23.

"Maldición, finalmente lo lograste Granger." Murmuró Zabini mientras pensaba en cómo todo había salido mal.

Se preparó para aparecer en su mansión, pero apenas puso un pie en ella sintió que la rabia lo ahogaba.

Comenzó a hacer llamadas vía floo. Tratando de decidir de qué manera podía localizar a Potter o a otro de sus amigos. Finalmente alguien le dio la ubicación de la madriguera. Voló hacia allá y después de convencer a la matriarca de que necesitaba hablar con ellos urgentemente finalmente los localizaron en la mansión Grimauld

Habían buscado a Hermione por todos lados. No la encontraron. Entre los tres decidieron que Ginny y Harry esperarían en su departamento y cuando ella llegara le avisarían a Zabini .

Finalmente cerca de las 10 de la noche apareció de regreso en su departamento. Llevaba en su mano la nota que Ginny le había mandado hacía horas. Le urgía que regresara a su departamento para poder hablar de lo que había sucedido.

Apareció en la cocina casi silenciosamente y depositó su bolsa de mano sobre la isla.

Ginny inmediatamente escuchó y se levantó del sillón caminó hacia el sofá y despertó a Harry agitando su brazo suavemente.

-Ya llegó

-Ah , ok, está bien.- se levantó adormilado y se estiró un poco mientras ya Ginny se dirigía hacia la cocina.

-¿dónde andabas? Te hemos estado esperando por horas. -le dijo mientras observaba cómo se quitaba el suéter que de alguna manera había agarrado de su silla mientras se desaparecía del restaurante.

-Fui a caminar por ahí. Necesitaba calmarme ¿de que necesitan hablar? -les dijo mientras se sentaba en una de las sillas altas en un lado de la isla -¿Por qué están ahora ustedes también apoyándolo? ¿No han entendido que—

-Claro que hemos entendido. -La interrumpió Ginny, levantando al mismo tiempo sus manos para enfatizar sus palabras, después jaló la otra silla un poco hacia donde estaba Harry parado y se sentó mirando en dirección a su amiga.

-Lo que te tenía que decir Draco era muy importante. -Dijo Harry. Estaba parado en el lado opuesto de la isla, enfrente de Hermione .- Bueno al menos eso es lo que creemos. No, espera. -Añadió cuando vio que ella intentaba protestar. -Tienes que escuchar esto. Aparentemente la chica con la que se enredó ese día le dió a beber una droga sin su consentimiento.

-No… ¿como…? No, eso no fue lo que me dijo. Me dijo que había tomado -titubeó ella llena de miedo, ambas manos en sus mejillas. -¿cómo lo sabes? ¿Cómo puedes estar seguro?

Le dijeron que había pruebas. Que Zabini estaba aparentemente enterado de todo y que le habían prometido que intentarían convencerla de que lo dejara explicar.

La mansión Zabini no era ni la mitad de grande de lo que era la mansión Malfoy. Sin embargo aún era una propiedad impresionante, del mismo calibre de lo que un día había sido la mansión Grimmauld que ahora pertenecía a Harry.

Blaise los había esperado en su sala, sentado en un reclinable color marrón y con un libro en sus manos. Cuando llegaron aventó el libro en la mesa de centro de madera y se levantó.

-Bienvenidos, pasen, pasen. Tomen asiento. -los invitó señalando en dirección de los sillones color crema estilo chesterfield. Era un salón muy elegante y acogedor, con piso de madera y muebles sofisticados, decorado en tonalidades de marrón y beige. Había una alfombra gruesa al centro del salón lo suficientemente grande para incluir los 3 sillones, el reclinable, las tres mesitas laterales y la de centro. Había muchas pinturas de paisajes en las paredes y una de una bruja de belleza mítica arriba de la chimenea. Cuatro ventanales en la pared opuesta a la chimenea, en ese momento las cortinas estaban cerradas impidiendo ver el jardín alumbrado con sus faroles.

Se sacudieron las cenizas que cayeron sobre el piso de madera. Los elfos ciertamente tenían razón de odiar este medio de transportación.

Cuando sus amigos caminaban hacia el sofá Hermione, que permanecía en el mismo lugar junto a la chimenea, dijo: -prefiero permanecer de pie, gracias.

Se quedó donde estaba parada, ellos la miraron, pero el que habló primero fue Blaise.

