Hace unos días, estaba mas que hecho un guiñapo.. y ahora ¿Qué es esto? Supongo que es bienestar ... o un circo de esos. Como sea, demasiadas vueltas a temas que en lo mas mínimo deberían interesar.
Solo eso, me gusta el mundo del Cainita, me gusta el negro. Adoro el color de la sangre, pero no de todas las personas.
Me fascina la noche y lo que en ella encuentro.
Pero sobre todas las cosas... amo a Kurama y Hiei. – Que repetitivo resulté ser ¬¬ --
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Capitulo siente: Lazos Fuertes.
Pasó de lo impactante, a lo rutinario.
Poco a poco, haciéndose todo este nuevo mundo oscuro un tanto menos emocionante. Pasaron los siglos, demasiados para detenerse a contarlos. Y así, de un momento a otro, aburrida y cansada de todo terminó.
Del teatro de la Camarilla, de aquello de no morir. Al tiempo de sobra que ahora bastante era, que solo hacia que su mente enferma rondara una idea cual chacal. Y a pensar y llegar a deducciones que dependiendo de su estado emocional cambiaban, casi igual de caprichoso como el clima veraniego.
Pero un día. Solo entre paseaba por calles de una ciudad poco interesante... Que se topó con aquel que había hecho cambiar la rutina de la no-vida.
¿Cómo olvidarse del primer encuentro?
Desde el otro lado del puente sobre el río. Un bastardo humano se atrevió a llamar su atención.
Fuera de aquella apariencia atrayente a primera vista.
La melancolía y la carga que solo un sobrenatural y obsesionado de la belleza podía apreciar. Y pese a todo lo excelso de la vista deprimida de aquel pelirrojo, dejarle en ese estado decadente no pudo. Entonces ella se acercó. Asombrada de si, por primera vez impaciente de verdad ... Solo deseando cruzar palabra alguna con el mortal aquel.
Indagar si podía ¿Qué podía ser lo que tuviere al misterioso aquel así de deprimido?
Y fácil enterada. Simple entrar a leer en la mente del cansado ser. Emocionalmente desecho.
Que si el amor de su vida estaba al filo de la muerte. Que si lo daría todo por él. Que si 'su' Hiei le dejaba solo... no podría soportarlo.
Y dentro de él... el pesar de su esencia solo era mas intenso. Tanto que por primera vez en siglos, sintió de nuevo conmoción. No piedad. No lástima. Solo verdaderas intenciones de sacarle de aquel exceso de tristeza e impotencia.
Hecha una propuesta, que a nadie mas había elevado. A aquel de ojos verdes como ningunos.
Tal vez esa trampa que portaba escondida tras los mechones rojos de su cabello la que le había atrapado aun sin darse cuenta de ello.
Que si ayudaría a su amigo, solo sería en pro de el pelirrojo. Que ella no era ningún enviado divino, un elegido ángel decidido a ayudar a quien fuere solo por el buen obrar.
Simplemente un inmortal. Solo un vástago hijo de Cain.
Que venía a deshacer el capricho de la muerte. Que venía a cumplir el deseo de Kurama.
Y no lo dudó dos veces, tal ves egoísta el como actuaba. Solo un aspecto mas descubierto y ya conocido de la naturaleza humana. Le llevó hasta 'Hiei' ... le pidió le ayudase. Que le dejara fuera del alcance de un dios prepotente y caprichoso.
Y fue entonces, que no solo simpatía y aprecio sintió de Kurama.
Incluso el Hiei aquel. Igual de angustiado y temeroso.
No de la muerte, sino del separarse de 'su' Kurama.
Ellos dos, aquel par de mortales. ¿Cómo pudieron despertar tal interés en ella? Que había perdido ya toda capacidad de sentir. Alejarle mas del camino de la bestia, solo centrarle mas en el ser que era. Un vampiro, de la índole mas intrincada de todos los Clanes. Haciendo al Toreador buscador de la belleza que ella era despertar de nuevo.
Y lo hizo, por placer, por convicción... por cuenta propia.
Cumplir del deseo de aquellos dos.
Darles lo suficiente, para en inmortales convertirse.
La sangre que dentro de ella estaba, diluida en esa misma aquella de Cain mismo. Portando sangre de un Maldito. Haciéndose de la misma maldición de este y todos los demás que compartían la misma.
Ambos nuevos condenados, aquello lo tomaron como bendición.
Y de igual fortuito modo, dejarles en paz de su presencia. Demasiado el sentimiento de Romanticismo que tenía. Que deseaba perpetuar.
Experimentar.
Solo creer que en medio del apartado del Cainita, podía aun florecer un amor puro y sin intereses. Saber si aun era posible, que un inmortal pudiere amar.
Simplemente satisfacción aquella del imaginar hacer perpetuar cariño verdadero.
Y durante mas tiempo desapareció de sus existencias. Ya no calificables como vida. Hiei y Kurama... a veces pensaba en ellos. En momentos casi todos al ver vástagos traicionarse entre si. '¿Cómo estarán aquellos dos?' '¿Aun juntos?' 'Aun... juntos?'
Podía casi asegurarlo. En esa atmósfera, solo respirable para inmortales ... De alguna dirección desconocida, que venía un ajeno sentimiento. Uno de cariño. De estima y aprecio. Uno tan simple si, pero de igual modo difícil de definir. Puesto que, era algo que rara vez puede verse entre la oscuridad como esta.
Amor... de seguro era eso.
Y así debería haber sido... Así deberían de haberse quedado. Nadie, ni ella misma interferir en esa calma y bienestar que pocos sentían.
Pero los tiempos cambian, y a veces de eso se daba ella cuenta. Cuando decidía prestar atención a todo su alrededor.
Cierta vez, a echar un vistazo a su realidad se dignó.
No encontró los mínimos problemas que solían ser. Ni la solución pronta que siempre daban a ellos.
Esto pintaba aspecto de guerra. Inmortales contra Inmortales. Guerra librada entre las sombras de la noche en la que se paseaban.
