?"

"¿Vive? Imaginaba que solo se había caído en una" lo que le haría un completo idiota " O... que había tenido que esconderse en ella..."

"No seas inocente, Kurama..." Rió, sarcástica. "Un Nosferatu como él no se preocupa de cuidar su aspecto o mucho menos. Les encanta vivir en Alcantarillas... Con aquello de ser terriblemente feos..."

"Deberías verte en un espejo antes de hablar de eso" Hiei ya ni siquiera sabía lo que decía.

Solo quería salir de aquí lo antes posible.

"¿Es por eso que le odias tanto?" De nuevo Kurama, como gustaba de indagar el pelirrojo.

"Te diré... Entre un Toreador como yo, y un Nosferatu como él... jamás habrá una buena relación. Odian toda la belleza, y nos odian por la nuestra"

"Un tanto ególatra..."

"No es solo palabrería... Hiei. De hecho... te odió, odió a Kurama y claro está que a mi siempre me detestó"

Y ahí ella de nuevo, ególatra. Una faceta desconocida para ellos dos.

"Entiendo" O solo darle por su lado. De su lugar cotizado nada ni nadie iba a moverle, seguro. Y si así había ella vivido durante siglos, ¿quiénes ellos para cambiar su forma de ver las cosas?

Frente a escaleras llegaron, ella recomendó que no se confiaren demasiado. Si este sitio era custodiado por un bastardo del clan Nosferatu, claro que debía de estar descuidado, mohoso, y jurando lleno de polillas y demás plagas que daban este aspecto abandonado.

Y conforme subían tras ella, ni siquiera deseando apoyarse en el pasamanos, aumentaba la intensidad de la pestilencia de sangre. Con ello el mareo de ambos, y a la par, las quejas ya incontenibles.

"Termina pronto..." ¿Qué no podía al menos aumentar su velocidad? "Si esto continua así... perderé el conocimiento en un rato mas."

"Ya no falta demasiado, no quiero llevarles mas arriba. Solo debo mostrarles lo que debo, no haría falta llevarle con los condenados del último piso"

Después de varios escalones, y metros ya lejos de la planta baja del complejo, el primer piso de este alcanzaron. Y si elevabas mas la mirada, por sobre de este nivel, oscuridad mas. Y susurros, que ni él ni Kurama pudieron interpretar.

"No se queden detrás" No debían, si es que deseaban salir sin un trauma mayor de este lugar. Aunque tampoco iba a alterarles mas de lo que ya estaban ambos.

Solo reprimió un gruñido. Que intentó ocultar aquel miedo que de momento le tomó. Tiró suavemente, de la manga de su pelirrojo compañero. Una vez mas, aplicando mas fuerza cuando este no le presto atención.

"Vamos, Kurama..." Que olvidare ello, que se centrara en lo que ella pedía.

Hn... patético. Ahora él mismo, acatando lo que ella pedía.

Pero eso era lo que le exigía, este sentido de alerta no le dejaba en paz.

"Si, ya ..."

Su verde mirar clavado aun en la altura del sitio. ¿Qué había ahí... que no dejaba apartar la vista? ¿Qué arriba, que inspiraba este temor? Cautelosamente la siguieron, Nemesis paseándose por el piso. Pararon andar frente de una puerta cerrada. Una maldita celda.

"Es dentro" Dijo, nada exaltada. Después de todo, esta era una caminata común para ella "Dentro de aquí. No saben el porque, pero tenemos una bestia encerrada... en toda la extensión de la palabra"

"Es un vampiro mas ¿verdad?" Lo sabía, esta presencia, no era la de un humano o un animal.

"Acertaste, Hiei. En eso eres bueno." Si esta habilidad era cuidada y llevada al máximo, ya tenía asegurado un perro de caza implacable.

"Solo es obviedad"

"Ahora... Quiero un poco de sangre, solo una gota... ¿Algún voluntario?"

Claro que ella no iba a derramar la suya para esto. ¿Y permitir a una bestia como la encerrada siquiera olfatear la suya tan preciada? Jamás pasaría. No pretendía dejar a nadie, verle sangrar. No de nuevo, ya no mas. Esto incluso se estaba haciendo obsesión... Pero eso a nadie le habría de interesar.

Nemesis miró a Kurama y a su insolente compañero. Esperando una respuesta ya.

