Capítulo 3: Estilo

"Good Omens es una serie de Amazon Prime, un libro propiedad de Terry Pratchett y Neil Gaiman"

Anathema llegó a su hogar, una acogedora casa de vigas de madera y enorme jardín cerca de los suburbios, al abrir la puerta se dejó caer en la sala de estar, un enorme sillón color rojo con grecas doradas que tenía más tiempo en esa casa que ella de vida, estaba con los pies adoloridos, los cuales reclamaban un buen masaje después de los cruzar cada piso en tacón de punta, su abuela la saludo desde la sala mientras terminaba de preparar la cena.

— Hija, ¿Cómo te fue en tu primer día? — pregunto la adorable anciana, su cabello era largo y cubierto de canas, las cuales le daban un aspecto sabio, su piel morena resaltaba con aquello, mientras sus ojos verdes a pesar de los años, no perdía la vitalidad que inyectaba de joven.

Anathema lanzó un suspiro, Baal la había sentenciado; mañana tenia que portar la vestimenta más formal de su guardarropa ya que había revisión de los altos mandos.

Ella estaba más preocupada por la falta de estilo de su jefa, que en el que ella tuviera solo tres conjuntos en lo que se acomodaba su situación económica por la falta de trabajo, el despido del despacho donde trabajaba la hizo mudarse con su abuela, vender la mayoría de sus cosas, hasta que la anciana le pidió a su viejo conocido algo de piedad por la triste situación de su nieta, y este de mala gana dio la recomendación para un nuevo trabajo.

Agnes observo a su nieta, pensativa, mientras terminaba de servir en cuencos el estofado en la mesa del comedor principal, Anathema tomo su celular observando sus mensajes, entre ellos el de Baal, quien le recordaba que debía lucir lo más pulcra posible en la oficina mañana.

— Mi jefa no se arregla y ahora me pide que vaya impecable — dijo la joven, caminando de manera aletargada al comedor, donde su abuela le dejo un plato de estofado y un poco de pan de mesa, ella estaba muriendo de hambre, su día había sido duro.

— ¡Ay Anathema! tal vez les dé a todos mañana una sorpresa, recuerda que una mujer que no se arregla puede dar un muy buen cambio cuando usa la ropa correcta — le explicó Agnes, sentándose frente a ella con un plato de comida para acompañarla.

El olor a curry y un poco de pimienta le dio un cosquilleo en la nariz y ocasiono que su estomagó gruñera, adoraba la comida de su abuela.

Después de devorar la cena, se fue a dormir, pensando en cómo seria que vestirían todos en la oficina.

En la mañana salió con suficiente tiempo para no llegar de nuevo tarde, había optado por su abrigo negro y un vestido gris a la medida, una de las pocas prendas caras de su guardarropa de abogada, sus tacones rojos resaltaban con aquel outfit, un sujeto le grito un improperio cuando se bajo del bus granate, ocasionando que la chica le frunciera el ceño, al llegar a la puerta de cristal del corporativo pixop, encontró al señor Crowley llegando en su Bentley de época, el cual estaciono en un exclusivo del edificio.

— Luces bien, niña — murmuro el hombre, dejando su auto en el aparcamiento, mientras se acomodaba el saco, Anathema quería decir que él también lucia bien, más que bien, portaba un traje sastre color negro, con una camisa color vino a la medida, un reloj caro, y en la mano tenia un abrigo largo negro, definitivamente el buen gusto era parte de él. Aunque por la apariencia de su último encuentro, ella pensó que siempre andaría con la finta de rockstar sin importar una auditoria.

— Por un momento pensé que no haría caso al memo, señor Crowley — se burló, el tipo parecía un renegado, incluso noto que se había cortado un poco el cabello color rojo, se veía muy galante, del tipo de hombre que haría suspirar a las oficinistas.

— Aziraphale me mataría, me dijo que él haría su mejor esfuerzo — explicó mientras ambos subían al elevador, ella lanzó una sonrisa picará, así que Crowley se arregló para el gerente bonachón.