Sabbat, claro, nunca un grupo desapercibido. Y nunca calmos. Pero en esos días, algo entre ellos estaba cambiando. O simplemente ignorando ya.
Y a cazar sobrenaturales se dieron a si mismos derecho de hacer. A vástagos nuevos, a vástagos débiles. Incluso ella y dos mas, como cabecillas de la Camarilla, resultaron atacados. ¿Dónde quedó el respeto a la sangre noble de Cain¿Dónde la etiqueta de la que un vampiro se enorgullece en cargar? Solo sed de poder, eso es todo.
Alimentarse de la sangre de un igual. Bajar en numero de su generación. Acercarse a Cain. Robar la sangre que alguien mas dio la oportunidad de guardar dentro de si.
Y el Diablerie de rumor a un peligro real fue que paso.
¿Qué mas podría haber hecho ella? Y los protegidos de las Cabecillas en la Camarilla a rígido entrenamiento sometieron. Con escoltas algunos otros tenían la oportunidad de andar. Todos ellos vástagos fieles, nobles orgullosos. Solo elegidos vástagos Assamites. ¿Algún Clan mas fiel que este?
El miedo que infundió el Sabbat corrió por todos los vástagos.
¿Y que mas podía hacer ella? A irrumpir en su calma... a alertarles a aquellos dos que de momento, había estimado mas que a nada. Hiei y Kurama. Que debían ser alertados del peligro que corrían.
No podía. Era difícil. Mas que nada, sintiendo que algo de su intromisión arbitraria de nuevo en sus vidas no seria mas que una grosería. Pero nada mas podía hacer ya... ellos habían aceptado todo lo que la no-vida representa. Lo que pide a cambio. Y las consecuencias de esa decisión.
Y ella misma no permitiría dejarles andar solos con un peligro como este. Siendo ellos, presa mas que fácil para expertos del Sabbat.
De nuevo frente a ellos se presento, acompañada ya de un viejo escolta y amigo. Assamita de nombre Shigure.
Una alegría verles de nuevo, imaginar que no se había ella equivocado en depositar poca esperanza en el amor que entre ellos había.
Una pena traer solo malas noticias. Que sus muy patéticas y valiosas existencias corrían gran riesgo. Que muy probablemente, no sobrevivirían demasiado si la situación actual no mutaba en nada.
Fue entonces que oportunidad tuvo, de conocer mas a fondo a ambos vástagos. Que podían ser caprichosos, pero no creídos. Serían tercos, pero no desprevenidos. Serian distraídos aunque nada estúpidos. Y cada una de estas facetas en ellos solo mas atrayentes.
Y mejor conocidas, mas interesantes.
Durante un tiempo antes de llevarles ante la Camarilla, un tiempo antes de someterles ella misma a entrenamiento, pidió a Shigure cuidar de ellos, examinarles. Conocerles y reportarle a ella lo que en ellos notare.
Aquella noche, unas horas antes del arribo de Kurama y Hiei, el Assamite se presentó ante ella. Solo diciendo pocas palabras 'Demasiadas distracciones entre ellos. Mucho amorío que considero solo trunca sus habilidades naturales. Si dejaren eso de lado, soldados estupendos serian'
Hoy día, aun esas palabras a veces pasaban por su mente.
Cuando solo se sentaba a verles practicar. Cuando solo se sentaba a verles entrenar.
Hiei, el primero en elevar queja ente todo método que ella pretendiera usar, avanzado demasiado en unos pocos meses estando a su lado. Su temperamento frío, tajante. También muy cambiante. ¿En que situaciones? Solo tratándose de su Kurama. Aun Nemesis recordaba, aquel día que a ver un prisionero les llevó. Y el atrevimiento del perro aquel, de dañar a su vástago pelirrojo. La rabia de Hiei hacia ella. Del como es que permitió tal cosa. Y mirando de nuevo a Kurama... una preocupación que rara vez en cualquier otro vampiro solía ver.
Ese sujeto, estaba enamorado. Lo aseguraba fácilmente.
De Kurama, o como insistía en que le llamaren. Capricho o algo mas serio que eso. Aquel pelirrojo ser llamado Shuichi no deseaba. Y Kurama el nombre que decía le definía. Y ella solo pensaba, en todo lo especial que era él. En esa paz que no encontraba en ningún otro lugar. Y la frialdad muy a su manera. Singular como nada. El analítico y racional. Un condenado con apariencia celestial... Tal vez de esa idea era que ella misma había terminado así de obsesionada con él. Sentaba a verle incluso mirar a Hiei. Esos instantes adecuados para embobarse, deleitarse de su esencia y compañía. Y que toda atención en el vástago de pelo negro estuviere, mejor era. No daba jamás atención a ella... no notaba jamás el como le miraba.
Lo mejor de todo el tiempo que recordaba como vampiro... solo consideraba estos meses que a su lado estaba.
"... Dije que nos retiramos ya, Nemesis" Interrumpió el mismo bajo sujeto en el que estaba pensando. Rompiendo su pensar y cavilar.
"Lo siento, no los he oído demasiado..." Obvio, si en ellos había estando pensando.
Kurama frente de ella quedó. Y una mueca indagadora dejo salir.
"Me pregunto si estas bien. Últimamente te he notado distraída"
"Hn. Es solo que le distraen" Dijo Hiei, mirando suspicazmente a ella "Pero es demasiado por hoy, quiero irme ya"
Inconscientemente, pidiendo autorización a retirarse. Ella se puso en pie. Y una sonrisa extraña en su rostro.
Pasare el tiempo, ellos dos nunca terminaban de entender el porque de esos gestos tan repentinos de ella.
"Yo voy con ustedes, creo que igual, me siento agotada esta noche"
"Lo que quieras..."
Nemesis iba tras ellos, dejando que ambos la llevaren hasta donde habían estado durmiendo últimamente. Que pasaron frente al rosal que separaba el donde conversaban y afinaban disciplinas. Ese maldito color solo haciéndole pensar mas de la cuenta. Sumergiéndole en sus pensamientos.
