21.
Hola querida Astoria:
Espero que
Olvida eso. Draco tomó el papel en el que había comenzado a escribir y lo apretó en su mano. Arrugándolo hasta que cabía dentro de su puño. Lo apretó con enojo y lo aventó con fuerza hacia adentro del bote de basura. Había escogido a Astoria, hacía apenas un par de minutos. De repente se daba cuenta como, cuando estas inseguro, escoger una de las opciones te ayuda a ver cuál es realmente la correcta. Su corazón le acababa de decir que no. Que al menos ya sabía que esperar con Pansy,- dicen por ahí que más vale malo por conocido.
Hola querida Pansy.
Han pasado muchos meses desde la última…
Así comenzó la que sería una carta invitando a Pansy a visitarlo en Inglaterra.
Podría hospedarse en su mansión si ella así lo deseaba.
Fue un paso difícil. Planear estar en presencia de la mujer con la que tuvo relaciones sexuales por primera vez. Intentar convivir con ella para , así, en un momento poder decidir si casarse con ella sería la peor decisión de su vida o tan solo una decisión muy mala con la que podría continuar viviendo.
…
Ese domingo por la tarde Pansy llegó directamente a la chimenea de la mansión. Había elegido ropas sumamente sofisticadas en las boutiques francesas que visitó en su preparación apresurada para esta visita.
Ella había respondido rápidamente a la correspondencia del chico slytherin y el tiempo de espera para volverlo a ver se le figuró interminable. Draco, en su versión aristocrática, era el sueño de su vida.
Salió de la chimenea y sacudió con su mano libre su chaqueta ajustada de piel color amarillo y elaboró su mejor sonrisa para ofrecérsela al chico de la cabellera plateada.
Volteó hacia un lado, volteó hacia el otro y lo único que encontró fue a un pequeño y anciano elfo doméstico.
Suspiro en frustración, ¿por qué no la estaba esperando ahí mismo? había llegado puntualmente, a la hora exacta. Deseaba que él estuviera tan ansioso de verla como ella a él. Estiró su equipaje en dirección del elfo y una vez que la criatura lo tomó de sus manos ella se aseguró que sus pantalones negros estuvieran impecables también. Se miró en el espejo cerca del carrito de bar. Cuando sintió que todo estaba perfecto, volteó hacia el elfo y le pidió informarle al chico de su llegada.
Cinco minutos después, cuando ya se había aburrido de observar todos los detalles caros de la decoración del que, en sus sueños, sería el salón familiar de su futura mansión, escuchó pasos firmes acercándose por el pasillo. Se giró y lo vio llegar.
Hermoso, hermoso, hermoso… y rico. Era todo lo que ella quería.
-Draco querido.- Dijo mientras daba pasos apresurados hacia él. -¡cuánto tiempo sin verte! Pero debo decir, el tiempo es generoso contigo; te ves increíble.
-Gracias, Pansy ¿Todo bien en tu viaje? -le dijo cuando finalmente estaban frente a frente, lo suficientemente cerca para que se pudiera agachar a darle un beso de bienvenida en la mejilla.
Por lo visto Pansy tenía otros planes porque, cuando la tomó del brazo y se acercaba a ella con la intención de besar su mejilla, rápidamente deslizó su mano alrededor de su cuello para jalarlo y acomodarse para besar su boca.
Hubo una pequeña escaramuza de movimientos a través de los cuales Draco pudo liberarse del beso íntimo que Pansy quería imponer.
-Vayamos despacio, Pansy.- le dijo retirándose, después de haber besado su mejilla. -Han sido tres años, y en tres años muchas cosas cambian. Vamos a darnos tiempo para descubrir si hay compatibilidad.
-Como gustes cariño. Pero yo sé que tú eres el hombre de mi vida.
El chico asintió con la cabeza recordando al mismo tiempo como Pansy lo había olvidado durante los meses más difíciles de su vida.
Algunas veces le parecía doloroso pensar que, quizás, si no fuera el heredero de la fortuna Malfoy, su personalidad no les parecería tan interesante a algunas chicas que lo habían perseguido con vehemencia.
….
