19.
-¿Así que el entrenamiento de autor también incluye ser carcelero, Potter?
Eran las 4 de la tarde y Harry estaba en los separos (ese manojo de celdas que el ministerio tenía en sus instalaciones).
-No, solo me dan el privilegio de poder hacer esto si lo necesito, pero no es un lugar en donde me podrias encontrar frecuentemente.- Respondió Harry mientras terminaba de abrir la puerta de la celda donde Draco se encontraba detenido, el chico rubio estaba sentado en la única silla, a un lado de la simple losa de concreto que servía de cama individual, su pierna izquierda cruzada sobre la derecha y sus brazos cruzados en su pecho. -¿Cómo estás? ¿Te han tratado adecuadamente?- cerró la celda sin darle la espalda y después sacó su varita para tenerla a la mano.
-¿Adecuadamente? No manches, Potter. Yo no alimentaría a un perro con la comida que sirven aquí. Y hablando de perros, no veo a Weasley por acá, en una celda.
Harry aclaró su garganta, bajó la cabeza y se pasó la mano por su cabello . -Si. Algo por el estilo he estado platicando con ellos.- Draco apretó su mirada con sospecha y Harry continuó. -Hermione está muy preocupada. Dice que los dos están en problemas, Ron y ella; por haber actuado contra el código de conducta de los empleados del ministerio ¿sabes? Tiene que haber un juicio. De hecho ya está siendo agendado. Te darán la información cuando salgas de acá. Mira… ese juicio es necesario… golpeaste a un representante de la ley, como consecuencia estarás vetado de entrar a las oficinas del ministerio por el momento, hasta que se aclaren las circunstancias a través de ese juicio.
-¿que quieres—
-Espera.- Harry lo interrumpió- Es que tengo un arreglo que proponerte.
Draco se enderezó una su silla con interés. -ok.
-Hermione asegura que, como vas a necesitar un abogado, pues que ese abogado puede meter una demanda hacia ella por haber discriminado en tu contra, que seguramente él te lo propondrá. Ella no tenía una razón válida para cancelar una cita. Dijo mentiras. Te discrimino; te negó un servicio por el cual se le paga y lo hizo de manera injusta.
-No voy a poner una demanda en su contra- rio Draco con ironía mientras negaba con su cabeza. -¿Que? ¿Crees que estoy tonto?
-Me imagino que no lo harás, pero... de la misma manera, quizás te recomienden una contra demanda hacia Ron. Él no tenía justificación de intentar golpearte. No eras una amenaza y ni siquiera hizo el menor intento de hablar contigo antes de soltarte un golpe; de eso hay testigos, múltiples testigos.
-Bueno, ahora que lo mencionas, eso sí sería muy tentador.- Agregó con una sonrisa. -Darle unas vacaciones en Azkaban.
-Me imagino. Pero aquí es donde te tengo una propuesta.- Harry aclaró su garganta y continuó. -Tú tienes una cita con Hermione en dos semanas, a la cual no podrás asistir debido al veto; tendrías que enviar a un representante. Yo casi estoy seguro de que el motivo real de tus visitas al ministerio es que quieres hablar con ella ¿cierto? -aunque no recibió respuesta, Harry continuó. -Esto es lo que te ofrezco. Yo te ayudo a conseguir una reunión con Hermione… también puedo hablar con ella en tu favor . Por tu parte, tú te comprometes a no iniciar ningún proceso legal en contra de Ron. Yo me aseguraré de que él acepte un castigo administrativo por haberse dejado llevar por las emociones cuando intentó golpearte sin justificación. De esta forma se removerán todos los cargos en tu contra y Ron tendrá una consecuencia no tan desastrosa para su desarrollo profesional.
Draco masajeo su cuello pensativo. -Suena interesante.- se levantó de la silla, la empujó con su pie hacia el rincón de la celda y comenzó a caminar hacia la otra esquina aún pensando. -¿Cuándo me tendrías mi cita? ¿Y qué garantías me das de que Weasley cooperará?