Hiei no sabía en que tanto podría estar pensando aquella, y ciertamente no importaba. Giró de su vista algo curioso de ella, y sobre Kurama la dejó quedar.
Que no paraba de lanzarle miradas provocativas. Directamente a sus ojos rojos.
El bastardo aquel sabía bien lo que hacía. Y lo que buscaba cuando le ponía encima esos ojos lascivos.
Alzó una ceja, cuando ya nada pudo hacer para corresponder y asentir la idea de Kurama. Que le parecía buena idea, que le agradaba el como actuaba.
Viendo directamente al rostro alto de su amante. Simplemente, mojó su labio inferior.
"Pero que entretenidos son ustedes.." Siseó. Observando divertida el teatro montado por el par extraño que frente de si solo se insinuaba.
"C-como dices de tonterías" ¿Qué era de ella¿Cómo y porque que se metía en sus asuntos con Kurama?
"Solo digo lo que veo"
"Husmeas demasiado..."
"O ustedes lo presumen mucho, Hiei"
Mejor ignorarla, hasta poder alejarse de ella tanto como fuere posible. Apresuró mas su andar, pasando el portón del lugar y recorriendo los ya conocidos pasillos. Inclusive intercalando estos, con tal de llegar lo mas pronto posible hasta sus habitaciones en este lugar poco menos que un circo.
"Vale, los dejo aquí" Ella murmuró, como si quiera insinuando que podrían invitarle a pasar unos momentos.
Pero Hiei le miró de nuevo. Haciendo una sonrisa triunfante.
"... No creo que podamos ofrecerte nada ahí dentro... así que mejor olvidas eso, y cuidas de proteger mas tus pensamientos."
En pocas palabras: Al fin era que se había hecho de la misma molesta disciplina de Némesis. Esa de entrar, oír lo que una mente distraída trae.
"Aprendes rápido. Pero no volverá a pasar." Cada noche, ellos superaban mas sus habilidades "Es solo que indago y atiendo otros asuntos mientras ando con ustedes. Cosa que me quita de concentración"
"Pero es inquietante esa distracción que portas hoy día" Intervino Kurama, una vez terminó de abrir de par en par la puerta del cuarto.
"No es mucho... ya sabrán... la debilidad de un Toreador, creo que hoy día me está afectando bastante en ese aspecto"
A la par, que esta precaria y total concentración el lo que ella consideraba bello, no era nada desagradable. Ya incluso había olvidado en que tan bien se sentía perderse en algo cautivante.
"¿Aquella de la perdición en lo que consideramos bello?" Varias veces, era que se había sentido así... y que notado nada a su alrededor prestaba atención. Solo hasta que Hiei llegaba de nuevo, a sacarle de cualquier idea que aquella debilidad le traía.
"Pocas veces entro en un estado como ese .Todo Toreador, por mera naturaleza, no es inmune a asuntos como estos."
"Hablamos de las maldiciones de cada Clan hace tiempo¿podemos olvidarnos del tema?"
Ahora mismo, solo quería entrar a sus aposentos, cerrar con llave la puerta y perderse únicamente en el cuerpo de su amante de cabello rojo.
"Solo es algo que debemos tener siempre presente, Hiei" Aconsejó Nemesis. Casi hablando seriamente.
"si deseas ayudarme" Que lo dudaba de verdad "... Será mejor te retires"
Que entrare a su mente y oyera ella lo que deseare. Que quería estar a solas con Kurama. Y eso era ya.
"... Vaya tipo que resultas..." Casi rió después de oír lo que Hiei le permitió. "... El único por estos lados que se atreve siquiera a insinuarme una orden"
"Y es algo por lo que le estimas. No puedes ocultármelo"
Aquello era uno de los tantos 'porque' de las razones que le habían hecho caer ante Hiei. Kurama tomó del hombro al bajo vástago, y haciéndole hasta dentro hizo tratando no ser demasiado obvio.
"Cual sea el caso, con tu permiso..." Agachó la cabeza, haciendo que mechones de su roja cabellera pasaren y rozaren sus mejillas blancas. " ... Vamos dentro." Un brazo bajo el pecho. Una despedida caballerosa. "Que duermas bien, Nemesis"
Kurama a veces asco solo le daba. Como era que se hacía de tanta etiqueta ante ella... ¡Ella! Que incluso el como estornudaba le parecía galante si de Kurama venía. Gruñó claramente, aunque quiso pensar que no lo hizo.
"Ya, adiós" Apresurando las cosas tanto como su orgullo permitiere.
"Descansen..."
Ellos dos le hacían tanto bien...
Pensó, sintió y aseguró. Mientras solo observaba la puerta de caoba cerrarse tras ellos. Y cerraba todos los sentidos extra sensoriales que ella poseía.
No deseaba irrumpirles. Aun si ellos no fueren capaces aún de darse cuenta si lo hacía o no. ¿Y para que hacerlo? Cortesía, eso jamás lo dejaría. Respeto, eso que ellos se habían ganado.
Además de la clara respuesta del que acontecía tras pertas.
A las escaleras que arriba del complejo le llevarían paro de andar. Y al vástago en turno vigilante habló. Fría ya como a todos se presentaba.
"Vete de este lugar. Ellos ya no necesitan de un custodio que ha quedado muy por debajo del poder que ya tienen"
"Lady..." Él no entendió del todo esas palabras, y a preguntar se atrevió. "¿Ellos con tan solo este tiempo han..?"
"Así es, te dejaron atrás... Yo diría que no puedo ni compararles... Es algo que esperaba, pero llegó demasiado rápido"
"Entiendo que ya no dude de su poderío... pero... Vigilantes nunca están de mas, lady" Trataba de excusarse, no deseando sentirse desplazado.
"No debes perder mas el tiempo aquí. Si te digo que te vayas tu solo tomas tus cosas y me obedeces... Debes saber, que ... son mis protegidos. Quiero darles lo mejor... y lo mejor por ahora es que les deje en total intimidad."
Y eso le incluía a él.