"Yo no haré tal cosa. En ti no puedo confiar." ¿Para que querría ella una gota de SU sangre? "Entre todo este circo, no puedo darme el lujo de hacerlo"

"Yo lo haré"

"¿Kurama?" ¿Qué pretendía haciéndose el valiente? Hiei le miró exigiendo una buena explicación. Molesto, confundido.

Pero fácil de interpretar su sentir para Nemesis.

El pobre bastardo de cabello negro, preocupado de nada de su Kurama. Que ni deseaba mostrarse así, y escudaba bajo agresividad.

"Es solo una gota de nada, no creo sea demasiado pedir..." Y una sonrisa tranquilizadora a Hiei. Angelical... mas de lo que debería, viniendo de un hijo de Cain. "... ¿Esta bien, Hiei?"

"Te lo aseguro, no le pasará nada a tu querido Kurama"

Ella misma no iba a permitirlo.

Restó callado, mirando entre enfadado y preocupado y desconfiado de todo. A fin de cuentas, quien decidía si lo hacia o no, era el mismo Kurama, y de nada valdrían los 'pero' que él pudiere idear.

Un suspiro, resignado el vástago.

"Has lo que quieras" En respuesta solo recibió el verde de los ojos de Kurama, brillar entre esta penumbra. ¿Eso bastó para callarlo?

Claro que si. Convencerlo. Otra vez alejarle de este estado paranoico.

"Solo una gota, no quiero mas... Quiero atraerlo, y no vendrá amenos que le demos una buena razón"

"Si vale la pena, te daría cuanta pidieras."

"No lo vale... nada de los perros del Sabbat vale... pero es algo que deben ver, con sus propios ojos"

Pidió permiso con la mirada Nemesis, de tomarle la mano para esto. Kurama no lo pensó en nada y dio tras un segundo. Solo un pequeño sentir, cuando ella haciendo uso de una uña abrió una pequeña, diminuta abertura en la piel del dedo índice de Kurama. Y guió a través de loa barrotes en la puerta, que hacían solo para ver dentro de la celda dicha.

Atraerle... Solo hasta donde pudieren verle. Hasta el campo que esa inservible antorcha moribunda alumbraba.

"Solo una gota bastará..." Por aquello, de que debería estar muriendo de sed ya.

Liquido rojo resbalaba por la piel blanca de Kurama... Dejando trayecto de esta y precipitándose al suelo.

"¡Ahora, retírate, Kurama!"

La voz de Hiei gritando, y de lo siguiente que se dio cuenta, que estaba en el suelo, un rasguño en la muñeca y el aliento agitado a mil.

"¿Kurama, estas...?" Mala idea, lo sabía desde un principio, permitió Kurama que Hiei tomare su muñeca, y examinare esta. "No es nada grave... Kurama... te pregunto de nuevo ¿Estas bien?" El rostro del pelirrojo entre sus manos, que este miraba a la puerta aquella. Acarició una vez sus labios, y decidió a elevar la vista, cuando a éste consideró fuera de peligro.

Topándose con ella, Nemesis, e iba a gritarle por esto, de la herida en la muñeca de su compañero. De su amante...

Pero asombro ocupó ello, cuando vio lo que ella traía en manos. En efecto si, un vástago... un vampiro.

Este, con aspecto aterrador. Lo que tenia dentro de sangre heló. Y el rojo de sus ojos invadido de asombro, el vástago que ella sostenía, no de piel clara, tonalidad quemada todo sobre su rostro. Y ojos asesinos... dorados y perdidos fácilmente entre colera y deseo. Su cabello enmarañado, él mismo se lo había arrancado.

"Creíste ... ¿Qué iba a dejar que lo tocaras?" Siseaba, clavando los dedos en el cuello. "A Kurama, nadie lo toca... Que te quede claro, escoria..."

"Ou... Dama negra y enamorada, ¿verdad?" El tipo que entre sus manos estaba, burlándose de ella "Le arriesgaste tu, no yo..."

Y se rió de nuevo, elevándose la izquierda mano, uñas asquerosas, mojadas ahora de sangre. La de su ingenuo vampiro pelirrojo.

Pasando primeramente estos, por su nariz.

"... Tiene buen aroma ¿Sabes?... Y es claro que el sabor, es igual."

"No te atrevas..." Amenazó, clavándole mas los dedos en el cuello.

