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Finalmente había vuelto a ser Chariot du Nord. Ella jamás pensó a ser aquella mujer que fue hace más 7 años. Incluso, se juró así misma que jamás mostraría su verdadero yo de nuevo ante la sociedad. Pero ahora era diferente, por qué la escuela Luna Nova estaba en peligro. Tanto el personal, como alumnas inocentes iban a morir a manos de aquella energía desconocida. La única que hizo algo para detener esa amenaza era nada menos que la maestra Holbrooke.
—No se preocupe maestra Holbrooke. Estaré ahí para usted.
Una vez quitado su uniforme del profesorado para mayor movilidad, y dejarlo caer en el suelo. Ella retrocedió unos pasos hacia atrás, para justamente cometer para lo que probablemente hubiera sido una tonteria.
—Joder! —Decía nerviosa y asustada— No había hecho esto desde que tenia 16 años, espero no haber perdido el toque.
Una vez estado lo suficientemente atrás, se puso en una posición como un deportista de atletismo haría, en cuclillas, cerca del suelo. Para luego tomar impulso para saltar hacia adelante, cosa que hizo con una velocidad impresionante. Cuando ella ya estaba en el aire, justo cuando iba cuesta abajo, de repente, saco su varita pronuncio el siguiente Hechizo.
— [Accio: escoba]
El encantamiento convocador (Accio) es un encantamiento que hace que un objeto inanimado que está a distancia de quien lanza el hechizo vuele o levite hacia sus brazos. Este hechizo requiere que el lanzador visualice claramente el objeto a convocar en su mente antes de realizarlo. En este caso, ella visualizo la escoba que la profesora Nelson siempre traía consigo, que justamente le era útil en esta ocasión.
Entonces, la susodicha profesora sintió como su escoba había salido volando para que fuera atraída hacia una persona desconocida que caía justamente de la torre de astronomía. Eso no tardó en llamar la atención de las profesoras presentes.
— ¿¡Qué demonios?!—Exclamo sorprendida la profesora Nelson ante el hecho que su escoba le había sido arrebatada.
La maestra Finnelan dijo con suma preocupación. Principalmente porque una nueva intrusa se había sumado a la ecuación de este desastre inminente.
—¿Quién es esa mujer? Se me hace familiar.
Ella fue testigo de cómo la mujer había agarrado la escoba con una habilidad y destreza increíble. Luego también vio como tomo vuelo en dirección hacia la maestra Holbrooke, quien estaba resistiendo con su gran hechizo la gran energía que se aproximaba a la escuela.
—¿¡Acaso está loca?! Sea quien sea, al intervenir en la labor de la profesora Holbrooke de proteger a la escuela, nos condenará a todos.
De repente apunto su varita en dirección hacia la mujer que volaba en su escoba, antes que llegara a la profesora.
—[Everte Sta...]
Desafortunadamente para ella, no pudo pudo conjurar su hechizo de ataque.
—[Expelliarmus]
De repente un hechizo Expelliarmus le fue lanzado a la profesora Finnelan, desarmadora en el acto. En consecuencia, su varita terminó cayendo al suelo estrepitosamente. Al voltear quién le había hecho esta acción inesperada, para su sorpresa era la profesora Aurora Sinistra. Quien sostenía su varita con seguridad, en dirección a la profesora.
—¡PROFESORA SINISTRA!—Exclamo la profesora Finnelan, quien se le notaba con una ira creciendo y palpitante.
Aurora Sinistra era una mujer alta con los ojos, piel y el cabello oscuro. Tenía el mismo uniforme del personal de la escuela.
Nadie de las demás profesoras artículo una palabra. El shock era inmenso, se preguntaban, ¿Por qué una profesora atacaría a otra en un momento como este?.
Cómo era de esperarse, las demás también alzaron sus varitas en contra de la profesora. Evidentemente, atacarían solamente si fuera necesario. Eso último le importó un bledo a la susodicha profesora.
—No seas imprudente Finnelan—Decía la profesora aún con su varita apuntando a ella— No haría esto si no fuera necesario, y en esta ocasión tu nos ibas a condenar a todos.
—¿¡Por qué?! ¡Yo estaba a punto de proteger a la Profesora Holbrooke!
Entonces ella continuo con su explicación.
—Es mujer estaba cayendo directamente desde la torre de astronomía. Yo soy la única quien es encargada de este lugar, la única quien deja entrar o salir...
—¿Qué quieres decir Sinistra? —Dijo Finnelan dudosa.
—Que hay una sola profesora que ha ocupado esa torre para su descanso, quien me había notificado que se quedaría ahí un rato. La profesora Úrsula Callistis. No sé cómo logró cambiar un poco su apariencia, pero se que era ella.
De repente Finnelan volteo en dirección hacia donde estaba la mujer pelirroja, quien ya había llegado casi junto dónde estaba la profesora Holbrooke.
—Es imposible…cómo?
Esa mujer no era la Profesora novata que conocía. Podría decirse varias cosas de Aurora Sinistra, pero jamás una mentirosa, y en este caso era segurísimo que eran verídicas las declaraciones de ella.
"¡¿Quién demonios ha sido ella todo este tiempo?!" Pensó asustada, mientras observaba el cielo, quien seguía oscurecido por la gran energía acercándose.