El condenado que frente de ella estaba, le miró demasiado confundido. Y eso no le extrañó en nada, después de todo, pese a traer un entrenamiento mas largo que el de sus protegidos, era claramente menos suspicaz.
Pero negarse a una orden de ella nadie podía...
Tomó no menos confundido el abrigo negro que había dejado en el perchero. Y la vista bajó al pasar a su lado al retirarse.
Nemesis solo viéndole perder por el corredor que terminaba en el vestíbulo del recinto.
"Que cruel eres con quienes no te agradan" Reclamó una voz, ligera burla igual al ya retirado.
"Vaya. Tu de nuevo. Tenía tiempo que no les veía... Asty, Cesar"
Ambos, del segundo piso dejaron caer. Como ella acostumbraba verles, ambos vistiendo la misma tonalidad. Habían esta vez optado por andar de blanco. Y ella de cabello corto. Cesar vendado de algunas partes, el cuello, un brazo, un vendaje ya no de preocuparse en su cara. Solo cubría el ojo derecho.
Nemesis relajó mas la dura expresión de su rostro, incluso algo curiosa miro al hombre aquel.
"¿Qué te pasó?" Preguntó, señalando descaradamente hacia el vendaje de su rostro.
"¡Y te atreves a preguntarle¿No recuerdas¡La paliza que le dieron por culpa de tus 'protegidos' de los que tanto hablaste!" La rubia gritó.
"Ah ya recuerdo... si..." Haciendo memoria, una noche en que no pudo interrumpir a Kurama en su habitación con Hiei, a rumbo a ellos fue a visitar.
Ya que según se había enterado, el compañero de ella había quedado mas que desecho ante un enfrentamiento contra algunos bastardos del Sabbat. Y había pasado todas las horas de esa, al lado de ambos.
Tal vez por eso que les había tomado algo de estima a ambos, después de todo... ellos dos los únicos que se atrevieron a ir por sus preciados vástagos anteriormente indefensos.
"Pero esta bien..." Asty perdía mas miedo de ella, una vez dejaba te acercares a ella, temible aun era, pero no en aspectos como estos. "El punto es que te acuerdes de nosotros"
"Lo hago..." un acontecimiento en especial el que había quedado grabado aquella noche en que fue tras ellos a visitar. Lo que hacía no olvidarlos tan fácilmente.
Volvió la vista a Cesar, que demasiado apenado estaba.
"¿Ya estas mejor de todo lo que te rompieron? Recuerdo yo... fue en pernas, y ambos brazos..."
"AH! Aun recuerdas. Estaba desnudito sobre la cama... no pude ponerle nada encima, temía lastimarlo"
"¡C-calla por favor!" El vástago tornaba mas nervioso, incluso sangre quemaba y un rojo sobre sus mejillas "Yo... no me acuerdo de eso... Lady, lo siento, no debí ... Esa demente mujer que tengo por compañera... es una degenerada"
"La degenerada que te cuidó, bastardo, no lo olvides."
"¿Eso? Infiernos... Deja pasar eso. Que bien que estés ya mejor..." Ya que la idea de que el hombre hubiere quedado herido o muerto, pese a que no eran demasiado importantes para ella, no era grata.
"Esto... gracias..." Bajaba la mirada.
Con un infierno... si hubiere estado conciente en ese momento él... Habría podido hacer algo y evitarse esa vergüenza.
Esos neonatos... aquellos vampiros jóvenes. Eran el porque de esta visita.
"Lady, siento indagar mas de lo que debo pero¿Se puede saber donde están ellos?" Supuso que en ningún lugar de este recinto, puesto que, al darse un momento para analizar todas las presencias, ninguna demasiado débil encontró.
Ciertamente, estaba algo preocupado de ellos.
Nemesis asintió, señalando una puerta escondida entre las sombras del corredor.
"Esos dos están descansando en esa habitación."
"¿Pero que no era esa tu morada en ese lugar?" Pregunto nada desinhibida Asty.
"Y aun mas interesante... ¿Ese es el poder de esos dos...? No puedo creerlo..." ¿Cómo es que un par de novatos en tan poco tiempo se habían hecho de esta presencia tan temible?
"Simplemente, que traen eso de naturaleza." La de ellos, la mejor que había topado. "Ese par ya dominó Celeridad, Auspex y están en busca de Presencia... Además de que le hablé a Hiei de Viento Sanguinario, y le llamó totalmente la atención..."
Todas esas Disciplinas básicas del Clan.
Asty una mueca de niña celosa prestó.
"Bha, solo es que les das buen entrenar... Por ello que andan así de adelantados, después de eso de nivel no suben, estoy segura"
"Elevaría una apuesta, pero eso no es de mi agrado..."
"Oye, Asty, mas respeto a los protegidos de Nemesis" Pidió Cesar, golpeando con el codo el costado de ella.
"Solo digo cosas obvias." Ostentó, desviando la mirada.
Oírles pelear, realmente no era su idea de un descanso. Solo deseaba subir hasta su nueva habitación, que había mandado a redecorar, para hacerle mas confortable incluso que aquella que había cedido a Hiei y Kurama.
Sin prestar demasiado interés, sin demasiada importancia, pronto dejó al par aquel, pelear frente a las escaleras que ella ya subía.
"Hago lo que quiero, y si no te gusta, creo que tendré que romperte alguna de las costillas que ya tenías sanas, Cesar..."
Discutir con él era tanto desesperante como absorbente, antes de que Cesar dijere algo mas. Ella desvió la vista y a Nemesis notó retirarse.
"¡Ve lo que haces¡No veníamos a pelear, sino a hablar con ella, basura!"
"Lady..." Susurró, inmediatamente yendo tras ella por las escaleras "... Mis disculpas, dama mía, pero... esa mujer.." Sus ojos, puestos sobre aquella que con un puchero de berrinche subía tras ellos. "... Olvidó el porque de nuestro atrevimiento."
"Al grano, solo queremos decirte algo" ¿Por qué ese sujeto siempre se hacía de palabras que solo daban mil y un vueltas a algo?