"Vamos... me he estado pudriendo aquí desde ya tiempo ¿No esperabas que enloqueciera por sangre como esta?" El dolor que ella trataba de ejercer en él... simplemente nada sentía. ¿Cómo hacerlo? Justo ahora estaba excitado del tacto de esta sangre, como para interesarle lo que ella hiciere.

Un dedo dentro de su boca, y lo magnifico de una cuanta de sangre al fin corrió de pies a cabeza de él. Y relamió los demás... Cada uno de sus dedos rojos gracias al pelirrojo.

"¡Te dije que no lo hicieras!" Jalaba su cuello, si lo rompía o no, ya no interesaba. "No debiste tocar a mi vástago... Escúchame, iba a tener piedad contigo, iba a matarte dentro de poco... pero, ¿Sabes que? Cambie de opinión..."

Solo lo miraba a él... Y sus ojos grises pasaron de nuevo al rojo. Gracioso, tenia años que no veía ese color en ella. Justo el día en que le encerraron aquí... la ultima vez que aprecio este.

"... Te prometo que te pudrirás aquí... hasta que no quede mas tiempo en el mundo, hasta el fin de los tiempos... Y vendré, eso tenlo por seguro... a hacerte la existencia imposible..." El infierno mismo le haría vivir... después de tocar a su vástago Kurama.

"Déjame vivir... y te prometo que te arrepentirás de este día, dama"

"Yo decido de tu destino, creído insolente..."

"Pero el de Kurama o el mío no." Irrumpió, por primera vez Hiei, levantándose del suelo, ayudando a Kurama a hacerlo. "Se termina aquí, arriesgaste algo que no debías, Nemesis, ya no pienso quedarme ni un segundo mas en este nido de ratas..."

"Y se irán, después de todo esto? Se los pido... solo quiero un momento mas, lo suficiente para hacer hablar a este bastardo..." Este asesino despiadado.

"Mujer... La piel de Kurama, no se está sanando sola..." En pocas palabras, él mismo iba a atender esto. Él mismo iba a curarle.

Y eso sería fuera de este sitio repulsivo.

"Espera un segundo, Hiei..." Solicitó, después de pasar el espasmo aquel.

"Kurama... deja esto así."

"Solo, oiré lo que ella quiere... Después de eso, no tengo intención de quedarme aquí mas tiempo"

A una petición suya no podía negarse, eso estaba claro. Y mucho menos, cuando posaba una mano en su hombro, haciendo una petición como esta... simplemente innegable.

"Hn..."

"Estará bien, Hiei"

"No será demasiado... Yo tampoco, deseo quedarme entre estos bastardos mas tiempo del que debo..."

"Nemesis cuidando de su nuevo vampirito... Te diré que entiendo el porque le cuidas así, rayando en la paranoia."

Es que ese tal Kurama, terrible de hermoso que era.

"Calla de blasfemias, Y diles a ellos... El porque es que te tenemos aquí... El porque es que haces lo que haces, sucio miembro Tzimice"

"Tzimice... Anda, dilo de nuevo... me encanta el nombre de mi Clan, Nemea..."

"¡Y por tu bien, ni se te ocurra de nuevo llamarme así!"

"¿Nemea? Creí que te gustaba el nombre, después de todo... ¿No era así como ÉL te llamaba?"

"Que te calles..." Estaba ya claro, iba a romperle el cuello... Si se estaba atreviendo a jugar con ella, eso jamás lo iba a permitir.

E iba a hacerlo, no dudaría en nada, pero de nuevo, aquel entrometido le detuvo de cuanta rabia tenía retenida. Causante del pasado que le asechaba.

"Quiero oír lo que dirá el Tzimice... Nemesis." Kurama, acercándose a ella "Además, ¿matarle no es hacerle ganar el juego en el que ya te hizo caer?"

Si a quien mantenía dentro ella le llamaba bestial... no podía bajar a tal nivel. Pensamiento fugas por la mente añeja de ella, soltando y presionando menos en cuello de la víctima a la que amenazaba.

"¿Ves?..." Ojos grises clavados en él, que claramente asesinándole estaban " Te acaban de salvar esta lastimera existencia, Karazu..."

"Con que así es como se llama..."

"No te molestes en memorizar su nombre, Kurama... No le volverás a ver jamás."

