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Mi nombre es Atsuko Kagari, ahora mismo me encuentro en la ceremonia de ingreso de la Academia de Luna Nova. No como hubiera querido, ya que parte de mi ropa está sucia y maltratada, con algunos hoyos hechos a partir de mi aventura anterior. Incluso, tengo una herida abierta y que sangra en el dorso de mi mano, que afortunadamente está cubierta con una parte de un trapo que traía conmigo y mi nuevo artefacto mágico en la misma mano. Tenía la esperanza que no fuera visible fácilmente para las alumnas que estaban enfrente de mí, y esperaba que tampoco el profesorado que estaba detrás de mí.
Yo sabía que tenía que mantener la compostura, era obvio considerando que acabo de entrar por un portal de Ley en medio del salón de ceremonias. Tenía que dar explicaciones, tenía mostrar madurez para enfrentar las posibles consecuencias que me esperaba. Pero no lo hice, me negué hacerlo a pesar de que mi conciencia me lo indicaba.
—¡Finalmente! —Exclamé emocionada— ¡Lo hice! Jajaja ¡Estoy viva! — Rei y subí mi tono de voz como nunca—
Había una razón por la que lo hice, escape de la muerte. En este mundo, en este siglo de mierda. Mismos que estaban llenos de muerte y guerras, me hicieron que yo escapará de la muerte en otras ocasiones en el pasado. Pero ahora, más que estar en shock o nerviosa, estaba feliz. Feliz de haber salido de ahí por mis propios méritos, feliz de incluso haber utilizado magia de verdad.
Ahora no me importaba que el alumnado me mirara rara a mí, y a mis nuevas compañeras a lado mío. Me importaba el hecho de que estaba viva y en la academia de mis sueños, Luna Nova. Incluso, tuve la osadía de levantar mi nuevo artefacto mágico al aire para mostrar mi victoria.
En ese momento, también recordé como fue que llegué a estar aquí. Todo lo que me tocó vivir empezó hace no menos de dos horas. Cuando llegue aquí, desde Londres.
Recuerdo que estaba en un viaje en Locomotora que se dirigía a Merlintown, un pueblo que me indicaron que ahí estaría la forma de ingresar a la escuela. Yo iba en la clase baja, pero afortunadamente, no había muchas personas más que adultos que tal vez provenían de ahí. Eso sí, eso no me salvaba que el olor a cigarro inundará gran parte de la zona de asientos, pero era soportable por la ventanilla abierta, que estaba a lado mío.
No podía contener la emoción de poder asistir ahí. Incluso, la paciencia se me estaba agotando para que la locomotora me llevará a mi destino. Solo me quedaba contemplar el paisaje boscoso que me ofrecía el sur de Inglaterra.
Sin darme cuenta, observar el entorno a mi alrededor me resultó mejor de lo que esperaba. Las dos horas que el señor encargado de dar las indicaciones nos dijo antes, se fueron volando como las aves que me tocó ver en el paisaje.
Sabía que mi viaje terminó cuando la locomotora paró en lo que sería una rústica estación. Para luego, sonara la campana que el supervisor de seguridad tocó para indicar que hemos llegado.
Yo sin esperar ni un momento, llegué a tomar mi equipaje rápidamente para ser de las primeras en salir del lugar. Todos los que estaban en el lugar, también salieron después como yo. Dirigiéndose a sus asuntos cómo era lo usual. Mientras que yo, con una gran emoción contemple el pueblo que me daría la forma de entrar a Luna Nova.
Era un pueblo relativamente pequeño. Podía ver al horizonte varias tiendas, juntas que se alargaban en varias zonas bastante concurridas. Solo había pocos autos aquí, no tanto como en Londres. Parecía ser que en el centro estaba más concentrado la zona comercial. Y a los lados estaban las viviendas de los trabajadores.
—¡Esta pintoresco aquí, me gusta!—Dije con mucha alegría—.
No tarde mucho en bajar la pequeña colina donde estaba la estación de tren, todo para adentrarme en el pueblo.
Traía conmigo el traje abrigado de mi padre, así que el frío de esta zona boscosa no sería un problema. También era muy buena ayuda la bufanda que mi madre me tejió. No era una vestimenta que probablemente una señorita comúnmente vestiría. Pero era la único que me ayudaba a cubrirme del frio. No teníamos mucho dinero para comprar más ropa para mí, pero agradecía lo que ellos me dieron.
Pensaba que este pueblo había más gente normal por así decirlo. Nana me había dicho que ese pueblo no era nada normal, que probablemente me encontraría magos o brujas. Pero no me imaginaba a tal grado de encontrarme gente que no vestía normalmente como en Londres, incluso algunos tenían esos lindos sombreros puntiagudos que me tocó ver en mi examen de ingreso.
—Wow.
Sentía que tenía estrellas en los ojos por tanta extravagancia de parte de la moda que los magos tenían. Incluso había algunos que tenían túnicas de colores llamativos. Aunque eso sí, parecía que también estaba mucha de mi gente que no es mágica, creo que para ellos son Muggles, vistiendo como lo veo usualmente. Algo me decía por qué no había mucha gente de Londres en el vagón que se dirigía a Merlintown.
Cuando llegué más al centro, logré ver a unas chicas, al parecer más grandes que yo con uniformes de la escuela. Lo sabía por lo que me había mostrado Nana. Al acercarme a saludar, pude oírlas decir.
—Chicas, la ceremonia de ingreso a Luna Nova ya va a iniciar, los Aurores ya seguramente pedirán a los otros alumnos que vayamos a los dormitorios excepto los nuevos.
Sabía que tenía que ir a la ceremonia de ingreso. Pero no sabía las reglas que tenían los demás grupos de otros años. Me sentía un poco culpable al recargarme un poco en la pared y escuchar una conversación privada. Pero era nueva en el mundo mágico, tenía que saber cosas que ignoro.
Nana me había dicho que los Aurores eran como la policía, pero me preocupaba ya que ella me había dicho que ellos actuaban en las peores situaciones. Me preguntaba que cosa tan mala sucedió para que ellos estuvieran en Luna Nova.
—Rápido! Tenemos que irnos al portal—Una de las otras chicas, jalo a la otra y con ello, las demás se fueron del lugar donde las espiaba.
Pero me dio la idea de dónde comenzar. Entonces me moví un poco más a la derecha, para poder ver a dónde se dirigían. De repente, una chica un poco grosera me dijo.
—¡Oye, quítate! —Dijo ella con un tono de voz un poco grosero.
Al voltear a ver, pude observar quién era. Era una chica, una más alta que yo y delgada. Tiene piel pálida y grisácea, pelo malva y ojos rojos con pupilas blancas. Tiene una expresión relajada, con ojos caídos y medio parpadeantes que la hacen parecer indiferente.
Ella a diferencia de mí, tenía preparado su uniforme de Luna Nova.
Ella sería quien me acompañaría en mi aventura inesperada más adelante.
Continuara...