-Vamos, Hermione. No tengas miedo. Esto no es una trampa, no tienes que quedarte cerca de la chimenea. Draco es la última persona que en este momento encontrarías en mi casa…verás que está soberanamente encanijado y bloqueó todas las entradas a su mansión porque no quiere ver a nadie. Ni siquiera he podido hablar con él. Vamos, vamos. -La animó cuando vio que comenzó a caminar. Entonces él se sentó en el brazo del reclinable de piel color marrón.

Hermione miró a Harry y a Ginny de una manera en que pareciera estar pidiendo ayuda o apoyo emocional o algo por el estilo.

-Está bien Hermione. Aquí estamos contigo. Todo va a estar bien. -Le aseguró Ginny.

Se sentó en uno de los dos sillones individuales. Entonces Zabini comenzó.

-Gracias por aceptar escucharme. Ojalá podamos resolver algo que se debería haber resuelto hace meses. De verdad aprecio que hayas accedido a venir Hermione, pero también debo decir, que desde mi punto de vista, este ha de ser el peor error de tu vida… ¿Por qué diablos tuviste que huir el día de ayer? Por Merlín , incluso tus amigos te estaban pidiendo que te quedaras. Sí, para mi, la regaste… de manera soberana. Él té quería explicar por sí mismo….-Hizo una pausa para respirar profundamente. -Lo que pasó ese día es que dieron a tomar Lust-max.

Hermione abrió sus ojos en sorpresa y miedo.

-No puede ser, Blaise, no puede ser, él me dijo que lo que había pasado era que estaba tomado. -Negaba con su cabeza mientras había una mueca de dolor en su rostro.

-Si, bueno, es que él no sabía, ves. Apenas se enteró… ayer.

-¿Estás armando esto? - Hermione se levantó y comenzó a dar pequeños pasos llenos de ansiedad para moverse hacia atrás del sillón, como si este la pudiera proteger.- ¿Estás mintiendo? -volteó a verlo con una mirada confundida.- ¿Cómo es que él no sabía lo que tomó?

-No le dije. Es muy complicado. Verás, es que la chica que estaba con él en las fotos, es ahora mi novia. Yo la había cortejado por un tiempo y la quería proteger del enojo de Draco. Ella me lo confesó todo y yo lo verifiqué con veritaserum. Ella, Sarah, estaba dispuesta ayer a confesarte todo lo que pasó, si así lo necesitabas ayer.. o ahora. También Draco consiguió veritaserum el día de ayer, para que lo pudieras confirmar todo. Incluso tenía un pensadero en su mansión listo para seguir verificando, si así lo pedías.

Hermione estaba parada detrás del sillón, bajo su mirada, puso sus manos en el respaldo, apretando y aflojando sus puños lentamente en el cojín. Se le veía conflictuada, pensando en todas las posibilidades.

-Esperen un momento. -Dijo Zabini y se levantó del brazo del reclinable. -Tengo una idea.

….

Cuando regresó al salón Hermione ya estaba sentada otra vez, pero ahora se encontraba sentada a un lado de Ginny en el sofá, su mano en las de Ginny. Estaban hablando de las posibilidades y sus implicaciones.

-ok, aquí está. -Les mostró una botellita transparente medio vacía y siguió caminando hacia el reclinable. -Te veo dudar Hermione, pero mira que suerte, Draco aún no me pedía el resto del sérum que usamos para Sarah. Esto es veritaserum. -Se los mostró y lo colocó sobre la mesa centro. Se quedó pensativo por un momento y se levantó. Fue hacia la credenza a un lado del salón, sacó un marcador y regresó al reclinable.

-Esta es una dosis de un muy caro veritaserum de alta calidad conseguido vía contrabando. No tiene el sello de autenticidad de parte del ministerio. -Se estiró para tomar la botellita.- Pero aunque lo tuviera, dudo que sería suficiente para que confiaras. -Miró a Hermione, levantó la botellita y le puso una marca con el marcador negro.- Vamos a dividir esta dosis en dos partes, una muy pequeña, aproximadamente la cuarta parte, que tendrá un efecto muy bajo y de poco tiempo. La otra la tomaré yo para confesar lo mismo que ya te he dicho.

-Yo la puedo tomar. -Dijo Harry rápidamente.

-No lo creo- dijo Zabini. -Es mejor que la tome Hermione y que compruebe en carne propia la eficacia. ¿Qué te parece? -Con esto, volteó a ver a Hermione que ansiosamente mordía su labio inferior mientras sus dos manos se deslizaban nerviosamente sobre sus rodillas.