"Ruega que así sea... niño mimado de Toreador..." Pero iba a ser benévolo con ellos. Y a saciar su sed indagatoria "¿Quieres oírlo? Te diré lo que me pide la dama esta... El porque es que me tienen tras barrotes... porque de todo... El porque es que me dedico a alimentarme de sangre inmortal, y no de humana como lo hacen los demás..."

"Jamás dejé que lo hicieras..." Aclaró Nemesis, haciéndose de nuevo de rabia.

"Mientes... una ves me bastó... y lo volvería a hacer, dejaría seco de nuevo a otro vástago... Bebería cuanta gota de sangre en quien sea... Volvería a adquirir todo ese poder que robe a la par, que terminé con la no-vida de un vampiro de tu clan."

Claro que recordando entre eso... aquel sujeto recordaba grandemente al Kurama del que se hacía acompañar. Comentario que guardó bajo su garganta, solo dejando escapar risas de la idea.

"... Claro, que vale cualquier precio a pagar, cometer Diablerie..."

¿Eso de nuevo..?

"Explica... que es... eso..."

"Explícales, hijo de insolencias... ¡Saca de dudas a mis adiestrados!" Y que fuere justo ahora. Ella ahora, no estaba de muy buen humor.

"Vaya que si no puedes hablar de ciertas cosas..." Rió el bastardo. Buscando sacarse un poco de su asfixiante mano. " Pero supongo que me sacará de aburrimiento hablarles a inocentes como ellos..." Torcidos ojos, que fijaron abrumadoramente en el par, Kurama, y Hiei que aprisionaba la muñeca sangrante del pelirrojo, desafiante, él mismo viéndole con odio y rabia. "Niños bonitos, oídme bien... A falta de poderío, o solo deseo de mas... ¡Es que un cainita cae en el Diablerie! Pese a lo que esta anciana quiera que piensen, no es nada de malo... es solo... supervivencia..."

"¿Supervivencia? No es mas que carnicería"

"Hablaba con ellos, anciana, no contigo..."

"Solo termina... ¿qué exactamente es Diablerie?" Demando Hiei. Deseando apresurar esto tanto como fuere posible.

Tener la sangre de Kurama en las manos... Una impotencia con la que no podía cargar demasiado.

"... Algo que de nuevo haré..." Al ingenuo que de nuevo... le recordó el sabor de la sangre "... Acción incomparable. '¿Qué es diablerie?' Estoy asqueado de esa pregunta. Infantes que repiten una y otra vez... ¡Diablerie es desangrar a un vástago de generación anterior. Dejarle absolutamente seco! ¡Hasta la última gota de esta, el muy miserable morirá! Y el Diabolista, aquel que llevó acabo en acto dicho, bajará la generación a la que originalmente pertenecía... Acercarse a Caín. Y adquirir poderes y habilidades útiles del sujeto al que ha Diablerizado."

Resumidas palabras, si. Tenía que admitirlo a sí. Era excelente en cuando a plantear su propio crimen se refería.

"Y ¿qué les pareció?" Preguntó, cínicamente hablándoles a los pasmados novatos. "Olviden...Tu, dama negra ¿qué te pareció? Lo expliqué claramente, o quedó alguna duda en ellos. ¡Dime tu! Que ellos no articulan palabra alguna"

"Como siempre, terrible que eres"

Al fin se decidió a soltarle el cuello, y este cayó al suelo y tosió, retuvo la sangre que había probado cubriendo su boca sucia.

"Es suficiente hoy... Regresemos"

Ella a ambos incitándoles retirada, llevándoles por la espalda. Que Kurama no apartó la vista de aquella celda putrefacta, y Hiei solo andaba, tomándole la muñeca.

"Vamos, debo ..." No terminando sus palabras Hiei. No había necesidad de hacerlo. Era claro, que debía curarle eso en piel a su amante. "Deja eso atrás, Kurama"

Pero el pelirrojo no habló. Solo asintió mecánicamente, andando ignorando a donde era que iba. Solo podía pensar, en aquella sensación que no pudo borrar.

Miedo, temor, impotencia... todo eso.

Nemesis de tutora, casi de niñera, perdía de nuevo por la escalinata de donde veían. Murmurando cosas, a las cuales solo Hiei contestaba.

Y helo ahí, el vampiro encerrado, entretenido en verles salir de su campo visual.

