Capítulo 2: Problemas.

"Good Omens es una serie de Amazon Prime y un libro de Terry Pratchett y Neil Gaiman"


Los sonidos de las moscas podían escucharse ante el silencio incomodo que tenía lugar en aquella oficina en el piso trece, Anathema estaba demasiado abrumada para responder con coherencia, la mirada penetrante de la persona que tenía enfrente estaba escrutándola, leyéndola como si se tratase de un libro curioso de contenido indescifrable.

— ¿No tenías una más joven? — cuestiono con sarcasmo, y por primera vez escuchó la voz un poco chillona provocada por el enojo de lo que solo ella podía definir, como una mujer muy "masculina", la indumentaria de la persona que seria su superior era sin duda curiosa, era un saco negro, pantalones holgados y de una negro deslavado, camisa blanca que parecía tener arrugas, ella se había esmerado en dar buena imagen con una blusa de seda blanca y falda en tubo color negro, y unos stilettos color negro.

—Vamos, esa fue decisión de Aziraphale, nuestro jefe — le recordó Crowley, con una ligera sonrisa que para los ojos color ocre de Anathema, era de un desafío mudo, su nueva jefa se cruzó de brazos mientras inclinaba su cuerpo que era muy corto, como si no le importara en lo absoluto que el pelirrojo fuera su superior.

— Tú y tu jefe no tienen idea de contrataciones— el dedo índice de la mujer señalo a Crowley quien hizo una mueca— esta "señorita" no tiene madera de abogada, solo mírala, parece un conejillo asustado ante estos dos viejos "zorros" — la señaló con desprecio, Anathema recobro la compostura, odiaba que la compararan con algo tan "frágil", pero era necesario hacerse notar, o su nueva jefe le comería la cabeza, la escupiría en el suelo para después danzar sobre sus despojos.

— Lamento si mi presencia no le es grata, pero al menos le pido que me dé oportunidad de demostrar mi conocimiento — se defendió, ocasionando que Crowley silbara al escuchar el reclamó, la mujer apodada Beelz, le clavó una mirada de satisfacción, como si esa simple queja, la dejara conforme.

— Por un momento pensé que eras muda, mi nombre es Elizabeth Baal*, pero todos me dicen Beelz, intenta no llamarme por mi nombre de pila, lo odio — amenazo la mujer, con una voz que intentaba sonar grave — espero que sea la última vez que llegues tarde.

— En realidad Beelz, es mi culpa, le di un tour por el lugar — defendió para su sorpresa, el pelirrojo a Anathema, la cual se extrañó del intento de buenas intenciones de Crowley, la aludida con una mirada de desdén le ordeno a Device, que se instalara en uno de los cubículos vacíos, para darle unas cuantas tareas a realizar, Crowley se alejó esperando que la jovencita sobreviviera a la demoniaca mujer.

Su nueva jefa era demasiado perfeccionista, exageradamente impaciente y, sobre todo, dejaba por un lado completamente la feminidad.

Si no fuera por ese tono bajo de voz, y el bonito nombre, ella hubiera jurado que solo era un hombre muy menudo tanto en estatura como grosor, pronto aprendió que Beelz, era el diminutivo de su verdadero apodo "Belcebú" príncipe del infierno, señor de las moscas.

Se le hizo una referencia sumamente grosera, pero al ir tratando con ella, entendió perfectamente la apatía que causaba a los demás departamentos, la mujer no se conformaba, y quería más y más, ella le siguió el ritmo, sin siquiera desayunar, esperando no desfallecer en su cubículo color arena, mientras miraba a sus demás compañeros estar igual de presionados que ella, lanzó un suspiro sonoro, odiaba con todo su ser no comer algo, y sobre todo el sentirse fuera de lugar.

Así paso parte de su día, hasta que noto que todos recogían sus cosas y se preparaban para ir a su hora de comida, las personas sentadas a lado de ella la miraban, sin acercarse a poder hilar una conversación decente, en eso su jefa se acercó por la espalda, pegándole un susto al hablarle.

— Tengo que ir a entregar una ficha de pago a Finanzas, espero puedas seguirme el ritmo — le picó la mujer de cabello negro, Anathema notó que se había maquillado de una manera muy leve, casi imperceptible para un ojo novato, pero ella que era una experta con ese arte, noto el intento en vano de su nueva jefa de verse más pulcra.