-Si. Si. Creo que tienes razón. Así que yo lo tomaré primero y revelaré algo que no desearía revelar ¿Cierto?

-Si. Escoge algo que no sepamos, dinos qué preguntar y después de tomar la poción tratarás con toda tu voluntad de mentir o de evitar contestar.

-Esta bien, dame un momento.

Bajo su cabeza, algunos de sus rizos color caramelo cayeron cubriendo parcialmente sus mejillas, su mirada estaba desenfocada. Podía escoger cualquier recuerdo ¿Cierto? Pero quizás sería mejor si se tratara de algo que ella realmente quería ocultar para que esa emoción le ayudará a pelear con todas sus fuerzas el revelar la verdad.

Ginny puso su mano en la pierna de Harry, por alguna razón se sentía nerviosa. Él la tomó con su propia mano.

-Ya lo tengo. -Dijo Hermione suavemente, casi como si estuviera hablando consigo misma, levantando después su mirada hacia Zabini. -Hace unos años estuve enamorada de alguien. Traté de evitar que el mundo se enterara, creo que lo logre, creo que nadie se enteró, pero en algún momento se lo confesé a otra persona. Nadie excepto esta persona lo sabe… creo. Es una experiencia única en mi vida. No soy una persona muy enamoradiza y siempre había en quien confiar en circunstancias similares.

-okay. -Dijo Blaise mientras Harry y Ginny miraban a su amiga perplejos.

Zabini llamó a su elfo para pedirle una cuchara.

No se refería a Lockhart pensaba Ginny. Eso había sido muy obvio, ellos se habían enterado, había sido extremadamente fácil leerla. Tampoco se trataba de Víctor o de Cormac. Ella se había enterado de todos los detalles jugosos.

-Nunca me dijiste nada. -le dijo Ginny con la mirada fruncida.

-Sorry. -Les dijo a ambos.

-Bueno basta de confesiones. Ahora se que no fue a ustedes a quienes les dio su secreto. -Dijo Zabini mientras tomaba la cuchara de la mano del elfo. -Gracias. -le dijo al elfo y estiró su brazo con la cuchara en dirección de Hermione. -Toma, vacía por favor a la cuchara la cantidad de poción necesaria para llegar hasta la marca en el frasco. Tómala y estaremos listos para comenzar. -después de que ella tomó la cuchara él le acercó también el frasco de veritaserum.

-¿Sabes cuánto dura el efecto? -preguntó Harry moviéndose en el sillón un poco hacia adelante.

-No estoy muy seguro, pero calculo que unos 15 minutos. Mmm. Después de la prueba podemos esperar a que pase el efecto. Si gustas puedes esperar en la biblioteca, Hermione, hasta que la sensación de cosquilleo en tu lengua pase por completo, eso te indicará que se acabó el efecto,

-Okay, quizás, pero según recuerdo, mi percepción de lo que está sucediendo no se alterará en absoluto ¿cierto?

-Así es, todas tus facultades estarán intactas, excepto por una incapacidad de ocultar la verdad.

Hermione asintió con su cabeza y después miró la cuchara que tenía en una mano y la botellita que tenía en la otra. Se dió cuenta de que, en cuanto las levantó un poco, cuando ya no las apoyaba sobre sus piernas, comenzaron a temblar suavemente . O más bien que el temblor ya sería imposible de ocultar. Se giró hacia su amigo con ojos preocupados.

-No puedo. -le dijo mientras le mostraba sus manos.

-Dámelo. Yo te ayudo. -Tomó la cuchara de las manos de Hermione. La tomó por el mango, era una cuchara que parecía ser de plata, gruesa y sofisticada.

Después tomó el frasco, pensó por un segundo y volteó a ver a Ginny.

-Toma la cuchara un momento.

Destapó el frasquito y extendió su mano vacía en dirección a Ginny para que ella le devolviera la cuchara.

-Aqui. Yo la sostengo, tú vacía la cantidad apropiada.

-Esta bien. -accedió Harry. Y se acercó un poco a su novia para vaciar lentamente la cantidad adecuada.

Vacío lentamente una pequeña cantidad del líquido transparente y checo el frasco, después de vaciar otras dos veces cantidades cuidadosamente calculadas quedó satisfecho.

-Listo. -Le dijo a su amiga.

Hermione se giró lentamente en el sillón y se inclinó para acercar su boca a la cuchara. Titubeo un poco y abrió su boca para ingerir el líquido. Lo tragó y se giró nuevamente para regresar a ver de frente a Blaise que la miraba fijamente.