-Ron no será problema, él sabe que yo puedo testificar que el té agredió primero. De hecho nosotros somos los que llevamos las de perder—no sé, quizás debería obligarte a firmar un contrato mágico con consecuencias si no cumples.- Harry exhaló resignado y se recargó en las rejas. -Sin embargo, creo que esta vez voy a confiar en tu palabra. En cuanto a cuándo la podrás encontrarte con Hermione, no lo sé, lo antes posible. Primero tengo que tratar de convencerla de que no te acostaste con esa chica y de que estás arrepentido. Pero hoy no puedo, quede con Ginny de ir a ayudarle a remover unos cuantos gnomos de su jardín, están teniendo una infestación severa. Lo intentaré mañana, después del trabajo.
-Mañana esta bien, solo mantenme informado y trata de que Si sea lo antes posible.
-Lo intentaré.- Harry se enderezó y sacó las llaves de la celda de su bolsillo. -Bueno, Malfoy, te dejo. Por cierto, Theo está finalizado el papeleo para sacarte de acá. Yo creo y ya no tomará mucho tiempo.
…..
-Pinche Draco, ya déjala. Búscate a alguien más; no es como que te fuera a costar trabajo.- Theo caminaba con su amigo hacia la zona mágica de Londres en donde podrían tomar floo público más cercano. Theo no se sentía muy cómodo con la desaparición, aunque todos lo tenían que estudiar en la escuela muy pocos se sentían lo suficientemente cómodos para transportarse cotidianamente de esa manera.
Draco lo volteó a ver, serio y sin responder.
- Dale gusto a tu papá y ya amárrate al mejor partido, aprovecha ahorita que la mayoría de las brujas de nuestra edad aún están solteras. Podrías escoger la que quieras.
-Piche Theo, Eso es precisamente lo que estoy tratando de hacer.
-No ella, mi buen. Te está maltratando bastante. Mira, este mundo está lleno de chicas. Por ejemplo, está Samantha, que es bonita y creo que le encantaste, aunque bueno, es un poco loquita; está Pansy que es bella y moriría por volver contigo; esta Astoria que se quedó con el ojo cuadrado después de salir contigo, no es fea, es inteligente y, si te casaras con ella seríamos parientes; y no dudo que pudieras incluso bajarle la novia a Zabini.- volteó a verlo con una sonrisa divertida. -Bueno, tu escoge.
-¿Daphne?- le dijo devolviendo la sonrisa.
-No, no manches, yo te estoy ayudando. Además ya la tengo apartada.-
Draco continuó el camino hacia el floo público pensando en lo que su padre le había pedido. En cómo lo quería casado lo antes posible o él vería la manera pagar para inseminar artificialmente a alguna bruja joven. Entonces Draco y su mamá tendrían que competir por los bienes con un nuevo heredero. Lo último que deseaba su padre era que el ministerio se quedara con todas sus posesiones en caso de que faltara Draco. Odiaba al ministerio por haberlo dejado sin la posibilidad de algún día otra vez poder caminar libre por las calles de Inglaterra.
….
-Auch.- Hermione retiró su mano de la tetera eléctrica, la había descansado mucho más cerca del electrodoméstico de lo que hubiera calculado. La había tocado sin querer mientras escuchaba absorta con incredulidad a su amigo y trataba de preparar tazas de té para ellos.
-No Harry. No tengo la menor intención de encontrarme con él otra vez.
Se movió hacia un lado, hacia el fregadero y dejó correr un poco de agua fría sobre su mano esperando que eso calmara el dolor. Después de un momento se secó con la toalla de cocina, una de esas toallas amarillas con imágenes de gnomos que Molly le había dado como un regalo de bienvenida a su primera vivienda independiente; ese departamento de una sola recámara.
-Si. Me imagino que puede ser que esté buscando la oportunidad de que hablemos.- dejó la toalla junto al fregadero y tomó la tetera, que ya para ese momento se había apagado automáticamente. -Se que ha de ser una monserga para ti estar lidiando con él.- Se giró hacia él y le lanzó una mirada llena de compasión. -Pero al menos ahora ya está vetado para entrar al ministerio ¿Earl gray? -le preguntó dejando la tetera en la isla de la cocina y mostrándole la caja verde con negro del que sabía era el té favorito del muchacho con la cicatriz en la frente.