— Se ve guapa* así — le contesto intentando animarla a que siguiera intentando arreglarse, ella le frunció el ceño, ocasionando que Anathema se tragara sus palabras por un momento —pero creo que debo meterme en mis propios asuntos, lo siento…

— …Acompáñame, necesito presentarte a ese departamento, dudo que Crowley te diera un tour apropiado — la interrumpió, Anathema pensó que saldría despedida de ahí por su intromisión, pero suspiró al saber que ella la quería llevar a conocer otro departamento de la empresa.

Pronto se arrepintió de pensar bien de la mujer, la llevo a subir por las escaleras de al menos cuatro pisos, Anathema quería lanzar un improperio al verse caminando por cada escalón con stilettos, su jefa llevaba unos flats color negro que le permitían trasladarse con agilidad.

— ¿No hay elevador? — pregunto intentando no sonar como si sus pulmones se hubieran quedado en su escritorio.

— Esto te dará condición — le respondió su jefa, mientras llegaba a una puerta elegante de cristal, ella abrió la manija dejando ver un piso tan blanco combinado con unas poderosísimas luces blancas, que ocasionaba que los ojos dolieran ante tanto esplendor.

Una mujer de cabello color oro les dio una mirada de arriba abajo poco sutil, mientras ambas se acercaban a su escritorio, tenía un pintalabios rosa chillante, y cara de pocos amigos.

— ¿Se encuentra el señor Gabriel en su oficina? — soltó parcamente y con cara de pocos amigos Beelz, la joven recepcionista soltó un resoplido y levanto la línea.

— Señor Gabriel, la chica de Jurídico la busca en la recepción, ¿la dejo pasar? — pregunto sin ánimo, al parecer las recepcionistas de ese edificio no eran la simpatía en persona, después de escuchar un parloteo por el comunicador ella las miro de nuevo — pueden pasar, solo no se demoren, el jefe iba a salir a comer.

Beelz no contesto y entro a la puerta de caoba que conectaba con un enorme despacho, encontró al hombre llamado Gabriel, estaba vestido con ropa que a simple vista se veía costosa, una camisa blanca Ralph Lauren, unos pantalones Calvin Klein color café y un abrigo de Burberry, les dio a ambas una sonrisa, al observarlo pudo entender por qué su jefa se había maquillado un poco, el tipo era sumamente atractivo.

— "Belcebebé", que agradable verte por aquí — le dijo con cariño, el sujeto se veía de al menos unos cuarenta años, el buen físico se le notaba a leguas, y el olor a colonia cara le dio un golpe olfativo a Anathema, musk con caoba, pero al parecer su jefa estaba furiosa y nada deslumbrada con aquel hombre.

— ¡No digas idioteces, Gabriel!, no me llames así, y nada justifica la estupidez que hiciste — dijo arrojándole el documento a la mesa, ante la sorpresa de Anathema, que vio al hombre lanzar un suspiro al notar las mejillas enrojecidas de Beelz.

— Es que acaso prefieres Belcebú como todos te llaman, Baal, no seas tonta, ahora dime ¿Qué quieres? — le soltó bruscamente, el orgullo pudo más que la amabilidad— iba a salir a comer con unos clientes.

— ¡Que me liberes el cheque! Por tu culpa casi perdemos el contrato con la constructora, además que tengo una huelga en Michigan, ¡la gente no vive de oraciones! — soltó con furia, Gabriel se quitó una pelusa invisible de su abrigo, sin mirar a ambas siquiera.

— ¿Y si no quiero? — susurró, ocasionando que Anathema se indignara, ese sujeto empezaba a caerle horriblemente mal — ¿Qué harás Elizabeth?

La joven de cabello corto lanzo un juramento, y lo tomo por el abrigo, ocasionando que sus rostros se acercaran a pocos centímetros, Anathema ahogo su grito de sorpresa, al ver como el hombre lanzaba una sonrisa cínica, como si esa cercanía fuera suficiente para algo más, se sentía una intrusa en ese momento entre ellos, así que solo tosió disimuladamente ocasionando que ambos se apenaran y bajaran la intensidad de la discusión, Baal lo soltó de golpe.