-Démosle un minuto para que tome toda su potencia.- Dijo Blaise y, después de observar cuidadosamente su reloj, con un gesto de su mano le pidió la cuchara y el frasco a Harry.

Dejó el frasco con cuidado en la mesa, en una cajita con almohadilla, y llamó al elfo para entregarle la cuchara. Aprovecho para darle un par de instrucciones concernientes al correo por enviar. Cuando se retiraba el elfo con sus instrucciones Blaise miró a la bruja del trío dorado.

-¿Ya comenzaste a sentir algo en tu lengua? Si no, podemos esperar un rato más.

Estaba nerviosa, ya podía sentir un cosquilleo en la lengua y una especie de ansiedad por todo su cuerpo. Definitivamente algo estaba pasando, había un efecto de la poción. Aunado a todo, tenía frío por el miedo que le corroía las entrañas.

-Creo que no necesitamos esperar más. Ya lo siento, es muy claro.

-Bien. -dijo Zabini, volviendo a mirar su reloj y enderezándose un poco en el sillón reclinable. - Fueron 5 minutos. Dinos Hermione, ¿quien es esa persona de la que estuviste enamorada y que ocultaste para que nadie se enterara? Y ¿A quién le confiaste tu secreto?

-Fue… fue… quiero mentir, lo estoy intentando. Siento esta ansiedad, esta desesperación. -se le podía ver sufriendo. Respirando muy superficialmente. Comenzó a sudar frío, un poco de humedad comenzaba a aparecer en su frente. Sus manos estaban heladas.

Ginny la miraba preocupada. Se preguntaba de quién se trataba. ¿Por qué estaba tan conflictuada? Sería porque estaba peleando la poción o sería porque tenía miedo de confesar. Quizás eran las dos razones. Pero ¿por qué ? ¿de quién se trataba? Quizás era alguien complicado que la haría sentir muy incómoda. Quizás había sido Harry su amor platónico ¡qué horror tener que confesarlo enfrente de ambos! O quizás había sido alguien muy inconveniente como… el profesor Snape o Hagrid, no,no,no. O quizás ella no había salido del closet y era homosexual, no, no homosexual sino bisexual, quizás había estado enamorada de Tonks o de ella… Ginny pasó saliva dolorosamente volteó a ver a Harry que estaba más interesado en el sufrimiento físico de Hermione que en lo que pasaba en el corazón y la mente de su amiga.

De repente Hermione giró su cabeza hacia sus amigos y sin mirarlos directamente comenzó a hablar.

-No puedo más, me está ahogando. Fue de un Weasley.

Ginny abrió sus ojos desorbitados, ojalá que no fuera de ella de quien había estado enamorada.

Una vez que Hermione notó el alivio que sentía comenzando a confesar ya no deseaba parar. Volteó a ver al dueño de la mansión y continuó.

-Hace unos años estuve enamorada de Bill. Lo oculté porque nunca creí que alguien tan sofisticado se pudiera interesar en mi. Además había muchos años de diferencia y yo era menor de edad. Muy pronto él empezó a cortejar a Fleur. Sufrí por un tiempo pero me olvidé de él pensando en Ron.

Ginny se dejó caer sobre el respaldo del sillón en alivio, casi como si se hubiera desinflado.

Su respiración se veía más tranquila. Sacó un pañuelo de su bolsa y secó su frente para después continuar.

-Draco era la única persona que lo sabía. Se lo dije la tarde que nos besamos por primera vez. -Lo último lo había dicho con una exhalación de alivio.

Ginny se sentía alegre de que no había sido nada dramático , así que divertida y con una sonrisa preguntó:

-¿Besa bien?

-¡Ginny! -exclamó Hermione sorprendida, pero tuvo que contestar. -Si ¡oh por Dios! es el mejor.

-¿y en la cama? -se carcajeó Ginny mientras todos la miraban sorprendidos.

-¡de verdad, Ginny! -Hermione desaprobó con su cabeza y contestó despacio, sin pelear la emoción. - No conozco a nadie más de esa manera, pero dudo que haya alguien mejor, sin ofender a los presentes.

-Ah, pinche Draco. -dijo Blaise.- Les prohíbo decirle algo al respecto o se le irán los humos de grandeza hasta el cielo. Está bien, basta de chistes. Es tiempo de que yo la tomé.

Se estiró a tomar la botellita de su cajita sobre la mesa de centro.