Nemesis paró justo a mitad de las escaleras, y volvió la vista hasta ella y él.
"¿Qué es?"
"Se supone que ya te habrías de acordar, pero creo que tanto tiempo que pasas con esos neonatos te hace olvidar de tus demás deberes..."
"¡Asty!" ¿Cómo se atrevía a dirigirse así a ella? "Lady, lo que esta niña quiere decir es, que hoy, tenía reunión ya programada con la Camarilla... ¿Recuerda?"
Hablaba respetuoso, casi haciendo reverencia. Era parte de su personalidad. Lo contrario a Asty.
"Nos paseábamos por aquí, y como es costumbre en este lugar, en cuanto nos vieron una orden nos dieron" Si que era común eso. Solo a ella y a Cesar que tomaban como repartidores, o mensajeros, o escoltas, y demás cosas que a los miembros de la Camarilla se les ocurriere. "Ve y busca a Nemesis, dile que la estamos esperando Fue exactamente lo que me pidieron... ¿Y sabes lo que mas me enfadó? "
"Ahí va de nuevo..." Pobre de él, que estaba atado a tan impulsiva compañera. Solo deseaba, que ella no fuere demasiado directa. Pasó una mano por su rostro, queriendo quitarse estrés.
Nemesis le miró, expectante del que podría ella decir.
"¿Qué?" Preguntó, y frunció el ceño demuestre de duda.
"Que quien me ordenó, no fue un representante de Toreador..." Sino de otro clan... Uno el cual no soportaba.
"... Ya te he dicho... no es tiempo aún de elegir a otro representante. Se que esta la Camarilla integrada por dos representantes de cada Clan y que Toreador es el único que solo tiene uno, pero no entiendo cual es el problema de verdad"
"Odio recibir ordenes de un Nosferatu, y tu debes saberlo... preferiría que me lo dijere el Malkavian... será un demente, pero al menos no es autoritario y creído como ella"
"Ya... si esa es la situación que te molesta, créeme, la solucionaré prontamente..."
Por que, si todo marchaba como debía, la idea que traía en mente un éxito seria. Pasó de largo a Asty en las escaleras, ya había dejado atrás a Cesar.
Rumbo a la cita, que había olvidado completamente. Agradeció con un ademán a ellos, que se hubieren tomado el tiempo de venir hasta aquí, y al corredor mas oscuro se interno.
"Siempre llaman cuando es menos oportuno..." Mascullo, caminando hasta la puerta negra aquella. "Pero, lo mismo de inoportuno se puede decir de mi..."
Tocó secamente en el portón, y un segundo transcurrido, ya había paso libre a su interior.
El entrar así, y pararse frente a la Camarilla, pese a que ella misma era uno de quien le confirmaba, le hacía sentir juzgada.
"Me llamaban¿para que, si puedo enterarme?"
Muchos de ellos solo guardaron silencio, y algunos eran los encargados de transmitirle el mensaje.
"¿Qué tan adelantados están tus protegidos, Nemesis?" Aun ellos se resguardaban entre las sombras, ella, el representante mas contradictorio de la Camarilla se dirigió a Nemesis, saliendo un poco hasta el poco alumbrado.
"Demasiado... en pocas noches, dominan ya bastantes disciplinas, aun deben afinarle en algo, pero eso solo ocurrirá por experiencia en Batalla, no de entrenamiento"
Aun la veía, a ella, miembro antiguo de Ventrue. Una cara infantil, justo para un cuerpo de niña, ese del que se hacía acompañar. En ocasiones en que la veía, a Anna, podía recrearse la imagen de su abrazo como vástago. Una niña pequeña, temerosa de la muerte, hermosa como pocas, de cabello dorado... sin saber bien a donde se internaba La humanidad que perdería... Y a la imagen chocante que siglos después causaría.
Distrajo de esa historia solo especulativa.
"Entonces... ¿Ya cumples lo que habías dicho respecto a ellos?"
"Solo unas noches mas... y ellos se convertirán en lo que esperaba..."
"Mensajeros de la Camarilla... espléndido..."
Ellos, todos ellos... a veces le enfermaban.
Porque una de las razones por las que habían permitido continuar la existencia de Kurama y Hiei, en gran parte se debía a un incentivo que Nemesis tuvo que plantear. Que de ellos haría asesinos implacables, que de elloa haría soldados al servicio de la Camarilla. Implacables, poderosos... ejecutores si así les veías.
Una lástima, que mas de ello no vieren en ese par.
"Siempre cumpliendo tu palabra, Nemesis" Mascullo Anna de nuevo, después de pasada emoción ante la idea aquella, de nuevos vástagos poderosos a la suma de una agrupación que no calificaría como ejercito.
"Solo lo hago por ellos dos, no es por nada mas"
"Interesante... ¿Es solo por eso que te notamos tan irritada? Vendiste a tus niñatos ¿Lo sabes? Y ya no puedes hacer nada al respecto"
Podía hacer toda ira que deseare, eso no cambiaría las cosas.
Si ella había prometido aquello, no podía faltar a su palabra.
"Tienes que hacerlo rápido..." Intervino, otra voz mas, proveniente del lado izquierdo de la agrupación.
El vástago representante de Gangrel. Que detrás suyo, un par de alas negras trataba de no mostrar.
"La primera de las misiones para ellos, Nemesis. Tenemos ya planeada..."
"Y la encargada de persuadirles a tomarla, eres tu y nadie mas" De nuevo, la autoritaria representante de Nosferatu. Que como era de esperarse, cubría siempre su rostro tras una máscara. Y escondida de sombras.
"Eso no le permitiría a nadie mas arreglar. Ellos son mis vástagos..."
En pocas palabras... si uno de ellos, intentare si quiera insinuarles lo que estaba por pasar, se encargaría de hacerles pagar.
"Deben de ser especiales, para que les protejas a capa y espada... casi como un Caballero"
"A diferencia de ustedes, no me interesan los insultos camuflados que puedan exhalar. Solo, dejadme hacer esto sola... Es parte del trato que formamos"
"Y lo respetaremos, Nemesis... Pero recuerda que no puedes retrasarle demasiado... Puede que, cambiemos de opinión..."