-Si gracias.
-¿Para que encontrarse nuevamente? Mi decisión está tomada. Tú sabes que no podía seguir con él, quedarme con alguien que tan fácilmente…- Ella solo negó con la cabeza mientras, pensativa, colocaba en la isla la caja de té verde que acababa de sacar de uno de los gabinetes. -Quizás el tiempo me ayudara, no lo sé, tal vez en unos cuantos años duela menos, pero ahora… es muy pronto
Harry estaba observando cómo su amiga ponía una bolsita de earl grey en la taza que era para él y una de té verde en la que era para ella, entonces comenzó a hablar. -El otro día que hablé con él, tú sabes, en la graduación. Me dijo algo que creo que deberías saber.- ella levantó su mirada por un segundo para verlo a los ojos y él continuó cuando ella regresó sus ojos al agua recién hervida que estaba sirviendo . -Dice que estaba tomado y que esa es la única razón por la que se enredó con esa chica. Pero que no tuvo ninguna relación sexual con ella. Que Zabini lo curó con una poción.
-Si, a mi también me dijo que había tomado. Pero no me sirve; estaba tomado ¿y? -Le acercó su taza a su amigo y también deslizó hacia él la crema de café, la azucarera, un plato vacío y otro con pedacitos de limón, él podía decidir si quería limón o crema en su té. -Eso solo me dice que pierde el control de sus emociones y entonces se escapa a tomar y después pierde el control del alcohol y de su voluntad. Está bien, no tuvo relaciones con ella pero es imposible decir que fue por sus propios méritos. Si Zabini no lo hubiera detenido otra sería la historia. No podemos esperar que Zabini siempre esté a su lado para rescatarlo.
El muchacho mezcló el azúcar con movimientos circulares de la cuchara mientras pensaba.
-¿Quizá esta experiencia le enseñará a ser más cuidadoso?
-¡Oh Harry! -Le dijo cabizbaja. Ya se había sentado en una de las sillas altas, frente a donde Harry estaba sentado del otro lado de la isla. Terminó de destapar las pastitas de calabaza que había horneado el día anterior y las puso en el centro de la isla. -No sabes cómo duele; lo extraño, mucho, mucho. Pero Ginny tiene razón, no le faltarán tentaciones en la vida, es un hombre muy atractivo, en muchos sentidos y sabe conseguir lo que quiere. Ya sabes, slytherin— ambición, astucia, inteligencia. Yo no quiero vivir el drama de ser una mujer permanentemente engañada. Es horrible. Mhhh.- Murmuró mientras movía el té con su cuchara, absorta en sus pensamientos- ¿Te acuerdas de mi primo Peter?
-Si, el que no es realmente tu primo. -le dijo Harry colocando al mismo tiempo dos piezas del postre en su plato.
-Si, exactamente. Bueno, su mamá, mi tía Olivia, que no es realmente mi tía sino la mejor amiga de mi mamá, vivió ese infierno. En incontables ocasiones fueron a la casa de mis papás como consecuencia de las actividades extramaritales del ex de mi tía. El papá de Peter es un empresario muy exitoso, por muchos años tuvo amantes. Mi tía descubrió sus infidelidades y lo perdono muchas veces, lo amaba mucho y deseaba que su matrimonio durara por siempre. Pero finalmente, después de años de dolor, se divorcio de él. Después del divorcio el señor se casó con una chica 20 años más joven que él ¡tan solo 7 años más grande que Peter! De verdad, no sabes cuánto sufrieron. Mi tía buscaba refugio con mi familia. Lloró mucho, Peter y yo llegamos a espiar a mi mamá y a mi tía mientras platicaban de lo que estaban viviendo. Yo pude ver lo mucho que mi primo también estaba sufriendo. No quisiera nunca estar en su lugar, ya sabes, con niños y… -No pudo continuar, apoyó su codo sobre la isla y su cara en su mano para ocultar las lágrimas que la traicionaban; imaginó un par de chiquillos con una mezcla de las características de ambos, angustiados con el melodrama de sus padres. Una imagen muy diferente de lo que en el pasado había imaginado.