-No necesitas tomarte eso, Blaise. Te creo. Yo…yo no pude mentir. De verdad que lo intenté. -comenzó Hermione, cerró sus ojos en desesperación e inclinó su cabeza mientras ponía su mano derecha en su frente. -No se si quiero oírlo ¡oh por Merlín! ¿Qué voy a hacer?

-Lo siento. -Dijo Blaise justo antes de empinar la botellita en su boca para beber todo el contenido. -Es mejor hacerlo bien, de esto no deben de quedar dudas ¿No lo creen?- No estaba realmente interesado en que le contestaran así que miró su reloj y continuó mientras dejaba nuevamente la botella ahora vacía en la caja de cartón con un cojín de protección. -Muy bien, ahora esperemos un poco para que les repita lo que ya les dije.

~¿Que voy a hacer? -Hermione les preguntó nuevamente a sus amigos. -Debería ir a buscarlo ahora.

-Si, en cuanto termine Blaise yo te acompaño. -le aseguró Ginny.

-No. Definitivamente tienes que pedir disculpas pero me parece que estás olvidando un pequeño detalle. -Le dijo Blaise acomodándose de forma relajada en el sillón reclinable. -No hay manera de hacerlo hoy. Está súper encanijado, así que yo creo que vas a tener que esperar hasta mañana. Además, a esta hora de la noche no es buena idea comenzar a andar tramando posibles estrategias que lo más seguro es que fallen. Mañana seguro que lo podrás encontrar en su oficina. Ahórrate la desvelada.

Esperaron un poco más de los cinco minutos que esperaron para Hermione y entonces Zabini repitió su confesión. Hermione la escuchó cabizbaja, abrazándose a sí misma. Harry y Ginny le aseguraron, no muy seguros de ello, que todo estaría bien. Ginny insistió en que la llevaran a su casa. Eso hicieron. Cuando la dejaron sola después de darle muchas frases de aliento se preparó para dormir pero lo único que pudo hacer toda esa noche fue moverse de un lado a otro en la cama.

Finalmente a las 5 de la mañana decidió parar la tortura y levantarse.

A esa hora comenzó a prepararse.

Le dolía el estómago de hambre pero se sentía muy ansiosa como para sentarse a comer. Pero quizás preparar algo que pudiera comer cuando regresara de ver a Draco. Si es que todo salía bien.

Partió una manzana para hacer una cacerola de avena con manzana y canela. Pero lo hizo muy lentamente de manera casi terapéutica. Partiendo los cuadritos lo más excepcionalmente parejos. Ocho milímetros de lado. De la manera en que se preparan los ingredientes para una poción. Cuidadosamente, sin errores.

Terminó de cocinar y se quitó el delantal, entonces escuchó la voz de Harry que le llamaba desde la chimenea.

-Hey. Buenos días ¿cómo dormiste?

-Hola. Buenos días. No dormí muy bien ¿y ustedes?

Sin detenerse a pensar en lo que eso implicaba, la imagen de Harry en el fuego continuó.

-Zabini quiere hablar contigo. Quiere venir a discutir algo urgentemente contigo. Quiere que le de tu información para que pueda viajar por floo a visitarte. Que modifiques las protecciones de tu casa para que pueda entrar.

-Si, está bien. Dáselo y yo modifico la protección ¿Que pasa, Harry?

-Parece que hubo complicaciones. El ya té explicará. Me voy. Oh, una cosa más te pide que por favor no leas "el profeta" cuando te llegue.

La imagen de Harry desapareció de la chimenea. Por un par de minutos Hermione modificó la protección para admitir a Blaise y después se quedó parada mirando el lugar desde dónde su amigo le había hablado y por donde llegaría Blaise quizás en cuanto Harry le diera su información.

Un búho depositando el periódico en el buzón de la ventana la sacó de su mente que daba vueltas en círculos.

Caminó hacia la ventana y la deslizó para abrirla y alcanzar el bendito periódico que no debía leer. Lo sacó del buzón, que era básicamente una caja sin tapa, simulaba una maceta que permanecía todo el año sin plantas. Lo dejó sobre la mesa y no pudo evitar una mirada rápida. Alcanzó a observar el cabello de una persona, al menos una porción, una quinta parte de la cabeza de un alguien que estaba segura era Draco. El color era inconfundible, además se leía una D y una r arriba de la porción de la foto.

Caminó hacia atrás alejándose de la mesa y acercándose a la chimenea. Sin quitar sus ojos del periódico.