— ¿Quién es la pobre incauta? — pregunto al verla de reojo, ella se iba a presentar, pero Beelz la interrumpió.

— Es Anathema Device, trabaja bajo mi mando — murmuro, alejándose de él, arrepintiéndose de haber caído en las provocaciones de Gabriel — solo dame el sello de pago, y no me veras de nuevo por aquí.

— Pero si me fascina que me visites, siempre es entretenido — soltó con sarcasmo, acomodándose la camisa, tomo el documento del escritorio, estampo su firma y sello para dársela de nuevo — ¡ahí está! Ahora págale a los de Michigan, y cierra la puerta.

Anathema siguió los pasos de Beelz quien esta indignada, y dio un portazo que cimbro la puerta de cristal, ocasionando que unos ejecutivos las miraran curiosos.

— ¡Maldito pelele! — soltó, observando el documento que tenia varias cifras, Anathema no sabia que contestarle a la mujer, quien estaba a punto de conjurar a todos los demonios con tantas groserías que soltaba con cada paso.

Mientras tanto, en su oficina Aziraphale estaba haciendo unos reportes, cuando escucho el sonido de unos pasos aproximarse a la entrada.

— Te interrumpo — le pregunto el pelirrojo acercándose a su escritorio, deslumbrado por la sonrisa del rubio, quien solo le pidió que pasara.

— Para nada, estaba acabando esto, al parecer tenemos junta en una semana y estaba afinando detalles — le contesto señalando su laptop, la cual tenía gráficos del último mes.

— Vamos, ¿Qué tal si te tiento con una comida? — le propuso quitándose las gafas negras, adoraba a su colega, pero si seguía en ese fastidioso reporte, no saldría a comer.

— ¡Oh, Crowley! Yo invitó esta vez, siempre pagas tú — le contesto apenado, mientras sentía un horrible dolor de cabeza por haber estado cerca de la computadora tanto tiempo, este se mareo un poco al ponerse de pie, por lo cual el pelirrojo tomo su brazo para que este no se diera de lleno con su silla.

— Zira, ¡ten cuidado! — lo regaño, justo cuando iba pasando Anathema a cobrar la requisición de su jefa, pudo observar el momento justo donde Crowley sujeto del brazo a el rubio, ella se oculto detrás de la pared, observando de reojo como la mirada de preocupación era remplazada por una de enojo — ¡Eso te pasa por no comer!

— No es como que este en los huesos, querido — soltó el rubio, acomodándose el saco café, y tomando una boina de su perchero, junto con su abrigo color café oscuro, Crowley hizo un mohín y se puso los lentes, los cuales le daban un aspecto roquero al estar abrigado con una chamarra de cuero negra.

— Deberías traer saco mañana, estarán la comisión por aquí, sabes que Michel es algo exigente con las ropas que usamos — Aziraphale se puso el gorro el cual le daba un aspecto encantador, Anathema se alejó de la entrada a la oficina del rubio, y los escucho salir de ahí, riendo por la idea de un Crowley formal.

— No te burles de mí, Ángel, Michel me tiene en un pésimo concepto — se quejó el pelirrojo, abriendo la puerta de salida para Aziraphale, quien pareció burlarse del pesar de su amigo.

Anathema se cubrió la boca al escuchar como llamó Crowley al rubio, acallando un grito de júbilo, y odio ser la única loca que pensara que esos dos lucían demasiado lindo juntos, de hecho a pesar de la falta de comida, ya que aquella oficina le estaba regalando tantas parejas, que su pobre corazón no cabían en felicidad.

Observo el reloj de su celular, lanzando un juramento, tenia menos de 15 minutos para cambiar el cheque, y comer algo antes de desfallecer en deberes en su primer día.

Ya tendría días para ver cómo podría emparejar a esos dos, por lo pronto sus destrozados pies se quejaron de tener que ir rápido de nuevo rumbo al banco.


N.A. Gracias por su apoyo en el primer capitulo de este fic, me encanta que les haya gustado el concepto de este AU de oficina, y como verán un pequeño guiño de que Anathema shippeara otras parejas.

*Los papas de Anathema son latinos, asi que Guapa es como una manera de decir que una persona es muy atractiva.

* Ese apodo de causa mucha gracia, así que de esta forma llamara el buen Gabo a nuestro cheneke.