22.
Rápidamente mandó un búho a Harry ¿podría ayudarle a contactar a Hermione nuevamente? Había aparecido una explicación, una evidencia, algo muy importante que cambiaría todas las perspectivas de lo que había sucedido.
Harry tardaba mucho tiempo en responder. Draco seguía físicamente en la fiesta, con sus amigos. Pero mentalmente no estaba ahí. Perdía el hilo de las conversaciones una y otra vez; tenía la mirada desenfocada y solo la enfocaba cuando miraba hacia el cielo esperando ver a su búho real
En su mente la desesperación lo consumía. Si Harry respondiera pronto, quizás aún podría tratar de encontrarla ese mismo día.
Un par de horas después recibió la respuesta.
Lo siento Malfoy, estoy en la madriguera en medio de una reunión familiar. En este momento no te puedo apoyar. Pero contáctame mañana temprano. Digamos a las 8… entenderás que mañana es domingo, el único día que me puedo levantar tarde.
…..
Apenas pasados unos minutos después de las 8 de ese domingo, un búho llegó a la madriguera. Pidiéndole a Harry visitarlo en donde quiera que se encontrara.
La madriguera no era el mejor lugar para recibir a Malfoy.
Harry tuvo que pedirle que lo esperara. Tenía que tender la cama en el cuarto que estaba compartiendo con Ron, arreglarse, recoger sus cosas, despedirse de Ginny y quizás, después, todos insistirían en que se quedara a desayunar. Y tenía que cuidar quedar bien con la que sería su familia política.
Le llamaría por floo cuando estuviera listo para recibirlo en grimmauld place.
Cuando finalmente se reunió con Harry erán ya pasadas las once de la mañana . Le explicó su situación y Harry estuvo de acuerdo en ayudarle una vez más.
Mandaron un búho y resultó que ella se encontraba en casa de sus padres. Regresaría a su departamento a las tres de la tarde.
-No es buena idea llevarte a su departamento.- le dijo Harry a Draco mientras pensativo colocaba sobre la barra de la cocina la carta con la respuesta que acababa de recibir de Hermione. -Si las cosas no funcionan se pondrá furiosa conmigo.- continuó pensando por un momento y después miró a Draco y le propuso - La puedo invitar a comer aquí.
-¿Aca? ¿A tu casa?
-Si -Respondió Harry con el ceño fruncido en duda.
-No. -Dijo Draco mientras movía la cabeza reflexivamente. Se encontraba sentado a la mesa del antecomedor dentro de la cocina . -¿Entre cuantos piensas que podemos obligarla a que se quede? Probablemente peleará para no estar conmigo. No se si me vaya a creer a la primera. No sé siquiera si me quiera escuchar.
-Hey, un momento. -pidió Harry enderezándose de repente en comprensión. -¿Cómo sé que estás diciendo la verdad?
-Es verdad. Lo puedo probar. Tú solo encárgate de llevarla a donde acordemos. Yo me encargo de convencerla. -De repente se levantó del banco donde estaba sentado, como si tuviera prisa de ir a algún otro lado.- Tengo unas ideas. Pero tengo que apresurarme porque creo tengo que conseguir algunas pociones o quizás un pensadero. -Porque no nos vemos en algún restaurante muggle donde no pueda escaparse tan fácilmente con magia.
Le propuso un restaurante a donde Hermione lo había llevado algún día llena de entusiasmo.
…
A las 5:45 Draco se encontraba puntual en el lugar donde esperaría verlos llegar. Zabini lo acompañaba. Era su testigo. Quien con un poco de veritaserum iba a poder ayudarle a probar lo que había sucedido. Estaban sentados en un lugar estratégico de un bar, desde donde podrían claramente observarlos de forma incógnita cuando caminaran hacia el restaurante.
Sarah había acordado también, en medio de lágrimas, confesar su culpa en caso de que fuera necesario.
Incluso había un pensadero disponible en la mansión Malfoy. Le había costado mucho tiempo y una fortuna, casi un ojo de la cara, el rentarlo en el callejón nocturno. Tenía todo listo para finalmente probarle que nunca la había querido engañar.
A las 6:04 los vio caminar hacia el restaurante que habían elegido. Se enderezó rápidamente.
-Aquí están. -le dijo a Zabini mientras sacaba su cartera de su bolsillo.