¿Qué era lo que había sucedido? Eran tantas las posibilidades. Algo malo podría haberle pasado a Draco… No, por algo Harry no había acudido a su ayuda, quizás eso quería decir que Draco estaba a salvo, que nada devastador le había sucedido, por eso ni Harry ni Ginny estaban ahí.

Decidió voltearse en dirección de la chimenea para poder observar a Blaise en cuanto llegara y para olvidarse de pensar en la posibilidad de tomar el periódico y simplemente leer. Ella sabía cómo contenerse, como disciplinarse a sí misma. Pero también sabía cómo romper las reglas cuando era necesario. Y en ese momento precisamente, no sabía qué era lo conveniente. Lo único que sabía es que la desesperación la consumía por dentro. Movía nerviosamente un pie y acariciaba su mejilla y su oreja para evitar llevarse la mano a la boca y retroceder al hábito infantil de morderse las uñas.

Finalmente, después de tres interminables minutos, Zabini apareció en la chimenea.

-¡Diablos, Granger, diablos! -Dijo Blaise, y ni siquiera se molestó en sacudir sus ropas. Iba vestido mucho más casualmente que otros días. Caminó un par de pasos dentro del departamento mientras pasaba una mano por su cabellera. - No has mirado el periódico ¿verdad?

-No. -Se giró un poco hacia la mesa para apuntar hacia el periódico que aún estaba enrollado con la ayuda de una liga. -No te diré que fue fácil, pero no, no lo miré. Está enrollado tal como me lo entregaron.

-Está bien, ya puedes abrirlo y enterate. Anda, ve y ábrelo, de cualquier manera te enterarás tarde o temprano, y creo que sería más temprano que tarde. -le dijo mientras caminaba hacia la mesa del comedor que estaba hacia el lado izquierdo de la chimenea.

Ella había hecho lo mismo y había caminado hasta la mesa levantó su mano lentamente y tomó el periódico. Cuando quitó la liga lo extendió sobre la mesa y Zabini pudo también ver lo que ya había visto en su casa, en su propia copia de "El Profeta".

Ella no pudo contener totalmente un pequeño suspiro de sorpresa. En el periódico, ocupando media plana, en la parte superior, se veía a Draco con su mano en el hombro de Pansy, abrazándola. El encabezado estaba escrito en letras especialmente llamativas "HEREDEROS DE LA DINASTÍAS MALFOY y PARKINSON SE COMPROMETEN EN MATRIMONIO ".

Zabini le dio tiempo para que leyera y espero a que ella hiciera el primer comentario.

-Draco…él… ha estado saliendo con Pansy. -Dijo casi para si misma.

-No Granger, no. Su padre lo ha estado presionando para que se case lo antes posible. No entiendes. -Zabini frunció un poco su boca, después jalo la silla atrás de la que estaba parado y se sentó a horcajadas, sus antebrazos sobre el respaldo. -No sabes, ni te imaginas lo que significa ser el heredero de tal fortuna ¿verdad? Lo qué pasa es que su padre no quiere qué algo le vaya a pasar sin que haya traído a la vida, al menos, un par de herederos. Lo último que desearía es que el ministerio se quedara con sus propiedades. No se si conoces a Lucios, es un hombre muy ambicioso. Draco quería regresar contigo. Te ha estado esperando. Pero, no sé, creo que ayer se ha de haber puesto grave, muy grave, después de tu escena. Mira que desaparecer de esa manera, en pleno restaurante muggle.

…..

Estaba sentado concentrado en el análisis financiero del primer semestre del año. Tratando de detectar las áreas de oportunidad y las vulnerabilidades de la empresa que su padre había fundado. Folders y folders de diferentes colores, llenos de documentos con información, enfrente de él. Tantas decisiones que tomar y gente que supervisar. Para algunas personas podría ser abrumador pero, en su caso, dar órdenes se sentía natural, lo había hecho desde niño. Incluso dar órdenes a Crabb y Goyle había sido tan sencillo sin importar que eran dos de los chicos más musculosos en la escuela en aquel entonces bastante más altos que el.

Tenía que enviar a Jensen a visitar a uno de los proveedores o quizás lo tendría que hacer él mismo. Algunos de los insumos más lucrativos siempre estaban escasos y, para solucionarlo, quizás habría manera de incursionar en el mercado muggle. Era un área de oportunidad que hasta ese momento no se había explorado.

Mandy tocó a su puerta y eso lo llevó a levantar su mirada, súbitamente y con molestia. Que diablos se ofrecía ahora, ella sabía que no quería ser distraído por asuntos banales, este análisis era complicado.