"El papel de dama protectora no te queda, Nemea..."

Una mujer como ella, simplemente jugaba con sujetos como ese par.

Desfallecido, del aire que le había faltado y de lo excitado del probar una vez mas sangre, dejó desfallecer su cuerpo sobre el suelo de piedra humeda y mohosa. Arrastrándose de nuevo, hasta la esquina de donde le había hecho salir Kurama... Y este mangar que llevaba en sus venas.

Relamió sus labios, aun quedaba sabor a esta.

"Me gustaste, niño mimado de Toreador..."

En mas de un sentido.

"Un placer para mi, y una lástima para ti..."

El día de hoy, recobrado animo había. En esta noche, de nueva voluntad que recargaba energía le había concedió Kurama.

"Que saldré de este encierro... Y te mataré... Beberé y alimentaré de ti... Diablerie habré de cometer con tu cuerpo llamativo."

Saldría de esta cloaca de lugar, saciaría esta nueva sed y regresaría de nuevo a la cede del Sabbat... Llevando entre labios tanto sangre nueva del criado sublime de Nemesis, como una buena historia a contar a los demás miembros de su añorada secta.

"Por eso te estoy agradecido, gentil Kurama."

La espera que le esperaba, bien podría ser larga... Pero, seguramente, esta, valdría la pena.

Semanas, meses, años, décadas o siglos... Lo que fuere a pasar... podría soportarles. Si en mente, mantenía esta vivida imagen.

La de el pelirrojo desangrado asta la muerte.

Encantadora y cautivante ilusión que se encargaría de volver realidad.

--------------------------------------

Y... creo que dejo aquí esto. Siento me e pasado demasiado. Pero es solo un desquite ¬¬... Tenía tiempo que no me paseaba por aquí. Y lo lamento, he andado de mal karma este tiempo creo y de momento todo me vino a cobrar.

Pero la deuda saldada esta, supongo... Y si no ¿Qué importa? Nada me aleja de lo que quiero. Y después de ver el rostro de Kurama... Todo mal se me pasó. O.O Y hablo enserio. Ah kitsune este... Como me calma verle. Pero ¿estoy divagando de nuevo? ¬¬ Creo k si. Tiempo de no hacer acto de presencia y ya me hago de demasiadas palabras XD

Como sea... a lo que venía.

Maggie D.: Master que mas puedo decirte? Ya insisto que me haces tu fan cuando escribes, de eso no tengo dudas. Y por ese respeto y admiración que te tengo, es que acepto tus halagos. Vale… de ti acepto todo XD Golpes o lo que desees darme. Aparto especial esto: Gracias a ti, que pude salirme en algo de esa depresión que de momento me dio. Pero ando entrando a terrenos cursis ¬/¬

Rockergirl-sk: O.o… Tierno? Vale, creo que ni cuenta me di XD Aki entre nos, te diré algo: Cuando escribo cosas semejantes…. ¬/¬ Me planto en los zapatos de….XD. No. Espero a ver si alguien sabe la respuesta. Como sea, aki mas tarde que temprano ando, pero e fic no morirá. De eso me encargo yo.

Miko-chan: Vaya son dos los que me dicen que era tierno eso. Tal vez lo sea….en otros asuntos. Perdona pero….. es k no me atrevo a Tokar a kurama kon mis manos negras! No… le amo demasiado XD ¬¬ Mi amor es muy complicado.

Andrómeda Black: oye oye ¬¬aki kien jode soy yo, así k sakate esas ideas de que eres tu la k jode XD Intento llevar tranquila la vida… pero a veces exploto UU nada k pueda hacer. Pero escribir me saka de molestias, así que puedes apostar que estare actualizando cuanto pueda. Te veo creo.

Sayume: No debes ni pedirme perdon ¬¬ saben? Es una de las cosas que no me agrada..que se disculpen conmigo… cuando no deben UUPero es otra de mis rarezas creo. Pero pasa… cual sea, si andas al pendiente me haces un bien grande. Espero k se solucione en problema de la maquina XD

Y estoy cansada ¬¬ paro ahora, como ya dije…. O.O Me pasé bastante de hojas-

Posdata:

Ando en un periodo de re-descubrimiento, tal vez por ello sea que la calidad –Si es k un dia tuvo una poka ¬¬- de eske fic es baja…. Lo siento XD

Bye bye