— ¿Quién nos audita? — pregunto al ver a varios de sus compañeros ver su reflejo en los espejos de los elevadores, ocasionando que se sintiera algo nerviosa ya que al parecer todos se habían esmerado en que su apariencia luciera lo mejor posible.

— Pensé que la habías conocido ayer, ¿Qué Beelz no te presento a Michel? — se sorprendió, ocasionando que Anathema se sintiera ansiosa, su jefa solo la llevo a finanzas, no conoció otros departamentos— Es la asistente de dirección, es una... ¿Conoces la película The Devil Wears Prada?

Ella asintió con la cabeza, ¿Quién no conocía esa película?

— Bueno, Miranda Priestly es su alter ego — soltó burlón, al recordar la última auditoría, en dónde el salió reprobado por usar un cinto de serpiente con botas, le dijo que ese estilo country era inaceptable en una compañía como aquella.

Anathema se sorprendió de que hubiera gente que juzgará un trabajo por la apariencia, luego recordó que por desgracia en el mundo del derecho si no parecías sacado de "Suits" posiblemente fracasaras como profesional.

Crowley bajo en el piso ocho, y Anathema siguió cinco pisos más, llegando justo a su hora, al entrar a su piso, vio una imagen impactante, definitivamente no pensó encontrar a su jefa con esa indumentaria.

Tenía un vestido negro a medida, una boina roja en la cabeza con su cabello en un perfecto planchado, unos tacones con medias y sobre todo un ligero casi imperceptible maquillaje. A lado de ella está un saco color rojo, estilo tweed.

— ¡Si dices una palabra sobre mi ropa, estás despedida! — amenazó Belcebú, ocasionando que cualquier elogio se quedará en su garganta.

Tomó asiento en su escritorio, y comenzó a redactar sus pendientes, esperando la tan ansiada visita de Michel.

Las horas pasaron y escucho los murmullos de sus compañeros al percibir el sonido de unos tacones repiquetear en la duela, seguido de pasos apresurados.

Una mujer de cara soberbia llegó acompañada de Aziraphale — el cual lucía como si su abuelo le hubiera prestado un traje antiguo— y Gabriel quien estaba vestido con un traje color gris y un abrigo del mismo tono. La mujer que asumió era Michel, portaba un vestido Givenchy color negro, corto con mangas de seda, unos tacones Sophia, Jimmy Choo*, Su cabello amarrado en un moño resultaba su color castaño, no tenía ni una gota de maquillaje, pero se veía imponente.

Beelz soltó un bufido al ver que Gabriel estaría presente, el hombre le soltó una sonrisa al verla vestida de esa forma, definitivamente le gustaría ver más a Elizabeth con esa indumentaria.

— Baal, veo que ahora tomaste en cuenta mis sugerencias, y no ocultaste tu apariencia tras esos "trajes"— le dijo Michel ocasionando que la aludida tuviera un duelo de miradas con la agraviante.

Odiaba a esa mujer, pero no podía decirle nada.

— Espero que sepas apreciar mi "esfuerzo" — se mofo, ocasionado que Aziraphale se pusiera nervioso, esto no acabaría bien.

Gabriel negó con la cabeza, esto era típico de Belcebú. No por nada tenía ese apodo.

Michel observó a Anathema, realizo unos apuntes en su libreta y se retiro de la oficina, logrando que tanto Beelz como Device, soltaran un suspiro de resignación, al parecer la asistente de dirección no había juzgado otra cosa que su indumentaria, ni siquiera revisó que las cosas en las que trabajaran estuvieran bien.

Crowley estaba muy molesto, una vez que Michel se hubiera marchado se puso de nuevo su chamarra de cuero y dejo el molesto abrigo aun lado, Aziraphale fue reprobado de inmediato, obviamente entendía perfectamente porqué el rubio le hubiera insistido tanto en vestir elegante, sabía de sobra que él fallaría en esa misión ante Michel.

— Por que pareces Bogo el payaso — lo regaño Crowley en su oficina, mientras Azira no entendía el poco gusto de Michel hacia el hecho, de que su ropa fuera de época.

— Es un clásico — señaló la pajarita y el moño con estampado de tartán inglés.