"Anna, calle un momento, por favor..." Pidió, el vástago de Gangrel. "No hables por todos aquí. Nemesis, de mi parte, tienes todo mi apoyo en esto... se que terminarás cumpliendo lo que dijiste"
"Hn... Me interesa muy coco..."
Nadie podía saber en lo que ella realmente pensare.
Tanto así, que de un momento a otro, ella la espalda a todos ellos les dio, ordenando con la mirada al vástago encargado de la puerta, que la abriere de inmediato.
Estaba harta de esto, ella, se retiraba de la presencia de la Camarilla.
Atrevimiento aquel ¿Desde cuando que se comportaba así¿Con que derecho¿Por qué este cambio tan repentino?
"¡Aun no hemos cerrado la sección de hoy, Nemesis! No te atrevas a irte así..."
"Solo mírame..."
De nuevo eso ¿Verdad? Aquella personalidad desafiante que supuestamente ya había quedado enterrada ¿Despertando de nuevo gracias a esos vástagos que cuidaba?
Cerró tras su arbitraria salida el portón negro. Jamás abandonado la indignación que portaba en sus ojos. A ella, a Anna, a su idea maldita solo egoísta.
"Te arrepientes ¿verdad?" Irrumpió, aquel de las alas negras, levantándose de su sitio en compañía de otro como él. "De hacerle enfadar... de dejarle quedar con ese par..."
Él lo sabía... asuntos como estos a los demás miembros de la Camarilla no pasaban desapercibidos.
Anna miraba molesta irritada la puerta de su retirada, la mirada perdida en demasiados sentimientos.
"... Ella prefiere estar con ellos... que con cualquiera de nosotros..." Su voz, total contraste. Frialdad e impotencia innegables en su voz aparentemente carente de sentir. Contraste de su apariencia, de una pequeña de no mas de 12 años. Que pareciere de rostro alegre y alma infantil.
"Y a cualquiera de nosotros, eso no nos interesa. Eres tu la única que hace un drama de esto"
Todos los demás habían ya dejado la sala aquella. Iluminada de casi nada. Solo ellos dos. El Gangrel llevó a sus espaldas una mano, desatando su cabello negro que sostenido de coleta era.
"Deberías de pedirles algunos consejos a ellos... ¿No lo crees así?" Se burlaba, era divertido. Verle a ella rabiar así " Si me preguntas... Creo que ama mas a ese par de neonatos que al anterior amante que se traía..."
"Yo no te pregunté eso"
"No, no lo preguntaste, pero debías saberlo de todas formas..."
"Ellos... me tienen cansada... y Nemesis, mas que molesta"
"Yo diría que antes que eso, solo te trae complejos de inferioridad..." Pasarse de su consejero, para así reír de ella, era lo que ahora le traía diversión "... Digo, no creerás que preferiría pasarse el tiempo contigo, una anciana con apariencia de niña... Antes que con ese par de perfectos ejemplares de Toreador ¿O si?"
Ella evitar lo sorpresivas de esas palabras no pudo, lo sabía bien.
Y claro, también podía ser, que justo eso estuviere ella pensando.
"Cierra la boca, Kuronue" Pidió, ya no de carácter frío como para ordenarle "No pelearé mas de este asunto"
Se retiraba, levantándose del sitio donde estaba.
El otro ya incuso había adoptado una posición mas cómoda para hablar. Que se sentó a su lado, y los brazos sobre la caoba que se hacía pasar de mesa. Su rostro divertido recostado sobre ellos, una sonrisa picara en sus labios.
"¿Me dejas? Justo cuando esto se ponía interesante..." Por no decir gracioso.
"Te dejo, por que tengo cosas mas importantes que hacer. Mejores que hablar con una bestia Gangrel como tu"
"OH tienes razón... Anda, ve a jugar con tus muñecas. Ellas son las únicas que te prestan atención ¿no?"
"Idiota..."
Cede de la Camarilla, abandonada hasta la próxima de sus reuniones. Así como siempre terminaba este circo, y fácil de dejarlo ir. Últimamente, este sitio se hacía de lo más incómodo.
La rutina de discusiones, el esclarecimiento de las medidas que deberían de tomar.
La reciente falta del representante de Toreador, todo por aquel par al que se había encariñado.
El carácter de mierda que se hacía Anna, ante los sentimientos que tomaban a aquella vástago Nemesis.
Kuronue se paseaba por los pasillos, sintiéndose algo enclaustrado, pero deseaba hablar con ella, único representante de Toreador.
Prontamente subió las escaleras, al corredor en el que sabía se encontraba ya ella.
Pasó y detuvo su andar frente a un espejo, bella pieza. De cuerpo completo, inspeccionándose a si mismo. Sus ropas decentes, negras como le gustaba. Así camuflando en algo las alas negras, propias de un cuervo. Eran largas, ciertamente, pero si estas eran representantes máximas de su naturaleza como Gangrel, estaba perfecto. Pero ya su cabello desamarrado...
"Si lo pienso bien... no me gusta el como me veo así..."
De un movimiento todo este negro tomó, y acomodó varias veces antes de atarle de nuevo.
Una ves satisfecho, frente a la puerta de ella paró. Toco tres veces, seguidas y esperó. Pero ella no abría, ni tampoco decía nada.
"Nemesis, vengo a hablar un tanto contigo..." ¿A que hora pretendía abrirle?
De nuevo, nada.
"¿Qué mierda? Sabes... Solo quería saber mas de ellos, de tus neonatos. Pero si no quieres decirme nada, creo que debería ir yo solo tras ellos..."
Y si que lo iba a hacer, después de todo ¿Qué no ellos igual deberían estar aburridos encerrados en este sitio? Que fácilmente podría pasar por una cárcel de lo mas lujosa.
Cuando ella salió de repente, demasiado rápido que no lo notó él, sino hasta que Nemesis ya le sostenía de la muñeca. E impedía retirada.