Mientras tanto, Úrsula o Chariot se acercó a gran velocidad a la profesora Holbrooke. Quien aún resistía a la gran energía, pero la salud de ella no se veía para nada alentadora. Pues, había empezado a sangrar un poco, dejando un hilo de sangre en las comisuras de sus labios.
Una vez que llegó justo a su lado. Holbrooke, notando que estaba ahí, le dijo.
—¿¡Que haces Úrsula!? ¡Aléjate!—Exclamo la profesora— yo puedo sola...
Holbrooke no quería arriesgar a nadie, incluido a su personal. Tenía confianza en sus habilidades, pero poco a poco su edad le estaba pasando factura. Ya no era resistente como antes, había forzado demasiado la magia dentro de su organismo. Incluso, su confiable bastón estaba presentando grietas, mismas que lo estaban dejando inutilizable.
Poco antes que llegara Úrsula, ella estaba concluyendo que podría utilizar su fuerza vital para aumentar sus habilidades, para poder dispersar está energía. Este hechizo, era el llamado "Vitalis", unos de los mas peligrosos que un mago podría conjurar. Moriría, pero sabría que ya era su hora, aceptar el destino que todo ser humano tiene. La muerte.
—No dejare que usted muera!—Declaro la mujer, quien de repente agarro el bastón mágico de la profesora.
Ambas tenían en sus manos el bastón.
—Mi niña, vas a arriesgar tu salud en esto, déjame utilizar el vitalis en mi…—Dijo preocupada por aquella chica que conoció hace más de 7 años.
—Maestra, no tiene que preocuparse por mí. Unos años saludables de vida que perderé, valdrán la pena por proteger la escuela. Y a usted también…—.
De repente, la magia dentro de Úrsula estaba manifestándose en su interior, para luego manifestarse en el exterior. Siendo que cada centímetro de su cuerpo se estaba cubriendo de su magia vital. Aquella en la que todos los seres vivos en este mundo poseen.
—[vitalis translatio]—Dijo Úrsula el hechizo con suavidad.
La maestra Holbrooke, no hizo nada más que asentir, y seguirla en lo que hiciera. Después de todo, sabía lo que ella era capaz, aun sin lo que le hacia especial.
La magia poderosa que poseía se había ido, pero podría dar un esfuerzo extra. Ella sabía, que esto le cobraría factura cuando llegue a una cierta edad. Pero no importaba, se enfrentaría a la vejez con la misma valentía que la guerra.
—Aquí vamos Úrsula!—Ahora sentía que el bastón estaba aumentando en poder mágico—.
—Maestra—Dijo Úrsula dándose cuenta que encontró una mejor solución— Con las habilidades aumentadas, ¡podemos desviar el ataque!, en...
—A dónde? —Preguntó Holbrooke, mientras todavía sostenía con fuerza su bastón—.
—Al bosque...
Era un bosque mítico, pero había mejores cosas en la que pensar como la seguridad de la escuela.
Entonces, en un espectáculo impresionante, ambas alzaron mas arriba su báculo, haciendo que este expulsara una energía verde azulada, cancelando el hechizo defensivo que habían conjurado anteriormente. Pero actuó como un hechizo de ataque, que logro alzarse en el cielo chocando contra la amenaza.
Fue un espectáculo que, en sus años de experiencia, jamás habían visto las profesoras. Fue como ver un sol comisionando con otro, para ser Finalmente ser desviado a otro destino.
Lo que no esperaban era que la energía fue desviada al mítico bosque de Arcturus. Haciendo un espectáculo de proporciones bíblicas. Incluso se pudo ver cómo los árboles salían volando a los terrenos de la escuela, incluso se había sentido un terremoto de leve magnitud que sacudió a la institución.
—¿¡Qué demonios?!—Exclamo Finnelan, al no poder sostenerse por el terremoto.
Graciosamente, las profesoras estaban en un shock profunda por la probable desaparición de una buena parte del bosque, las alumnas, salieron de las aulas, celebrando por qué sus vidas fueron salvadas por la directora y la mujer misteriosa.
—¡Viva la directora Holbrooke!—Grito una alumna de tercer grado.
Mientras tanto, Úrsula estaba sosteniendo a una desmayada directora, como podía en sus brazos. La escoba de la profesora había sido destruida por la gran sacudida de la explosión en el bosque. Así que Úrsula la sostuvo como pudo para que no se cayera.
—La llevaré a la enfermería maestra—Afortunadamente, pudo cargarla mejor con un hechizo que anulaba un poco la gravedad.
El sangrado que se le notaba en su boca le preocupaba demasiado.
Sin previo aviso, un portal de ley había sido abierto cerca de la posición de Úrsula y los terrenos de la escuela.
—¡Mierda, los Aurores y el Ministerio de Magia! —. Dijo Úrsula de mal humor ante la presencia de un pequeño ejército—.
Más bien un enjambre de magos con uniforme de gabardina negra, con sus escobas. Y por supuesto, vehículos como carruajes voladores con cañones de energía de ley en sus filas.
—Aquí vamos de nuevo…—Dijo Úrsula
Concluyó Úrsula, al verse rodeada de nuevo por ellos, con sus varitas alzadas justamente hacia ella.
Continuara….
