Capítulo 1: Entrevista.


El repiqueteo de los tacones rojos al golpear la duela de madera gris, resonaba por toda la habitación, una joven esperaba a que la recepcionista de piel trigueña con cara de pocos amigos la dejara pasar, había peinado sus cabellos negros en una elegante moño, su traje sastre con un peculiar abrigo a cuadros color verde le quedaba a la medida, se sentía confiada en quedarse en aquella empresa de manufactura.

Para no morir de aburrimiento comenzó a divagar observando el enorme cuadro abstracto que adornaba la recepción de paredes blancas donde la ceñuda secretaria la miraba, las figuras sin sentido la hicieron recordar su trabajo anterior.

Desde que salió de la carrera de leyes, Anathema Device había deseado tener un buen puesto en una enorme empresa, así que esa llamada a una entrevista le caía como anillo al dedo, el folder de plástico morado tenía su documentación básica, y su mente estaba empeñada en ganar.

— Señorita Device, el señor Fallen la espera en su oficina —La recepcionista la llamo por su nombre, ella se puso de pie, lanzando un suspiro sonoro, con el cual calmó los nervios que siempre brotan al estar a punto de ser entrevistado, el gerente del área de Recursos Humanos la esperaba, era una empresa grande pero relativamente nueva, tres candidatas habían entrado antes de ella, y por lo que escuchó de boca de ellas, era que el gerente era demasiado noble y una extraña mezcla de juventud con canas.

Su anterior superior era un abogado de cincuenta años, líder de un despachó laboral muy importante, un gerente "noble" se veía demasiado extraño para ella, pero no podía cerrarse a la idea de que su nuevo jefe, además de buena persona fuera mayor solo por unos cuantos años.

La oficina se veía antigua a diferencia de la recepción, el café resaltaba en las paredes donde se levantaba un enorme librero lleno de títulos diversos, algunos se veían extremadamente desgatados, las texturas salpicaban sus ojos enfundados en unas gafas color negro de montura redonda. Por un momento imagino sus antiguos tomos de editorial Gredos que eran su mayor logro en sus años de carrera.

Al mirar al ras del escritorio encontró a un hombre enfundado en traje café, estaba agachado, buscando algo en un cajón aun poco desesperado, ella le dio un vistazo a el cabello que era una maraña de caireles color blanco, enredados entre si dándole un aspecto curioso, Anathema cubrió su boca para que una risa no delatara su intromisión a la oficina, definitivamente el sujeto frente a ella era joven a pesar de aquel curioso color de cabello, calculaba unos treinta y tantos años a lo mucho.

— ¡Por fin lo encontré! — murmuró triunfante, elevando sus ojos azules y abriéndolos de golpe al verla dentro del cuarto, mientras sostenía la pluma que probablemente se habría caído debajo del escritorio de madera de roble — Dígame que no lleva mucho tiempo aquí.

— Sólo unos dos minutos — se disculpó, al parecer la recepcionista no le aviso de su llegada, o el hombre era algo despistado.

La joven le dio una última mirada al librero, antes de tomar asiento en la silla frente a ella.

— Disculpe, Margaret es pésima dando los avisos de llegada para las entrevistas, mi nombre es Aziraphale Fallen, soy gerente de recursos humanos, un gusto — murmuro extendiendo su mano para estrechar la de Anathema, quien pudo ver el cabello despeinado de un rubio casi blanco, los ojos color azul le daban un aspecto alegre a su rostro que tenía una sonrisa amable, detrás del escritorio se veía un cuerpo robusto, no fortachón pero si grueso, su madre se referiría a Aziraphale como alguien "bonachón", pero en vez de empeorar su imagen, el conjunto le daba simpatía a su persona.

Justo como se debía ver alguien que tratará con gente para entrevistas y decir buenas noticias.

El hombre comenzó la entrevista con las típicas preguntas de rutina y después de respuestas acertadas, la sonrisa del gerente se fue haciendo más amplia cada que ella daba una contestación inteligente, sin duda la señorita Device sentía el puesto ganado.