"No te atrevas a molestarlos a ellos" Amenazo... De eso no cabía duda.
"No los molestaré ¿No imaginas que estén hartos de este encierro?" Defendió, deshaciéndose del toque de ella.
"Ellos no necesitan que te preocupes por si estarán hartos o no... Después de todo... se tienen uno al otro..."
Sin articular palabra alguna, libre entrada a los adentros de sus aposentos dejó. Dándole la espalda, aunque incitándole a entrar.
No lo pensó el demasiado, entrando prontamente tras ella, y sentándose en uno de los sillones suaves. Frente de la cama, donde ella acomodó sin inhibiciones.
El Gangrel miraba todo a su alrededor, pese a que esto era realmente elegante, mil veces prefería un sitio libre en el bosque, lejos de la ciudad.
"¿Qué es exactamente lo que buscabas?" Preguntó ella, terminando de cepillar su cabello. Arrojando el peine a un lugar lejos en la habitación.
"Solo venía a hablar, quiero hacerte unas cuantas preguntas... Y oye, no son cosas que vaya a ir a contar a la camarilla... Solo quiero saber de eso..." Excusaba, ante la mirada terrible que ella le dio. Amenazante, cuidando de sus niñatos. "No te alteres así"
"¿Y que quieres saber de ellos?" Aun a la ofensiva, mirándole desafiante.
"No quiero estar en ambiente bélico ahora, solo vengo a charlar... hace años que no lo hacemos"
"No puedo adoptar otra postura... Pero... tienes razón, tiempo tiene que no hacemos eso..."
Ella bajó de repente toda la guardia que había adoptado, y se señaló que se sentare a su lado. Incluso, se recorrió hacia la izquierda de la cama, para darle has espacio a él.
"Vaya que si eres cambiante"
Él espero que no deseare atacarle una vez distraído. Pero solo era una de esas ideas dementes que de repente le golpeaban. A su lado quedó, y ante la suavidad de la cama asombrado. Antes de descansarse algo vacilante en la almohada mullida.
"¿Cómodo?" Pregunto ella, ante la mueca confusa de él.
"Vaya que si..." aun esta comodidad era algo desconcertante "Pero... lo que me sorprende.. el como cambias así de pronto"
Camuflando una pregunta¿Por qué es eso?
"Es ... solo que últimamente... me he sentido de lo mejor... es todo..." Y le hacía bajar la guardia, lo sabía ella misma...
Tanto así, que de repente le invitó a él a descansar junto a su cama.
"Eso lo noto... y es obvio saber gracias a 'Que' que esto te pasa..." Estaba ya casi relajado... como mas y terminaría dormido.
"A Hiei y Shuichi..." Murmuró... encantada de decir el nombre aquel de Kurama.
"Ah... es así como se llaman..." Esto era bueno. Estaba harto de referirse a ellos como 'los neonatos de Nemesis' Indagaría un poco mas si era posible "... Créeme... me alegra que ellos te quiten algo de molestias y rabia..."
"Claro ¿Cómo no hacerlo?... Dime, Kuronue. ¿No lo sientes, ahora que ellos están aquí?" Su rostro volvía hacia él, mirando a sus ojos azules, de rasgos animal. "Esta... calma... o ... sentimiento que se respira..."
"no... de verdad... creo que yo no soy quien está enamorado de Neonatos" Una sonrisa espontánea. Viendo él el gris de ella.
Que podría haber jurado, brillaron cuando de ellos habló.
"Acerté ¿verdad?" La clase de diversión que con Nemesis compartía, totalmente diferente a la que tenía con Anna que era toda de burla.
"Pues creo que es mas que obvio.. que no deseen verlo los demás, no es mi asunto" Cerro los ojos, mientras una sonrisa irónica se apropiaba de su rostro.
"Entonces si los amas..." Nuevo. Aquello era nuevo "Eso puede sonar incluso encantador... Y dime.. ¿Ya te decidiste con cual te quedas?"
Era curioso, hasta entretenido ver como era aquella idea de amor que Kuronue se hacía.
¿Quedarse con uno?
"Ciertamente, no me puedo quedar con ninguno de ellos..."
"¿Cómo es eso?" ¿No se quedaría con nadie de ellos? Le miró, totalmente confundido
"Justo como suena... Entre ellos, yo no me atrevo a ponerme ¿entiendes?"
¿Posible esto era? Ella, que en siglos nunca había pensado algo remotamente similar... ¿decir eso?
"Tu idea de amor creo que se ha distorsionado un poco, querida. Yo. Si yo me enamorare" Cosa que dudaba "Me encargaría de hacerme de aquel ser que quisiere... a toda costa... que se quedare a mi lado."
Es como él veía el 'Amor' del que todo Toreador presumía de poder sentir. Obsesionados de la belleza. Vástagos que decían no perder demasiada humanidad.
Nunca los entendía.
"Es justo el como me sentía antes... Entiendo por que es que lo ves de esa manera... Pero, después de lo que he visto, después del tiempo que paso con ellos... No puedo ya pensar así, al menos si de ellos hablamos"
¿Qué podía hacer ella, si este era su nuevo pensar? Apreció ella aun mas divertida lo confundido que dejó a Kuronue, y rió un tanto de eso.
"No lo comprendes. Eso me agrada"
"Pues a mi no..." Pretendiendo ofensa, giró su rostro hacia la derecha, deseando evitarla.
No sería tan transparente, no dejaría que notare el como se entretenía con ella.
Cómodo.
"Oye..." La voz de Nemesis, que tranquila era justo ahora.
"Dime"
"... Mira ... creo que falta casi nada para que amanezca. Perdiste tiempo aquí. ¿sabes?"
"Perfecto. Ahora debo ir rápido si es que deseo llegar a mi morada antes del amanecer.."
Apenas terminó de mascullar eso, cuando Nemesis le tomó del brazo. ¿Qué diablos era lo que le pasaba hoy día?
Incuso se asustaba... a la par que agradable era. De esa mueca de hospitalidad que tenía.