Crowley negó al ver que el saco del rubio parecía infestado por polillas, y le pidió comprar mejor ropa para la siguiente ocasión; Aziraphale era el tipo de hombre que gastaría en libros más que en su apariencia personal.

El pelirrojo adoraba a su mejor amigo, pero debía aceptar que la calificación que le dio la asistente, era más que merecida, se recargo en su silla ejecutiva, mientras observaba su oficina, el negro cubría todo, lo único que daba color al entorno eran las plantas que descansaba en un balcón con vista a la ciudad, Aziraphale le había dado esa oficina, por que el balcón no le era funcional, prefería el espacio del librero enorme que tenia el pelirrojo y como primer acto de amistad en la empresa, cambiaron espacio de trabajo.

Anathema camino con rapidez por el pasillo del piso ocho, Beelz le pidió llevar unos documentos a firma con Crowley, le dijo que no demorara mucho ya que tenía que entregar unos documentos al juzgado y este cerraba a las tres de la tarde.

La oficina del pelirrojo estaba en ese piso, en un ala enorme en el espacio oeste, tocó la puerta de caoba negra, la cual tenía el símbolo de la vara de Esculapio, a lado del nombre de Crowley con el puesto de coordinación de salud ocupacional. Así que el hombre era médico*.

El pelirrojo pidió que entrara a la persona que tocaba su oficina, honestamente estaba muy fastidiado y solo quería que dieran las tres para marcharse a comer, observo a la joven abogada entrar a su despacho, pensó que era un momento oportuno para perder el tiempo con ella, le agradaba la chica, aunque algo dentro de él le molesto que ella viera a Aziraphale de la manera que lo hizo, una abogada no era buena para su amigo.

— No sabia que era médico — soltó ella al ver que en un perchero estaba su bata colgada a lado del saco que esperaba no volver a usar.

— Es algo discriminador que por que sea coordinador de Recursos humanos no tenga algún otro cargo, son líder de la rama de salud de esta empresa, la cual forma parte de ese departamento, al igual que tu área, por extraño que parezca — soltó con un deje de ironía. Agradecía que su jefe fuera el rubio bonachón y no el perdedor de Gabriel.

— Bueno, nunca había trabajado en una empresa tan grande como esta, mi jefa le manda estos documentos para su firma — soltó, el pelirrojo se quitó las gafas para observar mejor la rúbrica de Beelz y firmo sin siquiera leer, confiando seriamente en su colega, Anathema vio con asombro el resto del lugar, en definitiva, el pelirrojo tenía un gusto por el negro, no le hubiera pasado por la mente que fuera doctor.

— ¿Te sorprende que mi oficina sea tan oscura? — la picó con su tono de voz cantarín, la morena se sintió pillada en un pensamiento y eso la asusto un poco, ella negó, pero el pelirrojo solo sonrió, como si eso fuera un chiste muy propio.

— No, me recuerda a la oficina de mi anterior jefe, se ve muy bien — le explicó nerviosa, recordando que el pelirrojo tenía mal genio. Tratándose de sus cosas personales, Crowley se puso de pie, y la morena lo siguió, el abrió la puerta de su balcón reflejando el pequeño invernadero de plantas que lucían en su piso, la chica se quedo anonadada, las plantas lucían muy hermosas.

El pelirrojo le pasó una planta de rosas, la chica tuvo cuidado con las espinas, la época solo dejaba que hubiera helechos y pronto nacerían las rosas damascenas, las cuales eran sus favoritas.

— Cuando el invierno pare, pronto habrá muchas rosas en el balcón — le explicó, ella sonrío con la maceta en las manos, cuando un tosido interrumpió a Crowley, era Aziraphale quien estaba atrás de ellos viendo la escena un poco confundido, la jovencita dejo la maceta en el suelo, mientras el rostro del pelirrojo era un poema.

— Lamento interrumpirlos, pero iba a preguntarte como iba el reporte bimestral y saber si querías comer algo más tarde — explico el rubio, que lucia algo cabizbajo, el pelirrojo paso de largo a Anathema de una forma poco amable, intentando estar más cerca de Aziraphale, quien parecía algo preocupado de lo que fuera que hubiera interrumpido en ese momento.