Pidió la cuenta y, cuando se la entregaron, inmediatamente la regresó con un billete que podía haber pagado el triple de lo que habían consumido.
-No necesito cambio. -Le dijo al mesero casi sin mirarlo, y este se quedó con los ojos cuadrados de sorpresa.
-Gracias. Que tengan una excelente tarde caballeros. -les ofreció el mesero, con la esperanza de que se volvieran clientes regulares del establecimiento.
Se levantó de la mesa, tomó su chaqueta del respaldo de su silla y se la puso rápidamente.
….
Llegaron al restaurante y los ubicaron con la mirada. Draco sabía exactamente el rincón donde los acomodarían. Había hecho una reservación para 7 personas a nombre de Harry Potter.
Le informó a la hostess que eran parte de la reservación de Harry y que no necesitaban que los acompañara a la mesa, sabían exactamente dónde encontrarlos.
Caminaron hacia la mesa y Ginny fue la primera en darse cuenta. Sabía para qué estaban ahí. Ron y Lavander desconocían toda la historia pero habían acordado estar ahí y apoyar en lo que pudieran.
Cuando Ginny los vio de reojo y súbitamente giró su cabeza para confirmar que eran ellos, Ron y Lavander lo notaron y fue como una reacción en cadena. Ron siguió la mirada de su hermana, Lavander la de su novio y finalmente Hermione la del resto de sus acompañantes.
Los miró. Los dos altos y hermosos, una curiosa combinación de características, como el ébano y el marfil. Zabini en un pantalón de vestir color khaki y una camisa azul cielo, Draco en un impecable pantalón negro y una camisa gris. Estaban llegando a su mesa. Y por supuesto había 2 lugares desocupados con servicios de mesa. Ella había pensado que había sido un error de los meseros
Jaló aire en terror y soltó el menú que tenía en las manos mientras casi brincaba de su silla. Volteó a ver a Harry que la veía con una mirada que le dijo que estaba enterado de que eso sucedería. Volteó a ver a Ron que desviaba su mirada incómodamente hacia un lado. Lavander miraba su menú con una expresión de susto.
-Hey. Hola.- Saludó Malfoy. Y fijó su mirada en Hermione.
Harry los miró y les dijo: -Tomen asiento, esos lugares son para ustedes.
Hermione volteó a ver a Ginny y la pelirroja la vio con ojos de compasión, estiró su mano para apretar la de su amiga y le dijo -Está bien Hermione. Draco tiene algo muy importante que decirte.
-No, no, no. -Decía Hermione negando también con su cabeza. -¿qué están haciendo? ¿Por qué todos mis amigos están en mi contra?
-Tranquila. -dijo Harry.- creo que de verdad tienes que escuchar lo que Draco tiene que decir.
-¿Qué es esto? - dijo Hermione recorriendo a sus amigos con su mirada- ¿los tienes bajo la maldición imperio? - le preguntó a Malfoy con ojos llenos de furia y algunos de los presentes respondieron preocupados "no,no". Su quijada comenzó a temblar y sus ojos comenzaron a brillar con lágrimas contenidas, buscó un pañuelo dentro del bolsillo de su pantalón y quizá otra cosa. -¿Por qué me hacen esto?
Hermione empujó su silla un poco hacia atrás y Malfoy leyó sus intenciones. Rápidamente se lanzó hacia adelante. Una mano para detenerse sobre la mesa y la otra alcanzando lo más lejos posible hasta agarrar desesperadamente la mano de Ginny. -¡Agárrala! - casi le gritó a Ginny.
Ginny entendió y se giró rápidamente para atrapar la mano de Hermione.
Desgraciadamente Ginny no era seeker para atrapar algo en movimiento de manera súper ágil.
Desgraciadamente Hermione había practicado una y otra vez el reaccionar rápidamente para escapar del peligro. Era capaz de escapar de una serpiente mágica perversa en plena locura de un ataque y no solo eso, sino al mismo tiempo rescatar a un Harry inconsciente. Era capaz de, en plena caída en medio de piedras y golpes, escapar de los agentes malignos de Voldemort como lo había hecho en la casa de los Lovegood, una vez más con movimientos restringidos por llevar a sus amigos en sendos brazos.
Ginny no tenía ninguna esperanza de atrapar al golden snitch más veloz de su edad.