"Puedes quedarte aquí si quieres. Así no quemarás sangre al correr con Celeridad máxima"
"¿Quedarme... aquí?" Señaló. El mismo sitio donde estaba a medio levantar, junto a ella en la cama "..., Estas completamente segura?"
"Se... creo que debes descansarte un rato..."
Tampoco esperaba demasiado de ella.
Nemesis pronto le dio la espalda, segura de que se quedaría. Cubrió su cuerpo con las sábanas y jaló un poco estas de Kuronue.
"Y duérmete ya. Procura no quitarme sabana en el día o te arrepientes"
El solo miró, pensó y optó por quedarse, solo esta vez. Después de todo... No sentía nada de ganas de correr por el alba, cuidándose de luz.
"Ganaste" Susurró, mientras se volvía a recostar al lado de ella, y procuraba no estorbar demasiado.
Él mismo cubriéndose poco con las sábanas, cuidando no aplastar demasiado las alas que traía. Insignia máxima de su naturaleza Gangrel.
"Vaya que si estas enamorada..." Conciente de lo que decía no estaba del todo. Solamente, dejaba embargarse de sueño.
"Cállate..."
Justo tras las cortinas gruesas y oscuras, el sol aquel salía de anticipado.
Para cuando alcanzó la ventana protegida, intentando filtrarse al interior de la habitación, aquel par de Cabecillas de la Camarilla... Solo dormían de inocente modo...
Esta vez, no como vástagos.
Sino como hermanos.
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Y... aquí paro esto. Ah. Me paso ¬¬... Demasiado pero... ya, esta bien. Creo que debo hacer algo, algo que tenía que haber sido antes, pero ya. Creo que aquí mas que en otro sitio hace falta que aclare. No quiero hacer marañas e ideas que de verdad no son propias del juego:
1-La Camarilla, remotamente no está montada de dos miembros de cada Clan XD Ese es mi cambio.
2-Ciertamente las Disciplinas son mas especificas, algunas solo propias de determinado Clan, así que si de momento usa Hiei una 'Fortaleza' –Luego explicare- o Kurama sale con 'Ofuscación' Es onda mía, no del Rol.
3-Existe por ahí una habilidad que permite a un vástago pasearse bajo el sol, un rato claro, a eso se le llama 'Manto Sagrado' Pero aquí ¬¬ nadie sabe k es eso.
Y son mas cosas, pero esas dejo de momento.
K mas... iba a decir... ah se! Esto
Anotación. Solo es un 'aclaro' o 'explico' Cual sea. ¬¬ ok va.
Celeridad, Auspex y Presencia: Disciplinas, esas si, propias de un Toreador. Lo que son Kurama y Hiei. Celeridad supuesta es, aquella que nos permite movernos a velocidad sobrehumana, como atributo físico de la sangre. Auspex No es la gran cosa, seria algo así como 'Percepción extra sensorial' Ver imágenes de lo ya ocurrido, aunque en el caso de Hiei y Kurama, desarrollada solamente con eso de leer la mente de los demás. Presencia es algo como... la impresión que dejas en mortales y vástagos. Es dar a conocer que estas aquí. Algo así como el 'ki' Este sentimiento despierta varios sentimientos, dependiendo del como sea usada. Hacer sentir a un vástago mas odio, fascinación, ira o miedo. Eso es presencia. Y Viento Sanguinario... Vale de ese hablare después, solo quiero que quede claro que no es 'viento' sino una disciplina, una combinación de Celeridad y algo mas. Pero esos ya son términos de Rolista.
NOSFERATU. Esta claro que es uno de los tantos Clanes. Pero dato mas: Son terriblemente feos, y no bromeo. Apariencia 0 significa 'verdaderos Monstruos' Abominaciones, de ahí que se les llame Bichos feos.
Existen algunos problemillas entre estos y los Toreador. Supuesto, ellos ven belleza, pero no la superficial, sino la que se tiene por dentro. Por ello consideran al Toreador, solo una cara bonita, pero meros idiotas. Y asi de Toreador se puede decir lo mismo. Odio entre los dos clanes. Me da risa que estos dos estén el la Camarilla.
MALKAVIAN . Todos los Malkavian, estan realmente locos. De hecho esta es la maldición impuesta por Cain a este Clan. La locura es parte de lo k significa ser Malkavian. Imaginan que es la visión verdadera, que en medio de su locura, encontrarán respuestas acertadas sobre la realidad. Cosa que ni ellos entienden.
VENTRUE. Denominados los de Sangre Azul. El clan conformado de reyes, de regentes, de dictadores. Traen la idea de que deben gobernar sobre los demás. De gustos finados educados y demás. El clan mas similar de entre todos al Toreador. Aprecian la belleza, aunque no al grado que un Toreador.
GANGREL. Los cambiaformas, pueden fundirse con la tierra, convertirse en murciélagos, niebla, lobos y niebla. Kuro usándole de cuervo. Se supone, que por cada frenesí, que es un estado sumamente alterado en un vástago, este debe agregarse un rasgo animal de ahí el pretexto de las alas. El lugar de garras, u ojos dorados. Decidí moverle eso.
Pero por todos los infiernos Batman! Mira ya cuanto me pasé de esto.! Puro Bla bla bla ! ¬¬ Hn... mejor me guardo silencio de una vez. Esto es casi una hoja de puro parloteo así que, mejor paro.
Me paso a retirar, cuidaos. Y gracias por leer esta... cosa sin sentido y orden (Creo que en eso me parezco a Togashi-sensei)
Pero... ok, dos cosas. MASTER, gracias, de verdad por pasearte aka. Me haces infinitamente feliz... n.n
Y ROCKERGIRL-SK: Me preguntabas en lo zapatos de quien me planto cuando escribo cursilerías ne? Pues... eso es... en los ¬/¬... vale... en los de ... Hiei ¬¬ ya lo dije carajo. Ahora se sabe pero ya k ... eso me gano por amar a ese bastardo de Kurama.
Ahora si, me bye.