— Me agrada tu CV, sin duda el abogado Shadwell fue uno de los más famosos en la zona norte— ella se turbo un poco, pero no lo demostró— señorita Device, es sin duda una excelente profesionista, ¿Cuándo se podría integrar a esta empresa? — pregunto con entusiasmo, mientras ponía su solicitud encima del resto de los curriculums de los candidatos, ella estaba feliz, deseaba ese puesto y no dudo contestar con seguridad.

— De inmediato, actualmente no tengo un trabajo al cual dar razones.

Recordó con tristeza el rostro de su jefe furioso con ella, si, ya no tenía un motivo.

El gerente aplaudió con emoción y del intercomunicador apretó un botón para hablar a recepción.

— Margaret, ¡pare contrataciones!, acabamos de encontrar a nuestra nueva jefa de jurídico — él sonrió de una manera tan contagioso, ella tenía un dolor de mejillas de tanto permanecer alegre, pero aun así decidió seguir con la finta un poco más.

— Agradezco la oportunidad señor Fallen— murmuro Anathema, el hombre pareció espantado al escucharla decir eso.

— No, no, sin señor, sé que los abogados son muy formales, pero por favor no me vuelva a llamar así, puede decirme Aziraphale o...

—... o Azira, todo mundo le decimos así en la oficina — dijo una voz grave a su espalda, Anathema volteo para quedarse boquiabierta, un hombre alto con gafas para el sol, de cabello rojo oscuro, y aperlada piel, estaba en el marco de la puerta recargado en ella, con las manos ocultas en los bolsillos del pantalón negro y los hombros ligeramente encorvados, vestía una chaqueta que olía a cuero, y una bufanda con cadenas, a diferencia de ellos se veía bastante informal, pero no parecía desarreglado.

— Creo que debo despedir a Margaret— contesto con pesar el rubio— señorita Device, le presentó al Anthony J. Crowley, mi mano derecha — sonrió apenado, a diferencia de Aziraphale, el señor Crowley derrochaba seguridad, de pie frente a ella extendió su mano, Anathema se puso nerviosa, pero correspondió el saludo mientras sentía como si sobre aquellos lentes negros, tan curiosos, sus ojos se clavaran con odio sobre ella.

— Ya te decidiste por ella, creo que es una buena elección, ¿Cuantos años tienes? — pregunto el pelirrojo, observándola detenidamente, ella intento no parecer cohibida pero no quería ver su espacio vital delimitado con la altura del hombre que tenía frente a ella...

— Tengo veinticinco años — respondió algo nerviosa la joven, sentía que la seguridad, se les escurría a los pies, el hombre la miró como si la edad no cuadrara con el perfil.

— Eres muy joven, ¿seguro que ella podrá con ya sabes quién? — murmuró Crowley a Azira, quien sudo un poco ante la pregunta tan directa.

— Vamos, ella empezará en la empresa y será grandioso— lo regaño, el hizo un mohín poco profesional con los labios, pero se notaba la confianza que se tenían esos dos, sin duda parecían demasiado cercanos, Anathema movió la cabeza, no quería que ambos notaran la fascinación que estaba naciendo de ella.

— Bueno, señorita Anathema, espero que mañana venga preparada con mucha actitud, la empresa "Pixop" no acepta gente floja — lo dijo de una manera tan sarcástica que la jovencita juró que se escucho un siseo al momento de acabar la frase, definitivamente ella no era del agrado del subgerente del área, quien se dio media vuelta y salió de la habitación.

— Ignóralo, las ultimas chicas solo duraron unos días— Anathema se preocupó un poco ante eso— debo decir que yo no seré tu jefe directo — se disculpó Aziraphale, casi parecía avergonzado con ella, pero era obvio que un gerente debía tener más personas a su cargo, y que ella no dependería directamente de él.

— No se preocupe se…Aziraphale — corrigió, al ver que el hombre abría sus ojos al escucharla — esperare instrucciones mañana para ver mis actividades.

Anathema salió de aquel edificio imponente, el clima de la ciudad era frió, se abrazó a su gabardina, y enfilo su caminar hacia la parada del autobús, las calles lucían desiertas, por lo que aprovecho para sacar de su bolsillo un teléfono celular.