-Si, Mandy ¿Qué se ofrece que no pueda esperar?- le dijo seriamente mientras daba pequeños golpecitos desesperados con la pluma en el escritorio.

-Siento mucho distraerlo licenciado- contestó su secretaria. Inmediatamente entró a la oficina, no sin dar un último vistazo hacia afuera, como si estuviera cuidándose de no ser seguida. Cerró la puerta, lo cual le pareció extraño al chico que llevaba el título de accionista mayor de esa empresa, y continuó en voz baja. - La señorita Hermione Granger está afuera. Preguntó si será posible que la reciba el día de hoy. Me dijo que tiene un asunto personal que hablar con usted.

Cuando el nombre de su ex fue mencionado, de repente los golpes en el escritorio se detuvieron. Draco dejó la pluma en el portaplumas, bajo la cabeza un poco para después masajear la parte de atrás de su cuello.

¿Qué carambas se suponía que hiciera? ¿Qué diablos hacía aquí? ¿Por qué carajos venía a robarle la tranquilidad una vez que ya todo se había acabado.

Pasaban segundos interminables, así que Mandy ofreció ayudar.

-Claro que le puedo explicar que usted está muy ocupado. Le puedo pedir que le deje su mensaje.- le dijo y lo miró enderezarse en su sillón ejecutivo, apretar su boca con molestia y después empuñar sus manos que había colocado sobre el escritorio.

-Dile que le puedo dar 10 minutos, máximo. Ella sabe el camino.

….

Hermione llegó a la puerta de la oficina. Mandy se había mostrado fría al darle el mensaje de Draco. Muy diferente a cómo había sido tratada en el pasado. Miró la manija y sintió su mano hormiguear para después humedecerse un poco, la apretó inhaló profundamente y la llevó a abrir la puerta.

Inmediatamente lo pudo ver. Estaba de pie mirando la calle a través del ventanal, estaba dándole la espalda, ambas manos en los bolsillos de su pantalón de vestir gris Oxford.. Su oficina olía a café, a pasto recién cortado, a papel nuevo y su loción. La loción que ella había olido en sus propias ropas en incontables ocasiones. Su corazón se aceleró, tragó saliva y cerró la puerta detrás de ella.

-Draco. -Le dijo y lo vio girar un poco su cabeza, no para mirarla pero para dejarle saber que estaba enterado de su presencia. -Eh…Buenos días. -Titubeó y lo oyó exhalar un sonido exasperado.

Giró su cabeza un poco nuevamente, un movimiento tan pequeñito que ni siquiera la podía ver, sólo le dejaba saber que se estaba dirigiendo a ella.

-Toma asiento.

Ella obedeció. Caminó silenciosamente casi con reverencia, tomó asiento y permaneció en silencio un momento, mirándolo. No parecía que quisiera voltear y mirarla. Se movió incómodamente en la silla y notó que su boca estaba seca y su garganta era un nudo. Hubiera querido darle todo el tiempo que él necesitara para procesar el recibirla en su oficina y hablar con ella. Para que dejara de ignorarla… para que pudiera voltear y mirarla.

Pero había un límite de tiempo.

Mandy había sido muy clara cuando le advirtió en un tono de voz amenazadora "el licenciado Malfoy se encuentra muy ocupado con responsabilidades extremadamente urgentes. Le pediré ser respetuosa y tomar, máximo, 10 minutos que él, generosamente, ha robado de su muy apretada agenda."

-Lo siento mucho, Draco. -Empezó ella con una voz que vibraba con pena.

-Joder. -Dijo, y no había duda de que estaba muy molesto. Finalmente volteó para mirarla fijamente a los ojos y su mirada era tan fría como el aire del ártico. -¿Qué madres haces aquí? -Le preguntó y su párpado brincó en un tic de rabia - ¿Disculpas? ¿De qué chingados hablas?

Iba a vomitar lo sentía. Pero tenía que continuar. Una lágrima cayó por su mejilla y la limpió rápidamente.

-He sido una tonta. Y entiendo que estés tan enojado conmigo. Lo merezco, merezco que me desprecies por el resto de mis días.- Le dijo con mucho dolor.

El chico se percató de su estado emocional y comenzó a caminar hacia su sillón ejecutivo de su escritorio. Parecía ya no haber odio si no solo seriedad y una pequeña intención de escucharla.