Con un sonido casi imperceptible Hermione había desaparecido en medio de un restaurante muggle, que afortunadamente no tenía un exceso de comensales.
-¡Diablos! - exclamó Harry enderezándose en su silla.
Ginny volteó a ver a su novio de reojo llevándose ambas manos a la cabeza. -Oh no.
Draco se levantó rápidamente para observar lo que estaba sucediendo en el resto del restaurante.
Zabini desaprobó con su cabeza y murmuró. -en la madre.
Ron y Lavander cruzaron miradas exasperadas.
La chica había violado una de las leyes más importantes de las comunidades mágicas. Habrían consecuencias legales si el ministerio se enterara de lo sucedido.
-Esta bien- comenzó Harry. -Lo podemos solucionar. Voy a necesitar toda su ayuda para borrar esa memoria de todos los que hayan podido darse cuenta.
-¿Eso es legal Harry?- preguntó Lavander-
-Mientras no se entere el ministerio. - contestó Harry sin mirarla y ya en el proceso de obliviar a los presentes en ese restaurante. -Ron ocúpate de la mesa a la derecha, Ginny tú de esta otra. - le dijo apuntando hacia el otro lado. -yo me ocupo del resto. Malfoy, Zabini chequen la entrada y la cocina.
Paralizaron a los presentes y terminaron de borrar de su memoria los últimos par minutos de su vida. No era tan difícil, acababa de suceder y solo había sido un momento muy breve.
Todos regresaron a la mesa donde una Lavander muy asustada los esperaba sentada pensando en lo afortunada que era de tener un novio tan brillante.
-¿Dónde está Malfoy? -Le preguntó Harry a Zabini.
-¿No ha regresado? - contestó Blaise.
-¿Que no estaba contigo?
Algo como miedo pasó por el rostro de Blaise mientras contestaba. -No, me pidió que me encargara de la cocina mientras él se encargaba de la entrada.
Zabini y Harry se dirigieron a la entrada seguidos un rato después por Ginny y Ron
Encontraron a la hostess que con la ayuda de los dos meseros estaban desesperadamente tratando de desatorar la puerta. Draco había mágicamente atascado una piedra debajo de la puerta. Dos clientes que necesitaban salir esperaban, asombrados del increíblemente extraño suceso ¡Una piedra atorada bajo la puerta!
-Vamos a tener que pedir ayuda. - decía uno de los meseros, se encontraba arrodillado y doblado hacia el frente, su cara muy cerca del piso, mirando la piedra de unos 3 cm en su dimensión más larga atorada bajo la puerta. -No sé cómo la podríamos sacar de ahí.
-nosotros podemos ayudarles. - ofreció Harry mientras señalaba a Ron y a Blaise con un movimiento de su cabeza . -Mis amigos aquí presentes son campeones de lucha grecorromana.
Con un poco de teatro cubrieron la magia que realizó Harry. Blaise pretendía levantar la puerta por la manija mientras ron pretendía golpear la piedra con un desarmador mientras Harry pretendía solo estar observando.
Cuando terminaron de recibir los profundos agradecimientos de parte tanto de los comensales como de los empleados del establecimiento. Se dirigieron hacia su mesa y Zabini a buscar a Draco en el baño.
Comprobó lo que sospechaba. Pues no encontró ni su rastro. Probablemente se había dirigido a su mansión con la cabeza más caliente que el agua para chocolate.
Procedió a despedirse explicando que tenía que ir a localizar a su amigo. Harry y Ginny también decidieron retirarse, tenían que ir a buscarla.
Blaise tuvo que tomar un taxi y caminar unos cuantos minutos a paso acelerado para llegar al floo público más cercano en la zona mágica de Londres. Todo el proceso le había llevado. No podía usar desaparición, ya habían llamado mucho la atención hacia sí mismos.
Cuando intentó entrar a la mansión Malfoy, descubrió que la entrada estaba bloqueada. Por supuesto, debía haberlo adivinado. Probablemente, con el humor de los mil demonios que le había despertado Granger, Draco no querría hablar con nadie en ese momento.
Tuvo que viajar hacia su mansión y de ahí aparecer a las afueras de la mansión de su amigo. Cuando el elfo abrió la puerta, le informó que el amo se encontraba encerrado en su habitación en compañía de la señorita Parkinson, que tenía instrucciones claras de no dejar entrar a nadie.