— Ángel, claro si, ya casi termino mis pendientes, espérame y salimos — dijo de una forma tan rápida y nerviosa que Anathema quería burlarse, pero prefirió tomar las hojas del escritorio.

— No, no, estas ocupado con la señorita Device, de seguro un tema muy importante, lamento importunar — le confesó, y Anathema se sintió horriblemente mal, lo que sea que pensara el rubio estaba siendo causado por ella y Crowley observando flores.

— Aziraphale, el señor Crowley solo me explicaba donde conseguir rosas damascenas en esta época del año, mi abuela cumple años — mintió, siendo observada por el pelirrojo, con un gracias silencioso reflejado en su cara, el rubio parecía poco convencido, pero su rostro se relajó ante esa declaración.

— ¡Oh! Que amable, en ese caso, te espero para ir comer — le dijo el rubio con una sonrisa, Crowley se quito la chamarra y se puso el abrigo, mientras Anathema tomaba los documentos y salía disparada de ahí, dejando a ambos hombres solos.

— Enserio, ¿Qué pensabas que estaba pasando? — le regaño Crowley, Anathema se detuvo en seco cerca de la puerta, para escuchar un poco más.

— Es una jovencita muy linda la señorita Device, solo pensé que era buena que alguien compartiera tu gusto por las flores, querido — murmuro el rubio, haciendo que la chica se llevara las manos a la boca para ahogar una risa, ella y el señor Crowley, definitivamente esos dos deberían de ser pareja y no excusarse con celos tan bobos.

— Es una niña… no puedo salir con alguien al menos quince años menor que yo, por todo lo sagrado Fell — la indignación de la voz del pelirrojo estaba rayando en el grito.

— Estas sólo, te hace falta alguien divertido que te acompañe — le explico con simpleza Azira, Crowley estaba sumamente irritado con esa parte, él no estaba sólo, definitivamente no quería una chica en su vida, pero le dolía que las palabras vinieran de Aziraphale, como pensaba por un momento que él estaría en una relación sin contarle, se conocían desde hace 10 años, definitivamente él seria el primero en saberlo, pero desde entonces no quería alguien en su vida.

— Somos amigos, serias el primero en saberlo, no deseo una mujer, y tampoco tendría otras intenciones con alguna si contarte a ti primero — las palabras salieron atropelladas de su boca, provocando que un rubor cubriera sus mejillas, Aziraphale solo intento ignorar que eso le satisfacía, el hecho de saber que si en algún momento Crowley deseaba estar con alguien él lo sabría.

— Si, sabes que aun no supero lo que me pasó, espero no te pase lo mismo a ti — confesó con voz algo cortada, Anathema escucho a ambos acercarse al pomo de la puerta y huyo como alma que lleva el diablo lejos de la puerta, escondiéndose en una recepción.

Dudas rondaban su mente, ¿Qué había pasado con Aziraphale en el pasado? ¿Por qué Crowley no quería pareja?

Definitivamente ella debía hacer algo para saber más de los dos, solo que, con precaución, sintió una vibración de su teléfono, y observo el numero de Beelz, quien estaba llamándola.

— ¡Se puede saber! ¡¿Dónde estás?! — grito del otro lado de la línea telefónica, la joven se disculpo y se excusó con haberse perdido, corriendo al elevador, observo a ambos hombres salir de la oficina y dialogar de lo más animado, en definitiva, tenia que hacer algo para unirlos.

N.A. Me tarde un poco pero aquí estas el siguiente capítulo de mi fic.

* Dejo imágenes de referencia del vestido en que me basé para imaginar a Michel, se que dije que ella era la asistente de Gabriel, pero preferí convertirla en algo más imponente, tendrá un papel importante más adelante, lo prometo.

*Es el símbolo por excelencia de los médicos, además es un buen guiño ya que son dos serpientes en una espada *Guiño, guiño*

* Si, la medicina ocupacional es de RH, al menos en mi país (México) desconozco si esto exista en Inglaterra, pero imaginemos que si, ¿Por qué Crowley como médico? Bueno en definitiva creo en HC de que él era el arcángel Rafael, quien se considera el arcángel de la salud.