Pansy pasó el lunes visitando familiares, yendo de compras y dando órdenes al elfo doméstico. Todo el tiempo imaginando, una y otra vez, lo que se sentiría ser la señora de la casa. Cuando el lunes por la tarde Draco llegó de trabajar, ella estaba lista para tratar de enamorarlo, acariciándolo y sugiriendo actividades íntimas.
Después tan solo un día tratando de frenarla, el chico decidió que saldrían a comer todas las tardes y trataría de que ocuparan la mayor cantidad de tiempo en presencia de otras personas.
Cada día, cuando regresaban a su mansión después de su excursión por las tiendas, muy pronto él se despedía, con la justificación de que debía trabajar el día siguiente.
El martes por la tarde le pidió que organizara una reunión con sus amigos mutuos para llevarla a cabo el sábado por la tarde. Esa tarea mantuvo muy ocupada a la chica de sangre pura.
….
-¿Pansy? ¿estás seguro de lo que estás haciendo? - le preguntó Theo al rubio anfitrión de esa reunión.
Era una noche de verano muy agradable. Pansy había hecho preparativos para tener la reunión ya fuera en el jardín o en el salón familiar de la mansión, dependiendo del clima.
En ese momento la chica se encontraba rodeada de varias chicas, amigas y familiares que habían asistido a la reunión. Se encontraban cerca de la entrada a la casa.
Todas ellas, aunque la envidiaban, podían reconocer que Pansy siempre había tenido una gran probabilidad de lograr casarse con el heredero de esa mansión, pues por un tiempo habían sido incluso una pareja. Estaban hambrientas de información y la atosigaban con preguntas.
En el lado opuesto de la sección del jardín que se había designado para la reunión, se encontraba Theodore Nott y Draco.
Theo bebió un poco de champaña de la copa que tenía en la mano, solo a Pansy en sus delirios de grandeza se le pudo haber ocurrido usar la cristalería fina en la casa de su amigo para recibir un grupo de jóvenes apenas saliendo de la adolescencia.
-De verdad Draco ¿Pansy? Pensé que se habían peleado de por vida.- Volteó hacia el grupo de chicas platicando bajo la sombra de un sauce; Pansy se veía encantada. En otra parte del jardín, cerca de la mesa de los bocadillos podía ver a Daphne, su novia, y a la hermana de ella, estaban platicando con Gregory Goyle; Astoria se veía cabizbaja. -Le gustas a Astoria, güey.
Draco exhaló con frustración -No manches. Sí la he contemplado como posibilidad, pero deberías estar contento de que elegí a Pansy. Esto está muy pinche feo. De verdad no se que pasa cuando la gente se casa sin estar perdidamente enamorado, ni siquiera me lo imagino. Pero sin embargo, aquí estoy, buscando una esposa para cumplir con mis responsabilidades de hijo, de heredero de una pinche dinastía, para hacer feliz a mi padre. No sé si esto es correcto. No sé si va a ser una vida de miseria.
-Entonces tómate tu tiempo.- dijo Theo volteando brevemente a ver a Zabini que había llegado a su lado, llevaba una botella de whisky en una mano y una copa vacía en la otra. -Yo se que toda la vida nos adoctrinaron para cumplir obligaciones anticuadas; para cuidar nuestro abolengo. Pero quizás es hora de desafiar lo que no creemos correcto.
-Exacto. -Se apresuró a decir Blaise mientras levantaba la botella en su mano. -Acércame tu copa, mi buen, necesitas algo más fuerte. Draco accedió, levantó la copa de champaña vacía para que su amigo comenzara a servirle. -¿Pero qué chingados? ¿Pansy?
Theo sonrió divertido y terminó de drenar su copa de champaña.
-Que carajos, Draco ¿Que madres estás haciendo?- le dijo Blaise mientras le servía una cantidad generosa de whiskey, después volteó y con un gesto de su cabeza le pidió a Theo que acomodara su copa para servirle también. -Ni siquiera me consultaste, yo estaba creído que estabas haciéndole la lucha a Granger.
Draco rió con ironía, serio, casi molesto. -Eso ya se apesto. No quiere hablar conmigo, si me la encontrara por ahí, creo que ni siquiera estaría dispuesta a darme los buenos días. Ya fue, Blaise…cuando incluso Potter me echa la mano y no logro nada, solo quiere decir que no hay manera. Mejor ya ni me la menciones.