-Draco, nunca me imagine. Y me mata que yo no estuviera ahí para apoyarte. Me siento tan avergonzada. Si tu me hubieras hecho lo que yo te hice, quizás yo no te estaría dando una oportunidad, como esta, de pedir disculpas. Y esa chica… esa chica intentó abusar de ti. Ella intentó violarte

El ya se había sentado en su sillón y con la última idea que ella le externo, él se rió incrédulo e involuntariamente. Era lo último que esperaba escuchar. Una chica violarlo, sexualmente ¿cómo se le ocurría pensar eso?

-Un momento ¿violarme? -Se rió nuevamente con un gesto de escepticismo en su rostro y se recargó cómodamente en el respaldo. -No creo que hubiera podido hacer nada si yo no tuviera cierto interés.

-Pero la poción, Draco. Ella no te dijo nada. Te ocultó información, te mintió y si no hubiera sido por la poción tú no hubieras permitido cosas. La prueba es que después de que Blaise te dio el antídoto tú no regresaste a buscarla. Ella abusó de ti y causó mucho daño… a ti… y a mi.

Él empujó su sillón hacia atrás y se levantó, dio un par de pasos hacia el ventanal y después se giró para darle la cara. Estaba muy serio nuevamente.

-Si quizás ella me hizo daño pero quien más me lastimó fuiste tú. Meses y meses en que el haberme conocido tan cercanamente no sirvió de nada. Meses interminables en los que todo mi esfuerzo fue ignorado. En el que todo lo que fuimos no sirvió para garantizar unos minutos de tu tiempo en los que me pudieras escuchar.

Sus manos se habían expresado con movimientos casi violentos. Y al final respiraba con dificultad.

-Lo sé y lo siento profundamente.

-Maldita pésima sincronización ¿verdad? Te preocupaba que hubiera tenido relaciones sexuales con ella, bueno pues permíteme informarte. -Había estado casi regañándola y en ese momento se dobló un poco para poner sus manos sobre el escritorio y poder mírala más directamente a los ojos. -Ayer tuve sexo con Pansy Parkinson. -Le dijo lentamente y con gravedad, enfatizando el peso de cada palabra. Después se enderezó y continuó. -Mi primera relación sexual desde la última vez que estuvimos juntos tú y yo. Así que maldita pinche sincronización de eventos. No se que chingados puedo hacer con tu petición de disculpas. Un momento.

Se sentó en su sillón y abrió el primer cajón de su escritorio. Y rápidamente encontró lo que buscaba.

-Aquí. -Sacó el periódico de ese día y lo lanzó hasta el otro lado del escritorio para que cayera en frente de ella, la primera plana desplegada para sus ojos. -El próximo fin de semana tendré una fiesta para comprometerme en matrimonio.

Hermione miró la primera plana que había ya leído varías veces ese día, mordió su labio y se forzó a hablar sin llorar.

-Lo se. Ya me había enterado. Pero Blaise insistió, y creo que tiene razón, en que te debía una disculpa desde hace mucho tiempo. Y en que lo debía hacer inmediatamente. Lo antes posible, antes de que se extienda la noticia de tu compromiso y se pueda prestar a confusión y chismes si la gente se entera de que tu ex te visitó en privado. Esto no es para mí, Draco. Es para darte lo que te mereces, la oportunidad de saber cuanto me duele haberme equivocado. Sé que te perdí, que no merezco tu perdón. Pero tienes derecho a saber que estoy muy arrepentida. Que reconozco que tienes derecho a ser feliz con la mujer que elijas y que yo pagaré por mis errores por el resto de mi vida sabiendo que es mi culpa el que te haya perdido. Tienes derecho a saber que voy a tener una vida para arrepentirme.

Hubo un momento de silencio denso. Después Hermione exhaló resignada y se enderezó en la silla.

-Bueno. Tu secretaria dijo que tenías a lo más diez minutos. Creo que ya se agotaron.

Tomó su bolsa y se levantó.

-Adiós, Draco. Te deseo lo mejor en la vida.

Draco estaba serio, sentado en su sillón ejecutivo, impactado por todo lo que acababa de suceder. La miró caminar hacia la puerta y cuando la abrió finalmente pareció se descongeló.

-¿Granger?

Ella volteó y lo miró con ojos tristes.

-Estás muy delgada. -le dijo en un tono suave.

Ella sonrió con sus labios pero sus ojos seguían tristes.

-Muchas veces no siento hambre.

-Cuídate. -Le dijo para despedirse.

Ella asintió con la cabeza antes de dar el último paso para poder cerrar la puerta.