— Hola querida — murmuro una voz en la línea, ella sonrió al escuchar a su abuela Agnes, la gente decía que estaba un poco chiflada, pero era un encanto de persona.

— Abuela, creo que mis jefes tienen un romance secreto…

Y ahí estaba esa horrible costumbre, la cual la llevó a perder su anterior trabajo, su jefe Shadwell la había echado del despacho, cuando lo empezó a emparejar con la secretaria Jezabell, y ahora su instinto de emparejar la convencía de que sus jefes eran amantes.

— No de nuevo…Anathema, recuerda lo que paso en ese famoso despacho — la regaño su abuela.

— ¡Vamos! Sabes que no me equivoco, es un don — le explicó, y si, la jovencita podía predecir si una persona era el uno para el otro, al menos tenia tres de sus amigas de la infancia casadas, y un montón de parejas en su haber.

Además de ser fanática de las series de boy lovers, no tenia duda que el gerente y el subgerente estaban en algo, sobre todo por la cara iracunda del pelirrojo al verla en la oficina, no era más que los celos que salían a la luz.

— Hija, solo ten cuidado— soltó su abuela, imaginando las cosas locas que se imaginaba su despistada nieta — recuerda que el Lic. Shadwell dio buenas referencias, no lo eches a perder.

Después de que su abuela colgó el teléfono una sonrisa se dibujo en su rostro, sin duda era su día de suerte, subiendo al autobús color granate, el cual estaba casi vacío, decidió que mañana el día mejoraría.

Eran las 7 de la madrugada, e iba horriblemente tarde, odiaba haber dormido tarde y ahora tener que correr por su vida para tomar el autobús, después de pagar su pasaje con una tarjeta, se dispuso a tomar asiento en la fila de en medio del bus, el camino fue sorpresivamente rápido, y llegó con solo 5 minutos de retraso a la oficina del grupo "Pixop", en la entrada rumbo a los ascensores, el señor Crowley le dio una sonrisa divertida, al verla correr para alcanzar el ascensor, sin que él hiciera el intento de dejar abiertas la puertas un poco más.

— Primer día, y vas con retraso — se burló de ella, dándole una mirada rápida, el lucia despreocupado, al parecer, aunque ambos fuera de entrada, el lucia como si esa fuera su hora favorita de llegar.

— No es mi idea señor Crowley — dijo ella con respeto, el solo lanzo un chasquido con la lengua, y se quito las gafas que parecían ser su accesorio favorito, tenia un par de ojos color ámbar, eran hipnóticos, casi irreales, y daban un profundo miedo.

— Espero que no se repita, Aziraphale me pidió que te presentara al departamento de Jurídico, tu jefe es una persona impaciente, espero puedas sobrevivir de esta semana "novata" — la acusó, ella estaba petrificada, aquel hombre estaba totalmente en su contra.

Llegaron al piso 13, la mayoría de los edificios omitían ese piso en sus ascensores, pero al parecer las personas que construyeron el edificio, no era supersticiosas.

— Crowley— un hombre afroamericano lo saludo, parecía sumamente relajado y estaba reparando una computadora en el departamento.

— Hola Libur, espero que termines, en el piso 8 hay otra por reparar — le recordó el pelirrojo en un tono divertido — es de sistemas, es un buen tipo.

— ¿Cómo se llama mi jefe? — le pregunto Anathema, quien sentía que todas las miradas se posaban en él, al parecer el hombre era sumamente popular en el departamento.

— Dejare que lo averigües en un instante, mira allá esta, ¡hola Beelz! — grito a una persona de estatura pequeña, Anathema no pudo adivinar si era una mujer o un hombre ya que su rostro era demasiado andrógino, portaba un traje sastre color negro, y su cabello era corto, la mirada severa que le dedicó solo la dejó con más incógnitas en su mente.

Definitivamente su día acababa de empeorar.


N.A. Hola a todos, debo de confesar que esta historia está basada en anécdotas mías en mi trabajo, pensaba hacer la historia de The shipper como un libro original, pero al ver la hermosa serie de Good Omens, me enamoré de los personajes y pensé que quedaban como anillo al dedo para este fic. Duda ¿quieren que Belcebú sea hombre o mujer?