Habían pasado ya ocho largas primaveras desde que Candy y Anthony habían estado en América, por lo que ahora ambos son unos adolescentes, ambos irían a la escuela de San Pablo, claro está que Anthony desde hace cinco años, junto a su mejor amigo Terrence Grandchester, con quien se había vuelto realmente inseparable.

Emocionado porque llegarían sus primos al colegio, pensando en las travesuras que harían junto a Terrence, con quien se divertía haciendo enojar a las madres y monjes del internado con sus travesuras.

Annie Britter había escrito un par de veces a él, pero nunca le devolvía las cartas, en cambio había enviado miles de cartas hacia Candy, pero por alguna extraña razón que desconocía la joven no le había contestado ni una sola, lo cual también provocaba tristeza y que ignorara las cartas de la hermana.

Por otro lado Albert se estaba ya preparando para tomar el mando de la familia Ardley pues cumplió 20 años, pero en realidad el cada que lo podía hacer se escabullía de los deberes, dejando todo a cargo de su tía, quien molesta de las actitudes del joven había pedido a George que no lo dejara ni un momento.

La familia Britter había sido feliz en todos estos años, pese a la amenaza de que pudieran arrebatarles uno de sus tesoros, actuaban lo mejor que pudieran delante de las niñas sin demostrar nunca ni una pizca de miedo o preocupación, además últimamente habían obtenido buenas noticias por parte de los abogados de Peter, quien había estado viajando, pero no les explicaban a las jóvenes a donde iba ni cuando volverían a América.

Vivir en Escocia había traído no solo convivencia entre ellos, si no que habían podido proteger a la joven de que pudieran llevársela lejos de ellos, habían logrado evitar que la secuestraran pues miles de veces el abogado les escribía con lujo de detalle lo que pasaba y las amenazas que se hacían.

La relación entre hermanas había mejorado, por lo menos habían logrado mantener y pensaban que terminaron con los celos de Annie hacia Candy, aunque pronto se darían cuenta de que en absoluto habían logrado desaparecerlos de su ser.

-¡Iremos a Londres! ¿No es emocionante Annie?

-Si claro –Estaba molesta pues ella era la que había pedido ir al colegio San Pablo, pero no esperaba que la enviaran con su hermana

En aquel momento Candy noto una carta sobre el buro de su hermana y decía Archibald Cornwall -¡¿Archibald?! ¿Sigues manteniendo contacto con ellos? ¿Qué dice? ¿Dice algo de Anthony?

Annie la miro molesta –No, solo que Archie envió una carta apenas, cuando le dijo su tía donde hemos estado durante este tiempo y no dice nada de Anthony

-Oh –Fue lo único que logro decir –Bueno veo que estas…ya me voy, con permiso

Candy salió de la habitación de su hermana, pese a todo lo que había hecho para acercarse más a su hermana no lo lograba del todo, pues si se llevaban bien, pero Annie tenía secretos con ella y eso…no le gustaba.

Annie había estado ocultándole las cartas a su hermana, las tenía todas guardadas deseando que fueran para ella y no para su hermana, ¿Cómo era posible que ella conquistara a todo el mundo con una simple sonrisa? ¿Porque ella no podía hacerlo?

-Lo lamento Candy, pero no dejare que te encuentres con Anthony –Murmuro esperando que por lo menos no lo viera los primeros días, antes de que ella pudiera verlo –Sé que le gustare cuando me vea….

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En la mansión de los Grandchester de Escocia se encontraban dos jóvenes, montando en sus bellos corceles, mientras cada uno fustigaba a su correspondiente para poder dejar atrás al otro.

-¡Ja Tony, por favor no lo harás! –Gritaba Terrence desde atrás de el

-¡Tu no me alcanzaras, de nuevo! –Grito el rubio, quien era un experto cabalgando

-¡Ya verás!

Terrence tomo más velocidad, logrando que "Relámpago" comenzara a aumentar la velocidad, así alcanzando a Anthony quien al verlo le sonrió burlonamente hasta que llegaron a los linderos de otra propiedad y entonces se detuvieron.

-¡Ah! Que relajante ¿No lo crees?

-Por supuesto, Terrence, aunque creo que aquello es más relajante –Susurro observando una joven rubia quien estaba leyendo tranquilamente, cerca de una fuente, mientras un mapache se acercaba a ella.

"¿Candy? No, es imposible…" pensó en todas las cartas enviadas pero… ¿Y si era?

-Vaya, Tony sí que tienes un pésimo gusto –Dijo divertido pero de igual forma viendo a la joven –Bueno tal vez no tanto… -Susurro

-¿Nos acercamos?

-¿porque no? –Terrence se encogió de hombros pero antes de que pudiera hacerlo, la joven se puso de pie al ver a sus padres, entonces ingreso con ellos, ambos jóvenes al ver su oportunidad perdida decidieron irse.

-¿De quién es la mansión?

-La verdad no lo sé, nunca le he preguntado a mi padre –Añadió al ver el rostro incrédulo de su amigo

-Le preguntaras por mi ¿verdad?

-¿Tanto te cautivo esa joven, Tony?

-Un poco…la verdad es que me recordó a alguien

-¿A quién?

-Una amiga que tuve repentinamente y que se fue tan repentinamente como llego a mi vida, en América

-¿Cómo se llamaba?

-Candy Britter

"¡Imposible!…"pensó el joven quien de pronto abrió mucho sus ojos ante la gran sorpresa y casualidad

-¿Qué ocurre, Terry?