-¿Potter te ayudo? -Preguntaron sus amigos con incredulidad y al unísono.
-Difícil de creer ¿verdad? Pero si, Potter habló con ella para que me diera una oportunidad de explicar; no logró nada. Ella le dijo que aunque no me acosté con Sarah, mis intenciones eran hacerlo y que no fue mi mérito, que tú me salvaste, Zabini y que eso no cuenta, que en mi corazón estaba emborracharme y perder el control hasta el lugar donde podía acostarme con alguien más. Después, Potter me ayudó a planear encontrarla en la casa de mi tía Andrómeda, y ni siquiera los ruegos de mi tía la convencieron de dejarme explicar. Así que, si me hacen el favor de nunca volver a mencionarla.
Blaise vacío de un trago el resto de su whisky, sintió cómo quemaba su camino hacia su estómago, bajo su mirada por unos momentos y enderezó sus hombros para darse valor.
-Tengo que hablar contigo Draco, -sirvió un poco más de la bebida alcohólica en su copa y estiró la botella en dirección a Theo. Theo la tomó y Zabini le dijo. -Nos das un rato Theo, tengo que confesar algunas cosas que involucran a terceros.
Theo se encaminó en dirección a Daphne. Siguiendo la idea de Zabini, ambos caminaron hacia la biblioteca de Draco.
Cuando el anfitrión de la fiesta cerró la puerta de su biblioteca, Zabini murmuró encantaciones que les asegurarían total privacidad.
-Tantas precauciones de tu parte me están poniendo los nervios de punta.
El chico de piel oscura guardó su varita, bajó un poco su cabeza y se rascó la frente mientras pensaba cómo comenzar.
-Necesitamos privacidad, -exhaló y continuó, -en caso de que quieras matarme.
El dueño de la mansión frunció el ceño en desconfianza.
-Mira, tómalo con calma, Draco, siempre ha sido mi intención ayudarte.- caminó hacia el sillón de piel café en el centro de la biblioteca y se sentó casualmente sobre el brazo.- Pero verás que también quería proteger a Sarah. Y bueno… pensé que solo tenías que buscar la oportunidad de hablar con Granger para explicarle y que ella rápidamente te perdonaría.
Los ojos de su amigo se mantenían firmes en Zabini.
-Ve al grano ¿qué carambas hiciste?
-No fue sólo alcohol lo que tomaste. Sarah puso lust-max en tu bebida.
Una de esas pociones tan controversiales que existían en las sociedades mágicas. La gente continuaba usándola para hacer caer a sus conquistas, aunque originalmente había sido diseñada para auxiliar a parejas no tan jóvenes en relaciones de matrimonio ya abrumadas por el aburrimiento.
Los creadores de esa poción de lujuria la podían comercializar legalmente debido a que tenía ingredientes que intensificaban el trabajo de la corteza prefrontal del cerebro, haciendo que la persona que la había tomado solo pudiera desear a su pareja, si es que había una.
El muchacho rubio retiró su mirada de la de su amigo, peinó sus cabellos con un movimiento de su mano lleno de frustración y miró el jardín a través del ventanal de su biblioteca. Desafortunadamente él no tenía pareja el día que la había tomado.
-Que la chingada ¿por qué no me dijiste? -finalmente le preguntó a su amigo volteando a mirarlo nuevamente y respirando superficialmente debido a la molestia que sentía.
-De verdad que no pensé que importara tanto. Creí que con que Granger finalmente se enterara de que no te acostaste con Sarah pues sería suficiente. Realmente no la entiendo. Mírame a mí, te besaste con la que ahora es mi novia y estamos bien, de seguir como vamos algún día la voy a hacer mi esposa. No entiendo porque se rasga las vestiduras de esa manera.
Totalmente diferentes circunstancias, pensó Draco, pero no se sentía inclinado a invertir energía en una discusión con el que se había convertido en su mejor amigo. Lo que urgía ahora era planear lo necesario para finalmente resolver el problema con la que quería que fuera su futura esposa. Además sentía esperanza comenzando a renacer dentro de él.
