PRIMERO QUE NADA, MUCHAS GRACIAS A TODOS LOS QUE ME HAN DEJADO REVIEWS... LAMENTO NO NOMBRARLOS 1 POR 1 COMO LO HACEN OTROS AUTORES, PERO ES POR UN ASUNTO DE TIEMPO JEJEJE... DE TODAS FORMAS, CADA CUAL SABE QUE SE LO AGRADEZCO DE TODO CORAZON.

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CAPÍTULO 3: ¡PELIGRO: UN R.A.T.I. EN HOGWARTS!

Quedamos en Pociones, ¿Cierto? Bien. Después de haberle llevado un par de muestras a Hermione para su "proyecto de Herbología", Fumador & Drogadicto (Harry y Ron) se dirigieron al gran comedor. No comían nada desde el desayuno, y después de la revelación sobre Malfoy era necesario distraerse con algo más, en especial para Harry.

Se dejaron caer cómodamente junto a Dean, Neville y Seamus, quienes estaban en una encarnizada discusión sobre Quiddich, y se comieron todo lo que tenían a su alcance. Harry podría haberse comido un caballo y no haber reclamado en toda la comida de no ser por un pequeño detalle: Justo desde su puesto se podía apreciar a la perfección el rostro de nuestro querido "sex symbol", Draco Malfoy. Al notar su suerte de espectador, el chico que vivió no pudo evitar quedársele mirando con la boca abierta y con el famoso hilito de saliva que muestran las caricaturas cada vez que ven a alguien muy atractivo/a. Resumiendo, era todo un Sakuragi mirando a Haruko.(N/A: Si no conoces Slum Dunk, considérate desheredado en este mismo instante, ser sin infancia!)

Hermione notó el comportamiento de su querido amigo durante el desayuno, por lo que lo retuvo a la salida del comedor diciéndole a Ron que lo alcanzaban luego. Una vez que el disgustado pelirrojo se alejara, Hermione agarró a Harry de un brazo y lo llevó a un árbol cercano al lago. Una vez sentados, se dispuso a largar el esperado discurso.

- ¿Hay alguna cosa que quisieras decirme, Harry? – le preguntó la joven con cara de "lo sé todo".

El chico tragó saliva lentamente. Ya no tenía otra opción, mejor sería
confesarle todo a su amiga.

- ¿De qué hablas, Hermione?- intentó hacerse el inocente.

- ¡Puta weon, dime las weas de una y punto!

- ¡Ya bueno! – se defendió él antes de confesarle todo.- ¡Es cierto! ¡Yo robé la cannabis del huerto de Hagrid! ¡Yo hice que Ron fumara y se volviera adicto!¡ Yo entré a la cabaña de Hagrid para comprarle más marihuana ya que a Ron se le acabó y no me deja tranquilo por las noches diciéndome que quiere más! ¡Yo tengo la revista porno dónde Malfoy sale haciendo un cuarteto con tres chicas más! ¡Yo le robé los cigarros a Dumbledore el verano pasado! ¡Yo le robé el sombrero al profesor! ¡Yo pedí una hamburguesa con queso! ¡Yo soy el del sueño erótico con Snape! ¡Yo...

- ¡¿Quieres callarte ya?! ¡No estoy hablando de eso, idiota!- Lo cortó Hermione. Harry lloraba arrepentido de haber cometido todas esas cosas hasta que su pequeño cerebro logró procesar lo dicho por Herm.

- ¿Qué dijiste? Pero, si no era eso lo que querías saber, entonces... ¡¿QUÉ MIERDA HAGO YO CONFESÁNDOME?!

- Buena pregunta ¿eh? Cuando lo sepas, avísame – le dijo mientras bostezaba y se recostaba en el pasto para disfrutar del colapso nervioso que experimentaba su amigo a raíz de las recientes declaraciones.

Mientras que el dúo dinámico de Gryffindor continuaba su discusión, una
sombra de nariz ganchuda y pelo grasoso sonreía satisfecho por haber
logrado tan buen trabajo. Con la grabadora en mano y el pequeño
testimonio emitido por Potter podría lograr el ascenso que tantos años
llevaba pidiéndole a su jefe, el Señor Oscuro. La sombra regresó al
castillo no sin antes dejar olvidada su placa de Detective de
Investigaciones en el pasto, insignia que, por supuesto, fue recogida por
el chico de oro.

- Hermione, ¿qué es esto? – preguntó el muy ingenuo.

- Déjame ver... ¡Rayos! ¿De dónde la sacaste, Harry? – preguntó atemorizada.

- La encontré tirada junto al arbusto que estaba a nuestras espaldas, cerca del lago ¿ recuerdas?

- Creo que alguien escuchó todo lo que dijimos; ésta es una placa de Investigaciones. Harry, creo que hay un RATI en Hogwarts – concluyó la chica con cara de espanto.

- ¡¿QUÉ?! ¡Hay que avisarle a Ron enseguida!

Y ambos amigos corrieron directamente hacia el castillo para que el niño
drogadicto supiera que había un RATI por ahí dispuesto a quitarle su
preciada marihuana y fumársela.