-No…nada, vamos

-Si

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-Bien, mañana nos iremos a Londres, ¿están listas?

-Si padre

-Quiero que sigan unidas como hasta ahora ¿Lo prometen?

-Si

-Bien, por favor cuídense mucho, no las veré hasta mi regreso, pero prometo estar escribiéndoles

-Si papa –Candy le abrazo fuertemente –Te voy a extrañar

-Y yo a ti cariño

-¿Debes ir a América?

-Si Annie, debo resolver unos asuntos legales, pero no se apuren amor, regresare lo más pronto posible

-Bien

-Cuídate mi amor –Grace le dio un cálido beso, quien le respondió de la misma manera

-Claro, hermosa, por favor cuídense ustedes, prometo traer buenas noticias –Dijo guiñándole un ojo a su esposa, quien entendió y le sonrió antes de que el hombre subiera al automóvil.

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Al día siguiente Anthony y Terrence tomaron el tren que los llevaría de vuelta a Londres y a la prisión como ellos le llamaban.

-Por fin llegamos –Murmuro Terrence al ver que el tren se detenía en la estación de Londres

-¿Qué? ¿Te alegras de volver a San Pablo, Terry?

-No pero es mejor a estar con mi padre –Dijo sonriendo –Solo se la pasa diciendo como será mi vida en un futuro y eso no me agrada, Tony

-Lo se amigó mío, pero es mejor creo yo que el colegio

-Tal vez para ti, pero no para mí

-Nunca cambiaras con tu padre ¿Cierto?

-No se lo ha merecido ¿No crees suficiente que haya estado con miles de duquesas y que mi madre no este conmigo?

-Sí, pero al menos lo tienes, mi madre murió y sabes como es mi padre, solo le preocupan sus negocios

Terrence prefirió guardar silencio pues entendía a al perfección a su amigo y lo mucho que le dolía el no tener a su madre, pero más el saber que nunca tendría la oportunidad de verla nuevamente, al menos él tenía a su padre aun cuando fuera un fastidio, Anthony siempre le había hecho ver el lado bueno de aquel hecho.

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-Tía Elroy –Grace saludo a la mujer, con la que se siguió viendo pese a que sus hijas no habían accedido a acompañarla, Candy en solidaridad con su hermana y Annie para evitar un encuentro entre su hermana y su amor.

-Hola Grace, que bueno que ya llegaron, mi sobrino Anthony no tarda en llegar también –Dijo sonriente –Hola señoritas, buenas tardes

-Buenas tardes, Señora Elroy

-Díganme tía por favor

-De acuerdo tía

-¿Recuerdan a mis sobrinos, Archie y Stear?

Ambos jóvenes dieron un paso al frente, uno era de cabello castaño claro, ojos miel y una cálida y hermosa sonrisa, no le quitaba la mirada de encima a Annie, quien ni siquiera se dignó a verlo.

El otro joven era de lentes, cabello obscuro, ojos azules, bastante apuesto, quien les sonreía amablemente –Hola chicas –Susurro mientras besaba el dorso de ambas jóvenes –Soy Stear ¿Me recuerdan?

-Algo –Bromeo Candy sonriéndole

-Hola Annie ¿Cómo estás?

-Bien –Dijo cortante la morena

-Ellos también irán al colegio, Grace si quieres pueden irse juntos en cuanto llegue Anthony

Candy sintió que unos nervios terribles se apoderaban de ella al escuchar aquel nombre, no podía creerlo, por fin…aquel reencuentro con el rubio se haría realidad

En ese momento un automóvil se colocó detrás y bajaron dos jóvenes, bien parecidos que venían haciendo bromas entre si.

-Ya llegaron

Candy dio media vuelta lentamente para encontrarse con dos jóvenes, el rubio que había conocido en América, se había perdido, pues ahora era un joven alto, sus facciones se veían mas definidas, cabello rubio y un poco más largo, ojos intensos azules como los recordaba, una sonrisa encantadora.

-¡Tony! –Sus primos fueron a su encuentro sin esperar a que su tía Elroy saludara

-Buenas tardes, señora Elroy –Saludo respetuosamente Terrence

-Buenas tardes, Terrence –Saludo sonriente –Anthony ¿Recuerdas a Candy y Annie Britter?

Anthony miro inmediatamente a la rubia que tenía enfrente, no lo podía creer, al fin…

"Al fin te vuelvo a ver, Candy" pensó dulcemente mirando a la joven quien le miraba con una dulce sonrisa "Estas más hermosa que siempre"

-Por supuesto

-Candy, Annie, él es Terrence Grandchester –Presento la tía Elroy

-Hola Candy –Saludo el rubio besando el dorso de la joven, quien no pudo evitar su emoción y se lanzó a los brazos del rubio, para sorpresa de todos…sobre todo del joven Grandchester

-Anthony…

Hola queridos lectores

aqui les dejo un nuevo capitulo de este fic, espero que les guste :D

muchas gracias a todos por sus hermosos reviews jejeje y aun no se sabra a cual de las ellas busca esa persona jijij soy mala jejejeje pero no se preocupen que poco a poco podran deducir con quien tienen relacion y despues sabran quien sera de ellas.

aviso importante: del 13 al 18 de septiembre no estare actualizando mis fics, pues saldre de viaje jejeej :D como ya habia dicho en mis otros fics, espero que pueda actualizar mis historias de aqui al sabado espero el sabado me de tiempo jejeje pues a veces se me complica :D pero espero actualizar :D

muchas gracias por su comprension y apoyo :D

saludos