…..
-¡Que hermoso!- Hermione miraba a Teddy Lupin con ojos de ternura. Ambos estaban sentados en la alfombra de la sala de Andrómeda. El bebé estaba investigando el juguete que ella le había llevado de regalo. Era una de esas cajas plásticas de colores brillantes y hoyos con diferentes figuras, acompañado de las piezas correspondientes.
Teddy tomó una pieza color amarillo con dos caras en forma de luna y se la ofreció a la chica con sus brazos regordetes. -¿Vede?
-No verde, Amarillo Teddy, este es amarillo. Mira pon todos los amarillos acá, juntitos como amiguitos.
Teddy tomó la pieza que le había dado a Hermione y comenzó a tratar de guardarla en el cubo por la puerta por donde se vacía el juguete, estaba abierta con ese propósito.
-Es muy amistoso.
-Si, es muy lindo. Me imagino que había muchas posibilidades de que así fuera, de que heredara una personalidad sociable.- contestó Andrómeda con una sonrisa tierna en sus labios. Estaba sentada en el sillón de dos plazas. En su rostro se podía ver el gusto que sentía de que la chica los estuviera visitando. -Remus era tan dulce y dócil. Y mi Dora era una muchachita llena de sonrisas y diversión. Le encantaba hacer reír a la gente y pasar un buen rato. Pero tú ¿cómo has estado? Te veo muy delgada.
Hermione había ido a visitar a Andrómeda y a baby Teddy ese sábado, planeaba comenzar una tradición de visitarlos cad semanas, o incluso una vez al mes. Quien sabe, ya el tiempo le ayudaría a decidir qué frecuencia era la más apropiada. Tenía dos meses y medio que no los visitaba, debido a todo el estrés de las últimas semanas de escuela y las primeras de su vida independiente.
-oh, es que estuve muy ocupada, extremadamente ocupada. Todo se me juntó, los trabajos y los exámenes finales, tú sabes cómo es eso y luego interinato en el ministerio. Fue increíblemente agotador. Pero ya estoy mejor. Ahora si podré concentrarme en una sola actividad y espero tener más calma para mis cosas personales.
-Si. Cuídate. Cuando uno es joven se siente invencible, pero el cuerpo se acaba especialmente si no se le cuida y ya cuando eres grande pues te cobra la factura.
-Gracias por—Ding. Dong. Sonó el timbre de la puerta principal y Hermione no pudo continuar.
-Oh ¿te puedo encargar un momento a Teddy mientras checo que se ofrece? Ha de ser mi vecina.-comentó Andromeda regresando su mirada a Hermione. No esperaba a nadie más. Harry había dicho que Ginny y él irían hasta el próximo sábado. Quizás habían cambiado de opinión. Lo más probable es que fuera su vecina, la señora Margaret, una viuda como ella misma, que siempre tenía múltiples razones para buscarla y entre ambas recortar al resto de los vecinos.
-Claro. - dijo Hermione tomando uno de los bloques del juego de construcción, que Teddy tenía también en la alfombra, para ponerlo encima de otro con la intención de que Teddy la imitara.
-Abela. -llamó Teddy cuando Andrómeda se levantó del sillón.
-Esta bien Teddy. Voy a abrirle la puerta a Maggie. Tú te puedes quedar a jugar con Minioni. -le dijo la abuela al nieto con esa creencia de que es bueno repetir la manera en que los chiquillos despedazan las palabras para que así ellos puedan reconocerlas.
Andromeda cruzó el vestíbulo y llegó a la puerta, no era una casa muy grande, aunque el jardín si lo era. Ted había trabajado muy duro para poder darles, a su esposa y a su hija, una situación económica estable en ese mundo mágico en donde él se encontraba en desventaja. Abrió la puerta sin prisa y recibió una grata sorpresa.
-¡Draco querido! Que gusto verte. Pasa, pasa.
